Está en la página 1de 50

DISCURSO PRONUNCIADO POR LA

SENORA MINISTRA MA. CRISTINA


SALMORAN DE TAMAYO EN EL CI
ANIVERSARIO LUCTUOSO DE
MARGARITA MAZA DE JUAREZ,
EN REPRESENTACION DE
LOS TRES PODERES

2 DE ENERO DE 1972 "ANO DE JUAREZ"


SENOR PRESIDENTE D E LA REPUBLICA,
CIUDADANOS REPRESENTANTES DEL PODER
LEGISLATIVO,

SENOR PRESIDENTE DE LA SUPREMA CORTE


DE JUSTICIA DE LA NACION,

SRA. DOÑA MARIA ESTHER ZUNO DE ECHEVERRIA,


SENORAS Y SENORES:

El señor Licenciado Don Luis Echeverría, Presidente Cons-


titucional de México, con la convicción d e sus actos y la de que el vigor de
nuestra nacionalidad se alcanza por la lucha sostenida por hombres de la
dimensión de BENITO JUAREZ bajo los valores del humanismo liberal,
envió al Congreso una iniciativa de Decreto para que el año de 1372
fuera declarado EL ANO DE JUAREZ. El Congreso de la Unión acoge esa
iniciativa y al cumplirse un siglo de su muerte, México rinde tributo a la
obra de Juárez y a los principios de independencia conquistados por el
triunfo de la República.

El primer acto de homenaje al ilustre Patricio, lo rendimos


hoy recordando que en la dimensión histórica y humana de Juárez, fue
inseparable MARGARITA MAZA, la niña blanca que conquistó el indio
impasible, la que creyó en la fuerza de su formacíón, en la de sus sólidos
principios, y lo acompañó en la lucha más brillante y dolorosa de nuestra
Patria, cuando hubo nuestro pueblo de reafirmar su derecho a vivir en la
libertad y a regir con independencia sus destinos soberanos,
MARGARITA MAZA es la presencia misma d e la lucha, de la
derrota y del triunfo de la República; es un trozo vigoroso d e la vida del
indio que se transforma por el amor más puro, el de la Patria; y es a su
vez, el ejemplo perenne de la mujer de México y de las mujeres de la tiorra
en sus dos aspectos más tiernos y más humanos, labrar la vida del hijo,
llorar su pérdida y ser la compañera en la alegría y en la adversidad de
aquel con quien comparte su vida.

Ciento un años después de su muerte y pard exaltar su


memoria están presentes los Tres Poderes de la Unión que me han con-
ferido la alta distinción de representarlos para recordar a tan ilustre mujer.
Tal distinción me da la oportunidad de hacer una breve semblanza de
MARGARITA MAZA, recogiendo sólo en parte, los datos que nos dan los
biógrafos de Benito Juárez vinculando su vida a la de su compañera, para
colocarla después en la imagen que como mujer y como ciudadana de
México, deseo transmitir a mi generación, a las que siguen y a las que
vendrán después, de lo que significó el concepto de la libertad por el dere-
cho que compartió en igualdad de sacrificios, la que hoy honramos.

BENITO JUAREZ Y MARGARITA MAZA, son inseparables.


Benito. temeroso del castigo de su tío que lo recogió en su orfandad. y por
un natural afán como 61 mismo refiere, de llegar a ser algo, decide a los
doce años abandonar las montañas que lo vierori nacer y dirigirse a Id

Ciudad de Oaxaca. en donde vive su hermana Josefa que amantísima lo


acoge. iniciándose su nueva vida bajo sus cuidados y la protección de la
familia Maza donde ella servía. En su transitar por la ciudad, tal vez toma
cuerpo la idea que lo hizo un prófugo de la sierra, y piensa en una vida
mejor, menos arisca y más ancha. Aprende el español, aquel idioma dulce
que le era desconocido y él quería aprender.

Don Antonio de Salanueva, su padrino después, que lo


acoge bajo su protección para que inicie sus estudios en el Seminario, que
eran los dominantes en la Ciudad de Oaxaca, acaricia la idea d e que siga
la carrera eclesiástica y de que reciba las sagradas órdenes. Juárez que
siente repugnancia por esa carrera y comprueba las limitaciones del cono-
cimiento que en las mismas se dan, convence a su padrino de estas incon-
veniencias en el estudio y de que le permita estudiar la carrera de artes.
Mientras tanto, su espíritu libertario se desenvolvía frente a los aconte-
cimientos nacionales, en una lucha de partidos, y en 1828, con decisión
inquebrantable se inscribe en el Instituto de Ciencias y Artes para seguir la
carrera de jurisprudencia en busca siempre del evangelio de la libertad
que fue la religión de toda su vida.

Dos años antes había venido a la vida MARGARITA, la hija


de Don Antonio Maza, a la que tal vez él acaricia en su infancia y la ve
crecer. Sus visitas frecuentes a la casa de Don Antonio, en los años de su
forriiación y que corresponden a los del desarrollo de Margarita, fueron
despertando en Benito los sentimientos que borran su soledad.

Juárez, liberal puro, se va manifestando en sus años de


estudiante, lo mismo cuando sustenta un acto público de derecho conde-
nando los actos del gobierno conservador del Estado, que cuando comba-
te al gobierno del centro por el asesinato de Don Vicente Guerrero. E3 su
formación y al concluirse, ya están estructurados los sentimientos políticos
del héroe, su fe inquebrantable en los destinos de México y su decisión de
participar siempre para que la Patria alcarice su gloria.

Es esta la razón de ser que nutre y alienta la vocación vital


del Patricio de América, quien -como certeramente ha expresado el señor
Presidente Echevetría en su iniciativa de Decreto- simboliza la voluntad de
servicio sostenida hasta el ríltimo aliento; la tenacidad sin límites, para
hacer triunfar los principios; la fortaleza durante toda una existencia. fren-
te a las más grandes adversidades; la sobriedad ante la gloria de los éxitos;
la profunda idehtidad entre la doctrina y la práctica, en las más distintas
situaciones; en suma, las virtudes invariables de un hombre público
singular.

Los años transcurren y Margarita ya no ve en el hombre


humilde al hermano de su criada, hay algo qiie la impulsa hacia él y asiste
temerosa a sus transformaciones. El encuentro de estas dos vidas se ha
producido y sus triunfos, Juárez, el luchador infatigable, va a depositarlos
silencioso a los pies de Margarita Maza que los recibe temblorosa de
angustia e iluminada también por la alegría. En el amor de Margarita se
aclara un trozo de la vida de Juárez que olvida su infancia, sus sacrificios
y sus penas para pensar solamente en la mujer que ha sabido conquistar y
la que se siente atraída por su pasión mansa y por el calor que sacude los
actos de quien busca el fruto preciosa de la índependencia y de la
libertad.

a r c a de Margarita, Juárez tiene la sensación de un triunfo


que se le renueva, y e1'31 de julio de 1843, contrae matrimonio con eUa.
Es la unión de dos seres que en el curso de sus vidas van a seguir una
misma ruta, la del amor a sus hijos enlazaba a un amor más grande. el de
la Patria en su libertad y en su gloria que abraza el hombre de tez cobriza,
que en un momento cualquiera de su existencia pronuncia las palabras
que el llamado de su sangre le dicta: Soy hijo del pueblo y no olvidaré,
sostendré sus derechos, cuidaré que se ilustre. se engrandezca, se críe un
porvenir y abandone la carrera del desorden, de los vicios, de la miseria.

Gobernador de Oaxaca después de largo y penoso recorrido


compartido con su valerosa compañera, gobierna y administra la justicia
que proclama como símbolo de la libertad, señalando que ésta se encuen-
tra en la ley; y un día, sin retroceder ante su propio dolor ni ante el de la
madre que llora la muerte de una de sus hijas, impone en su hogar la
obediencia a la ley enterrando el pequeño cuerpo en el cementerio de San
Miguel y no en la iglesia como era la costumbre. En este momento,
Margarita Maza de Juárez se forma un juicio exacto del hombre y hace
una síntesis de sus virtudes, de las inquietudes y ambiciones que lo agitan
por alcanzar la libertad y la paz por el respeto al derecho ajeno, normas
constantes de su vida.

Juárez en su auténtica vida personal no está solo, tampoco


Margarita lo está; pero el destino que conducirá a la gloria tendrá que
levantarse sobre dolores, angustias y sufrimientos que hacen acto de pre-
sencia cuando en el año de 1853, Juárez es aprehendido y se le ordena
confinarse en dalapa, Veracruz. Esta es la primera separación de los hijos
y de la compañera; quedan allá en Oaxaca y él sigue su destino, no sin
pensar en ellos. La abnegada mujer se enfrenta a este primer hecho que
desgarra su vida íntima, y en Etla, abre un pequeño comercio para
sostener el hogar y ayudar al ausente en su desgracia. La prueba fue dura
y el destierro prolongado, añadiéndose a él, la pérdida de otra de sus hijas
y la miseria imperante en aquel hogar sostenido por las virtudes de quien
en prolongado viacrucis había de ser la heroína no sólo del hogar sino de
la Patria a la que ella indirectamente se consagraba.

La tiranía de Santa Anna no sólo perseguía al esposo, sino


también a su familia que empezó penoso peregrinar bajo el manto de la
miseria que la madre trató de superar sin desmayos; con la ayuda de
algunos amigos, vuelve al pueblo de Etla donde reinicia el pequeAo
comercio. Señalar estos hechos que exaltan los valores morales de Mar-
garita Maza conducen necesariamente a vincularla con las acciones glo-
riosas del que, ausente del hogar, luchaba por la nueva Patria, la que dis-
frutaron nuestros antepasados y disfrutamos nosotros en campos de la
libertad y de la justicia.

Terminado el destierro de Juárez y abierta la lucha de los


reformadores, parece que se inicia un nuevo destino que no se prolonga,
pero al que ella asiste igual que en los lejanos días de su noviazgo, con la
fe inquebrantable de la mujer mexicana en los cambios de ese destino. En
el Gabinete de Comonfort, Don Benito es nombrado Ministro de Gober-
nación, y ella está presente en su encumbramiento, igual que cuando es
designado Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Aquellos dos seres y los hijos de su unión, no habían


alcanzado el descanso porque la Patria tampoco habla alcanzado su triun-
fo; él, sin desmayos, lucha incansable con los hombres que lo acompañan
en sus ideales y en sus acciones para que la Nación por la libertad, logre
su gloria; y ella sin protestas, callada y valerosa, sigue fiel al destino de su
compañero; fiel a su condición de madre, fiel a los destinos de México, fiel
a su condición de Mujer integrante de un pueblo y vinculada a una raza
oprimida de la que era ejemplo, el "indio feo pero bueno", como ella
definía a su compañero.

No es fácil en esta breve exposición, seguir paso a paso la


vida de esta mujer que no fue participe de actos objetivamente heroicos,
pero que callada, firme y segura, contribuyó a la realización de la Patria
nueva bajo instituciones y principios de libertad. Una constitución y las le-
yes de reforma que expresan el sentimiento del liberalismo, perfilan a la
Patria nueva, a la Patria de Benito Juárez, a la Patria de los hombres de la
Reforma, a la Patria de los ciudadanos de México; y a su transformación,
es indudable que contribuye la fe de una mujer que está presente en todas
las transformaciones y en todas las luchas de aquel pequeño y ahora
gigante prófugo de la Sierra de Oaxaca, Sierra que también ella recorrió
con los hijos de su cariño, cuando la persecusión se hizo extensiva a ellos.

No todo es derrota ni triunfo en la Reforma; los aconte-


cimientos se entrelazan y se mezclan en la trama de la República reper-
cutiendo en el hogar del Coloso de Guelatao cuyos hechos han de
relatarlos en los actos que se le consagren, quienes tengan la fortuna de
hablar del reformador, del héroe, del patricio que consagró las fórmulas
más puras de la libertad y del respeto entre los hombres y los pueblos.
Mientras tanto, recordemos nosotros la primera presencia de Juárez en la
Presidencia de la República por mandato constitucional; su residencia en
Veracruz desde donde dicta las principales leyes de Reforma, para narrar
que Margarita Maza atravesando las sierras y las montañas se reúne con él
y mostrándose digna compañera comparte el bombardeo de Veracruz.

También hemos de recordar la pausa de libertad en que


Margarita Maza, socialmente se convierte en la primera dama de la Repú-
blica y comparte los honores de su rango, cuando íntimamente es sólo
una madre luchadora y una esposa que ha recorrido largos calvarios para
disfrutar la ternura de aquel hombre qiie ella conoce en sus miserias y en
sus grandezas. Esta pausa, esta tregua en la lucha del héroe para engran-
decerse, se interrumpe cuando los traidores del partido conservador,
insaciables en una ambición torcida y sacrificando la libertad y soberanía
de México, entronizan al extranjero. La lucha de Juárez es heroica y está
en nuestro pensamiento, todos la conocemos y ante ella nos inclinamos
rindiendo el tributo de este homenaje consagrado a su memoria y a los
principios que son constantes de la libertad.

MARGARITA MAZA participa de nuevo en las tareas del


ciudadano más puro que tiene dos grandes dolores, el de la Patria y el de
su familia que va al destierro en donde muere su hijo José lo que lo hace
escribir: ". . . apenas tengo energías para sobrellevar esta desgracia que
me agobia y casi no me deja respirar. . .'' "Piensa en el dolor de
Margaritan,la que más tarde llorará con él la pérdida de otro de sus hijos.
El dolor no detiene al defensor de la República, de la soberanía y del
respeto que para ella reclama y no se detiene porque su destino, unido al
destino de la Patria. no puede deterierse. En este período como en todos
los que han integrado la vida de Don Benito, Margarita está presente
porque ella también ha luchado y espera consciente el triunfo de los
ideales de los hombres que Juárez encabeza y asi se lo hace saber en sus
enternecedoras misivas en que modesta y callada, le comunica su asis-
tencia a la ceremonia en la Casa Blanca en Washington, en que ella juega
el papel de representante del Gobierno de la República Mexicana, con las
resonancias internacionales que se le imprimieron. Este acto en que Mar-
garita actúa con inteligencia, lo comunica con humildad a Don Benito en
carta de 28 de mano de 1866, hablándole de lo modesta que fue en su
vestir, contrariamente a lo que decían los periódicos.

Es enternecedor leer las cartas del Patricio a Margarita y las


de ella para Don Benito; nos revelan el aspecto más humano de los
protagonistas que fueron invencibles en la humana tarea de su paternidad
y en la más bella y hermosa de su patriotismo. Para Margarita fue un
imperativo reintegrar a la Patria los cuerpos de sus dos hijos perdidos en
el destierro, y el viaje que anhelaba para reunirse con el esposo, lo
pospuso a fin de que por mar pudiera traerlos con ella.

Los dos esperaron siempre confiados al triunfo de la


República y la salvación de la Patria desgarrada; y cuando el destino se
cumple, Juárez victorioso en su lucha de patriota, vuelve a la capital de la
República y Margarita y sus hijos se unen con él. Es una vida esperada
por los dos y aquella extraordinaria mujer, tiene derecho a gozar un poco
de la paz que no conoció en muchos años de su vida. Cumple sus deberes
de esposa y de madre sufriendo los estragos del tiempo y de sus dolores, y
goza de la ternura del compañero fiel que no disfrutará de la paz por la
que había luchado, ya que la turba de nuevo el ambiente tormentoso de
México.

Cuando la paz se restablece, el predestinado que creía gozar


de la tranquilidad, pierde a su compañera la tarde del 2 de enero de 1871.
Esta noche tal vez sea la más tremenda del héroe y ante el hecho natural
de la muerte, desfallece; pero aquel gigante no puede declararse vencido e
imponente y grave después de las primeras horas de su dolor y como si
no hubiera perdido lo mejor de su vida, se levanta para organizar el
duelo, que fue el duelo de todos los mexicanos que reconocían que la
dulce y valerosa mujer que se ausentaba, fue presencia viva en la lucha
por la libertad. Este fue un servicio más, y supremo, que la amada
compañera le prestaba al unir con su muerte al pueblo al que ella también
había amado.

Así fue MARGARITA MAZA; así nos la describen los


acontecimientos históricos; pero a más de un siglo de su muerte y en este
acto en que se honra al Patricio y se le honra a ella, su imagen es más
vívida, es más clara porque se proyecta vigorosamente en nuestro diario
acontecer subrayando que el destino de Mékico en su libertad y en su
soberanía, se inicia en la familia y se cumple por la$ contribuciones de sus
ciudadanos. De ahí el celo de Margarita en la educación de sus hijos bajo
los principios de la recta moral y de las enseñanzas recogidas en el actuar
del Patricio al que ella acompañó esforzada y humilde para realizar las
tareas de la Patria y e1 mejoramiento por la educación del pueblo de que
él provenía. Ella como el Patricio sacrificada y heroica, tiene un maravi-
lloso gesto: donar la caca en que vive con sus hijos, ubicada en el sitio en
que nos encontramos y en la que más tarde muere, para que se destine a
la construcción de una Eccuela para los niños de México. Años más tarde
el Gobierno de la República recogiendo el deseo de la ilustre mexicana,
construye aquí esta Escuela que hoy ha rehabilitado y le ha puesto su
nombre, y en el interior de la cual, como constancia de gratitud, los
Poderes de la Unión levantaron un busto de tan insigne matrona, el cual
develara el señor Presidente de la República y dejan asimismo en una
placa conmemorativa, testimonio de su admiración y reconocimiento.

MARGARITA MAZA interpretó los silencios del indio de la


tez de bronce y adivinó en él la grandeza de su pensamiento, Se une a él,
que fue testigo de sil niñez y de su adolescencia, consciente de que ante
todo está la suerte de la Patria a la que Juárez supeditó hasta el amor de la
familia que ella como madre mexicana. forma en el dolor y en el sacrificio.
Fue la auténtica compañera, humilde y silenciosa, que sin proponérselo r i i
desearlo se convierte en heroína estando siempre a la altura del corazón
del héroe que era donde ella quería estar para alcanzar el triunfo de la
República y el bienestar de un pueblo al que Juárez prometió no olvidar,
porque hijo era de ese pueblo.

MARGARITA MAZA en sus sacrificios se proyecta también al


lado de Benito Juárez, como ejemplo constante de las más altas v:rtudes
cívicas que han sido heredadas por las madres mexicanas que en Jn hacer
permanente, inculcan en los hijos los principios que han regido y rigen la
vida de la Patria, las luchas para sostenerlos, y el principio único y verda-
dero, de que por encima de todo está nuestro amor a esa misma Patria.
Ese ejemplo también ha sido heredado por las esposas, las que comparten
en anhelos y sacrificios la vida íntima del hogar y las que además de estas
tareas, cumplen las de alentar, aconsejar y ayudar al esposo que en misión
de la Patria, siente el agobio de su responsabilidad.

Junto a los grandes hombres, siempre ha existido una mujer;


y en la hora presente, la mujer misma tiene responsabilidades en actos
trascendente que nos hacen evocar a la gran matrona, que aun viviendo
en tiempo distinto, traza luminosamente que la mujer y el hombre. cuando
de la Patria se trata, forman en su 'actuar y vivir, el cuadro completo de las
luchas de libertad, progreso y bienestar de todos y cada uno de los ciuda-
danos hombres, mujeres y niños que integran la iinidad de nuestra nacio-
nalidad que por legado de nuestros héroes se finca en todas las institu-
ciones que la ley consagra para el respeto y segiiridad de México.
MARGARITA MAZA en imagen y en presencia está en los
altares que la Patria moderna ha levantado a sus h4roes; es la heroína del
amor y del sacrificio para alcanzar la libertad qrie frie evangelio y religión
del esposo; es la expresión elocuente del sentimiento maternal compartido
con el sentimiento de otro amor, el de la gloria de México que los
gobiernos de la Revolución han mantenido en la fórmula inquebrantable
del Patricio: nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho.

LIC. MA. CRISTINA SALMORAN DE TAMAYO.


MINISTRA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA
DE LA NACION
Mhxico, D. F., a 2 de enero de 1972
PALABRAS PRONUNCIADAS POR LA
SENORA MINISTRA MARIA CRISTINA
SALMORAN DE TAMAYO, CON MOTIVO
DE LA CEREMONIA DE ENTREGA DE
LAS MEDALLAS "MANUEL CRESCENCIO
REJON" Y "MARIANO OTERO", EN EL
SALON DE PLENOS DE LA SUPREMA
CORTE DE JUSTICIA DE LA NACION,
18 DE MARZO DE 1975
SENOR PRESIDENTE DE LA SUPREMA CORTE
DE JUSTICIA DE LA NACION, MIEMBRO DE
LA COMISION DE LOS ACTOS CONMEMORATIVOS
DEL SESQUICENTENARIO DE LA FUNDACION DE
LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACION.

SENORES REPRESENTANTES DEL PODER EJECUTIVO


Y LEGISLATIVO QUE INTEGRAN LA COMISION
DE LOS ACTOS CONMEMORATIVOS DEL SESQUI-
CENTENARIO DE LA FUNDACION DE LA SUPREMA
CORTE DE JUSTICIA DE LA NACION.

SENORES MINISTROS;
SENORES MAGISTRADOS DE CIRCUITO;
SENORES JUECES DE DISTRITO;
TRABAJADORES DEL PODER JUDICIAL FEDERAL;
SENORAS Y SENORES:

La celebración del Sesquicentenario de la creación de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, como órgano que en la aplica-
ción del derecho cumple con la alta misión de proteger al individuo en sus
más preciados derechos y garantiza la permanencia y seguridad de
nuestras Instituciones Jurídicas, se inició el pasado día quince con dos
actos solemnes: la devolución por los Tres Poderes de la placa en el
recinto donde por primera vez se instaló la Corte Suprema y el de la
entrega por el Presidente de la República, Licenciado Luis Echeverría, de
las primeras medallas que con los nombres de los ilustres juristas
"MANUEL CRESCENCIO REJON y MARIANO OTERO, se instituyeron
para honrar a quienes por más de treinta y más de veinticinco años de
servicios, han colaborado en la realización de la Justicia Federal que es,
ha sido y será permanentemente para que se cumplan y satisfagan los
inmutables principios de la justicia.

Reunidos en Pleno solemne, hoy se continúa la entrega de


esas Medallas para significar públicamente el reconocimiento de los va-
lores humanos de quienes se han hecho merecedores de ellas, y para
reconocer también públicamente, la valiosa cooperación que han prestado
en forma constante y eficaz para que el Poder Judicial Federal cumpla
plenamente la tarea que se le encomendó hace ciento cincuenta años:
"velar por el cumplimiento de la Constitución que nos rige".

Propicia es entonces la ocasión para que hagamos un breve


resumen de las virtudes y cualidades que han acompaiíado a los servi-
dores del Poder Judicial Federal en un largo período de su vida. Ellos se
han dedicado a un quehacer elegido libremente, pero para cumplir con él,
es de todos sabido, se requiere de una verdadera vocación fortalecida por
altos valores del espíritu que podemos concretar en los de la bondad,
rectitud de ánimo, hombría de bien, integridad y honradez.

Los empleados del Poder Judicial Federal y los Funcionarios


del mismo, han tenido no s61o esos atributos sino también los de la
constancia y el desinterés que les sirvieron y les servirán, como el más
fuerte contrapeso, a los sentimientos negativos producto muchas veces del
desaliento por la injusticia o la incomprensión de quienes los rodean.
Todos lograron vencer obstáculos y a lo largo del tiempo, pueden decir
con satisfacción: hemos sido probos.

Muchos de ustedes lograron llegar a Magistrados o Jueces


de Distrito, y al entregarles ahora la Medalla "MANUEL CRESCENCIO
REJON O MARIANO OTERO según corresponda, tendrán la satisfacción
de recibirla no sólo por el simple transcurso del tiempo, sino además,
porque profesionalmente supieron superarse para merecer la elevada y
difícil tarea de juzgar. tarea en la que se necesita poseer todo género t.i~

virtudes y cualidades porque son muchas las responsabilidades.

Otros, los Secretarios, los que a diario colaboran con el


juzgado en sus tareas y que hoy reciben también al igual que a los que les
toca aplicar el derecho, la reciben, no solamente por el transcurso del
tiempo, sino también por sus méritos.

Los que colaboran en la función de trámite y en la adminis-


trativa, deben sabek que no han sido escuetamente los años de servicio los
que determinaron el reconocimiento de que hoy se les hace objeto, sino la
suma de cualidades que todos los servidores del Poder Judicial Federal
reúnen.

He querido exaltar los aspectos de probidad, no porque pre-


tenda separarlos del tiempo: a mi juicio, ellos son paralelos e inseparables
en la vida del hombre que cumple una misión pero pieriso y digo: iqcié
pobre es el mérito de quien recorre un camino y se olvida de los otros
atributos a que me he referido, los cuales dichos son elementos funda-
mentales y apoyos principales para que el hombre tenga un modo recto
de proceder!

Todos a los que hoy se les entrega la Medalla han sido


colaboradores eficaces en la difícil tarea de administrar la Justicia Federal,
y hora es de que lo expresemos públicamente: "la sólida estructura del
Poder Judicial Federal la componen no sólo los que aplican el derecho
cuando así les es solicitado sino todos y cada uno de sus servidores"y nos
satisface decir también que no únicamente los que ahora reciben el alto
galardón, sino todos, han cumplido a satisfacción, independientemente de
los beneficios objetivos que a su favor consagra nuestra Carta Magna
respecto de la estabilidad en sus empleos.

Señores Magistrados, Señores Jueces, Señores Secretarios y


Señores Empleados, que el recuerdo de este acto sea imperecedero y que
hoy, mañana y siempre, cumpláis con vuestro deber para satisfacción
vuestra y para bien de la Justicia Federal que mantiene vivos los prin-
cipios constitucionales y hace posible la paz por el derecho.

C. MINISTRA
MA. CRISTINA SALMORAN DE TAMAYO
DISCURSO PRONUNCIADO POR
LA SENORA MINISTRA MARIA CRISTINA
SALMORAN DE TAMAYO, EN
REPRESENTACION DEL PRESIDENTE
DE LA SUPREMA CORTE, CON MOTIVO
DE LA INAUGURACION DE LA DECIMA
NOVENA CONVENCION NACIONAL
ORDINARIA DEL SINDICATO DE
TRABAJADORES DEL PODER JUDICIAL
DE LA FEDERACION, EL 12 DE MARZO
DE 1976 EN LA CUATRO VECES HEROICA
CIUDAD DE VERACRUZ, VERACRUZ
Señores Representantes de las Autoridades Gubernamentales y
Municipales del Estado d e Veracruz;

Señores Magistrados y Jueces del Poder Judicial Federal;

Señores Convencionistas;

Señoras y Señores:

Por acuerdo del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación en estos momentos me encuentro aquí, en representación del
señor Don Mario G. Rebolledo, Presidente del más alto Tribunal de
nuestro país, quien por asuntos de servicio no pudo asistir a la Décima
Novena Convención Nacional Ordinaria del Sindicato de Trabajadores
del Poder Judicial de la Federación pero por mi conducto reciban su
saludo respetuoso, el que va unido a su solidaridad con todos los trabaja-
dores del Poder Judicial Federal.

Por la representación que traigo, me corresponde hoy


declarar inaugurados los trabajos de la citada XIX Convención; pero antes
de cumplir tan honroso encargo, quiero expresar a ustedes mi personal
felicitación por la Convención que realiza el Sindicato, como órgano
representativo de los servidores del Poder Judicial Federal, quienes por
mandato Constitucional, tienen derecho a asociarse para el estudio. inejo-
ramiento y defensa de sus intereses.
En esta Convención advierto con agrado, que de acuerdo
con las bases de su convocatoria el sindicato, además de llenar la función
sindical de la renovación de su Mesa Directiva, llena otra función que
revela el interés que tiene de que sus miembros se superen en los niveles
que a cada uno le corresponden en la labor conjunta de la Administración
ae la Justicia, convocando a los servidores del Poder Judicial que por su
función constitucional definida, mantiene la libertad y la seguridad jurídica
por medio del Juicio de Amparo, para que traten por medio de ponencias,
temas no sólo jurídicos, sino económicos y sociales que integran la
realidad de nuestra vida,

La organización sindical es una necesidad de nuestro tiempo


y es a la vez, un triunfo obtenido por los trabajadores y plasmado en la
Constitución del 17 El Artículo 123-B ha conferido al servidor público,
los derechos que dan libertad y dignidad a quien realiza un trabajo, por-
que éste debe efectuarse en condiciones que aseguren la vida, la salud y
un nivel económico decoroso.

En el Poder Judicial Federal en el que ustedes trabajan con


devoción y lealtad, existe, un respeto mutuo entre autoridades y trabaja-
dores y cordiales relaciones porque ambos tienen intereses comunes: la
buena marcha de la administración de justicia y el mejoramiento de las
condiciones sociales y económicas de los trabajadores. Señores que esto
se prolongue en el tiempo y en el espacio para que el P ~ d e rJudicial
Federal cumpla plenamente su tarea "velar por el cumplimiento de la
Constitución".
Con la representación que comparezco, declaro hoy doce de
marzo de 1976 formalmente inaugurada la Décima Novena Convención
Nacional Ordinaria del Sindicato de Trabajadores del Poder Judicial de la
Federación.

Lic. MA. CRISTINA SALMORAN DE TAMAYO


Mtra. de la Suprema Corte d e Justicia d e la Nacidn
PALABRAS PRONUNCIADAS POR LA
SENORA MINISTRA, LICENCIADA MARIA
CRISTINA SALMORAN DE TAMAYO, EL
DIA l o . DE OCTUBRE DE 1976, EN LA
CIUDAD DE PUEBLA, PUE., CON MOTIVO
DE LA CREACION DEL JUZGADO 30.
DE DISTRITO EN ESA ENTIDAD
C. Dr. Alfredo Toxqui FernAndez de Lara,
Gobernador Constitucional del Estado de Puebla.

Seiiores Magistrados y Señores Jueces del Sexto Circuito.

Señores licenciados Armando Romero Marroquin y


Daniel Corona Sdnchez Presidentes de los
Tribunales Superiores de Justicia de los
Estados de Puebla y Tlaxcala.

C. Dr. Raúl Patiño Blanco, Presidente de la Comisión


Permanente del Congreso del Estado de Puebla.

C. Lic. Carlos Trujillo, Secretario General de


Gobierno del Estado de Puebla.

C. Lic. Jorge Rosales Peimbert, Procurador General del Estado


de Puebla.

C. Eduardo Cue Merlo, Presidente Municipal del


Estado de Puebla.

Honorable Concurrencia.

El Estado es un ente social que se forma cuando en un


territorio determinado, se organiza jurídicamente un pueblo que se somete
a la autoridad de un Gobierno.
El Gobierno está constituido por el conjunto de individuos o
más exactamente por el conjunto de las instituciones, o de los órganos que
rigen el Estado; el pueblo está formado por el conjunto de personas que
debido a su pertenencia al Estado, están sometidas de modo permanente
e institucional a la autoridad del Gobierno y el Territorio es aquél donde
se ejerce la propia potestad del Estado.

El Estado en su ordenamiento jurídico territorial, sin atender


a su personalidad, tiene su soberanía originaria que no depende de
ninguna otra y atendiendo a su personalidad. su soberanía es indepen-
diente frente a las demás personas jurídicas que se mueven en su ámbito
espacial.

Cuando se habla de potestad, no se habla de potestad


absoluta, porque tal potestad no se da en los Estados modernos, en la
misma forma que no se da la concentración del poder en la persona que
representa al Gobierno y no se da este poder, porque ha sido preocu-
pación desde la época de Aristóteles evitar el absolutismo. Montesquieu
decía "Es una experiencia eterna que todo hombre que llega al poder es
encaminado a abusar del mismo, y no se detiene sino hasta que tropieza
con limitaciones, para que no se pueda abusar del poder es preciso que,
por la disposición de las cosas, el poder contenga al poder. Todo estaría
perdido si el mismo hombre o el mismo cuerpo político ejerciera los tres
poderes: de hacer las leyes, de ejecutarlos y de juzgar"

Para lograr evitar el absolutismo se han consagrado en las


cartas fundamentales limitaciones al poder del Estado, que se traducen en
la protección de los derechos del individuo, de su libertad y de su
seguridad jurídica frente al propio poder del Estado, así como también en
el justo equilibrio político y social del propio Estado.

Ec consecuencia de esa limitación el que los Ectados Demo-


cráticos hayan aceptado la división tripartita de poderes: Poder Legisla-
tivo, Ejecutivo y Judicial.

El Legislativo expide y da las leyes. la función ejecutiva


comprende el acto de ejecutar las leyes en el aspecto administrativo: pero
esta función como dice Biscaretti se extienda más allá de lo que da a
entender su denominación, ya que no se ciñe a abarcar las diversas activi-
dades realizadas para ejecutar las leyes. sino también. y más especial-
mente indica toda la compleja y rnultifornie acciori tiesarrollada sin in-
terrupciones por el Estado, para alcanzar los propios Sities inn~ediatosy
concretos.

La función jurisdiccional corresponde al Poder Judicial, es


una actividad del Estado que está encomendada a comprobar y hacer
cumplir concretamente el ordenamiento jurídico estatal y tutelar los de-
rechos insatisfechos de los particulares. Esta 'función se distingue de la
ejecutiva y legislativa porque en tanto que estas las realiza el Estado con
independencia de la voluntad de los particulares, el Poder Judicial sólo
actúa cuando el particular le pide que intervenga objetiva o concreta-
mente para hacer eficaz su derecho o siis derechos contenidos en la
norma abstracta.
Nuestra Patria durante tres siglos estuvo dominada por
España, pero cuando se independizó se asomó al mundo y pasados sus
momentos algentes, mostró su constitución.

Ilustres hombres la formularon: al formularla tuvieron pre-


sente la doctrina de los pesos y contrapesos que se demuestra cuando
leemos: la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el
pueblo. Todo poder público dimana del pueblo se instituye para beneficio
de éste. . . es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una república
representativa, democrática federal compuesta de Estados libres y sobe-
ranos en todo lo concerniente a su régimen interior, pero unidos en una
federación. . . el supremo poder de la federación se divide para su ejer-
cicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial.

Nació pues nuestro Estado, a partir de ese entonces su único


pensamiento fue obtener el bien y la prosperidad, pero necesariamente se
necesitaba para obtener éstos, establecer una fórmula para que la
federación no pudiera invadir la soberanía de los estados. ni éstos la de la
federación para que existiera equilibrio entre los poderes; pero ante todo
para asegurar que los derechos fundamentales del hombre no fueran
lesionados por ninguna autoridad y fue así como nació el Juicio de
Amparo.

Influenciaron al Juicio de Amparo: la organización de los


Estados Unidos que había dado prestigio tanto en la organización de
tribunales como en la supremacia de la constitución, esto Ctltimo como
consecuencia de la obra de Marshall; la exaltación del individualismo
consecuencia de la revolución francesa y la situación caótica que dentro
de sus primeros aiios de independencia vivió México.

En 1842 con esta influencia y viendo los frecuentes ataques


de los poderes de los estados y la federación a los particulares, Otero
externó la institución de un juicio eminentemente público que depurado y
modificado por los constituyentes con algunas variantes constituye nues-
tro juicio de amparo. No hay que pasar desapercibida la labor tan rrieri-
toria de Rejón que inspirado igual que Otero. elaboró en 1840 uri

proyecto de constitución para el Estado de Yucatán en que por vez


primera se usa la expresión "Amparo".

El Juicio de Amparo es eminentemente político aunque jurí-


dico y el órgano para conocer de él ec de naturaleza jurisdiccional, no por
ello debe confundirse con una contienda judicial en la que se persigue del
juez conocer los hechos y aplicar las leyes para determinar el derecho en
una contienda entre particulares; su misión es más alta, su fin fundamental
es lograr el equilibrio social armónico, armonizando fuerzas que por su
naturaleza están propensas a chocar y que podrían llegar a la desin-
tegracíón política de la nación, cuando estos choques afectaran a las
entidades que la integran, ya un estado de inadaptación de los individuos
frente al poder público cuando el choque se produjera entre los derechos
de los primeros y las autoridades del segundo.

El amparo ha dicho el maestro Azuela, es un sistema de


control, no integral de la constitución: pero en cambio por la amplitud del
artículo 14 constitucional es un sistema de control de legalidad, si en todos
los casos no garantiza la inviolabilidad de la constitución, materia nata del
juicio por los términos del artículo 1 4 su acción se extiende a una materia
que no le es propia y constituye así una garantía de la exacta aplicación
de la ley común.

Impedir la violación a la constitución cuando con rnenospre-


cio de los derechos fundamentales del individuo o con desacato de las
entidades federativas o de la federación misma se pretende inferir una
ofensa a esos sujetos de derecho, es el fin del Juicio de Amparo.

Pero cabe advertir que ni las normas que regulan la vida


orgánica de una nación, ni el juicio mismo pueden por sí solos garantizar
el fiel cumplimiento de aquella ley fundamental; tiene que existir un ór-
gano de dar vida real y efectiva a esa garantía, su autoridad que no sólo
determine que existe violación a la constitución, sino nulifique la violación
y restituya al sujeto en el goce de aquellos y a la constitución en la
plenitud de su observancia.

La ley fundamental da esta función que es vital para la


existencia del Estado al Poder Judicial de la Federación y en la misma se
deposita el ejercicio del Poder Judicial de la Federación: en una Suprema
Corte de Justicia, en Tribunales de Circuito Colegiados en Materia de
Amparo y Unitarios en Materia de Apelación y en Juzgados de Distrito.

Toca al Juez de Distrito conocer los h e c h ~ sy aplicar la ley


para determinar el derecho en una contienda de las señaladas en el
artículo 114 de la Ley de Amparo.
Puebla es un Estado que sigue su marcha ascendente, el
número de habitantes ha aumentado, mayor por tanto es el juego de
intereses, mayor también es el número de demandas presentadas ante los
Tribunales del Poder Judicial por quienes consideran que se les han
quebrantado sus derechos o bien que no les han sido reconocidos
conforme a la norma y a los hechos que le sirven de presupuesto, por eso
señor Gobernador del Estado de Puebla, sefiores licenciados en Derecho
y señores residentes de esta entidad federativa, la Suprema Corte de
Justicia de la Nación ha considerado que es necesario crear en este
Estado el Juzgado Tercero de Distrito y hoy se le da posesión del mismo
al señor Juez licenciado Mario Ojeda Erosa que ha sido nombrado por el
Pleno de nuestro más Alto Tribunal.

El acto reviste gran importancia, no implica solamente la


creación de un juzgado más, no, el pueblo tiene fe en la Justicia, fun-
cionarios y empleados tienen que robustecer el esfuerzo, la justicia debe
ser pronta y expedita, para que no muera esa fe del pueblo.

Quienes se dedican a prestar sus servicios en el Poder


Judicial requieren de una verdadera vocación fortalecida por altos valores
de espíritu que son: bondad, rectitud de ánimo, hombría de bien, integri-
dad y honradez.

Señor Juez hoy en Puebla se abre la puerta del Tercer


Juzgado de Distrito, la Suprema Corte de Justicia de la Nación al hacer
uso del artículo 97 constitucional sabía, al n~mbrario,que el Juzgado
jamás será un sepulcro que guarde los juicios, que jamás se cerrará la
puerta, porque la función del Poder Judicial Federal del que usted forma
parte tiene una función vital, garantizar la soberanía interior de los
Estados y las garantías individuales.

Cumplir señor Juez con el deber, para hacer posible la paz


por el Derecho.

Mtra. Lic. Ma. Cristina SalmorAn de Tamayo


l o . de octubre de 1976
PALABRAS IMPROVISADAS P O R LA
SENORA MINISTRA MARIA CRISTINA
SALMORAN D E TAMAYO, C O N MOTIVO
DEL RETIRO POR JUBILACION DEL
SENOR MINISTRO JORGE SARACHO
ALVAREZ, EL 8 D E FEBRERO D E 1977
Señores Ministros:

Los integrantes de la Cuarta Sala hacen del conocimiento de


este Pleno que en la sesión celebrada el día de ayer, le manifestamos al
Señor Ministro Don Jorge Saracho Alvarez, que lamentamos su ausencia
motivada por su retiro de esta Suprema Corte y por consiguiente no
considero adecuado reiterar los mismos conceptos que ya le hemos
externado al señor Ministro.

México, D. F., a 23 de noviembre d e 1977.


SRA. MA. CRISTINA SALMORAN DE TAMAYO
DISCURSO PRONUNCIADO EL 20 DE
JULIO DE 1977, POR LA SENORA
MINISTRA MARIA CRISTINA SALMORAN
DE TAMAYO, A NOMBRE DEL H. PLENO DE
LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA
NACION, PARA DESPEDIR AL SENOR
MINISTRO PRESIDENTE DE LA CUARTA
SALA, RAMON CANEDO ALDRETE, CON
MOTIVO DE S U RETIRO POR JUBILACION
SENOR PRESIDENTE
SENORES MINISTROS:

El ser la Decano de la Sala del Trabajo me ha otorgado el


honor de manifestar algunas palabras en relación a esta sencilla cere-
monia que hoy se lleva a cabo, y que es sencilla por haber declinado el
señor Ministro Canedo Aidrete un homenaje solemne. De antemano pido
disculpa a todos ustedes, señores Ministros, porque las limitaciones que
para hablar poseo no me permitirán ser leal intérprete de los sentimientos
de todos ustedes. Es muy conocido por nosotros el párrafo último del
artículo 96 de nuestra Carta Magria q u e consagra el priricipio de ICI
inamovilidad para los Ministros de la Suprema Corte de Justicia, lo cual
dicho constituye una garantía de independencia para la actuación en
nuestras funciones, aclarando desde luego. que la independencia para
desempeñar el cargo, no significa aislamiento de los otros poderes, ni
despreocupación de los problemas que atañen a nuestro país; sin em-
bargo esta inamovilidad fue limitada, pensando quizá que la inamovilidad
podría traer inercia y estabilidad y que por lo tanto era necesaria la
renovación en el Poder Judicial, pero esto no acontece, el desempeño de
una función por mucho tiempo no produce la inercia y esto se palpa
precisamente en el caso del señor Ministro Canedo Aldrete quien hasta el
último momento, hasta el último instante de su ejercicio ha demo. uado el
mismo interés que tuvo desde cuando empezó a ocupar el cargo de
Ministro, ya que constantemente continúa haciendo estudios sobre los
principios generales del derecho. y estudios de diferentes fuentes. para
resolver los juicios ya que cada uno presenta nuevos problemas y con
grandes problemas o con pequeños problemas todos los juicios tieneti que
ser resueltos; pero además, al interés que a cada caso ha puesto, al
estudio que para cada caso ha hecho, hay que agregar la experiencia al-
canzada por el tiempo, por tanto concluimos diciendo dónde está pues la
estabilización de criterio y dónde la inercia.

Sin embargo, quien dice el derecho sabe que cuando llega el


momento de cumplir con la orden hay que partir y hay que someterse a la
orden como a todas las otras que limitan nuestra estancia en cualquier
lugar, pero creo también que en este caso, señor Ministro, debe alegrarse,
porque jubilarse, palabra que proviene del latín "jubilare" quiere decir,
alegrarse regocijarse y si señor debe alegrarse y regocijarse porque
haciendo usted cuenta de su actividad durante todo el tiempo que ha
dicho el derecho, actuó con hombría de bien, que jamás limitó el tiempo
para cumplir con su deber, que siempre hizo que se respetara la
Constitución y que su obra fue fecunda, obra que aquí en la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, permanecerá siempre a pesar del tiempo y
en cada ejecutoria en que tomó parte claramente aparecerá su firma y
conio en cada caso se solucionó un conflicto en el se hizo la paz con el
derecho.

Usted señor Ministro nació de la Universidad Nacional Autó-


noma de México, esa Universidad le otorgó el título de Abogado en
Derecho y a partir de entonces desempeñó cargos administrativos de
diversa índole, pero específicamente siempre se dedicó al Derecho
Laboral, derecho intorporado a la Constitución del 17 porque en la es-
tructura constitucional, la vida social y la organización económica son
factores que influyen para que el Estado o bien cambie su política o bien
cree nuevos aspectos normativos o cambie o modifique los ya existentes a
fin de poder mantener su propia estabilidad y seguridad, garantizar la
libertad y la igualdad y respetar la conducta de los individuos o de los
grupos que manifiestan que las instituciones ya no se ajustan a las
realidades existentes y esto que apareció en un pasado inmediato en
México dio nacimiento al artículo 123 Constitucional que es la expresión
d e la voluntad del Ectado para regular las relaciones entre capital y
trabajo, pero al haber incorporado el artículo a la constitución el propio
Estado con su poder soberano tenía que establecer los medios para su
cumplimiento, el mismo Estado tenía que hacerlo cumplir por niedio de la
función jurisdiccional porque sin ella, carecería de eficacia.

Su experiencia en esta materia señor Ministro fue basta, ya


que actuó en ocasiones como presidente de Junta Local de Conciliación y
Arbitraje y en otras como litigante en cuestiones laborales, tenía pues las
aptitudes necesarias para ocupar el cargo de Ministro de esta Suprema
Corte y formar parte de la Cuarta Sala.

El dos de mayo de 1967 el Pleno de la Suprema Corte le dio


a usted la más cordial y entusiasta bienvenida como Ministro Numerario,
después de haberlo hecho tres años antes en la misma forma cuando
entró como Ministro Supernumerario, hoy se marcha usted de esta
Suprema Corte de Justicia y aunque oficialmente este acto es de despe-
dida, en esta ocasión rompemos los moldes estrictos y no le &remos adiós
porque todos tuvimos la satisfacción de haber sido considerados por usted
como amigos, a todos nos vibra el aprecio que nos tiene y no se puede
despedir a quien conserva el nuestro, por esto señor Ministro s61o po-
demos decirle pronto nos veremos y tenga la seguridad que cuando venga
a esta Suprema Corte de Justicia, será bienvenido porque llega al lugar
que fue su casa.

México, D. F., 20 de julio de 1977


LIC. MA. CRISTINA SALMORAN DE TAMAYO
PALABRAS PRONUNCIADAS POR LA
SENORAMINISTRA MARIA CRISTINA
SALMORAN DE TAMAYO, CON MOTIVO
DE LA INSTALACION DEL SEGUNDO
TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA
DE TRABAJO. SEPTIEMBRE 4 DE 1978
Señores Magistrados,
Señores Secretarios,
Señores Empleados:

La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha considerado


necesario crear el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Laboral y hoy
se les da a todos ustedes posesión del mismo.

Este acto reviste una gran importancia, no constituye sola-


mente la creación de un nuevo Tribunal, no se abre tampoco la puerta de
otro Tribunal, para minutos después convertirlo en un sepulcro que
guarde los juicios. S e crea un nuevo Tribunal de Trabajo para servirle al
pueblo, para decirle el derecho a la clase trabajadora y decirlo en una
forma pronta y expedita, actuando con los altos valores del espíritu, bon-
dad, rectitud de ánimo, hombría de bien, integridad y honradez.

Señores: cumplid con el compromiso que hoy habéis adqui-


rirdo, porque no hay mayor satisfacción q u e la del deber cumplido.

México, D. F., septiembre 4 de 1978


Ministra: Ma. Cristina Salmorán de Tamayo
PALABRAS PRONUNCIADAS POR
LA SEÑORA MINISTRA MARIA CRISTINA
SALMORAN DE TAMAYO EN LA
DESPEDIDA DEL SENOR MINISTRO
DON MARI0 G . REBOLLEDO F.
24 DE ENERO DE 1984
SENOR PRESIDENTE DE LA SUPREMA CORTE
DE JUSTICIA DE LA NACION;

SENORES MINISTROS;

Es para mí un alto honor ser portavoz del sentir y del pensar


de todos los aquí presentes para decirle a usted, señor ministro decano,
don Mario G. Rebolledo, en esta sencilla pero afectuosa ceremonia que en
estos momentos se lleva a cabo, que a través del contacto diario con usted
y que ha sido durante muchos años, hemos constatado sus cualidades de
jurista y todas las demás de las que usted goza: rectitud de ánimo,
hombría de bien, integridad, honradez en el obrar, lealtad y sencillez en sil
trato.

En esta ocasión al retirarse por su jubilación señor rniriistro.


ha concluido su tránsito en la Supretria Corte de Justicia. doride ha Ilega-
do a coronar una distinguida carrera y conquistado el afecto y el respeto
de todos.

Jubilar del latín jubilare, quiere decir alegrarse, regocijarse,


la vida lo conducirá por otros derroteros y tendrá una oportunidad más,
igualmente llena de honor, para servir a México.
Señor ministro Rebolledo: queremos dejar testimonio d e
profunda admiración al hombre que ha entregado la mayor parte de sil
vida a decir el Derecho.

Enero 24 de 1984

Ma. Cristina Salmorhn d e Tamayo


DISCURSO PRONUNCIADO POR LA
SEÑORA MINISTRA MARIA CRISTINA
SALMORAN DE TAMAYO, PRESIDENTA EN
FUNCIONES DE LA CUARTA SALA DE LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA
NACION,CON MOTIVO DEL RETIRO DEL
SENOR MINISTRO DAVID FRANCO
RODRIGUEZ. 9 DE ABRIL DE 1985
SENOR PRESIDENTE DE LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACION;
SENORES MINISTROS;
SENOR SECRETARIO DE PESCA;
SENORES INVITADOS;
SENORAS Y SENORES:

En esta sesión de Pleno Solemne se me ha conferido el alto


honor de pronunciar las palabras de despedida con motivo del retiro vo-
Iiiritario. del señor ministro don David Franco Rodríguez. Ante todo, quie-
r o liacer saber que la encomienda qucl me fue confiada la recibí con
profunda alegría. Sin embargo, debo confesar que me preocupa grande-
mente carecer de las dotes oratorias suficicntes para poder externar, como
hubiera querido, los sentimientos que en este momento nos embargan a
todos.

El retiro espontáneo del señor ministro, y querido colega,


licenciado don David Franco Rodrígiiez. crea u n vacío en este recinto
judicial. Sus cualidades de juez, su amor por una justicia social, su pru-
dencia en la aplicación del derecho, entre otras virtudes, nos permiten ver
en usted, señor ministro: un digno ejemplo para la Judicatura Nacional.

El señor licenciado don David Franco Rodríguez nació en el


Estado de Michoacán, en la antigua Valladolid, hoy llamada Morelia, en
reconocido homenaje a don José María Morelos. El señor licenciado don
David Franco Rodríguez cursó sus estudios ~rimariosen la Escuela Oficial
de Pajac.:arriii de aquel bello Estado; los estudios secundarios y los preu-
niversitarios los siguió en el Colegio de San Nicolás de Hidalgo de la pro-
pia ciudad de Morelia. Sus estudios profesionales los realizó en la Facultad
de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de
México y en la Escuela de Jurisprudencia de la Universidad Michoacana
de San Nicolás de Hidalgo; en esta última, por su dedicación constante y
empeñosa, el 21 de septiembre de 1940, obtuvo el título de licenciado en
Derecho. Durante su paso por esa última casa de estudios destacó su
inquietud por la comunicación e identificación con la juventud estudiosa,
lo que le permitió el reconocimiento de los estudiantes para representarlos
en el X Congreso Estudiantil, que tuvo lugar en la ciudad de Mérida,
Yucatán, en septiembre de 1937. En dicho Congreso el señor licenciado
don David Franco Rodriguez fue electo Secretario General de la
Confederación Nacional de Estudiantes. Más tarde. en 1940, ocupó el
cargo de jefe del Departamento de Extensión Universitaria de la
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

Al concluir este encargo, el cual desempeñó con todo


acierto, tomó posesión de su primer oficio como profesional del derecho:
primer Agente Substituto de la Procuraduría General de Justicia de su
Estado; más tarde su primera Magistratura Judicial: jiiez de Primera Iris-
tancia de Coalcomán, después, juez de Tacámbaro y. de Maravatío. Sus
inquietudes de hombre dispuesto a compartir sus conocimientos, lo con-
dujeron a la enseñanza. Fue profesor de la Cátedra de Historia en el
Colegio de San Nicolás, así como de la Cátedra de Etica en la Escuela de
Comercio del mismo Colegio. Su talento y dedicación valió para que, en
el año de 1943, fuera designado secretario general de la Universidad
Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. A fines de ese año, llega a la
cúspide de su carrera universitaria: ocupa el cargo de Rector de dicha casa
de estudios -cuando sólo contaba con 28 años de edad-.

En 1944 el señor licenciado don David Franco Rodríguez


fue abogado Consultor de la Secretaría de Agricultura y Ganadería y
abogado Consultor de la Comisión de Irrigación. En estos cargos, como
en todos los que se le confiaron, fue prueba de capacidad y calidad hu-
mana; por ello se hizo merecedor del piiesto de jefe de Abogados y
Subdirector Consultivo de la Secretaría de Recursos Hidráulicos.

En 1949, como preludio del tioriroso cargo de Gobernador


de su Estado, el señor licenciado don David Franco Rodríguez fue electo
Diputado al Congreso de la Unión, por el IV Distrito Electoral de Mi-
choacán e, inmediatamente después, Senador de la República. El 15 de
septiembre de 1956 tomó posesión como Gobernador del Estado de
Michoacán; en dicho cargo, más allá del Poder Político, quiso y sirvió a su
pueblo, emulando a aquél que transformó nuestro país; que sentó las
bases del México moderno; que lo independizó: Lázaro Cárdenas.

El 15 de septiembre de 1362, después de múltiples logros,


entregó la Magistratura de Gobernador de su Estado.

Tres años más tarde el primero de febrero de 1965, el


presidente de la República, licenciado Gustavo Díaz Ordaz, designó al
señor licenciado don David Franco R o d r í g ~subprocurador
i~ Gerieral de
la Repíil)lica, puesto en el que fue ratificado el 12 de diciembre de 1970,
por el 1.1iesidenteLuis Echeverría.

La entrega constante en la realización de todas las tareas que


le fueron encomendadas, hizo posible que el 14 de febrero de 1973, fuera
designado ministro de esta Honorable Suprema Corte d e Justicia de la
Nación, adscrito a la Sala Auxiliar. En aquel momento el señor licenciado
don David Franco Rodríguez tuvo que haber experimentado, si no la más
grande, una emoción indeleble en su vida; la misma que experimentamos
todos nosotros cuando recibimos esta toga, símbolo del más noble de los
apostolados.

El primer día hábil de enero de 1974, el licenciado don


David Franco Rodríguez formó parte del Pleno d e este alto Tribunal -sien-
do parte de su Tercera Sala-. En agosto de 1978 fue adscrito a la Cuarta
Sala de esta Corte. Ahí tuve la enorme fortuna de compartir inquietudes
en la toma de decisiones trascendentes que habrían de honrar a esa Sala.

Señor ministro: mucho es lo que podría decirse de su inte-


gridad, honestidad, bonhomía; pero sobre todo de su inagotable gene-
rosidad, de la cual muchos nos hemos beneficiado. Señor ministro: usted
no ha sido únicamente un buen funcionario; usted ha sido un buen
hombre y un gran n~exicano.Estas virtudes no han pasado desaper-
cibidas: son conocidas por todos, particularmente por aquellos que hemos
estado cerca de usted. Señor ministro: usted se retira no s610 con dignidad
sino, dejando una huella profunda en todos sus compañeros de trabajo.
Sus cualidades d e juez y su dedicación son ejemplo d e res-
ponsabilidad y tezón. En este último cargo usted debe estar orgulloso de
haber puesto fin al dolor que engendra la injiisticia, remediándola me-
diante el otorgamiento del amparo, proveído qiie protege de "desafueros"
y arbitrariedades al caído en desgracia.

Señor ministro: el mejor h o m ~ n adj e~ esta suprema Corte es


no sólo el reconocimiento a su brillante trayectoria de funcionario y juz-
gador, sino una pública constancia a su enorme bondad, gentileza y en-
tusiasmo que tanto honra a usted como a la familia que lleva su nombre
Señor ministro: conserve siempre nuestro recuerdo y nuestra eterna
amistad.

Muchas gracias.

MINISTRA MA. CRISTINA SALMORAN DE TAMAYO

También podría gustarte