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PIC-NIC

FERNANDO ARRABAL
Pic-Nic se trata de una obra literaria muy breve de Fernando Arrabal (Pique-Nique en
campagne 1950) en la que se denuncia sobre la guerra de la época en los que la representan
algunos personajes que muestran el lado más inocente e ignorante y lo absurdo. Mezcla la
tragedia y la comedia con pequeñas trazas de ironía lo que hace que sea una obra cómica
que congela aquel anhelado optimismo hacia una situación de mejora al final de la obra.
Esta obra empieza con un soldado llamado Zapo que en mitad de la guerra aparecen sus
padres de visita: “Hemos pensado que te aburrirías, por eso te hemos venido a ver. Tanta
guerra te tiene que aburrir.” El Sr. Tepán y la Sra. Tepán, que se habían propuesto hacer un
picnic con su hijo, mantienen una conversación con este hasta que hace la aparición otro
soldado enemigo, llamado Zepo, el cual es atrapado por Zapo.
El padre recuerda, nostálgico y orgulloso, sin tristeza, la guerra en la que estuvo él: “Aquello
sí que eran buenas guerras, con caballos y todo”. Además de sumarse la Sra. Tepán al
recordar sus juegos infantiles. Al empezar a comer, reina un ambiente contradictorio entre
la familia y el soldado enemigo ya que lo invitan a comer e incluso a desatar sus ataduras de
pies y mano. Sin embargo, esta comida se verá interrumpida cuando se empiezan a oír
aviones de guerra y a caer bombas sin cesar. Este bombardeo propiciará la entrada de otros
personajes desternillantes, los camilleros, que aparecerán al final de la obra y que
presenciarán un final trágico y desesperanzador.
Pic-Nic aborda de manera innovadora en cuanto al lenguaje utilizado e intenciones, algunos
temas de lo absurdo que se representa el escenario de la guerra como el enfrentamiento de
individuos ante un sistema impuesto que asfixia a la sociedad en los años 60 y la realidad de
forma trágica mostrada en la escena final en la danza de la muerte, que recuerda a la
expresión: “bailando con la muerte” pues los cuatro personajes se encuentran bailando
cuando son abatidos. La trama va desencadenando en una conversación, momentos de
charla en los que podemos apreciar que parecen escaparse del sentido común aun viéndose
en las circunstancias que les rodean.
Además, se cataloga dentro del género del teatro del absurdo y vanguardista, en concreto
en la posguerra del vanguardismo y por esto expone de manera ácida e irónica la queja o
denuncia que mencionaba en un principio respecto a los conflictos bélicos que han estado
asolando a lo largo de los siglos. Destacaría especialmente un extracto de Zepo: “Sí, es que
disparo sin mirar (Pausa) De todas formas, disparo muy poco. Y cada vez que disparo, rezo
un Padrenuestro por el tío que he matado” Que indica lo que suponía tener que matar y el
peso que conllevaba. Mientras que la familia Tepán lo tomaba con frialdad y naturalidad.
“Eso de matar y de tirar bombas y de llevar casco, que hace tan elegante, resulta agradable”
según el Sr. Tepán. “Eso era bonito”, agregaba.
Por otro lado, cuando aparece el soldado Zepo, el soldado del bando contrario, en un
principio pensé que se tratarían de manera más fría, con resignación y violencia, pero me
impactó esa normalidad con la que acogían al prisionero, delicadeza e incluso compasión. A
pesar de que, en ocasiones, Zepo, parecía mostrarse sumiso ante la familia Tepán en
momentos cuando se querían tomar una fotografía con este humillado y así la familia mostrar
su superioridad con lo que él en un principio se mantenía reacio: “No crean que me van a
convencer” hasta que al final cede. Asimismo, la Sra. Tepán quería tratarlo de una forma más
delicada y esto se anteponía ante la situación de tener que atarlo, pero sin hacerle daño, o
de llegar a permitirle la libertad de dichas ataduras. Es también un punto del que poder
apreciar que Zepo podría ser igual a Zapo, incluso en el parecido del nombre, similitudes
físicas, el modo de enfrentarse a la guerra y el modo en el que los reclutaron y llamaron para
ir a la guerra, aunque la única diferencia era el color del uniforma militar.
Zepo se termina uniendo al picnic y llegan a una conclusión en la que todos los personajes
reconocen que no tiene sentido seguir al frente y que no quieren formar parte de la guerra.
Hasta que al Sr. Tepán se le ocurre la solución de parar la guerra propagándolo entre la gente.
Y a pesar de que el matrimonio y los soldados se muestran felices, son asesinados por un
combate en donde ellos se encontraban inesperadamente.
En mi opinión, cuando leí la escena de los camilleros me sorprendió el gran uso de la ironía
que emplea Fernando y logra hacer captarlo fácilmente. Llega a ser cómico cómo estos dos
camilleros andan buscando muertos y heridos desesperadamente porque: “Los demás tienen
ya las muñecas rotas a fuerza de transportar cadáveres y heridos y nosotros todavía sin
encontrar nada. Y no será porque no hemos buscado.” Asimismo, en cómo los demás se
muestran incluso disgustados por no poder ayudarlos. Esta obra te hace cuestionar sobre si
una guerra de verdad tiene sentido ya que refleja una situación en la que se podría vivir en
total armonía si no fuera por la influencia y la sumisión que muestra la sociedad ante
superiores. Esto se puede ver en un fragmento en dónde se encuentran tranquilamente
conversando hasta que la Sra. Tepán intenta acercar más a Zapo y Zepo recomendándoles
que se unan más tardes y ahí, es donde recuerda Zapo que Zepo es un enemigo. Así pues,
muestra también la ignorancia de la Sra. Tepán al decirle a este que no tuviera miedo.
Entonces Zepo le responde:” Es que si supieras lo que el general nos ha contado de los
enemigos.” “Pues nos ha dicho que los enemigos son muy malos, muy malos, muy malos.
Dice que cuando cogen prisioneros les ponen chinchetas en los zapatos para que cuando
anden se hagan daño”. Entonces cambian su forma de pensar rápidamente por sólo un “ser
superior”, el general. Dejándose influenciar por Zapo, el matrimonio también cambia de
opinión y van en contra de Zepo. Cabe destacar que esto se decían unos a otros, de un bando
a otro mintiéndose entre ellos y creando falsos conflictos, una base de odio ficticio y absurdo
en la que poder aferrarse para poder continuar queriendo estas guerras. Y es por esto que se
dan cuenta de la gran falta de sentido de estos conflictos.
Desde mi punto de vista es difícil al principio empatizar con los personajes del Sr. Y Sra. Tepán
ya que era complicado llegar a entenderlos a nivel emocional en cuanto a la poca importancia
que les suponía ir a la guerra a matar y asesinar civiles. Me gustaría añadir que la narración
es fácil de entender debido a que es una obra de teatro en la que el diálogo refleja el habla
popular o coloquial y en donde también consigue atrapar la atención del lector haciendo que
la lectura sea continua. En especial, destaca el final inesperado que aguarda la trama ya que
lo convencional son los finales optimistas, esperanzadores y felices. En este caso, se muestra
la realidad por la que la época sufría.
Para finalizar, es curioso que a lo largo de la lectura he tenido pequeñas reflexiones sobre el
verdadero sentido de las guerras, el propósito de estas, el por qué querrían optar por un
camino hacia la violencia constante y no hacia uno desde la paz, sobre la necesidad de llevar
a personas al frente obligatoria e inesperadamente, sobre la dura realidad en la que se vive
y sobre la cantidad de personas que se podrían haber salvado si todos hubieran caído en
cuenta en que el conflicto no los lleva hacia ningún otro camino que al desastre.

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