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A raíz de los diferentes datos lanzados en las diapositivas de la presentación de la

primera sesión, he intentado buscar desde el INE algún dato más relacionado con la
cultura y la música, concretamente como se consume. Existen datos sobre los hábitos y
prácticas culturales del 2021-2022, adjunto los enlaces correspondientes y lo que me ha
despertado mi curiosidad:

-A partir de la página 11 (página 13 es ya exclusivamente música), gráficos 42, 44, 47, 49


y 51.

https://www.culturaydeporte.gob.es/dam/jcr:0a714b25-04ff-4b44-95c6-
3af8c6b399ba/encuesta-de-habitos-y-practicas-culturales-2021-2022-principales-
resultados.pdf

-Resumen página 8

https://www.culturaydeporte.gob.es/dam/jcr:9a0be074-d2b8-470c-ab48-
57a199a8d4b1/encuesta-de-habitos-y-practicas-culturales-2021-2022-nota-
resumen.pdf

El gráfico 42 muestra la asistencia a conciertos, claramente diferenciadas por música


actual y música clásica. La franja de las personas de mayor edad, de las que yo
presupongo que deberían tener una cierta estabilidad económica, son las personas que
menos conciertos consumen. ¿Será verdad que según van pasando los años y
envejecemos tenemos menos ganas de llevar a cabo actividades culturales
(concretamente conciertos)? ¿Cómo es posible que la franja de 15 a 24 años sea la que
asiste a un mayor número de conciertos si son los que menos independencia económica
pueden tener? En este mismo gráfico también se demuestra que no hay tanta diferencia
entre cantidad de gente que acude a los conciertos de música comparando los distintos
rangos de edad, ¿es entonces verdad que los jóvenes no están tan interesados por la
música clásica (prácticamente igual que sus mayores)? ¿Es una imagen que nos quieren
vender los medios de comunicación o algunas instituciones?

Si las principales figuras de referencia de los adolescentes y jóvenes no consumen


música clásica es será complicado que ellos lo hagan. Cierto es que generaciones
anteriores, gente nacida en década de los 50,60 y 70 en España, por una serie de
circunstancias sociales e históricas, vivieron una rebelión musical mucho más agresiva,
un ambiente más subversivo al finalizar la dictadura y muchos vieron en esa nueva
música (que llegaba con cuentagotas desde otros países a España) una liberación.

También me hace plantearme algunas preguntas el gráfico 44, donde hay una
subdivisión de diferentes tipos de conciertos. Quizás por haber estudiado piano, tengo
mucho más interiorizado el consumo de un concierto en formato recital o algún
concierto para piano y orquesta y haciendo memoria, puedo contar con los dedos de
mis dos manos las veces que he ido a un concierto de un grupo de cámara, ninguno de
recital lírico y con los dedos de una mano los conciertos a los que he asistido de una
agrupación coral. A conciertos de orquesta he ido sensiblemente menos veces que a uno
de piano solo. Tampoco sé hasta qué punto es por desconocimiento parcial de otros
tipos de repertorio, por los días en que se ofrecen en los diferentes teatros los otros
conciertos en la ciudad próxima a mi pueblo o porque no tengo asumido que puedo
disfrutar con una plantilla diferente a la que estoy acostumbrado. ¿Hará alguna
distinción la gente que no tiene la misma formación musical que yo (potencial público)
respecto a estos tipos de concierto?

El gráfico 47 me inquieta, si quitamos los motivos vinculados al COVID, el primer motivo


tanto en música actual como clásica es el “no tiene interés”, el de música clásica
prácticamente dobla al de la música actúa, me inquieta porque porqué estamos
haciendo muy mal las cosas y tenemos que ponernos las pilas. Esto solo confirma que la
oferta de música clásica está mal ofrecida a los públicos, no solo como se presenta a los
públicos, si no la oferta de la zona geográfica ¿Está tan centralizada la música en los
núcleos urbanos, tanto les cuesta a las diferentes orquestas profesionales públicas tocar
3 conciertos (por ejemplo) fuera de su capital de provincia en una temporada? El tercer
motivo es el no tener tiempo, ¿no tenemos tiempo por qué hay otras prioridades para
el ocio (quizás más económicas y/o cercanas)? ¿o simplemente no hay tiempo por el
modo de vida que llevamos cómo sociedad?

Y el gráfico 49 me confirma que los humanos somos hipócritas e incongruentes, porque


sí que escuchamos música. ¿Nos da pereza desplazarnos a un concierto con música en
directo? ¿no necesitamos vivir y revivir esas experiencias?

Respecto al gráfico 50, me resulta curioso que separen ópera y zarzuela de la música
clásica, yo lo que no sabía es que se escuchaba tanto pop/rock español. Y respecto al
gráfico 51, en el que se demuestra que los efectos de la pandemia han hecho mella en
como consumimos. Hay un descenso, ligero, del consumo de música y creo que yo
también sigo esa misma tendencia, lo que hace preguntarme si mi nivel de bienestar,
físico y mental, condiciona o predispone la cantidad de música que consumo.

Y de la página 8 del resumen me quedo con el tiempo medio que se le dedica a escuchar
música, con una media de dos horas y cuarto. ¿Cuánto tiempo le dedicamos a escuchar
música los profesionales de la música? ¿Pasamos más tiempo estudiando o escuchando
música? ¿Estamos los profesionales más tiempo escuchando música o más tiempo en
las redes sociales?

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