Está en la página 1de 1

Crítica al Museo de la tortura

Flores Gutiérrez Pablo

Me pareció una experiencia que invita a la reflexión sobre lo que hemos pasado a lo
largo de nuestra historia como sociedad, no solo hablando de la cultura mexicana,
sino englobando a todos los individuos. Desde un principio, podemos observar los
diferentes castigos que se llevaban a cabo para controlar a la gente mediante el
miedo que se propagaba con suma facilidad; estos castigos eran dignos de
películas de horror, debido a que se solían imponer penas por cualquier actitud que
se considerara de mal gusto, desde ser azotados o golpeados brutalmente, hasta
someterse a humillaciones, siempre con un público presente para denotar que las
personas habían cometido actos impropios y evitar que se siguiera con tal práctica.

Al observar tales escenas y los instrumentos que ayudaban a llevarlas a cabo, no


puedo evitar pensar en que hemos avanzado mucho como sociedad, y aunque
todavía nos faltan caminos por trazar, nos guíamos por el respeto a los derechos
humanos para poder establecer nuevas normas de convivencia entre todos.

Me pareció increíble el museo, debido a su extensa lista de castigos y herramientas


presentadas a lo largo de la exposición, adicionado a que cada una de estas
presentó una extensa explicación de cómo, porqué, dónde y cuándo se llevaron a
cabo estas acciones, lo que nos ayuda a entender en mejor forma el contexto que
se vivía en aquellas épocas o lugares como para realizar dichos actos.

Al recorrer las diversas salas no pude evitar pensar en que hubiera hecho yo
estando en situaciones de ese tipo o como hubiera sido castigado por hacer cosas
que en la actualidad nos parecen normales pero en otros tiempos serían vistas con
malos ojos. Creo que muchas veces no valoramos la libertad que nos es dada y por
eso en ocasiones llegamos a abusar de lo que tenemos, por lo que desde mi punto
de vista pienso que todos deberíamos pensar en lo que tuvieron que pasar miles de
personas para que nosotros pudiéramos llegar a gozar de la libertad de expresión y
en general de la libertad, una libertad que a personas de hace varios siglos les
hubiera gustado tener, una libertad que no exceda los derechos de otras personas ni
transgrede a los individuos.

Finalmente, me gustaría comentar que me resulta impactante como es que los


humanos pasaron de castigos como lo pudieron ser humillaciones públicas que
rozaban en lo ridículo a otro extremo con diversos aparatos de tortura, cada uno
más doloroso que el anterior, en el que llegaba a parecer que para ciertas personas
resultaba satisfactorio castigar a personas inocentes por existir. Simplemente es
algo a lo que me gustaría que no volvamos como especie.

También podría gustarte