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Las drogas alucinógenas, las cuales empezaron a disminuir durante toda la década de 1980, encontraron una
comunidad de usuarios receptivos en los adolescentes de la década de 1990. Para finales de la década, el uso
anual de LSD (dietilamida de ácido lisérgico) por estudiantes del último año de la escuela secundaria fue el más
alto de la historia: uno de cada doce.
Los efectos de la mayoría de alucinógenos son impredecibles. Dependen de la cantidad que se consuma; la
personalidad del usuario, su humor y expectativas; así como el entorno en el cual se usa la droga. Por lo general,
un adolescente empieza a sentir los primeros efectos de la droga después de treinta a noventa minutos. Además
de producir síntomas físicos, las drogas psicodélicas pueden causar cambios de humor rápidos, delirios,
alucinaciones visuales, distorsiones del tiempo y un fenómeno llamado sinestesia, en el cual el usuario “siente el
sabor” de los sonidos o “escucha” los colores.
Los “viajes” alucinógenos van desde menos de una hora con DMT, seis horas con psilocibina o hasta doce horas
con LSD y peyote. En un mal viaje, que puede ocurrir la primera vez que se toma la droga o en cualquier otra
ocasión, los usuarios son sepultados en pensamientos y sentimientos aterradores, pánico, miedo de volverse
locos o de morir y desesperación por quedarse atrapado en ese estado para siempre, como pasajeros en un
recorrido sin fin por una casa del terror de un parque de diversiones.
De acuerdo con la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (Drug Enforcement Administration, DEA) de EE.
UU., el ácido actual es aproximadamente un tercio de lo potente que era durante el auge original de la droga a
finales de la década de 1960. La dosis más baja, o tableta, produce efectos más leves y menos viajes terroríficos.
Muchos usuarios de LSD experimentan lo que se llama regresiones, en las cuales sus mentes brevemente repiten
las alucinaciones visuales de un viaje previo. Una regresión aparece sin advertencia y puede ocurrir pocos días o
varios meses después de la última excursión psicodélica. Puede que nunca vuelva a ocurrir o que se repita varias
veces. No se sabe por qué algunas personas quedan más atormentadas que otras, pero se cree que el estrés, la
fatiga y el abuso de drogas pueden provocar los episodios.
Legal o ilegal
Ilegal. No tienen usos médicos.
A dosis altas:
En los adolescentes, el uso crónico de PCP puede interferir con las hormonas relacionadas con el crecimiento y
el desarrollo normales, así como afectar su capacidad para aprender.