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“La diabetes es una enfermedad que afecta en Nicaragua a casi 600.000 personas, un poco más
del 12% de la población”, advierte la doctora Tatiana Leiva, diabetóloga y catedrática en la
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN).

La diabetes es una de las enfermedades crónicas que más afecta a la población, tanto a nivel rural
como urbano, con una incidencia que se incrementa cada año según el estudio “Diabetes Mellitus
tipo 2: Incidencia, prevalencia e impacto en pueblos indígenas de Nicaragua”.

“El poco conocimiento de la enfermedad, miedo a afrontarla y limitaciones en la oferta de


servicios de salud incide en el diagnóstico oportuno y cumplimiento del tratamiento. El uso de las
plantas medicinales para el control de la diabetes es un patrón común”

En sus estudios estima que hay alrededor de 400.000 personas diagnosticadas y cerca de 200.000
que padecen la enfermedad, pero no lo saben. "Dadas esas cifras ya la podemos considerar como
la pandemia del siglo XXI, con unos 347 millones de pacientes en todo el mundo. Ha crecido
exponencialmente en países en vía de desarrollo y, por supuesto, es uno de los mayores
problemas de salud pública que enfrenta este país”, expone la especialista.

La diabetes una enfermedad crónica y degenerativa que aparece cuando el organismo produce
poco o nada de insulina. Es considerada como una epidemia silenciosa que mata a una persona en
cada siete segundos en el mundo, provocando alrededor de cinco millones de muertes anuales. En
Nicaragua es una enfermedad que mata sigilosamente más que ninguna otra: el ministerio de
Salud nicaragüense (MINSA) la confirma como segunda causa de muerte después de las
enfermedades cardiovasculares, pero hay que señalar que, si una persona diabética presenta
padecimientos cardiacos, esta enfermedad se convierte en la que más defunciones produce en el
país, por lo tanto, es el principal problema de salud pública. Así, se calcula que en Nicaragua cada
día se amputa un pie en algún hospital por este mal, de los cuales el 80% podría prevenirse con el
tratamiento adecuado.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la diabetes está emergiendo como uno de los
problemas de salud más críticos del siglo XXI y será la séptima causa de mortalidad en 2030.
Actualmente en Nicaragua es la segunda causa de muerte por enfermedad crónica. Por ello el 20
de diciembre de 2006, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución que la
reconoce como enfermedad crónica, debilitadora y costosa asociada a complicaciones
importantes que suponen un grave riesgo para las familias, los países y el mundo entero,
designando el 14 de noviembre de cada año como el Día Mundial de la Diabetes. “Fecha para
generar conciencia en quienes ya tienen el diagnóstico y a los que afortunadamente, por el
momento están exentos, para que se planteen tomar ya en serio lo importante y necesario que es
cuidar su salud y cambiar su estilo de vida, cuidar más la alimentación, para evitar formar parte de
estas terribles estadísticas”, asegura la doctora Leiva.

Esta dolencia se presenta con dos formas clínicas: el tipo 1, de predisposición genética, se
desarrolla con más frecuencia en niños y adolescentes y se debe a una falta de producción de
insulina por parte del páncreas. El tipo 2, más frecuente y que generalmente comienza en la edad
adulta, presenta resistencia a la insulina y, a pesar de que hay concentraciones elevadas de esta
hormona en la sangre, no logra su efecto.
También existe la diabetes gestacional, que es la diagnosticada por primera vez en el embarazo.
Dado que suele darse en una etapa avanzada del mismo, el riesgo es menor que el de una madre
que padecía diabetes tipo 1 o 2 previamente. Allí, el organismo no puede producir ni utilizar la
suficiente insulina necesaria para la gestación”. “El no tener la información adecuada puede
resultar el peor enemigo para la persona ya que muchas no saben identificar de forma temprana
este tipo de enfermedad y los factores de riesgos que la provocan”, concluye la doctora.

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