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ANÁLISIS DE CONSULTORÍA- ECONOMÍA COLOMBIANA

PLANTEAMIENTO DE LA HIPÓTESIS

Teniendo en cuenta que, de acuerdo con los datos entregados a la Consultoría y a su equipo de
expertos para emitir nuestro concepto frente a la situación de coyuntura económica del país, en el cual
se presenta un escenario regido por los siguientes indicadores:

1. PIB: - 11,58%
2. Desempleo 26,10%
3. Informalidad 53,7%
4. Inflación corrido año: 1,38%
5. Devaluación 26,30%
6. TRM 2,234,15
7. SET FX 2,298,13
8. Promedio móvil 20 2,121,70
9. Déficit Cuenta Corriente 7,3%
10. Deuda Externa/PIB 52,1%
11. Servicio deuda/RI 21,0%
12. RI en meses de importación 11,5 meses
13. RI/PIB 10,8%
14. Déficit fiscal / PIB 8,4%
15. Gasto Público
a. Funcionamiento 59,5%
b. Inversión pública 19,5%
c. Servicio deuda 21,0%
16. Calificación riesgo BB+ Inestable
17. Credit Default Swaps Mes anterior (280 pb) – mes actual (330 pb)

En consecuencia, se procederá a emitir concepto frente al diagnóstico de cada una de las políticas
económicas del país, en materia monetaria, cambiaria y fiscal, en aras de establecer el paquete de
medidas tendientes a estabilizar y optimizar la situación económica del país consultante, de acuerdo
con un análisis de brecha efectuado sobre el planteamiento.

ASPECTOS ECONÓMICOS PREVIOS.

Para el caso de estudio se encuentra que el país presenta una situación financiera de estancamiento
económico e incluso considerado como un escenario de recesión económica. Esto se determinará
realizando el análisis comparativo con el resultado del PIB de los dos últimos trimestres, indicando
que, si este se mantiene en negativo, nos encontraríamos en una economía en recesión definitiva1.

1
Banco Santander, ¿Qué es el PIB y por qué es importante en la economía?, 14 de marzo de 2023, Disponible
en: https://www.santander.com/es/stories/que-es-el-pib-y-por-que-es-importante-en-la-
economia#:~:text=Por%20el%20contrario%2C%20si%20el,consecutivos%20esta%20cifra%20es%20negativa.
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Para enfrentar economías recesivas o ciclos a la baja, es necesario adoptar políticas monetarias que
principalmente contribuyan a un crecimiento con la inflación controlada y lograr un crecimiento de la
economía para contribuir al crecimiento del Producto Interno Bruto (en adelante el “PIB”).

Por otro lado, teniendo en cuenta que el PIB se encuentra en una tasa negativa del -11.58%, se hace
necesario planificar un aumento del mismo en los próximos ciclos, con una meta máxima del 1% al
final de la adopción de políticas, índice observado frente a su rango objetivo del 0,5% al 1,5%.

Por su parte, con el objetivo de lograr un control inflacionario, se hace necesario diseñar un esquema
de inflación con el objetivo de adoptar políticas asociadas con la liquidez del mercado a través de
operaciones de mercado abierto y la tasa de intervención, para efectos de lograr los objetivos de
crecimiento económico bajo el marco del control inflacionario de acuerdo con las condiciones actuales,
como parte del paquete de política monetaria presentado en el presente concepto.

Principalmente, en materia de inflación la meta proyectada se sitúa en aumentarla al 2%, fijando un


piso del 2% y un techo del 4%, toda vez que actualmente reporta una tasa de 1,38% y se encuentra
por fuera del rango objetivo esperado.

Aunado a ello, se encuentra que aspectos determinantes de la economía nacional propios de políticas
no tradicionales como el índice de desempleo e informalidad, se presentan cifras de preocupación en
la hipótesis planteada, las cuales requieren un análisis tendiente a integrar estos conceptos en el
paquete de medidas de intervención propuestas, que dependerán de la reactivación económica, el
aumento del PIB y el crecimiento económico, con lo cual se podría llegar a disminuir la tasa de
desempleo, que actualmente se encuentra en un 26,10%, así como también, reducir el índice de
informalidad que reporta a una tasa actual de 53,7%.

ANÁLISIS Y MEDIDAS DE POLÍTICA MONETARIA.

Conforme el contexto anterior, se hace necesario señalar las medidas a adoptar frente al estado actual
de la economía.

Para esto, debemos partir del PIB, definido como un indicador económico que mide el valor monetario
de todos los bienes y servicios finales producidos dentro del territorio de un país en un período
determinado (generalmente un año, “corto plazo”), y a partir del cual la Banca Central fija las metas
de crecimiento.

Al enfrentarnos a una tasa negativa del -11,58%, la misma refleja la desaceleración de la economía o
en su defecto el inicio de un periodo de recesión, lo cual incide en el aumento o mantenimiento del
índice de desempleo, la disminución de los ingresos y en la producción, y un aumento en la importación
de bienes y servicios al territorio nacional, produciendo, a su vez, un aumento en el precio de estos
para el consumidor.

Así las cosas, bajo un análisis de brecha, se hace necesario planificar un aumento del mismo para la
presente vigencia, con una meta del 1% y observado frente a su rango objetivo del 0,5% al 1,5%.

Dado que el PIB nos muestra una contracción de la economía en comparación con el periodo anterior,
se requiere reactivar la economía nacional, para esto, la Banca Central a través del mecanismo de
transmisión podrá valerse de las siguientes herramientas:
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a. Emisión primaria: La Banca Central puede inyectar liquidez en el sistema bancario


para aumentar la disponibilidad de crédito y fomentar la inversión y el gasto. Sin
embargo, se debe asegurar que se encuentre alineada con los objetivos de política
monetaria o fiscal, y de manera cautelosa dado que de llegarse a emitir demasiado
dinero puede repercutir en un aumento descontrolado de la inflación sobrepasando los
límites proyectados, generando en consecuencia una devaluación de la moneda como
efecto adverso.

En el presente caso, no se recomienda a la Banca Central autorizar la emisión de


dinero, pues no se constituye como la medida más idónea para superar el estado de
recesión, toda vez que la misma repercute en una mayor devaluación de nuestra
moneda frente al dólar.

b. Encaje: Es el mecanismo mediante el cual se influye en la liquidez de la economía y


control del crecimiento del crédito bancario, y se define como el porcentaje de depósito
que las entidades financieras deben mantener en reserva en la Banca Central, y que
determina la cantidad de dinero que se encuentra en el mercado disponible para prestar
por parte de estas.

Si el porcentaje de encaje disminuye, se aumenta la liquidez y la cantidad de dinero


disponible en la economía para su uso por parte de las entidades financieras. En el
caso contrario, si el porcentaje de encaje aumenta, se disminuye la cantidad de dinero
disponible de las entidades financieras para prestar.

Este mecanismo como respuesta a mediano y largo plazo es atractiva. Para la


coyuntura económica actual, recomendamos a la Banca Central la disminución de los
niveles de encaje con el fin de que las entidades financieras tengan mayor cantidad de
dinero disponible para prestar y poner en circulación, lo cual va a fomentar a su vez un
aumento en el consumo privado y en la demanda de bienes y servicios.

c. La tasa de intervención: Se entiende como la tasa de interés a la cual el Banco Central


está dispuesto a inyectar o retirar liquidez del mercado, y con ello se afectan todas las
tasas del mercado; esta herramienta influye en las demás tasas de la economía, si se
aumenta, se espera que las tasas de interés que cobran los bancos comerciales a sus
clientes aumenten, lo que puede desacelerar el crecimiento del crédito y reducir la
demanda agregada en la economía, lo que a su vez puede ayudar a controlar la
inflación.

Por otro lado, si se disminuye, se espera que las tasas de interés que cobran los bancos
comerciales a sus clientes disminuyan, lo que puede aumentar el crecimiento del
crédito y estimular la demanda agregada en la economía.

En la coyuntura económica actual, es pertinente que el Banco Central procure el


mantenimiento de una tasa de interés baja en el mercado, pero sin que la misma llegue
a cero. Pues siendo que la tasa de intervención conserve unos niveles no tan altos se
traduce en un aumento de la adquisición de créditos para el consumo privado e
inversión privada, lo cual a su vez genera una reducción de costos para las empresas
(inversión en maquinarias y equipos, entre otros), incrementando la producción de
bienes y servicios, incentivando la generación de empleo y provocando un crecimiento
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en la demanda de los mismos al presentarse mayor liquidez por parte de la ciudadanía,


lo cual implica en el corto y mediano plazo un aumento en los precios lo cual producirá
eventualmente un aumento paulatino de la inflación.
No obstante, en caso de que la Banca Central decida reducir la tasa de intervención, la
afectación al índice de inflación no será muy significativo, ya que al estar la tasa de
inflación tan cercana a 0%, la disminución del porcentaje en la tasa de intervención no
tendrá gran incidencia en la búsqueda del crecimiento de la economía como es de
esperarse.

d. Operaciones de Mercado Abierto (OMA): Las OMA son una de las herramientas más
contundentes con que cuenta la Banca Central para afectar la base monetaria y el
precio de la liquidez en el mercado interbancario, con la inserción o retiro de liquidez
en el mismo y con el objetivo de afectar la tasa de interés y con ello las demás tasas
de la economía.

Esto se realiza a través de lo que se denomina como “Subasta Holandesa” por parte
de la Banca Central a las entidades financieras interesadas. En el caso concreto,
consideramos pertinente que la Banca Central proceda con la celebración de subastas
de expansión a través de operaciones REPO (repositorios), las cuales consisten en
ventas de títulos con pacto de recompra en un corto plazo determinado, con el fin de
inyectar liquidez y dinero circulante en las entidades financieras buscando el aumento
de oferta monetaria y del efecto cascada frente a las tasas de interés.

Expuesto lo anterior, es pertinente indicar que ese crecimiento en la economía que se busca a partir
de la implementación de las políticas monetarias ha de ser controlado y conforme a un esquema de
inflación objetivo, dentro del régimen de tipo de cambio flexible. En la situación económica actual,
buscamos que la economía salga lo antes posible del periodo de recesión que se refleja en un PIB
negativo, lo cual se busca en el corto plazo con las operaciones REPO, y a mediano y largo plazo con
una disminución del encaje.

Este crecimiento debe ser controlado, buscando que el mismo PIB no sobrepase el rango objetivo
entre el 0.0% - 1.5%., por lo cual estimamos se debe propender por el crecimiento del 0,5% con una
inflación controlada, y que la misma permanezca creciendo dinámicamente a mediano y largo plazo.
Bajo esta premisa, analizando la situación económica actual, la Junta Directiva del Banco de la
República ha determinado la inflación objetiva es de 3%. Por lo cual, oscilar entre 2% y 4% en la tasa
de la inflación la consideramos como una posibilidad viable siempre y cuando se adopten las medidas
correctas que se explican en el presente informe.

Con base en la reactivación económica que se busca con estas políticas, de la mano con las medidas
que se implementen en materia fiscal también para las medianas y grandes empresas, propendemos
la búsqueda del aumento del PIB para que se pueda salir de la situación de recesión, fomentar el
aumento de la producción que conlleve a la creación de nuevas empresas y por ende, la generación
de empleo formal, así como paulatinamente el aumento de las exportaciones y el crecimiento
económico; con esto también se pretende disminuir la tasa de desempleo la cual, actualmente se
encuentra en un 26,10%, y reducir el índice de informalidad que reporta a una tasa actual de 53,7%.

ANÁLISIS Y MEDIDAS DE POLÍTICA CAMBIARIA


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En materia cambiaria, de acuerdo con el panorama observado, especialmente con respecto a la


devaluación de la moneda y el valor actual de la TRM, se hace necesario adoptar medidas tendientes
a mitigar los movimientos de esta tasa de cambio que afecten de manera contraria a los propósitos en
materia económica que tiene el Estado consultante.
Según los datos obtenidos, la devaluación de la moneda se encuentra en una tasa del 26,30%, lo cual
hace necesaria una política cambiaria destinada a disminuir dicha devaluación, o lo que es lo mismo,
dirigida a disminuir la TRM que actualmente se encuentra en 2.234,15. Con esta disminución de la
tasa representativa del mercado se puede producir una apreciación o revaluación de la moneda2,
fortaleciendo esta moneda frente a otras monedas locales o de referencia.

Para lo anterior, se hace necesario analizar la TRM actual frente al índice Promedio móvil 20 que
arroja un resultado de 2,121,70, donde podemos concluir que la TRM actual está desviada a más de
un 5% por encima de Promedio móvil 20 (2,121,70); por lo tanto, en donde en un régimen de libre
flotación o intervención sucia, se hace imperiosa la intervención del Banco Central, teniendo en cuenta
que la máxima desviación tolerable es del 3%.

Esta intervención se deberá realizar a través de subastas holandesas automáticas, discrecionales o


competitivas de divisas para desacumulación de reservas internacionales, las cuales deben ser
convocadas por el Banco Central.

Debido a lo anterior, el Banco Central, necesita aplicar, como medida cambiaria expansiva, una venta
de divisas (usd) mediante subasta holandesa en el mercado spot para suavizar la subida de la TRM.
Con ello, no sólo suaviza la subida de la TRM, sino que en consecuencia, disminuye la devaluación
de la moneda.

El objetivo de dicha intervención es mitigar los movimientos de la tasa de cambio que no atendieron
claramente al comportamiento de los fundamentos de la economía, y adicionalmente, mantener el
nivel de las reservas internacionales (que actualmente se encuentran en un nivel óptimo – RI en meses
de importación: 11,5 meses, RI/ PIB: 10,8%) para reducir la vulnerabilidad externa y mejorar las
condiciones del crédito externo.

Adicionalmente, teniendo presente que la tasa SET-FX se encuentra actualmente en $2,298,13 según
reporte, el Banco Central tiene la oportunidad de vender en el mercado next day a un precio más alto
para quien no alcanzó a comprar en el mercado spot, y con ello, aumentar el flujo de divisas en el
mercado. Sumado a lo anterior y como dato adicional, el hecho que la tasa SET FX se encuentre por
encima de la TRM, nos permite conocer que la tendencia de la TRM para el día siguiente, se encuentra
al alza, contribuyendo al objetivo de disminuir la devaluación de la moneda local.

Así las cosas, teniendo en cuenta que estas medidas en materia cambiaria inciden de manera directa
en materia de deuda externa y reservas internacionales, es necesario analizar a la luz de este paquete
de medidas los impactos y efectos que tendrán en cada uno de dichos aspectos.

2
Banco de la República, ¿Cuál es la diferencia entre devaluación, revaluación, depreciación y apreciación de la
moneda?, s.f. Disponible en: https://www.banrep.gov.co/es/cual-diferencia-devaluacion-revaluacion-
depreciacion-y-apreciacion-
moneda#:~:text=Cuando%20la%20moneda%20local%20(como,local%20%E2%80%94nuestro%20peso%E2%
80%94%20se%20ha
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Entre otros elementos a tener en cuenta, es importante considerar que el servicio a la deuda y las
reservas internacionales se ven impactadas por las políticas cambiarias, dado que estas tienen una
relación directa con el valor de la moneda en comparación con las monedas o divisas internacionales.

Por lo anterior, en este supuesto económico del país consultante y atendiendo a la necesidad de
adoptar medidas de ciclo estimulante para la economía, las medidas de desacumulación de reservas
estimulará la revaluación de la moneda, sin que esto implique una afectación a la calificación del riesgo
país.

Ahora bien, estas medidas cambiarias tendientes a disminuir la tasa de cambio y a revaluar la moneda
local tendrá efectos importantes en la disminución de la deuda externa y, por lo tanto, mejorará el
escenario económico internacional del país, fortaleciendo inclusive la calificación del riesgo país.

Entonces, teniendo que la cuenta corriente del Estado actualmente arroja un índice deficitario del
7,3%, este índice se debe llevar a un nivel óptimo que permita una desviación deficitaria máxima del
3%. Para esto, se debe procurar una normalización de la balanza de las importaciones y
exportaciones, procurando incrementar el ingreso de divisas al país, sin que se desborde la inflación.

La tasa de Déficit fiscal frente al PIB se reporta en un 8,4%, por lo cual se recomienda bajarla a un 2%
como mínimo con el objetivo de no perder la calificación. En este caso, para incrementar los ingresos,
se sugiere optimizar el recaudo de los impuestos vía investigación y desarrollo tecnológico en la DIAN,
lo cual no hace necesaria una reforma tributaria que afectaría la calificación riesgo país. Sumado a lo
anterior, se sugiere la venta de activos del Estado que puedan ser considerados como improductivos.

En el caso de la Deuda Externa del Estado frente al PIB se encuentra que ésta se sitúa en una tasa
del 52,1%, lo cual indica que se hace necesario bajarla como mínimo al 40%, siendo este un índice
óptimo de esta relación, para alcanzar un nivel adecuado para el comportamiento cíclico esperado, de
acuerdo con medidas de política fiscal.

En consecuencia, la política a aplicar sugerida es la reducción de gasto público de funcionamiento al


50%, que actualmente se reporta en un 59,5%; al tiempo, que se trasladen dichos recursos al rubro
de servicio de deuda.

El Servicio deuda frente a las RI se reportan en un 21,0%, por lo cual se hace necesario reducirla a
niveles óptimos de 10% por lo menos. La política sugerida en el punto inmediatamente anterior nos
arroja que se destinarán al servicio de deuda unos recursos que antes se destinaban para gastos de
funcionamiento, lo cual nos permite reducir el índice de servicio de deuda frente a las RI.

Actualmente, las RI en meses de importación están en un índice de 11,5 meses, lo cual se debe
mantener toda vez que supera por mucho, el mínimo óptimo que es de 4 meses.
Las RI frente al PIB, se encuentran actualmente en un porcentaje del 10,8%, lo cual se debe mantener
toda vez que el índice óptimo es de por lo menos el 5% como mínimo.

Política Fiscal y Gasto Público

La política fiscal es aquella que direcciona el presupuesto del Estado y sus componentes, como lo son
el gasto público y los impuestos como variables de control para asegurar y mantener la estabilidad
económica, contribuyendo a mantener una economía creciente, la generación de empleo, y a
mantener una tasa de inflación baja y estable. En este segmento, cobran relevancia los indicadores
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de razonabilidad fiscal, que determinan si la proyección de ingresos es suficiente para cubrir los
gastos. Como se mencionó anteriormente, en este aspecto es indispensable tener en cuenta que, en
la economía nacional, el déficit fiscal no puede superar el 3%.

Entre otros instrumentos para adoptar medidas eficaces en materia fiscal se encuentra la regla fiscal,
que se activa cuando el PIB observado está 2 o más puntos por debajo del nivel de brecha o cuando
el crecimiento económico está en recesión, como es el caso actual.

En adelante procederemos a enfocar el análisis en qué políticas se puede implementar para procurar
el crecimiento de la economía colombiana.

Entre la doctrina económica, encontramos a Lozano y Aristizábal (2003)3 que examinan el impacto de
la política fiscal sobre la actividad económica desde 1990 hasta 2002 por medio de ejercicios de
impulso respuesta. Estos ejercicios permitieron demostrar que un incremento de los gastos de
consumo del Gobierno se traduce en un aumento positivo y significativo del PIB.

Fuente: Banco Mundial.

El efecto de un cambio de política fiscal depende en gran medida de las decisiones de política
monetaria que siga el banco central, por ejemplo, de que mantenga o no constantes la oferta
monetaria, el tipo de interés o estabilidad en el nivel de renta. Es decir, siempre que se analiza el
cambio de una política, hay que analizar el efecto que tendrá en la otra. Todo depende de cada caso
en particular.

3
(LOZANO, Luís Ignacio y ARISTIZABAL, Carolina (2003): “Déficit Público y Desempeño Económico En Los Noventas,”
Borradores de Economía No 261, Banco de La República.)
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El desempleo cuando la política fiscal fue anticíclica y procíclica

Por ejemplo, cuando la política fiscal fue procíclica pese a una desaceleración del PIB, como en el
período 1983- I 1985-II, la tasa de desempleo se incrementó de forma sostenida. Cuando la política
fiscal fue expansiva, como en los períodos 1977:I – 1977:IV, 1979:I – 1981:IV y 1988:I – 1989:IV, la
tasa de desempleo se vio disminuida en forma sostenida.

En aquellos países con menos medidas anticíclicas probablemente podremos ver más pérdida de
empleo formal, problemas de liquidez en empresas lo que se pueden traducir en quiebres y cierres de
empresas y finalmente desembocar en una mayor tasa de desempleo.

En el caso concreto, como el objetivo final es el crecimiento del PIB, creemos que lo más conveniente
es adoptar una política fiscal anticíclica que aumente el gasto público de inversión y que incremente
el ingreso y la producción en las áreas que sufren más depresión.

Esto nos lleva a concluir sobre cuáles son los objetivos que tiene el gobierno con la política fiscal que
no es más que ser estabilizador de la actividad económica cuando ésta enfrente situaciones de
decrecimiento en la actividad productiva.

La coordinación entre la política monetaria y la política fiscal es fundamental para el adecuado


desempeño de la economía, la principal razón es que, en el corto plazo, los objetivos trazados por las
autoridades pueden resultar incompatibles; también es importante debido a que las acciones de
política fiscal pueden condicionar las decisiones de política monetaria y viceversa (Rodríguez,
Mendoza y Romo, 2014.)4. Si las autoridades de política económica no asumen una posición

4
(Rodríguez Luna, R., Mendoza, J., & Romo, E. (2014). LA POLÍTICA FISCAL Y MONETARIA EN COLOMBIA: UN
ANÁLISIS EXPERIMENTAL DESDE LA TOMA COORDINADA DE DECISIONES. Scielo. Recuperado 24 de febrero de 2023,
de http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0124-86932014000100145)
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coordinada entre sus acciones, el resultado potencial sería una fuerte inestabilidad de la economía,
con altas tasas de interés, presiones del tipo de cambio, un acelerado aumento del nivel de precios y
por supuesto, un impacto negativo sobre el crecimiento del producto.

El BID (2018) menciona estudios que muestran que el incremento del 1% en la inversión pública
aumentaría el nivel del PIB a largo plazo en más del 8% (la CEPAL 2018, pág. 128, cita varios estudios
que sostienen la misma afirmación, incluyendo estudios del FMI para países emergentes y en
desarrollo)5 y agrega que la inversión en capital humano genera rendimientos superiores al 20% - 30%
del inicialmente estimado por diferencia de ingresos.

Finalmente, podremos concluir que al aplicar una política anticíclica conduciría al gasto público de
inversión y a la tasa de interés estable, generando que su efecto cascada sea el aumento del consumo
privado y en sí el crecimiento de la economía, traduciéndose en el aumento de los ingresos del Estado.

Influencia del gasto público y el déficit fiscal en el PIB

Lo primero que debemos realizar es una breve definición de gasto público y de déficit fiscal, para
posteriormente entender sus efectos y su impacto en el Producto Interno Bruto (PIB).

En términos generales, el gasto público es la suma de dinero total que desembolsa o gasta un Estado
para desarrollar sus actividades y fines de este. El gasto público hace parte fundamental de la política
fiscal de un Estado.

Entre los objetivos principales del gasto público tenemos: el endeudamiento, la inversión pública y el
servicio de deuda (pago de la deuda externa).

Por su parte el déficit fiscal, se puede entender como el escenario en que los gastos de un Estado son
mayores a sus ingresos. Y, ¿Cómo puede un Estado reducir su déficit fiscal? La doctrina nacional nos
pone en evidencia que cuenta con las siguientes herramientas por excelencia:

a. Reducción de gastos improductivos del Estado (tamaño del Estado).


b. Reforma tecnológica de su entidad encargada de recolectar los impuestos (para el
caso colombiano la DIAN), con el fin de controlar los gastos por evasión.
c. Y finalmente, la venta de activos del Estado.

La política fiscal como herramienta para contribuir al crecimiento de la economía

Debemos tener como premisa que el debido uso de la política fiscal y monetaria como herramientas
económicas de un país, sirven para estabilizar la economía de este.

Como lo ha establecido la doctrina mayoritaria, la política fiscal tiene su primer efecto en el mercado
de bienes, y la política monetaria influye antes que nada en los mercados de valores. Pero como los
mercados de bienes y valores están muy relacionados, las políticas monetaria y fiscal actúan tanto
sobre el nivel de producción como sobre las tasas de interés6

5
(Banco Interamericano de Desarrollo . “Mejor Gasto para Mejores Vidas: Cómo América Latina y el Caribe
puede hacer más con menos” 2018)
6
(Dornbusch, R., and Fischer, S. (2015). Macroeconomía. Milano etc.: McGraw-Hill education. Pg 179).
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La política fiscal hace parte de la política económica que configura el presupuesto del Estado, y sus
componentes, el gasto público y los impuestos, como variables de control para asegurar y mantener
la estabilidad económica, amortiguando las variaciones de los ciclos económicos, y contribuyendo a
mantener una economía creciente, la generación de empleo y la contribución a una tasa de inflación
estable.

Efectos para el caso concreto

Actualmente, bajo las condiciones dadas en el caso hipotético, el PIB es de - 11,58%, esto significa,
que hubo un decrecimiento de once puntos porcentuales del Producto Interno Bruto del Estado en
comparación con el año inmediatamente anterior. Ahora, cómo equipo consultor ¿Cuál es un nuestro
objetivo? En términos generales, a través de las herramientas de intervención económica, como lo es
la política fiscal, provocar un crecimiento del PIB llevándolo por encima de niveles de disminución,
mayores al 0%, o por lo menos un crecimiento estable positivo.

La economía está en una situación de involución y recesión, no hay crecimiento económico, no hay
inversión privada, hay un déficit fiscal enorme, no hay estabilidad económica, lo cual se ve reflejado
en los altos índices de informalidad, desempleo y en un PIB en decrecimiento.

Entendiendo el panorama general, y que la economía viene en recesión, debemos preguntarnos a


través de cuáles herramientas fiscales podemos procurar que la economía detenga su decrecimiento
y en su lugar, se pueda provocar un crecimiento económico, un aumento del PIB, una reducción de la
informalidad y en sí se equilibre el déficit fiscal, en donde los ingresos del Estado superen sus gastos.

Así las cosas, y en cualquier panorama de macroeconomía, para reducir el déficit fiscal, debemos
provocar que el nivel de gastos del Estado se reduzca, y a su vez que sus ingresos aumenten.

Primero, ¿Cómo aumentamos los ingresos del Estado? La primera respuesta es, como ya se dijo,
usando la herramienta de reducción de gastos improductivos de este, a través de la disminución de
su tamaño.

Esta política, la cual nos permitirá la reducción de la burocracia, será fundamental para tener un Estado
donde enfocaremos sus fines a unas necesidades específicas sin tener una aparato Estatal tan
grande. Por ejemplo, eliminando dependencias dentro de entidades del nivel nacional, unificando
ministerios, reduciendo esquemas de seguridad, eliminando altas consejerías, entre otros. Esto nos
permitirá tener un mayor nivel de control de los niveles del Estado, una reducción del gasto de
funcionamiento, y al final, hasta nos permitirá reducir los niveles de corrupción.

Para evidenciar con claridad lo anterior, y según los datos del Ministerio de Hacienda, podemos
analizar la situación del Estado para el año 2021, de la siguiente manera: De conformidad con la Ley
2063 de 2020, a través de la cual se aprobó el Presupuesto General de la Nación, este ascendió a la
suma de $313,9 billones de pesos. De este monto de dinero total, $184,9 billones que representa el
59%, se destinó a gastos funcionamiento del Estado, al servicio de deuda se dirigieron $70,5 billones,
que representa el 22,4%, y a la inversión se destinaron $58,5 billones, que representa el 18,6%.

Para nuestro caso tenemos que el gasto público se destinó de la siguiente manera:

Gasto Público

a. Funcionamiento 59,5%
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b. Inversión pública 19,5%


c. Servicio deuda 21,0%

Estos valores de distribución del gasto del Estado en funcionamiento por encima del 50%, ha sido una
tendencia natural en el Estado Colombiano, sin embargo, en la situación de recesión económica en la
que nos encontramos actualmente, en la que tenemos un déficit fiscal del 8,4%, la reducción del
tamaño del Estado como respuesta a los gastos improductivos para reducir el déficit fiscal, es una
solución completamente eficiente.

La consecuencia de reducir el tamaño del Estado generará que el gasto en funcionamiento del mismo
se reduzca, y esto a su vez provocará que podamos redistribuir dicho presupuesto que estaba
destinado al gasto de funcionamiento, migrándolo al gasto en inversión y al servicio de deuda.

El resultado principal de aumentar el gasto de inversión será el crecimiento paulatino de la economía,


y a su vez, del PIB. Así mismo, si se reduce el presupuesto de gasto de funcionamiento, esto implicaría
que se reduce el gasto del Estado per se, generando directamente que el déficit fiscal también se vaya
reduciendo, por la disminución del gasto.

Esta reforma estructural del Estado para reducir su tamaño y así disminuir su gasto, también implica
la venta de activos del Estado que no generan las utilidades suficientes para su mantenimiento, o
hacen que el Estado destine un mayor rubro de presupuesto para su mantenimiento, funcionamiento,
administración y conservación. La venta de activos improductivos del Estado o de bajo nivel de
generación de utilidades, nos produce dos efectos: el primero, es el aumento del ingreso del Estado
como consecuencia a la venta de los bienes, y el segundo, es la reducción del gasto del Estado por
la reducción de destinación de presupuesto dirigido a la administración y funcionamiento de dichos
bienes que se venderán. Así las cosas, tendremos la reducción del déficit fiscal por estas dos
situaciones.

Finalmente, la tercera herramienta que usaremos para disminuir el déficit fiscal es la innovación
tecnológica, como lo es una estricta reforma tecnológica a la DIAN. Esta tiene la finalidad de generar
alertas para aumentar el ingreso del Estado a través de la reducción de la evasión de impuestos. Es
decir, si la evasión de impuestos disminuye, pues por este solo hecho el Estado percibirá mayores
ingresos, provocando que el déficit fiscal poco a poco se vaya disminuyendo.

Ahora, una vez tengamos la disminución del gasto por reducción del presupuesto destinado al
funcionamiento del Estado, podremos redistribuir algunos de estos recursos en la inversión del Estado
en otros sectores productivos con el fin de provocar el crecimiento económico.

La principal herramienta con la que contamos para incrementar el crecimiento económico es el


crecimiento del gasto público en el sector productivo, pues esta medida contribuirá a que la demanda
agregada crezca, que la inversión privada y púbica aumente y por ende se refleje un importante
crecimiento económico en cascada, que resultará en un crecimiento del PIB.

Estos sectores a los que le apuntaremos serán los gastos destinados al crecimiento en infraestructura,
por ejemplo, la construcción de un sistema ferroviario moderno y con importante presencia nacional,
que permita conectar el centro del país con la periferia, específicamente los puertos de Buenaventura,
Barranquilla y el aeropuerto el Dorado en Bogotá, con las zonas de mayor producción agrícola del
país. Destinar los recursos del Estado en este sector productivo y de infraestructura, traerá consigo

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