Está en la página 1de 24

UNIVERSIDAD MEXIQUENSE DEL

BICENTENARIO

TITULO DEL TEMA


¿UN PROBLEMA ÉTICO DEL CONTADOR PÚBLICO?

Siclo escolar …………..

DEDICATORIA
El presente proyecto tuvo por finalidad un análisis reflexivo de contenido, donde se
expusieron algunas consideraciones acerca de la ética profesional del contador
público. La metodología utilizada fue de carácter documental, realizándose una
revisión bibliográfica. Se fundamentó en las teorías relacionadas con las temáticas
abordadas, tales como: Fuentes (2006), Cortina y Conill (2000), Berumer, (2005),
(FCCPV, 1996), (IFAC, 2004) Moncho (2003) y Beller (2006). Actualmente, la ética
profesional adquiere un importancia relevante en función de determinados valores
asumidos, aceptándose que la ética hay que pensarla en la relación dada entre la
conducta y el concepto de valor, puesto que la necesidad de la ética en la
sociedad es tan importante, que muchos valores comunes se incluyen en leyes
para permitir que la sociedad funcione en forma ordenada. De tal manera que se
concluye que toda persona tiene un conjunto de valores, aún cuando puede que
hayan sido considerados o no en forma explícita, tal como lo expresan los códigos
de ética para grupos de profesionales como los Contadores Públicos y los códigos
de conducta en organizaciones individuales. Ya que los contadores públicos
deben establecer conductas éticas inviolables, en cuanto a su actuación
profesional, es deber obligatorio para el contador evitar incurrir en faltas tales
como: el encubrimiento de hechos que lleven a conclusiones equivocas ante
cualquier caso o circunstancia; negligencia al emitir un juicio sin respaldo
profesional o auditoria de parámetros de aceptación general; o inducir y aconsejar
el falseamiento de estados financieros a sus clientes. Igualmente, debe guardar
discreción para demostrar que es profesionalmente confiable y responsable de
todos los casos que estén bajo su tutela, así como de cualquier información que
maneje, adquiriendo un compromiso serio y leal con sus clientes de acuerdo a lo
previsto en la ley del ejercicio de la profesión.

Palabras clave: Ética, Valores, Ética Profesional, Código de Ética.

ABSTRACT
This article is intended content reflective analysis which presented some
considerations about the accountant's professional ethics. The methodology used
was documentary in nature a literature review. The basis of theories about the
themes addressed, such as: Sources (2006), Cortina and Conill (2000), Berumen,
(2005), (FCCPV, 1996), (IFAC, 2004), Moncho (2003) and Beller (2006). Today
professional ethics acquires a significant importance in terms of certain assumed
values, accepting that ethics have to think given the relationship between behavior
and the concept of value, since the need for ethics in society is so important many
common values are included in laws to allow society to function in an orderly
fashion. So, it is concluded that everyone has a set of values even though they
may have been considered or explicitly, as expressed in codes of ethics for
professional groups such as the Public Accountants and codes of conduct in
organizations individual. As public accountants must establish inviolable ethical
conduct in their performance, therefore, is obligatory duty for the counter to avoid
infractions such as concealment of facts that lead to wrong conclusions before any
event or circumstance, neglect in issuing a trial without professional support or
audit generally accepted parameters, lead and advise the distortion of financial
statements to its customers. It must also exercise discretion to prove it is reliable
and professionally responsible for all cases under their care, as well as any
information we managed to acquire a serious and sincere commitment to their
customers according to the provisions of the law of exercise the profession.

Key Words: Ethics, Values, Professional ethics, Code of ethics.

Introducción
Las normas morales siempre han perturbado a la persona humana, desde
pequeños somos orientados por su existencia, siendo afectados con el fin de tratar
de orientar e incluso determinar la conducta humana; puesto que dichas normas
existen en la conciencia de cada uno, provocando la existencia de diferentes
puntos de vista, lo que conlleva a considerar las diferentes respuestas
existenciales que ejercen las personas frente a ellas.

Algunos autores, como Moncho (2003) y Beller (2006), consideran que la ética
profesional tiene un sentido más amplio que el de la deontología, puesto que no
puede sólo limitarse a los deberes y obligaciones que se articulan en un conjunto
de normas o códigos de cada profesión, para dirigirse a las virtudes y roles
profesionales. 

En ese sentido, Fuentes (2006) define la ética profesional como la parte de la ética
general, de forma particular, los deberes y los derechos de las profesiones, donde
los códigos de ética sirven de guía para la acción moral, incorporándose a los
distintos ámbitos de trabajo, con intención de respetar su profesión, de trabajar
con lealtad y de cumplir con la sociedad.

Por ello, puede considerarse que la enseñanza de la ética tiene como objetivo
proporcionar instrumentos claves relevantes para tener criterios éticos y capacidad
de elección, proporcionados por cada ciudadano que participan en los asuntos
públicos. 

En este sentido hay un marcado interés por la educación para la ciudadanía, cuyo
objetivo es contribuir a formar pobladores más competentes cívicamente, y que
puedan comprometerse con las responsabilidades colectivas desde su profesión. 

ANTECEDENTES
Toda profesión exige un cumplimiento de deberes, dados como manifestación de
respeto al prójimo y servicio a los demás (sentido ético). El predominio de los
intereses egoístas y el afán de lucro, significan la manera de desvirtuar
la profesión, y negarle el sentido ético de servicio que ella debe tener.
 
La ética de cada Profesión depende del trato y la relación que cada Profesional
aplique a los casos concretos que se le puedan presentar en el ámbito personal,
profesional o social en cuanto a su vinculación con las personas con las que trata
permanentemente. La opción ética no se presenta únicamente como instrumento
necesario y oportuno para llevar adelante el desarrollo económico de los países,
sino también como bandera de lucha contra la inmoralidad, cuyo resultado fatalista
es la corrupción, que se convierte a la vez, en uno de los flagelos sociales de
mayor presencia en absolutamente todas las culturas, independientemente del
grado de desarrollo económico que tengan. La lucha contra esta endemia, a
nuestro modesto entender, comienza en los ambientes Universitarios, y el análisis
humano y científico se presenta como la herramienta innegable de lucha contra el
abanico de posibilidades de comportamientos insanos y absolutamente no
deseados. 

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA


Debido a que la ética profesional del C.P. solo proporciona una lista o un conjunto
de reglas que sirven de guía a seguir para cada una de las situaciones que se nos
presentan, y de las cuales no están obligados a seguir. Debemos apegarnos única
y exclusivamente a las bases del actuar ético, como son la inteligencia y
ser consecuentes de cómo nuestras actuaciones pueden perjudicar a los demás.
¿Cómo discerniremos si la Ética Profesional del Contador Público sirve
para decidir entre lo que es correcto o incorrecto?

JUSTIFICACIÓN
La ética profesional de C.P. reconoce al contador como una persona, responsable,
preparada, honesta, leal, etc. Por lo que es muy importante analizar de manera
adecuada y reiterada el tema de la ética. Pues no se es profesional solo por tener
un papel que lo certifique, hay que tener ética persona, ética profesional y una
actitud positiva hacia la profesión. Es por lo ello que la Ética Profesional del
Contador Público es indispensable en la vida laboral de un Contador.

OBJETIVOS
GENERAL

Recobrar la aplicación y seguimiento constante de la ética profesional del contador


público.
ESPECÍFICOS

Crear conciencia de responsabilidad, Enaltecer a la Profesión Renovar la confianza


así como la fe pública, Engrandecer el nombre de los Contadores Públicos.

HIPÓTESIS
Hoy en día la ética profesional del C.P. a dejado mucho que desear, por lo que la
profesión a creado una imagen negativa, incluso se menciona que los contadores son
personas poco confiables en ámbitos laborales. Todos los contadores son regidos por un
Código de Ética Profesional del C.P. que cita la forma de actuar y el comportamiento del
C.P. Pero lamentablemente se a tomado como algo sin importancia y sea dejado a un
lado. Por lo tanto, El Código de Ética del Contador Público es la mejor guía de conducta,
que señala la manera de comportarse ante los acontecimientos laborales que se
presentan día con día. Si en la actualidad se aplicara este código de manera más
constante, apegándose a las normas de conducta que en él se citan, la profesión
recobraría su prestigio y el nombre de las Contadores recobraría su grandeza.

DESARROLLO
¿QUE ES LA ETICA PROFECIONAL?
La profesión tiene como finalidad el bien común o el interés público, nadie es
profesional, para sí mismo, pues toda profesión tiene una
dimensiónsocial, de servicio a la comunidad, que se anticipa a la dimensiónindivid
ual de la profesión, la cual es el beneficio particular que
se obtienede ella. Resulta absurdo buscar el propio beneficio, sin importar el benef
icio comunitario, porque lo que pase en cualquier colectividadsiempre afectará
para bien o para mal a todos sus integrantes .Al término "profesión" debe
asociársele la idea de "servicio", pues, al hablar de las profesiones, existe una
conexión entre la práctica profesional y la vocación que se tenga hacia ella.Por
eso en toda profesión existe un cumplimiento de deberes, dados como
manifestación del amor al prójimo y servicio a los demás (sentido ético).
El predominio de los intereses egoístas y el afán de lucro, significan la manera de
desvirtuar la profesión, y negarle el sentido ético de servicio. Todas las
profesiones implican una ética, puesto que siempre se relacionan de una forma u
otra con los seres humanos, unas de manera indirecta, que son las actividades
que tienen que ver con objetos. Otras se relacionan de manera directa con los
seres humanos, como son los casos de educadores, periodistas, psicólogos,
médicos, abogados, contadores, etc. Para estos últimos son más evidentes las
normas éticas de su profesión, puesto que deben tratar permanentemente con
personas en el transcurso del desempeño de su profesión. La ética de cada
profesión depende del trato y la relación que cada profesional aplique a los casos
concretos que se le puedan presentar en el ámbito personal o social.

La deontología es la Ciencia que estudia los diversos deberes y elcomportamiento
de los Profesionales en sus relaciones con sus clientes o sus colegas. La
deontología es un conjunto de comportamientos exigibles a los profesionales, aún
cuando muchas veces no estén codificados en
unareglamentación jurídica. En este sentido, la deontología es la ética profesional
de las obligaciones prácticas, basadas en la acción libre de la persona, en su
carácter moral, carentes de un control por parte de la legislación pública. La
deontología es el cumplimiento de los deberes que a cada cual se le presentan
según la posición que ocupe en la vida, y que están dados por el grado de
compromiso y conciencia moral que se
tengacon respecto a la profesión. La indagación y el acatamiento de los principios 
deontológicos significa dirigirse por el camino de la perfección personal,
profesional y colectiva.

Características de la ética profesional


Cortina y Conill (2000), citados por Fuentes (2006), manifiestan que la ética
profesional se caracteriza por lo siguiente: 

a. Una actividad humana social, por cuanto es un bien específico indispensable.

b. Es exigida por la sociedad. 

c. Además de incluir las normas internas del colectivo, tiene en cuenta una
perspectiva más amplia.

d. Su contenido ético dimana del sentido ético que proporciona su fin, el bien que
aportan o procuran.

e. Exige la utilización adecuada de la competencia: formación teórica


(conocimientos-saber, aprender-cultura, tecnológica y lenguas extranjeras).
Formación práctica (destrezas, técnicas y sociales: confianza, independencia,
tolerancia, descubrimiento del otro, participación en proyectos comunes, e
enriquecimiento intercultural).

f. La pertenencia de un individuo a una profesión significa entonces, que además


de la competencia propia de dicha profesión, comparte sus principios éticos
inherentes de actuación. 

g. Coloca el acento en lo que es bueno hacer; aquello que es propio de cada


profesión en el plano del comportamiento moral. 

h. Trata las diversas posibilidades de actuar bien en varias actividades


profesionales.

En un sentido estricto, la ética profesional se designa solamente a las carreras


universitarias. En una expresión más amplia, abarca también los oficios y trabajos
permanentes y remunerados, aunque no requieran un título universitario. 

Por lo tanto, la ética profesional es definida por Fuentes (2006) como un conjunto
de principios, valores y normas que indican cómo debe comportarse un profesional
para que su ejercicio sea considerado digno, estableciendo los mejores criterios,
conceptos y actitudes para guiar la conducta de él mismo por razón de los más
elevados fines que puedan atribuirse a la profesión que ejerce, así como sus
relaciones con los clientes, el público y otros contadores públicos, tomando en
cuenta la independencia, autodisciplina e integridad moral del profesional.

Deberes y derechos del profesional ético


La elección de la profesión debe ser completamente libre. La vocación debe
entenderse como la disposición que hace al sujeto especialmente apto para una
determinada actividad profesional. La elección de una carrera profesional, sin
tomar en cuenta las cualidades y preferencias, sino, por ejemplo, exclusivamente
los gustos de los padres, o los intereses de la familia, fácilmente puede traducirse
en un fracaso que, en el mejor de los casos, consistiría en un cambio de carrera
en el primero o segundo año, con la consiguiente pérdida de tiempo y esfuerzo. 

Por otro lado, la finalidad del trabajo profesional es el bien común. La capacitación
que se requiere para ejercer este trabajo, está siempre orientada a un mejor
rendimiento dentro de las actividades especializadas para el beneficio de la
sociedad, de lo contrario, una profesión se convierte en un medio de lucro o de
honor, o simplemente, en el instrumento de la degradación moral del propio
sujeto. 

Lo ideal es tomar en cuenta el agrado y utilidad de la profesión; sin embargo, todo


el mundo se inclina por naturaleza a la consideración de su provecho personal; la
profesión gracias a esos mismos trabajos, deja una de las satisfacciones más
hondas en el profesional.

Por otra parte, para Cortina y Sánchez (2001), citados por Fuentes (2006), un
profesional debe ofrecer una preparación especial en triple sentido: capacidad
intelectual, capacidad moral y capacidad física.

1. La capacidad intelectual consiste en el conjunto de conocimientos que,


dentro de su profesión, lo hacen apto para desarrollar trabajos
especializados. Estos conocimientos se adquieren básicamente durante los
estudios universitarios, pero se deben actualizar mediante los cursos,
revistas, conferencias y las consultas a bibliotecas.
2. La capacidad moral es el valor del profesional como persona, lo cual da una
dignidad, seriedad y nobleza a su trabajo, merecedora del aprecio de todo
el que encuentra. Abarca, no sólo la honestidad en el trato y en los
negocios, en el sentido de responsabilidad y en el cumplimiento de lo
pactado, sino además la capacidad para traspasar su propia esfera
profesional en un horizonte mucho más amplio.
3. La capacidad física se refiere principalmente a la salud y a las cualidades
corpóreas, que siempre es necesario cultivar físicamente, como buenos
instrumentos de la actividad humana.

Es conveniente considerar ciertos deberes típicos en todo profesional. El secreto


profesional es uno de estos; el profesional no tiene derecho de divulgar
información que le fue confiada para poder realizar su labor, esto se hace con el
fin de no perjudicar al cliente o para evitar graves daños a terceros. El profesional
también debe propiciar la asociación de los miembros de su especialidad. La
solidaridad es uno de los medios más eficaces para incrementar la calidad del
nivel intelectual y moral de los asociados. 
Por ello, al profesional se le exige especialmente actuar de acuerdo con la moral
establecida, debiendo evitar defender causas injustas, usar sus conocimientos
como instrumento de crimen y del vicio, producir artículos o dar servicios de mala
calidad, hacer presupuestos para su exclusivo beneficio, proporcionar falsos
informes, entre otros. 

Cuando un profesional tiene una conducta honesta, dentro y fuera del ejercicio de
su profesión, le atraerá confianza además de prestigio, lo cual no deja de ser un
estímulo que lo impulsará con más certeza en el recto ejercicio de su carrera. 

Por lo tanto, el profesional renuncia a sus intereses personales, cualesquiera que


estos sean, y los pone al servicio de los intereses de su profesión, cuyo
fundamento ético impide tomar al hombre como un medio, sino como un fin en sí
mismo. 

Es por esto que la ética profesional se considera una fuerza moral en la que se
apoya la profesión que un individuo ejerce, es decir, el fundamento ético del
quehacer públicamente declarado y reconocido, ya que no depende sólo de
ciertas normas o códigos de conductas de gremios profesionales relacionados con
reglas morales; por lo que en esencia, al igual que el comportamiento moral, es
libre, consciente y responsable de las consecuencias de los actos realizados, sino
también de las decisiones que el individuo toma, ya que tiene relación íntima y
directa con la calidad moral del trabajo realizado.

En un sentido profesional, la ética implica un modo de realizar el quehacer con


vocación, responsabilidad, honestidad intelectual y práctica, que se denota en el
compromiso moral con el trabajo profesional de cada ser humano, donde el saber
no influye, sino hacer bien o mal ese trabajo, es decir, es un compromiso
ineludible con el propio ser, un principio inviolable que no puede ser abandonado
ni defraudado, puesto que no puede hacerse mal lo que se hace.   

Al actuar bien en el trabajo se integra bien al quehacer con la propia vida del
individuo, y por consiguiente, con la de los demás; en un natural sentido
comunitario, donde la ética profesional forma un imperativo ético de la existencia
del hombre, que nace como una lealtad con su propia vocación, basado en el
fundamento ético del ser y del quehacer en una determinada forma de vida. 

Es por ello que la ética en la profesión garantiza la serenidad y la tranquilidad de


haber realizado lo que se cree sinceramente se tiene que hacer, incrementa el
alma, se relaciona directamente con la calidad del quehacer, y permite vivir la
experiencia del desinterés. 

Importancia de la ética profesional


El estudio de la ética profesional es importante desde dos sentidos:

En el orden especulativo, donde se tratan de analizar los principios fundamentales


de la moral individual y social, poniéndolos de relieve en el estudio de los deberes
profesionales. Se busca definir con claridad la naturaleza de la profesión y las
diferentes relaciones que se dan entre quienes las ejercen y los que son influidos
por este ejercicio.

En el orden práctico, el estudio de la ética profesional estriba en que se deben


conocer las conveniencias y consecuencias que rigen las relaciones entre los
profesionales y los que reciben directa o indirectamente sus servicios.

Debe reconocer a aquellos que en sí mismos son reprobables, que atentan contra
la dignidad humana, además de que no existe justificante alguna para su
realización, que lo alejan de la búsqueda del bien común. La deontología entraña
una serie de virtudes, además de actitudes que los profesionales deben poseer y
aplicar para hacer posible la moralización de la comunidad.

Para Fuentes (2006), entre las virtudes que conforman un ejercicio ético de la
profesión se encuentran: la justicia, la caridad, la virtud intelectual y la dignidad
personal. 

Asimismo, la importancia de la ética profesional, como parte del sistema de


relación y disciplina, que es esencial en cualquier sociedad civilizada, estriba en
que permite mantener la armonía, protegiendo a la sociedad de los actos
irresponsables de una persona individual. 

Igualmente, la responsabilidad ética la impone la profesión sobre sus miembros


debido a que las responsabilidades legales, por sí solas, no son suficientes, por lo
tanto, una profesión debe voluntariamente asumir responsabilidades por el interés
del público.

A lo largo de su carrera, se espera que el profesional busque el desarrollo de


estas virtudes que le van a conferir su realización como persona. En el desarrollo
de ellas confluyen la familia, la escuela y la comunidad en general; sin embargo,
tener conciencia de ellas no es necesariamente un hecho que suele ocurrir, por lo
cual se debe reflexionar en éstas y buscar su desarrollo.

En ocasiones se hace referencia a la ética profesional sólo como una serie de


principios o códigos de acuerdo con los cuales debe vivir y realizarse el individuo,
y que establecen el tipo de relación entre el profesional y la sociedad, pero, aún
cuando en cada profesión las normas ayudan a regular las relaciones entre los
demás miembros de esa especialidad, la ética profesional no se limita a la
elaboración de códigos; el análisis de los deberes que tiene un profesional obliga a
un estudio serio y sistemático de las actividades peculiares de cada profesión.
Valores indispensables para un ejercicio ético de la profesión

Berumer (2005) manifiesta que toda persona al ejercer su profesión, además de


contar con los conocimientos necesarios de su campo, debe contar con valores
morales que tienen como finalidad fundamental buscar y tratar de garantizar el
bien común. 

Para ello, se debe poner en juego, no sólo la inteligencia, sino su voluntad; debe
comprender que su responsabilidad en la consecución del bien común es mucho
mayor que la del ciudadano común y corriente; cuenta con el conocimiento que ha
recibido a través de su formación, comprometiéndose con la confianza de la
sociedad, puesto que se espera del profesional, no sólo los servicios para los
cuales se formó, sino que se convierta en la vanguardia de la cultura, se espera de
él un compromiso de carácter moral.

De lo anterior se desprende que el profesional debe tener una capacidad moral,


que es su valor como persona, lo cual da dignidad, seriedad y nobleza a su
trabajo, de allí su trascendentalidad, esto es, su aptitud para abarcar, así como
traspasar su esfera profesional en un horizonte mucho más amplio, que le hace
valer como persona fuera y dentro de su trabajo; debe desarrollar aquellos valores
que le permitan ejercer su profesión dignamente para llegar a ser una persona
íntegra que pueden ser enumerados de la siguiente manera:

Justicia

En un sentido amplio se puede entender como la voluntad de dar a cada uno lo


suyo, el deber de justicia del profesional se contrae desde el momento de recibir el
título profesional, que así se convierte en un contrato entre el individuo y diversas
instancias como el poder público, la universidad y sus clientes. Se habla de un
profesional justo cuando éste busca en su ejercicio la equidad entre sus derechos
y sus obligaciones, o cuando no hace distinción en la calidad del servicio que
ofrece a quienes lo demandan.

Responsabilidad

Si la sociedad reconoce al profesional como una persona capacitada en la


solución de problemas específicos, lo menos que le exige es satisfacer estas
demandas, para ello, la sociedad recurre a la normatividad legal, donde los
procedimientos judiciales exigen que las responsabilidades recaigan sobre
personas físicas. Así, los ordenamientos legales exigen que existan una o más
personas físicas que asuman tal responsabilidad, que se reconozcan como
autores de la actividad profesional específica.

Al hablar de autorías profesionales, no se excluye cuando la actividad profesional


se realiza en sociedades profesionales. En este caso, la autoría reconocida
legalmente es la empresa, pero aún así, debe estar claro que las corporaciones
otorgan responsabilidades específicas y conocen quién carga con ella.
Se puede entender la responsabilidad como la obligación de asumir las
consecuencias de los actos propios y, por tanto, la obligación de prevenir las
condiciones que puedan afectar al profesional o a los demás.

Discreción

El valor del secreto profesional es indiscutible. La relevancia de este aspecto del


ejercicio se da desde la connotación del término “secreto”, el cual se puede
entender como una verdad conocida por unos pocos, que debe mantenerse oculta
a otros al menos por tres razones:

1. Su revelación causa daños o disgustos a terceros.


2. Se ha hecho una promesa.
3. Porque existe un pacto o contrato en el cual, el que lo recibe, se
compromete a no revelarlo.

Cuando el pacto o contrato explícito o implícito procede del ejercicio de una


profesión, se habla entonces de secreto profesional. Toda profesión está obligada
a guardarlo, lo que obliga a pensar en que el manejo de información referente a
ejercicio debe hacerse con discreción. 

En el caso del secreto profesional, al igual que en el de la responsabilidad, como


cualidades que debe tener un profesional, no sólo se refiere a las carreras como:
medicina, derecho, contaduría o psicología, sino a cualquier profesión en la cual el
manejo indiscreto o antiético de la información puede poner en peligro proyectos,
organizaciones laborales o personas, no debe ser dirigido nada más por el
aspecto jurídico, sino más bien en términos de un compromiso ético profesional.

Honestidad

Uno de los valores que debe ser pilar fundamental del quehacer profesional es la
honestidad. Una forma de definir la honestidad es a partir de su relación con la
verdad, puesto que una persona honesta no engaña, reconoce sus limitaciones,
no trata de obtener beneficios personales a partir de la necesidad del otro, actúa
de acuerdo con lo que dice que piensa. 

La honestidad lleva al profesional a ser una persona que, además de vivir la


verdad, conduce a otros a tratar de alcanzar la propia. Para ser honesto
profesionalmente primero es necesario serlo como persona. La honestidad, al
igual que todos los valores, no es una prenda que se pueda quitar y poner de
acuerdo con el rol que se desempeña.

ÉTICA PROFESIONAL DEL CONTADOR


La Federación Internacional de Contadores (IFAC) ha dictado un Código de Ética
Profesional y promueve su aplicación por parte de todos los Contadores del
mundo. Este Código de Ética Profesional establece las reglas de conducta para
todos los Contadores y determina los principios fundamentales que se deben
respetar para perfeccionar los objetivos comunes de la profesión, además
establece que estos principios son igualmente válidos para todos los Contadores
ya sea que trabajen en el sector público, privado o en la docencia. El Código de
Ética de la Federación Internacional de Contadores, reconoce que los objetivos de
la Profesión Contable son trabajar al más alto nivel de profesionalismo y para esto
tiene cuatro exigencias básicas :Credibilidad, Profesionalismo, Calidad del Servicio
y
Confianza.La Federación Internacional de Contadores ( IFAC ), enuncia como prin
cipios fundamentales de la Ética Profesional, los siguientes:

1.- Integridad

El Contador debe ser honesto y directo en la ejecución de su trabajo Profesional.

2.- Objetividad

El Contador debe ser justo y no dejar que un prejuicio ola influencia de otros
anulen su objetividad.

3.- Competencia Profesional y Cuidado Suficiente

Todo Contador debe poseer conocimiento, habilidad y experiencia, para poderlos


aplicar con razonable cuidado y diligencia, debe solicitar consejo y asistencia
cuando lo requiera para asegurar que los servicios profesionales que presta sean
ejecutados satisfactoriamente y debe negarse a ejecutarlos cuando no tenga la
calificación técnica necesaria para ello.

La profesión de la Contaduría Pública ha sido y es una profesión que se


autorregula, emite y aprueba Normas de Contabilidad de Aceptación General que
reglamentan todo el proceso de cuantificación, registro, resumen en estados
financieros y revelación de la información financiera. Adicionalmente, emite y
aprueba Normas de Auditoria que rigen todo el proceso de auditoría hasta la
emisión del dictamen.

Tanto la corrupción como el fraude siempre han representado grandes desafíos a


los auditores independientes de una organización, motivo por el cual han
desarrollado técnicas y prácticas que han evolucionado hacia la garantía de: la
credibilidad de la información financiera, la eficiencia, economía y efectividad de
las operaciones; resaltando las responsabilidades que recaen sobre una auditoría
independiente de estados financieros para identificar, investigar e informar sobre
fraudes o errores encontrados dentro de la estructura contable de una empresa.
Es por esto que el incumplimiento de las responsabilidades ha ido tomando mayor
importancia en los últimos años, ya que el fraude constituye un flagelo que está
adquiriendo fuerza día a día, ayudado, en gran parte, por una mayor complejidad
en los negocios, la creciente globalización de los movimientos de fondos, las
dificultades implícitas en el trato con diferentes culturas y un mayor uso de
tecnologías. 

Todo ello ha llevado a una sensación de mayor riesgo entre los empresarios de los
más diversos sectores y países, como resultado de errores y fraudes encontrados
en las contabilidades de prestigiosas organizaciones.

El código de ética del contador público

Durante los años 90, la contabilidad se centró cada vez menos en el principio de
prudencia, poniendo en duda la independencia de las firmas auditoras y la
responsabilidad de los profesionales de la contabilidad, quienes perdieron
credibilidad. 

En este contexto, vuelve la exigibilidad de la ética, tanto en las organizaciones


empresariales, como en las firmas auditoras, ya que deben tener como principal
activo la confianza; encontrándose ésta seriamente menoscabada.

Frente a los escándalos financieros, la profesión ha sido profundamente afectada


en su esencia misma la credibilidad, siendo el desafió actual lograr recatar esa
transparencia y obtener la confianza de los grupos de interés en la actividad
empresarial. 
A partir de estos hechos se ha observado que al Contador Público le incumben
grandes y diversas responsabilidades para con sus clientes, la sociedad, demás
miembros de su profesión y para consigo mismo, si desatiende cualquiera de
éstas, o se da lugar a que alguna se deforme o se desproporcione en relación con
las demás. El contador público está fallando con el debido cumplimiento de sus
deberes profesionales. 

Estas son las razones por las cuales es de gran importancia el papel que
desempeña un Contador Público dentro de una organización, además de la
responsabilidad que tiene el mismo ante la revelación de información actual y
significativa que permita evaluar, dirigir a las empresas, detectar la existencia de
posibles anomalías dentro de su contabilidad, así como valorar su posición
financiera, su evolución y cambios. 

Lo que conlleva a un sistema actualizado de información periódica que genere


información en forma eficiente, accesible, comprensible y que refleje
apropiadamente los riesgos y beneficios que soporta la situación de la empresa.

Por ello se hace necesario que los contadores sean realmente independientes y,
en particular, deben eliminar la posibilidad de un conflicto entre aumentar sus
propias remuneraciones a cuenta de la protección del público inversionista, ya que
su fidelidad a la causa de información clara, completa y entendible debe ser
inclaudicable. 

En tal sentido, todos estos elementos constituyen la conducta ética que debe
formar parte de la actuación de todo profesional de la contaduría pública,
establecidos en códigos de ética que sirven de guía moral y conceptual para
dichos profesionales. 

Por su concepción la contaduría pública constituye una profesión que posee un


rico acervo de conocimientos al mismo tiempo que logra un reconocimiento
general dado a su responsabilidad de servir y contar con la confianza del público
guiada por diversas normas de admisión, por lo tanto, la falta de ética por parte de
un contador puede originar una aptitud negativa del público hacia estos
profesionales. 
En consecuencia, se han diseñado códigos de ética que contengan las directrices
prácticas que permitan a sus integrantes mantener una actitud profesional,
además de garantizar a los clientes y el público en general que se mantendrán y
cumplirán normas rigurosas. 

Atendiendo a estas consideraciones, el Código de Ética Venezolano, emitido por


la Federación de Colegios de Contadores Públicos de Venezuela (FCCPV, 1996),
tiene el propósito de enunciar los principios que deben guiar, tanto la actitud como
la conducta del profesional, para el logro de elevados fines morales, científicos y
técnicos, dando al cuerpo profesional un conjunto de normas éticas, para evitar
comprometer el honor y probidad del profesional, además de la imagen de la
profesión.

A su vez, Código de Ética de la Federación Internacional de Contadores Públicos


(IFAC, 2004) se ha propuesto el objetivo de guiar al profesional contable por
medio de estándares basados en un código de ética, formado por un conjunto de
reglas o guías de conducta, que aseguren la credibilidad, profesionalismo, al igual
que la calidad de los servicios del auditor, haciendo énfasis en principios
fundamentales como: la integridad, objetividad, competencia profesional,
confidencialidad y estándares técnicos que permitan tanto prevenir como detectar
fraudes, errores o actos ilegales cometidos por sus clientes.

Se evidencia que en los lineamientos establecidos en el (IFAC, 2004), en cuanto a


la actuación profesional de los contadores públicos, se resalta la importancia de la
aplicación de un código de ética que satisfaga las necesidades de los usuarios y
complemente las responsabilidades de los profesionales en la práctica contable. 

Por tal razón, el auditor por supletoriedad, recurre al código de ética de la IFAC, ya
que complementa todos aquellos vacíos existentes en el Código de Ética
Venezolano, garantizando así la credibilidad, además, la confiabilidad en su
trabajo y en su opinión no sólo a nivel nacional sino también a nivel internacional. 

En tal sentido, en la práctica profesional es esencial que se tomen en cuenta


ciertos estándares de conducta para ejercer la profesión, ya que el
comportamiento del auditor debe ser intachable en el ejercicio profesional y el
mismo no debe tener intereses ajenos a los profesionales, ni estar sujeto a
influencias susceptibles de comprometer, tanto la solución objetiva de los asuntos
que le son sometidos, como la libertad de expresar su opinión profesional. 

Asimismo, debe ser honesto y sincero tanto en la realización de su trabajo como


en la emisión de su informe, manteniendo una actitud imparcial en todas sus
funciones, sin ningún tipo de influencia o perjuicio de criterios. 

En relación a la competencia profesional requerida, el Código de Ética Venezolano


establece que el contador público debe poseer una cultura amplia, es por eso que
deberá actualizar constantemente los conocimientos necesarios para su actuación
profesional, para así poseer la capacidad y la destreza necesaria para realizarlos
tanto eficaz como satisfactoriamente. 

Además debe aceptar respetar, al igual que considerar ante sus colegas y el
gremio en general indistintamente, la posición política, religión, raza, sexo,
nacionalidad, situación económica o cualquier otra situación de discriminación que
obstaculice el libre ejercicio de la profesión entre colegas o contratantes.

Asimismo, el auditor debe considerar sus responsabilidades tanto éticas como


profesionales ante terceros y; de acuerdo a la legislación vigente en el país en que
se desempeñe, la posibilidad de denunciar las irregularidades descubiertas ante
las autoridades competentes. 

Esto, respetando el principio de confidencialidad, y considerando siempre la


búsqueda de asesoría legal y consulta tanto de las leyes como las normas
vigentes en el país en el cual ejerce sus funciones, de manera que pueda
salvaguardar la confiabilidad de sus dictámenes, su objetividad, integridad y la
ética tan importante en su actuación profesional.

Ambos códigos señalan que el contador debe mantener una constante


independencia de acción además de criterio, guardando el más estricto secreto
profesional, asimismo se debe esforzar constantemente por elevar su capacidad
técnica, exaltando así la dignidad, el prestigio y el honor de la profesión. 

Aunque si el profesional contador es deshonesto y desmerita la profesión con


conductas inapropiadas, dichos códigos no servirían de nada; en este caso
particular se debe entonces revisar el entorno educativo en el cual se está
desarrollando este tipo de “profesionales” para analizar un cambio social. 

Sin embargo, se observa que la FCCPV (1996) no estableció en el Código de


Ética Venezolano aquellas situaciones que puedan ser causales de conflictos
éticos, bien sea entre colegas, o entre contadores y clientes, mientras que, si nos
remitimos al código de ética internacional, acusa una serie de conflictos que se
pueden presentar y las posibles soluciones a aplicar, en tanto que en el de
Venezuela no especifica nada.

CONCLUSION
De lo antes expuesto se evidencia que el Contador Público reconoce una
responsabilidad ante el público, el cliente y sus colegas, ya que es de esperarse
que un profesional se comporte a un nivel superior que otros miembros de la
sociedad, debido a la necesidad de confianza pública en localidad del servicio que
presta una profesión, sin importar la persona que los presta, 

Es decir, el contador público tiene un papel especialmente importante en la


sociedad, ya que a través de la fe pública que se le otorga; los inversionistas,
acreedores, empleadores, el gobierno y colegas, confían en él para tener una
sólida información financiera, así como un consejo competente acerca de una
variedad de materias en negocios e impuestos. 

Por tanto, una actitud o comportamiento del contador al proporcionar tales


servicios, tiene un impacto en el bienestar económico de su comunidad y país,
siendo un principio básico de la ética profesional del Contador Público la
responsabilidad que debe tener éste ante las empresas y la sociedad, dando
garantía de la información financiera en cuanto a:

o  Precisión.
o  Neutralidad.
o  Comparabilidad.
o Claridad y transparencia.
o  Cumplimiento con el derecho interno.
o La función de auditoría interna.

Se espera de un Contador Público que presente información financiera en forma


completa, honesta y profesional, de tal modo que sea comprendida en su
contexto. La información financiera y no financiera debe mantenerse de manera
que describa claramente la verdadera naturaleza de las transacciones, activos o
pasivos del negocio, que clasifique y registre las partidas en una forma apropiada
y oportuna, por lo que deben hacer todo lo que esté dentro de sus posibilidades
para asegurarse que así sea.

Por tales motivos, deben estar capacitados para desarrollar sus habilidades de
perspicacia y escepticismo profesional, ya que los errores e irregularidades
cometidos por los miembros de una organización, generalmente, no son fáciles de
descubrir, sobre todo en aquellos casos en los que la administración carece de
planificación, organización, dirección y control suficiente sobre cada una de las
actividades realizadas.

En este sentido, cabe destacar que la responsabilidad del profesional de la


contaduría pública es la de evaluar los riesgos y detectar en una auditoria de
estados financieros los errores e irregularidades cometidos por los integrantes de
una organización; atendiendo a reglas de carácter internacional.
Atendiendo a estas consideraciones, es deber obligatorio para el contador público
evitar incurrir en faltas, por tal razón este debe tener mucho cuidado al elaborar
una auditoria y no debe dar aprobación con su firma y numeración de colegiatura a
informes que no estén elaborados bajo su respaldo o supervisión, o que aún estos
no hayan sido terminados o redactados. 

Además, debe aplicar un conjunto de principios básicos para la realización de


estados financieros, y guardar discreción de la información recolectada con el
propósito de demostrar que es profesionalmente confiable y responsable de todos
los casos que estén bajo su tutela.

Sin embargo, tal como lo establecen las normas profesionales establecidas para el
ejercicio de sus funciones, si el auditor cumple fielmente tanto con los principios y
las normas e internacionales, así como con las normas éticas propias de su
profesión, no se le designaría como responsable de los hechos o circunstancias
que dieran lugar a errores significativos dentro de los estados financieros, sino a la
organización. 

Pero es responsable de cumplir a cabalidad con las normas y principios


establecidos para su actuación profesional, así como de detectar cualquier
anomalía en los estados financieros al aplicar dichos procedimientos, ya que es la
aplicación de los mismos la que le permite velar por el cumplimiento de sus
obligaciones éticas, legales y profesionales.

BIBLIOGRAFIAS
Arens, A. Loebbecke. J. (1996). Auditoria: un enfoque integral. México. Editorial
Prentice-Hall.

Beller Taboada, Walter (2006) El estudio de la ética y las morales particulares.


Ética actual y Profesional. Lecturas para la convivencia global en el Siglo XXI.
México. Thomson. 

Berumen, Gomar, Gómez. (2005) Ética del ejercicio profesional. México: CECSA.

Bolívar, A. (2005) El lugar de la ética profesional en la formación


universitaria. Revista Mexicana de Investigación Educativa, 10(24), 93-123.
Documento en línea. Disponible en: http://www.cesu.unam.mx/rmie/num24/24-
ensayo.pdf.4. Consultado en: septiembre del 2006.

Cortina, A. y Conill J. (2000). Diez palabras claves en ética de las profesiones.


Editorial Verbo Divino. Madrid.

Estupiñán, R. (2004). Control Interno y Fraudes. (Multimedia en CD). Disponible:


ECOE Ediciones (Williamson.)

Fuentes Mora, Sara (2006) La ética profesional frente a la ética general. Ética
actual y Profesional. Lecturas para la convivencia global en el Siglo XXI. México.
Thomson. 

Hortal, A. (2002). Ética general de las profesiones. Bilbao: Desclee de Brouwer

Moncho Pascual, Joseph Rafael. (2003) Teoría de los valores superiores.


Valencia. Campgrafic.

Whittington, O. Pany, K. (2005). Auditoria: un enfoque integral. Colombia. Editorial


McGraw-Hill.

Williamson, J. (2001) Enciclopedia de la auditoria. España. Océano Grupo


Editorial, S.A.

Otros documentos

Código de Ética Mexicano

Código de ética emitido por la Federación Internacional de Contadores Públicos


(IFAC) (2004). 

Declaración de las normas de auditoría Nº0 de La Federación de Colegios de


Contadores Públicos (1992).

Ley del Ejercicio de la Contaduría Pública (1975).


Declaraciones sobre normas de auditoría (SAS) emitidas por el Instituto
Americano de Contadores Públicos Certificados (AICPA) (1977).

Normas Internacionales de auditoría emitidos por la Federación Internacional de


Contadores Públicos (IFAC) (2001). México, D.F. Editorial del Instituto Mexicano
de Contadores Públicos.

Reforma de Normas Relativas a las auditorías Externas (2003).

También podría gustarte