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Venezuela: ¿la próxima Zimbabwe?

A juicio de la economista Yuraima Suárez, el caso Zimbabwe no es igual a Venezuela, pero tienen mucha relación,
tanto, que afirma: 'Nosotros vamos por ese camino'.

Zimbabwe tiene actualmente la tasa de inflación más alta de todos los países del mundo. En marzo de 2008 la
inflación alcanzó el 100.000% y, una tasa de cambio de 1 dólar USA por 30.000.000 de dólares zimbabwenses. La
dinámica decadente de la economía nacional ha sido atribuida, principalmente, a la mala gestión, a la corrupción del
gobierno de Mugabe y a la expropiación de las tierras de más de 4.000 granjeros blancos durante la controvertida
redistribución de la tierra del año 2000.

El gobierno de Zimbabwe se enfrenta a una amplia variedad de difíciles problemas en su economía. Esos problemas
incluyen una notoria falta de divisas, hiperinflación y escasez de provisiones y artículos. A juicio de la economista
Yuraima Suárez, docente de la Universidad Católica del Táchira, el Caso Zimbabwe no es igual a Venezuela, pero
tienen mucha relación, tanto, que afirma: 'Nosotros vamos por ese camino'.

'Allá el Estado intervino las tierras que le pertenecían a los blancos. Dijeron que no querían que los blancos
gobernaran, sino los negros. Pero ellos no sabían administrar, lo que sabían era trabajar. Los resultados fueron
catastróficos: la cosecha se les dañó; no la pudieron poner en mercados nacionales, ni internacionales; empezó la
escasez de bienes y productos; el desempleo y la inflación se incrementó tanto, que en enero estaban en 30 mil por
ciento. Un refresco costaba 25 millones de dólares de Zimbabwe. Yo creo que en Venezuela vamos hacia allá',
explicó la especialista en economía.

¿Por qué?

Las razones que llevan a la especialista a considerar esta posibilidad se consiguen en el sector productivo venezolano,
y el cerco que sobre ellos ha tendido el Gobierno nacional. La política aplicada no ha sido la más idónea, y se percibe
en el funcionamiento de las zonas industriales, afectadas por una serie de problemas que incluso han puesto en riesgo
su permanencia, e instaurado la posición de aguante. 

El control cambiario y de acceso a divisas instaurado desde el año 2003; la regulación de precios; la inseguridad
jurídica; la intervención del Estado a través de las expropiaciones; la falta de créditos y actualización tecnológica;
además de la alta tasa de inflación, son factores que inciden negativamente en las industrias venezolanas, afectando
seriamente la economía del país. Explicó Suárez: 'La industria con control de cambio no consigue dólares, y al no
conseguir los dólares no hay materia prima, al no tener materia prima no pueden producir, y al no producir hay
escasez. La escasez hace que los precios se incrementen y aumenta la inflación'.

En el caso concreto de las zonas industriales de San Cristóbal, comentó la economista que las pequeñas y medianas
empresas se están viendo más afectadas que las grandes. Y en general la ventaja de los industriales es que pueden
trasladar el costo de la materia prima al producto final; aunque con esto provoca una disminución en la compra del
empresario y entonces baja la demanda del producto final. Muchos empresarios han optado, o por cerrar, o por
cambiar de rubro e irse del país. Cualquiera de las opciones es perjudicial para la economía del país.

Pero no es éste el único inconveniente que afrontan los industriales. Los impuestos son cada vez más altos, y el
Estado está aplicando el doble castigo: sancionar y cerrar; sin dejar de lado el racionamiento eléctrico, que pareciera
un impuesto más. Las industrias pasan hasta 4 horas diarias sin energía eléctrica, y denuncian la medida como la
causa de estar al borde de la quiebra.

La inseguridad jurídica se suma a la lista. Los empresarios no saben cuánto pueden producir. Hacen inventario y el
Estado determina que es una cantidad muy elevada y les retiran el producto. Un ejemplo de ello, es lo que pasó con
Polar. Venezuela es el cuarto país con menos independencia económica en el mundo. De acuerdo a los especialistas
en el tema, el Estado debe intervenir lo menos posible en la actividad económica, sólo, cuando hay problemas de tipo
estructurales.

Las tecnologías también representan un problema para los industriales, ya que su desarrollo y crecimiento dependen
de la maquinaria e inversión de capital. Aunque en Venezuela hay producción, es muy poca, y se consigue más en el
extranjero. El problema es la falta de dólares para comprar; así como la suficiente mano de obra para operarla y
repararla.

En particular las pequeñas y medinas empresas necesitan trabajar con créditos, pero actualmente sólo reciben el
apoyo 'a medias' por parte del Gobierno. 'Se quisieron crear cooperativas, pero no dieron resultado, porque era un
grupo grande de dueños y cuando fueron a repartir las utilidades, pensaron que la producción iba a ser utilidad todo
el tiempo, nunca pensaron que a veces hay utilidad, y otras veces, pérdidas', comentó la economista, quien entiende
que de acuerdo a esto la tendencia es a que las pequeñas desaparezcan y las grandes se mantengan.
Si hay menos empresas, hay menos producción, menos empleo y menos poder adquisitivo. De allí que la inflación
durante el mes de abril haya alcanzado la cifra más alta durante los últimos 10 años. El culpable es la falta de
producción, y por consiguiente, de empleo.

Por otra parte, 'la regulación de precios es un gran problema para los industriales. Nadie va a trabajar para perder.
Hay control de precios que afecta la producción, porque afecta la utilidad y la rentabilidad empresarial. El empresario
deja de producir, porque si hay precios altos, traslada el precio al producto, pero como aquí no se puede, lo que hace
es dejar de producirlo. Entonces surge la escasez. Y al haber escasez los precios aumentan, de acuerdo a la teoría de
la oferta y la demanda', explica la economista.

Pero además se suma otro factor que auspicia un incremento en la escasez: 'Tenemos control de divisas desde el
2003, y un control de cambio fijo siempre genera un dólar permuta'. Esto significa que los productos importados se
consiguen a precios elevados. Pero ahora, con la intervención de las Casas de Bolsa, no se consigue el dólar paralelo.
'Si no puedo comprar los productos con dólar oficial, y tampoco con paralelo, el producto importado desaparece y se
incrementa la escasez'. Lo más lamentable, es que la economía nacional no está en capacidad de satisfacer la
demanda de mercado, porque no hay condiciones para producir, y aunque en Venezuela sí hay producción, el 75% de
los productos que consumimos es importado.

Las intervenciones del Estado a través de expropiaciones vulnera la seguridad jurídica, y por lo tanto disminuyen los
inversionistas extranjeros en el país. 'La inversión extranjera para un país es indispensable, es la que nos trae dólares,
productos nuevos, tecnología, empleo. Si no hay inversión extranjera, no hay ahorro extranjero ni nacional, no hay
empleo. No tenemos dinero guardado, y el Estado venezolano no puede invertir. 

Más incentivos

Por tratarse del sector más vulnerable de la economía, y el que mayor fuente de empleo genera, a juicio de la
economista Yuraima Suárez, las Zonas Industriales debieran recibir incentivos por parte del Gobierno nacional a la
producción, no regalos. Ejemplo, disminución de impuestos, y créditos a tasa preferencial. Sin embargo eso no pasa
en nuestro país. De hecho muchas empresas colombianas están pensando en irse, y el problema radica en dónde se
reubican a esos trabajadores. La mayoría de ellos integrarán las lista del buhonerismo, de allí que Venezuela tenga la
tasa más alta de comercio informal en América Latina, con 54%. Al respecto, destaca la especialista cómo
inexplicamente en Venezuela, mientras hay menos empresas, la tasa de desempleo baja cada vez más, lo que quiere
decir que la gente está empleada en las Misiones y las becas, que realmente no son empleos porque no son
productivos. REGRESAR

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