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El puente del clérigo.

Primer acto.
Escena 1
El primer acto se desarrolla en la casa del clérigo ubicada en Santiago
Tlatelolco cerca de lo que hoy se conoce como La lagunilla este evento sucedió
durante la época del virreinato era una casa de estilo barroco muy bien
amueblada ya que la familia Jáuregui era de ascendencia española que había
hecho su fortuna en la Nueva España y el padre se había convertido en un
ilustre caballero.
Personajes:
El clérigo, fray Juan de Nava (principal) hermano del caballero Jáuregui, era
un hombre de complexión media, de edad madura y con una expresión que
reflejaba confianza y protección, era de carácter fuerte, pero compasivo, amaba
entrañablemente a la hija de su hermano y toda su devoción la debía a la
Iglesia
Doña margarita (secundario) hija del caballero Jáuregui, era una joven
amable e inocente de extraordinaria belleza y al igual que su tío llena de
compasión hacia los necesitados, tal vez un poco inocente, lo que la hizo creer
los engaños de Don Duarte
Don Duarte de Zarraza (principal) caballero portugués, hombre
experimentado en el engaño, tenía facilidad de palabra y su complexión alta y
musculosa le ayudaban en sus empresas, era un fanático del licor y de las
apuestas y de pasar las noches con mujerzuelas en las que gastaba todo el
dinero, sabía guardar muy bien las apariencias y su linaje noble lo hacía
experto en los buenos modales.
Sirvienta (secundario) recomendada de la esposa del gobernador, mujer del
vulgo, que por haber trabajado y cuidado a los hijos del gobernador se había
ganado una buena recomendación cuando ellos dejaron la Nueva España, era
regordeta y muy entrometida, pero de sentimientos nobles, quería mucho a la
niña Margarita como ella la llamaba.

La escena 1 se lleva a cabo en la sala de la casa del clérigo donde doña


margarita está bordando.

(Llega la sirvienta con un papel en la mano.)


SIRVIENTA: Niña margarita ahí está de nuevo ese fulano que dice que quiere
hablar con uste ya le dije que uste no recibe a nadie, pero no me hizo caso y le
manda este papel.
MARGARITA: ¡Ay Mariana! cuántas veces te he dicho que no le digas fulano
es don Duarte de Zarraza, es un caballero muy educado y muy guapo a ver
dame el papel tú no sabes de las cosas del amor.
SIRVIENTA: Yo lo que sé es que ese fulano no me da confianza y mi instinto
nunca falla hágame caso yo sé lo que le digo, pero allá uste.
(Margarita toma ansiosa el papel y lo lee con cara entusiasmada)

MARGARITA: (En voz alta) Rosa divina que en gentil cultura eres con tu
fragante sutileza magisterio purpúreo en la belleza, enseñanza Nevada a la
hermosura ¿Queréis hacerme el honor de permitirme un momento para admirar
con embeleso tu hermoso rostro y escuchar extasiado el candor de tus dulces
palabras? ¡No te lo dije marina!, Don Duarte de Zarraza es todo un galante
caballero, pero qué haces ahí parada ver rápido ábrele la puerta y déjale pasar.
SIRVIENTA: Niña ya le dicho que a su tío no le gusta que reciba a nadie en la
casa si no está él presente
MARGARITA: (Enojada) ¡María deja de parlotear y abre la puerta!
(Entra Don Duarte muy amable y con un ramo de flores que parecían
haber sido cortadas de último momento del jardín de doña margarita.)
DUARTE: ¡Doña Margarita! es un placer ver nuevamente sus ojos de diamante
y besar su mano de terciopelo (toma la mano de margarita y la besa)
MARGARITA: (Apenada) Don Duarte es usted muy amable.
DUARTE: El motivo de mi visita es para traerle este ramo de flores que no se
comparan en nada a su belleza.
SIRVIENTA: ¿Y de dónde las compro?, ¡Ah ya sé! de nuestro jardín verdad.
MARGARITA: ¡María no seas grosera! Don Duarte es un caballero y no
necesita cortar flores de nuestro jardín el es un hombre con una excelente
posición es amigo del virrey y del gobernador además proviene de una familia
con una excelente posición económica
SIRVIENTA: Pues eso lo diría uste pero la gente dice otra cosa.
MARGARITA: Mejor vete a la cocina y trae té para Don Duarte y para mí. Don
Duarte por favor tome asiento.
DUARTE: Gracias doña Margarita No haga caso a su sirvienta, lo que la gente
dice de mí y de mi familia es por pura envidia y a propósito de eso vengo a
invitarla al baile que hará mi familia en honor de mi padre que regresa de
Portugal en dónde fue a cerrar unos negocios muy importantes. Espero verla
por ahí a usted y a su apreciable tío Don Fray Juan de Nava
MARGARITA: Estaremos muy honrados en asistir y no se preocupe por mi tío
que yo me encargaré de convencerlo para que me acompañe ya sabe que para
él este tipo de festividades no le agradan mucho, él solos vive para la vida
religiosa pero ahí estaremos se lo aseguro
DUARTE:(Fijándose si alguien viene, se levanta y abraza a margarita)
¡Margarita no puedo esperar más! cuando vamos a formalizar nuestro noviazgo
estoy ansioso de tenerte para mí todos los días (Entre dientes) y a tu dinero.
MARGARITA: Duarte Tú sabes que estoy a cargo de mi tío y él tiene que dar
el consentimiento para nuestro matrimonio yo también ansío estar contigo por
siempre.
(Se escuchan ruidos de casas y los dos se sueltan y vuelven a sus
lugares, entra la sirvienta)
SIRVIENTA: Aquí está el té (comienza a servir)
Escena 2

(Entra fray Juan de Nava)

JUAN: (Enojado) ¡Qué hace este hombre aquí!, Margarita no te he dicho que
no me gusta que venga este a visitarte.

DUARTE: Fray Juan Nava es un gusto volver a verle he venido a invitarlos al


baile que hará mi familia en honor de mi padre que regresa de Portugal
JUAN: ¡Usted sabe que no me gusta asistir a esos eventos!, yo vivo para la
vida religiosa y no le he permitido que venga usted a visitar a mi sobrina

MARGARITA: ¡Pero tío porque te comportas así!, Don Duarte Zarraza es un


hombre muy respetuoso nunca me ha faltado al respeto, es muy cortés y muy
amable con nosotros siempre y su familia nos aprecia mucho
JUAN: ¡Margarita por favor sal de la habitación!, necesito hablar a solas con
Don Duarte
(Margarita sale muy enojada de la sala y se va a su cuarto fray Juan de
Nava agarra a Duarte de las solapas de su saco y comienza a gritarle)
DUARTE: Pues bien, aquí estoy qué es lo que tiene que decirme
JUAN: ¡Tú sabes bien a qué me refiero!, he descubierto tus artimañas y a mí
no vas a poder engañarme cómo has engañado a esas dos pobres mujeres a
las cuales dejaste abandonadas y con hijos yo conozco todas tus tretas cómo
has perdido el dinero de tu familia y los has llevado a la ruina pero igual que tu
padre tenías que seguir el mismo ejemplo, él no regresa de Portugal exitoso si
no que fue a rogar al rey que le diera una oportunidad para no perder las tierras
que obtuvo aquí en la Nueva España ese baile es sólo para incautar a los
tontos y sacarles el dinero pero conmigo te equivocaste nunca verás el dinero
de Margarita y nunca será tu esposa.
DUARTE: ¡Eso está por verse margarita está muy enamorada de mí y ella era
todo lo que yo le diga!
JUAN: No me provoques Duarte yo estoy dispuesto a defenderla y aún hasta
regresar del más allá si es necesario para defenderla de ti. ¡Vete de mi casa y
no regreses nunca!
Fin del acto 1

Acto 2
Escena 1
La escena se desarrolla en el puente que está cerca de la casa de fray Juan de
Nava, fray Juan iba a su parroquia cuando se encuentra en el camino a Duarte
este decidido lo ataca para provocarle.

DUARTE: ¡Por fin te encuentro a solas!, este es el momento que yo estaba


esperando ahora podré quitarte de en medio y Margarita y yo podemos
continuar con los planes que yo tengo para ella.
JUAN: ¡Ahora lo confiesas!, ¡malvado!, pero no te vas a salir con la tuya, ahora
mismo voy a ir con las autoridades y confesarles todo lo que esas pobres
mujeres han sufrido por tu culpa, también Margarita se va a enterar que tú no
tienes ni donde caerte muerto, que has perdido toda la fortuna de tu familia en
despilfarros, en tabernas y con mujerzuelas y que a ella solo la quieres por su
herencia, pero no vas a ver ni un centavo de su fortuna, yo me voy a encargar
de eso.
DUARTE: ¡Eso es lo que tú piensas!, pero yo siempre me salgo con la mía,
siempre hago lo que yo quiero, y lo que quiero ahorita es verte muerto, (Saca
un puñal para matarlo)
(Los dos forcejean y en la pelea Duarte clava el puñal en la cabeza de
Juan)
DUARTE: ¡Te lo dije!, siempre me salgo con la mía, ahora ya no eres un
estorbo, y Margarita será mía al igual que su fortuna. (Ríe como loco).
(Arrastra el cuerpo hasta tirarlo por el puente al río y se va riéndose de su
hazaña).
ESCENA 2

Duarte regresa a la Nueva España después de un año de ausencia para acallar


los rumores y se dirige a la casa de Margarita, pero tiene que pasar por el
puente donde asesino a Fray Juan de Nava.

JUAN: (Con voz espectral y oculto bajo el puente) ¡Duarte, Duarte!, te dije
que si era posible iba a regresar del más allá para para defender a Margarita.
DUARTE: (Con miedo) ¡Pero que es esa voz terrible!, parece la voz de Fray
Juan de Nava, ¡pero no puede ser, él está muerto!, yo mismo lo arrojé al rio en
este puente, debe ser mi imaginación, mis nervios de volver a ver y Margarita y
por fin darle conclusión a mis planes. Son tonterías de mi mente.

JUAN: No es tu mente Duarte, soy yo, la prueba de tu homicidio, pero te lo


prometí, regresé del más allá para vengar mi muerte y defender a Margarita.
(Sale de debajo del puente con la túnica hecha jirones llena de limo y
lodo). ¡Ahora si vas a pagar por todas tus fechorías, y vas a ir conmigo al
infierno, y de ahí no saldremos nunca, nunca!
DUARTE: (Temblando y llorando) ¡No puede ser posible, tú estás muerto, yo
te clave el puñal, no puede ser que regresaras del más allá, es un sueño, una
pesadilla!
(Juan lo toma del cuello y comienza a ahorcarlo, Duarte trata de zafarse
pero el miedo lo paraliza)
JUAN: (Con enojo) ¡Ahora tendrás tu merecido!, ¡muere, muere, vete al infierno
a pagar tus pecados!
DUARTE: ¡No, no, déjame, esto no puede estar pasando!, (Con
desesperación y sin poder respirar) no puedo respirar, veo llamas, que es
esto, ¡no, no puede ser, es el infierno!, ¡perdóname Juan, perdóname!, ¡Dios
perdóname, no volveré a engañar a nadie, dame una oportunidad!, ¡no, no
puede ser, me quemo, me quemo, ahhhhhhhhh!
(Fray Juan de Nava se va desvaneciendo y solo queda su esqueleto con
sus manos apretando el cuello del vil Duarte).
A la mañana siguiente se encontró el cuerpo de Don Duarte muerto con el
rostro horrorizado y encima de él un esqueleto con una túnica hecha jirones,
llena de lodo apretando son sus huesudas manos el cuello de Don Duarte.

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