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El plan novedoso, aborda la población como un todo urbano que se debe regularizar.
Una serie de técnicos realizaron un preciso estudio cartográfico y estadístico
para establecer unas pautas de intervención. Básicamente el plan consistió en la
creación de una red viaria preferente sobre el antiguo trazado urbano,
potenciando un
sistema de anillos, constituido
por bulevares, consolidando la
grand croisée (ejes norte-sur
y este-oeste) en la plaza de
Chatelet y una serie de
carrefours o confluencias de
calles, en zonas relevantes
como Étoile, Ópera,
Madeleine, Bastille, Alma,
Trocadero etc. a la vez que se
utilizaban los monumentos
como puntos focales.
El plan se completaba con mejoras sanitarias, como alcantarillados, y
aprovisionamiento de aguas, la iluminación de gas, apertura de parques públicos y la
remodelación de los antiguos en el casco antiguo. Se hicieron numerosos derribos
en las zonas más deterioradas y fue sustituido por bloques de viviendas a modo de
telones para ocultar el tejido anterior, los obreros y artesanos, antiguos habitantes
fueron trasladados a barrios periféricos donde el emperador pensó crear barrios
obreros, Una poderosa clase burguesa ocupó las viviendas de la nueva ciudad. Fue
profusa la plantación de árboles en las calles y los “squares” de la ciudad, a la vez
que se trazaron nuevos parques como El Bois de Boulogne (1854-58), el de Buttes-
Chaumont y el de Montsouris diseñados a la inglesa con lagos artificiales y
caminos serpenteantes.
El Plan de París generó una nueva arquitectura cuyo primer proyecto fue unir el
Palacio del Louvre con el de las Tullerias realizado por L.T.J. Visconti (1791-
1853).Su temprana muerte hizo que tomara el relevo H. M. Lefuel que aportó
rasgos barrocos. Las altas cubiertas amansardadas y una abundante decoración
escultórica tipifican las realizaciones del 2º Imperio
Novedades en Munich
En 1848 Maximiliano II (1811-1864), rey de Baviera convertirá a su capital,
Múnich, en el banco de pruebas de la nueva arquitectura. El centro de su actuación
fue la construcción de una vía principal la Maximilianstrasse, tras convocar un
concurso de ideas.
El monarca deseaba edificar un ateneo cultural, obra que se convertiría en el
símbolo de la arquitectura nacional. La obra fue encargada a Friedrich Bürklein
(1813-1873) que diseñó un conjunto urbano de vago recuerdo gótico, mientras
que el ateneo el Maximillianeum, fue de estilo renacentista.
La ordenación de la
Ringstrasse, vía de
circunvalación, acogerá
varios conjuntos
monumentales
intercalados con parques
y jardines. Sin duda el conjunto más notable es el integrado por el Rathaus
(Ayuntamiento) flanqueado por el Parlamento y la Universidad. Frente al
goticismo del Ayuntamiento (1872-1883) obra de Friedich von Schmidt,
contrastan otros estilos como el barroquismo del Burgtheater (Semper) o el
neorrenacentismo de la Universidad (1873-74) muy decorada con elevadas
cubiertas amansardadas de gusto francés, construida por Heinrich von Ferstel y
de muchas de las viviendas de la Ringstrasse. Ferstel es también autor de la
iglesia votiva (votiukirche) en un gótico de agudos pináculos en inclinadas
cubiertas de cerámica vidriada bicolor.
La plaza de los museos es otro de los conjuntos monumentales. Realizados por
Semper y Hasenauer entre 1869 y 1882, el Museo de Historia del Arte y el de
Historia Natural se enfrentan entre ambos con una zona ajardinada y su estilo
renacentista tardío. Tienen una planta octogonal, y están rematados por
balaustradas coronadas por estatuas.
La influencia de Viena se trasladó a Budapest, donde también se conservan los
conjuntos monumentales en torno a los museos. En la capital de Hungría se
recurrió a una nueva arquitectura residencial recurriendo a motivos escultóricos
muy barrocos, destacando el espectacular Parlamento húngaro en un gótico
clasicista que se recorta con sus múltiples pináculos junto al río Danubio.
Las operaciones urbanas llevadas a cabo en las ciudades renovadas como Viena
condujeron al enmascaramiento o al aislamiento de los monumentos antiguos. El
arquitecto Camillo Sitte (1843-1905) criticó la uniformidad y regularidad de las
ciudades modernas. Defendía un diseño menos monumental de las plazas y
encrucijadas de calles. Sus teorías sobre el urbanismo se engloban en el debate
del momento, sobre como conectar la ciudad antigua con la renovada urbe
industrial.
ECLECTICISMO EN ESPAÑA.
En España, la arquitectura
de la segunda mitad del
S.XIX sigue los mismos
parámetros que en el resto
de Europa. El aumento de
población en las ciudades y
los efectos de la
desamortización
eclesiástica, produjo
cambios en el uso de los
espacios urbanos. En 1846
un Real Decreto obligaba al
levantamiento de planos geométricos en las poblaciones, y en 1853 se habían
publicado las bases para la alineación de calles. En esos años, las posibilidades de
reforma interior estaban agotadas e incluso los terrenos ganados con la
desamortización se habían saturado por lo que se hace necesario proceder a un
ensanche. En 1864 se aprobó la Ley de Ensanches en las poblaciones y
posteriormente en 1867 el Reglamento con las pautas a seguir en la ampliación
de las ciudades aunque muchas lo habían iniciado.
El ferrocarril será un factor importante en la modernización de las ciudades. La
primera línea férrea, Barcelona-Mataró se realiza en 1848.
Los nuevos arquitectos se forman en la Escuela Superior de Arquitectura de
Madrid que se independiza de la Academia de Bellas Artes. Más tarde aparece
la de Barcelona y Sevilla. Las ciudades con ensanches realizados como Barcelona
(Plan Cerdá) o Madrid (Plan Castro) inician una etapa de remodelación de la
imagen. La nueva arquitectura, comienza a introducir estilos regeneradores y
modernos, como el eclecticismo (tendencia artística que mezcla elementos de
diferentes estilos y épocas). Algunos “revivals” se adaptarán a las diferentes
tipologías y se asocian a determinados fines:
• Neogótico- se asocia a la arquitectura religiosa.
• Estilos exóticos- neoárabe o alhambrista- representan a la arquitectura
para ocio.
• Elementos de tradición clásica eran para edificios oficiales
• como ayuntamientos, diputaciones o incluso teatros, pero enriquecidos
con aportaciones varias como el segundo I imperio francés.
Tras la restauración Alfonsina en 1875, las instancias oficiales incentivaron la
construcción de edificios representativos que ocuparon sitios estratégicos en la
ciudad.
Se utilizará un estilo ecléctico que jugará con
modelos en la búsqueda de un nuevo estilo que
se traducirá a finales de siglo en el arranque del
movimiento Moderno.
En Madrid se levanta El Congreso de los
Diputados en 1842, obra de Narciso Pascual y
Colomer (1808-1870), un edificio con clara
muestra de un clasicismo convencional que
mantiene la simetría y axialidad. Tiene un pórtico hexástilo de columnas corintias
y un frontón en el que se desarrolla la alegoría de “España abrazando la
constitución” (1862) realizado por el escultor Ponciano Pizano. Los dos leones que
flanquean la escalera de acceso, se fundieron en 1872 en Sevilla con los cañones
tomados al enemigo en la guerra de África.
Otra obra coetánea es “El Palacio de archivos, Bibliotecas y Museos” en Madrid,
obra de Francesco Jareño y Alarcón entre 1865-1868, con planta rectangular y
siguiendo los preceptos que Durand recoge en su tratado como modelo para un
museo. El proyecto incorpora un depósito de libros de esructura metálica. El
conjunto escultórico de la fachada principal presenta un frontón con relieve de
Agustín Querol, una alegoría de las ciencias y las artes esculpida en un estilo
clásico. Las seis estatuas de la escalinata contribuyen con las cuatro esculturas
restantes al programa iconográfico de la cultura española.
La fachada a la calle Serrano presenta acceso al Museo Arqueológico Nacional,
con una arquitectura más clásica, sin frontón y precedida por una escalinata
flanqueada por dos esfinges aladas de bronce.
En otros lugares de España, ese convencionalismo clásico se adapta también a los
edificios institucionales, como por ejemplo, El ayuntamiento de Cáceres (1867)
obra de Ignacio Mª de Michelena o el de Bilbao en 1883 cuyo autor fue Joaquín
Rucoba. El ayuntamiento con una decoración interior ecléptica, incluso un Salón
con ornamentación neoárabe. Este edificio tiene muchas notas de arquitectura
francesa, el coliseo, edificio exento de planta trapezoidal con fachada curva y
torres laterales, con una rica ornamentación con decoración en los óculos y orden
gigante en su parte inferior. Su balcón principal se sostiene por pesadas ménsulas
que en realidad son figuras tenantes ejecutadas en hormigón.
El equipo formado por Burnham & Root tuvo también un importante desarrollo en
la arquitectura de Chicago. Una de sus primeras obras fue el Montauk Building
(1881-1882), un edificio comercial de diez plantas con muros portantes de
mampostería, pero con columnas de hierro fundidos y travesaños de hierro
forjado en su interior, en el que se experimentó un nuevo sistema de cimentación,
la llamada balsa flotante, una plancha de 60 cm. De espesor reforzada con
nervadura de acero, que salvaba la inestabilidad que suponían los suelos fangosos
de la ciudad.
Melbourne, por el contrario, se planificó con una malla reticular que hace
homogénea toda su arquitectura.
América del sur desarrolló ciudades al modo europeo con influencia francesa.