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Primer Domingo de Adviento

“Estad en vela para estar preparados”. Mt 24, 37-44


"El Hijo del hombre vendrá
a la hora menos pensada.”

Invocación al Espíritu
Soplo de vida, que llevas a Ven y anima nuestros corazones
cumplimiento las promesas del con una caridad auténtica.
Dios Amor, Ven, Espíritu,
ven e irrumpe en nuestras vidas, ilumina nuestras mentes,
ahora que nos disponemos serena nuestras entrañas
a esperar. para que te acojamos
Ven y haz que nuestra espera sin temor y nos abramos
sea ardiente. a la Palabra de la Vida,
Ven y sostennos hasta que vuelva que quiere encender las ascuas
Aquel a quien anhelamos. de nuestro espíritu
Ven y apasiona nuestras vidas para que ardamos
mientras Él llega. en la vivencia de la fe.
Amén
1. LECTURA (Lectio). ¿Qué dice la Palabra?
a) Lecturas: Isaías 2,1-5; Salmo 121; Romanos 13,11-14.
Evangelio Mateo 24, 37-44
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga el Hijo del
hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y
bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos
lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando
venga el Hijo del hombre: Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo
llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la
llevarán y a otra la dejarán.
Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene
el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que
menos penséis viene el Hijo del hombre».
b) Momentos de silencio orante para que la Palabra de Dios
pueda entrar en nosotros e iluminar nuestras vidas.
c) Claves del texto.

+ Desde el comienzo del evangelio, Jesús anunció la cercanía del Reino, lo


que culminaría con su venida definitiva y gloriosa; a esto se refiere la
expresión “Hijo del hombre”. Con esta venida, toda persona saldrá a
la luz con su verdadera esencia. En otras palabras, nuestra vida está
unida a la venida del Señor y por eso, nuestros proyectos, nuestro
quehacer, nuestro modo de vivir tiene que ser un compromiso
coherente con el reinado de Dios que se manifestará un día de manera
plena.

+Como nadie conoce el día ni la hora de la venida del Hijo del hombre, hay
que esperar y preparar constantemente ese momento, debemos estar
preparados siempre. Por eso Jesús contrasta su mensaje con lo ocurrido
en tiempos de Noé, días en que la gente fue absorbida por la vida
terrena, su único interés era disfrutar sin importar nada más.

+Profundizando el mensaje, Jesús agrega un nuevo aspecto: no hay que


quedarse con las apariencias externas de nuestra vida: los dos hombres
y las dos mujeres que están trabajando, al parecer por igual, y que por
tanto pueden pasar por situaciones muy similares (cansancio, esfuerzo,
alegrías, etc.); pueden tener modos y opciones muy distintas. La
invitación es a mirar nuestras profundidades, nuestras motivaciones que
finalmente nos llevan a actuar en los distintos ámbitos del día a día.

+El “estar atentos”, “prevenidos” o “velando” para la llegada de Jesús, implica


tomar conciencia de nuestro modo de vivir, realizando acciones
coherentes al proyecto de Dios para la persona humana, coherentes con
el Reino que Él ya nos ha traído y que será plenificado. De este modo, la
venida del Señor no puede ser motivo de miedo, sino que debe llevarnos
a movilizarnos, a comprometernos, a esperar con esperanza, con caridad
y compromiso. “Estar atentos” significa también no permitir que pase
aquello que no deseamos, como el ejemplo del dueño de casa, que en
vez de dormir, sabiendo que vendrá el ladrón, se queda despierto y
atento para prevenir el daño.
2.- MEDITACIÓN (Meditatio). ¿Qué me dice la Palabra?
Para profundizar el texto se te proponen las siguientes preguntas:
- ¿Cómo puedo estar “prevenido(a)” o “atento(a)” a la venida de Jesús? ¿Qué
implicaría en concreto en mi vida hoy?
- Dejando de lado las “apariencias” de mi vida, ¿con qué me encuentro?,
¿cuáles son mis motivaciones, mis intereses, mi formas de actuar que
no todos conocen?, ¿Esto me acerca o me aleja del Reino de Jesús?
- ¿Qué espero que traiga el Señor en su venida para mí, para mi comunidad,
para mi país, para quienes sufren, para el mundo?

3. ORACIÓN (Oratio): ¿Qué le digo a Dios con esta Palabra?


El evangelio de hoy no intenta asustarnos, sino ponernos en alerta;
nos invita a mirar la propia vida para caminar con paso firme como
discípulo(a) de Jesús.

Señor ayúdanos a preparamos ante el diluvio de la indiferencia


que nos hace vivir superficialmente,
ante el diluvio de la incomprensión,
que nos impide creer en las cosas pequeñas en las que se encuentra Oíos,
ante el diluvio de la fiebre por consumir,
que ya por estas fechas nos inunda y nos seca el corazón,
ante el diluvio del exceso de información y de estímulos,
que nos embotan los sentidos,
ante el diluvio del hiperactivismo,
que no nos deja tiempo ni para amar.
Señor ayúdanos a que velemos,
para que el "ladrón" no nos quite la ocasión de recibirte:
humilde, sencillo, inocente,
como un niño nacido en un establo,
como un trozo de pan en la Eucaristía,
repartiendo vida, en lo más inesperado.
Oración final
Señor Jesús, te damos gracias por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la
voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique
la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como
María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la
Palabra. Tú que vives y reinas...
4. CONTEMPLACIÓN (Contemplatio).
Gusta a Dios internamente en tu corazón:
El adviento es una oportunidad para maravillarnos, poniendo
nuestro corazón a la espera, contemplando quién es Jesús y como
viene a nuestras vidas. En silencio….

5. REFLEXIÓN FRANCISCANA
Esta es la invitación que nos hace san Francisco al
comienzo del Adviento, estar atentos a lo esencial de nuestra
vida y que nada nos impida acoger al Señor que viene a
nosotros:

«Ruego a todos los hermanos que, removido todo


impedimento y pospuesta toda preocupación y solicitud,
del mejor modo que puedan, hagan servir, amar, honrar
y adorar al Señor Dios con corazón limpio y mente pura,
que es lo que él busca sobre todas las cosas; y
hagámosle siempre allí habitación y morada a aquél
que es Señor Dios omnipotente, Padre e Hijo y Espíritu
Santo, que dice: Vigilad y orad en todo momento» (Regla
no bulada, 22).

Ora con San Francisco:


VENGA A NOSOTROS TU REINO: para que reines tú en nosotros por
la gracia y nos hagas llegar a tu reino, donde se halla la visión
manifiesta de ti el perfecto amor a ti, tu dichosa compañía, el gozo de
ti por siempre. (ParPN)

6 – ACCIÓN: ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de su


Palabra?
La vigilancia activa, el compromiso en la vida y la oración constante
son tareas a las que impulsa el adviento. Revisa tu vida, aquellas acciones,
actitudes y sentimientos que brotan de tu corazón: ¿qué puedes fortalecer,
cambiar o comenzar a vivir en este adviento?
Domingo Segundo de Adviento
“Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”.

Invocación al Espíritu
Soplo de vida, que llevas a Ven y anima nuestros corazones
cumplimiento las promesas del con una caridad auténtica.
Dios Amor, Ven, Espíritu,
ven e irrumpe en nuestras vidas, ilumina nuestras mentes,
ahora que nos disponemos serena nuestras entrañas
a esperar. para que te acojamos
Ven y haz que nuestra espera sin temor y nos abramos
sea ardiente. a la Palabra de la Vida,
Ven y sostennos hasta que vuelva que quiere encender las ascuas
Aquel a quien anhelamos. de nuestro espíritu
Ven y apasiona nuestras vidas para que ardamos
mientras Él llega. en la vivencia de la fe.
Amén
1. LECTURA (Lectio). ¿Qué dice la Palabra?
a) Lecturas: Isaías 11,1-10; Salmo 71,1-2.12-13.17; Romanos 15,4-9.
Evangelio Mateo 3, 1-12
Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto
de Judea, predicando: «Convertíos, porque está cerca el
reino de los cielos».
Éste es el que anunció el profeta Isaías, diciendo: “Una voz grita en el
desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”.
Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a
la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda
la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus
pecados; y él los bautizaba en el Jordán.
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les
dijo: «¡Camada de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo
inminente?
Dad el fruto que pide la conversión. Y no os hagáis ilusiones,
pensando: “Abrahán es nuestro padre”, pues os digo que Dios es capaz de
sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la base de los
árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego.
Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene
detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias. Él os
bautizará con Espíritu Santo y fuego.
Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el
granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga».

b) Momentos de silencio orante para que la Palabra de Dios


pueda entrar en nosotros e iluminar nuestras vidas.
Claves del texto:
+ El relato que hoy leemos fluye de manera organizada y didáctica,
como es característico del evangelista Mateo, partiendo de un resumen
inicial que nos dice de dónde y en dónde aparece Juan (primera parte),
ampliando luego con una descripción narrativa su vida (segunda parte) y,
finalmente, presentándonos una pieza de su predicación (tercera parte).
+ Lo que caracteriza a Juan es la predicación (comparece…
“proclamando”). Su tarea: hacer una proclamación pública, personal y de viva
voz. En cuanto “predicador” Juan viene para despertar las conciencias, para
abrir los ojos ante la obra que Dios está haciendo y conseguir que esta obra
sea adecuadamente recibida por corazones dispuestos.
+ El profeta atrae: “acuden a él”. El pueblo busca masivamente a
Juan, tiene éxito consigue movilizar la fe de la gente. El radio de acción de la
predicación de Juan alcanza el mundo urbano de la ciudad (“Jerusalem”),
igualmente toca la población campesina de la provincia (“Judea”) y finalmente
los que comparten su hábitat en los alrededores del Jordán. La predicación
de Juan sobre la conversión era acompañada del bautismo en las aguas
corrientes del rio Jordán. La descripción del evangelista (en tiempo histórico)
deja entender que Juan tuvo éxito en su predicación: fue tomado en serio.
+ El pasaje termina con la predicación de Juan, la cual corre en dos
direcciones:
1) enfatiza el tema de la conversión del pueblo de Dios. los “hijos
de Abraham”. (3,7.10)
2) Anuncia la venida del Mesías, quien superará su predicación
(3,11-12) el tema final de la predicación de Juan es la venida de
Jesús.
2.- MEDITACIÓN (Meditatio). ¿Qué me dice la Palabra?
a) Para profundizar el texto se te proponen las siguientes
preguntas:
1.- El tiempo de adviento nos llama a la conversión. ¿Qué aspectos he
identificado en mí que necesitan conversión? ¿Cómo lo haré?
2.- Juan Bautista es la voz que invita a la conversión. ¿En qué forma
concreta yo puedo también ser esa voz para los demás?
3.- ¿Qué importancia tiene el anuncio de la llegada del Mesías a mi vida?

3. ORACIÓN (Oratio): ¿Qué le digo a Dios con esta Palabra?


Una gracia que debemos pedir al Señor, en este tiempo de Adviento,
es que nos abra los ojos y nos haga ver qué podemos hacer en su servicio y
por el bien de nuestros hermanos. Es la gracia del discernimiento espiritual.
Presenta a Dios lo que hay en tu interior.

Ven, Señor, y conviértenos


de nuestra ceguera para reconocerte,
de nuestra pereza para caminar contigo,
de nuestras excusas para alejarnos de ti

Ven. Señor, y conviértenos


de nuestra sordera a tu Palabra,
de nuestros desplantes injustificados,
de nuestras luchas por los primeros
puestos

Ven, Señor, y conviértenos


de nuestra superficialidad,
de los dioses que nos hemos fabricado,
de la rutina que nos aprisiona.
b) Oración final
Señor Jesús, te damos gracias por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la
voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique
la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como
María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la
Palabra. Tú que vives y reinas...
4. CONTEMPLACIÓN (Contemplatio).
Gusta a Dios internamente en tu corazón:
El desierto es el lugar de la “escucha” donde se atienden, lejanas de
toda distracción, las Palabras de Dios. En este desierto prepárate para
contemplar al Mesías, al Salvador.

5. REFLEXIÓN FRANCISCANA
Francisco como otro Juan Bautista nos llama a todos a la conversión.
7
Y a todos los que quieren servir al Señor Dios… todos los clérigos, todos
los religiosos,…, pobres y necesitados, reyes y príncipes, trabajadores, siervos y
señores, …., laicos,.., todos los niños,…, jóvenes y ancianos, sanos y enfermos, todos
los pequeños y grandes, y todos los pueblos, tribus y lenguas (cf. Ap 7, 9), y todas las
naciones y todos los hombres en cualquier lugar de la tierra, que son y que serán,
humildemente les rogamos y suplicamos todos nosotros, los hermanos menores,
siervos inútiles (Lc 17,10), que todos perseveremos en la verdadera fe y penitencia,
porque de otra manera ninguno puede salvarse.
8
Amemos todos con todo el corazón, toda el alma, toda la mente, toda la
fuerza (cf. Mc 12,30) y fortaleza, con todo el entendimiento (cf. Mc 12,33), con todas las
fuerzas (cf. Lc 10,27),…, con todo el afecto, todas las entrañas, con todos los deseos y
voluntades al Señor Dios (Mc 12,30 par), que nos dio y nos da a todos nosotros todo el
cuerpo, el alma y toda la vida, que nos creó, nos redimió y por sola su misericordia
nos salvará (cf. Tob 13,5), que a nosotros,…, ingratos y malos, nos hizo y nos hace
todo bien. (RnB 23 7-8)
Ora con San Francisco:
VENGA A NOSOTROS TU REINO: para que reines tú en nosotros por
la gracia y nos hagas llegar a tu reino, donde se halla la visión
manifiesta de ti el perfecto amor a ti, tu dichosa compañía, el gozo de
ti por siempre. (ParPN)

6 – ACCIÓN: ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de su Palabra?


El discurso de Juan tiene una frase breve y fuerte con dos partes:
1.- Un imperativo: “Conviértete” es una llamada a tomar distancia
radical de todo lo que hasta ahora me aparta de Dios.
2.- Una clara motivación: “Porque el Reino de los Cielos está cerca”.
La conversión no es para volver atrás, sino para ir más allá, dar pasos hacia
adelante en la dirección del “Reinos” la obra del Dios creador y Señor de la
historia que viene a cumplir sus promesas… ¿de qué manera haces
vida esta invitación del Señor?
Tercer Domingo de Adviento
“Viene uno que es más poderoso que yo”
Invocación al Espíritu
Soplo de vida, que llevas a Ven y anima nuestros corazones
cumplimiento las promesas del con una caridad auténtica.
Dios Amor, Ven, Espíritu,
ven e irrumpe en nuestras vidas, ilumina nuestras mentes,
ahora que nos disponemos serena nuestras entrañas
a esperar. para que te acojamos
Ven y haz que nuestra espera sin temor y nos abramos
sea ardiente. a la Palabra de la Vida,
Ven y sostennos hasta que vuelva que quiere encender las ascuas
Aquel a quien anhelamos. de nuestro espíritu
Ven y apasiona nuestras vidas para que ardamos
mientras Él llega. en la vivencia de la fe.
Amén
1. LECTURA (Lectio). ¿Qué dice la Palabra?
a) Lecturas: Isaías 35, 1-6a.10 ; Salmo 145, 6-10 ; Santiago 5, 7-10;
Evangelio Mateo 11, 2-11
En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del
Mesías, le mandó a preguntar por medio de sus discípulos: «¿Eres tú el que
ha de venir o tenemos que esperar a otro?»
Jesús les respondió: «Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y
oyendo: los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y
los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el
Evangelio. ¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!»
Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan: «¿Qué
salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿0 qué
fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo?
Los que visten con lujo habitan en los palacios.
Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta?
Sí, os digo, y más que profeta; él es de quien está escrito: “Yo envío mi
mensajero delante de ti, para que prepare el camino ante ti”. Os aseguro que
no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más
pequeño en el reino de los cielos es más grande que él».
c) Momentos de silencio orante para que la Palabra de Dios pueda
entrar en nosotros e iluminar nuestras vidas.

Claves del texto.


+ El pasaje que nos corresponde meditar hoy es un extracto de una sección
más amplia que abarca Mt 11,2-19 y se puede clasificar en dos partes:
a) Juan Bautista interroga a Jesús: “¿Eres tú el que ha de venir, o debemos
esperar a otro?”; Jesús responde sobre sus obras (11,2-6)
b) Jesús se pronuncia sobre Juan Bautista: “Se puso a hablar de Juan a la
gente” (11,7-11)
+ Por decisión del rey Herodes Antipas, Juan Bautista ha ido a la cárcel y está
encadenado (ver 14,3), a causa de sus palabras francas, de su actitud
firme y por la fidelidad al mensaje de conversión que le fue encomendado
de lo alto. Como profeta no da marcha atrás a pesar de las amenazas
contra su vida. A partir de su situación personal y de su conocimiento de
las acciones de Jesús, Juan formula la pregunta decisiva, que desde
entonces continúa siendo repetida muchas veces: ¿Quién eres tú?
+ Jesús toma la palabra. No da una respuesta clara y directa a los discípulos
del Bautista que le fueron enviados el “sí” o el “no” esperado- sino
que toma otra ruta. Su respuesta comienza con un doble imperativo:
“Id a contar”. Los discípulos de Juan “enviados” se convierten
nuevamente en “enviados”, pero esta vez de parte de Jesús. Las
“obras” de Jesús son leídas desde la Palabra de Dios, y al revés, la
Palabra de Dios se verifica en su cumplimiento en las obras de Jesús.
+ Nos detenemos en la última frase con la mirada a los “pequeños” del Reino.
En Mateo son los discípulos que, insertos en la novedad del Reino
mediante el seguimiento, están creciendo en la vida de Jesús. Jesús dice
expresamente “el más pequeño”, como quien dice “el más humilde”. Por
el solo hecho de haber de haber pasado el umbral de los nuevos tiempos,
el discípulo más sencillo del mundo puede considerarse afortunado (ver
13,16-17), ya que tiene el privilegio de saborear lo nuevo de Dios revelado
en la obra de Jesús: la maravillosa comunión con el “Dios-con-nosotros”,
el redentor de los necesitados, el mediador del señorío de Dios, aquel
inigualable a quien el Bautista le preparó el camino.
2.- MEDITACIÓN (Meditatio). ¿Qué me dice la Palabra?
Para profundizar el texto se te proponen las siguientes preguntas:
- ¿En qué aspectos, actitudes y obras concreto la misericordia, la acogida, el
amor y el perdón hacia los demás?
- ¿Pido justicia para mí antes de yo ofrecerla?
- ¿Hay alguna actitud en mí que necesite ser curada? ¿Cuál?
- ¿En qué se distinguirá este adviento de todos aquellos que he vivido?

3. ORACIÓN (Oratio): ¿Qué le digo a Dios con esta Palabra?


Cuando aparece Juan, es claro que la venida del Mesías ya es
inminente. El hecho de ir “delante” hace que todos enseguida apunten su
mirada hacia el momento culminante de la historia de la salvación: el Mesías
que viene en “camino”. A este Mesías preséntale lo que hay en tu corazón.
Señor, mientras te esperamos…
 danos la gracia de la oración…
 derrama en nosotros tu Espíritu Santo…
 danos un corazón atento y disponible a tu voz…
 concédenos la gracia de escuchar tu Palabra…
 danos sed insaciable de ti…
 haz que te busquemos y te encontremos, vivo y presente en los demás..
 transforma nuestra vida y llénanos de ti…
 ven en nuestra ayuda y haz que nos acerquemos a ti…
 haz que estemos atentos y pendientes de tu Palabra…
 haz que nuestro corazón sea dócil a tu acción en nosotros…
 danos la gracia de encontrarte vivo y presente en tu Palabra…
 haz que Tú seas todo para nosotros…
 haz que en encontremos en ti vida y salvación…
 haz que Tu Navidad, sea también la nuestra…

b) Oración final
Señor Jesús, te damos gracias por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la
voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique
la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como
María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la
Palabra. Tú que vives y reinas...
4. CONTEMPLACIÓN (Contemplatio). Gusta a Dios
internamente en tu corazón:
En sintonía con todo lo que has orado, preséntate ante el Mesías y ante Dios
como un servidor/a, un discípulo/a que desea dejarse formar, para convertirse
de corazón. Pon atención a lo que Dios te quiere decir haciendo silencio.

5. REFLEXIÓN FRANCISCANA
Francisco nos invita a la escucha atenta del Evangelio
y a hacerlo vida, a esperarlo todo del encuentro con Jesús
que viene a nosotros…
5
Oíd, señores hijos y hermanos míos, y prestad oídos a mis palabras
6
(Hch 2,14). Inclinad el oído (Is 55,3) de vuestro corazón y obedeced a la voz del
Hijo de Dios. 7Guardad en todo vuestro corazón sus mandamientos y cumplid
perfectamente sus consejos. 8Confesadlo, porque es bueno (Sal 135,1), y
ensalzadlo en vuestras obras (Tob 13,6); 9porque por esa razón os ha enviado al
mundo entero, para que de palabra y de obra deis testimonio de su voz y
hagáis saber a todos que no hay omnipotente sino él (cf. Tob 13,4). 10Perseverad
en la disciplina (Heb 12,7) y en la santa obediencia, y lo que le prometisteis con
bueno y firme propósito cumplidlo. 11Como a hijos se nos ofrece el Señor Dios
(Heb 12,7). (CtaO 5-11)

Ora con San Francisco:


VENGA A NOSOTROS TU REINO: para que reines tú en nosotros por
la gracia y nos hagas llegar a tu reino, donde se halla la visión
manifiesta de ti el perfecto amor a ti, tu dichosa compañía, el gozo de
ti por siempre. (ParPN)

6 – ACCIÓN: ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de su


Palabra?

Los discípulos de Juan pueden ver en vivo y en directo la realización


de la esperanza. Dios ha venido y está salvando a su pueblo. ¿De qué manera
yo me comprometo a trabajar para edificar el Reino de Dios?
Cuarto Domingo de Adviento
“Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David”. Mt 1, 18-24

Invocación al Espíritu
Soplo de vida, que llevas a Ven y anima nuestros corazones
cumplimiento las promesas del con una caridad auténtica.
Dios Amor, Ven, Espíritu,
ven e irrumpe en nuestras vidas, ilumina nuestras mentes,
ahora que nos disponemos serena nuestras entrañas
a esperar. para que te acojamos
Ven y haz que nuestra espera sin temor y nos abramos
sea ardiente. a la Palabra de la Vida,
Ven y sostennos hasta que vuelva que quiere encender las ascuas
Aquel a quien anhelamos. de nuestro espíritu
Ven y apasiona nuestras vidas para que ardamos
mientras Él llega. en la vivencia de la fe.
Amén
1. LECTURA (Lectio). ¿Qué dice la Palabra?
a) Lecturas: Isaías 7, 10-14; Salmo 23, 1-6; Romanos 1, 1-7;

Evangelio Mateo 1, 18-24


El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir
juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió
repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se
le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer,
porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz
un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su
pueblo de los pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el
Profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá
por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”».
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y
se llevó a casa a su mujer.
b) Momentos de silencio orante para que la Palabra de Dios
pueda entrar en nosotros e iluminar nuestras vidas.
c) Claves del texto.
+ Cuando Mateo comienza el texto señala: “este fue el origen de Jesucristo”.
Con esta expresión quiere precisar que ese el momento en que el Hijo de
Dios se encarna, es decir, irrumpe en la historia como Jesús. Así, no sólo es el
Hijo de Dios, sino también de María, por obra del Espíritu Santo. Éste es su
origen directo, pero Mateo, al comienzo del capítulo (1, 1-17) muestra el
árbol genealógico de Jesús que llega hasta el padre del pueblo: Abraham. De
este modo, se nos quiere mostrar que el origen de Jesús no es únicamente
consecuencia de generaciones históricas, sino que en primer lugar, tiene su
origen en la acción de Dios mismo que ha querido enviar a su Hijo al mundo.

+ Otro aspecto importante, es que en la genealogía, Mateo escribe: “Jacob


engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo”
(1, 16). Ya queda claro que el Hijo no es engendrado por José, solo se dice
que nació de María. Luego, esto es aclarado al afirmarse que: “María concibió
su hijo por obra del Espíritu Santo”. Aunque José no sea el padre biológico, sí
tiene un rol importante que desempeñar. Por eso Dios mismo interviene, a
través del ángel, para cambiar sus planes de abandonar a María. Que quisiera
abandonarla era comprensible para la época ya que la declaración pública del
matrimonio era el comienzo real del matrimonio y aunque la mujer siguiera
viviendo con sus padres, debía fidelidad plena a su ya considerado esposo.
Por esto, si la esposa en este período se comportaba, en materia sexual, de
forma ajena de su condición, era considerada adúltera y se hacía entonces un
proceso jurídico similar al divorcio: el procedimiento llamado “repudio” que
era público. En este contexto, se encuentra José con la noticia de que María,
antes de iniciar la vida conyugal común, estaba embarazada. Pero como José
era un hombre “justo”, decidió abandonarla (repudiarla) en secreto, aunque
él no sabía todavía que el hijo que esperaba María era de origen divino.
+ Después de escuchar el anuncio que le realiza el ángel, José se decide
confiado a ponerse al servicio de Dios. En primer lugar, acoge a María como
esposa; y en segundo lugar, adopta como hijo a quien nacerá de María y le
pone por nombre Jesús, tal como el ángel se lo había dicho.
De este modo, José obedece la Palabra de Dios, y con su actitud nos
mostró que la voluntad de Dios siempre es realizable con confianza absoluta
y disposición.

2.- MEDITACIÓN (Meditatio). ¿Qué me dice la Palabra?

- ¿Cómo estoy viviendo mi confianza en las personas que me rodean? ¿Cómo


está mi confianza en Dios?
- José pudo decidir porque escuchó la Palabra de Dios, ¿De qué depende mi
toma de decisiones hoy?, ¿por qué cosas me guío para decidir?
- ¿Sé lo que Dios me confía hoy como misión?, ¿Estoy dispuesta(o) a acoger y
vivir lo que me pide?

- ¿Conozco lo que habita en mi interior? ¿Es más importante lo externo que


mi interioridad?

3. ORACIÓN (Oratio): ¿Qué le digo a Dios con esta Palabra?


¿Qué provoca en ti el evangelio de hoy?, ¿qué mueve en tu corazón?
Dialoga con Dios.
Señor, Tú estás con nosotros. Caminas a nuestro lado... aunque no te veamos... aunque
a veces no queramos verte.
Danos, oh Padre, la humildad para reconocerte en nuestros hermanos y haz que en esta
Navidad no levantemos la vista para buscarte en el cielo, sino la abajemos para verte
dormido en el pesebre donde reposa la pobreza de los más necesitados, la soledad de los
ancianos, el dolor de los enfermos, la oscuridad de los que no te conocen...

b) Oración final Jesús, sabemos que estás cerca,


queremos preparar tu venida.
Señor Jesús, te damos gracias por
Cura las parálisis de nuestro espíritu,
tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la
esas que nos acechan y no nos dejan
voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu abrirte nuestro corazón de par en par.
ilumine nuestras acciones y nos comunique Jesús, auméntanos la fe,
la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos danos en este Adviento
ha hecho ver. Haz que nosotros como la capacidad de ponernos
María, tu Madre, podamos no sólo al servicio de los hermanos
escuchar, sino también poner en práctica la más débiles y pequeños,
Palabra. Tú que vives y reinas... como Tú hiciste en tu vida.
4. CONTEMPLACIÓN (Contemplatio).
Gusta a Dios internamente en tu corazón:
Al terminar el sueño, no leemos ninguna palabra de José.
Seguramente, al despertar, él se quedó contemplando el anuncio que había
recibido, su corazón se debe haber vuelto hacia Dios completamente. Intenta
realizar lo mismo en silencio.

5. REFLEXIÓN FRANCISCANA
Francisco nos invita a meditar en el misterio de la Encarnación, en
Dios que viene a nosotros y se hace pobreza y pequeñez en el seno humilde
de María.

[La Palabra del Padre encarnada: el Señor Jesucristo]


4
El altísimo Padre anunció desde el cielo, por medio de su santo ángel
Gabriel, esta Palabra del Padre, tan digna, tan santa y gloriosa, en el
seno de la santa y gloriosa Virgen María, de cuyo seno recibió la
verdadera carne de nuestra humanidad y fragilidad. 5Él, siendo rico (2
Cor 8,9), quiso sobre todas las cosas elegir, con la beatísima Virgen, su
Madre, la pobreza en el mundo… (CtaF2)

Ora con San Francisco:


VENGA A NOSOTROS TU REINO: para que reines tú en nosotros por
la gracia y nos hagas llegar a tu reino, donde se halla la visión
manifiesta de ti el perfecto amor a ti, tu dichosa compañía, el gozo de
ti por siempre. (ParPN)

6 – ACCIÓN: ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de su


Palabra?
José respondió con su vida a la misión que Dios le confiaba. ¿Qué acciones
concretas pueden ser respuesta a lo que Dios te confía hoy en tu vida?

Signo para llevar a la vida: El nacimiento de Jesús está próximo, su


presencia es un nuevo misterio para nuestra fe. Pero, el Emanuel, Dios con
nosotros, lo encontramos de manera perfecta en la Eucaristía. Piensa de qué
manera puedes hacer presente al “Dios con nosotros” dentro de tu círculo
más cercano con actitudes concretas.

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