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La Puntualidad

Es como un hábito positivo que permite a quien lo practica avanzar y hacer que los
demás avancen.

Según la Real Academia Española ser


puntual significa "Que llega o actúa a
la hora precisa o convenida".
Tan simple como eso. ¿Qué hay
detrás de ser puntual? Hay valores
tales como el respeto por los demás,
orden, disciplina, sentido de
cumplimiento, buenos hábitos, exigencia a uno mismo, planeación, eficiencia, eficacia, y
muchos otros más. La puntualidad es cortesía, educación y respeto. La impuntualidad es
una muestra de falta de cultura, es no apreciar el tiempo de los otros ni el propio; si este
es uno de tus defectos, aquí te damos varias recomendaciones.
La puntualidad aporta al mundo múltiples beneficios tales como orden, sincronía,
cumplimiento de plazos, reduce la incertidumbre, apuntala la confianza, asegura la fluidez
sobre todo y reduce la pérdida de tiempo.
La puntualidad se enseña y se practica.
Es como un hábito positivo que permite a quien lo practica avanzar y hacer que los demás
avancen. Como dice el dicho "time is money". Si se es impuntual se pierde y se hace
perder el tiempo. Desafortunadamente no es lo único que se pierde, también dinero y
oportunidades. En esto de la puntualidad todo se eslabona como una cadena de efectos.
Uno de los hábitos más importantes para formar es la puntualidad. El estar a tiempo a
diferentes compromisos o el simple hecho de estar apegado a un horario nos ayudara
mucho en la vida.
El valor de la puntualidad es la disciplina de estar a tiempo para cumplir nuestros
compromisos adquiridos deliberadamente: una cita del trabajo, una reunión de amigos,
un compromiso de la oficina, un trabajo pendiente por entregar, una cita médica...
La puntualidad es necesaria para dotar a nuestra personalidad de carácter, orden y
eficacia, pues al vivir este valor en plenitud estamos en condiciones de realizar más
actividades, desempeñar mejor nuestro trabajo, ser merecedores de confianza.
Las consecuencias de no ser puntual se cuentan por millones.
Diariamente se pierden millones de horas-hombre. En las paradas de camión, en los
consultorios, en las citas, en las reuniones de trabajo, diariamente en todo momento la
impuntualidad está presente.
Un vuelo de avión, una salida de tren de mercancías retrasada o la entrega de algún
reporte a destiempo pueden significar pérdidas económicas o baja rentabilidad en los
negocios.
Lo que es cierto es que los retrasos como norma laxan el cumplimiento de compromisos y
la correcta ejecución de planes y proyectos.
Hay quienes argumentan que la puntualidad es un asunto cultural y como tal es un
acuerdo social en el que se acuerda su importancia. El cómo se vive el tema varía de una
cultura a otra. Por ejemplo, en Corea ser impuntual cinco minutos es una falta de respeto;
en Malasia no avisar que hay un retraso no es mal visto. En Japón la puntualidad tiene
nivel de regla de etiqueta y en Alemania ser puntual quiere decir llegar 10 minutos antes
de lo acordado.
Se podría decir que la puntualidad es un valor personal que se refleja en nuestros actos
cotidianos. Hay muchas frases de personajes deportivos, culturales o políticos que lo
reflejan. Por ejemplo, "Es difícil mostrarte confiable cuando la gente tiene que esperarte”.
-Wes Fessler, jugador de futbol americano y coach de futbol americano y basketball.

 "La puntualidad es el alma de los negocios". Thomas Chandler Haliburton, político


canadiense.
 "Llegar a tiempo a las citas y reuniones es una fase de autodisciplina y evidencia de
respeto a si mismo. La puntualidad es un
cumplido que la persona cortés paga a
sus asociados". Marvin J. Ashton, líder
religioso y político republicano.
 "La puntualidad es una de las virtudes
cardinales del negocio: insístela siempre
en tus subordinados". Don Marquis.
Novelista, poeta, autor dramático
 "Llegar tarde es una forma de decir que
tu propio tiempo es más importante que
el tiempo de la persona que te espera".
Karen Joy Fowler, escritora
norteamericana.

En cada una de esas frases se habla de alguna manera de respeto, de virtud, de exigencia y
cumplimiento. La falta de dichas cualidades afecta no sólo la puntualidad, sino a nuestro
desempeño como personas y como ciudadanos.
¿Por qué no ser puntuales? ¿Por qué no exigirnos unos a otros ser puntuales? ¿Para qué
ser puntuales? Son preguntas que se responden así mismas ante la evidencia de los
beneficios de serlo.
La falta de puntualidad puede ser corregida, primero el ser humano debe de encontrar la
causa que origina su impuntualidad como el olvido, la pereza, la falta de interés, entre
otros; segundo el ser humano debe de respetar las demás personas y a todo evento, cita o
reunión otorgarle cierta importancia y, por último, recurrir a las alarmas, agendas,
recordatorios, entre otros.
Si somos puntuales, aportaremos a nuestra familia, colegas y colaboradores, amigos y
negocio para el que trabajamos.

Vivir el valor de la puntualidad es una forma de hacerle a los


demás la vida más agradable, mejora nuestro orden y nos
convierte en personas dignas de confianza. Seamos puntuales.

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