DAMA DE ELCHE

Es una obra escultórica que pertenece a la cultura ibera, cultura datada en el primer

No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
milenio antes de la era común que probablemente fue el resultado de la mezcla de
pueblos autóctonos con pueblos colonizadores.
La cultura ibera es la que se desarrolló sobre todo en la zona levante y sur de la
península. Se situaban cerca de las costas para poder mantener contactos comerciales
con otros pueblos. Además trabajó el hierro, la forma de urbanizar sus poblados, el
uso de la moneda, la fabricación de cerámica, el uso de la escritura y los modelos
estéticos de sus obras de arte.
Su estructura social era más compleja que la celta, ya que, existían grupos sociales
con formas de poder monárquico.
Sabemos de la existencia de santuarios en zonas montañosas alejadas, donde se
encontraron numerosas figurillas utilizadas como ofrenda.
En el Cerrillo Blanco de Porcuna en Jaén se encontraron más de 40 esculturas iberas,

Reservados todos los derechos.

tratándose probablemente de ofrendas colocadas en lugares sagrados. El conjunto de
Porcuna es un ejemplo de influencia griega sobre la cultura ibera.
En Osuna se han hallado grandes cantidades de relieves iberos que representan
principalmente escenas de lucha e instrumentos musicales.
La Dama de Elche es un busto de 56 centímetros de altura, datada en el siglo IV a.C.
y esculpida en piedra caliza. Se encontró por casualidad en la ciudad de Elche. Se
piensa que el busto fue segmentado de una estatua de cuerpo entero ya que el corte
no es regular. Según lo poco que ha podido saberse del contexto arqueológico, se
hallaba en un nivel tardío, quizá romano republicano.
En la parte posterior del busto encontramos una oquedad cuya función ha sido
definida como contenedora de las cenizas y restos quemados de un ser humano. Se
ha sabido que es una urna funeraria gracias a la Dama de Baza que también presenta
un oquedad.
La Dama de Elche fue vendida al museo del Louvre por 3.000 pesetas pero con el
paso de los años terminaron devolviéndola a España y ahora se puede ver en el
Museo Arqueológico Nacional de España en Madrid.
El busto representa a una Dama ricamente arreglada, con joyas que nos hacen
recordar las halladas en el Tesoro de Aliseda. Todo está representado hasta el más
mínimo detalle.
Va vestida con tres prendas: una fina túnica, sobre ella un vestido que se ve terciado
sobre el pecho y por encima de todo, un manto de tela gruesa. El manto exterior se
abre en pliegues triangulares para que se puedan ver todas las joyas que lleva la
Dama. Estos ropajes nos da una idea de como podía vestir la mujer íbera.
La Dama presenta un tocado suntuoso en el que destacan a ambos lados del rostro
dos grandes rodetes, probables estuches metálicos que encerrarían el cabello
trenzado y recogido en espiral. Junto al rostro cuelgan unos adornos de los que
cuelgan varios cordones largos rematados en sus extremos por colgantes con forma
de anforilla. Además está coronada con un tocado que en su parte superior y posterior
conserva policromía.
Lo más atrayente de esta Dama son sin duda sus ojos almendrados, frente a los ojos
redondos del resto de las Damas ibéricas, un tratamiento completamente diferente
que nos recuerda a las Korai griegas.