Si bubiéramos integrado 1 Jurado ael
Premio Biblioteca Breve de esta casa edi-
torial, no hubiéramos tenido vacilacion pa-
Fa @egir entre ls novela de Juan Garcia
Hortelano, Nuevas amistades, que obturo
‘@ primer premio, — y que comentéra-
mos oportunamente —"y del ehileno
Droguet meld finalista con dos de los
einco yor y Dubléramos votado por
Droguett.
‘Porque ai bien la obra de Hortelano tie-
ne une ofganizactin mas ampila, una co-
Mnunicacion més fécll con el lector y una
abil estructuraclén narrative, al mismo
‘Wempo no supers un tipo dé personajes
ya caracterizados, esos jovenes de 1s alta
purguesia que pirecen Iantensmas o sul-
cicas potenciaies, y su planteamiento argu=
mental. ea débil e ingenuo, Ep cambio
eon esta breve novéla de Droguett esta-
jnos en presencia de una suténiica elabo-
Tacldn artistica, Original, podeross, estamos
frente a un hombre que es un escritor
con Ja sensibilidad diestra del oficio y is
Sficacia del decir narratlvo.
Droguett tiene ahora 45 afios, y es autor
4e una novela anterior, Sesenta muertos
en la escalera, que mo conocemos, y que
Dublico bace siete arios, Eu esta parte ao
Qn hecho real: la captura de un, salteador
de caminos, el fisto Eloy, autor de 20 ase-
sinatos, por parte de ws destacamento de
Carasineros. ‘Toda ls obra es un mond-
Togo interior, el de este Eloy cercado por
ja policia y aue ya ve préxima su muerte
aunque de ella ‘descrea, mientras en su
Memoria se superponen, entrecruzan y des-
fibran iragmentos de ‘su pasado que van
recomponiendo confusamente un esting
humans.
wAungue esté muy bien hecho, ne es esto
original, e incluso el xistema del “raccon-
to" en ‘estas efrounstancias ha sido explo-
tado y agotado por el cinematografo. Tam
0 ty demasiado hueva 1a forma “proto-
Plasmatica de la evocacién y su injerto
Gentro de 1a realidad en que el personaje
padece miedo ¥ coraje; aqui Droguett se
Sprovecha de 195 migajas del gran banque-
te monolozuista de Joyce. acondicionan-
@o ‘sus spertaciones a ‘una preocupacion
expresiva racional y l6gina El mondlogo,
quo porto ardien¥e y confusaments al
etn de le int coma =
‘quel destumbrante fragmento de Ei se
nido y lm furla de Paulkner, en que se
superponia & una eonfuss visién de Be
real Ia maturaleza tinica del idiots que
eontaha. No spresamos equi = un scr que
Gesde fuera mos sorprends — un
Ral relterado, un efercitante de Im crush:
dad, un antisoctal — y nos provoca Inten=
aa curlosidad. por miber como esti hecho
por dentro. Ei Eloy que nos cfrece Dro-
guett. y quizhs sea éata atinque-no Ros
€onforme In eomunicacion que nos dirize,
es simplemente un hombre que vive en le
fonereto, dominado por la sensualidad. an-
slos0 de'un retazo de alegria, un buen ps-
are de familia, con miedos’ y slardes a
Valor, pero. también con timideces, sen.
Bibilidates delicadaa y violencins, un’ home
bre en fin.
‘Pero para esto parece tan poco Droguett
ha movido tna admirable escritura Mte-
raria, una prectsién ritmica de creador que
{iene el tdioma entre las manos y Jo plas-
mwas la expresion mas capal;. una _slem~
pre corprendente capacidad para aprehen-
Ger el paisaje, 1a realidad mis trillada, ¥
estructuraria ¢n una forms que es srdo-
rosa y exacta, imagen del arte. Parece pa-
sar por estas’ paginas el recuerdo de unt
prpsa rasa que nuestro publico ha intul-
doa través de las paginas de Pasternak,
aunque pertenezca a toda una modalidad
creadors nacional, en lo que tiene de po-
tenclacién y de intensidad dicente, en lo
que tiene de ‘capacidad para reestructurar
Te realidad combinandots con enorme B-
Dertad artistica
‘Fs esta prota de alta calidad, y tan poco
habitual en tlerras americanas, es esta
Precision. narrativa, tense y sabrosa a le
Yor, es este modermo sentido ritmico del
arte novelistico, los que Dace Ia exce-
Jencia parcial de la Obra de Carlos Dro-
guett, y los que Je hubieran debido sca-
Frear'el premio Seix Barral, st éste, come
{ndican sus pases, se disclerne Jas exe
presiones formales més recientes y crea~
Goras del género.
AR
—_— eee