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Bendiciones de la obediencia

(Lv 26.3-13; Dt 7.12-24)


2Si escuchas la voz del Señor tu Dios, todas estas bendiciones
vendrán sobre ti, y te alcanzarán:
3»Bendito serás tú en la ciudad, y bendito en el campo.
4»Bendito será el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto
de tus bestias, y las crías de tus vacas y los rebaños de tus ovejas.
5»Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar.
6»Bendito serás cuando entres, y bendito cuando salgas.
8»El Señor enviará su bendición sobre tus graneros y sobre todo
aquello en que pongas tu mano, y te bendecirá en la tierra que el
Señor tu Dios te da.

Dios, nuestro Creador y Padre Celestial, nos llama a


ser obedientes, ser obedientes no significa ser esclavo ni permitir
que se aprovechen de nosotros sino que debemos asumir de
manera consciente que hay alguien por encima de nosotros que
determina el curso de nuestras vidas y que es nuestro Padre al cual
debemos saber escuchar y seguir sus consejo porque es que
la obediencia  la que nos traerá grandes bendiciones.

Cuando nuestras vidas se llenan de un sentido claro de obediencia a


Dios, El nos llena de recompensas, nos abre puertas que nadie
puede cerrar y le da real sentido a nuestras vidas. Dios es un Dios
de obediencia, amor y bendición.

En nuestra vida cotidiana cuando obedecemos hay beneficios, pero


cuando desobedecemos hay serias consecuencias. El Salmo 143:10
expresa: “Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu
buen espíritu me guíe a tierra de rectitud”. Estar en obediencia es
trabajar diariamente para que la voluntad de Dios, nuestro creador
y guía, se haga siempre en nuestras vidas, sigamos su palabra y
nunca tomemos una acción que vaya contraria a sus normas y
ejemplos.
Así como debemos obedecer las reglas y normas en nuestros
hogares. Los padres deben obedecer a Dios y lo hijos obedecer a
sus padres. Y seguir la línea de obediencia en cada área de nuestras
vidas: Empleados obedecer a sus jefes, ciudadanos obedecer a las
autoridades de gobierno y creyentes obedecer a sus pastores.
Y es que la obediencia es la llave de la bendición. La primera
obediencia debe ser a nuestro Dios porque él está por encima de
todo, asi todas las bendiciones vendrán sobre nosotros y nos
acompañaran siempre. Si bien es cierto que hay veces que no
cumplimos totalmente con lo que Dios nos pide siempre tenemos
que tratar de avanzar y mejorar en ese sentido.Debemos Tener un
corazón obediente para seguir las huellas de nuestro Padre y hacer
su voluntad , ser honestos y practicar la verdad ,Como creyentes
en Dios debemos poner nuestra fe en todas Sus palabras y en toda
Su obra. Eso quiere decir que como creemos en Êl debemos
obedecerle . El llegar a ser un buen cristiano implica un largo
camino que recorrer que no es algo fácil pasamos por muchas
pruebas a lo largo de nuestras de nuestras vidas y también
flaqueamos porque somos humanos y no somos perfectos .
Al despertar El Señor nos bendice ya con un nuevo día más de vida
el cual podemos disfrutar y ver acaso eso no es maravilloso , el
fruto de nuestro vientre nuestros hijos , el lugar donde vivimos ,
tener alimento para llevar a nuestra boca , el poder entrar y salir de
un lugar sin que nada malo te pase y sentir su presencia a nuestro
lado,protegiéndonos y acompañándonos . El Señor nos dice que en
todo lo que nosotros pongamos nuestra mano habrá bendición . El
Señor nos da tanto cada día y nosotras que hacemos por El?
cumplimos con obedecerle ?. Queridas hermanas que el Espíritu
Santo nos ilumine en esta tarea y vaya aumentando y perseverando
en nuestra fe para poder cumplir con lo que él nos pide y nunca
debemos olvidar que la obediencia trae bendición.

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