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Marla Spivak

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TEDGlobal 2013

Por qué las abejas están


desapareciendo
Esta es nuestra vida con las abejas, y esta es nuestra vida sin
abejas. Las abejas son los polinizadores más importantes de
nuestras frutas, verduras y flores y cultivos como la alfalfa que
alimentan a los animales de granja. Más de un tercio de la
producción agrícola del mundo depende de la polinización de las
abejas. Pero lo irónico es que las abejas no están ahí
fuera polinizando nuestros alimentos intencionadamente. Están ahí
porque tienen que comer. Las abejas obtienen toda la proteína que
necesitan de su dieta del polen y todos los carbohidratos que
necesitan del néctar. Ellas alimentan a las flores, y como se mueven
de flor en flor, básicamente en un viaje de compras en el centro
comercial floral local, terminan con la prestación de este valioso
servicio de polinización. En algunas partes del mundo donde no hay
abejas, o donde las variedades de plantas no son atractivas para
ellas, se les paga a personas para hacer el oficio de polinización a
mano. Estas personas trasladan el polen de flor en flor con un
pincel. Ahora, este oficio de la polinización manual no es en realidad
tan poco común. Los productores de tomate a menudo polinizan sus
flores de tomate con un vibrador de mano. Éste es el estimulador de
tomates. (Risas) Esto se debe a que el polen en una flor de
tomate se mantiene muy seguro dentro de la parte masculina de la
flor, la antera, y la única manera de liberar este polen es
agitándola. Así, los abejorros son unos de los pocos tipos de abejas
en el mundo capaces de aferrarse a la flor y vibrar, y lo hacen
agitando sus músculos de vuelo a una frecuencia similar a la nota
musical Do. Entonces, agitan la flor, la someten a ultrasonidos, y se
libera el polen con este eficiente silbido, y el polen se esparce por
todo el cuerpo velloso de la abeja, y ésta se lo lleva a casa como
alimento. Los productores de tomate ahora ponen colonias de
abejorros dentro del invernadero para polinizar los tomates porque
tienen una polinización mucho más eficiente cuando se hace
naturalmente y se consiguen tomates de mejor calidad. Hay otras
razones, tal vez más personales, para preocuparse por las
abejas. Hay más de 20.000 especies de abejas en el mundo, y son
absolutamente maravillosas. Estas abejas pasan la mayor parte de
su ciclo vital escondidas en el suelo o en un tallo hueco y muy
pocas de estas hermosas especies desarrollaron un
comportamiento altamente social, como las productoras de
miel. Las abejas melíferas tienden a ser las representantes
carismáticas para otras más de 19.900 especies porque hay algo en
ellas que atrae a la gente hacia su mundo. Los seres humanos se
han sentido atraídos por las abejas desde los inicios de la historia
registrada, principalmente para cosechar su miel, que es un
edulcorante natural increíble. Me atrajo el mundo de las
abejas completamente por un golpe de suerte. Yo tenía 18 años,
estaba aburrida, tomé de la biblioteca un libro sobre abejas y pasé
la noche leyéndolo. Nunca había pensado en insectos que viven en
sociedades complejas. Era como si lo mejor de la ciencia ficción se
tornara realidad. Y aún más extraño, estaba esa gente, esos
apicultores, que amaban a sus abejas como si fueran de la
familia, Cuando terminé el libro, supe que tenía que verlo con mis
propios ojos. Así que me fui a trabajar para un apicultor
comercial, una familia propietaria de 2.000 colmenas de abejas en
Nuevo México. Y quedé atrapada para siempre. Las abejas pueden
ser consideradas como un gran ser vivo, donde la colonia es el
organismo compuesto de 40.000 a 50.000 abejas individuales. Esta
sociedad no tiene ninguna autoridad central. Nadie está al
mando. Entonces, ¿cómo toman decisiones colectivas?, y ¿cómo
asignan sus tareas y dividen el trabajo?, ¿cómo comunican dónde
están las flores?, todos sus comportamientos sociales colectivos
son alucinantes. Mi favorito, que he estudiado durante muchos
años, es su sistema de salud. Sí, las abejas tienen salud social. En
mi laboratorio estudiamos cómo las abejas se mantienen
saludables. Por ejemplo, estudiamos la higiene. Algunas abejas son
capaces de localizar y eliminar de la colonia a individuos
enfermos para mantenerla saludable. Y, más recientemente, hemos
estado estudiando las resinas que las abejas recogen de las
plantas. Vuelan hacia algunas plantas y raspan estas muy, muy
pegajosas resinas de las hojas, y las llevan de vuelta al nido donde
las cementan para la la arquitectura del nido, lo que llamamos
propóleos. Hemos encontrado que el propóleo es un desinfectante
natural. Un antibiótico natural. Mata las bacterias, hongos y otros
gérmenes en la colonia y así refuerza la salud de la colonia y su
inmunidad social. Los seres humanos conocen el poder del
propóleo desde tiempos bíblicos. Hemos cosechado propóleo de las
colonias de abejas con fines medicinales, pero no sabíamos lo
bueno que era para ellas. Así que las abejas tienen estas notables
defensas naturales que las han mantenido saludables y
prósperas por más de 50 millones de años. Hace siete años,
cuando se informó que las colonias de abejas estaban muriendo en
masa, primero en EE.UU., quedó claro que algo muy, muy malo
estaba pasando. En nuestra conciencia colectiva, de una manera
muy fundamental, sabemos que no podemos darnos el lujo de
perder a las abejas. Pero, ¿qué está pasando?

Las abejas están muriendo por causas múltiples e


interactivas. Las mencionaré una a una. El resultado final es que las
abejas estén muriendo, genera un paisaje sin flores y un sistema
alimenticio disfuncional. Ahora tenemos los mejores datos sobre
abejas, que pondré como ejemplo. En los EE.UU. las abejas han
venido disminuyendo desde la Segunda Guerra Mundial. Tenemos
la mitad del número de colmenas comerciales en los EE.UU. hoy,
en comparación con 1945. Creemos que hay unos dos millones
menos de colmenas de abejas. La razón es que después de la
Segunda Guerra Mundial, cambiamos nuestras prácticas
agrícolas. Dejamos de plantar cultivos de cobertura. Dejamos de
plantar trébol y alfalfa, que son fertilizantes naturales que fijan el
nitrógeno en el suelo, y en cambio empezamos a utilizar
fertilizantes sintéticos. El trébol y la alfalfa son plantas de alto valor
nutritivo para las abejas. Después de la Segunda Guerra Mundial,
empezamos a utilizar herbicidas para combatir las malezas en
nuestras granjas. Muchas de estas malezas son plantas con
flores que las abejas necesitan para su supervivencia. Y
empezamos a desarrollar monocultivos cada vez más
grandes. Estamos hablando de desiertos alimenticios, lugares en
nuestras ciudades sin tiendas de comestibles. Las mismas granjas
que sostenían a las abejas ahora son desiertos alimenticios
agrícolas dominados por una o dos especies de plantas como el
maíz o la soja. Desde la Segunda Guerra Mundial, hemos eliminado
sistemáticamente muchas de las plantas con flores que las abejas
necesitan para su supervivencia. Y estos monocultivos se extienden
incluso a cultivos beneficiosos para las abejas, como las
almendras. Hace cincuenta años, los apicultores tendrían algunas
colonias, colmenas de abejas en los huertos de almendros, para la
polinización y también porque el polen de una flor de almendro es
muy alta en proteínas. Es muy bueno para las abejas. Ahora, la
escala del monocultivo de almendras exige que la mayoría de las
abejas de este país, más de 1,5 millones de colmenas de
abejas, sean transportadas a través de la nación para polinizar ese
cultivo. Y son transportadas en camiones semirremolques, y deben
ser transportadas, porque después de la floración, las plantaciones
de almendros son un paisaje vasto y sin flores. Las abejas han
estado muriendo en los últimos 50 años y seguimos sembrando
más cultivos que las necesitan. Ha habido un aumento del 300% en
la producción de cultivos que requieren polinización de
abejas. Además, están los pesticidas. Después de la Segunda
Guerra Mundial, empezamos a utilizar pesticidas a gran escala, y
esto se hizo necesario debido a que los monocultivos brindaron una
fiesta a las plagas. Recientemente, investigadores de la Universidad
de Penn State comenzaron a buscar residuos de plaguicidas en las
cargas de polen que las abejas llevan a casa como comida y
encontraron que los lotes de polen que las abejas
recolectan incluyen al menos seis plaguicidas detectables y esto
incluye todas las clases de insecticidas, herbicidas, fungicidas, e
incluso ingredientes inertes no rotulados que forman parte de la
formulación del plaguicida pero que pueden ser más tóxicos que el
ingrediente activo. Esta pequeña abeja está sosteniendo un gran
espejo. ¿Cuánto tiempo se necesita para contaminar a los
humanos? Una de estas clases de insecticidas, los
neonicotinoides, está en los titulares de todo el mundo en este
momento. Probablemente han oído hablar de ello. Es una nueva
clase de insecticidas. Se difunden por la planta para que la plaga de
los cultivos, los insectos que comen hojas, ingieran un bocado y al
obtener una dosis letal, mueran. Si uno de estas neonicos, como los
llamamos, se aplica en una concentración elevada, como en esta
aplicación del suelo, una cantidad suficiente se transporta a través
de la planta y se mete en el polen y en el néctar, por lo que una
abeja puede consumir, en este caso, una dosis alta de esta
neurotoxina lo que provoca que la abeja se retuerza y muera. En la
mayoría de los entornos agrícolas, en la mayoría de nuestras
granjas, es solo la semilla la que está recubierta con el insecticida, y
así una menor concentración se mueve a través de la planta y se
mete en el polen y en el néctar. Si una abeja consume esta dosis
más baja, o bien no pasa nada, o la abeja se intoxica, se
desorienta y no puede encontrar su camino a casa. Además de todo
esto, las abejas tienen su propio conjunto de enfermedades y
parásitos. El enemigo público número uno de las abejas es esto. Se
llama varroa destructora. El nombre es apropiado. Es este gran
parásito chupasangre el que compromete el sistema inmunológico
de las abejas y les hace circular un virus. Permítanme ponerles todo
esto en perspectiva. No sé lo que siente una abeja al tener un gran
parásito chupasangre corriendo en su cuerpo, y no sé lo que siente
una abeja al tener un virus, pero sí sé lo que uno siente con un
virus, la gripe, y sé lo difícil que es para mí llegar hasta la tienda de
comestibles para obtener buena nutrición. Pero ¿que pasaría si
viviera en un desierto de alimentos? ¿Y si tuviera que recorrer una
larga distancia para llegar a la tienda, y llegara hasta allí con mi
cuerpo débil y consumiera, en mi comida, bastante plaguicida, una
neurotoxina, que no me permitiera encontrar mi camino a
casa? Esto es lo que queremos decir con causas múltiples e
interactivas de muerte. Y no se trata sólo de nuestras abejas
melíferas. Todas nuestras hermosas especies silvestres de
abejas están en riesgo, incluidos los abejorros polinizadores de
tomate. Estas abejas están brindando un respaldo a nuestras
abejas melíferas. Están asegurando la polinización junto con
nuestras abejas melíferas. Necesitamos de todas nuestras
abejas. Entonces, ¿qué vamos a hacer? ¿Qué vamos a hacer con
este desastre que les hemos creado? Resulta que hay esperanzas.
Hay esperanzas. Cada uno de ustedes puede ayudar a las
abejas de dos maneras muy directas y fáciles. Pueden plantar flores
amistosas con las abejas, y no contaminar con pesticidas a esas
flores que son el alimento de las abejas. Así que conéctense a
Internet y hagan una búsqueda de flores que sean nativas de su
zona y plántenlas. Plántenlas en una maceta en su
puerta. Plántenlas en su jardín, en el césped, en los
bulevares. Plántenlas en jardines públicos, en los espacios
comunitarios, en los prados. Dejen de lado las tierras
agrícolas. Necesitamos una hermosa diversidad de flores que
florezcan durante toda la temportada de crecimiento, desde la
primavera hasta el otoño. Necesitamos caminos sembrados de
flores para nuestras abejas, pero también para las mariposas, para
los pájaros migratorios y otros animales salvajes. Y tenemos que
pensar cuidadosamente sobre volver a tender cultivos de cobertura
para nutrir el suelo y así nutrir a nuestras abejas. Y tenemos que
diversificar nuestras granjas. Tenemos que plantar bordes y cercos
de flores para interrumpir el desierto agroalimentario y comenzar a
corregir el sistema alimenticio disfuncional que hemos creado. Tal
vez parezca una muy pequeña contramedida para un grave,
enorme problema - solo se trata de plantar flores - pero si las abejas
tienen acceso a buena nutrición, nosotros también tendremos
buena nutrición gracias a sus servicios de polinización. Y cuando
las abejas tienen acceso a buena nutrición, son más capaces de
utilizar sus propias defensas naturales, su sistema de salud, en el
que han confiado durante millones de años. Así que la belleza de
ayudar a las abejas de esta manera, para mí, es que cada uno de
nosotros se comporte un poco más como una sociedad de abejas,
una sociedad de insectos, donde cada una de nuestras acciones
individuales pueda contribuir a una solución magnífica, una
propiedad emergente, que es mucho mayor que la simple suma de
nuestras acciones individuales. Hagan que el pequeño acto de
plantar flores y mantenerlas libres de pesticidas, sea el motor de un
cambio a gran escala. En nombre de las abejas,
gracias. (Aplausos) Chris Anderson: Gracias. Sólo una pregunta
rápida. Los últimos números de la mortandad de las abejas, ¿hay
alguna señal de que las cosas estén tocando fondo? ¿Cuál es tu
nivel de esperanza o depresión en esto? Maria Spivak: Sí. Por lo
menos en los Estados Unidos un promedio del 30 % de todas las
colmenas de abejas se pierden todos los inviernos. Hace unos 20
años, estábamos en una pérdida de 15 %. Así que cada vez es más
precaria. CA: No es el 30 % anual. MS: Sí, 30 % anual. CA: 30 %
anual. MS: Pero los apicultores pueden dividir sus colonias y
pueden mantener el mismo número, pueden recuperar algunas de
sus pérdidas. Estamos en un punto de inflexión. No podemos
darnos el lujo de perder mucho más. Tenemos que estar muy
agradecidos de todos los apicultores que hay. Planten flores. CA:
Gracias. (Aplausos)

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