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La salud en los primeros inicios de la primera

República Dominicana 1844 a 1916-1924.

Antes de la proclamación de nuestra independencia, no existía un sistema


organizado de salud. Las tropas de ocupación controlaban muchos de los
servicios sanitarios, y la principal preocupación eran las epidemias, que como
la viruela o el cólera amenazaban a la población.
Sin embargo, en la Constitución del 6 de noviembre del 1844, ya se crean las
bases de la organización sanitaria de la recién proclamada República.

En esos momentos la mayor responsabilidad sanitaria recaía en los municipios,


que dependían de la Secretaría de Interior y Policía.

La ley de ayuntamientos del 1845, en su artículo 13, obligaba y facultaba a los


ayuntamientos a “ejercer la política de sanidad y limpieza”, “la vigilancia en los
mercados y almacenes de depósito de víveres y de abastecimiento de la
común” y les encargaba de “la vigilancia, propagación y conservación del fluido
vacuno, como asimismo tomar todas las medidas de precaución contra las
epidemias”.

De igual modo, se encargaba a la policía la vigilancia de los enfermos,


particularmente los leprosos, que deberían ser llevados al hospital de San
Lázaro. Asimismo la policía debía evitar que un cadáver permaneciera más de
30 horas sin enterrar, así como impedir la quema de basura en la ciudad.

En el 1843, se inició en diciembre una epidemia de viruelas en la ciudad de


Santo Domingo, por lo que el 27 de ese mes, se estableció una casa de
aislamiento fuera de los muros de la ciudad. El sitio escogido era una casa
llamada la Generala, cerca del sector de San Carlos, lo que motivó protestas
en esa comunidad.

No había vacuna disponible en Puerto Príncipe, por lo que tuvo que ser pedida
a Curazao, desde donde la trajo David León en mayo del 1844. Por lo que la
situación sanitaria en nuestra ciudad al momento de la proclamación de la
Independencia era delicada, pero el trabajo de médicos como el doctor Juan
Bernal, director del hospital Militar y otros galenos como José María Caminero,
Andrés López Medrano y los hermanos Manuel y Wenceslao Guerrero, evitó
una propagación mayor de enfermedades.

En 1916-1924. En este periodo de nuestra historia médica, debo resaltar la


creación de la Secretaria de Estado de Sanidad y Beneficencia luego de la
promulgación de la Orden Ejecutiva No. 338 de 1919, conocida como Ley de
Sanidad. En esos años, se creó el Laboratorio Nacional y se construyeron tres
hospitales. Como en 1917 en el país solo ejercían 95 médicos, se propició la
migración de profesionales sanitarios de Estados Unidos y Puerto Rico. Los
norteamericanos hicieron de la reforma a nuestro sistema de salud, uno de sus
principales puntos de interés. Trataron de hacer mejoras en un sistema que
calificaron como caótico e ineficaz.

Según relato Bruce J. Calder en su obra, Thelmpact of Intervention: The


Dominican Republic During the U.S. Occupation of 1916-1924, despues del Dr.
Garrison observar la situación, sanitaria del país, una de las conclusiones a las
que llego fue que las leyes existentes eran inadecuadas e ineficientes. Sus
observaciones denotaban que muchas de las leyes y decretos que tenían que
ver con la salud eran ambiguas y contradictorias y preparo un plan de
desarrollo de la salud, que implicaba la reorganización y la obtención de
mayores recursos económicos.

La ley de Sanidad de 1912, como he mencionado, otorgaba mucha


responsabilidad en el control de la salud a las Juntas de Sanidad manejadas
por los municipios. La Orden Ejecutiva No.196, de agosto del 1918, centralizo
todo lo concerniente a la salud en una institución con un oficial jefe de sanidad.
La situación era deplorable en los hospitales del país, y para ilustrar esto, en la
Orden Ejecutiva No. 306, del 20 de junio del 1919, se destinaron $2,100.00
dólares a la instalación de alumbrado y agua corriente en el Hospital Militar de
Santo Domingo. En 1919, visito el país Samuel Guy Inman, quien elaboro un
informe en el que afirmo las condiciones de salud de la Republica Dominicana
mejoraban gracias a los métodos introducidos por los médicos
norteamericanos.

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