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2.

Los ácidos se clasifican en fuertes o débiles dependiendo de su capacidad para


ionizarse (ceder un protón) en solución:
-Ácido fuerte: Está completamente ionizado* en solución. Un claro ejemplo es el ácido
clorhídrico (HCl).
-Ácido débil: Está parcialmente ionizado en solución. Un ejemplo es el ácido acético
(CH3COOH).
3. El papel tornasol es utilizado para hacer pruebas generales de reacciones acidas o alcalinas. Es
el papel indicador basico; cuando no es necesario un valor de pH preciso.

El papel tornasol azul cambia su color a rojo cuando una solución cambia de básica a ácida
mientras que el papel tornasol rojo cambia su color a azul cuando una solución pasa de ácida a
básica. El cambio de color ocurre cerca del valor pH 5 y 8.

4. Nomenclatura de los ácidos


 Nomenclatura Tradicional. Para nombrarlos se escribe la palabra ‘ácido’ seguida
de la raíz del nombre del no metal (explicado posteriormente) acompañado
de prefijos y sufijos que corresponden al número de oxidación del no metal. Así,
tenemos las siguientes opciones:

 Si el no metal tiene número de oxidación 1 o 2 se escribe el prefijo ‘hipo’ (raíz


del nombre del no metal) el sufijo ‘oso’. Por ejemplo: ácido hiposulfuroso
(H2SO2), donde el azufre tiene número de oxidación 2+.
 Si el no metal tiene número de oxidación 3 o 4 se escribe (raíz del nombre del
no metal) el sufijo ‘oso’. Por ejemplo: ácido bromoso (HBrO2), donde el bromo
tiene número de oxidación 3+.
 Si el no metal tiene número de oxidación 5 o 6 se escribe (raíz del nombre del
no metal) el sufijo ‘ico’. Por ejemplo: ácido sulfúrico (H2SO4), donde el azufre
tiene número de oxidación 6+.
 Si el no metal tiene número de oxidación 7 se escribe el prefijo ‘per’ (raíz del
nombre del no metal) el sufijo ‘ico’. Por ejemplo: ácido perclórico (HClO4),
donde el cloro tiene número de oxidación 7+.

 Nomenclatura de Stock. Para nombrarlos se escribe la palabra ‘ácido’ seguida


de la raíz del nombre del no metal acompañada del prefijo correspondiente al
número subíndice que tiene el oxígeno (di (2), tri(3), tetra(4)…), luego se escribe
‘oxo’. Además se le escribe el sufijo ‘ico’ a la raíz del nombre del no metal seguido
de su número de oxidación en números romanos y entre paréntesis. Por
ejemplo: ácido tetraoxosulfúrico (VI) (H2SO4), ácido dioxosulfúrico (II)
(H2SO2), ácido trioxonítrico (V) (HNO3) y ácido trioxoclórico (V) (HClO3).
 Nomenclatura Sistemática. Para nombrarlos se escribe el prefijo numérico que
corresponde al número subíndice que tiene el oxígeno, después se escribe la
palabra ‘oxo’, seguida a su vez de la raíz del nombre del no metal con el sufijo ‘ato’
y luego se escribe el número de oxidación del no metal en números romanos entre
paréntesis. Luego se escribe ‘de hidrógeno’. Por ejemplo: tetraoxosulfato (VI) de
hidrógeno (H2SO4), dioxosulfato (II) de hidrógeno (H2SO2), trioxonitrato (V) de
hidrógeno (HNO3).

Los oxoácidos también tienen otros prefijos:

 Meta. Cuando se forman a partir de una molécula de agua.


 Orto. Cuando se forman a partir de tres moléculas de agua.
 Piro. Cuando se forman a partir de dos moléculas de agua.

Una herramienta que se puede utilizar en muchos casos para saber cuándo un
ácido es meta, orto o piro es:

 Los ácidos ‘piro’ tienen más de un átomo del elemento no metálico. Por


ejemplo: ácido pirofosforoso (H4P2O5).
 Los ácidos ‘orto’ tienen más de dos átomos de hidrógeno. Por ejemplo: ácido
ortofosforoso (H6P2O6).
 Los ácidos ‘meta’ tienen 1 o 2 átomos de hidrógeno. Por ejemplo: ácido
metafosforoso (HPO2).

Raíces de los nombres de los ácidos


Se puede llamar raíz de la nomenclatura del ácido a la palabra que se pone
para indicar el nombre del no metal. Por ejemplo:

1. Azufre. Raíz: sulfur. Símbolo: S. Ejemplos: ácido sulfuroso (H2SO3), ácido


sulfúrico (H2SO4)
2. Bromo. Raíz: brom. Símbolo: Br. Ejemplos: ácido hipobromoso (HBrO), ácido
bromoso (HBrO2), ácido brómico (HBrO3), ácido perbrómico (HBrO4)
3. Carbono. Raíz: carbon. Símbolo: C. Ejemplos: ácido carbónico (H2CO3)
4. Cloro. Raíz clor. Símbolo: Cl. Ejemplo: ácido hipocloroso (HClO) ácido
cloroso (HClO2), ácido clórico (HClO3), ácido perclórico (HClO4)
5. Cromo. Raíz: crom. Símbolo: Cr. Ejemplos: ácido crómico (H2CrO4), ácido
dicrómico (H2Cr2O7)
6. Fósforo. Raíz: fosfor/fosfon. Símbolo: P. Ejemplo: ácido
fosfónico (H3PO3), ácido fosfórico (H3PO4)
7. Manganeso. Raíz: mangan. Símbolo: Mn. Ejemplos: ácido
mangánico (H2MnO4), ácido permangánico (HMnO4)
8. Nitrógeno. Raíz: nitr. Símbolo: N. Ejemplos: ácido nitroso (HNO2), ácido
nítrico (HNO3), ácido hiponitroso (H2N2O2)
9. Selenio. Raíz: seleni. Símbolo: Se. Ejemplos: ácido selenioso (H2SeO3), ácido
selénico (H2SeO4)
10. Silicio. Raíz: silic. Símbolo: Si. Ejemplos: ácido metasilícico (H2SiO3), ácido
ortosilícico (H4SiO4), ácido disilícico (H2Si2O5), ácido pirosilícico (H6Si2O7)
11. Telurio. Raíz: telur. Símbolo: Te. Ejemplos: ácido teluroso (H2TeO3), ácido
telúrico (H2TeO4)
12. Yodo. Raíz: yod. Símbolo: I. Ejemplos: ácido yódico (HIO3), ácido
peryódico (HIO4)

Nomenclatura de los ácidos binarios


Si son ácidos binarios (compuestos por hidrógeno y un elemento no metálico) se
nombran:

Se escribe la palabra ‘ácido’ seguida de la raíz del nombre del no metal con la
terminación ‘hídrico’. Por ejemplo: ácido clorhídrico (HCl(ac)), ácido
bromhídrico (HBr(ac)).

En estos casos es importante aclarar que se debe poner (ac) (que significa que
está en disolución acuosa) en la fórmula del ácido para especificar que estamos
formulando el ácido y no un hidruro volátil, por ejemplo, cloruro de hidrógeno
(HCl).

5. Ácido hidrácido
En química, un hidrácido es un ácido que no contiene oxígeno sino que son compuestos binarios formados
por un no metal (halógeno) e hidrógeno, y son los más simples. La nomenclatura diferencia las
sustancias gaseosas de sus soluciones ácidas.

Si un hidrácido no está en disolución acuosa se nombran como hidruros (haluros de hidrógeno):

 En nomenclatura tradicional se nombra el ión (elemento terminado en -uro) y se le añade "de hidrógeno". Ej:
HCl: Cloruro de hidrógeno
 En nomenclatura sistemática se nombra con la palabra hidruro precedida del prefijo correspondiente si es
necesario seguida del nombre del elemento. Ej: HCl Hidruro de cloro.

Si un hidrácido se encuentra en disolución acuosa se desprecia su ionización tomando la disolución como el


ácido en sí.

 En nomenclatura tradicional, que es la más utilizada para nombrar este tipo de ácidos, se nombra la palabra
ácido seguido del nombre del elemento terminado en -hídrico. Ej: HCl(ac) Ácido clorhídrico.

Cabe destacar un caso especial. El fluoruro de hidrógeno (ácido fluorhídrico) se suele representar como HF.
Sin embargo realmente la estructura de esta molécula responde a dos átomos de cada especie H2F2

6. SISTEMA DIGESTIVO FALTA

7. En química, una sal es un compuesto químico formado por cationes (iones con
carga positiva) enlazados a aniones (iones con carga negativa) mediante un enlace
iónico. Son el producto típico de una reacción química entre una base y un ácido, donde
la base proporciona el catión y el ácido el anión.
8. Normalmente cuando reacciona una base con un ácido, ésta pierde todos los grupos
(OH) y el ácido pierde todos los hidrógenos (H) formándose una sal neutra, pero cuando
el ácido conserva por lo menos 1 de los hidrógenos se obtiene una sal ácida.
Ejemplos: LiOH + H2CO3 → LiHCO3 + H2O bicarbonato de litio.

Ejemplos de sales ácidas


1. Bicarbonato de sodio (NaHCO3). También llamado hidrogenocarbonato (IV)
de sodio, es un sólido cristalino de color blanco, soluble en agua, que puede
encontrarse en la naturaleza en estado mineral o puede producirse en el
laboratorio. Es una de las sales ácidas más conocidas y se emplea
abundantemente en repostería, farmacología o elaboración de yogures.
2. Bicarbonato de litio (LiHCO3). Esta sal ácida ha sido empleada como agente
capturante del CO2 en situaciones en que dicho gas es indeseable, como en
las misiones espaciales norteamericanas “Apolo”.
3. Dihidrógeno fosfato de potasio (KH2PO4). Es un sólido cristalino, inodoro,
soluble en agua, ampliamente usado en diversas industrias como levadura
de alimentos, agente quelante, fortificador nutricional y ayudante en los
procesos de fermentación.
4. Bisulfato sódico (NaHSO4). Es una sal ácida formada por la neutralización del
ácido sulfúrico. Es muy utilizado industrialmente en el refinado de metales y
productos de limpieza. Aunque es altamente tóxico para algunos
equinodermos, se emplea como aditivo en la comida de las mascotas y en la
manufactura de joyas.
5. Hidrogenosulfuro de sodio (NaHS). Es un compuesto peligroso de
manipulación delicada, dado que es altamente corrosivo y tóxico. Puede
provocar quemaduras graves en la piel y lesiones oculares graves, ya que
además es combustible.

9. Las oxisales constituyen una clase de sal que surge cuando se combinan un


ácido oxácido y un hidróxido o, de manera más sencilla, un radical y un metal. El
fruto de este vínculo se conoce como oxisal, oxosal o sal oxácida.

Ejemplos de sales oxisales


1. Nitrato de sodio (NaNO3). Se emplea en el tratamiento del botulismo, una
afección por neurotoxinas de origen bacteriano.
2. Nitrito de sodio (NaNO2). Es una típica sal de uso en la industria alimentaria,
como conservante y fijador de colores.
3. Nitrato de potasio (KNO3). Suele emplearse como fertilizante, ya sea
directamente o como materia prima de fertilizantes líquidos y multinutrientes.
4. Sulfato de cobre (I) (Cu2SO4). Tiene aplicaciones como limpiador de piscinas,
como suplemento fotosintético en todo tipo de cultivos vegetales y en la
industria agronómica.
5. Clorato de potasio (KCIO3). Con esta sustancia se elabora la cabeza de los
fósforos y se emplea abundantemente en la industria pirotécnica, dada su alta
liberación de energía al entrar en contacto con sustancias como azúcar o
azufre y ser sometida a fricción.

10. Importancia del tema de ácidos y bases Los ácidos y las bases son sumamente
importantes en numerosos y diversos procesos químicos que ocurren a nuestro alrededor,
desde procesos biológicos hasta industriales, desde reacciones en el laboratorio a otras en
nuestro ambiente, incluso algunos que se llevan a cabo en nuestro organismo. Así, el tiempo
requerido por un objeto metálico sumergido en agua para corroerse, la capacidad de un
ambiente acuático para soportar la vida de los peces y vegetales, y la suerte de contaminantes
químicos precipitados del aire por la lluvia, son críticamente dependientes de la acidez o
basicidad de las disoluciones. La acidez y la basicidad constituyen una dicotomía en Química
tan importante como “el análisis y la síntesis” o “lo estático y lo dinámico” o “lo puro y lo
impuro” o “lo in vivo vs. lo in vitro”. La ciencia logra progresar muchas veces gracias al planteo
de este tipo de dicotomías que nos permite caracterizar los hechos científicos en uno u otro
extremo, que mantienen al análisis científico en una “tensión permanente” (Hoffmann, 1995).
La función que desempeñan los ácidos y las bases es fundamental para entender numerosos y
diversos fenómenos y procesos que se presentan en los seres vivos (incluyendo al ser
humano). Así, por ejemplo: La acidez y la basicidad son sumamente importantes en el campo
de la salud pues, por ejemplo, el pH urinario de individuos normales se ubica entre el intervalo
de 4.5 a 8.0, variando estos valores según la función renal, el tipo de dieta o los medicamentos
consumidos, el estado ácido-básico sanguíneo o el tiempo de obtenida la muestra. Las dietas
altamente proteicas acidifican la orina, en cambio aquellas ricas en vegetales la alcalinizan. La
orina alcalina puede ser indicio, por ejemplo, de insuficiencia renal o de infección del tracto
urinario; la orina ácida puede ser manifestación de enfisema pulmonar o de diabetes. A nivel
del estómago se produce un tratamiento químico intenso de los alimentos por la acción del
jugo gástrico, que contiene ácido clorhídrico, responsable de que el pH del estómago sea
inferior a 2, que evita la contaminación microbiana y favorece la acción de las enzimas
presentes en este jugo. La sangre humana es un complejo medio acuoso con un pH
amortiguado entre 7.2 y 7.4; cualquier insignificante variación en el pH de este valor resulta en
una severa respuesta patológica y, eventualmente, la muerte. La función de la sangre se lleva
a cabo gracias a la presencia de la hemoglobina y del ácido carbónico, los que contribuyen al
equilibrio-desequilibrio del pH sanguíneo, sin cuya presencia la sangre transportaría al oxigeno
por todo el cuerpo sin liberarlo, con lo cual las células y todo el organismo, morirían por falta
de oxígeno. En la denominada diabetes mellitus tipo I (diabetes insulinodependiente), la
producción de la hormona insulina es escasa o nula. La mayoría de los pacientes desarrollan la
enfermedad antes de los 30 años, presentando síntomas que se inician súbitamente y pueden
evolucionar rápidamente a una afección llamada cetoacidosis diabética fundamental para
entender numerosos y diversos fenómenos y procesos que se presentan en los seres vivos
(incluyendo al ser humano). Así, por ejemplo:

La acidez y la basicidad son sumamente importantes en el campo de la salud pues, por


ejemplo, el pH urinario de individuos normales se ubica entre el intervalo de 4.5 a 8.0,
variando estos valores según la función renal, el tipo de dieta o los medicamentos
consumidos, el estado ácido-básico sanguíneo o el tiempo de obtenida la muestra. Las dietas
altamente proteicas acidifican la orina, en cambio aquellas ricas en vegetales la alcalinizan. La
orina alcalina puede ser indicio, por ejemplo, de insuficiencia renal o de infección del tracto
urinario; la orina ácida puede ser manifestación de enfisema pulmonar o de diabetes. A nivel
del estómago se produce un tratamiento químico intenso de los alimentos por la acción del
jugo gástrico, que contiene ácido clorhídrico, responsable de que el pH del estómago sea
inferior a 2, que evita la contaminación microbiana y favorece la acción de las enzimas
presentes en este jugo. La sangre humana es un complejo medio acuoso con un pH
amortiguado entre 7.2 y 7.4; cualquier insignificante variación en el pH de este valor resulta en
una severa respuesta patológica y, eventualmente, la muerte. La función de la sangre se lleva
a cabo gracias a la presencia de la hemoglobina y del ácido carbónico, los que contribuyen al
equilibrio-desequilibrio del pH sanguíneo, sin cuya presencia la sangre transportaría al oxigeno
por todo el cuerpo sin liberarlo, con lo cual las células y todo el organismo, morirían por falta
de oxígeno. En la denominada diabetes mellitus tipo I (diabetes insulinodependiente), la
producción de la hormona insulina es escasa o nula. La mayoría de los pacientes desarrollan la
enfermedad antes de los 30 años, presentando síntomas que se inician súbitamente y pueden
evolucionar rápidamente a una afección llamada cetoacidosis diabética.

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