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MATERIA: BIOQUÍMICA
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NÚMERO DE CONTROL:
B19030347
GRUPO:
064KB
Por muchos es pensado que las grasas en nuestra comida son malas en
todos los aspectos y buscamos eliminarlas de nuestra dieta, como esos tacos de
pastor que te comes en la esquina del metro cada día durante el almuerzo.
Siendo más específicos, nutricionalmente se sabe que los ácidos grasos
saturados (que no contienen dobles enlaces en su estructura) y los ácidos grasos
trans en grandes cantidades en nuestra dieta pueden producir a largo plazo un
sinfín de padecimientos como lo son: enfermedades coronarias, obesidad,
diabetes, alteraciones hepáticas, entre muchas otras, todas ellas con un
decaimiento en la calidad de vida del paciente y posibles destinos fatales. Estas
grasas generalmente provienen de la manipulación tecnológica como en el caso
de las mantequillas y aceites.
Pasemos a uno de los efectos más destacados y a diferencia del resto, con
un gran estudio sobre sujetos humanos. Hablamos de la aparente gran capacidad
anticancerígena del CLA. En un estudio en mujeres de Finlandia se demostró
que el consumo diario de entre 0.05% y 2% CLA con respecto a la necesidad
energética diaria, reduce las probabilidades de padecer cáncer de mama. En otro
estudio realizado en ratones inmunodeficientes, se transplantó tejido tumoral
mamario, después, se complementó su dieta con 1% de CLA y se observó una
disminución hasta del 73% del crecimiento tumoral. Saliendo un poco del tema,
este efecto anticancerígeno del CLA tal vez puede ser un indicador indirecto de
la importancia que tienen los ácidos grasos sobre el desarrollo de cáncer, pueda
ser que los tumores busquen alimentarse de grandes cantidades de grasas, pero
a su vez no sean capaces de metabolizar correctamente el CLA, inhibiendo su
crecimiento, complementado con la capacidad hipocolesterolémica del CLA.
Viéndolo de otra forma, el CLA tal vez le quita su fuente de alimento a los
tumores.
Por último, analicemos la característica nutricional menos estudiada pero
la más revolucionaria sobre el CLA: su capacidad sobre el peso corporal.
Algunos estudios en animales sugieren una destacada capacidad del CLA para
reducir la grasa almacenada en los tejidos del cuerpo, y, por ende, una reducción
sobre la masa corporal. Un estudio en ratas reportó una reducción del 60% del
contenido de grasa del tejido adiposo luego de seis semanas con una
alimentación complementada con 1-2% de CLA; además se presentó una
disminución de la ingesta de energía y del depósito de grasas en los tejidos. Otro
estudio en humanos con sobrepeso, denotó que el consumo diario de 3.4 g de
CLA al día producen disminución de la grasa total sin afectar otros parámetros
como conteo de glóbulos rojos y masa muscular. Se sugiere que este ácido graso
afecta la interconversión metabólica de otros ácidos grasos y promueve la
lipolisis (degradación de lípidos o grasas). Pareciera que el CLA es la respuesta
a todas tus lonjas, pero aún falta documentar mejor esta propiedad, así que no
cantes victoria todavía.
Todo esto no quiere decir que el CLA sea la respuesta a todos tus
problemas dietéticos y de salud, como el gran complemento que es no debe
hacerse de lado la importancia de una dieta balanceada y el ejercicio constante,
para así conseguir esos músculos de ensueño que tanto buscas.