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I. INTRODUCCION AL ESTUDIO DE CASOS.

El tema tratará de COVID-19 en que ha cambiado drá sticamente la manera como


vivimos también de la humanidad que ha tenido que adaptarse a nuevas formas de
interacció n que incorporen el llamado distanciamiento social. El sector educativo no
ha sido ajeno a estos cambios y la continuidad del proceso educativo enfrenta grandes
retos en los ú ltimos meses, hemos venido recogiendo experiencias y aprendizajes muy
valiosos que nos han orientado sobre có mo seguir acompañ ando a las familias de
nuestra comunidad, conservando está ndares de calidad y nuestra oferta de valor.

Estamos convencidos de que está afectando aú n la vida de las personas como también
de los demá s jó venes que estudiaban ya que es una situació n en la que afectó un añ o y
varios meses al sector de la educació n Y lo má s importante, có mo les ha afectado a los
estudiantes y al aprendizaje ya que para los alumnos fue complicado comprender la
situació n generada por el covid-19 ya que se suspendieron las clases presenciales fue
un gran obstá culo para muchos era difícil, pero los má s afectados en esta ocasió n
fueron los niñ os y jó venes por la pandemia, debido a que su educació n será distinta y
tendrá n distintos niveles de aprendizaje que los grupos anteriores. sin embargo, se
buscó la mejor forma para que tanto los niñ os, jó venes y todos los estudiantes no
arriesgaran su salud, y así mismo se iniciaron las clases virtuales son pocos los
estudiantes que se conectaban por motivo de la tecnología ya que algunos estudiantes
no contaban con mó vil, ningú n país ni persona estaba preparada para recibir una
enfermedad que se convirtiera en una pandemia. Han dejado de socializar, han dejado
de asistir a la escuela, han dejado de desarrollar algunos aprendizajes. Para entender
de mejor forma las consecuencias tan graves que la pandemia ha tenido sobre los
sistemas educativos del mundo.

El covid_19 es mucho má s que una crisis de salud pues afecta a las sociedades y
economizases una enfermedad que va de un resfriado comú n hasta manifestaciones
clínicas má s severas como el síndrome respiratorio por el coronavirus esta
enfermedad por motivo de contagio Ha dejado de socializar, han dejado de asistir a la
escuela, han dejado de desarrollar algunos aprendizajes y competencia.
JUSTIFICACIONES DE ESTUDIO DE CASOS.

La principal importancia en realizar esta investigació n es con el fin de adquirir


conocimientos para que los docentes mejoren la enseñ anza virtual y los alumnos en
facilitar su aprendizaje, ya que es importante conocer el cambio actual que el covid-19
ha dejado en nuestro mundo. Donde un gran impacto es el cierre de escuelas y el
inicio de las clases en línea, el cual para los docentes ha sido difícil ya que, no cumplen
sus objetivos de enseñ anza y los alumnos pierden el interés en aprender.
Principalmente, se debe investigar sobre los impactos que se han vivido en la
educació n superior para descubrir la nueva forma de enseñ anza y aprendizaje, con el
objetivo de conocer qué herramientas son correctas.

Los principales beneficiados de esta investigació n son los docentes, los alumnos, la
sociedad, las instituciones escolares y ademá s de los futuros docentes que se han
estado preparando durante la pandemia. Si bien muchas escuelas han reabierto, la
transformació n digital de la educació n está en continua aceleració n.

Un nú mero creciente de instancias de enseñ anza y aprendizaje se traslada a espacios


virtuales. En este nuevo contexto, las tecnologías conectadas deben promover las
aspiraciones de una educació n inclusiva, que facilite el desarrollo sostenible basado
en los principios de justicia social y econó mica, equidad y respeto de los derechos
humanos.

Hay cada vez má s señ ales que indican que la transformació n digital de la educació n
implica desafíos a menudo subestimados. Los docentes, los alumnos y los encargados
de formular políticas han sido testigos de todas las maneras que se utilizan para
aumentar la desigualdad educativa, incrementar el aislamiento de los alumnos, limitar
y privatizar las experiencias educativas, homogeneizar el aprendizaje y la enseñ anza,
atentar contra la autonomía profesional de los docentes, producir un impacto
ambiental dañ ino, violar la privacidad y la confianza y consolidar el poder y el control
fuera del escrutinio pú blico.
METODOOGIA.
El estudio es de enfoque cualitativo, dirigido al pensamiento sobre un tema social,
ademá s se utilizó , el método descriptivo con un diseñ o de investigació n de campo
pues se trasladó al lugar los hechos, se consideró aplicar una entrevista
semiestructurada como técnica para la recolecció n de datos que fue aplicado por los
estudiantes de quinto bachillerato.
Antecedentes
Guatemala enfrentó y enfrenta la pandemia con tan poco en previsió n; no cuenta con
estrategias claras para llevar a cabo la vacunació n de forma ordena para inmunizar a
la mayor cantidad de personas, y tampoco con estrategias educativas para reforzar la
educació n en el país. Robert Jenkins, visitó Guatemala para evaluar la situació n de la
educació n en el país, donde la pandemia ha mantenido fuera de las aulas a miles de
estudiantes por má s de dos añ os, y enfatizó que es urgente atender a los niñ os “má s
marginados. La visita de Jenkins coincidió con la presentació n de informe de
Unicef “¿Está n aprendiendo realmente los niñ os?” que alertó de “los graves retrocesos
en materia de educació n que se acumulan en muchos países tras dos añ os de
pandemia, con horas y horas de clase perdidas y millones de niñ os en el mundo que
aú n no han vuelto totalmente a las aulas.

Dicho estudio analiza el impacto educativo del covid-19 en 23 países pobres y de


ingresos medios (donde viven unos 405 millones de niñ os en edad escolar) y concluye
que, si no se toman medidas, la educació n en muchos lugares puede pasar de ser “el
gran nivelador” a crear la “gran divisió n” entre los niñ os que tienen un aprendizaje
adecuado y los que no. Cuando los niñ os no pueden interactuar con sus maestros y
compañ eros directamente, su aprendizaje sufre. Cuando no pueden interactuar con
sus maestros y compañ eros de ninguna manera, la pérdida puede convertirse en
permanente”, advirtió en un comunicado la directora ejecutiva de Unicef, Catherine
Russell.

De esa cuenta, la visita del alto funcionario de la agencia de la Organizació n de las


Naciones Unidas (ONU) a Guatemala se centró en conocer la realidad que viven miles
de niñ os y adolescentes que se han alejado de las aulas desde marzo de 2020, cuando
las clases presenciales quedaron suspendidas a causas de la pandemia, es importante
llegar a los niñ os má s marginados, ya que se han visto afectados de manera
desproporcionada. Ha sido bueno ver iniciativas para permitir que los niñ os se que sí
continuaron con las clases durante la pandemia.
Segú n sus autores, en los países analizados el ritmo de progreso es ahora mismo tan
lento que llevaría siete añ os para la mayor parte de los alumnos adquirir los niveles
bá sicos de lectura que deberían aprenderse en dos añ os. En los 32 países que se
estudiaron, un cuarto de los alumnos de octavo curso -alrededor de 14 añ os- no tenía
los niveles de lectura esperados para un estudiante de segundo curso. Mientras, má s
de la mitad no alcanzaba el nivel de matemá ticas que se espera para ese segundo
curso, cuando los alumnos tienen unos 7 añ os. Ahora que la pandemia entra en su
tercer añ o, no podemos permitirnos volver a algo ‘normal’. 

Necesitamos una nueva normalidad: tener a los niñ os en las aulas, analizar dó nde
está n en su aprendizaje, darles el apoyo intensivo que necesitan para recuperar lo que
han perdido y asegurar que los maestros tienen la preparació n y los recursos que
necesitan. Mientras má s tiempo estén cerradas las escuelas, menor será el
rendimiento de los estudiantes, Pero en Guatemala, la cifra era má s dramá tica, pues

siete de cada diez alumnos se encontraban en esa condició n.

Con el cierre de los centros educativos esta brecha se hace má s grande, de acuerdo con el
informe Actuemos ya para proteger el capital humano de nuestros niñ os: Los costos y la
respuesta ante el impacto pongan al día con su aprendizaje y también brindar un apoyo
integral a los niñ os a medida que regresan a las escuelas.

También es bueno ver enfoques integrados que incluyen alimentació n escolar, agua y
saneamiento y otros servicios clave en la escuela, habilitar caminos flexibles para que
los adolescentes continú en aprendiendo fue muy impresionante. Claramente, los
niñ os tienen metas claras y ambiciosas.

En qué millones de niñ os han perdido en los ú ltimos dos añ os má s de la mitad de las
horas lectivas en persona y que, con 23 países donde los centros aú n no han reabierto
totalmente, el riesgo de abandono escolar se está disparando, Segú n datos
recopilados, un 43 % de los alumnos nunca volvieron a las clases cuando estas se
reabrieron en diciembre de 2020 tras meses cerradas. Unicef subrayó que los niñ os no
escolarizados tienden a convertirse en las personas má s vulnerables y marginadas de
la sociedad, el estudio, ademá s, llama la atenció n sobre el bajo nivel de aprendizaje de
muchos de los estudiantes de la pandemia del covid-19 en el sector educativo de
América Latina y el Caribe, elaborado por el Banco Mundial, que analiza la situació n en
Latinoamérica y plantea varios escenarios segú n el tiempo que las escuelas han
permanecido cerradas. Los países con un impacto inferior son aquellos que previo a la
emergencia tenían un porcentaje menor de estudiantes que no alcanzaban el nivel
mínimo de rendimiento.
En Guatemala el 70 por ciento de los estudiantes no lograba el mínimo ante del covid-
19, y en el supuesto de siete meses con las escuelas cerradas por la emergencia, como
plantea el informe, serían ocho de cada diez los que tendrían un bajo rendimiento.
Pero hay un escenario má s pesimista, uno en el que los centros educativos
permanecen cerrados por 13 meses, en este panorama la cifra subiría a nueve.

Fue el 16 de marzo del 2020 que las autoridades de Educació n tomaron la decisió n de
cerrar los centros educativos debido a que días antes se detectó el primer caso de
covid-19 en el país, y se comenzó con la estrategia de educació n a distancia.

El añ o culminó de esa manera, y para el sector privado fueron siete meses sin que los
niñ os y jó venes asistieran a las aulas, mientras que para el sector pú blico la medida se
extendió un mes má s el presente ciclo escolar se inició con la modalidad híbrida -
clases presenciales y en casa-, pero solo aquellos establecimientos que se encontrará n
en municipios donde la alerta sanitaria se mantuviera en anaranjado y amarillo; sin
embargo, el aumento de contagio del coronavirus obligó a un cambio en las directrices
del Ministerio de Educació n (Mineduc), y ahora ú nicamente los establecimientos que
demuestren que tienen las condiciones para recibir a los alumnos en un ambiente
seguro para evitar el contagio del covid-19 pueden adoptar el modelo híbrido.

El viceministro Administrativo del Mineduc, É rick Mazariegos, dijo el lunes pasado en


conferencia de prensa que hay 13 mil 882 mil establecimientos en alerta amarilla, y 21
mil 833 naranja. No se tiene certeza de cuá ntos tienen la infraestructura adecuada y
cumplen con las condiciones sanitarias establecidas por el Ministerio de Salud para
que los estudiantes retornen a las aulas, Entonces, los centros educativos podrían
permanecer cerrados por má s tiempo.

El informe señ ala que antes de la aparició n del covid-19 en Latinoamérica y el Caribe
el 55 por ciento de los alumnos se encontraba por debajo del nivel mínimo de
rendimiento, lo cual era ya un porcentaje alto, y que aumentaría al 71 por ciento si las
escuelas se cerraban por 10 meses, y si la situació n se extendía a otros tres meses,
entonces, se llegaría al 77 por ciento.

“Las pérdidas de aprendizaje en los países de bajo rendimiento representaría un gran


impedimento para que los alumnos desarrollen habilidades bá sicas/fundamentales”,
dice el documento, por lo que el impacto para Guatemala sería mayor, pues está entre
los países que está n por debajo del umbral, junto a Repú blica Dominicana, Honduras y
Paraguay, y los centros educativos no han abierto del todo sus puertas a los
estudiantes. En cuanto a la pérdida del aprendizaje, añ ade que podrían representar
hasta el 88 por ciento de lo que los estudiantes aprenden en un añ o escolar promedio.

Los grandes desafíos de la educació n en Guatemala Se destaca en el informe que son


los estudiantes menos privilegiados los que tiene un mayor atraso, por varias razones,
como el limitado acceso y la participació n efectiva en la educació n a distancia, que
pasa con la falta de recursos digitales, así como el apoyo de los padres de familia y las
dificultades econó micas que enfrentan en los hogares.

En Perú , que aú n está en mejores condiciones que Guatemala, el aprendizaje en los


estudiantes de bajos recursos podrían reducirse un siete por ciento, comparado con
aquellos cuyas familias tienen mejores ingresos. Si bien los esfuerzos de los países van
encaminados a una educació n a distancia como una solució n al cierre de las escuelas
por la pandemia, Orozco director se refiere que la mayoría de las instituciones y de los
docentes no estaban preparadas del todo para dar ese paso, y lo que se hizo fue
trasladar el modelo presencial a una modalidad a distancia, lo que falta perfeccionar.
El problema en Guatemala es que no tenemos un ú nico modelo de educació n a
distancia, señ ala, má s bien hay multimodales -educació n por TV, radio, web y guías
impresas-, y eso dificulta enfocar esfuerzos y perfeccionarse en uno ellos, y hasta
ahora cada docente ha trabajado segú n sus posibilidades. A esto se añ ade que la
mayoría de la població n estudiantil está en primaria, en el sector oficial y en zonas
remotas, donde la conectividad es débil. “El modelo de guías impresas que se está
tratando de llevar obviamente es un paliativo, pero no suplirá lo que supone la
presencialidad. Deserció n escolar impacta mayormente en la secundaria, Jorge Andrés
Gá lvez, director del Centro de Investigaciones Educativas de la Universidad del Valle
de Guatemala (UVA), indica que conforme má s tiempo pasen los establecimientos
educativos cerrados y las clases presenciales sigan suspendidas el impacto en la
pérdida del aprendizaje de los estudiantes será mayor.

La baja conectividad es uno de los obstá culos para la educació n a distancia en


Guatemala, los estudiantes del á rea rural son los má s afectados. A como está
estructurada nuestra educació n, que es escalonada, si se pierde un añ o, no solo será
un niñ o el que repita el añ o, sino toda una cohorte que pasará de grado sin aprender
lo que tenía que haber aprendido, que son los cimientos para lo que viene después.

Entre má s tiempo estén los estudiantes fuera de las aulas también aumentará el
desencanto por una educació n de calidad. “Entre má s tiempo pasa habrá má s
abandono escolar, má s estrés docente y de los padres de familia que tienen estar con
sus hijos -educació n en casa- o ver con quién los dejan -educació n presencial-. Hay un
mayor agotamiento de todos.

La emergencia del covid-19 llevó a una educació n remota de emergencia sin que nadie
supiera a ciencia a cierta có mo implementarla, sin embargo, si la emergencia sanitaria
continua habrá que perfeccionar este modelo de educació n, por otro lado, si se regresa
a la normalidad, lo esencial será trabajar con las cohortes para nivelar su
conocimiento. Pero también será necesario “priorizar”, pues hay materias y
disciplinas que pueden trabajarse mejor de manera presencial, como en el caso de
Matemá tica y Química, por ser má s complejas, y son precisamente estas, las de
Cnprá ctico, científico y numérico, las que tendrá n un mayor rezago, menciona el
director del departamento de Educació n de la URL.

Ante este aprendizaje lento será vital que los establecimientos educativos hagan
evaluaciones diagnó sticas a sus estudiantes, principalmente en á reas que son
prerrequisito para los siguientes añ os, y reforzarlas, para poder reforzar los puntos
débiles, habrá que evaluar lo que funcionó el añ o pasado y lo que no, y hacer los
ajustes necesarios. Ademá s de fortalecer a los docentes para mejorar sus destrezas de
educació n en modalidad a distancia, ya sea virtual o de manera impresa. Es buen
momento para mejorar el modelo de enseñ anza, pero también el de evaluació n, pues
no se puede evaluar de la misma manera có mo se hace con las clases presenciales.

Sin duda, hay puntos que afinar en el modelo de educació n a distancia que se puso en
marcha en el país, pero hasta ahora se logró desarrollar la autonomía en los
estudiantes, ademá s del involucramiento de los padres en la educació n.
OBJETIVOS.

Objetivo general:

Fortalecer la capacidad de la comunidad educativa para realizar acciones y adoptar


medidas que prevengan y mitiguen las situaciones de riesgo, así como, para preparar
y responder ante eventos adversos a fin de salvaguardar la vida de la població n
estudiantil y los bienes del centro.

Objetivos específicos

*Identificar los riesgos y amenazas del centro educativo y su entorno, a fin de realizar
las acciones necesarias para reducirlos o eliminarlos

*Procurar la continuidad de los aprendizajes de todos los estudiantes con el apoyo de


la familia y de materiales educativos pertinentes

*Promover el autocuidado y la resiliencia en la comunidad educativa como medida de


protecció n ante la pandemia del coronavirus (COVID–19)
Planteamientos del tema
La pandemia del covid-19 nos afectó brutalmente ya que por medio del covid-19 se
suspendieron las clases de dichos lugares del tumbador que se utilizó modalidades en
línea que para los estudiantes era complicado comprender los temas dados. El
coronavirus trajo una serie de desafíos en todos los á mbitos, y el sector má s afectado
es el de la educació n, ya que un factor muy importante es la presencia de los
estudiantes en las aulas. No es lo mismo entregar educació n a distancia o vía online Si
ya existían diferencias formas educativas, en tiempos de pandemia se ha vuelto mucho
má s difícil, han salido a la luz diferencias no vistas o no resueltas. Los má s vulnerables
se han visto má s afectados a nivel mundial, ya que el confinamiento no les ha
permitido recibir otras ayudas necesarias que les brinda la escuela, como
alimentació n, salud y apoyo emocional.

La mayoría de los países han suspendido las clases presenciales, con las debidas
consecuencias que ello conlleva, tanto econó micas como sociales , lo que se ha visto
afectado es: recibir el debido aprendizaje, insuficiente alimentació n, falta de
preparació n de los padres para la enseñ anza a distancia o desde la casa, acceso
desigual a las plataformas de aprendizaje digital, insuficiencias en materia de cuidado
de los niñ os, costos econó micos elevados, incidencia mecá nica en el sistema de salud,
aumento de la presió n para los centros escolares que permanecen abiertos y
tendencia al incremento de las tasas de abandono escolar . la institució n escolar juega
un rol social insustituible en el reconocimiento y compensació n de las diferencias de
origen. Es la herramienta má s poderosa para reducir las desigualdades por muy malo
que sea un sistema educativo, es mucho mejor que si no lo hubiera y con el cierre de
las escuelas este sistema queda en su mínima expresió n.

Con la educació n a distancia, muchos niñ os con capacidades diferentes quedan


marginados, ya sea porque no tienen las destrezas o no está n preparados en el uso de
los dispositivos digitales o porque los programas no son accesibles para ellos, ya que
muchos requieren enseñ anza personalizada y apoyo de profesionales especializados.
Otro grupo que se ha visto muy afectado es el de las familias con menor nivel
socioeconó mico. Generalmente, para este grupo de estudiantes, la escuela es su ú nica
salida, la ú nica vía de ejercer su derecho a la educació n.

La educació n a distancia es solo para algunos, para los que tienen mejores recursos
econó micos, ya que eso les permite tener mejores equipos y acceso a internet en casa.
En la otra vereda está n los que no tienen esos recursos y que no pueden beneficiarse
de esa opció n. No debemos olvidar que hoy en día aú n hay muchos hogares que no
disponen de electricida.

La principal importancia en realizar esta investigació n es con el fin de adquirir


conocimientos para que los docentes mejoren la enseñ anza virtual y los alumnos en
facilitar su aprendizaje, ya que es importante conocer el cambio actual que el covid-19
ha dejado en nuestro mundo. Donde un gran impacto es el cierre de escuelas y el inicio
de las clases en línea, el cual para los docentes ha sido difícil ya que, no cumplen sus
objetivos de enseñ anza y los alumnos pierden el interés en aprender. Principalmente,
se debe investigar sobre los impactos que se han vivido en la educació n superior para
descubrir la nueva forma de enseñ anza y aprendizaje, con el objetivo de conocer qué
herramientas son correctas.

Los principales beneficiados de esta investigació n son los docentes, los alumnos, la
sociedad, las instituciones escolares y ademá s de los futuros docentes que se han
estado preparando durante la pandemia. Si bien muchas escuelas han reabierto, la
transformació n digital de la educació n está en continua aceleració n.

Un nú mero creciente de instancias de enseñ anza y aprendizaje se traslada a espacios


virtuales. En este nuevo contexto, las tecnologías conectadas deben promover las
aspiraciones de una educació n inclusiva, que facilite el desarrollo sostenible basado
en los principios de justicia social y econó mica, equidad y respeto de los derechos
humanos.
Hay cada vez má s señ ales que indican que la transformació n digital de la educació n
implica desafíos a menudo subestimados. Los docentes, los alumnos y los encargados
de formular políticas han sido testigos de todas las maneras que se utilizan para
aumentar la desigualdad educativa, incrementar el aislamiento de los alumnos, limitar
y privatizar las experiencias educativas, homogeneizar el aprendizaje y la enseñ anza,
atentar contra la autonomía profesional de los docentes, producir un impacto
ambiental dañ ino, violar la privacidad y la confianza y consolidar el poder y el control
fuera del escrutinio pú blico.

A partir de ahora, debemos trazar un nuevo rumbo para el aprendizaje conectado.


Este nuevo rumbo, en lugar de alejarnos, debe acercarnos a las aspiraciones de una
educació n inclusiva basada en los principios de justicia, equidad y respeto de los
derechos humanos. La educació n es un derecho humano y un bien pú blico y debe
seguir siéndolo, tanto en espacios digitales como física.
El cólera

El có lera inició un patró n endémico en Centroamérica a partir de 1991, cuando se


notificaron casos en Belice y Guatemala. De 1992 a 1994 la enfermedad se diseminó
hacia otros países de la subregió n, de tal forma que de 15 a 20% de los fallecimientos
por esta causa que se informan a la Organizació n Panamericana de la Salud (OPS)
provienen de Centroamérica, donde los países má s afectados en los ú ltimos añ os han
sido Guatemala, Honduras y Nicaragua.

Durante 1998 el có lera se mantuvo endémico en Guatemala. En el período previo al


huracá n Mitch (de enero a octubre) hubo un promedio de 59 casos semanales y 2 530
casos en total, de los cuales fallecieron 37 (tasa de letalidad = 1,5%). Durante las 9
semanas de noviembre y diciembre correspondientes al período posterior al Mitch
hubo un promedio semanal de 317 casos y un total de 2 849, con 22 defunciones (tasa
de letalidad = 0,8%).

En la mayoría de los brotes la fuente de infecció n estuvo constituida por alimentos


contaminados elaborados por vendedores ambulantes, aunque también se
presentaron brotes en personas que comieron en establecimientos cerrados de
alimentació n colectiva.

Nicaragua fue el segundo país má s afectado por el có lera después del Mitch. Durante
todo el período anterior al huracá n se notificaron 675 casos de có lera, con un
promedio semanal de 16 casos. En el período posterior se notificaron 678 casos (38%
confirmados bacterioló gicamente), cifra semejante a la de los 10 meses anteriores y
equivalente a un promedio semanal de 75 casos.

La tasa de letalidad antes del Mitch fue de 3,5% y después, de 1,6%. No obstante, cabe
añ adir que, segú n las autoridades de salud, en el período posterior se produjo un
registro excesivo de casos sospechosos como producto del sistema de vigilancia activa
desarrollado en la població n concentrada en albergues.
Las fuentes de infecció n má s probables, al igual que en Guatemala, fueron los
alimentos y el agua contaminados, con frecuencia adquiridos en expendios
ambulantes.

Durante enero y febrero de 1998 se notificaron en Honduras 297 casos en diferentes


brotes, pero desde abril hasta octubre no se notificaron casos de có lera en el país. En
cambio, en el período posterior al Mitch, solo dos casos fueron notificados en los
meses de noviembre y diciembre de 1998.

El Salvador no notificó casos de có lera en el período antes del huracá n, pero en las tres
primeras semanas de noviembre notificó siete casos. Belice notificó un total de 12
casos de có lera de enero a octubre de 1998; después del Mitch, el país notificó ocho
casos, de los cuales uno falleció .

Estos casos correspondieron a un brote en la localidad de Saint Martin Village,


Distrito del Cayo. La fuente de infecció n má s probable en estos tres países fueron los
alimentos contaminados, pero no se puede descartar el papel del agua de consumo
humano asociada con los alimentos como vehículo para la transmisió n de la
enfermedad.

Las condiciones que favorecen la propagació n y permanencia del có lera está n ligadas
a factores adversos, tanto culturales como del medio ambiente, que no se pueden
modificar en el corto plazo en virtud de que dependen de cambios estructurales
importantes.

Entre estos se encuentran la provisió n de agua potable, la higiene familiar y


doméstica, la disposició n de excretas y la adecuada higiene y manipulació n de
alimentos. Por esta razó n gran parte de las medidas para el control deben dirigirse a:

Establecer un sistema de vigilancia epidemioló gica con el propó sito de evitar la


extensió n de brotes. Garantizar el funcionamiento eficaz de los servicios de atenció n
para evitar muertes por la enfermedad. Propiciar las acciones de educació n y
participació n comunitaria e.
El dengue

El dengue es endémico y perió dicamente epidémico en los países de Centroamérica.


En 1995 se registraron casi 70 000 casos de dengue y dengue hemorrá gico, cifra que
representa la incidencia má s alta alcanzada en los añ os ochenta y noventa. De los 3
083 casos de dengue hemorrá gico notificados en 1997, 88% correspondieron a
Nicaragua; 9%, a El Salvador; 1,6%, a Honduras y 1,4%, a otros países de la subregió n.

De enero a octubre de 1998 los países de Centroamérica notificaron a la OPS 38 755


casos de dengue; de estos, 47% correspondieron a Honduras y 30% a Nicaragua. El
dengue por serotipo 3 fue el principal responsable de los brotes de dengue en
Honduras. La mayoría de los casos de dengue hemorrá gico siguen siendo notificados
por Nicaragua, aunque en Honduras se observó un ascenso moderado de este tipo de
dengue.

Después del huracá n Mitch, Honduras notificó un promedio de 399 casos semanales
de dengue clá sico, mientras que durante el período anterior al Mitch tuvo un
promedio semanal de 423 casos. En lo referente al dengue hemorrá gico, Honduras
notificó 14 casos en el período antes del Mitch y ninguno después.

Nicaragua registró un total de 18 168 casos de dengue clá sico de enero a octubre de
1998, con un promedio semanal de 272 casos; después del huracá n se notificaron
1746 casos en el país, con un promedio semanal de 194 casos.

El Salvador notificó 1 393 casos de dengue clá sico en el período previo al Mitch, lo que
equivale a un promedio semanal de 32 casos. Esta cifra descendió a 14 en el período
posterior. En Guatemala el promedio semanal de 99 casos registrado después del
Mitch fue muy semejante al del período previo, que fue de 85 casos semanales.
A pesar de los esfuerzos de los países de Centroamérica por fortalecer los sistemas de
vigilancia del dengue y por adoptar medidas de control epidémico, durante 1998 la
situació n de la enfermedad se había deteriorado desde antes del huracá n Mitch.

Por otra parte, en ningú n añ o previo había tenido la Regió n tantos casos de dengue
hemorrá gico en un período tan corto.

Este deterioro epidemioló gico, unido al deterioro social, ambiental y econó mico
ocasionado por el huracá n Mitch ¾principalmente la destrucció n de los servicios de
salud, el desplazamiento de trabajadores de salud comunitarios, la interrupció n de las
actividades comunitarias en educació n y salud¾, no solo permiten explicar los
problemas de subnotificació n después del Mitch, sino que al mismo tiempo favorecen
la proliferació n del vector y la diseminació n de la enfermedad. Por lo tanto, los
esfuerzos futuros deberían estar encaminados a:

• Mejorar la vigilancia epidemioló gica mediante la estratificació n de las á reas de


riesgo, con el propó sito de detectar precozmente la aparició n de brotes e implementar
medidas de control con mayor rapidez.

• Dar mayor prioridad, dentro de los planes nacionales, a la capacitació n del personal,
la comunicació n social y la educació n sanitaria. Eso determinará una mayor
participació n comunitaria, que actualmente es mínima y transitoria, cuando existe.

• Evaluar perió dicamente el desarrollo del Plan Continental y de los planes


estratégicos de acció n elaborados para el control del dengue en el pró ximo trienio.

 
La malaria

En épocas pasadas, la transmisió n de la malaria se asociaba con varios factores, entre


otros, escasez de vivienda, condiciones ambientales deficientes, niveles educativos
bajos, migració n, falta de acceso a medios diagnó sticos y terapéuticos, servicios
epidemioló gicos inadecuados, presupuesto limitado y abundancia de criaderos del
vector.

En Centroamérica el Plasmodium vivax es el principal agente causal de la malaria. En


1997 se notificaron en total 145598 casos de enfermedad causados por este pará sito:
65122 en Honduras (45%), 41014 en Nicaragua, 31150 en Guatemala (28%), 3883 en
Belice (3%) y 2448 (2%) en El Salvador; el resto se notificó en otros países de la
subregió n. En comparació n, hubo solo 3 530 casos de Plasmodium falciparum en los
cinco países, con un nú mero mínimo de dos casos en El Salvador y un má ximo de 1807
en Nicaragua.

La situació n de la malaria en Belice, El Salvador, Guatemala y Honduras no presentó


grandes cambios durante 1998 como consecuencia del huracá n Mitch. Solamente en
Nicaragua aumentó el promedio de los casos notificados semanalmente: de 54 en los
primeros 10 meses de 1998, a 868 a partir del 1 de noviembre.

No obstante, la situació n epidemioló gica de la malaria en estos países podría verse


empeorada por el huracá n Mitch debido a la destrucció n de la infraestructura y la
pérdida de equipos e insumos, el desplazamiento de gran nú mero de personas, las
condiciones precarias de la vivienda y la aparició n de nuevos criaderos de vectores.
En estas condiciones, las recomendaciones está n dirigidas a:

• Fortalecer la capacidad de los países para emprender medidas de control de


emergencia, tales como la administració n masiva de medicamentos, el tratamiento de
toda persona con fiebre y la fumigació n de las á reas afectadas en casos especiales.

• Reconstruir los servicios de diagnó stico, tratamiento y vigilancia epidemioló gica.


Apoyar las actividades de educació n, informació n y comunicació n social, así como el
manejo de los casos y la protecció n del ambiente.
 

La leptospirosis

La leptospirosis, zoonosis de distribució n mundial, tiene por reservorios a algunos


roedores salvajes y domésticos. La infecció n humana resulta de la exposició n a la
orina del animal infectado, ya sea por contacto directo o con aguas contaminadas. Su
verdadero impacto sobre la morbilidad y mortalidad en Centroamérica se desconoce
debido a un sistema de registro inadecuado, a informes tardíos y a limitaciones de la
red de comunicaciones, así como a una cobertura precaria de los servicios de
laboratorio y a una respuesta limitada a los brotes.

En la mayoría de los países centroamericanos se han registrado muy pocos casos,


excepto en Nicaragua, donde la leptospirosis ha sido reconocida como problema de
salud pú blica desde la epidemia de octubre de 1995, en la que se notificaron cerca de
2000 casos y má s de 50 defunciones.

Posteriormente no se observaron otros brotes hasta noviembre de 1998, cuando se


notificaron los primeros casos. En las 6 semanas posteriores al huracá n Mitch la
epidemia ascendió a un total de 868 casos, con un promedio de 79 casos semanales.
Hubo un total de siete defunciones, equivalentes a una tasa de letalidad de 0,8%.

De todos los países centroamericanos, Nicaragua fue el ú nico afectado por la


leptospirosis en el período posterior al huracá n. Es de destacar, sin embargo, que la
experiencia adquirida por ese país en la epidemia de 1995 le permitió implementar
precozmente la vigilancia activa de los casos, de los cuales hubo un total de 868
después de Mitch, equivalente a un promedio semanal de 79 casos.

Por otra parte, es difícil explicar por qué no se notificaron casos de leptospirosis en
1998 en los otros países, donde abundan los roedores y otros reservorios que
constituyen un riesgo de infecció n.
Quizá ello se deba a la poca capacidad de los sistemas de vigilancia epidemioló gica en
esos países para detectar, investigar y confirmar casos de leptospirosis, así como a la
escasez de conocimientos sobre la enfermedad en sus aspectos clínicos y
epidemioló gicos. A estos factores se suma una red de laboratorios que tampoco está
preparada para hacer frente a la confirmació n del diagnó stico en los casos de alta
sospecha.

La Organizació n Mundial de la Salud (OMS) ha declarado una emergencia sanitaria a


nivel mundial por el virus del Zika, originario de Uganda. Indicios de que
posiblemente es responsable de causar microcefalia en fetos durante la gestació n, ha
saltado las alarmas.

El dengue apareció en Guatemala  a finales de los añ os 1970. Se cree que la


enfermedad ingresó a la regió n centroamericana a través de Honduras. Ya en el siglo
XVII se reportaban casos de una epidemia similar en el Caribe pero en los añ os
sesenta se produjo un brote extenso en las islas.

En un principio se le conoció al dengue como “fiebre quebrantahuesos, fiebre dandy y


fiebre cubana”,entre otros. En agosto de 1978 se informaba de que en dicho añ o
surgían en Honduras un promedio de 100 a 150 casos diarios de personas infectadas
de dengue.

El doctor Ramó n Pereira, de la secretaría de salud pú blica de dicho país, se dirigió a la


regió n de las islas de la bahía ubicadas al norte del país en el mar Caribe. Ahí pudieron
estimar que el virus original provino de una persona enferma que ingresó a territorio
hondureñ o procedente de Jamaica o Puerto Rico.

En septiembre de 1978 ya se informaba de que en Guatemala se encontraron hasta 22


mil casos de dengue en el país. El ministro de Salud Pú blica de la época, Roquelino
Recinos, afirmaba que la enfermedad estaba totalmente controlada en el país.
El funcionario expresó que el mal se inició en Honduras, luego pasó a El Salvador, y en
oriente se detectaron los primeros casos en Chiquimula, posteriormente en Escuintla,
Mazatenango, Retalhuleu, Tecú n Umá n y Champerico. Recinos agregó que tan pronto
como se tuvo conocimiento de que el dengue había llegado al país, se tomaron las
medidas urgentes necesarias para evitar que se propagara por má s lugares.

En los añ os ochenta la epidemia estuvo controlada y la mortalidad era casi nula. Sin
embargo, en 1987 apareció un nuevo brote en Lívingston, Izabal; luego en Santa Lucía
Coztumalguapa, Escuintla, y en Jalpatagua, Jutiapa. Ya entrada la década de 1990 los
casos aumentaron y cada añ o se conocían nuevos, especialmente en asentamientos y
á reas rurales donde no había control sanitario.
Cada invierno se hacía conciencia de evitar los criaderos de zancudos en las casas
como medida de prevenció n.
Algunos factores como las inundaciones, los fenó menos climá ticos contribuyeron a
que la enfermedad se propagara a todo el territorio nacional, luego de un desastre el
temor de un brote del dengue era inminente en las poblaciones afectadas.

Del denominado “dengue clá sico” existen cuatro variantes. Un cruce de las variantes
en una persona causa el “dengue hemorrá gico”, es decir, cuando una persona ha sido
contagiada de alguno de los cuatro tipos de dengue clá sico, por la picadura de un
mosquito, y luego contagia a otra, propicia la enfermedad.

En 1995 se registró el primer caso de dengue hemorrá gico en un paciente de


Escuintla. Las características de esta enfermedad es el sangrado, por tal motivo el
tratamiento debe de ser inmediato.

Gripe AH1N1
En abril del 2009 se conocieron los primeros casos de la gripe porcina en humanos. En
abril de 2009 la Organizació n Mundial de la Salud, OMS, denominó a la enfermedad
como gripe A (H1N1).
En Latinoamérica la epidemia apareció por primera vez en México, con la amenaza de
convertirse en una pandemia mundial. Las autoridades del Gobierno de Guatemala se
preparaban en mayo de 2009 ante la inminente llegada de la enfermedad al país. El 26
de mayo del mismo añ o se confirmó el primer caso de gripe AH1N1 en una niñ a de 5
añ os que había viajado a México.

En el país llegaron a contabilizarse hasta 1,170 casos confirmados y veintiséis decesos


por la enfermedad hasta el añ o 2010.

La gripe H1N1, conocida en general como gripe porcina, se produce principalmente


por la cepa H1N1 del virus de la gripe (influenza). H1N1 es un tipo de virus de la gripe
A y es una dentro de una variedad de cepas del virus de la gripe que pueden causar la
gripe de temporada. Los síntomas de la gripe H1N1 son los mismos que los de la gripe
de temporada.

En la primavera de 2009, los científicos reconocieron una cepa particular del virus de
la gripe conocida como H1N1. Este virus es una combinació n de virus de cerdos, aves
y humanos que enferma a los humanos.

Durante la temporada de gripe 2009-2010, la cepa H1N1 causó en los seres humanos
una infecció n respiratoria a la que se denominó comú nmente gripe porcina. Dado el
gran nú mero de personas que se enfermaron en todo el mundo, en 2009, la
Organizació n Mundial de la Salud (OMS) declaró que la gripe causada por la cepa
H1N1 era una pandemia. En agosto de 2010, la OMS declaró el fin de la pandemia.
Después de la pandemia, el virus de la gripe H1N1 se convirtió en una de las cepas que
causa la gripe de temporada.

La vacuna antigripal ahora puede ayudar a proteger contra la gripe H1N1 (gripe
porcina). La cepa del virus de la gripe H1N1 está incluida en la vacuna contra la gripe
de temporada, incluso en la vacuna para la temporada 2020-2021.
Dos fiebres más
La chikungunya es una de las má s recientes enfermedades de origen extranjero que
han ingresado al país. En diciembre del 2013, la Organizació n Panamericana de la
Salud recibió los primeros informes de contagio de la chikungunya en América,
enfermedad hasta entonces reportada ú nicamente en Asia y Á frica.

Ya en febrero de 2014 se iniciaron los controles sanitarios por el Ministerio de Salud,


especialmente en Izabal ante el brote del zancudo Aedes Albopictu y Aedes aegypti,
transmisor del dengue. En junio del mismo añ o se reportaron los primeros casos en El
Salvador, por lo que la entrada de la enfermedad al país era cuestió n de tiempo.

Los primeros casos se confirmaron en Escuintla en septiembre de 2014; ocho mujeres,


vecinas de la cabecera, fueron diagnosticadas con la fiebre. Desde entonces la
enfermedad se expandió a todo el territorio nacional, inclusive en las á reas urbanas
como la capital, donde también se reportaron casos. La mortalidad de esta
enfermedad ha sido mayor en menores, ya que hasta septiembre de 2015 se
reportaron 5 fallecidos por complicaciones.

El temor que provoca la expansió n del dengue y la chinkungunya por la vulnerabilidad


de la població n se vio fortalecido con la entrada del virus del Zika en el país a finales
del añ o pasado. En noviembre ú ltimo se reportó el primer caso confirmado de una
persona positiva con zika en Zacapa. Los síntomas de esta enfermedad son similares
aunque de forma má s severa.

La Peste

Entre los añ os de 1519 y 1520, Guatemala fue azotada por esta enfermedad que dejó
muchos muertos y sobrevivientes hambrientos.
Datos de esta enfermedad pueden verse en distintos documentos, por ejemplo, en
el Memorial de Sololá se registró lo siguiente: “En el sexto mes después de la llegada
del Señ or Presidente (Juan Nú ñ ez de Landecho) a Pangá n (Panchoy) comenzó aquí la
peste que había azotado antiguamente a los pueblos.

Poco a poco llegó aquí (…) se apoderaba hoy de la gente un frío intenso y fiebres les
salía de la nariz, luego venía la tos má s y má s fuerte, se les torcía el cuello y les brotaba
llagas pequeñ as y grandes. (…)”.

Esta misma enfermedad volvió a afectar a Guatemala en los añ os de 1558 a 1562


segú n datos encontradas en el Memorial de Sololá .

El triunfo de la muerte, de Pieter Brueghel el Viejo (1525-1569). (Foto Prensa Libre:


Archivo)

Cocoliztli (Tabardillo)

Durante 1576 y 1577 Guatemala sufrió otra epidemia proveniente del sur de México,
esto fue identificado como un tifus exantemá tico, o tabardillo fue una verdadera plaga
para los indígenas de Guatemala durante el resto del periodo colonial.

En una carta dirigida al Rey en 1577 por parte del Presidente Pedro de Villalobos se
escribió los siguientes: “(…) de México vino a esta tierra una pestilencia de viruela y
tabardete de que han muerto y cada día mueren cantidad e indios en especial niñ os de
poca edad.”Cocoliztli (Tabardillo)

Fiebre Amarilla
En 1648 esta enfermedad era desconocida en nuestra regió n hasta mediados del siglo
XVII. En el Chilam Balam de Chumayel dice: “Brotó la fiebre amarilla y la enfermedad
empezó .” Esta enfermedad se llevó a varias personas.

El virus de la fiebre amarilla es un arbovirus del género Flavivirus transmitido por


mosquitos de los géneros Aedes y Haemogogus . Las diferentes especies de mosquitos
viven en distintos há bitats. Algunos se crían cerca de las viviendas (domésticos), otros
en el bosque (salvajes), y algunos en ambos há bitats (semidomésticos).

Hay tres tipos de ciclos de transmisió n:

 Fiebre amarilla selvática: En las selvas tropicales lluviosas, los monos, que son
el principal reservorio del virus, son picados por mosquitos salvajes que
transmiten el virus a otros monos. Las personas que se encuentren en la selva
pueden recibir picaduras de mosquitos infectados y contraer la enfermedad.

 Fiebre amarilla intermedia: En este tipo de transmisió n, los mosquitos


semidomésticos (que se crían en la selva y cerca de las casas) infectan tanto a
los monos como al hombre. El aumento de los contactos entre las personas y
los mosquitos infectados aumenta la transmisió n, y puede haber brotes
simultá neamente en muchos pueblos distintos de una zona. Este es el tipo de
brote má s frecuente en Á frica.

 Fiebre amarilla urbana: Las grandes epidemias se producen cuando las


personas infectadas introducen el virus en zonas muy pobladas, con gran
densidad de mosquitos y donde la mayoría de la població n tiene escasa o nula
inmunidad por falta de vacunació n. En estas condiciones, los mosquitos
infectados transmiten el virus de una persona a otra.
 Sarampión

En 1769 Guatemala vivió una epidemia de sarampió n maligno. Guatemala fue atacada
por la epidemia de sarampió n que empezó en abril y duró cuatro meses. En julio,
cuando la epidemia terminó se registraron alrededor de 350 niñ os muertos.

El sarampió n es una enfermedad muy contagiosa. Esto significa que se contagia muy
fá cilmente a otras personas. El sarampió n es una enfermedad causada por un virus
que se encuentra en la nariz y en la garganta de un niñ o o adulto infectado. Cuando
una persona con sarampió n tose, estornuda o habla, las gotitas infectadas se dispersan
en el aire, donde otras personas pueden inhalarlas. Las gotitas infectadas pueden
permanecer en el aire durante aproximadamente una hora.

Las gotitas infectadas también pueden depositarse sobre una superficie, donde
pueden permanecer activas y esparcirse durante varias horas. Si te tocas la boca o la
nariz con los dedos o te refriegas los ojos luego de tocar una superficie infectada,
puedes contraer el virus del sarampió n.

El sarampió n es muy contagioso desde casi los cuatro días anteriores hasta los cuatro
días posteriores a la aparició n del sarpullido. Aproximadamente el 90 % de las
personas que no han tenido sarampió n ni se han vacunado contra la enfermedad se
infectan cuando se exponen a alguien con el virus del sarampió n.

Viruela

La viruela es una enfermedad viral, aguda y muy infecciosa que durante mucho
tiempo fue considerada como uno de los grandes azotes que afligían a la humanidad
en todo el mundo. El ataque de un brote de viruela en 1780, que se manifestó como
causa de una pandemia que afectó a todo el hemisferio, causó que la tendencia
ascendente de la població n nativa fuera detenida bruscamente.

A través de varios cronistas guatemaltecos, en los que se encuentra Francisco Antonio


de Fuentes y Guzmá n, podemos saber que, durante el período colonial, la viruela
también ocasionó gran pérdida de vidas humanas.

La viruela era causada por el virus variola que surgió en las poblaciones humanas en
torno al añ o 10000 a. C.20 Durante varios siglos, sucesivas epidemias devastaron a la
població n. Era una enfermedad tan letal que en algunas culturas antiguas estaba
prohibido dar nombre a los niñ os hasta que contrajesen la enfermedad y
sobreviviesen a ellaSu tasa de mortalidad llegó a ser hasta de un 30 % de los pacientes
infectados.

En la India se creía que la viruela se debía a la bendició n de la diosa de la


viruela Shitalá  (la Fría), y cuando alguna persona se enfermaba acudían a adorarla
(con lo que la epidemia se expandía con má s velocidad). Aú n hoy, a los bebés en la
India se los llama genéricamente kumará ('fá cil muerte', siendo ku, 'fá cil', y mará ,
'muerte']

La viruela fue una enfermedad devastadora en la Europa del siglo XVIII, que se


extendía en forma de epidemia matando y desfigurando a millones de personas. Es
probable que el siglo XVIII fuera una época especialmente terrible debido a la
presencia de la viruela en Europa, ya que la tasa de població n creció de manera
desmesurada haciendo má s fá cil la propagació n de la enfermedad.

Difteria
La mayoría de nosotros só lo conoce la difteria como una enfermedad misteriosa de
hace mucho tiempo, gracias a la vacuna contra la difteria que reciben los bebés. Esta
vacuna, llamada DTaP,

Ofrece protecció n contra la difteria, el tétano y la tosferina (tos convulsa). Si bien es


prevenible, la difteria sigue existiendo y provoca la formació n de un grueso
revestimiento en la parte trasera de la nariz o en la garganta. Puede conducir a
dificultades respiratorias, insuficiencia cardíaca, pará lisis e incluso la muerte.
Asegú rese de vacunar para ayudar a mantener esta peligrosa infecció n alejada de sus
hijos.

Los médicos recomiendan que su hijo reciba cinco dosis de la vacuna DTaP para
obtener la mejor protecció n. Su hijo necesitará una dosis en las siguientes edades: 2
meses, 4 meses, 6 meses, 15 a 18 meses y 4 a 6 añ os.

La difteria es una infecció n grave causada por cepas de bacterias


llamadas Corynebacterium diphtheriae, que producen una toxina (veneno). La toxina
es la que puede hacer que las personas se enfermen gravemente.

Las bacterias de la difteria se propagan de persona a persona, por lo general a través


de gotitas respiratorias, como al toser o estornudar.  Las personas también pueden
enfermarse al tocar llagas abiertas o ú lceras infectadas.

Paperas
Las paperas son mejor conocidas por causar la hinchazó n de las mejillas y la
mandíbula. Esto se debe a la inflamació n de las glá ndulas salivales. Otros síntomas
incluyen fiebre, dolor de cabeza y mú sculos y cansancio. Las paperas son una
enfermedad contagiosa que no tiene tratamiento. Las paperas siguen siendo una
amenaza hoy en día: anualmente en los Estados Unidos se presentan casos de
personas con paperas.

En añ os recientes, han ocurrido brotes de paperas en entornos donde había contacto


cercano y prolongado con personas infectadas, como las que compartían un saló n de
clases o jugaban en el mismo equipo deportivo. La vacuna MMR los protege a usted y a
su familia contra las paperas, el sarampió n y la rubéola.

Los médicos recomiendan que su hijo reciba dos dosis de la vacuna MMR para obtener
la mejor protecció n. Su hijo necesitará una dosis en las siguientes edades: entre los 12
y 15 meses y entre los 4 y los 6 añ os.

4.   Rotavirus
El rotavirus es contagioso y puede causar diarrea acuosa grave, a menudo con
vó mitos, fiebre y dolor abdominal, principalmente en los bebés y niñ os pequeñ os. Los
niñ os podrían deshidratarse gravemente por la enfermedad y necesitar ser
hospitalizados. Si un niñ o deshidratado no recibe la atenció n necesaria, podría morir.

La vacuna contra el rotavirus es una de las primeras que puede recibir un bebé; es la
mejor manera de proteger a su hijo contra la enfermedad del rotavirus.

Los médicos recomiendan que su hijo reciba dos o tres dosis de la vacuna
(dependiendo de la marca) para obtener la mejor protecció n. Los bebés deben recibir
la primera dosis a los 2 meses de edad. En el caso de ambas vacunas, los bebés reciben
la segunda dosis a los 4 meses. Si reciben la vacuna RotaTeq, necesitará n una tercera
dosis a los 6 meses.

5.   Enfermedad neumocócica


Esta enfermedad es causada por bacterias llamadas Streptococcus pneumoniae. Causa
infecciones de oído, infecciones sinusales, neumonía e incluso meningitis, lo que la
hace muy peligrosa para los niñ os. Los gérmenes pueden invadir partes del cuerpo,
como el cerebro o la médula espinal, que normalmente está n libres de gérmenes.
Asegú rese proteger a sus hijos de esta peligrosa enfermedad, vacuná ndolos.

Los médicos recomiendan que su hijo reciba cuatro dosis de la vacuna


antineumocó cica conjugada (también llamada PCV13) para obtener la mejor
protecció n.

Su hijo necesitará una dosis en las siguientes edades: 2 meses, 4 meses, 6 meses y
entre los 12 y los 15 meses.

6.   Tos convulsa (tosferina)


La tos convulsa, o tosferina, es una enfermedad sumamente contagiosa que puede ser
mortal para los bebés. La tos convulsa (Pertusis) es conocida por provocar una tos
violenta incontrolable que a menudo hace que sea difícil respirar. El nombre
"convulsa" se debe a las convulsiones que provoca la fuerte tos; inmediatamente
después de la tos se produce una inhalació n profunda con sibilancia.

En los bebés, esta enfermedad también puede causar pausas en la respiració n


potencialmente mortales, sin ruido alguno.

La tosferina es especialmente peligrosa en los bebés que son muy pequeñ os para
vacunarse. Las madres deben aplicarse la vacuna contra la tos convulsa mientras
está n embarazadas para pasar cierta protecció n a sus bebés antes de nacer.

Es muy importante que su bebé reciba la vacuna contra la tosferina a tiempo para que
pueda comenzar a formar su propia protecció n contra la enfermedad. Desde 2010
hemos visto entre 10.000 y 50.000 casos de tosferina anualmente en Estados Unidos,
con casos reportados en cada uno de los estados.

La vacuna DTaP ofrece protecció n contra la tos convulsa, la difteria y el tétanos. Los
médicos recomiendan que su hijo reciba cinco dosis de la vacuna DTaP para obtener la
mejor protecció n. Su hijo necesitará una dosis en las siguientes edades: 2 meses, 4
meses, 6 meses, 15 a 18 meses y 4 a 6 añ os.

Causas en que la pandemia afecta

la educación de los estudiantes.


Posiblemente esté cansado de escuchar de la pandemia y de los estragos que causa no
só lo en Guatemala, sino a nivel mundial, pero uno de los puntos que creo es
importante de remarcar, sin duda es el de la educació n, pues miles ahora se enfrentan
a condiciones adversas en las que unos pocos en realidad pueden hablar de
aprendizaje. Es obvio que esta pandemia sigue un avance sin tregua y que en estos
momentos los contagios se han disparado en índices altísimos y que esto provoca
mantenernos en un estado de emergencia, teniendo en cuenta que las consecuencias
han sido devastadoras para el sistema de salud que se encuentra saturado y las
muertes siguen.

Así bajo ese contexto es que la reactivació n de clases presenciales para los estudiantes
se ve lejanas, no só lo porque la vacunació n no se ha extendido a la velocidad que se
quisiera sino ademá s que la pandemia no da tregua en el mundo ahora con sus nuevas
variantes má s infecciosas como la Delta que ha demostrado ser má s devastadora que
la original y que se confirmó esta en el país. La educació n está sufriendo esta
pandemia y desde luego las consecuencias a futuro será n complicadas para una
educació n de por sí ya golpeado por la corrupció n y falta de estrategias educativas en
el país.

Es evidente que las consecuencias será n devastadores para los que ahora estudian en
los diferentes niveles, y aquí quiero poner de ejemplo lo que ocurre en algunos
estados en Estados Unidos en donde se decidió reanudar las clases presenciales y
ahora se está viendo un aumento importante de niñ os hospitalizados, cosa que al
inicio de la pandemia no se veía. No podemos negar que la educació n es la
herramienta para salir adelante de cualquier sociedad, la nuestra siempre ha
demostrado grandes problemas claro que no va a ser fá cil salir de esto no lo hemos
logrado antes, no digamos ahora con la pandemia que las cosas se complican en todos
los frentes.

Es por ello por lo que creo que la educació n debe ya contar con estrategias claras para
dar una reactivació n efectiva y no dejar como siempre de ú ltimo el problema y con
soluciones que poco inciden en el futuro y que nos lleve a problemas má s profundos,
Guatemala enfrentó y enfrenta la pandemia con tan poco en previsió n; no cuenta con
estrategias claras para llevar a cabo la vacunació n de forma ordena para inmunizar a
la mayor cantidad de personas, y tampoco con estrategias educativas para reforzar la
educació n en el país.

El llamado claro es a establecer condiciones necesarias para que la educació n sea


puesta como prioridad para generar las mejores condiciones a quienes nos
encontramos estudiando en la actualidad y que vemos con preocupació n que debemos
abordar nuevas estrategias para cumplir con las expectativas que se desean y que
esperamos para el desarrollo del país, claro que afecta muchas á reas, pero con un
abordaje pensado en el desarrollo de todos y enfocado en la niñ ez claro que se podría
fortalecer de mejor manera, sino se actú a ahora, mañ ana será tarde.

Para los adolescentes la pandemia impuso en sus vidas la privació n de pasar tiempo


con amigos; la ausencia del intercambio espontá neo entre pares y adultos no
familiares en actividades educativas, culturales o deportivas; el confinamiento y el
compartir má s tiempo con su nú cleo familiar; la pérdida de familiares significativos o
la amenaza implícita de que sus acciones podían tener esa consecuencia; la
transformació n de la experiencia social en una experiencia virtual; y la dificultad de
continuar con sus trayectorias educativas de forma presencial.

El documento recoge lo acontecido en diversos países, e incluye tanto los desafíos y


los aspectos positivos que ha traído la crisis como motor de innovació n y cambios en
la educació n, desatando oportunidades de cambio como el aprovechamiento de la
tecnología, el trabajo colaborativo con los padres de familia y los demá s docentes, así
como la conformació n de alianzas para la mejora de la infraestructura educativa,
incluyendo a los gobiernos locales que se han sumado para contribuir con el
remozamiento y mejora de las condiciones sanitarias en las escuelas.

El connotado Andreas Schleicher, director de Educació n y Competencias en la OCDE


realiza una acotació n sobre el libro, la cual se cita a continuació n: ‘A pesar de que la
pandemia ha causado alteraciones extraordinarias en la educació n, también ha
permitido una innovació n social y tecnoló gica sin precedentes en la línea del frente,
convirtiendo en ocasiones a los estudiantes, que normalmente son los destinatarios de
los sistemas educativos actuales, en ingenieros de las soluciones educativas del
mañ ana. Lo que los hace especiales es que no son simplemente artículos académicos
analíticos, sino estudios de caso en los que los estudiantes han trabajado con
gobiernos, sociedad civil y el sector educativo de los países que má s requieren diseñ ar
y crear soluciones, posibilitando la apropiació n de estas y ayudando a implementarlas
y llevarlas a escala.’

El estudio recoge el impacto de la pandemia en el ú ltimo trimestre del añ o 2020 y


brinda recomendaciones para mejorar los aprendizajes en las modalidades a distancia
que han tenido que adoptarse para continuar formando a los estudiantes de los
distintos niveles. Reimers señ ala, sin embargo, que un recuento completo del impacto
educativo de la pandemia tendrá que esperar hasta que la pandemia termine. Se

Se concluye que, aunque se crearon medios alternativos para brindar educació n


durante la pandemia, esto se tuvo que hacer a toda prisa, con serias limitaciones de
recursos, infraestructura digital y conocimientos y experiencia previos sobre có mo
enseñ ar y aprender en línea. Las modalidades educativas alternativas que se crearon
dependieron, en mayor medida que la enseñ anza presencial, de que los estudiantes
tuvieran el apoyo de sus padres y condiciones para aprender en casa. Ayudar a los
hijos o nietos para aprender sigue siendo un gran desafío para la mayoría de las
familias guatemaltecas, tal y como lo señ ala el estudio.

La educació n es un potente agente de movilidad social, que permite a las personas


mejorar su calidad de vida y contribuir al desarrollo de las comunidades a las que
pertenecen. No se trata de cualquier esfuerzo. Para lograr su cometido, el proceso
debe ser pertinente y de calidad. Cada añ o se espera que los estudiantes aprendan
nuevos contenidos y desarrollen nuevas competencias. Existen diversos instrumentos
de medició n que permiten evaluar si dichos aprendizajes está n ocurriendo al ritmo
esperado. Cada minuto cuenta. Muchos se han interesado en estudiar las variables que
impactan en la efectividad de la educació n, habiendo encontrado que tiempo efectivo
de clase es determinante para alcanzar los logros esperados.

En reiteradas ocasiones se ha levantado la bandera de que, en general, la calidad de la


educació n en nuestro sistema no es satisfactoria y que los estudiantes no está n
adquiriendo los aprendizajes previstos. Aunque existen centros educativos que hacen
bien su labor, muchos muestran rezagos enormes. A esta situació n, se sumó que el añ o
pasado los países se vieron forzados a cerrar las escuelas y migrar a educació n a
distancia, como una medida de emergencia para contener la pandemia de coronavirus.
Para algunos esto fue administrado con relativa facilidad, pues contaban con la
infraestructura, preparació n y recursos para apoyarse en la tecnología y en otros
medios. Para otros fue muy complicado, si no imposible.

Ahora, que el 2020 terminó y que comienza un nuevo ciclo escolar, muchos comienzan
a cuestionarse sobre el impacto que la pandemia ha tenido en la educació n. Un estudio
se ha preocupado por el impacto que el cierre de los establecimientos tuvo en los
estudiantes, especialmente en los má s vulnerables.

Aunque no se dispone de toda la informació n necesaria, los hallazgos preliminares


denotan que ha habido una pérdida significativa de aprendizaje tanto en matemá tica
como en lenguaje, especialmente en los primeros añ os de preprimaria y primaria.
Ademá s, se ha encontrado que el impacto ha sido má s severo. La pandemia ha
exacerbado las desigualdades preexistentes entre estudiantes y grupos de població n,
introduciendo una disrupció n sin precedente.

Por su parte, el Banco Mundial ha señ alado que se requieren medidas urgentes y
eficaces para mitigar los efectos de la pandemia en la educació n en todo el mundo.
Aparte de tomar acciones para recuperar el tiempo perdido e impulsar las
nivelaciones que sean necesarias, deben realizarse inversiones largamente diferidas
en infraestructura, para reducir la brecha digital y atender otras limitaciones.
Tomando todo en cuenta, muchas voces se levantan para que las escuelas abran sus
puertas a la brevedad posible ha hecho un llamado a abrir las escuelas y ha provisto
una serie de lineamientos para hacerlo.

En casos como el de Guatemala, histó ricamente ha sido difícil asegurar la permanencia


de niñ os y jó venes en las escuelas. Por ello, debemos regresar a clases lo antes posible,
para asegurar que no haya má s pérdida de aprendizajes y evitar que las brechas se
profundicen aú n má s. Hay que dar pasos firmes y tomar decisiones para que las
escuelas retomen su rumbo y los niñ os sigan aprendiend.
OBJETIVOS.

Objetivo general:
Fortalecer la capacidad de la comunidad educativa para realizar acciones y adoptar
medidas que prevengan y mitiguen las situaciones de riesgo, así como, para preparar
y responder ante eventos adversos a fin de salvaguardar la vida de la població n
estudiantil y los bienes del centro.

Objetivos específicos

*Identificar los riesgos y amenazas del centro educativo y su entorno, a fin de realizar
las acciones necesarias para reducirlos o eliminarlos

*Procurar la continuidad de los aprendizajes de todos los estudiantes con el apoyo de


la familia y de materiales educativos pertinentes

*Promover el autocuidado y la resiliencia en la comunidad educativa como medida de


protecció n ante la pandemia del coronavirus (COVID–19)
General
Específicos
Técnicas de Recopilación de datos
Encuestas
Entrevistas
Observaciones
Sujetos de Estudios
Población y Muestra
Bibliografía

- Search (bing.com)
https://republica.gt/.../2021-8-12-17-26-41-la-educacion-en-tiempos-de-pandemia

https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/community/schools-childcare/
schools.html)

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