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UNIDAD l
Economía Internacional
Es por eso que otro efecto negativo fue la apertura del mercado financiero en los países
empezaba a desarrollar y no originaban choques externos para obtener un flujo
especulativo de dinero se da el cuestionamiento que se da en dicho libro sobre el proceso
de globalización lo que favorece al crecimiento y desarrollo a los países de tercer mundo
todo esto formando un desequilibrio ya que no se respetan las secuencias y ritmos de
estas economías, por eso Stiglitz dice que las decisiones que se toman hablando sobre
la ideología y la mala economía.
Todo fue la creencia en la necesidad de una acción colectiva a escala global con la
finalidad de lograr la estabilidad económica lo que llevó a la formación de dichas
instituciones no rinden cuentas directamente ni a los ciudadanos que los pagan ni a
aquellos a cuyas vidas afectan. El FMI, formado por los ministros de Hacienda y por los
gobernadores de los Bancos Centrales de los gobiernos del mundo, se rige por un
complicado sistema de votación basado en buena medida en el poder económico de los
países al final de la II Guerra Mundial. A pesar de algunos ajustes, el poder efectivo del
FMI está en manos de los países más industrializados sobre cuyas decisiones un sólo
país, Estados Unidos, puede ejercer su derecho de veto.
Entonces con los campos de actuación entre el FMI y el banco mundial se delimitaron
aproximadamente de la siguiente manera: el FMI se ocupó desde entonces de las
cuestiones macroeconómicas de los países que se encontraban en dificultades, es decir,
su déficit presupuestario, su política monetaria, su tasa de inflación su déficit comercial
o su deuda externa. Para el Banco Mundial se debía ocupar de las cuestiones
estructurales a qué asignaba el Gobierno del país en cuestión el gasto público e cómo
funcionaban las instituciones financieras del país, su mercado laboral o sus políticas
comerciales para Stiglitz el papel imperialista del FMI, cuyos dirigentes no creyeron
necesario entrar en discusión con los dirigentes del banco mundial sobre las políticas
que mejor encajarían con una situación determinada, ya que, fieles a su concepción del
mercado como elemento dominante, consideraban imprescindible la aplicación de una
fórmula idéntica a todos los países en vías de desarrollo, lo cual llevaría a la situación
harto pintoresca de remitir los correspondientes pliegos de condiciones a determinados
países a los que se proponían las medidas económicas necesarias en los que ni tan
siquiera se había modificado el nombre del país.
Para el impacto sociológico e ideológico que supuso el atentado del 11 de septiembre
puso de manifiesto que las otras cosas, que nos encontramos en un mundo globalizado.
las ventajas de la globalización se cuentan la disminución de una situación de aislamiento
experimentada por numerosos países en vías de desarrollo; la posibilidad real de un
intercambio entre éstos y otros países desarrollados en un mercado internacional ya que
la globalización se a permitido crecer a numerosos países mucho más rápidamente que
en otras época permitió , igualmente que un número mayor de personas gocen en la
actualidad de un mayor nivel adquisitivo y de un nivel de vida muy superior al que habían
disfrutado nunca y ha brindado a un mayor número de personas el acceso a un grado de
conocimientos que sólo hace un siglo no era alcanzable ni por los más ricos del planeta.
A todo ello ha colaborado el acceso a las fuentes de información la más poderosa,
Internet. Los ejemplos en ese sentido son múltiples, desde las posibilidades de
interconectar políticas activas para mejorar las condiciones de países sometidos a
peligros reales. A todos esos países se les aseguró que el nuevo sistema económico les
brindaría una prosperidad sin precedentes; y los resultados han sido más bien magros,
buenos para enriquecer a unos pocos mientras que para el resto se generó una pobreza
mucho mayor.
Para Stiglitz explica de manera pormenorizada los casos de China, Corea del Sur,
Tailandia, Malasia e Indonesia para mostrar que la apertura de los respectivos sistemas
económicos a los capitales extranjeros y una prematura reestructuración orientada a la
liberalización del mercado de capitales fueron los principales errores que habría cometido
el FMI en su interés por mejor sistema bancario y empresarial que en las tres décadas
precedentes había crecido hasta llegar a conformar el milagro asiático sin más recursos
que los propios y sin necesidad de la entrada masiva de capitales extranjeros en sus
respectivas bolsas. según la cual dicha entrada de capitales foráneos se habría dirigido
a debilitar las economías de esos países, no deja de señalar que los responsables
directos de la crisis del asiático fueron los burócratas del FMI y del esoro norteamericano
que actuaron de manera indiscriminada sobre unos sistemas bancarios frágiles. Stiglitz
es muy crítico con dichas estrategias, que no llevaron al desarrollo de Rusia sino, a lo
sumo, a una cierta estabilización. De hecho, él mismo, como vicepresidente del Banco
Mundial y prescindiendo de las recomendaciones del Tesoro de los Estados Unidos,
emprendió un viaje a Rusia en el curso del cual pudo comprobar que las privatizaciones
que se habían llevado a cabo en el país sólo habían hecho que enriquecer a unos pocos
oligarcas.
Los dos últimos capítulos del libro que comentamos están dedicados a mostrar la pérdida
de coherencia intelectual que ha ido experimentando el FMI y las necesarias
modificaciones que debe sufrir para llenar una "nueva agenda" en la que se muestra
necesaria la existencia de instituciones públicas internacionales desprovistas de
intereses económicos y de ideología, en que la transparencia sea el primer requisito de
las acciones futuras. si dicha organización estuviese propiciando los intereses de los
mercados financieros, en lugar de aplicar los recursos a ayudar a los países en
dificultades a salir de las mismas; según esa nueva visión, las políticas del FMI
constituyen un conjunto absolutamente coherente en lugar de las contradicciones que se
observan.
Del último de los capítulos del libro destacaríamos la nueva agenda en siete puntos que,
a modo de conclusiones, propone el autor y que enumeramos a continuación de manera
resumida. Por último, Stiglitz propone una mejor respuesta a las crisis. La asistencia a
países en vías de recesión económica debería considerar necesario un mayor
conocimiento de las condiciones políticas y sociales. Y, lo más importante, se debería
regresar a los principios económicos básicos postulados en la teoría keynesiana por una
parte; por otra, el autor propone poner en práctica estrategias expansivas de carácter
fiscal y monetario en los países en dificultades, de la misma manera que se realiza
cuando EE UU atraviesa una recesión económica, y no a la inversa, como ha venido
sucediendo hasta ahora. Una globalización con un rostro más humano sería lo mejor que
le podría pasar a la sociedad actual; una globalización que implicase el cambio de no
sólo las estructuras institucionales, sino del propio esquema mental de dichas estructuras
institucionales. Si en la actualidad la globalización se entiende en términos económicos,
para muchos en el mundo subdesarrollado es bastante más; la globalización conlleva
cambios que no han hecho más que empezar: está el problema del debilitamiento de las
sociedades rurales tradicionales en favor de un proceso acelerado de urbanización; está
el problema del ritmo de la integración global, que debería constituir un proceso gradual
que no arrolle las instituciones precedentes, sino que se adapte y pueda afrontar la nueva
situación observada desde más ángulos que el propiamente económico. A menudo,
sugiere Stiglitz, parece que a las antiguas dictaduras de las elites nacionales, les está
sucediendo la dictadura ejercida por las finanzas internacionales (8), lo cual explica el
riesgo de la pérdida de soberanía que pueden experimentar algunos países que
necesitan ayuda económica. Dichos países en desarrollo son avisados de que si no
cumplen determinadas condiciones, los mercados de capitales o el FMI se negarán a
prestarles el dinero que necesitan para su progreso. En esencia, pues, dichos países son
obligados a ceder una parte de su soberanía y dejar que los mercados de capitales
"incluidos los especuladores, cuyo único afán es el corto plazo" influyan en sus políticas
de desarrollo que, evidentemente, han planificado a unos plazos mucho más largos. O
los países pobres se someten de los especuladores o se arriesgan a seguir su camino
solos; y, en un mundo globalizado e interdependiente, pocos países están dispuestos a
correr ese riesgo.. Para muchos de los pobres de la Tierra no está funcionando. Para
buena parte del medio ambiente no funciona. Para la estabilidad de la economía global
no funciona. La transición del comunismo a la economía de mercado ha sido gestionada
tan mal que -con la excepción de China, Vietnam y unos pocos países del este de
Europa- la pobreza ha crecido y los ingresos se han hundido.
CONCLUSION