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Mario Molina

Nació en la Ciudad de México en 1943 y fue


ingeniero químico egresado de la Universidad
Nacional Autónoma de México (1965);
posteriormente realizó estudios de posgrado en
la Universidad de Friburgo, Alemania (1967) y
recibió un doctorado en Fisicoquímica de la
Universidad de California, Berkeley, en Estados
Unidos (1972).
Fue un pionero y uno de los principales
investigadores a nivel mundial de la química
atmosférica. Fue coautor, junto con F.S.
Rowland en 1974, del artículo original
prediciendo el adelgazamiento de la capa de
ozono como consecuencia de la emisión de
ciertos gases industriales, los
clorofluorocarburos (CFC), que les mereció el Premio Nobel de Química.
Asimismo, sus investigaciones y publicaciones sobre el tema condujeron al
Protocolo de Montreal de las Naciones Unidas, el primer tratado internacional que
ha enfrentado con efectividad un problema ambiental de escala global y de origen
antropogénico.
El Profesor Molina y su grupo de investigación publicaron una serie de artículos
entre 1976 y 1986 que identificaron las propiedades químicas de compuestos que
juegan un papel esencial en la descomposición del ozono de la estratosfera.
Subsecuentemente demostraron en el laboratorio la existencia de una nueva clase
de reacciones químicas que ocurren en la superficie de partículas de hielo
incluyendo aquellas que están presentes en la atmósfera. También propusieron y
demostraron en el laboratorio una nueva secuencia de reacciones catalíticas que
explican la mayor parte de la destrucción del ozono en la estratosfera polar.
El Dr. Molina investigó la química de la contaminación atmosférica en la baja
atmósfera y estuvo involucrado en trabajos interdisciplinarios colaborando con
expertos para enfrentar el problema de la degradación de la calidad del aire en las
grandes ciudades del planeta, especialmente grupos de contaminantes del aire en
zonas urbanas, realizando importantes aportes al conocimiento y la solución de la
contaminación atmosférica de la Zona Metropolitana del Valle de México.
El Dr. Molina murió el 07 de octubre del 2020.
Manuel Sandoval Vallarta “Destacado científico mexicano, fundador de la
ciencia nuclear en México”

Nació en la Ciudad de México el 11 de febrero


de 1899. Realizó sus estudios en la Escuela
Nacional Preparatoria entre 1912 y 1916. En
1917 presentó de forma sobresaliente sus
exámenes de admisión en el Massachusetts
Institute of Technology (MIT, por sus siglas en
inglés), del cual obtuvo el grado equivalente a la
licenciatura en 1921, y el doctorado en ciencias,
con especialización en física teórica, en 1924
Publicó alrededor de 60 trabajos, principalmente sobre métodos matemáticos,
mecánica cuántica, relatividad general y, a partir de 1932, rayos cósmicos, que es
donde se registran sus más valiosas aportaciones.

Sandoval Vallarta fue presidente y vocal de la Comisión Impulsora y Coordinadora


de la Investigación Científica (1943-1951) y del Instituto Nacional de la
Investigación Científica (1951-1963), Director del Instituto Politécnico Nacional
(IPN, 1944-1947), miembro de la Junta de Gobierno de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM, 1946), Subsecretario de Educación Pública (1953-
1958).
A partir de 1956 participó activamente en el ámbito nuclear como vocal de la
Comisión Nacional de Energía Nuclear (1956-1972) y subdirector científico del
Instituto Nacional de Energía Nuclear (1972-1977), ambas instituciones
predecesoras del actual Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares, por lo
que es considerado un pilar en los orígenes de la ciencia nuclear en México y
fundador del Centro Nuclear de México (hoy, sede del ININ).
Se le otorgaron varios doctorados Honoris Causa. Fue uno de los Miembros
Fundadores de El Colegio Nacional, cargo del que tomó posesión el 15 de mayo
de 1943; recibió el Premio Nacional de Ciencias Exactas (1961).

Falleció el 18 de abril de 1977, en la Ciudad de México. Sus restos descansan en


la "Rotonda de las personas ilustres".
Luis Felipe Rodríguez Jorge
Astrónomo

Astrónomo. Pionero de la radioastronomía en


México. Nació el 29 de mayo de 1948 en Mérida,
Yucatán. Estudió la licenciatura en Física en la
Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) y el doctorado en
Astronomía en la Universidad de Harvard.
El conocimiento de los procesos que caracterizan la
formación estelar debe mucho a su grupo de
investigación. Ha publicado más de 400 artículos
científicos en revistas especializadas que han
recibido más de 20 mil citas. Es autor de Un Universo en expansión (2005) y
coautor de Galileo: su tiempo, su obra y su legado (2009). Premio Manuel Noriega
Morales 1986, Premio Nacional de Ciencias y Artes 1993, Premio Bruno Rossi
1996 y Premio TWAS 1997. Ingresó a El Colegio Nacional el 24 de febrero de
2000.
Es el iniciador en nuestro país de la radioastronomía. Investiga el nacimiento y
juventud de las estrellas, así como las fuentes galácticas de los rayos X. Junto con
otros astrónomos mexicanos, ha realizado contribuciones fundamentales como el
descubrimiento de los flujos bipolares en estrellas jóvenes (1980), la elucidación
del mecanismo que excita a los objetos Herbig-Haro (1981, 1985) y la aportación
de evidencia de discos protoplanetarios en estrellas jóvenes (1986, 1992, 1996 y
1998). Gracias a estudios de este tipo en los últimos años se ha consolidado la
idea de que las estrellas jóvenes se forman rodeadas de discos protoplanetarios
de gas y polvo cósmico, de los cuales se irán condensando planetas, como ocurrió
en el caso de nuestro Sistema Solar. Ha hecho aportaciones en el estudio de
fuentes energéticas en la Vía Láctea: estableció el concepto de los microcuasares,
descubiertos por él y Félix Mirabel (1992), y descubrió la primera fuente
superlumínica en nuestra galaxia (1994
Luis Ernesto Miramontes Cardenas

Luis Ernesto Miramontes Cárdenas es


considerado uno de los cinco investigadores
latinoamericanos más sobresalientes de todos
los tiempos y uno de los ingenieros químicos
que cambiaron el mundo
• Sintetizó la noretisterona, ingrediente activo de
los anticonceptivos orales, que empoderaron a
las mujeres de todo el mundo y ayudan en la
planificación y control natal
• Por sus aportes, ha sido propuesto para recibir la Medalla Belisario Domínguez
• Hoy se conmemora su 15 aniversario luctuoso
Luis Ernesto Miramontes Cardenas nació en Tepic, Nayarit el 16 de marzo de
1925 y falleció en la Ciudad de México el 13 de septiembre del año 2004.
Miramontes logró en 1951 la síntesis de una molécula que revolucionó la
investigación en el campo de la biología de la reproducción humana, y dio origen a
los proyectos para el control de la natalidad.
Su colaboración en la obtención de la píldora anticonceptiva, es considerada una
de las invenciones más importantes de los últimos dos mil años y la principal
contribución mexicana a la ciencia mundial del siglo XX.
Por sus aportes a la ciencia y a la humanidad, Miramontes Cárdenas apareció en
el USA Inventors Hall of Fame al lado de Louis Pasteur, Thomas Alva Edison,
Alexander Graham Bell, los hermanos Wright y otros científicos e inventores de
igual talla.
Ana Cecilia Noguez Garrido

Ana Cecilia Noguez Garrido (Ciudad de México,


17 de julio de 1966) es una física mexicana,
catedrática, académica y divulgadora de
ciencia. Forma parte de la iniciativa «Niñas
STEM, pueden», para promover la ciencia y la
ttecnología Es especialista en la interacción de la
luz con la materia a escala nanométrica
Estudió la licenciatura en física en la Facultad
de Ciencias de la UNAM. En 1993 y 1995,
obtuvo una maestría y un doctorado en ciencias
(física) también en la UNAM. De julio de 1995 a 1996, realizó una estancia
posdoctoral en el Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Ohio.
En 2018, la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) le otorgó el
doctorado honoris causa.
Es investigadora en el Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM) y desde 1992 es profesora de la Facultad de Ciencias de la
misma institución, donde imparte cátedra de electromagnetísmo, mecánica
cuántica, física del estado sólido y física computacional en los niveles de
licenciatura, maestría y doctorado. Es miembro del Sistema Nacional de
Investigadores, la Academia Mexicana de Ciencias y del Consejo Consultivo de
Ciencias de la Presidencia de la República.

Ha realizado investigación teórica y computacional para estudiar la interacción


entre luz y materia a escala nanométrica. También realizó aportaciones en áreas
como la plasmónica, los estudios de nanopartículas metálicas y la física de
superficies.Sus trabajos han sido la «base conceptual» para el desarrollo de
nanoestructuras plasmónicas y películas bidimensionales para el control de su
actividad óptica.
Alejandra Bravo de la Parra

La Dra. Alejandra Bravo nació en la Ciudad de


México el 29 de abril de 1961. En 1984 terminó
la licenciatura en Investigación Biomédica
Básica, en el Instituto de Investigaciones
Biomédicas de la Universidad Nacional
Autónoma de México, UNAM y en 1989 se
recibió de doctorado en Investigación Biomédica
Básica en el Centro Fijación de Nitrógeno de la
UNAM. En 1989 se incorporó al Centro de
Investigación sobre Ingeniería Genética y
Biotecnología de la UNAM como Investigador
Asociado B.

Labora en la UNAM desde hace 23 años donde es investigadora titular del Instituto
de Biotecnología. Realizó dos estancias posdoctorales, una en la Compañía Plant
Genetic Systems en 1991, en Gante, Bélgica y otra en Instituto Pasteur en 1995,
en Paris Francia.

Su trabajo ha estado enfocado a estudiar a las proteínas insecticidas, Cry y Cyt,


producidas por la bacteria Bacillus thuringiensis. Estas proteínas representan una
alternativa ecológica para el control de insectos plaga. Los insecticidas químicos
utilizados actualmente son extremadamente tóxicos para vertebrados en general,
incluyendo el humano, y son recalcitrantes por lo que permaneces muchas años
en el ambiente. En cambio, las proteínas insecticidas de Bacillus thuringiensis, han
probado ser muy eficientes en el control de insectos susceptibles, son inocuas
para cualquier otro organismo, incluyendo insectos benéficos y son
biodegradables, por lo que constituyen el insecticida ideal. Es claro que el cambio
climático tendrá una repercusión en el desarrollo de plagas de insectos
perjudiciales a los cultivos agrícolas, así como en posibles incrementos en
desarrollo de insectos resistentes a estas toxinas, por lo que el conocimiento sobre
cómo funcionan las toxinas de Bacillus thuringiensis, así como sobre su
optimización reportados por Dra. Bravo tendrá un impacto benéfico en mejores
prácticas agrícolas en los campos mexicanos.

José Ruiz Herrera


Químico

Nació en la Ciudad de México en 1935.


Egresado como Químico Bacteriólogo y
Parasitólogo de la Escuela Nacional de Ciencias
Biológicas (ENCB) del IPN, hizo su doctorado en
Microbiología en la Universidad de Rutgers,
Nueva Jersey. Es investigador en el
Departamento de Ingeniería Genética de la
Unidad de Biotecnología e Ingeniería Genética
de Plantas del Cinvestav en Irapuato.

Ha sido director del Instituto de Investigación en Biología Experimental en la


Universidad de Guanajuato; jefe del Departamento de Microbiología de la Escuela
Nacional de Ciencias Biológicas; presidente de la Asociación Mexicana de
Microbiología; profesor investigador visitante en las universidades de California en
Riverside y en diferentes universidades de España (Valencia, Sevilla, Extremadura
y Salamanca); Es integrante del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia
de la República.

Se ha especializado en el estudio de los hongos, específicamente, en los


mecanismos de síntesis de la pared celular y en los fenómenos de diferenciación y
desarrollo, es decir, de los mecanismos que dan lugar a la especialización de las
células de un organismo a partir de células huevo indiferenciadas.

Estudia, desde el punto de vista de la Ingeniería Genética, levaduras y hongos,


sistemas eucarióticos que, por su fácil manipulación, funcionan como modelos
homólogos, de los cuales parte para llegar a la comprensión de fenómenos mucho
más complejos en los seres humanos. Cualquier problema ecológico requiere el
manejo adecuado de microorganismos; de ellos depende la fertilidad del suelo y la
agricultura, pero incluso también la posibilidad de crear combustibles.

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