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A tiempo y fuera de tiempo.

Personajes:

- Hna. apática: Yesica.


- Hno. De la congregación: Luis Eduardo Díez.
- Predicador: Daniel Echeverry.
- Amigo: Luis Muñoz

Momentos:
1. Entra la hermana precavida al templo desinfectando todo y saluda al hno. Luis
Eduardo y predispuesta frente a la predicación.
2. Hno. Daniel (Predicador): Hermanos, no podemos dormir ni detenernos en la
predicación del evangelio, como dice en su Palabra: debemos predicar a tiempo
y fuera tiempo, con pandemia o sin pandemia, y ahora que ya no hay restricción
de la cuarentena, debemos seguir predicando este poderoso evangelio a todo el
que lo necesite. Por ello les insto a que cuando salgamos de aquí le
prediquemos el evangelio así sea a una persona.
3. Hno. Luis Eduardo: grita con euforia ¡Amén! Porque cree en la Palabra.
4. Yesica: La hermana apática frente al mensaje empieza a cuestionar: Pero ¿cómo
se le ocurre al hermano decir que debemos predicar? ¡Qué inconsciente!, ¿y si
me contagio qué? ¿y si me muero qué? todavía no sé si me voy con el Señor. No,
y yo no me quiero ir todavía, tengo proyectos en mente, un negocio y una
familia que me necesita, eso es más importante que arriesgarme a compartir el
evangelio, me puede costar la vida.
5. La hermana sale del templo criticando lo que escuchó y en el camino se
encuentra a un amigo que sediente de escuchar el evangelio se le acerca.
6. Luis Muñoz: Hola, buenas tardes, yo soy el vecino que vive muy cerca de usted,
¿me recuerda? Qué bueno que la encuentro, es que he tenido una cantidad de
problemas de salud, con mi familia, no tengo trabajo y sé que usted es cristiana,
necesito que me hable de ese Jesús que ustedes predican.
7. Yesica: ¿Usted es mi vecino? Ni sabía. ¿Y cómo cree que le predique en plena
pandemia? ¿Qué tal que usted tenga el Covis? – Luis la corrige: es Covid – Yesica:
Eso mismo. ¿Cómo piensa que le voy a predicar para que me contagie? No señor,
otro día cuando esto haya pasado hablamos y le predico, ahora no hay tiempo.
8. Luis le insiste, pero ella se rehúsa: ¡Ay poder en Jesús! Aléjese de mí.
Una semana después.
9. Vuelven nuevamente al templo y se encuentra con el hno. Luis Eduardo.
Luis Eduardo: ¡Hermana Dios me la bendiga! Le cuento que estoy contento,
luego de la predicación de la semana pasada me llené de ánimo y ha
evangelizado a muchos, pero quedé triste porque no pude evangelizar a su
vecino porque hace unos días murió, ¿se acuerda de él?
10. Yesica: Piensa por unos minutos quién sería y lo recuerda: Ay sí, yo sé quién es,
él la semana pasada se me acercó para que le predicara el evangelio y no quise,
me rehusé porque no quería que me contagiara. ¿Ahora qué voy a hacer? Se fue
sin el Señor por mi culpa. ¡Señor, Señor perdóname por no haber atendido a tu
llamado!
11. Camilo: Reflexión con base a Romanos 10: 14-15
“¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán
en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?
¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: !!Cuán
hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian
buenas nuevas!”
Presentación del informe misionero: Camilo.

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