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Sergismundis

LAS VELAS DEL CANTÁBRICO

Nos situamos en el año 2022, España se encuentra como todo el mundo en una grave
crisis, con una Navidad que va a ser diferente respecto a la de otros años, puesto que la
falta de dinero y energía va a conllevar que haya un cambio significativo.

Debido a esta crisis, en un pequeño pueblo de la Cordillera Cantábrica, el ayuntamiento


ha decidido que las luces navideñas sean canceladas y que todos aquellos eventos que
signifiquen un uso energético elevado no se realicen.

En este pueblo aquello que no se pueda realizar conllevará un importante cambio


comparado con otros años, puesto que su principal actividad del año son las actividades
infantiles y los fuegos artificiales, realizadas en las festividades navideñas.

Además, en esta pequeña localidad de apenas 700 habitantes no solo se ha producido un


gran descontento entre los vecinos debido a que no se pueda realizar la iluminación
pertinente de cada año en sus calles, sino que la atracción turística del pueblo que por
navidades crece gracias a las fiestas navideñas va a desaparecer.

Los habitantes de la localidad han estado recaudando el máximo dinero posible puesto
que la única idea que se les había ocurrido a los vecinos con la llegada de las festividades
navideñas era que todos los vecinos a los cuales a nadie le sobraba dinero, intentarán
ayudar con una pequeña contribución con la que se pudieran instalar aquellas luces tan
importantes para ellos. Sin embargo, no habían conseguido recaudar ni la mitad de lo
necesario para poder realizarse aquella instalación.

Después de informar de que no habría luces este año porque ya es 23 de diciembre y ya


no hay nada que hacer, solamente una familia del sur peninsular seguía pensando visitar
el pueblo durante las vacaciones navideñas.

Si no se logra solucionar para el día 24 de diciembre, numerosos locales rurales del


pueblo también desaparecerán para siempre, pues el dinero ya escaseaba y con la crisis
de aquella Navidad su pervivencia sería cada vez más difícil y todo por lo que
generaciones y generaciones habían trabajado sería olvidado. Y todo gracias a qué un
político decidido a conquistar el mundo entero había pensado que la mejor solución era
realizar ataques contra estados que alguna vez estuvieron unidos.

Aunque dejando esto atrás, la subida de la luz no tenía ninguna solución y como los
vecinos no encontraran una solución pronto el pueblo tendría una época muy difícil.

Mientras tanto, sin ningún otro remedio los lugares turísticos, que normalmente para esas
fechas estaban a rebosar, tuvieron que cerrar debido a la falta de turistas y la poca
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actividad sin duda sabían que esa Navidad sería recordada por la última para aquel
pueblo.
Entristecía ver como por un señor al que un día se le había pasado la idea de empezar a
conquistar su país vecino, toda una comunidad tendría que irse a diferentes ciudades.

La cuenta atrás para el día de Navidad se aproximaba puesto que según los últimos
estudios que habían realizado en el pueblo si nadie lograba que se instalarán las luces en
el pueblo después del día 25 nadie más visitaría la localidad y con ello la localidad tendría
que desaparecer debido a que no habría dinero para pagar ni los impuestos, ni el agua y
ni la electricidad de las casas.

Mientras tanto en la casa de los García, visto que sino creaban un plan para salvar la
Navidad todo se perdería, habían intentado poner todas las soluciones posibles sobre la
mesa y para ello realizaron esa noche, en Noche Buena, una reunión del pueblo bajo la
luz de la luna para ver qué se podía hacer. La familia Martínez y la Ortega llegaron a la
conclusión de que nada se podía hacer, sin embargo la familia Gutiérrez había creado un
magnífico plan que si llevaba a la perfección podría conseguir la supervivencia del pueblo:
como las familias poseían numerosas cantidades de velas, debido a que las utilizaban en
sus casas, en vez de usar electricidad, a través de estas podrían encender miles y miles
en el suelo de todo el pueblo con las que podrían crear una magnífica luz y así conseguir
que salieran en los periódicos del país reivindicando la falta de dinero y el
empobrecimiento.

Dicho y hecho, se pusieron todos se pusieron manos a la obra y a encender velas para
después ponerlas por el suelo iluminando todas las calles; encendiendo 4330 velas sin
duda un gran esfuerzo para poder salvar el pueblo. Una vez realizado todo este trabajo,
un adolescente de la familia Álvarez logró documentar este gran hecho y subirlo a las
redes para que se hiciera viral. E inexpiablemente eso mismo ocurrió, esa misma noche
obtuvo 5 millones de visitas y el día de Navidad el pueblo apareció en todos los telediarios
en todo el mundo.

Esa misma tarde llamaron a la oficina turística nada más y nada menos que 24 familias
dispuestas a pasar el resto de las Navidades en aquel pequeño pueblo la cordillera
Cantábrica. Al día siguiente las familias ya se encontraban instaladas en las pequeñas
viviendas de alquiler que se encontraban a disposición de los turistas.

Toda la localidad pudo vivir unas fiestas que jamás olvidarían y recaudaron el dinero
suficiente para poder alumbrar y realizar actividades para los próximos 5 años.

Desde este día el pueblo pasó a llamarse Vela del Cantábrico y desde ese momento
sigue celebrando unas fiestas navideñas inolvidables gracias a gente entregada que allí
habita.

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