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¿Qué es la Técnica Alexander?

La Técnica Alexander es un método sencillo y práctico para aprender a utilizar tu cuerpo de una manera eficaz, responsabilizándote del uso que haces
del mismo. Es un trabajo corporal que te ayuda a liberarte gradualmente de los malos hábitos posturales, reduciendo por ello tensiones y dolores,
mejorando la coordinación, el equilibrio, la seguridad y la libertad de movimientos.

Es un método que trabaja con el todo, no solo ayuda a resolver problemas, sino que permite su prevención y te proporciona herramientas para que los
malos hábitos posturales no vuelvan a instalarse de nuevo en tu cuerpo. Por ejemplo, la Técnica Alexander, no se pregunta por qué te duele el hombro, sino
que indaga en la manera en que utilizas el hombro que provoca dolor y además afecta al resto de tu cuerpo. Y a la vez corrige la forma en que utilizas el
resto de tu cuerpo para que deje de provocar dolor en el hombro. Y te hace consciente de todo este proceso.

La técnica Alexander es un trabajo beneficioso para cualquier actividad de la vida diaria. Desde hacer la compra hasta sentarse frente al ordenador o
pasarse toda la jornada laboral de pie. Sus beneficios son muy conocidos entre deportistas, músicos, actores y cantantes, que a menudo aprenden Técnica
Alexander como parte de su formación. Pero son también beneficiosos para cualquiera que viva una situación de dolor crónico, de estrés, de tener sometido
el cuerpo a la misma postura durante horas;  y también supone una mejora en la calidad de vida de mujeres embarazadas.

F. M. ALEXANDER
Biografía

Frederick Matthias Alexander nació el 20 de enero de 1869 en Wynyard, Tasmania (Australia). Era el
mayor de diez hermanos. Sus padres, John Alexander y Betsy Brown, eran hijos de convictos deportados
por pequeños crímenes desde el Reino Unido.

De niño aprendió a pescar, disparar y montar a caballo. En el colegio, su maestro le inculcó el interés por
Shakespeare, el teatro y la poesía. A los 16 años encontró trabajo en una compañía minera. Trabajó
también como agente de seguros y en diversos trabajos de oficina. En su tiempo libre montaba a caballo,
aprendió a tocar el violín y hacía teatro como aficionado.

En 1889, después de un tiempo trabajando y con bastante dinero ahorrado, se mudó a Melbourne donde
empezó a asistir a espectáculos de música y teatro. Allí decidió labrarse una carrera como actor. Entre este
año y 1896 desarrolló sus dificultades de voz y su técnica, de forma que a partir de ese año se dedicaba a
enseñar en Melbourne.

En 1900 se mudó a Sydney donde residió hasta 1904, año en que viajó al Reino Unido para darle mayor
proyección a su trabajo. En Sydney tuvo la ayuda del cirujano J.Stewart McKay, que le mandaba
alumnos; además cuando se fue a Londres le escribió varias cartas de recomendación para médicos de
renombre.

Cuando llegó a Londres usó estas cartas para contactar con gente que podía ayudarle a lanzar su trabajo. Pronto se instaló en Harley Street, donde tenían
consulta los médicos más importantes del país. Entre ellos contó con el apoyo del cirujano R.H.Scanes Spicer, que empezó a dar clases con él y,  muy
pronto,  a mandarle alumnos. En dos años la consulta de Alexander estaba a rebosar. Se aficionó a la buena comida, el vino y los puros; era cliente habitual
de los mejores restaurantes londinenses.

En 1914 viajó a Nueva York, donde pasaba el otoño y el invierno. Cada primavera volvía a Londres y se quedaba hasta que terminaba el verano. Esto fue así
hasta el final de la Primera Guerra Mundial. Fue en estos años en los que tuvo como alumnos a John Dewey, un destacado filósofo de la educación. Dewey
fue un gran defensor del trabajo de Alexander hasta el punto que declaró que su salud se había visto muy beneficiada por el trabajo que le había enseñado.
También colaboró con él escribiéndole los prólogos de varios de sus libros.

En 1947 tuvo una caída y un ictus que le dejó el lado izquierdo paralizado. No obstante ayudándose de su técnica consiguió recuperarse en poco tiempo.
Trabajó hasta su muerte en 1955.    

Origen de la Técnica Alexander


F. M. Alexander decidió dedicarse a recitar y actuar siendo muy joven. Pero muy pronto empezó a tener problemas con su voz: se quedaba ronco o afónico.
Consultó con médicos y profesores de voz pero no le dieron una solución a su problema. 

En un momento dado decidió buscar una solución a su problema.  Partía de dos hechos: en el habla normal no perdía la voz pero cuando recitaba sí.  Así que
inició un proceso de investigación consigo mismo usando espejos para ver lo qué hacía consigo mismo cuando hablaba y cuando recitaba.  Descubrió que en
las dos acciones se repetían algunas cosas, aunque más acusadas al recitar; descubrió que estas tendencias se repetían cada vez, por lo que las catalogó de
hábitos; descubrió también que sus sensaciones eran defectuosas, lo que creía que sentía no estaba en realidad ocurriendo y lo que ocurría pasaba
desapercibido para él.

Desarrolló algunas herramientas: la inhibición y la dirección.  Éstas le ayudaron a resolver su problema y volver a recitar sin temor a perder la voz.  Pero
para entonces compañeros suyos de profesión habían constatado un cambio en él y empezaron a pedirle ayuda.  Poco a poco su esfuerzo profesional se fue
decantando hacia la enseñanza de lo que había descubierto.  Viajó a Inglaterra con la idea de darle mayor proyección a su trabajo. 

Entre 1904, año en que salió de Australia, y el final de su vida desarrolló su trabajo tanto en el Reino Unido como en los Estados Unidos.  Escribió cuatro
libros explicando su trabajo.  Tuvo alumnos ilustres como Sir Bernard Shaw o Aldous Huxley; enseñó y se relacionó con grandes actores de la época y
hombres de ciencia como Raymond Dart.  Conoció al premio Nobel de Fisiología Sir Charles Sherrington. En 1973 el premio Nobel Nikolaas Tinbergen  le
dedicó parte de su discurso de aceptación del premio.

En 1931 abrió el primer curso de formación de profesores; desde entonces se han formado miles de profesores en todo el mundo.  En la actualidad hay unos
2500 profesores en diversos países.

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