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La escala de tiempo geológico es el marco de referencia para representar los

eventos de la Historia de la Tierra y de la vida ordenados cronológicamente.


Establece divisiones y subdivisiones de las rocas según su edad relativa y del
tiempo absoluto transcurrido desde la formación de la Tierra hasta la actualidad.
Los terremotos se forman en los límites o bordes de las placas tectónicas. Es
precisamente en estas zonas donde hay fallas geológicas activas, o sea, donde las
tensiones de las rocas son mayores, y por lo tanto hay divisiones y rompimientos.

Distribución en capas del interior de la Tierra donde se aprecia la litósfera,


formada por la corteza y la parte superior del manto, y que flota sobre otra parte
del manto conocida como astenósfera (imagen de G. Gutiérrez Alonso).

La teoría establece que la corteza terrestre se divide en más de veinte pedazos


llamados placas tectónicas, como si fueran las piezas de un rompecabezas, pero en
movimiento. Las siete placas mayores son la del Pacífico, Eurasiática, Africana,
Norteamérica, Antárctica, Suramérica, y la Indo-Australiana. Estas placas varían
en tamaño y espesor (de 10-150 millas de espesor) y están ubicadas debajo de los
océanos y continentes. Son inmensas losas de roca de la corteza terrestre que
combinada con la parte superior del manto componen la litósfera de la Tierra.
Estas placas a la vez flotan sobre una capa de rocas semifluidas que se le conoce
como la astenósfera, la cual está debajo de la parte superior del manto. El calor
interno del planeta ocasiona que haya movimiento en las rocas subterráneas, y
éstas a la vez mueven las placas tectónicas en diferentes direcciones. Por lo tanto,
la acción sísmica y volcánica es principalmente en los bordes o límites de las
placas.
Distribución de placas tectónicas sobre la Tierra (imagen de kalipedia). Estas
placas en promedio se mueven entre 2-7 cm/año.

Nuevos mapas, utilizando mejor tecnología, han permitido ver que la Tierra podría
estar compuesta por unas 52 placas tectónicas (según Peter Bird,

UCLA).

Puerto Rico está sobre la placa del Caribe,


pero por debajo de la isla está la zona de contacto de la placa del Caribe con la
placa de Norteamérica (Imágenes de Geology.com y USGS).
Si la placa tiene por encima el océano, se le conoce como placa oceánica, o si por
lo contrario tiene un continente, es placa continental. Las placas continentales son
más gruesas que las oceánicas. Los encuentros en los bordes de las placas se dan
de tres formas, chocando de frente (convergencia), separándose una de otra
(divergencia) o moviéndose paralelo, pero una en dirección contraria a la otra
(transformante):
Límites Convergentes
Cuando dos placas convergen o chocan , una de ellas se ve forzada a meterse
debajo de la otra (subducción) y llegar al manto. La placa oceánica siempre es la
que se ve forzada a descender al manto. Si son dos placas oceánicas que chocan, se
pueden formar arcos de islas; así es el origen de las Antillas Menores, por el
contacto entre la Placa del Caribe y la de Norteamérica. Si es una placa oceánica
chocando contra una continental, entonces se forman las cadenas de volcanes,
como en las costas de América del Sur hacia el Pacífico. En estos límites
convergentes hay fosas (como la Trinchera al norte de Puerto Rico), gran
intensidad sísmica y actividad de volcanes. Si son dos placas continentales que
chocan, entonces ocurre una deformación de rocas dando origen a cadenas de
montañas.

Procesos de convergencia o choque entre placas tectónicas (imagen de UPR


Mayagüez).

Límites Divergentes

Cuando las placas se separan, el magma del manto surge a la superficie de la placa,
expandiendo la corteza a razón de 2.5 cm/año (imagen obtenida a través de Ángel
L. Fernández)
Límites Transformantes

La Falla de San Andrés en California es resultado de la interacción de las placas


del Pacifico y Norteamérica (imágenes de USGS).

Cuando dos placas se mueven paralelas, pero una en dirección contraria a la otra,
se le conocen como movimiento transformante. Un ejemplo de este movimiento se
da en California, donde la placa de Norteamérica se desliza al lado contrario de la
del Pacífico. Justo en esa zona se ha formado una gigantesca falla en la corteza
terrestre, que es evidente incluso en la misma superficie, y se le conoce como la
Falla de San Andrés (en inglés se le conoce como el "San Andreas fault"). En esta
zona los desgarramientos de las rocas son complejos y desatan terremotos de gran
magnitud.

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