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TECNOLÓGICO NACIONAL DE MÉXICO

CAMPUS CIUDAD HIDALGO

DIVISÓN DE INGENIERIA BIOQUÍMICA

MATERIA: BIOQUÍMICA

ENSAYO UNIDAD 4: LÍPIDOS

DOCENTE:

DR. LUIS ALBERTO MADRIGAL PÉREZ

PRESENTA:

GUTIÉRREZ MARTÍNEZ ALAN YAIR

NÚMERO DE CONTROL:

B19030347

GRUPO:

064KB

Ciudad Hidalgo, Michoacán. 16 de mayo del 2021.


UNA SUSTANCIA MILAGROSA: ÁCIDO
LINOLEICO CONJUGADO.
La lonja, la llantita, o la pancita; hoy en día es cada vez más común ver
esta característica corporal. Sabemos que esta se forma por estilos de vida en
extremo sedentarios y por dietas con altos contenidos de azucares y grasas; pero
esta vez no te vamos a regañar, sino que buscamos plantear una alternativa a
este problema de salud.

Por muchos es pensado que las grasas en nuestra comida son malas en
todos los aspectos y buscamos eliminarlas de nuestra dieta, como esos tacos de
pastor que te comes en la esquina del metro cada día durante el almuerzo.
Siendo más específicos, nutricionalmente se sabe que los ácidos grasos
saturados (que no contienen dobles enlaces en su estructura) y los ácidos grasos
trans en grandes cantidades en nuestra dieta pueden producir a largo plazo un
sinfín de padecimientos como lo son: enfermedades coronarias, obesidad,
diabetes, alteraciones hepáticas, entre muchas otras, todas ellas con un
decaimiento en la calidad de vida del paciente y posibles destinos fatales. Estas
grasas generalmente provienen de la manipulación tecnológica como en el caso
de las mantequillas y aceites.

Tanta es la preocupación por estas sustancias en la dieta que la mayoría


de países actualmente cuentan con legislaciones alimentarias que obligan a los
productores de alimento a declarar las grasas saturadas y trans en su etiqueta, y
de ser necesario, a colocar sellos de advertencia si el producto contiene un
exceso de estas sustancias; en nuestro país la norma específica que regula el
etiquetado es la NOM-051-SCFI/SSA1-2010.
A priori pareciera que las grasas, aunque deliciosas, son totalmente
perjudiciales para nuestra salud, y más si se trata de grasas saturadas y trans.
Sin embargo, hablemos ahora de una serie de ácidos grasos trans que cada vez
cobra más interés biotecnol. Estamos hablando del ácido linoleico conjurado
(CLA por sus siglas en inglés).

Primeramente, hagamos un análisis de su estructura. Para saber si un


ácido graso es trans o no debemos ver la forma de sus dobles enlaces;
imaginemos que tú eres un doble enlace, y tus brazos son los enlaces que eres
capaz de formar con otros átomos de carbono, si tus brazos (enlaces) apuntaran
hacia arriba o hacia abajo, ambos siempre en la misma dirección, tendrías una
isomería cis (la mayoría de grasas que consumes son de la forma cis). Ahora
bien, si tus brazos están uno hacia arriba y otro hacia abajo, tendrías isomería
trans, es así como puedes identificar a estos ácidos grasos. Como vimos, las
grasas trans en general se consideran dañinas, pero eso no significan que todas
lo sean. Este es el caso del CLA, un grupo de ácidos grasos con múltiples dobles
enlaces y de forma trans, que, contra todo pronóstico, se le atribuyen gran
variedad de beneficios a la salud.

El primer beneficio del CLA y que ha sido ampliamente documentado es


su capacidad de reducir el colesterol en sangre (hipocolesterolemia). Se han
realizado diversos experimentos en humanos y animales y todos parecen
demostrar esta capacidad. Cuando el colesterol-LDL (“colesterol malo”) y otras
sustancias grasas como triglicéridos se acumulan en las paredes de los vasos
sanguíneos (placa), reducen su diámetro afectando el flujo sanguíneo
(aterosclerosis), pudiendo causar incluso infartos. En sujetos de prueba con
niveles altos de colesterol LDL o predisposición genética a padecer
aterosclerosis, se complementó su dieta con variables cantidades de CLA (0.5-
2.5 g/día), se observó un importante descenso del colesterol LDL en sangre, sin
reducir el colesterol HDL (“colesterol bueno”).

Otro beneficio que se le atribuye al CLA es una activación notoria del


sistema inmune. Se detectó que el CLA promueve la síntesis de diversos
anticuerpos como IgA, IgG e IgM, reduciendo a su vez los niveles de IgE. El
aumento de los primeros tres anticuerpos se traduce en una mayor capacidad de
combatir patógenos infecciosos; por su parte la reducción de IgE se puede
entender como una reducción a respuestas alérgicas alimentarias desmedidas.
En otras palabras, el CLA fortalece el sistema inmune ante infecciones al mismo
tiempo que puede usar como un factor de prevención/tratamiento ante alergias
alimentarias.

Pasemos a uno de los efectos más destacados y a diferencia del resto, con
un gran estudio sobre sujetos humanos. Hablamos de la aparente gran capacidad
anticancerígena del CLA. En un estudio en mujeres de Finlandia se demostró
que el consumo diario de entre 0.05% y 2% CLA con respecto a la necesidad
energética diaria, reduce las probabilidades de padecer cáncer de mama. En otro
estudio realizado en ratones inmunodeficientes, se transplantó tejido tumoral
mamario, después, se complementó su dieta con 1% de CLA y se observó una
disminución hasta del 73% del crecimiento tumoral. Saliendo un poco del tema,
este efecto anticancerígeno del CLA tal vez puede ser un indicador indirecto de
la importancia que tienen los ácidos grasos sobre el desarrollo de cáncer, pueda
ser que los tumores busquen alimentarse de grandes cantidades de grasas, pero
a su vez no sean capaces de metabolizar correctamente el CLA, inhibiendo su
crecimiento, complementado con la capacidad hipocolesterolémica del CLA.
Viéndolo de otra forma, el CLA tal vez le quita su fuente de alimento a los
tumores.
Por último, analicemos la característica nutricional menos estudiada pero
la más revolucionaria sobre el CLA: su capacidad sobre el peso corporal.
Algunos estudios en animales sugieren una destacada capacidad del CLA para
reducir la grasa almacenada en los tejidos del cuerpo, y, por ende, una reducción
sobre la masa corporal. Un estudio en ratas reportó una reducción del 60% del
contenido de grasa del tejido adiposo luego de seis semanas con una
alimentación complementada con 1-2% de CLA; además se presentó una
disminución de la ingesta de energía y del depósito de grasas en los tejidos. Otro
estudio en humanos con sobrepeso, denotó que el consumo diario de 3.4 g de
CLA al día producen disminución de la grasa total sin afectar otros parámetros
como conteo de glóbulos rojos y masa muscular. Se sugiere que este ácido graso
afecta la interconversión metabólica de otros ácidos grasos y promueve la
lipolisis (degradación de lípidos o grasas). Pareciera que el CLA es la respuesta
a todas tus lonjas, pero aún falta documentar mejor esta propiedad, así que no
cantes victoria todavía.

Hemos visto en profundidad muchos de los beneficios que el CLA aporta


a nuestra salud global, así que ¿Cómo obtenemos esta preciada sustancia?
Generalmente, este ácido graso es producido por las bacterias acido-lácticas
(BAL) presentes en los estómagos de animales rumiantes como la vaca.
Entonces, el CLA ya está presente en nuestra dieta normal al consumir
productos que provengan de estos animales como su carne o su leche. Sin
embargo, se han realizado estudios que indican que el consumo diario de CLA
se está reduciendo paulatinamente en la actualidad. La ingesta promedio se
encuentra en 1 g/día en países occidentales, y en países europeos es aún menor
(0.5 g/día). Algunos expertos en nutrición indican que el consumo óptimo de
CLA debe de ser de 2-3 g/día para comenzar a ver sus beneficios.
Se proponen diversas formas de abordar este problema, como lo es adicionar
directamente CLA proveniente de procesos biotecnológicos a los alimentos, o
también y aún más interesante, el consumo de probióticos que contengan BAL
para producir CLA dentro de nuestro propio organismo. EN un futuro sería
interesante ver alguna ley que considere reportar el contenido de CLA en las
etiquetas de nuestros alimentos, que especifique valores mínimos permitidos.

Otra opción muy destacable es ver que alimentos contienen cantidades


necesarias de CLA. Afortunadamente para nosotros, en nuestro país existen
diversos alimentos ancestrales con altos contenidos de tan importante ácido
graso. Ejemplos hay muchos entre los que encontramos al pulque, a los quesos
regionales y al tejuino, que es una bebida hecha a base de maíz poco germinado,
molido y fermentado, que después se coce y se sirve frío.

Quien pensaría que al mismo tiempo que podemos rescatar nuestras


tradiciones y alimentos milenarios, podemos procurar nuestra salud con una
sustancia tan trascendente como lo es el CLA. Esperamos que ahora no veas
con tan malos ojos a los ácidos grasos (al menos, no a todos), y comiences a
complementar tu dieta con más pulque.

Todo esto no quiere decir que el CLA sea la respuesta a todos tus
problemas dietéticos y de salud, como el gran complemento que es no debe
hacerse de lado la importancia de una dieta balanceada y el ejercicio constante,
para así conseguir esos músculos de ensueño que tanto buscas.

Esperamos que esta lectura haya sido de su agrado.

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