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Autor: Scarleth Pérez Oliva

Administración del Tiempo


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Personalidad y Administración del Tiempo

Objetivos:

1. Los participantes sabrán explicar cómo la administración del tiempo es


un tema de madurez psicológica y valores humanos, y no sólo de
instructivos técnicos y de estrategias.
2. Podrán identificar las relaciones entre la administración del tiempo y la
autodisciplina, y también entre el uso del tiempo y la capacidad de tomar
decisiones.
3. Realizarán un examen objetivo de sus propias escalas de valores,
concientizándolos, aclarándolos, reafirmándolos y, si es el caso,
modificándolos.
4. Sabrán describir sus objetivos vitales y ubicar dentro del contexto de
éstos, sus objetivos laborales.
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4.1 El uso del Tiempo: Reflejo de la Personalidad

Toda administración implica la personalidad del administrador, máxime cuando se


trata del tiempo, que no es algo externo a la persona.

Ya lo explicamos: administrar el tiempo es administrar la vida; malgastar el


tiempo es malgastar la vida.

La administración del tiempo no puede ser sino un reflejo de la personalidad: “Dime


cómo gastas tu tiempo y te diré quién eres”.

Nos hallamos, no ante un problema de técnicas, sino de actitudes básicas; no de


aprendizaje conceptual, sino de compromisos vitales; no de recetas, sino de
reeducación; no de simples estrategias, sino de madurez humana; no de
adoctrinamiento, sino de expresión espontánea, vital y creativa.

4.2 Tiempo y Valores Humanos

De aquí que manejen su tiempo en formas muy diversas el individuo materialista,


hedonista, el perfeccionista, el idealista soñador, el bohemio, el burócrata
rutinizado, el artista, el científico, el empresario, el religioso contemplativo, el “grillo”
político, etc.

De igual manera manejaremos nuestro tiempo de formas diversas a los 5 años de


edad, a los 15, a los 25 y a los 60. Están de por medio, los valores de cada
individuo: los conscientes y los inconscientes. “Ellos nos motivan a obrar y
determinar nuestros intereses y nuestros gustos”.

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Por ello, si bien es posible hasta cierto punto programar “desde afuera” el tiempo
de trabajo de un individuo, no es posible programarle el tiempo vital. Eso sería una
burda violación a la intimidad personal.

Cuestión de valores, voluntad, autodisciplina y madurez.

4.3 El hombre Superior y el Hombre Mediocre

¡Cuántas personas que murieron entre los 30 y 40 años de edad recorrieron los
largos caminos y pasaron a la historio como grandes figuras del arte, la ciencia y la
política! ¡Y cuántos otros, viviendo hasta los 75 y 80 años, no lograron dejar una
pequeña estela luminosa!

Uno de los distintivos inconfundibles del hombre superior es que sabe siempre
hacia dónde va.

Gerry Achenbach, director de la cadena de supermercados “Piggly Wiggly


Southern”, lo expresa con claridad: “Quien elige vivir una vida plena, debe
comprender la importancia del tiempo y de la autodisciplina”. Un aprovechamiento
adecuado del tiempo permite al gerente disfrutar de su trabajo y su descanso. La
autodisciplina significa fuerza de voluntad para hacer las cosas que deben hacerse
antes que las que queremos hacer porque no son más fáciles o agradables.
Enfrentándonos a los asuntos en vez de posponerlos, tendremos más tiempo para
hacer las cosas. Puesto que es nuestro tiempo lo que estamos gastando, somos
nosotros quienes debemos dominarlo, y no dejar que él nos domine. Y “nadie
podrá dominar su tiempo mientras no esté primero dispuesto a dominarse a sí
mismo”.

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El reverso de la medalla lo tenemos en la persona indecisa, pasiva, confusa,


manipulada, poco concientizada y extraña a sí misma. Dicha persona camina a
tientas y dando tumbos, o bien, se detiene perpleja ante las frecuentes
encrucijadas del camino.

Conviene recordar el significado original de “decidir”, “decisión”. Son palabras


afines a in-cidir, in-cisión, circun-cidar, circun-cisión, pre-cisión, pre-ciso, con-
cisión, con-ciso. Decidere, en latín, significa cortar por lo sano. Y esto es lo que
sucede en las elecciones: se corta, porque quien decide deja algo, renuncia y se
auto limita.

El uso de nuestro tiempo es el resultado de miles de pequeñas y grandes


elecciones cada día, cada hora y aun cada minuto.

Decía Luis XIV, el “Rey Sol”, que “la decisión supone espíritu de señor”. Esto
significa que se requiere fuerza de voluntad para involucrarse en actividades
valiosas y para mantenerse en pie tras los fracasos, vencer los temores, resistir a
lo fácil que tenemos enfrente y renunciar a la satisfacción inmediata en favor de la
utilidad remota.

En la contraportada del libro Lakein How to get control of your time and your life
(“Cómo obtener el control de su vida y su tiempo”) los editores ponderan los
méritos de la obra. Presentan tres frases en grandes caracteres rojos; la que nos
interesa reza así: How to build your willpower (“Cómo construir su fuerza de
voluntad”).

Es significativa esta traducción del uso del tiempo en términos de fuerza de


voluntad.

Una de las expresiones más típicas de la personalidad es el uso del tiempo libre.
Un tema que va adquiriendo enorme trascendencia y que trataremos en el octavo
capítulo.

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