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El videoclip 3 (opcional).

Antonio García Pastor.

Ahora todo es más rápido la televisión, las películas, nuestras vidas en sí. Los
espectadores se han vuelto impacientes y para colmo, contamos con la llegada de Internet
con banda ancha y su amplia variedad de dispositivos para navegar.
Estés donde estés, han convertido esto en toda una revolución.
Esto no ocurrió de la noche a la mañana. La migración de la audiencia desde los medios
tradicionales como la televisión hacia medios digitales como Internet, ya era un hecho en el
nuevo milenio.
La leyenda Music Television comenzaba a desvanecerse. Del logo de MTV aparecerían
nuevas plataformas como iTunes Store o el gigante de Google y YouTube. Itunes, por un
lado, comercializaba los videos de las bandas, de modo que ´éstos ya no eran solamente
una herramienta de promoción, sino que también funcionaban como parte de los artistas.
Pero, por otro lado estaba; YouTube.
Creado por Chade Hurley, Steve Chen y Howell Karim abría sus puertas a la comunidad
internauta. En 2005 se presentaba como un sitio web en el que cualquier usuario podría
compartir su material fácilmente y de manera gratuita. ¿Y qué es lo primero que se te
ocurriría a ti para publicar en la primera web de videos libres y gratuitos?

Videos musicales.

YouTube comenzó a ofrecer una vasta cantidad de videoclips gracias a los usuarios que
muy gentilmente subían videos musicales que tenían en su propiedad para que cualquiera
pueda verlos. Y probablemente este era el contenido más reproducido de la página. Más
tarde, el titán Google olió el negocio que manaba YouTube. Y así el 16 de octubre de 2006
compraría la plataforma por 1650 millones de dólares, suma que sería muy útil a sus
creadores para poder pagar toda la deuda que tenían con varias compañías del
entretenimiento, porque si no le salió muy bien que digamos toda esa liberación de videos
para todos. El copyright siempre amenazó desde las tinieblas.
Youtube, ya bajo el dominio de Google, continuó creciendo y todo era color de rosas, hasta
que a las discográficas les empezó a dar mala espina que sus videos musicales se
ofrezcan libremente por ahí. Así que los capos de la industria y Universal Music Group,
Sony Music Entertainment y EMI se juntaron a fines de 2008 para tramar un maléfico
plan.
En 2009 estas compañías fundaron Vevo, que vendría a significar Video Evolution.
Originalmente se pensó como un sitio web que ofrecía un servicio a la carta de videoclips y
de hecho fue innovador y exitoso por algún tiempo. Llegó a superar a MySpace Music,
que era la plataforma preponderante por entonces. Después de toda esta video Evolution
no pasó mucho tiempo hasta que la masa volvió a YouTube, de modo que las discográficas
debieron replantear su proyecto.

Más adelante se pasó a YouTube, ya que era allí donde la gente ponía los ojos y gracias a
la publicidad in streaming pudieron rentabilizar el negocio. Es decir mediante esas
propagandas terroríficas que aparecen en mitad de los vídeos que estamos viendo.

De esta forma las visualizaciones generan ganancia y por medio de una repartición
previamente pactada todos quedan contentos. Google, las discográficas y los artistas
durante estos felices años 2000.

La tecnología utilizada en la realización de videoclips no tenía nada que envidiarle al cine.


El uso de croma animatrónica, efectos visuales, CGI y la incorporación de las cámaras
digitales hicieron de estos videos grandes producciones y ni que hablar toda la locura que
se puso a prueba en cuanto a montaje. La discontinuidad, el montaje intelectual, armónico,
rítmico y una mezcolanza de todos los recursos técnicos que se pueden emplear en la
creación de estas obras audiovisuales que eran caldo de cultivo para la experimentación,
técnicas utilizadas en videos musicales.
Más tarde pasarían a la gran pantalla, como es el caso del efecto bullet time de Matrix,
que ya había sido aplicado en el video See you when you ever del rapero estadounidense
Coolio. De hecho, muchos realizadores que hoy hacen cine comenzaron su carrera en los
videos musicales, como por ejemplo David Fincher, Michel Gondry o Spike Jonze.
El concepto de videoclip como tal.
Si bien el videoclip hoy en día es un género audiovisual consolidado, este posee dentro de
sí otros subgéneros o subtipos, el primero son los videoclips narrativos. Estos
básicamente cuentan una historia mediante microrrelatos. Suelen presentar los recursos
típicos del cine como elipsis, continuidad, transiciones entrelazadas, fundido a negro, a
blanco. Lo normal, digamos.
Todos los videoclips descriptivos o no narrativos, a diferencia de los anteriores, estos
son lo contrario, no relatan ninguna historia. Simplemente se enfocan en transmitir una
idea, una emoción o un concepto, seduciendo la visual del espectador mediante la estética
(abstracción, ruptura espacio temporal, mezcla).

Los videoclips narrativos descriptivos son una combinación entre los dos anteriores
intercalan escenas en las que transcurre una historia con momentos abstractos o
generalmente con escenas en la que la banda aparece tocando.

Y finalmente podemos mencionar los subtipos más básicos, que son los vídeos en los
que solo aparece la banda tocando y los vídeos grabados en vivo, que también
suelen utilizarse como videoclips (pregunta que alguien me hizo en clase).
En los dos aparece la banda tocando. Pero hay una sutil diferencia y está en que los
primeros son una producción donde la banda toca en decorados prediseñadas o naturales,
hechos específicamente para el video, mientras que nosotros se aprovecha la performance
en vivo de la banda y se los graba para crear un videoclip.

Youtube hoy en día es la plataforma predilecta por la audiencia para ver videos musicales,
por lo que no sorprende que este tipo de vídeos sean los más reproducidos del sitio.
Hagamos una cronología. En 2008 el primer video musical más visto fue Music is My Hot
Sex, de la banda indie brasileña Cansei de Ser. Tema que estaría en la cima por tan solo
unos días. Ese mismo año sería destronado por Girlfriend de Avril Lavigne, que duró un
año más o menos desde mediados de 2008.
Luego llegaría la que se ha considerado reina del videoclip musical l Lady Gaga en 2010
con su hit Bad Romance, extravagante y llamativo hasta los topes que tampoco duró
mucho en la cima, ya que fue destronado rápidamente por Baby de Justin Bieber (S.C) y
este se quedaría ahí hasta fines del 2012, cuando apareció el mítico Gangnam Style del
cantante K-Pop TSY que se ha mantenido en el trono hasta hace poco. Reninado de lo
absurdo a niveles insospechados mezclando baile con, sexualidad y situaciones diarias sin
sentido.
A mediados de 2017 lo destrozaría See you again de Wiz Khalifa, pero eso solo sería de
paso, ya que en poco tiempo fue superado por Despacito de Luis Fonsi y Daddy Yankee
video que para fortuna algunos y desgracia de otros continúa ocupando el trono.
Como vemos el videoclip en nuestra actualidad sigue vigente y dando guerra, hay muchos
realizadores que intentan desempeñarse en este medio, pero por diversas cuestiones el
camino se ve obstaculizado, ya sea por financiación o falta de recursos, por lo que
aparecen organizaciones para que este arte se mantenga en pie. Seguimos en una época
de transición.
El paso de lo analógico a lo digital aún no ha terminado y posiblemente todavía quedan
unos años más. Los medios evolucionan, la cultura evoluciona y, como diría Heráclito, lo
único constante es el cambio. Ya veremos que le deparará el futuro al arte del videoclip.
Seguramente mute o se hibride con otro género (el espectáculo en vivo), o los nuevos
dispositivos digitales harán de él otra cosa. En fin, toda esta historia deja tras de sí un
legado de célebres directores, músicos y melodías que resonarán en el recuerdo de
muchas generaciones.

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