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Una vez un hombre fue al bosque y pidió a los árboles un buen material para el
mango del hacha que estaba por crear. Los árboles estuvieron de acuerdo y le
dieron un fresno. El hombre se fue a forjar el hacha, le puso el mango y volvió al
bosque.
Entonces, comenzó a usar su nueva hacha, rápidamente taló los árboles más
grandes y antiguos del bosque. Uno de los pocos que quedó fue un roble, que se
lamentaba por lo que le había ocurrido a sus compañeros: “Si hubiéramos sido
más cuidadosos, podríamos haber seguido de pie una eternidad.”
Había un león que no era enojoso, ni cruel, ni violento, sino tratable y justo
como una buena criatura, que llegó a ser el rey.
Bajo su reinado se celebró una reunión general de los animales para disculparse
y recibir mutua satisfacción: el lobo dio la paz al cordero, la pantera al camello,
el tigre al ciervo, la zorra a la liebre, etc.
- He anhelado ardorosamente ver llegar este día, a fin de que los débiles seamos
respetados con justicia por los más fuertes.
Para mi el amor es algo bastante normal que toda persona tiene derecho
a tener y a sentirlo sin importar como sea
La solidaridad es el apoyo o la adhesión circunstancial a una causa o al
interés de otros, por ejemplo, en situaciones difíciles. La palabra
solidaridad es de origen latín “solidus” que significa “solidario”.
Cuando dos o más personas se unen y colaboran mutuamente para
conseguir un fin común, se habla de solidaridad. La solidaridad es
compartir con otros tanto lo material como lo sentimental, es ofrecer
ayuda a los demás y una colaboración mutua entre las personas.
Días después, el conejo volvió a pasar corriendo por las cercanías, pero
esta vez porque era perseguido por un depredador de la zona. Cuando
las hormigas se dieron cuenta de esto, decidieron ayudar al conejo como
éste lo había hecho previamente; todas ellas treparon en el puma que la
seguía dejándole ronchas en todo el cuerpo, por lo que el animal tuvo
que retirarse a sanar sus picaduras.
Sin importar el dolor, la necesidad y el hambre, ella dio algo del poco de
arroz del que tenía para ayudar a alguien más.
– Perdone usted, buen hombre… ¿no habrá visto por casualidad un zorro
corriendo por aquí?
Y el leñador contestó:
– ¡Eh, zorra!- dijo entonces el leñador- ¿No me vas a dar las gracias por
haberte ayudado?
Había una vez un niño que delataba a todos, cuando alguien preguntaba
quien hizo o dijo algo en específico, el niño de inmediato decía al nombre
de quien lo había hecho. En su colegio, ningún otro niño hablaba, ya que
todo lo respondía el niño. Y por falta de uso, los demás fueron poco a
poco perdiendo sus bocas y no podían decir nada.
Así, el niño pudo hablar con sus compañeros y decidió dejar de delatar a
todos, porque entendió que era mejor dejar que las personas contaran
sus secretos a su propio tiempo, e incluso si decidían no hacerlo, estaba
bien.