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Lucio Apuleyo

Saturnino

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Lucio Apuleyo Saturnino (en latín, Lucius


Appuleius Saturninus) fue un tribuno de la
plebe que utilizó tácticas demagógicas
para llevar a cabo sus ambiciones
políticas. Aliado político de Cayo Mario,
cuando su relación política se rompió,
Saturnino intentó derrocar al Senado
utilizando las masas del Foro Romano. El
Senado concedió el mando de la lucha
contra Saturnino a Mario, que tras
derrotarle desapareció de la vida pública
hasta que tomó el mando de la guerra
Social

Moneda con el rostro de Lucio Apuleyo Saturnino

Cuestor
Como cuestor en el año 104 a. C.,
supervisó la importación de grano a Ostia,
pero fue depuesto por el Senado romano
(en un procedimiento inusual), y fue
reemplazado por Marco Emilio Escauro,
uno de los principales líderes de la facción
conservadora del Senado, los optimates.
La deposición del cargo de Saturnino no
se debió a su incapacidad o mala
administración, sino a la negativa de
Saturnino a atacar políticamente a los
populares.

Primer tribunado
En 103 a. C. fue elegido tribuno de la
plebe. Estableció un acuerdo con Cayo
Mario y recibió la orden de legislar que los
soldados de este fueran recompensados
con cien iugera cada uno en la provincia
de África. Saturnino además contribuyó a
que Mario fuera elegido para su cuarto
consulado (102 a. C.).

A Saturnino se le presentó una


oportunidad de vengarse de la nobleza
romana con la llegada en 101 a. C. de
unos embajadores del rey Mitrídates VI del
Ponto, ya que éstos sobornaban con
grandes sumas de dinero al Senado.
Cuando esto llegó a los oídos de
Saturnino, el tribuno insultó a los
embajadores. Saturnino tuvo que
comparecer en un juicio por infringir la ley
al calumniar a los embajadores y sólo se
salvó gracias a una petición de
misericordia de la plebe. El primer
tribunado de Saturnino estuvo
principalmente vinculado a su lex de
maiestate, la cual probablemente reforzó
el poder del tribunado de la plebe y de los
populares. Saturnino estableció la minuta
maiestas para los romanos cuyos actos
tendían a perjudicar la integridad de Roma,
lo que se podría entender mediante la
moderna palabra traición.

Uno de los principales objetivos del


tribuno, que había suscitado un profundo
odio en él era Quinto Cecilio Metelo el
Numídico, cuando, como censor, intentó
expulsar a Saturnino del Senado por su
inmoralidad, pero su colega censor, Cayo
Cecilio Metelo Caprario lo rechazó. Para
congraciarse con la plebe, Saturnino
presentó a Roma, que tenía muy presente
en la memoria a los Graco, a un hombre
que se decía hijo de Tiberio Sempronio
Graco, Lucio Equitio. Aunque Cornelia,
madre de los Gracos rechazó la alegación
de su presunto nieto, la plebe golpeó hasta
dejar inconsciente a Quinto Cecilio Metelo
el Numídico cuando este rechazó la
candidatura de Lucio Equitio a tribuno de
la plebe. Equitio fue poco después elegido
tribuno.
Segundo tribunado
Cuando Cayo Mario regresó a Roma tras
su victoria frente a los cimbrios, se
encontró marginado en el Senado por la
facción optimate. Mario llegó a un
acuerdo con Saturnino y con su aliado,
Cayo Servilio Glaucia, y estos tres
senadores formaron una especie de
triunvirato. Saturnino y Glaucia apoyaron la
concesión de tierras para los veteranos de
Cayo Mario. Con la ayuda del soborno y el
asesinato, Mario fue elegido cónsul en
100 a. C. por sexta vez (y quinta
consecutiva), Glaucia fue elegido pretor y
Saturnino fue elegido tribuno de la plebe
por segunda vez. Saturnino sacó adelante
una ley agraria, extensión de la aprobada
en la provincia romana de África
Proconsular. Propuso que todo el territorio
al norte del Po, recientemente en posesión
de los cimbrios, debería estar disponible
para el asentamiento de los veteranos de
Cayo Mario, incluidas las tierras que
habían sido ocupadas por tribus célticas.
Esta ley fue motivo de polémica, ya que
estas tierras ya eran propiedad de los
campesinos itálicos que habían sido
desposeídos de ellas por los cimbrios.

Se fundaron colonias en Sicilia, Acaya y


Macedonia, empleándose para su compra
el tesoro del oro de Tolosa, malversado
por Quinto Servilio Cepión, cónsul en 106
a. C., padre de Quinto Servilio Cepión. Los
itálicos fueron admitidos en estas
colonias surgiendo auténticas colonias
burguesas, de forma que el derecho de
igualdad de los itálicos respecto al de los
romanos fue de ese modo parcialmente
reconocido. Esta parte del proyecto de ley
ofendió a muchos ciudadanos, que no
estaban dispuestos a permitir la cesión de
estos privilegios.

Una cláusula exigía la condición de que,


pasados cinco días de la aprobación de la
ley, debían defenderla, bajo pena de ser
expulsados del Senado y exiliados. Todos
los senadores juraron defender la ley,
excepto Quinto Cecilio Metelo el
Numídico, que fue exiliado. Además
Saturnino presentó un proyecto de ley con
el objeto de ganar el apoyo de la plebe: el
suministro de grano a un módico precio. El
cuestor Quinto Servilio Cepión declaró que
el Tesoro no podría soportar el gasto, pero
los colegas de Saturnino interpusieron su
veto. Saturnino ordenó la continuación de
la votación pero Cepión la dispersó
mediante la violencia. El Senado declaró
nula la reunión y la invalidó, porque se
había oído un trueno. Saturnino declaró
que para el Senado era mejor permanecer
sin hacer nada, de lo contrario el trueno
habría sido seguido por una granizada.
Los proyectos de ley (leges Appuleiae)
fueron finalmente aprobados gracias a la
influencia de Cayo Mario.

Tercer tribunado, caída y


muerte
Mario se encontró ensombrecido por sus
colegas y, debido a todos sus excesos,
rompió definitivamente con ellos.
Saturnino y Glaucia vieron que la única
esperanza de mantenerse a salvo era la
retención de sus cargos. Saturnino fue
elegido por tercera vez tribuno a principios
de año (aunque finalmente no llegó a
ocupar el cargo) y Glaucia, aunque tras la
pretura no era elegible hasta pasados dos
años, fue candidato al consulado. Marco
Antonio Orator fue elegido sin oposición,
el otro candidato optimate, Cayo Memmio,
que parecía que era el que tenía más
posibilidades de éxito, fue golpeado hasta
la muerte por seguidores de Saturnino y
Glaucia.

Esto produjo una auténtica revolución en


el sentimiento político. El Senado declaró
al día siguiente a Saturnino y a Glaucia
enemigos públicos y mediante un Senatus
Consultum Ultimum (SCU) instó a Mario, a
su colega en el consulado y al resto de
pretores para que defendieran el Estado.
Mario no tuvo más alternativa que
obedecer. Saturnino, vencido en una
pequeña batalla en el Foro Romano, se
refugió con sus seguidores en el Capitolio,
al que se cortó el suministro de agua y los
sitiados fueron obligados a capitular.
Mario, prometiéndoles que perdonaría sus
vidas, los trasladó a la Curia Hostilia con la
intención de procesarles de acuerdo a la
ley, pero los miembros más impetuosos
del partido aristocrático, treparon al techo,
deshicieron el tejado cogiendo unas
cuantas tejas y mataron a Saturnino y a
sus seguidores. Glaucia, que se encerró en
una casa, fue sacado a rastras y
asesinado.

Descendencia
Su hija Apuleya contrajo matrimonio, a
pesar de la caída en desgracia de su
familia, y fue madre de dos cónsules,
Lucio Emilio Paulo y el triunviro Marco
Emilio Lépido.

Véase también
Anexo:Tribunos de la plebe
Bibliografía
Mackay, Christopher S. (2010). El declive
de la República romana. De la oligarquía
al Imperio. Traducido por Ana Herrera
Ferrer. Editorial Planeta.
ISBN 9788434469549.
Roldán Hervás, José Manuel (1995).
Historia de Roma (I). La República
romana. Ediciones Cátedra.
ISBN 8437603072.
Datos: Q355544
Multimedia: Lucius Appuleius
Saturninus (https://commons.wikimedi
a.org/wiki/Category:Lucius_Appuleius_
Saturninus) / Q355544 (https://comm
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