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A fines del siglo pasado, en la década del 90, realizaba “misiones” con un grupo de jóvenes en

distintas localidades del interior de mi provincia, llamada justamente, Misiones. Habrá sido por
el 90 cuando fuimos a El soberbio una población lindera al río Uruguay, que hace de límite con
el Brasil. Recuerdo un detalle que me llamó la atención y entonces me causó envidia, pues veía
el progreso brasileño en los grandes sembradíos de soja y el atraso argentino expuesto al
mejor estilo Watzlawick, aclaremos que hoy me doy cuenta de ello, repito la vista era del lado
brasileño todo plantación de soja, del lado argentino, selva. En esa época no veía el daño
ambiental que causaba esas grandes extensiones de tierra sembradas de soja, con la erosión
que ello implica, el cambio en la composición de la tierra, la contaminación por los pesticidas.
Yo veía progreso, pujanza, y en mi lado, veía atraso, con algunas plantaciones de citronela
cuyos propietarios de esas fincas eran alemanes-brasileros venidos del otro lado; hoy caigo en
la cuenta que son afortunados, pues no fueron a parar a grandes Urbes como otros que quizá
fueron a Pernambuco, Sao Paulo u otra ciudad, pues la soja ocupaba su tierra. En ese tiempo,
los veía como chacreros pobres y trabajadores quienes nos recibían con la hospitalidad típica
que los caracterizaba, con la casa de madera, cerca de un arroyo, la selva misionera, al lado
quizá media hectárea o una a lo sumo de citronela y/o menta y un pequeño alambique para
extraer la esencia. En ese entonces no veía progreso, incluso me sentía extraño al conversar
con esa gente amable que me hablaba en portuñol, mas portugués que español.

Hoy con una mirada desde una perspectiva distinta, ya desde lo teórico, luego de haber leído,
Planolandia de Watzlawick, Educación, identidad y papas fritas baratas de Appel, Berger y
Luckman, entre otros autores, puedo decir lo equivocado que estaba, no veía la realidad
estaba en un plano en el que no percibía el fondo de lo que sucedía, e incluso no sé, si aún hoy
veo las perspectivas en sus distintas posibilidades. Siguiendo a Appel, podría decir que esos
campesinos tuvieron que dejar sus hogares, muchos quizá fueron a poblar la periferia de las
grandes urbes del Brasil, otros más afortunados se afincaron en Misiones; y la vista de esos
grandes sembradíos que hacen caja a los “blancos”, en lenguaje de Appel, desplazando a los
mismos de siempre, los curtidos y sufridos inmigrantes descendientes de alemanes, suizos,
italianos, criollos que no entran en el concepto de “blanquedad”, pues los beneficios no son
para ellos y entran en la misma situación de los asiáticos descriptos por Appel. Grandes
extensiones, grandes plantaciones y escasos por no decir nada de habitantes. Mientras en las
grandes ciudades se aglomeran otros con sus otredades, como accesorios no estéticos para los
propios del urbe y angustiante para los recién llegados que no conocen el modo de vida y de
construir su historia en una geografía ajena y extraña, en la cual se sienten indefensos y deben
hacerse de mañas para resistir y subsistir.

Que dirían Berger y Luckman a esta situación, a mi parecer dirían, con respecto a los
chacareros misioneros migrantes de Brasil, que realizaron un proceso de socialización exitosa,
pues, llevan adelante una vida digna, en la que pueden comercializar sus productos de la
tierra, en este caso puntual dado como ejemplo la venta de esencia concentrada de citronela y
menta a una compañía “acopiadora”, por decirlo así en El Soberbio; donde dicha familia vive y
convive con los lugareños, la mayoría también venidos de otros lugares, muchos del Brasil
también; y, con la que su familia está integrada, se sienten parte de la comunidad, sus hijos
trabajan la tierra con sus padres, estudian y se sienten argentinos. Es decir al menos en los
padres hubo un proceso de re adecuación de su universo simbólico en cuanto a identidad de
origen, costumbres, al menos alguno, quizá no tanto como de cambiar de religión, de Fe, pero
al menos de sentirse parte de Argentina, tanto que sus camisetas eran celestes y blancas.

Aunque no tengo la certeza, por no haberlo recabado, supongo que los antiguos vecinos de la
otra orilla que emigraron a las grandes urbes les fueron al menos más dificultoso que dicho
proceso haya sido exitosa.

Plan de Gobierno pos cuarentena

https://www.youtube.com/watch?v=I9GhZcl2jBI

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