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Los ladrones no son gente honesta y además no saben nada de sistemas

En su proyecto de matrimonio Apolodoro y Blancanieves habían incluido la


adquisición de un piso, a fin de marcar claramente la separación física con su entorno y no
ser confundidos con un gas perfecto. Para ello se inscribieron en una cooperativa, cuyos
directivos, expertos en lo que algunos inadecuadamente llaman ¿ingeniería financiera?,
aplicaron a rajatabla aquello de que la caridad bien entendida empieza por uno mismo y
cuando nuestra pareja y otras más quisieron darse cuenta, el piso estaba en el cielo y los
mangantes de mayor calibre en el Caribe disfrutando del goloso pelotazo.

La poderosa, rápida y eficaz mano de la justicia se puso en marcha y logró detener


a dos secretarios del primo segundo del asesor técnico del ordenanza de la cooperativa
que, salvo por el volumen de sus rapiñas, eran tan golfos como sus superiores.

Aunque en los tiempos actuales parece que los valores éticos están un poco
degradados, hasta los sinvergüenzas más conspicuos y notorios convienen en que los
ladrones no son gente honesta ni leal. Ello explica la actitud de las dos ratas de nuestra
pequeña historia ante el interrogatorio al que por separado les sometió la policía con el fin
de obtener información y pruebas concluyentes para acusarlos.

Cada uno de los dos rateros puede callarse durante el interrogatorio o confesar el
delito cargando toda la responsabilidad sobre el cómplice. Dependiendo del resultado de
los interrogatorios la policía aportará al juez diferentes conjuntos de pruebas ante las que
el magistrado impondrá las penas legales.

Ladrón B Así, si el ladrón A confiesa y B calla, A queda libre y B sobre


Confiesa Calla el que han recaído todas las culpas, queda condenado a 10
5 0 años de cárcel.
El razonamiento que hace A es el siguiente: Si mi cómplice
Confies

confiesa yo seré castigado con 5 años si confieso y con 10


Ladrón A

5 10 si no confieso; por tanto, en este caso me conviene


a

confesar. Por el contrario, si B calla yo quedaré libre si


10 1
confieso y tendría un año de cárcel si; también bajo esta
hipótesis me interesa confesar cargándole las culpas.
Calla

Nota: Los años de cárcel de A en la parte superior de cada


0 1
casilla; los de B, en la inferior.

Como la lealtad tampoco es una cualidad de los ladrones, hay numerosos ejemplos
de ello que son de dominio público, el ladrón A pone en práctica su conclusión y confiesa.
Lo malo es que B razonó de la misma forma, con lo que el juez encontró las pruebas
suficientes para enviarles a la prisión durante cinco años, mientras que si ambos hubieran
callado el juez solo hubiera encontrado pruebas circunstanciales y le hubiera condenado a
solo un año a cada uno, lo que como todos sabemos es lo mismo que dejarles en la calle.

El egoísmo impidió que cada ladrón optimizara la situación de forma global


(perspectiva sistémica) haciéndolo tan sólo desde su propio ángulo parcial (visión infra-
sistémica), sin tener para nada en cuenta la interrelación existente entre ellos.
Cada uno se vio a sí mismo como un sistema aislado y no llegaron a entender que
sólo eran subsistemas de un sistema más amplio que era la pareja que ellos mismos
formaban.
Esta situación no es puramente académica. Es muy frecuente en las organizaciones
(grandes sistemas) encontrar situaciones en las que el deseo de cada responsable de un
área o departamento de presentar buenos resultados generaría un cataclismo si no hubiera
un responsable máximo, que marcara los objetivos últimos de la misma a los que todas las
secciones deberán orientar su actividad.

¿Qué entiende por perspectiva sistémica?


¿Qué entiende por sistema aislado?

Elaborar un diagrama de flujo para un programa del caso de los dos ladrones
Nota: Considerar la siguiente simbología.

Elaborar el programa (seudocódigo y/o código fuente) para un programa del caso de los
dos ladrones

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