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JACQUES MARITAIN (1882-1973)

Nació en (París, 1882 - Toulouse, 1973) Filósofo francés, uno de los más destacados defensores
del neotomismo, a partir del cual se propuso edificar una metafísica cristiana a la que
denominó "filosofía de la inteligencia y del existir".

Estudió en la Sorbona durante los años en el curso de los cuales imperaba el "cientismo" (entre
sus maestros figuró Félix Le Dantec), y se licenció en letras y en ciencias naturales. Agregado
de filosofía en 1905, consiguió una beca mediante la cual pudo cursar dos años (1906-1908) de
estudios biológicos con Hans Driesch en Heidelberg. Por aquel entonces contó entre sus
amistades a celebridades posteriores (Ernest Psichari, Charles Péguy, etc.), y conoció a una
joven hebrea rusa, Raïssa (diminutivo de Raquel) Urmansov, con la cual se casó.

Ésta se convirtió realmente para Maritain en un "auditorium ei simile". Poetisa y colaboradora


del filósofo (se le debe, entre otras obras, el texto fundamental de la biografía de Jacques
Maritain anterior a 1917, Las grandes amitiés), su vida ha llegado a confundirse con la del
marido. Pronto experimentaron los dos una crisis filosófico-religiosa; Henri Bergson, sin
embargo, les libró de los prejuicios del positivismo y les devolvió la confianza en la metafísica,
en tanto Léon Bloy, por su parte, les revelaba el semblante del catolicismo. Este último actuó
como padrino en el bautismo de los esposos, que tuvo lugar el 11 de junio de 1906 en la iglesia
de Saint Jean l'Évangeliste de Montmartre.

CONVERSIÓN

La conversión al catolicismo constituyó una ruptura brusca; sin embargo, el conocimiento de


Santo Tomás de Aquino aclaró a Maritain su misión filosófica. Inició entonces una intensa
actividad docente en centros no estatales; además, promovió la renovación tomista y organizó
numerosos círculos de estudios (a partir de 1919).

En 1917 recibió de la Santa Sede el título de doctor "honoris causa" en filosofía de las
universidades pontificias. En 1933 empezó a enseñar en el Pontifical Institute of Mediaeval
Studies de Toronto.

A partir de esta conversión Jacques cree durante un tiempo que el hecho de ser una persona
religiosa era incompatible con el desarrollo de un pensamiento filosófico propio. Llegó a creer
que razón y fe eran dos caminos irreconciliables, que se tenía que elegir uno o bien el otro.
Pero pocos años tras su conversión, esta visión radical y, por qué no decirlo, demasiado
esquemática, dio un vuelco- Leyendo las obras de santo Tomás de Aquíno J. Maritain se da
cuenta de la profundidad del pensamiento cristiano, que la razón y la fe, pese a ser diferentes,
no tienen que ser a la fuerza contradictorias, sino que cada una a su manera incluso se
complementan. Santo Tomás había ideado un sistema filosófico capaz de demostrar la
existencia de Dios- Maritain, estudiando este autor, empieza a desarrollar una filosofía propia
sin necesidad de renunciar a la fe. Es en esta época que Maritain empieza a impartir clase en el
Instituto Católico de París y que elabora sus primeras obras, que en buena parte dan fe de esta
nueva visión de la convivencia entre intelecto y fe: Arte y escolástica. Religión y cultura. Entre
el 1927 y el 1939 Jacques v Raïssa Maritain convierten su casa de Meudon. en las afueras de
París, en un lugar de encuentro de filósofos- teólogos y amigos diversos. Estos encuentros
continuarán, a partir de la invasión nazi de Europa, en Nueva York. Sobre todas las amistades
del matrimonio Maritain durante estos años Raïssa elaboró un gran libro. Les grandes amitiés.

En el pensamiento de Maritain ocupa un lugar especial la preocupación por eliminar el


padecimiento de la faz de la tierra, por construir un mundo más humano- Las dos guerras
mundiales, el nazismo y el socialismo soviético han sido calamidades que sólo han llevado
muerte y dolor, y que han rebajado la dignidad humana. Nuestro pensador cree posible una
civilización nueva y, desde luego, mejor. Para que esto sea real el mundo profano tiene que ser
autónomo, no se trata pues, de hacer un estado religioso. Pero este mismo estado, esta
sociedad, se tiene que construir teniendo en cuenta el cristianismo y sus valores. Al mismo
tiempo el mundo ha de evolucionar mediante la técnica, pero ésta no puede estar sólo al
servicio de unos cuántos- sino de todo el mundo. La técnica y la ciencia tienen que ser, desde
luego, una herramienta para mejorar el mundo, pero la humanidad no tiene que ser su
esclava. Con respecto a la religión, y en concreto al cristianismo, se ha de evitar caer en el
error de rechazar el mundo moderno y sus cambios. La religión ha de ir en concordancia con su
época, porque el cristianismo no es una teoría abstracta y alejada de la realidad- Por esto los
cristianos han de estar muy atentos a la evolución de su tiempo. Maritain, pues, hace un
llamamiento a un compromiso con la época que a cada cual le ha tocado vivir, y esto también
quiere decir participar de la justicia social y los derechos humanos. Todas estas reflexiones de
Maritain están plenamente de acuerdo con los principios evangélicos y son el camino para
hacer un mundo más humano y a la vez más cristiano.

En el terreno más estrictamente religioso Jacqucs Maritain hace igualmente una incursión en la
mística, que él define como la sabiduría superior, aquello «que se encuentra en el corazón de
la existencia humana». Por esto destaca grandes figuras de estas experiencias trascendentes,
como por ejemplo san Benito, santa Catalina de Siena, santa Teresa de Ávila y santa Teresa de
Lisieux. Pero el místico más admirado y estudiado por Maritain es sin el menor asomo de duda
san Juan de la Cruz. Maritain sitúa a este santo como el punto álgido de la mística cristiana, de
una manera equivalente a lo que representa santo Tomás en la filosofía cristiana. Para
Maritain, los dos -uno por la vía de la fe y el otro por la razón- pretenden llegar al
conocimiento de Dios. En opinión del pensador francés este deseo, este amor humano por
Dios, permite que Él pueda obrar su voluntad en el hombre, y es este amor el que hace libre a
la persona humana. Maritain afirma que «el hombre es libre porque ama. Todo aquello que no
tiene el gusto del amor pierde para el hombre todo sabor».

Continuando en el terreno de la mística se tiene que destacar que Maritain también miró más
allá de la religión cristiana. Supo encontrar en la ascesis india la confirmación de que el alma
humana tiende a la experiencia mística, al encuentro con Dios. Este interés por otras religiones
-que en ningún caso se tiene que confundir con un intento de sincretismo- evidencia que el
pensamiento de Maritain era en algunos aspectos bastante adelantado a su tiempo. Este trazo
interreligioso profetiza una parte del espíritu del Concilio Vaticano II y del camino que la Iglesia
ha seguido desde entonces.

INFLUENCIA DE JACQUES MARITAIN

La más reciente actualización de la Doctrina Social de la Iglesia, la encíclica Caritas in veritate,


pretende retomar y actualizar las enseñanzas de Pablo VI desde el concepto de desarrollo
humano integral. Para una correcta comprensión de la génesis del texto, se hace
imprescindible aludir a la figura del filósofo francés Jacques Maritain, cuyo Humanismo
integral influyó de modo decisivo en el papado de Pablo VI.

¿QUÉ ES EL HUMANISMO INTEGRAL?

- El nuevo cristianismo, planteado por Maritain, otorga a los laicos una gran responsabilidad
para aplicar principios, dentro de la sociedad política, que es la construcción de una sociedad
basada en principios y valores humanistas.

Existen diversas expresiones del Humanismo. Algunos filósofos defienden el hombre, desde el
punto de vista materialista, otros desde el capitalismo popular, sin embargo, aquí queremos
exponer un tipo de humanismo diferente, el "HUMANISMO INTEGRAL" que ha tenido como
máximo exponente a Jacques Maritain.

La base del HUMANISMO INTEGRAL es la concepción cristiana de la vida; la supremacía de la


PERSONA HUMANA y sus referencias a los valores espirituales y morales.

« HUMANISMO INTEGRAL » es una de las obras de mayor impacto de Jacques Maritain, la cual
sirvió para la acción de muchas personas y organizaciones políticas y sociales, y para el
ordenamiento del pensamiento.

« El despertar de la conciencia cristiana y los problemas estrictamente temporales, sociales y


políticos, implicados en la restauración de una NUEVA CRISTIANIDAD, traerá consigo el
nacimiento de nuevas formas políticas específicas al nacimiento de inspiración
intrínsecamente Cristianas. »

COMUNITARIA: Porque tiene el Bien Común como exigencia suprema de la naturaleza


humana. Es diferente a la simple suma de los bienes particulares y superior a los bienes
individuales.
PERSONALISTA: Busca la perfección y la libertad, que el hombre pueda desarrollar los
grados de vida en lo material, intelectual y moral.

PLURALISTA: Está basado en el espíritu de la diversidad y la libertad.

Tuvo una influencia decisiva en la evolución de una Iglesia Católica que se siente amenazada
por la modernidad tras el impacto de la ilustración: el racionalismo pretende superar la
escolástica medieval, el liberalismo político disuelve el absolutismo y las revoluciones
científicas de los siglos XVIII y XIX dibujan una nueva forma de entender la realidad. La
jerarquía se muestra en rígida resistencia, generando temor y condena. Con otros pensadores
y teólogos Maritain promueve la aceptación natural del pensamiento democrático, expresión
cultural e histórica que se entiende ajustada al mensaje de liberación del cristianismo.
Embajador de Francia ante la Santa Sede durante tres años, su pensamiento acompaña a dos
cardenales, Roncalli -al que frecuenta como nuncio apostólico en París- y Montini, que se
convertirán sucesivamente en Papas tan relevantes, Juan XXIII y Pablo VI, abriendo e
impulsando el Concilio Vaticano II.

PENSAMIENTO FILOSOFICO DE JACQUES MARITAIN

Maritain basa su teoría humanista en la idea del hombre integral. El hombre posee diversas
dimensiones, las cuales reclaman ser atendidas. No existe peor error que aquel afán por
reducir al hombre a una sola de estas dimensiones. El hombre no es puramente un ente
económico, así como tampoco es un ente exclusivamente espiritual o creatura angélica.
Maritain hace ver como los reduccionismos, que sólo se preocupan, y, por lo tanto, se ocupan,
de una sola faceta humana, terminan por volverse contra el mismo hombre. Ahogan la riqueza
de la diversidad de las manifestaciones humanas, haciendo que también la sociedad pierda
riqueza. No sólo la vida privada se afecta por esta restringida visión del hombre, sino también
los sistemas sociales, económicos, políticos, educaciones, etc. De esta manera, cada hombre se
relaciona de una mala manera consigo mismo. Pero, quizás lo más grave, es la desvirtuación de
la relación del hombre con el hombre, con el mundo y con lo trascendente: reducida la
realidad toda a una sola dimensión , se empobrece la relación del hombre con esa realidad. He
aquí la base de una existencia sin sentido, con una fuerte tendencia a la nada y al vacío,
sentimientos claramente presentes en las sociedades contemporáneas, sobre todo en las
desarrolladas. A la luz de algunos de estos errores en la consideración del hombre y su fin
último, es que Maritain propone un nueve concepto de cultura o civilización, en el cual queda
consignada toda la diversidad de lo humano, desde lo material hasta lo espiritual. El espíritu y
la materia, lejos de ser enemigos irreconciliables, están llamados a construir una auténtica
civilización, en la que el ser humano pueda, por fin, vivir como persona. En tal civilización, el
hombre ha de ser libre de toda miseria, la que aliena al hombre, impidiéndole poder
desarrollarse moralmente y también a través de actividades tales como las especulativas, las
artísticas y las religiosas. Maritain concibe al hombre como un ente personal de finalidad
trascendente, por lo tanto, una auténtica civilización ha de considerar, además de lo ya dicho,
el modo como puede ayudar al hombre a lograr su fin propio. Gobernar, hacer política o
economía no serán actos civilizados si no abarcan lo inmanente y lo trascendente del hombre.
Si bien es cierto que la Ciudad definitiva es algo que será más allá de la historia, pues,
recordémoslo, la doctrina maritainiana es cristiana, debe comenzar a hacer realidad en la
historia. Por todo lo dicho, podemos concluir que el ideal social de Jacques Maritain es algo
que aún no se ha hecho carne. Sus planteamientos siguen siendo una urgente exhortación

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