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Una de las mayores fuentes de información que tiene el hombre actual referente a su propia historia

es el registro cultural de sus antepasados; nuestra erudición tiene uno de los legados más
importantes en Colombia. Encontramos en uno de los museos más importantes en arqueología
conjuntos monumentales funerarios formados con elementos de piedra, cerámica y otros.
El museo arqueológico de la Regional Huila tiene como eje principal la conservación de las
evidencias humanas de los diferentes grupos que habitaron nuestro territorio por miles de años;
diferentes técnicas llevadas a cabo por grupos investigativos de arqueólogos determinan la
antigüedad de diferentes artefactos.

Los museos tienen que ver con el pasado porque nos hablan de la historia y nos muestra los
vestigios que dan testimonio de lo que sucedió. Otras veces los son lugares que, de obras de
arte, las clasifican, las seleccionan y las exhiben. También encontramos museos de ciencias,
etnográficos, comunitarios y tantos otros tipos de museos que nos muestran temas
tradicionales, pero capaces de adentrarnos y preguntarnos el para que de nuestro pasado y
como todo este sin numero de manifestaciones de alguna manera son un diario para nuestro
vivir.

Uno de los elementos que se hace más presente de manifestaciones se trata de la “toba volcánica”
cuya formación esta relacionada con la actividad volcánica que se deposita en la superficie terrestre
como consecuencia de un proceso eruptivo. Este tipo de roca ligera, de consistencia porosa, formada
por la acumulación de cenizas conforma la historia de la humanidad como material arqueológico;
Mineralógicamente la toba volcánica está compuesta por alto porcentaje de sílice (SiO2) debido a que
gran parte de la matriz de esta roca es vidrio volcánico.

Hace más de 2000 años las comunidades prehispánicas que habitaban en la región de San
Agustín se caracterizaron por manejar una marcada evidencia social sobre el nivel económico;
particularmente, esto se puede ver reflejado en las formas de enterrar a sus muertos. 
Grandes tumbas, a manera de montículos artificiales que alcanzaron hasta cuatro metros de
altura, se construyeron posiblemente para personajes con poder espiritual y político. Corredores
dolménicos de grandes lajas, que conducían al lugar donde se depositaban sarcófagos de piedra
o madera, conformaban estas estructuras, precedidas a su vez por templetes funerarios y
elaboradas estatuas con representaciones de personajes que parecen sobrenaturales. 
Más de 500 estatuas han sido halladas en diferentes lugares de los municipios de San Agustín e
Isnos y posiblemente todas formaban parte de contextos funerarios. A simple vista muchas de
ellas tienen algunos elementos y rasgos similares, pero si se observan detenidamente no hay
una talla igual a la otra. Las hay altas, esbeltas, majestuosas.
Fotografía tomada de Revista Semana.

Dice la historia que el descubrimiento de las estatuas se debía a un alemán llamado Konrad
Theodor Preuss , aunque los habitantes de estas tierras ya habían echo distintas exploraciones, fue él
quien sorprendido por los inmensos dioses de piedras decidió sacarlos del país y sin avisarle a nadie, lo
envió a lomo de mula y a hombros de indígenas hasta Neiva para embarcarlo por el río Magdalena,
guardarlo en una finca de Cundinamarca y llevarlo más adelante hasta Europa.

Preuss fue uno de los primeros hombres dedicados a la etnología, una ciencia poco conocida entonces y
como tal, estudió diversas culturas del mundo, entre ellas las tribus cora y huichol de la Sierra Madre
Occidental mexicana, con las que convivió entre 1905 y 1907. Es probable que su interés por San
Agustín haya surgido al conocer en Berlín los estudios y grabados del militar y geógrafo italiano Agustín
Codazzi publicados por la Comisión Corográfica y el libro Prehistoria y viajes americanos.

Toda esta gran historia pertenece a un legado que marco cambios por el descubrimiento de las piedras de
San Agustín, la marca de comunicación que nos dejas las diferentes esculturas talladas hoy reposa en El
museo que está ubicado en el segundo piso de la Biblioteca Departamental, bloque cultural José
Eustasio Rivera. Los visitantes encuentran piezas de alfarería, cuencos, platos y demás; todas estas
piezas han sido reunidas durante los últimos 30 años en diferentes exploraciones arqueológicas.
Cuando hablamos de arqueología es la investigación de la historia, pero si hablamos de la
arqueología aprendemos como era el diario de vivir en la búsqueda de los antepasados de como
Vivian, cuando hablamos de arqueología también hablamos del santuario, de las piezas ,de cerámica
que es la fabricación de ollas de barro ya hablando un poco del tema de las piedras( su nombre en la
arqueología es litio) debemos de saber algo que no siempre tienen encuentra y es hecho de que estas
tienen un valor arqueología, también podemos hablar del tema rupestre (el tema de los petroglifos)
el cual son dibujos sobre las rocas el cual es un diseño simbológico grabado en las rocas
Paleontología es la ciencia natural que estudia e interpreta el paso de la vida sobre la tierra a través
de los fósiles y a través de estos se busca entender como vivían en la prehistoria.

Otros de los temas que llaman la atención se encuentra en la metalurgia, que era utilizada para
ofrendar y adorar a sus distintas deidades en épocas antiguas; muchas de estas piezas fueron
elaboradas con la fundición del metal en distintos moldes, una de las técnicas de manufactura más
sofisticadas y utilizadas en diferentes culturas del mundo antiguo; En muchas formas complejas y
detalladas; La cera de abejas hace parte de este legado: se moldeaba la figura y posteriormente
sobre la arcilla se elaboraba un molde. Luego mediante la cocción este era convertido en cerámica,
la cera se evapora quedando el espacio para ser ocupado por metal líquido. De este molde se extraía
el objeto y finalmente se pulía.

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