Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Durante algo más de un mes navegaron por las islas Antillas que Colón creyó eran
las islas que existen poco antes de llegar a Asia. Cuando arribaron a Cuba, a la que Colón
llamó Juana, el 28 de octubre pensó que aquello ya era el continente asiático. Pero al ver
que no existían grandes ciudades ni civilizaciones importantes sino pequeñas aldeas de
nativos primitivos se debieron de sentir desconcertado y decidieron seguir navegando en
pos del continente dejando atrás la isla de Cuba y llegando a la isla de Haití a la que Colón
llamó isla la Española (actual Haití y República Dominicana). Allí contactaron con los
nativos que les contaron que en la región llamada Cibao encontrarían oro y riquezas.
Colón confundió ese nombre por su parecido con el de Cipango (Japón).
Naufragio de la nao Santa María y el fuerte Navidad
Siguieron costeando el norte de la isla Española y el 25 de diciembre la nao Santa
María encayó en un banco de arena en donde quedó varada. Ahora se planteó un serio
problema: los casi 100 tripulantes no cabían en las dos pequeñas carabelas para regresar a
Castilla. Colón decidió dejar a 40 hombres allí y construyeron una pequeña fortaleza a la
que llamaron Fuerte Navidad. Su misión era el de explorar la isla Española y entablar
relaciones amistosas con los nativos preparando el terreno para cuando volviesen en un
segundo viaje y continuar con la colonización de la isla. El 6 de enero tomaron rumbo de
regreso a casa llegando Colón a Lisboa tras sufrir varias peligrosas tempestades el 15 de
marzo de 1493. Y Martín Alonso Pinzón llegó unos días después a Bayona (Galicia).
El segundo viaje de Colón
Una vez en España Cristóbal Colón fue llamado por los Reyes Católicos a explicarles en
Barcelona los pormenores de la expedición y los éxitos cosechados. Colón se presentó
ante los mismos con varios indios taínos, unos papagayos, un poco de oro, perlas,
artesanía indígena y promesas, muchas promesas de muchas riquezas y nuevos
descubrimientos. El ardid tuvo su efecto y rápidamente los Reyes Católicos pusieron la
maquinaria legal para legitimar dichos descubrimientos mediante la petición al papa
Alejandro VI de la emisión de las bulas «Inter Caetera II y III» que concedían a Castilla esos
territorios y su evangelización e inmediatamente se encargó a Colón comenzar
los preparativos del segundo viaje ya para colonizar esos territorios.
Rápidamente se organizó una auténtica flota de colonización compuesta de 17
naves y 1500 personas de todo tipo de profesiones. Las mentiras de Colón sobre las
riquezas supuestamente encontradas y las posibilidades de muchas más surtieron su
efecto y una avalancha de candidatos se presentó para inscribirse en la
expedición. Partieron el 25 de septiembre de 1493 de la ciudad de Cádiz rumbo a las Islas
Canarias a donde arribaron el 5 de octubre. Esta vez la parada fue muy breve y el 7 de
octubre partieron de la Gomera y tras una tranquila y pacífica travesía llegaron el 2 de
noviembre a la isla Dominica en las Pequeñas Antillas. Desde allí navegaron por el resto de
islas pasando por el norte de la actual isla de Puerto Rico y el 22 de noviembre llegaron a
la península de Samaná en la isla Española. Había prisa por llegar al fuerte Navidad en el
que había dejado a los 40 marineros castellanos por el naufragio de la nao Santa María, no
solo por saber de ellos sino también por conocer sus avances en la exploración de la isla y
sus relaciones con los nativos.
Desastre en el Fuerte Navidad
Llegaron a la altura del fuerte Navidad el 27 de noviembre y cual fue su sorpresa cuando
averiguaron que el mismo había sido destruído y quemado y todos sus habitantes
asesinados. Los nativos caribes los habían atacado y muerto no dejando ninguno vivo. El
terror se apoderó de toda la expedición. Colón había dicho que los indígenas de la isla
eran pacíficos y muy dóciles y esto venía a demostrar todo lo contrario. Los colonos
comenzaron a desconfiar de Colón ¿si les había mentido en algo así qué otras mentiras
habrían contado en Castilla? Este hecho trastocó radicalmente los planes de Colón porque
contaba con que los marineros habrían encontrado más riquezas, habrían entablado
relaciones con los nativos y montado y construido una buena base donde poder alojar a
los nuevos expedicionarios. Pero todo esto quedó en nada. No tenían nada, ni siquiera un
lugar donde colonizar y establecerse.
Fundación de la primera ciudad española en las Indias: La Isabela
Partieron rápidamente antes de que los nativos pudiesen atacarlos y navegaron
hacia el este a buscar un emplazamiento donde fundar la nueva colonia. Pocos días
después, tras explorar y rechazar varios lugares, encontraron una especie de bahía que les
resultó interesante y decidieron establecer ahí la primera colonia española en el Nuevo
Mundo. Le pusieron como nombre la Isabela e inmediatamente se pusieron manos a la
obra para tener operativa la colonial lo antes posible con un mínimo de comodidades.
Pero las cosas empezaron a torcerse pronto, una epidemia hizo enfermar a numerosos
colonos y provocó muchas muertes. Aquello no iba a ser un camino de rosas. La ciudad
fue oficialmente fundada el 6 de enero de 1494 con una misa oficiada por fray Bernardo
Buyl.
Colón parte en busca del continente asiático
Una vez establecida más o menos la colonia Colón dejó a su hermano Diego al
frente de la isla Española y él partió desde la Isabela con 96 hombres y 3 carabelas en
dirección nordeste a buscar el continente asiático y sus riquezas.
Durante algo más de cuatro meses navegaron por el sur de la isla de Cuba,
descubrieron la isla de Jamaica, recorrieron el sur de la isla Española haciendo escala en
Isla Saona y tocaron tierra en Puerto Rico para finalmente y debido a una enfermedad del
almirante decidieron retornar a la Isabela sin tampoco haber encontrado Asia ni siquiera
algún vestigio evidente de alguna civilización oriental.
El tercer viaje de Colón
Colón regresó a España en donde volvió a entrevistarse con los Reyes Católicos,
esta vez en Burgos, y fue confirmado en todos sus cargos y beneficios estipulados en las
capitulaciones de Santa Fe. Pero esta vez los reyes se involucraron más en la organización
del tercer viaje al Nuevo Mundo imponiendo una serie de condiciones y requisitos para
prestarle su apoyo, como fue una serie de profesionales entre sus expedicionarios y
algunos religiosos. Colón tuvo que recurrir a la banca genovesa para financiar parte de la
misma. En esta ocasión las malas noticias que llegaban a Castilla de la isla Española sobre
enfermedades, duros trabajos, ataques de nativos y rebeliones hizo descender el
entusiasmo en alistarse por lo que les llevó más trabajo conseguir completar la
tripulación.