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Liderazgo

Liderazgo es la función que ejerce una inluencia especial sobre un grupo para orientarlo hacia los

objetivos concretos que redundan en beneicios permanentes que satisfacen las necesidades del

grupo. Es la acción de guiar o conducir a los demás.

Se han realizado múltiples investigaciones sobre la estructura grupal y su liderazgo. Hasta la fecha

los estudios señalan que el líder no nace, sino que se hace (Lester Bittel, 1996). Pero hay ciertas

características o rasgos de la personalidad que lo nos hacen distinto y que favorecen el ejercicio del

liderazgo, tales como: un temperamento flexible, una actitud de escucha, la creatividad y originalidad.

El líder es aquel que crea un ambiente que estimula a todos los miembros de la organización a

desplegar sus capacidades y alcanzar una visión compartida. Da a las personas confianza para

llegar, como nunca antes, más lejos y más rápido. Y determina las condiciones para que sus

colaboradores sean más creativos y para que sientan que tienen un dominio de su propia vida como

jamás soñaron que fuera posible. Es aquel que de verdad se debe a la gente. Es aquel miembro del

grupo que ejerce una influencia positiva sobre los restantes miembros.

Ejercer un liderazgo eficiente es la garantía para la supervivencia de todo aquello que se considera

importante, pues ningún modelo de liderazgo ha sido capaz de predecir fiablemente cuáles personas

serán líderes eficaces. Hemos experimentado en carne propia las alegrías y diicultades de un líder

eficaz y hemos sufrido bajo el yugo de un jefe ineficiente.


Los principios básicos del liderazgo

Visión, misión, fijación de metas, amor, humildad, dominio propio, comunicación, oportunidad,

energía, poder, autoridad y conocimiento.

Tipos de líderes

El líder autoritario: es el que decide sin consultar al resto del grupo, no estimula ni da participación,

las funciones son centralizadas y sólo él manda. El grupo trabaja, pero por miedo a perder el puesto.

La relación es vertical, no persuade sino que impone. No se comunica ni dialoga con el grupo, no

confía en los demás y las personas le obedecen por temor o por timidez. Demanda obediencia ciega,

puede ser rígido o paternalista.

El líder democrático: decide una vez oídas y consideradas las opiniones del grupo. Consulta y toma

en cuenta las opiniones de los demás. Distribuye funciones, estimula, alaba y critica con tacto. El

grupo trabaja con calidad, no con cantidad. Ejerce la autoridad con equilibrio, es rígido cuando debe

serlo y flexible de acuerdo con las circunstancias. Se preocupa por mantener una amplia

comunicación con el grupo. En las reuniones es la persona que estimula la participación de los

miembros para que puedan dar a conocer su criterio. Es responsable, honesto y puntual, actúa por

consenso y promueve el trabajo en equipo.

El líder liberal: Sólo decide si el grupo pide, crea caos y desorganización. Cada uno hace lo que le

parece que está bien y a su manera. Deja que el grupo actúe por propia voluntad, lo que ocasiona

caos. No es una persona segura de sí misma. Su forma de dirigir crea ineficacia en el trabajo y se

pierde tiempo y energía. Actúa como centro de información y ejerce un mínimo de control. La

responsabilidad depende de la madurez de los empleados.

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