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A lo largo de la historia han existido diversas concepciones del hombre y estas se han
aplicado al ámbito educativo las cuales oscilan desde la edad de piedra hasta hoy en día. Es
por ello que consideramos acertada la inclusión de la materia de Antropología Filosófica I en el
currículum de la Licenciatura en Pedagogía.
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También incluye la filosofía educativa de Emanuel Kant, su meta educativa que es la
ética, y la culminación del proceso educativo la cual recae en la educación moral, y para
finalizar esta unidad su concepción de hombre.
La cuarta unidad trata del pensamiento antropológico del hombre contemporáneo y abarcan
pensadores como Marx, Nietszche, Freud, Ortega y Gasset. Y para concluir la unidad se
retoman autores de la corriente existencialistas: Sartrc, Heidegger Jaspers y Marcel.
Se espera que la compilación logre cubrir con los objetivos planeados contribuyendo
así a la formación profesional del futuro egresado de la Lic. en Pedagogía.
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INDICE
Introducción 1
El Problema Antropológico
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Actividades de lectura 12
Actividades de lectura 19
Conclusión 28
Actividades de lectura 33
Ejercicios 35
Sócrates, educador 43
Actividades de lectura 45
Sócrates 46
3
Platón 48
Aristóteles 53
San Agustín 58
Actividades de lectura 59
El hombre medieval 60
Actividades de lectura 66
Actividades de lectura 71
Renacimiento y Humanismo 75
El naturalismo renacentista 76
Rousseau 77
Actividades de lectura 89
La educación infantil 96
La educación intelectual 98
La educación practica 99
Marx 106
Nietszche 112
4
Actividades de lectura 115
Glosario 147
PRIMERA UNIDAD
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“El problema antropológico”
CONTENIDO TEMÁTICO:
6
Gutiérrez Sáenz Raúl
Introducción a la Antropología Filosófica.
Editorial Esfinge.
México. 1984. Págs. 7-17.
El problema antropológico
Por, otro lado, el nombre mismo indica que se trata de una disciplina filosófica.
Posteriormente indicaremos en qué consiste este carácter filosófico de nuestra ciencia. Por
ahora, hacemos notar que con este calificativo estamos marcando una diferencia con respecto
a la Antropología social que se dedica al estudio de los elementos culturales propios de un
grupo humano. Ya veremos con mayor detenimiento el tema y las características de la
Antología social: hasta anotar que se trata de otra disciplina muy diferente a la Antropología
filosófica y que es preciso no confundirlas entre sí,
El tema de este libro es, pues, el ser humano. Ahora bien, existen varios enfoques
para analizar la inmensa gama de características contenidas e implicadas en el ser humano.
Cada enfoque o perspectiva diferente da origen a una ciencia diferente. Así por ejemplo, la
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Historia estudia al hombre desde el punto de vista de los hechos registrados a través del
tiempo. La Psicología estudia al hombre desde el punto de vista de su persona y de la
estructura de su conducta. La Anatomía también estudia al hombre, y su perspectiva trata de
describir su composición orgánica.
Todas estas ciencias, junto con otras que también se refieren al ser humano, aun
cuando coinciden en su tema general ¿qué es el hombre? se distinguen porque adoptan una
perspectiva o ángulo referente para estudiarlo. En términos filosóficos se dice que todas ellas
coinciden, aunque sea parcialmente, en su objeto material, pero difieren en su objeto formal.
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Ahora bien, la opción de fenómeno humano podría ser un carácter meramente
narrativo, que no es propio de una ciencia. Anécdotas, cualidades y mitos constituyen también
elementos del fenómeno humano, pero en tanto que permanezcan en ese nivel empírico,
carentes de estructura, todavía no pertenecen a un cuerpo propiamente científico.
En este apartado quiero referirme al fenómeno humano haciendo notar las aporías o
aparentes contradicciones que surgen a la vista en el momento de fijar la atención a los modos
como suele manifestarse el ser humano. El carácter científico y filosófico de nuestra disciplina,
aparte de ser analizado con mayor detenimiento en los párrafos posteriores, quedará
evidenciado cuando, a lo largo de este libro, puede restablecerse una estructura que satisfaga
las aparentes contradicciones que ahora propongo.
B) El problema del valor. En varias ocasiones surgen el problema de los diferentes juicios de
valor ante el mismo objeto. Y la pregunta es: ¿Por qué difiere tanto la gente, al valorizar
las cosas? ¿Qué es lo que origina un juicio de valor? ¿Cuál es la condición de posibilidad
del valor? ¿Qué hay en el hombre, en virtud de lo cual se da un juicio apreciativo de las
cosas, pero que, por lo general, suele diferir del juicio emitido por otra persona del mismo
objeto? ¿Los valores son subjetivos u objetivos? Estamos frente al famoso problema del
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relativismo axiológico. Cada persona y cada época se ha caracterizado por una serie de
juicios de valor, cuyo origen suele permanecer en la incógnita. En la Antropología
Filosófica interesa el estudio de las condiciones de posibilidad del ámbito axiológico.
C) El problema de la libertad. No es raro encontrar personas que niegan la libertad y aún su
posibilidad en el hombre. Según ellos el hombre está determinado por los estímulos
externos y por toda una serie de condicionamientos que imposibilitan la libertad y la
colocan en un plano de mera ilusión. Sin embargo, la lucha por la libertad y la sensación
de libertad conseguida en algunos casos, son fenómenos que se repiten en la historia
humana. Cabe, pues, el análisis de la situación, con el objeto de esclarecer cual es la
condición de posibilidad de esos fenómenos. ¿Puede el hombre liberarse de las trabas
internas de su conducta? ¿Es lo mismo libertad y espontaneidad? ¿Siempre es ilusoria la
sensación de libertad? ¿Es previsible la conducta humana? Si se llega a una raíz
profunda del fenómeno de la libertad, se podría dar una respuesta satisfactoria a las
preguntas anteriores.
E) El problema de la comunicación interpersonal. Dado que los signos del lenguaje son
convencionales y arbitrarios y no producen por si mismos el significado asociado, como es
posible una comunicación de significados. Dicho de otro modo: ¿Cómo es posible una
verdadera comunicación entre dos personas? dado que cada una posee un mundo interno
de significados, los cuales, por esencia, no pueden ser trasmitidos, pues lo trasmitido en
todo caso son signos (no significados) y éstos son convencionales, y, por tanto, no llevan
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necesariamente la idea significada ¿Qué hay en el hombre, por lo cual se produce el
fenómeno de la comunicación interpersonal? ¿Por qué hay tanto desacuerdo y tanta
dificultad para comprender el pensamiento de otras personas?
Por otro lado, también se da el fenómeno del ateísmo 2 del antiteísmo 3 el rechazo de la
religión4 y la multiplicidad de religiones, con la consiguiente lucha por la supremacía de la
propia y la intolerancia acerca de los demás. La preguntas es, pues: ¿Cómo es que el tema
religioso afecta tan íntimamente a la vida de una persona? ¿Qué hay en el hombre, por lo cual
le resulta sumamente difícil permanecer neutral ante el problema de lo religioso y de Dios?
Estos y otros problemas surgen ante una revisión del fenómeno humano. A la
Antropología filosófica le compete el estudio del fenómeno humano y la búsqueda de
soluciones a los problemas allí planteados. Se dice entonces que el fenómeno humano es el
objeto material de la Antropología filosófica Quedaría por esclarecer cuál es el aspecto o
perspectiva especial (objeto formal) que estudia la Antropología filosófica en el fenómeno
humano.
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3. LAS CONDICIONES DE POSIBILIDAD DEL FENÓMENO
De la misma manera, habría que estudiar otras características típicas del ser humano. La
religión es un fenómeno muy generalizado en las diferentes culturas. Se impone, pues, un
estudio que trate de descubrir, ¿qué es aquello que en el hombre conduce en forma tan
universal a la realización del fenómeno religiosa?, aún en medio de la enorme variedad de
religiones.
Aquí es importante hacer notar que el tema de la religión puede estudiarse en un rival
científico o filosófico, sin que esto implique la defensa de ninguna religión ni, mucho menos, la
actitud proselitista en favor de alguna religión determinada. Simplemente, se consideran las
características de las diversas religiones y se tiende hacia una explicación sintetizadora de
todas ellas.
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El hecho de la comunicación y de las comunidades humanas es otro fenómeno
universalmente encontrado en la historia. Habría que estudiar que es lo que impulsa al
hombre a la formación de sociedades y de comunidades.
Los fenómenos del conocimiento y de la ciencia, por un lado, y de las emociones y del
arte, por otro, constituyen igualmente, datos observables que piden una explicación: ¿Qué hay
en el ser humano que ha posibilitado estos hechos tan universales?
Con lo anterior podemos en listar ya una serie de temas que son propios de un libro de
Antropología Filosófica, tales como el conocimiento, los valores, la ciencia, el arte, la libertad,
la comunidad, la religión. Todos ellos son fenómenos humanos que requieren una explicación,
no tan sólo para ver cómo se conectan unos con otros, sino para detectar su origen humano,
es decir, aquello que hace posible la existencia de tales hechos reales.
Por supuesto, es necesario aclarar, qué entiendo por conciencia y por tendencia
axiológica qué consiste la cualidad trascendente de la conciencia, y, cómo esas
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características humanas son la condición la cual se explican los menos del conocimiento, los
valores, la libertad, la comunidad y la religiosidad. Tal es el contenido central de este libro.
l
Así pues, nuestra asignatura tiene como objeto material el fenómeno humano, pero
su objeto formal o enfoque particular es muy distinto al de las otras ciencias del hombre. Ya
no pretende estudiar los hechos históricos, tú su composición orgánica, ni su estructura
personal y cultural. Tampoco abarca las diferentes moralidades en las culturas y
civilizaciones. El enfoque de esta ciencia está en un plano diferente.
Por tanto, nuestra ciencia no es meramente Descriptiva, sino que se obtiene gracias
a la reflexión intelectual, que es capaz de vislumbrar y enfrentar esas condiciones por las
cuales ha sido posible realizar el fenómeno humano observable.
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manifestaciones, a la Antropología filosófica le compete el estudio del núcleo humano o
características propia de todo hombre, gracias a la cual se producen todas esas
manifestaciones enfocadas en las demás ciencias.
Nótese que así quedan unificadas las dos definiciones de nuestra disciplina:
En efecto, las condiciones de posibilidad del fenómeno humano deben entenderse como las
características reales de todo hombre, gracias a las cuales se realiza tal como es. Esas
características reales de todo hombre, colocadas en la raíz de toda manifestación humana, es
lo que más propiamente merece el nombre de ser humano. Por esto se dice también que la
Antropología filosófica estudia al ser humano en cuanto tal.
ACTIVIDADES DE
LECTURA
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3. Explica ¿cuáles son las condiciones de posibilidad del fenómeno humano?
5. Explica: ¿que entendemos por "comunidad" y para que sirve la "comunicación”?. Encuentra
puntos de lo coincidencia entre ambos conceptos.
16
Groethuysen Bernhard.
Antropología filosófica.
Editorial Losada. Págs. -14
Es esto la filosofía de la vida. Se hace ideas sobre la vida; busca fijar de algún modo
el resultado, sus experiencias de la vida. Todas estas manifestaciones pueden tener su
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significación, por poco que correspondan a las severas exigencias del pensar. Proporcionan la
atmósfera en que surgen las creaciones espirituales; constituyen una comunidad que suprime
el aislamiento en que éstas nos aparecen cuando son examinadas aparte del engranaje de la
vida. Pertenecen a una capa primaria de la reflexión humana de sí mismo y vuelven a
penetran siempre en la vida.
Otro vasto sector se nos descubre: El que puede caracterizarse externamente por su
posición entre la filosofía, por una parte, y la literatura, por otra. El filósofo de la vida crea una
imagen del hombre. Este afán de representar al hombre y a la vida humana, le enlaza con el
poeta y hasta le garantiza una posición significativa en el desarrollo de la literatura universal,
Pero de algún modo le resulta insuficiente lo puramente imaginativo. Una relación
completamente peculiar asocia en su representación y vivencia. Pretende comprender su vida
y las de los hombres mismos; su representación es siempre de algún modo una contestación a
la pregunta ¿Quién soy yo, qué es propiamente la vida? Esto lo convierte en filósofo. Pero
toda su filosofía acaba refiriéndose siempre de nuevo solamente a esta forma, bajo la cual se
ve él a sí mismo y a los hombres; para él, esa filosofía existe sólo en cuanto relacionada con la
vida.
Se trata en este caso de una "literatura de alcance casi ilimitado" (Cfr. Obras de
Dilthey). En las formas más distintas ha intentado el hombre interpretar su misma vida
par6endo de sus vivencias. Que en tal caso hable de sí mismo, partiendo directamente de su
propia experiencia de la vida, o que la imagen que se forma del hombre y de la vida esté
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condicionada ya de algún modo por consideraciones generales de carácter religioso o
científico dos cosas que es difícil deslindar -, resulta siempre como característico de esta
postura: La relación a la vida, el apego a lo concreto, la significación de la experiencia de la
vida como tal, que siempre vuelve a llevar al hombre hacia sí mismo.
También la religión parte de la vida y vuelve a llevar a la vida. Vivo: Tal es su punto
de partida. La realidad de la vida misma condiciona su postura. Esta realidad de la vida no
puede interpretarse a base de sí mismo para el hombre religioso; sólo puede ser entendida
basándose en vivencias que se proyectan más allá de la empiria de la vida. Religión significa
ensanchamiento de la vida, trascender de la vida en sí' misma, y por último, la ascensión final,
perfección final de la vida misma.
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que conocimiento de la constitución psicofisica humana propiamente, del alma, del yo
propiamente?
Pues bien, cuanto más progreso en el conocimiento, tanto mayor parece hacerse la
distancia entre la cuestión primitiva y la contestación. La constitución psicofisica, el alma
empírica, él yo empírico, no son nada último. Pregunto por la naturaleza, por lo anímico, por la
conciencia del yo. Por todas partes me lleva más allá de los modos de representación
originarios logrados en la experiencia humana. En todo esto ¿en dónde me quedo yo que
quería conocerme a mí mismo?
Ahora bien, si desde este punto quiere el hombre volver a encontrar el camino que
le lleve a sí mismo, intentará comprenderse a sí mismo en la forma en que él se representa
según sus conocimientos. Su saber acerca de sí mismo tiene que imponerse en la forma en
que él mismo se experimenta. El conocimiento de sí mismo tiene que convertirse para él en
vivencia de sí mismo y encontrar expresión en la exposición de sí mismo. Experiméntate
como te hayas conocido; experiméntale como el ser que te sabes; sé lo que eres.
Pero de algún modo parece que las dos cosas no concuerdan: Él conocerme y él
experimentarme a mí mismo. La egoidad originaria de toda vida, la significación personal
que atribuyo a mi destino, el tipo en que me experimento personalmente, la diversidad de la
vida tal como llega a cobrar significación en esta vida especial, por una parte, y la definición
cognitiva de mi vida y de mí mismo, a la que me elevo en formas generales, por otra parta,
no logran equilibrarse. El hecho de que yo sea un hombre, de que yo sea yo, de que yo sea
uno de los seres naturales; todo esto no me i mi vida tal como ésta es vivida; todo esto no
explica el hecho ulteriormente deducible de que yo my el que soy y no otro y de que lo propio
reza carácter que lo es propio, ello parece posible solamente a base de que permanezca en
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la propia contemplación de la vida. Sólo en la representación, sólo en la imagen parece el
hombre conservar sus contornos y su figura y su figura y pertenecerse a sí mismo.
Pues bien, en esta divergencia de posturas se halla el factor que conduce a intentos
siempre nuevos de reflexión del hombre sobre sí mismo, la Dialéctica de la antropología
filosófica que, a su vez, es sólo expresión de algo humano en el sentido más profundo de la
palabra: De la antítesis entre vida y conocimiento. De esta suerte, tampoco la antropología
filosófica en cuanto reflexión del hombre sobre sí mismo puede exponerse a modo de sector
sistemático homogéneo y cerrado en sí. Lo que siempre decidirá será sólo el planteamiento
de la cuestión, la cuestión que el hombre se pone a sí mismo, no el modo de resolverla.
Pero esta misma cuestión no es unívoca. Tiene ya de por sí un carácter problemático. Y lo
propio les ocurre también a las contestaciones, a los problemas antropológicos, que tienen
varios sentidos. Llevan por direcciones. El ideal de la antropología sería poder enlazar las
distintas tendencias que en ella cobran expresión, poniendo en unidad al conocimiento de sí
mismo, a la vivencia de sí mismo. Pero unas veces se entrega el hombre a toda la
multiplicidad de las impresiones de la vida pretendiendo comprender el sentido y significación
del conjunto en la vida promedio de todo individuo.
Ahora le acucia el determinar lo que tiene de esencial; ahora se enfoca de nuevo todo
su afán a interpretar la vida a base de una última profundidad y ascensión de sí mismo. Tan
pronto parece como si la filosofía asumiera en el Desarrollo histórico la función de la reflexión
sobre sí mismo como es la religión y otras veces el arte, los que reciben esta misión. La
antropología abarca todos estos sectores hasta donde en ellos adquiere expresión la reflexión
del hombre sobre sí mismo, abarcando también toda la extensión de estas variables
manifestaciones de la vida en que el hombre interpreta su vida y se interpreta a sí mismo y a
su destino. Encontrar de nuevo en todo ello la marcha de la reflexión del hombre sobre sí
mismo, usa la verdadera misión de la filosofía antropológica.
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ACTIVIDADES DE
LECTURA
22
LA UNIVERSIDAD Y EL CONCEPTO DE HOMBRE.
23
LA UNIVERSIDAD ACTUAL Y EL CONCEPTO DE HOMBRE.
Esto indica que la universidad de las generaciones pasadas tomando en cuenta las
diferencias de cada época, concebido al hombre como un ser preeminentemente cultural y lo
modeló en base a este concepto. En la época actual no se requiere de mucho esfuerzo para
entender que el hombre, un ser ligado por su esencia natural a la cultura, ha dejado de ser
considerado como tal para convertirse en un ser preeminentemente técnico.
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EL HOMBRE Y SUS CARACTERISTICAS BÁSICAS.
El hombre, ese ser superior a todos los seres de la naturaleza, ese ser dotado de
mente, mano y corazón requiere y reclama un trato y una educación digna de él.
Es imprescindible para una educación digna del hombre, que están incluyan
básicamente los tres elementos mencionados anteriormente y que con toda intensión vuelvo
a mencionar para dar mayor importancia.
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En una palabra es el hombre el único ser capaz de abstraer, es decir, sacar la
esencia de las cosas.
Al hablar del hombre como un homo laquens quiero hacerlo en los términos de
Heidegger cuando dice: "El hombre habla, hablamos cuando estamos despiertos y cuando
soñamos. Hablamos siempre aun cuando nos profiramos palabras alguna, sino que
simplemente estamos atentos, escuchando a alguien o leyendo o bien nos dedicamos al
trabajo o no perdamos en el ocio y el descanso. De alguna manera o de otra, hablamos sin
interrupción y obramos así porque el hablar no es connatural. No nace de un acto particular
de nuestra voluntad, se dice que el hombre tiene por naturaleza el hablar y es doctrina común
que él, a diferencia de la planta y del animal, es el ser viviente capaz de la palabra. Con esto
no se requiere solo afirmar que el hombre entre otras capacidades tenga también la de hablar,
sino que el lenguaje es precisamente lo que hace que el hombre sea lo que es, esto es:
Hombre. Es hombre, por cuanto él es alguien que habla.
El párrafo anterior expone una experiencia de la que todos somos testigos presenta
el lenguaje como esa luz a cuyo resplandor tenemos acceso a la realidad como esa luz que
ilumina nuestro interior, permitiéndonos pensar lo que las cosas son. ¿ No es acaso por medio
de las palabras como aun interiormente definimos las cosas?.
También se debe al lenguaje el hecho por el cual el hombre se apropia de las cosas
y las utiliza. Al origen del utensilio y del instrumento esta posición de las cosas que el hombre
logra por medio de la palabra. Si somos sorprendidos por los adelantos técnicos del homo
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faber debemos sin embargo reconocer que fue primero la elaboración de la palabra hecha
por el homo sapiens.
Hablamos ahora del homo faber dice:Bucholz. “Si se quisiera reducir a un solo ida la
historia de la humanidad desde el descubrimiento del primer instrumento de piedra hecho que
aconteció muchos miles de años tendríamos que colocar la inversión de la primera hacha de
metal en los últimos diez minutos; la de la maquina de vapor, apenas medio minuto antes de la
hora. A partir de entonces en unos cuantos segundos y con la velocidad propia del
relampago tumultuoso desarrollo de productos técnicos va realizando una verdadera
transformación del semblante de la tierra.
Existe una gran diferencia como el animal se relaciona con su medio ambiente y la
forma como lo hace el hombre. El animal vive dependiendo de su medio ambiente, no así el
hombre que vive con la libertad frente al mundo.
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Es muy frecuente incluir en la definición del hombre, el aspecto que tiene en común
con los animales, y se dice que es un animal racional.
La dimensión espiritual hace pues, que el hombre no pueda ser considerado como
un simple órgano animal sino como un ser que abierto al mundo y en libertad frente a el tiene
la posibilidad de llegar a ser el mismo y utilizar, transformando las cosas, que lo rodean en
orden a su propia perfección. Por eso da origen a la cultura y hace la historia. Es también
importante en esta sección hablar, aunque sea de paso, acerca de la mano del hombre,
símbolo de su espiritualidad y trascendencia.
Si los irracionales tienen su órgano de especialización como son las garras, cuernos
y músculos, es la mano el órgano especializado del racional, el signo de su dimensión
intelectual si los otros órganos se sustraen a nuestra voluntad como paso con los órganos
internos, o ejecutan una acción estereotipada, como los pies, la mano en cambio, ofrece a la
libertad una disponibilidad total para transformar el mundo. No hay duda alguna de que la
mano es el órgano donde convergen el espíritu y la materia, componentes básicos de la
naturaleza humana.
Si bien es cierto que la mano del hombre es capaz de crear objetos y utensilios para
transformar positivamente el mundo, también es cierto que es capaz de construir elementos
para destruir, y en esto ya no hay inteligencia. Cuan importantes es entonces mantener el
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equilibrio en el uso de la mano en particular, y en el concepto educativo del hombre en
general. Dicho de otra forma, siempre y cuando no rebase las Capacidades del espíritu, y esto
debe ser tomado encuentra por los educadores y la universidad actual.
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CONCEPTO DE HOMBRE, PAPEL DE LA EDUCACION Y OBJETIVOS
GENERALES DE LA UNIVERSIDAD:
Objetivos generales.
1. Enfocar todo el programa educativo tomando como base el concepto del origen
superior y el elevado destino del hombre.
2. Enfocar el programa educativo de tal manera que los estudiantes tengan un desarrollo
armónico de su personalidad, para que ejerzan en plenitud todas sus capacidades.
4. Ofrecer un programa que reúna las condiciones adecuadas para que se pueda
adquirir una preparación del mas alto nivel académico.
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5. Ofrecer oportunidades de comunicación efectiva a través de las cuales se adquiera
una actitud amable y cortes, se desarrollen correctamente las capacidades sociales
del ser humano, se fomente un espíritu de compañerismo y se tenga el valor de
presentar con corrección ideas y opiniones.
7. Inculcar un profundo respeto por el organismo humano, ya que por medio de el hallan
su expresión todas las facultades del individuo.
8. Ofrecer un programa para el desarrollo físico del ser humano, a través de actividades
que proporcionen la mayor utilidad.
10. Ofrecer un programa que fomente el aprecio por las expresiones del mas elevado
nivel artístico y cultural.
11. Estimular la capacidad de pensar con criterio evaluativo, que oriente la toma de
decisiones y la acción en forma constructiva y creativa.
12. Inculcar el concepto de que el desarrollo intelectual, físico y espiritual del individuo es
una competencia personal, con uno mismo, orientada al servicio.
15. Enriquecer y difundir la cultura con impulso creador y con la incorporación de ideas y
valores universitarios.
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16. Fortalecer el amor sincero a la patria y el respeto a las demás, nacionalidades con un
sentido de convivencia internacional.
CONCLUSION:
"Soy un sobreviviente de un campo de concentración. Mis ojos llegaron a ver los que
ningún hombre debería contemplar. Cámaras de gas construidas por ingenieros capaces y
eficientes. Niños envenenados por medico experimentados y conocedores. Recién nacidos
asesinados por enfermeras bien adiestradas, mujeres y niños a quienes habían matados e
incinerados, por jóvenes competentes egresados de la escuela secundaria y la universidad.
Por lo tanto, me muestro suspicaz cada vez que me hablan de lo que significa la educación
para el hombre. Por eso quiero hacerles la siguientes petición: Ayuden a los alumnos a
volverse seres humanos. Sus esfuerzos no deben dirigirse a producir monstruos de gran
sabiduría, psicópatas competentes, hombres instruidos y educados como Eichmann. La
lectura, la escritura y la aritmética, son importantes solamente cuando pueden servir para
hacer que nuestros niños y jóvenes sean mas humanos".
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Buber, Martín
¿Qué es el Hombre?
Fondo de Cultura Económica.
México, D.F., Págs. 12-14.
Kant ha sido quien con mayor agudeza ha señalado la tarea propia de una
antropología filosófica. En el Manual que contiene sus cursos de lógica, que no fue editado
por él mismo ni reproduce literalmente los apuntes que le sirvieron de base, pero que sí
aprobó expresamente, distingue una filosofía en el sentido académico y la filosofía en el
sentido cósmico (in sensu cósmico). Caracteriza a ésta como la 'ciencia de los fines últimos de
la razón humana” o como la "ciencia de las máximas supremas del uso de nuestra razón”.
Según él, se puede delimitar el campo de esta filosofía en sentido universal mediante estas
cuatro preguntas: " 1. ¿Qué puedo saber? 2. ¿Qué debo hacer? 3. ¿Qué me cabe esperar? 4.
¿Qué es el hombre? A la primera pregunta responde la metafísica, a la segunda la moral, a la
tercera la religión y a la cuarta la antropología'. Y añade Kant: "En el fondo, todas estas
disciplinas se podrían refundir en la antropología, porque las tres primeras cuestiones revierten
ni la antropología que publicó el mismo Kant ni las nutridas lecciones de antropología que
fueron publicadas mucho después de su muerte nos ofrecen nada que se parezca a lo que él
exigía de una antropología filosófica. Tanto por su intención declarada como por todo su
contenido ofrecen algo muy diferente: Toda una plétora de preciosas observaciones sobre el
conocimiento del hombre, por ejemplo, acerca del egoísmo, de la sinceridad y la mendacidad,
de la fantasía, el don profético, el sueño, las enfermedades mentales, el ingenio. Pero para
nada se ocupa de qué sea el hombre ni toca seriamente ninguno de los problemas que esa
cuestión trae consigo: El lugar estar que al hombre corresponde en el cosmos, su relación con
el destino y con el mundo de las cosas, su comprensión de sus congéneres, su existencia
como ser que sabe que ha de morir, su actitud en todos los encuentros, ordinarios y
extraordinarios, con el misterio, que componen la trama de su vida. En esa antropología no
entra la totalidad del hombre. Parece como si Kant hubiera tenido reparos en plantear
realmente, filosofando, la cuestión que considera como fundamental.
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Una antropología filosófica legítima tiene que saber no sólo que existe un género
humano sino también pueblos, no sólo un alma humana sino también tipos y caracteres, no
sólo una vida humana sino también edades de la vida; sólo abarcando sistemáticamente éstas
y las demás diferencias, sólo conociendo la dinámica que rige dentro de cada particularidad y
entre ellas, y sólo mostrando constantemente la presencia de lo uno en lo vario, podrá tener
ante sus ojos la totalidad del hombre. Pero por eso mismo no podrá abarcar al hombre en
aquella forma absoluta que, sin bien no lo indica la cuarta pregunta de Kant, fácilmente se nos
impone cuanto tratamos de responderla, cosa que, como dijimos, eludió el mismo Kant. Así
como le es menester a esta antropología filosófica distinguir y volver a distinguir dentro del
género humano si es que quiere llegar una comprensión honrada; así también tiene que
instalar seriamente al hombre en la naturaleza, tiene que compararlo con las demás cosas,
con los demás ama vivos, con los demás seres conscientes, para así poder asignarle, con
seguridad, su lugar correspondiente. Sólo por este camino doble de Diferenciación y
comparación podrá captar al hombre entero, este hombre que, cualquiera sea el pueblo, el tipo
o la edad a que pertenezca, sabe lo que, fuera de éI, nadie más en la tierra sabe: Que transita
por el estrecho sendero que lleva del nacimiento a la muerte; prueba lo que nadie que no sea
él pueda probar: La lucha con el destino, la rebelión y la reconciliación y, en ocasiones,
cuando se junta por elección con otro ser humano, llega hasta experimentar en su propia
sangre lo que pasa por los adentros del otro.
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María, Julian
El Tema del Hombre.
Editorial, Espasa Calpe.
Págs. 16-18,20.
Tenemos que preguntarnos ahora por la razón de que el estudio del hombre haya
aparecido, en toda la historia de la filosofía, como afectado por una equivocidad que ha
determinado la escisión que antes hemos visto. Desde los comienzos mismos de la
especulación entorno a este tema, se distingue entre el cuerpo del hombre y una realidad a la
que se va a designar con los vagos nombres de alma, mente o espíritu; con tal vaguedad, que
aún hoy estas expresiones muestran un coeficiente de ambigüedad muy considerable, y la
filosofía se ve obligada a manejarlas con suma cautela y con frecuencia a prescindir de ellas,
si quiere evitar equívocos. La especulación pitagórica, recogiendo viejas ideas religiosas
helénicas y tal vez orientales, distingue el cuerpo, del alma y considera que el
alma debe liberarse de las necesidades del cuerpo; y no lo olvidemos que esa liberación,
lograda mediante la orgía o manía, es al mismo tiempo un entusiasmo o endiosamiento. El
alma, en la medida en que se aparta e independiza del cuerpo, se diviniza. El hombre, pues,
es un ente que lleva en sí la dualidad, la división interna; y está definido por dos posibilidades:
La de permanecer sujeto a lo corporal, en una prisión o tumba, según el sentir pitagórico, y la
de elevarse, mediante la exaltación, hasta el ser divino; con lo cual vemos que esa dualidad o
escisión del hombre no es propiamente una composición de dos partes o elementos - cuerpo y
alma -, sino más bien una distensión entre dos términos extremos, hacia los cuales puede
tender, pero que son ambos necesarios, pues los pitagóricos, como en general el hombre
griego, no consideraban al alma una entidad subsistente aparte del cuerpo -a lo sumo en
escasa medida, de un modo espectral y de "sombra"-, sino que la psique se apoya en la
corporeidad para vivir. Se dibuja, pues, desde el comienzo la figura del hombre como un ente
dual, constituido por dos momentos que corresponden a dos modos de ser que exceden del
hombre mismo: La dualidad cuerpo - alma remite, en efecto, a la distinción más profunda entre
el ser corpóreo - definido por la multiplicidad, la contrariedad y la corrupción- y el ser divino -
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cuyos predicados más inmediatos son la unidad, la inmutabilidad y la permanencia -,
simbolizado en los astros incorruptibles y brillantes.
Pero donde aparece formulada esta situación con todo su rigor es en Parménides y,
como consecuencia, en toda la filosofía de influjo heleático. El descubrimiento de la mente,
del nus, señala la distinción radical entre dos mundos, definidos por las dos vías de
Parménides, la de los sentidos o la opinión de los mortales y la del nus o la verdad; la primera
de estas vías lleva a las cosas múltiples y cambiantes, dominados por la contrariedad y la
corrupción, la segunda, al ente uno, inmóvil y eterno. Ahora bien: El hombre es un cuerpo
sensible, compuesto de contrarios, corruptible por tanto, y en la medida en que lo es, afectado
por la mortalidad; los sentidos nos dan sólo la opinión de los mortales; pero por otra parte, el
hombre participa del nus que es, como el ente, uno y eterno; y en cuanto se une a él, es
inmortal y divino . Los dos modos capitales del ser humano, la sensibilidad corporal o
y la mente , insertan al hombre en un orden doble y contrapuesto, y así queda
como suspendido entre dos mundos, tenso en medio de los dos, capaz de optar, en cierto
sentido, por uno o por otro, pero sin prescindir de ninguno; en una posición, por tanto,
esencialmente intermedia.
El cristianismo introduce una distinción aún más profunda y radical; no aparece sólo
en él la diferencia tradicional entro un cuerpo y un alma, sino que hay dos principios de ser,
opuestos y entre los que el hombre ha de decidir y que son, según las expresiones de San
Pablo, "carne" y "espíritu", y
Ahora bien: Después de subrayar enérgicamente el ser distenso y dual del hombre,
es menester insistir con menos energía en su unidad; el hombre es uno, no se trate de dos
entes, ni siquiera de dos dimensiones aisladas del mismo; el problema está en que el hombre
como tal está a la vez, incluido en los dos órdenes; por eso hay efectiva distensión y por eso
su posición es intermedia. Prescindiendo de momento de toda referencia, vemos que el
36
hombre tiene una referencia al mundo cósmico, a las cosas, y al mismo tiempo otra al contorno
humano y social. Vivir es para el hombre, a la vez, estar en el mundo - en sentido estricto- y
convivir: Dos modos irreductibles e invariables de la esencial dimensión humano del ser con.
Dicho en otros términos (ser), el mundo del hombre es doble, y a esa duplicidad corresponde
su legítima constitución ontológica. Sana menester ahora interpretar esta situación desde la
unidad del ente que, por otra parte, aparece definido por su rigurosa mismidad, la que se
revela en la identidad del yo y, especialmente, en la realidad en la de la persona.
ACTIVIDADES DE
LECTURA
1. Según la lectura de Martín Buber, para Kant la filosofía puede resumirse en cuatro
preguntas, las cuales dan origen a cuatro disciplinas. Aclara esta idea y di por que según
él las tres primeras se resumen en la cuarta.
2. Aunque Kant nunca contestó a las cuestiones que el mismo planteaba si dio la idea de
cuál sería la meta a seguir. Señala cuales serán los verdaderos problemas de la
antropología filosófica.
37
3 Explica. con palabras muy sencillas el tercer párrafo de la lectura de Buber, que hace
importantes distingos sobre lo que es la Antropología Filosófica.
Alma
5. Tu has oído que la gente dice a veces "la querías con toda su alma" y otras veces "Se
amaban en cuerpo y alma", aclara la distinción.
38
Ejercicios
Etimológicamente
Antropología ánthropos
Logos
Definición nominal:
Definición real:
Antropología Antropología
Filosófica Social.
S
1. ___________________ 1. ___________________
E
___________________ ___________________
M
___________________ ___________________
E
2. ___________________ 2. ___________________
J
___________________ ___________________
A
___________________ ___________________
N
3. ___________________ 3. ___________________
Z
___________________ ___________________
A
___________________ ___________________
S
D
1. ___________________ 1. ___________________
I
___________________ ___________________
F
___________________ ___________________
E
2. ___________________ 2. ___________________
R
___________________ ___________________
E
___________________ ___________________
N
3. ___________________ 3. ___________________
C
___________________ ___________________
I
___________________ ___________________
A 39
S
40
Algunas ciencias o disciplinas que estudian al hombre. (Defínelas).
1. Historia:
2. Psicología:
3. Sociología:
4. Anatomía:
Antropología Filosófica.
Objeto material
Objeto formal
Describe en que consisten los siguientes modos en que suele manifestarse el ser
humano a través de la cultura.
41
B) El problema del valor:
C) El problema de la libertad:
D) El problema de la ciencia:
F) El problema de la religión:
42
43
Ejercicio 1
1.- Son características que distinguen al hombre del resto de los animales...........( ) ( )
a) Su capacidad de tener preconceptos. b) Él poder pensar. c) La reflexión de sí mismo.
d) La posibilidad de razmar. e) La búsqueda organizada de los alimentos. f) El aprendizaje.
d) Tiene una idea amplia de los sujetos que participan en el fenómeno educativo.
44
Ejercicio 2
INSTRUCCIONES: Desarrolla de la manera más completa que te sea posible los siguientes temas.
Contesta en la parte de atrás de esta hoja.
2. ¿De qué manera puedes relacionar los conocimientos de esta materia con lo que se
revisa en las asignaturas.?
3. Explica por qué razón los seres humanos han cambiado tanto su manera de ser a través
del tiempo? Qué razones y circunstancias podrías encontrar en todo esto.
45
Ejercicio 3
INSTRUCCIONES: De las palabras de abajo escoge las más adecuadas para que el texto
tenga sentido. Necesitas agregar los artículos que sean necesarios. Te sugerimos vayas
marcando las palabras ya usadas.
46
SEGUNDA UNIDAD
CONTENIDO TEMÁTICO:
2.1.1 Sócrates.
2.1.2 Platón.
2.1.3 Aristóteles,
47
FILOSOFÍA GRIEGA
Antes de Cristo
Tales Parménides
Anaximandro Zenón Heráclito
Anaxímedes
A.de C.
V
Leucipo
Protágoras Empéndocles Demócrito
Gorgias Anaxágoras
a.de C.
Sócrates
IV
Platón
Aristóteles
FILOSOFÍA HELENÍSTICO-ROMANA
I d. De C.
FILOSOFÍA MEDIEVAL
Agustín de Hipona
V-XIII IV-V
Tomás de Aquino
Ockham
48
XV-XVI FILOSOFÍA MODERNA
EMPIRISMO RACIONALISMO
Kepler
Galileo Descartes
Bacon, Locke
Newton Spinoza, Leibniz
XIV
FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA
EVOLUCIONISMO IDEALISMO
Fichte, Schelling
Darwin Kierkegaard
Hegel
VITALISMO POSITIVISMO MARXISMO
XX
49
SÓCRATES, EDUCADOR
El maestro ateniense se dedicó de por vida a la difícil pero gozosa tarea de formar
personas adultas. La formación socrático se encaminaba a lograr que los jóvenes se hicieran
justos, honestos, buenos ciudadanos, responsables y virtuosos. Sócrates no obtenía ninguna
ganancia económica por llevar a cabo su labor, para éI era cuestión de vocación personal. De
esta manera podemos decir que a él no le bastaba con intentar buscar el bien, quería que
otras personas que tenían sus mismas inquietudes se desarrollaran también.
Sócrates no hacía distintos entre las personas. Trató a sus educandos como personas
deseosas de buscar la verdad, solía preguntarles sobre sus opiniones y los iba conduciendo
poco a poco a cuestionar sus bases. Sostenía que la parte más importante de la vida no es la
consecución de bienes materiales ni logros políticos, sino el desarrollo moral e intelectual. En
suma, se atrevió a poner en tela de juicio los valores más intocables y a cuestionar las
creencias más arraigadas socialmente hablando, en especial, de las minorías cultas y
privilegiadas de la sociedad ateniense. Por eso lo acusaron de corromper a los jóvenes y lo
sentenciaron a muerte.
Creía que "nadie yerra voluntariamente", quien hace mal actúa siempre por necesidad o
ignorancia, pero no por maldad. La tesis socrático refleja una fe entusiasta, exaltada en la
perfección y poder del conocimiento racional, del saber firme y verdadero. Confiado en su
postura, creía que llegamos a ser buenos a través del cultivo de las virtudes. Optimismo al
parecer desmesurado por cuanto olvida o minimiza la contrapartida y contrafuerza que
50
adquieren en nuestro comportamiento los impulsos pasionales, las tendencias destructivas e,
incluso, la "mala voluntad" en la plena conciencia y empeño de estar obrando injustamente.
Una cuestión que no nos convence completamente de Sócrates, es que si el ser humano
obra mal tan sólo por ignorancia, error o inconsciencia, ¿en qué radica su responsabilidad y,
desde el punto de vista de la ética y jurídica, bajo qué puntos de culpabilidad se le declararía
malhechor o delincuente y, en consecuencia, sujeto de penalización?
51
ACTIVIDADES DE
LECTURA
52
Marías. Julián
El Tema del Hombre.
Editorial, Espasa Calpe.
Págs. 32-33.
SÓCRATES
El hombre socrático es capaz de saber; y saber propiamente definir, es decir ¿qué son
las cosas?. –Lo que Sócrates pide en la definición, el verdadero conocimiento de las
esencias. Y, ante todo, el hombre puede saber lo que es bueno: en esto consiste la ética, que
es para Sócrates, rigurosamente, ciencia, algo que se puede aprender y enseñar. El hombre
puede conocerse a sí mismo, conocer su virtud, aquello para lo que ha nacido y, por
consiguiente, su bien. Ésta es la moral socrático, ligada esencialmente al saber, tal como va a
aparecer en la filosofía platónico aristotélica posterior.
53
Sócrates no escribió nada: no poseemos textos suyos, y sólo conocemos su
pensamiento por referencias indirectas y, sobre todo, por sus consecuencias. En primer lugar,
Sócrates inspira en buen parte el pensamiento platónico, y en él encuentra su verdadera
realización filosófica secundariamente. Jenofonte está también denominado por su influjo.
Por otra parte, la moral socrática se continúa, en forma distinta, en las pequeñas escuelas
socráticas (cínicos y cirenaicos) y especialmente en las filosofías de la época helenística, el
epicureísmo y el estoicismo.
54
PLATÓN
Nació en Atenas en el año 428 A.C., su familia era aristócrata. Sus familiares habían
dominado la esfera política de la gran polís. Solón el distinguido soberano, quien había
proporcionado un código avanzado a Atenas, era su tío, lo mismo que Cármides.
De grandes dotes literarias y muy hábil para la poesía, gustaba pasar su tiempo en la
composición de odas sublimes. A la edad de 20 años empezó a frecuentar a Sócrates, el
famoso filósofo ateniense, a quien se conoce como "el padre de la ética", y de quien se hizo su
discípulo predilecto. Con él permaneció hasta la muerte del maestro, acaecida en el año de
399 A. C.
El tema central de la filosofía platónico eran las ideas. Para él las ideas no son
pensamientos, sino el ser mismo. Identificaba al ser con lo ideal, y de acuerdo con él las ideas
se alojaban en el alma. Esta es inmortal, porque antes de vivir en un hombre ha vivido en
innumerables cuerpos y de esa forma ha podido conocerlo todo, tanto en el mundo sensible
como en el mundo inteligible o de las ideas.
Cuando un hombre nace, su alma olvida lo que conoció en las vidas anteriores; pero
con el paso del tiempo lo puede recordar y una vez que ha recordado una cosa, puede
siguiendo los lazos que fijan a todo el universo, recordar las otras, En este sentido aprender es
recordar. Esto lo pone Platón de manera muy clara en el Diálogo "El menón", cuando al
llamar a un esclavo que va pasando se le empieza a interrogar y se le pide que se vaya
imaginando las cuestiones que se le dicen en su mente. Así se va conduciendo al esclavo a
sacar el Teorema de Pitágoras, sin que ante él hubiese tenido ningún conocimiento al
55
respecto. El ejemplo mostraría que este esclavo no sabía de matemáticas, pero tal vez en la
vida anterior había aprendido ciertas ideas de geometría. Esta idea platónica, es el centro de
su pensamiento educativo, pues si aprender es recordar, la enseñanza escolar se tendría que
centrar más en hacemos reflexionar, que en darnos nuevos conocimientos, pues por este
camino llegaríamos a recordar aquello que ya olvidamos.
Por otra parte por mucho que las cosas puedan poseer en cierto grado un determinado valor y
ser, por más o menos bellas, buenas, útiles, etc., no tendrán nunca la perfección ni la
inmutabilidad del valor. Por ejemplo, un objeto bello no será nunca la belleza perfecta; e
incluso el grado de belleza que posea estará siempre amenazado de destrucción por la
mudanza a que están condenadas todas las cosas sensibles. Las cosas sensibles no serán
nunca como las ideas, pues la idea de belleza, es superior a cualquier cosa bella.
Las ideas constituyen para Platón realidades objetivas, sustancias que subsisten por
propio derecho y sobre las cuales se modelan las realidades imperfectas y disminuidas del
mundo sensible. Por otra parte las ideas son los valores supremos, el modelo al cual aspiran
las cosas; el ser es sustancialmente valor: tal es la tesis fundamental de Platón.
56
Diálogos de Platón
Critón.
Adaptación L.G.N.CIL
PLATÓN
Sócrates: Que extraño que el guardián te haya abierto, siendo tan temprano.
Critón: Debido a mis frecuentes visitas es ya amigo mío. Además he tenido algunas
atenciones con él.
Sócrates: ¿Has llegado ahora mismo o hace largo rato?
Critón: Hace ya bastante.
Critón: ¡No por Zeús, Sócrates! En forma deliberada no te desperté. Además te estaba
contemplando dormido. ¡Cuán plácidamente duermes! Por cierto, desde que te
conozco, te he considerado feliz de carácter, pero ahora lo compruebo en estos
momentos de adversidad. Me sorprende con qué entereza y buen ánimo la
sobrellevas.
Sócrates: ¡No te parecía fuera de lugar que a mi edad me angustiara por el hecho de saber
que voy a morir en fecha próxima?
Critón: Otros de tu edad se ven presos de infortunios semejantes, pero sus años no los libran
de irritarse contra su mala fortuna.
Sócrates: ¿Pero dime por qué has venido tan temprano?
57
Critón: Es que vengo a traerte una noticia muy triste.
Sócrates: ¿Qué noticia es esa? ¿Ya ha arribado la nave de Delos cuya presencia anunciará
que moriré?
Critón: Todavía no ha arribado, pero creo que lo hará hoy.
Sócrates: Sea en buena hora Critón, más no creo que llegue hoy la nave.
Critón: ¿De dónde sacas esa conjetura?
Sócrates: Verás, yo debo morir en el día que siga al de la llegada de la nave, ¿no es eso?
Critón: Al menos eso dicen, como es sabido, los que tienen potestad sobre estos asuntos.
Sócrates: Lo deduzco de cierto sueño que he tenido esta noche, hace poco.
Critón: ¿Qué sueño ha sido este?
Sócrates: Soñé que una hermosa y linda mujer vestida de blanco, se acercaba a mí y me
decía: "Sócrates: Irás a la fértil tierra de Ftía, la tierra de Aquiles, la cual tu has
esperado alcanzar en tu muerte".
Critón: Extraño es el sueño Sócrates.
Sócrates: Pero a mi parecer, claro, Critón.
Critón: Ojalá no fuera tan claro como parece. Pero dejemos por ahora eso y escúchame lo
que te digo: todavía tienes tiempo de salvarte. Unos amigos y yo hemos arreglado
todo para que escapes y vayas a otro lado. Piensa que adonde quiera que vayas,
serás bien recibido. Ahora reflexiona un poco lo que dirá la gente de mí y de
nosotros tu amigos, sobre todo los que tenemos dinero para salvarte. Es más
Sócrates, tu sabes que por salvarte ponemos en riesgo nuestra libertad y nuestros
bienes, pero estamos dispuestos con tal que te salves de esta condena injusta.
Sócrates: Pero, buen Critón, en principio de cuantas. ¿A qué preocuparnos tanto de la opinión
de la gente? Es más te aseguro que tus verdaderos amigos creerán lo que tú los
has dicho. Por otra parte no solo trato de prevenir que los vaya a pasar algo por mi
causa, sino otras cuestiones adicionales.
Critón: Pero tu sabes que a veces hay que cuidarse de la opinión de la gente. Sobre todo que
como sabes la masa es capaz de hacer los mayores daños.
Sócrates: Ojalá la masa fuera capaz de hacer los mayores daños, pero también seria capaz de
hacer los mayores bienes. ¿Y qué tanto importa lo que piense la masa? ¿No acaso
importa lo que piensan quienes nos quieran y son justos?
58
Critón: Hazme caso, pues, y no obres de otro modo. Creo que con tu actitud te estás
traicionando a b mismo. Además de eso, yo creo que también estás traicionando a
tus propios hijos, a los cuales abandonarás con tu marcha.
Sócrates: Me da gusto que me des razones de por qué piensas que me debo salvar, pues
eso significa que estás intentando aplicar la razón en las cuestiones de la vida diaria.
Yo te invito a que analicemos juntos lo que me propones para saber si es o no
correcto, pues como sabes siempre he procurado guiar mi vida por los dictados de la
razón. Pues bien, tu me das muchas razones para que huya y salve mi vida, pero
estarás de acuerdo en que debemos aceptar las buenas razones y desechar las
malas,
Critón: Bien lo acepto.
Sócrates: ¿Y es verdad que hay razón para afirmar que merecen atención las buenas y no las
malas? ¿No te perece que son buenas las prudentes y malas las de los insensatos?
Critón: Así lo es.
Sócrates: Veamos pues. Un hombre que quiere hacer ejercicio físico y se dedica a ello,
¿resta atención al reproche de la gente ignorante o a la que opina un médico y un
profesor de gimnasia?
Critón: Según esto debe prestar atención de cualquiera de estos últimos, y no de los demás.
Sócrates: Por lo tanto, sólo debe ponerle atención a los consejos de como alimentarse y
entrenar al experto. ¿No es cierto?
Critón: Concuerdo contigo.
Sócrates: Lo mismo debemos hacer con nuestra vida, lo cual podemos hacer sólo si
prestamos atención a los consejos de los y guiamos nuestra vida según los
dictados de la recta razón.
Critón: Una vez mas concuerdo contigo.
Sócrates: ¿No acaso debemos buscar lo justo, aún cuando los demás nos critiquen por ello?
Critón: Eso creo.
Sócrates: Recuerda que es mejor sufrir una injusticia que cometerla, y yo he enseñado a
ustedes a seguir los dictados de la recta razón, aún cuando eso signifique padecer
como lo hago ahora.
Critón: Así es Sócrates, eso hemos aprendido de ti.
59
Basado en Abbagnano, Nicola y Visalberghi, A.
Historia de la Pedagogía. F.C.E.
ARISTÓTELES
Nació en Estagira en 384 ó 383 A.C. A los 17 años entró en la Academia de Platón en
la que permaneció hasta la muerte del maestro (348 6 347). Por tanto su formación espiritual
entera se desenvolvió bajo la influencia de la enseñanza y la personalidad platónicos.
60
nuestra mente y cuerpo, en el dominio de los instintos y en el logro de una vida armónica.
Todo esto lo debe llevar a cabo la razón humana.
La más alta encarnación de la vida moral y de la vida humana en general es, según
Aristóteles, el sabio. Y en efecto la más alta fama de vida para el hombre es la vida teorético
es decir, la vida dedicada a la investigación científica. El sabio se basta a sí mismo porque su
fin está en él mismo, en la actividad de su razón. Por tanto también la vida del sabio está
hecha de serenidad y paz. De esta forma Aristóteles concluye que la más alta idea es para el
hombre la que se dedica a la investigación. solo en ella alcanza el hombre su fin supremo, su
felicidad.
61
Buber, Martín
¿Qué es d hombre?
Fondo de Cultura Económica
México.
Para Aristóteles era de gran importancia el vigor corporal de los menores y esta se
desarrollaba con una buena alimentación abundante en leche y escasa en vino, con lo que se
prevenían ciertas enfermedades, aconsejaba ciertos ejercicios propios de la edad, así mismo,
aconsejaba acostumbrarlos desde pequeños al frío; ya que esto era útil tanto en la salud como
en el servicio militar y esto debería seguirse hasta los 5 años y en esta edad no es
conveniente iniciarlos en ningún aprendizaje ni en ejercicios forzados para no estorbar su
desarrollo, sin embargo el ejercicio debe estimularse por varios medios y también por los
juegos los cuales no deben ser fatigosos ni afeminados, en cuanto a clases de historia estas
deberán de proporcionarlas los magistrados. No se deben prohibir ni reprimir los gritos y
llantos de los niños, pues contribuyen a su desarrollo por ser en cierto modo una gimnasia
corporal, así mismo se debe procurar que no estén en contacto con los esclavos, pues
aprenderían de ellos lo que no es correcto. Se debe alejar de los jóvenes el lenguaje
indecente, la representación de obras y pinturas obscenas.
La ley no debe permitir a los jóvenes asistir a espectáculos de adultos sino hasta
que lleguen a la edad correspondiente, sostiene que los jóvenes deben estar ajenos a lo malo,
a lo que implica depravación y sentimientos hostiles.
62
Se deben enseñar todos aquellos conocimientos útiles que son de primera
necesidad, distinguiendo los trabajos liberales y serviles, siendo estos últimos los que
deforman del cuerpo y privan de ocio a la mente y la degradan: Lectura y escritura, música,
gimnasia y dibujo. Los juegos se deben practicar en conexión con los trabajos para la salud
física y mental. La educación se debe impartir no porque sea necesaria sino porque es noble
y liberal. Algunas ciudades ponen mayor atención a la educación de la juventud,
desarrollando una disposición atlética pero con detrimento en forma y desarrollo del cuerpo.
Los espartanos se excedían en los ejercicios físicos hasta la fatiga lo que a la larga no fue una
buena educación, lo que debe hacerse es tener un equilibrio entre la educación física y la
intelectual.
Aristóteles sostiene que la música produce cierto afecto en el carácter del alma y
por lo tanto armonía. Y con referencia a esta última y a los ritmos, estos deben de distinguirse
y practicarse con un propósito educativo, finalmente la música debe practicarse por
educación, pacificación y diversión.
63
LA CORRIENTE DEL CRISTIANISMO
La fuerza particular del cristianismo consistía en propagar sentimientos que están más
allá de la individualidad, como la fraternidad, la caridad y el amor ilimitado por el prójimo.
Sostenían que sólo en la abnegación y el sacrificio de sí, en el ejemplo del Cristo crucificado,
hay verdadera salvación garantía de beatitud eterna. El cristianismo ya no hace énfasis en lo
intelectual como los griegos, sino en lo espiritual, el cual se expresa en sentimientos tales
como el amor, la piedad, la misericordia, la compasión, etc. De ellas se derivan las vías
cardinales: Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza. Para los cristianos la vida no es
cuestión de pensar, sino más bien de sentir, sobre todo sentir amor, pero no un amor carnal,
erótico o egoísta, sino un amor por toda la creación y por cada uno de nuestros semejantes.
La Ley de Dios se resume en la frase "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda
tu alma y con toda tu mente", el cual tiene como extensión una que se aplica ya
particularmente a las personas. "Ama a tu prójimo como a ti mismo", esa es la máxima que el
cristianismo inculca. De esta manera, el cristianismo logra algo que nunca pudo alcanzar el
mundo helénico, penetrar en la intimidad del hombre.
64
Recuérdese que nuestra civilización occidental es una mezcla de la cultura
grecorromana y del cristianismo.
SAN AGUSTÍN
De entre los filósofos más sobresalientes de la Edad Media está San Agustín, quien
aunque vive antes del inicio de esa época, es quien le da todo su sustento teórico. Aurelio
Agustín nació en 354 en Tagaste, Africa Romana. Su padre, de nombre Patricio era pagano;
su madre Mónica era cristiana y ejerció sobre el hijo una profunda influencia. Cultivó de joven
los estudios clásicos y a los 19 años fue atraído a la filosofía por el famoso libro de Cicerón "El
Hortencio”.
Poseía tales dotes de vivacidad, profundidad y modernidad que, bajo ese punto de
vista, estaba a la par con Platón y Aristóteles. Es uno de los máximos pensadores de la
historia de la humanidad y no sólo el más grande Padre de la Iglesia.
Por su misma naturaleza el hombre está ligado a Dios. Dice San Agustín: si fuéramos
animales podríamos amar solo la vida carnal; si fuéramos árboles podríamos amar solo lo que
no tiene movimiento ni sensibilidad. Pero somos hombres, creados a imagen de Dios y por lo
tanto podemos amar la verdadera Eternidad. El que el hombre haya sido creado a imagen y
semejanza de Dios significa que sus actividades fundamentales corresponden a las personas
divinas.
Memoria, Inteligencia, y voluntad, son las tres facultades del hombre, y corresponden a
las Tres personas de la Trinidad Divina así las tres facultades constituyen un alma única.
Así como el hombre puede buscar y amar a Dios, también puede alejarse de El quién
es el Ser, la Verdad y el Amor, y cae de esa manera en el pecado. Al hombre se le presentan
dos alternativas: vivir según la carne y debilitar o romper la relación con Dios, cayendo en el
pecado, o vivir según el espíritu, afianzando la propia relación con Dios, y prepararse a
participar en su misma eternidad.
San Agustín aborda los problemas del mundo natural a propósito de la creación. Por
su mutabilidad el mundo no es el ser, ha tenido que ser creado y no ha podido crearlo sino un
65
Ser eterno que es Dios; a través de su verbo que es el Logos o Hijo y contiene en sí las ideas
o razones inmutables de las cosas.
Según San Agustín la tierra en la cual se hayan las razones seminales (o sea, los
gérmenes) de todas las cosa naturales, es la materia. Interpreta la palabra de la Biblia de que
Dios "en un principio creó los cielos y la tierra" en el sentido de que las dos primeras
creaciones fueron por una parte el mundo celeste e intangible, y por el otro la materia informe
en cuyo seno debían formarse luego las cosas naturales.
ACTIVIDADES DE
LECTURA
Razón e intelecto
Amor
66
Marías, Julián
El tema del hombre.
Editorial Austral
México. Págs. 85 - 91.
EL HOMIBRE MEDIEVAL
SAN AGUSTÍN
Del mundo antiguo se pasa a otro mundo nuevo mediante una inflexión un tanto
brusca, señalada por el advenimiento del cristianismo. Naturalmente, esta mutación no
acontece con demasiada rapidez en la historia ni en la filosofía; pero la falta de rapidez no
suprime la brusquedad: Con esto quiero decir que la alteración sobrevenida al mundo
grecorromano, por una parte, y a la filosofía helénica, por otra, excede del mero acontecer
histórico en sentido riguroso. Para atenemos a la filosofía, baste decir que la que va a
dominar en Europa en la Edad Media no emerga de la interna evolución del pensamiento
griego, sino de la irrupción en él de supuestos totalmente ajenos, primariamente la
interpretación del mundo como realidad creada, sustentada ontológicamente en el ser de Dios.
El momento capital que acontece esta mutación filosófica es San Agustín. Claro es
que no se le puede entender aisladamente, y que su existencia sería inconcebible sin una
larga labor mental que ha preparado y hecho posible su filosofía; pero aquí se trata sólo de
escoger los puntos culminantes y más representativos, que pongan de manifiesto con la
máxima claridad el sentido del proceso intelectual a que intentamos asistir. Y San Agustín que
es, tal vez, el último hombre antiguo, no es propiamente medieval, pero sí el que hace posible
la Edad Media. Ésta comienza sólo, en el ámbito de la filosofía, hacia el siglo IX; pero se nutre
durante más de cuatro centurias, casi íntegramente, del pensamiento agustiniano. Por eso
San Agustín, aunque previo a la filosofía medieval, es su clave, y a la vez resulta en él patente
la articulación de la mentalidad helénica con la determinada por los supuestos del cristianismo.
San Agustín, nacido en Tagaste, cerca de Cartago, en 334, y muerto como obispo de
Hipona el año 430, está nutrido del pensamiento antiguo: Platón y Aristóteles, sobre todo el
67
primero, aunque por vía indirecta; los estoicos, los epicúreos, los académicos, Cicerón, Plotino,
Porfirio. A todos los conoce, los utiliza y tiene que dialogo con ellos. No se olvide que sus
primeros contactos con el mundo antiguo no son los de un cristiano; San Agustín, antes de su
conversión, se siente casi instalado en ese mundo; luego, tras su incorporación al
maniqueísmo, penetra en el complejo ámbito de las religiones orientales; por último, después
de su conversión milanesa, ve toda su vida anterior desde la superior verdad cristiana, y de
este modo asiste al nacimiento, en lo hondo de su espíritu, de un hombre nuevo: El que va a
llenar un milenio de la historia.
Sólo quiere conocer a Dios y el alma - Deum et animan scire cupio -; a propósito del
hombre recoge, sin demasiada insistencia, las definiciones antiguas - sicut veteres deflnierunt
-; pero pronto avanza, guiado por la revelación, que funciona en su filosofía, rigurosamente,
como un principio heurística, como una incitación al descubrimiento racional de la más
profunda realidad humana. Los pasos de San Agustín son de enorme alcance. Da un nuevo
sentido a las medietas ontológica del hombre, descubre su intimidad, ajena al sentimiento
griego y sobre todo lo analiza desde el punto de vista de su ser, imagen de Dios. Esta
posición es fecundísima, porque obliga a plantearse la cuestión capital del ser personal del
hombre, que quedaba en sombra, casi ignorado, en la filosofía griega. Repárese en que los
textos más agudos de San Agustín acerca del hombre no se encuentran en ninguna de las
obras que directamente se refieren a él, sino en su tratado De Triniate: El intento de
comprender siquiera en la medida de lo posible y analógicamente- el sentido del dogma
tributario obliga a la teología a hacer una teoría de la personalidad, que esclarece a la vez la
realidad más profunda del ente humano. El hombre, lmago Dei, sirve de punto de partida para
elevarse a la comprensión de Dios; pero al investigar la realidad divina, sobre todo en sus
relaciones es, la mirada que se vuelve al hombre tiene que prescindir de todo lo que es sólo
pero no él mismo, para aprender la última raíz de lo humano.
68
.comienza a hablar de la realidad humana como de un objeto externo, introduce un
sujeto - un personaje- que ponga en su boca las palabras de San Agustín y las refiera a sí
mismo. ("Cuando estas cosas están en una persona como es el hombre, alguien puede
decirnos: Estas tres cosas... son mías...") Y al mismo tiempo, esta inmediatez y cercanía con
que aborda el tema del hombre lo obligan continuamente a apartarse de él, a trasladarse a la
máxima lejanía, a referirse a Dios. El hombre agustiniano, por ser auténtico, él mismo,
envuelve en su conocimiento la referencia a la Divinidad, que se manifiesta primariamente en
él, como en un espejo.
La atención dedicada por San Agustín al tema del hombre es extraordinaria; casi toda
su obra está fuera de alusiones, cuando no de referencias concretas y considerables. Aquí
sólo he podido recoger, en la mayor desnudez posible, los puntos capitales de su meditación.
Téngase presente que las repeticiones son frecuentisimas en los escritos agustinianos, puesto
que reincide muchas veces, con diferentes propósitos, en las mismas cuestiones, y que hay no
pocas variantes en los diversos pasajes análogos un estudio determinado de la antropología
agustiniana hubiera exigido tener en cuenta todas estas diferencias...
El hombre es algo intermedio, pero entre los brutos y los ángeles; de modo que el bruto
es un animal irracional y mortal; el ángel, en cambio, racional e inmortal; y el hombre está en
medio: Es inferior a los ángeles, superior a los brutos, pues tiene con los brutos la mortalidad,
con los ángeles la razón: Animal racional mortal.
69
IMAGEN DE DIOS
Entendemos que tenemos algo donde está la imagen de Dios, a saber, la mente y la
razón, La misma mente invocaba la luz de Dios y la verdad de Dios. Por ella misma
comprendemos lo justo y lo injusto; por ella misma discernimos lo verdadero de lo falso; ella
misma es lo que se llama entendimiento, del cual carecen las bestias; quienquiera que
descuide en si este entendimiento y lo posponga a las demás cosas y así renuncie a él como
si no lo tuviera, oye las palabras del Salmo: No seáis como el caballo y el mulo, que no tienen
entendimiento (Psal., XXXI, 9).
EL VESTIGIO DE LA TRINIDAD
Pues dijo Dios: Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra. Pero poco
después se dice: Y Dios hizo al hombre a imagen de Dios. Ciertamente, no se diría de un
modo correcto nuestra si el hombre estuviera hecho a imagen de una sola persona, del Padre,
del Hijo o del Espíritu Santo. Sino que porque era hecho a imagen de la Trinidad, se dijo: A
imagen nuestra. Pero, en cambio, para que no pensáramos que hay que creer en la Trinidad
70
tres dioses, puesto que la misma Trinidad es un solo Dios, dice: Y Dios hizo al hombre a
imagen de Dios, como si dijera: A imagen suya.
Son tres las partes de que consta el hombre: Espíritu, alma y cuerpo, que por otra parte
se dicen dos, porque con frecuencia el alma se denomina juntamente con el espíritu; pues
aquella parte del mismo racional, de que las bestias carecen se llama espíritu; lo principal de
nosotros es el espíritu; en segundo lugar, la vida por la cual estamos unidos al cuerpo se llama
alma; finalmente, el cuerpo mismo, por ser visible, es lo último de nosotros.
Estas tres cosas, memoria, inteligencia, voluntad, como no son tres vidas, sino una sola
vida, ni tres mentes, sino una sola mente, no son, por consiguiente, tres sustancias, sino una
sola sustancia. (... ) Pues me acuerdo de que tengo memoria e inteligencia y voluntad, y
además que entiendo, quiero y recuerdo; y quiero querer y recordar y entender; y recuerdo a
la vez toda mi memoria y mi inteligencia y mi voluntad. Pues aquello de la memoria que no
recuerdo, no está en nuestra memoria. Por tanto, nada está en la memoria como la misma
memoria. Analógicamente, cuando entiendo estas tres cosas, las entiendo todas a la vez.
Pues no dejo de entender ninguna de las cosas inteligibles, salvo lo que ignoro. Ahora bien:
Lo que ignoro, ni lo recuerdo ni lo quiero. Por tanto, todas aquellas cosas inteligibles que no
entiendo, tampoco las recuerdo ni las quiero. En cambio, cuantas cosas inteligibles recuerdo y
quiero, las entiendo, por consiguiente. M voluntad, pues, comprende todo mi inteligencia y
toda mi memoria, mientras uso de todo lo que entiendo y recuerdo. Por esta razón cuando
todas estas cosas, son comprendidas alternativamente por cada una, es igual cada una de
ellas separadamente, a la vez, a todas, y estas, tres cosas son una sola, una vida, una mente,
una esencia.
71
EL HOMIBRE INTERIOR
Veamos ahora dónde están los confines, por decirlo así, del hombre exterior y del
interior. Por todo lo que tenemos en el alma común con el bruto, se dice aún con razón que
pertenece al hombre exterior. Pues no sólo se considerará hombre exterior del cuerpo, sino
también una vida suya unida a él, por la cual florecen el conjunto del cuerpo y los sentidos de
que está provisto para sentir las cosas exteriores. Y cuando al recordar vuelven a verse las
imágenes de imágenes de esos sentidos, grabadas en la memoria, se trata todavía de una
cosa perteneciente al hombre exterior. Y en todas estas cosa no nos diferenciamos del bruto
sino porque estamos inclinados por la figura del cuerpo, sino erguidos. Con lo cual nos
advierte el que nos ha hecho que no seamos semejantes por la parte mejor de nosotros, es
decir, por el alma, a los brutos, de los que nos distingamos por la erección del cuerpo; no sea
que rebajemos el alma a lo más elevado que hay en los cuerpos. Pues apetecer el reposo de
la voluntad en tales cosas es humillar el alma; pero así como el cuerpo está erguido
naturalmente hacia aquellas cosas que son más altas entre los cuerpos, es decir, a las
celestes, del mismo modo hay que elevar el alma, que es una sustancia espiritual, hacia las
coses que son más altas entre las espirituales, no con la arrogancia de la soberbia, sino con la
piedad de la justicia.
LA EVIDENCIA ÍNTIMA
Somos y conocemos que somos y amamos este ser y conocer. Pero en estas tres
cosas que he dicho, ninguna falsedad semejante a la verdad nos perturba. Pues no las
tocamos con ningún sentido corporal, como aquellas que están afuera y así las sentimos
viendo sus colores, oyendo sus sonidos, oliendo sus olores, gustando sus sabores, tocando lo
duro y lo blando; y manejamos también en el pensamiento imágenes de esos objetos
sensibles, muy semejantes a ellos, pero ya no corpóreas, las tenemos en la memoria y nos
excitan el deseo de ellos; en cambio, es certísimo para mí, sin ninguna imaginación engañosa
de ilusiones o fantasmagorías, que soy y conozco y amo esto. No hay que temer en estas
verdades los argumentos de los académicos, que dicen: ¿Y si te engañas? Pues si me
engaño, soy. Pues el que no existe, en verdad, ni engañarse puede; y por esto existo si me
engaño. Y puesto que existo si me engaño, ¿cómo puedo engañarme acerca de que existo,
cuando es cierto que existo si me engaño? Y, por tanto, como yo, el engañado, existiría,
aunque me engañara, sin duda no me engaño al conocer que existo.
72
73
ACTIVIDADES DE
LECTURA
1. Señala en que es distinta la concepción de San Agustín a la de los antiguos griegos, de acuerdo con el
siguiente cuadro que debes pasar en limpio y entregar para que se evalúe:
Categoría Antiguos Griegos Cristianismo Agustiniano
Principales virtudes
Espíritu
Definición de hombre.
74
Marías, Julián
El tema del hombre.
Edit. Austral.
México. Págs. 103 -111.
En este medio intelectual activísimo del siglo XIII vive Santo Tomás de Aquino (1225-
1274), nacido en Roccaseca, de la familia de los condes de Aquino, destinado por ésta, a ser
abad del espléndido monasterio benedictino de Monte-Cassino, que toma, sin embargo, el
hábito Dominicano y se dedica, hasta su muerte, a una vida espiritual y de creación teológico y
filosófica, sin interrupción y sin reposo[ ... l
Santo Tomás aborda, con dotes filosóficas muy superiores, la empresa a la que había
consagrado sus mayores esfuerzos su maestro Alberto Magno: La incorporación a la
Escolástica del pensamiento aristotélico.
Conviene no olvidar, sin embargo, que la obra mis importante de Santo Tomás es la
Summa theologica es decir, el fin principal que se propone es una sistematización de la
teología,- y este fin lo alcanza con insuperable éxito y eficacia.
75
EL ALMA NO ES EL HOMBRE
De dos maneras puede entenderse que el alma sea el hombre. Una que el hombre (en
general) es el alma; pero que tal hombre (en particular), por ejemplo, Socrátes no es el de
alma sino que es un compuesto de alma y cuerpo, y digo esto, porque algunos supusieron que
sólo la forma era esencial a la especie; pero que la materia era parte del individuo y no de la
especie. Lo cual es falso, porque a la naturaleza de la especie pertenece lo significado en la
definición. Y la definición en las cosas naturales no significa solamente la forma, sino la forma
y la materia. De donde se sigue que la materia es parte de la especie de las cosas naturales;
no tal materia determinada, que es un principio de individualización, sino la materia común.
Pues así como es de la esencia de tal hombre determinado, que conste de tal alma y tales
carnes y tales huesos, así es de la esencia de hombre (en general) que conste de alma, carne
y huesos, puesto que debe a la sustancia de la especie todo cuanto es común a la sustancia
de todos los individuos contenidos bajo esa especie.
De otra manera puede también entenderse que el alma sea el hombre, en el sentido de
que también esta alma es este hombre, y esto podría sostenerse en la hipótesis de que la
operación del alma sensitiva fuese propia de ella misma sin el cuerpo, puesto que todas las
operaciones que se atribuyen al hombre convendrían al alma sola. Decimos que es una
determinada cosa aquello que realiza las operaciones propias de esa cosa; por tanto, hombre
es aquello que realiza las operaciones propias del hombre. Ahora bien: está demostrado que
el sentir no es una operación sólo del alma. Así, pues, si el sentir es una operación del
hombre, aunque no propia, es evidente que el hombre no es solamente el alma, sino que es
un compuesto de alma y cuerpo. Por eso Platón, al afirmar que el sentir era propio del alma,
pudo sostener que el hombre era un alma que utilizaba un cuerpo.
76
adquiere por la una y pierde por la otra. De donde se sigue que lo que posee el ser por el
mismo no puede engendrarse o corromperse sino por sí mismo. Mas las cosas no
subsistentes como son los accidentes y las formas materiales, se engendran y corrompen por
la generación y corrupción de los compuestos. Ahora bien: se ha demostrado ya que el alma
de los brutos no es por sí subsistente, sino sólo el alma humana; por tanto, las almas de los
brutos se corrompen al corromperse los cuerpos; pero el alma humana no podía corromperse
sino por si misma. Lo cual esto es imposible no sólo respecto del alma humana, sino de
cualquier cosa subsistente que no sea más que forma, porque es evidente que lo que
conviene al ser por razón de sí mismo es inseparable de él, y el ser por sí mismo conviene a
la forma, que es acto. Así, pues, la materia adquiere su ser en acto al adquirir la forma, y le
sobreviene la corrupción cuando la forma se separa de ella. Y como es imposible que una
forma se separe de si misma, es imposible también que una forma subsistente deje de existir.
Y aún dado que el alma estuviese compuesta de materia y forma como dicen
algunos, aun entonces sería preciso darla por incorruptible. Porque no se encuentra la
corrupción sino donde hay contrariedad, puesto que la generación y la corrupción suponen
elementos contrarios combinados por aquélla y disueltos por ésta. Ahora bien: en el alma
intelectiva no puede haber contrariedad alguna por cuanto recibe según el modo de su ser, y
todo cuanto es recibido en ella está libre de contrariedad, pues aun las razones de los
contrarios no son opuestas en el entendimiento, siendo una sola en él la ciencia de los
contrarios. Es, pues, imposible que el alma intelectiva sea incorruptible.
Puede también sacarse otra prueba del deseo que, naturalmente, tiene cada ser de
permanecer en su modo de ser. Ahora bien: El deseo en los seres cognoscentes sigue al
conocimiento. Los sentidos no conocen el ser sino en lugar y tiempo determinado. Pero el
entendimiento aprehende el ser, absolutamente y sin determinación de tiempo. De donde se
sigue que todo ser que goza de entendimiento, naturalmente desea exisfir siempre. Y el
deseo natural no puede ser vano. Por tanto, toda sustancia intelectual es incorruptible.
77
TODO HOMBRE APETECE LA FELICIIDAD
SANTO TOMÁS
78
Dios gobierna el universo de acuerdo con un plan providencial. Pero también
establece el modo como deben acontecer las cosas, y sin duda alguna quieran que las
acciones de los hombres se desenvuelvan en libertad. En otras palabras, la libertad humana
es parte integrante del orden providencial del mundo, y por tanto este orden no sólo no la
anula sino que la vuelve posible y la salvaguarda.
Entre razones opuestas y equivalentes, la fe tiene vía fibre y es posible admitir por fe la
creación del mundo en el tiempo.
ACTIVIDADES DE
LECTURA
1. ¿En que son diferentes las concepciones del hombre de Santo Tomás y San Agustín. Para entenderlo realiza
un cuadro de doble entrada con las siguientes categorías:
Categoría San Agustín Santo Tomás
Cuerpo
79
Alma
3.- Expón; ¿Qué significa que el alma es entendible por sí y por accidente?. Pon 2 ejemplos.
4.- ¿Cuándo Santo Tomás afirma que el alma humana está compuesta de materia y forma,
quiere dar a entender que?.
80
Ejercicio II
INSTRUCCIONES: De las palabras de abajo escoge las más adecuadas para que el texto
sentido. Necesitas agregar los artículos que sean necesarios. Te sugerimos vayas marcando
las palabras ya usadas. Si alguna información no la conoces deberás buscarla en un libro de
"Introducción a la Historia de la Filosofía".
81
TERCERA UNIDAD
9
CONTENIDO TEMÀTICO
3.1 El hombre en el pensamiento moderno.
3.1.1 Rousseau
3.1.2 Kant
82
RENACIMIENTO Y HUMANISMO
El renacer es el segundo nacimiento del hombre nuevo y espiritual del que habla el
Evangelio. En el período Renacentista la palabra adquiere un sentido terrenal y mundano: es
una renovación del hombre en sus capacidades, y sus poderes, en su religión, arte, filosofía y
vida asociada. Es la reforma del hombre y su mundo, en el sentido de una vuelta a la forma
original. "Se manifiesta un exaltado amor por la vida y la dignidad del hombre, junto con un
sentimiento de abundancia inagotable de la naturaleza, expresado con fervor de las artes.,,'
En el terreno de la ciencia surgen nuevas ideas, que distan de las que la Iglesia
sostuvo como únicas verdades. Así por ejemplo, Copérnico sostuvo que la Tierra no era el
centro del Universo (Teoría geocéntrica), sino que era el Sol (Teoría Heliocéntrica). Mientras
83
que Giordano Bruno habrá de escribir que el centro del universo está en todas partes y la
circunferencia en ninguna. Bruno estima y exalta en la condición humana todo aquello que
empuja al hombre a adecuarse a la naturaleza y a Dios. Según Bruno "los dioses dieron al
hombre intelecto y manos a fin de que, formando o pudiendo formar otras naturalezas, otros
cursos, otros órdenes con el ingenio... Fuese el Dios de la tierra. Galileo Galilei desarrolla la
ley del péndulo, descubre los ciclos de la Luna, desarrolla la caída libre y desecha ideas
medievales tenidas hasta entonces como verdades absolutas.
El hombre en esta época tiende a vivir con alegría, como si hubiera descubierto un
fruto largamente prohibido.
EL NATURALISMO RENACENTISTA
Para conocer a la naturaleza, el hombre no debe hacer más que dejarla hablar, por
así decirlo, confiándose a los sentidos que se la revelan. En efecto, en cuanto sensibilidad el
hombre es naturaleza y, por lo tanto, "lo que revela naturaleza" y "lo que los sentidos
atestiguan", coinciden a la perfección. La sensibilidad no es otra cosa que la autorrevelación
de la naturaleza a esa parte de ella misma que es el hombre.
84
ROUSSEAU
Muchas de las actitudes que Rousseau desarrolló tanto frente a la educación como
frente a la vida en general se debieron en gran parte a su propia vida insegura y de manera
especial a sus primeros intentos falsos de encontrar una vocación. Sufrió de cierto sentido de
frustración y de insatisfacción, y mostró gran antipatía frente a la sociedad en que les toco
vivir.
En su obra "La nueva Eloísa", expresa de manera novedosa muchas de las ideas que
posteriormente sostendría en el Emilio, contiene una ilustración de la educación doméstica,
donde a los niños se les educa en casa, fuera de las influencias corruptoras de la sociedad y
de esa manera pueden preservar su bondad natural.
85
Rousseau sostenía que la naturaleza del niño es intrínsecamente buena y que,
contrariamente a la doctrina cristiana del pecado original, no existe ningún mal en el niño
recién nacido. Todo sale perfecto del autor de la naturaleza, en las del hombre todo
degenera.
La educación al viejo estilo es deletérea por eso mismo, puesto que trata de convertir al
niño en un buen ciudadano, ello significa educar al hombre para los otros, en vez de para sí
mismo.
86
Palacios, Jesús.
La cuestión escolar.
Editorial Laia. 1981.
Al igual que tantas obras geniales, el Emilio llegó en el momento adecuado. Los hijos
de la aristocracia y la alta burguesía francesa del siglo XVIII carecían de educación familiar.
De la nodriza que los amamantaba, los niños pasaban al ayo que los educaba, que no era
sino un criado de rango superior. Más tarde, los niños ingresaban en los colegios (en 1710 los
jesuitas dirigen seiscientos doce de estos colegios y un buen número de universidades), en los
que se les enseñaban cualidades relumbrantes y superficiales que hacían de ellos hombres de
mundo más o menos brillantes. Como vimos, la educación que se impartía en estos colegios
era, dentro de su clasicismo, puramente formal; enseñaban a hablar bien, no a pensar con
profundidad. Para la formación moral utilizaban en amplia medida la emulación, distinguiendo
a los alumnos aventajados con pomposos nombres (pretores, decuriones ... ) así como el
espionaje mutuo, perdonando a los que hablaban francés si descubrían a un compañero que
no hablase el obligado latín. Precisamente lo que Rousseau (1712-1778) hace en el Emilio es,
según J.J. Lecercle, "tomar sistemáticamente el contrapie de los métodos jesuitas".' En este
sentido, las ideas centrales del libro de Rousseau son una respuesta a la necesidad de formar
un nuevo hombre para una nueva sociedad.
Pero Emilio es más que una reacción contra el pasado y una prospectiva de cara al
futuro. Es también un punto de convergencia. Rabelais, Montaigne, Locke y otros pensadores
humanistas, caracterizados Por actitudes liberales en educación, influyen sobre Rousseau y,
seguramente, hacen posible su obra. Las teorías pedagógicas no tradicionales son anteriores
a Rousseau, y sin duda le influyen, pero él es el primero en escribir sobre la materia una obra
de la importancia y profundidad del Emilio.
87
Pero, sobre todo, Rousseau es un gran precursor. Sorprende encontrar entre las
páginas del Emilio planteamientos e incluso manera de formularlos- que siglo y medio
después se encuentran en obras de psicólogos y pedagogos de renombre y que doscientos
años más tarde van a formular corrientes tan poco sospechosas de filoclasicismo como la de la
desescolarización. Su planteamiento del problema educativo, su forma de entender los
procesos de aprendizaje, el modo como encara la relación profesor-alumno, hacen de
Rousseau un critico de la educación de actualidad.
Si entre todos los demás hubiese que destacar uno de los hallazgos de Rousseau, éste sería
el descubrimiento del niño; el descubrimiento de que el niño existe como un ser
substancialmente distinto del adulto y sujeto a sus propias leyes de evolución; el niño no es un
animal ni un hombre; es un niño: "la humanidad de una teoría no depende de la ideología que
ha permitido descubrirla, que se hace presente o se infancia tiene también el suyo en el orden
de la vida humana; es preciso considerar al hombre en el hombre y al niño en el niño” ,”cada
edad y cada estado de la vida tiene su perfección conveniente, su peculiar madurez" . Y no
sólo es la infancia una etapa, sino que es un conjunto de estados sucesivos que conducen al
hombre. Rousseau supo ver que el desarrollo del niño pasa de edad en edad por estadios
sucesivos, el Emilio está dividido en cinco partes que no son sino cinco etapas evolutivas de la
infancia; etapas, por lo demás, como la señala Wallon, que son, prácticamente, las que hoy se
formulan y, con toda probabilidad, las de siempre. Como el mismo Wallon indica en su
introducción a la obra, la pedagogía rousseauniana está dominada por el principio de que el
niño no es un adulto y, por lo mismo, no debe ser tratado como tal; antes de llegar a adulto, el
niño tiene que atravesar unas etapas y cada etapa exige una aproximación, un trato y una
labor diferentes. Este es, muy posiblemente, el gran descubrimiento de Rousseau, y tal vez
todos los demás sean reducibles a él.
Esto supuesto, el problema que plantea Rousseau es el del desconocimiento del niño;
si pretendemos educarlo antes debemos conocer su naturaleza, y si la educación que se
proporciona a los niños es tan inadecuada, ello se debe, en gran parte, a la ignorancia de sus
características y necesidades. “Desconocemos a la infancia - dice Rousseau- y con las
falsas ideas que de ella tenemos, cuanto más avanzamos en su conocimiento más nos
desviamos”.
88
La critica que hace Rousseau a la educación usual de su época se basa, precisamente, en
que al desconocer la naturaleza del niño, va contra ella. La educación, según él, sólo sirve
para enseñar la falsedad "para hacer dobles a los hombres", que, aparentando hacer el bien a
los demás, no buscan sino su propio provecho. Tal y como se imparte, la educación no sirve a
la persona; por el contrario, va contra ella; “no considero institución pública esos
establecimientos irrisorios llamados colegios".'
La educación clásica se equivoca en por lo menos, dos cosas. Una de ellas se refiere
a los conocimientos del niño. Efectivamente, se le atribuyen al niño los que no posee y se
razona o discute con él sobre cosas que no está capacitado para comprender e incluso con
razonamientos incomprensibles para el niño; la razón, que es un compuesto de las demás
facultades del hombre y que, por lo tanto, se desarrolla tardíamente, es utilizada en los
colegios para hacer evolucionar esas facultades anteriores a ella; Rousseau lo señala con
ironía: el objetivo de la educación es hacer racional al hombre y la educación lograr este
objetivo por medio de la razón; "eso es empezar por el final y querer hacer del instrumento la
obra" .
¿Qué atención puede prestar el niño a discursos que no comprende, a problemas que no le
interesan, a palabras que no entiende? ¿Qué motivación puede significar para él pensar en las
alegrías del futuro cuando no se lo deja respirar en el presente? ¿Qué provecho puede sacar
de sus relaciones con unos compañeros con los que tiene que competir y a los que debe
espiar? Da la impresión de que los colegios no están hechos para los niños; por lo menos,
para la educación: "las lecciones que los escolares aprenden entre sí en los patios de los
colegios les son cien veces más útiles que todas las que se enseñan en la clase".
89
II. EDUCACIÓN: NATURALEZA Y ACCIÓN
En primer lugar, la artificialidad de que se rodea al niño. Desde que nace se le aparta
de la naturaleza, que es, según Rousseau, como su hábitat natural. Y no sólo se aparta al
niño de la naturaleza, sino que se impide a ésta ejercer su influencia sobre él; el adulto obra
en lugar de la naturaleza, dictando sus operaciones, en vez de dejar que sea la naturaleza
quien actúe en el niño y sobre él; el adulto se empeña en buscar modelos artificiales, cuando
la naturaleza es para el niño el profesor más idóneo y el modelo más adecuado. Y cuanto
más se más se educa a un niño más se le aleja de la naturaleza y, al tiempo, de la sabiduría:
"Más lejos de la sabiduría está un niño mal instruido que otro que no ha recibido ninguna
instrucción”.
90
humano viene a través de los sentidos, la primera razón del hombre es una razón sensitiva, y
de este modo nuestros primeros maestros en filosofía son nuestros pies, nuestras manos,
nuestros ojos". Sustituir todo esto con libros, continúa Rousseau, no es aprender a pensar,
sino aprender a servirse de la razón de otra persona, aprender a creer mucho y no saber
nada.
Sorprende la penetración psicológica de que a veces hace gala Rousseau. Según él,
el manejo de los objetos ayuda al niño a distinguir el yo del mundo que le rodea; la idea de
espacio, lugares y distancia se desarrollan, y adquieren gracias al movimiento. Como
concluye Wallon, un psicólogo de hoy no tendría nada que objetar a estas y parecidas
indicaciones.
Dos aspectos más del problema, que pueden sintetizarse en uno: El primado de los
lenguajes adultos - el verbal y el escrito- sobre el infantil - el de las sensaciones, las acciones,
los juegos.
91
desconocen, pero la verdad es que "desde la primera palabra con la cual se contenta el niño,
desde la primera cosa que aprende, a través de la palabra de otro, sin que él vea para qué
sirve, se ha descarriado su juicio; brillará largo tiempo a los ojos de los necios antes de que
repare su pérdida". Por otro lado, la educación se convierta en manipuladora a través del
lenguaje, pues, como el mismo Rousseau lo señala, cuando una persona se acostumbra a
pronunciar palabras que no comprende, fácilmente se la hace decir lo que interesa que diga.
Están por otro lado, los contenidos que esas palabras transmiten, las cosas que al niño
se le hace aprender. Reyes, fechas, términos heráldicos, geometrías, matemáticas, geografía,
etc., y tantas otras cosas que carecen de sentido y unidad y que esclavizan la infancia, se van
imprimiendo en un cerebro cuya plasticidad y flexibilidad estaban destinados a mejores fines.
Además, de nada sirve al niño asimilar estos catálogos de signos que carecen para él de
modo; cuando aprenda sobre las cosas, en con ellas, ya aprenderá estos signos, así es que
es absurdo enseñarselas y que las aprenda dos veces.
Los libros no salen mucho mejor parados. Como "instrumentos de tortura" y "azotes de
la infancia", los libros son para Rousseau, aborrecibles. El niño debe, en efecto, saber leer,
pero cuando le interese y le sea útil hacerlo; si no, leerá sin sabor lo que lee y la lectura, en
estos casos, se convierte en un medio más de aprender palabras, en un obstáculo para la
verdadera educación. Así pues, el instrumento escolar por antonomasia, el libro, es un
instrumento contrario a la educación.
Lo que con todo esto se consigue costa mucho de ser el niño educado que las
escuelas pretenden fabricar. A la menor objeción el niño ya no se acuerda de nada; al se la
da la vuelta a un razonamiento o a una figura, ya no los reconoce; su inteligencia y su
memoria se quedan casi en el ámbito de los sentidos; "por armarle con algunos instrumentos
vanos de los cuales tal vez no hará uso, le quitáis el instrumento más universal del hombre,
que es el discermiento". El niño, por su parte, prefiere fingir que ha entendido lo que se te ha
obligado a escuchar y aprender tácticas extrañas para salir adelante. Así se hacen las
educaciones brillantes, concluye Rousseau.
92
mediatización del maestro y la crítica a la educación lleva necesariamente aparejada la crítica
a sus "portadores": "La mayor parte de los razonamientos perdidos lo son más por culpa de
los maestros que de los discípulos”. Pero el problema es aún más profundo y toca también
la cuestión de las actitudes; ¿cómo, se pregunta Rousseau, pueda un niño ser educado
correctamente por personas que, ellas mismas, no han sido bien educadas?
Sin duda alguna, una de las más valiosas instituciones de Rousseau, y, al tiempo,
una de sus ideas más comúnmente recogida por los movimientos de renovación educativa, es
la de que toda educación debe partir del interés del que se va a educar. El interés actual, dice
Rousseau, es el gran móvil de la pedagogía, el único que lleva lejos y con seguridad. El
instinto de crecimiento, privativo de la raza humana, debe ir ligado a los intereses y al
esfuerzo, si es que debe desenvolverse con éxito. La educación que no se base en el interés,
que ponga a éste lejos del alcance del niño, está, de antemano, condenada al fracaso: “Es
una necedad exigir que se dediquen a cosas que sólo de una forma muy vaga les dicen que
son para el bien suyo, desconociendo qué clase de bien es ese que los aseguran que les ha
de ser provechoso para cuando sean adultos, pero sin que ningún interés tengan por el
momento para ese pretendido provecho, el cual no pueden comprender. Toda enseñanza, si
se quiere que enseñe realmente algo, debe responder a la curiosidad y a las necesidades del
niño, debe ser una respuesta a los problemas que a él se le plantean, debe ser deseada y
aceptada con gusto. Si no se montan sobre esta base las cosas, el niño se verá agobiado y
aburrido y no pondrá en juego sus posibilidades, pues la atención y el esfuerzo provienen de la
afición y el deseo, pero no de la obligación.
Esto quiere decir, si es que el niño evoluciona a través de una serie, de etapas, que,
puesto que cada una de ellas tendrá sus propios intereses, sus propias motivaciones, los
contenidos de la educación deben ir variando según éstas cambian. Se ha hablado siempre -
y quizá no con toda razón- de que, según Rousseau, la educación debe ser negativa hasta los
doce años. Es cierto que Rousseau ha escrito que la pubertad, que es la época en que "se
terminan las educaciones ordinarias, es propiamente aquella en que ha de empezar la
nuestra"." Pero no es menos cierto que a los doce años Emilio había recibido ya una
consistente educación - no precisamente racionalista- por parte de Rousseau; no podía ser de
93
otra manera: Ya hemos visto que desde su temprana infancia el niño se interesa por los
objetos, por algunos fenómenos físicos, etc.; el maestro da respuesta a este interés y, al
hacerlo, educa al niño; no es una educación tradicional, alejada de la realidad, verbalista y
libresca, pero - y precisamente por eso- es educación.
Detrás de todo esto, como es fácil adivinar, se esconde una nueva filosofía de la
educación. La educación es, para Rousseau, el procedimiento por el que se da al hombre
todo lo que no tiene al nacer y necesita para la vida. La educación proviene de tres instancias:
La naturaleza, los hombres y las cosas. La educación de la naturaleza es, según Rousseau,
el desarrollo interno de los órganos y facultades congénitas; los hombres, a través de sus
enseñanzas, muestran cómo utilizar ese desarrollo; y, por fin, las cosas educan en la medida
en que se actúa sobre ellas, en la medida en que hay una experiencia sobre ellas. La
educación de los hombres es lo que ahora nos interesa. Vamos a analizar los principales
postulados de la nueva actitud sostenida por Rousseau.
En primer lugar, la educación debe centrarse más en el niño y menos en el adulto: "Tenemos
la manía pedantesca de enseñar a los niños lo que por sí mismos aprenderían mucho mejor, y
olvidamos lo que sólo nosotros les podemos enseñar.” Si el gran descubrimiento de la
"psicología" de Rousseau es el niño como ser distinto del hombre, uno de los grandes
hallazgos de su ”pedagogía” es la consideración de los intereses y la capacidad de
aprendizaje del niño como principales pilares de su sistema.
Un tercer postulado engloba, de hecho, otros dos: (Que debe enseñarse al niño y
cuando debe enseñársele. Respecto a lo primero, Rousseau lo expone con gran claridad:
“Recordar siempre que el espíritu de mi sistema no enseñar muchas cosas al niño, sino el de
94
no permitir que se metan en su cerebro otras ideas que las justas y claras”. La cantidad de los
conocimientos que se dan al niño está reñida con su calidad y lo que se gana en apariencia se
pierde en profundidad. Tan importante como esto es el momento en que se imparten al niño
estos conocimientos. Al niño se te debe dar siempre lo bastante, nunca lo demasiado, y se le
debe dar en el momento apropiado, que es al momento en que lo necesita, La educación
tradicional peca de apresuramiento y produce un efecto opuesto al que se propone: "el gran
daño de la precipitación es obligar a hablar a los niños antes de que estén en edad de
hacerlo . Reducid, pues, lo más posible el vocabulario del niño. No le conviene tener más
palabras que ideas, ni que sepa decir más cosas de las que puede pensar". A causa de esta
precipitación los niños hablan más tarde y con más confusión.
95
de ser siempre dueño de sí mismo y no contrariando su voluntad. Pero esto no es lo que hace
la educación tradicional:
“Le acostumbráis a que siempre se deje guiar; a que no sea otra cosa que una máquina en
manos ajenas. Queréis que sea dócil cuando es pequeño, y eso es querer que sea crédulo y
embaucado cuando sea mayor”, algo similar hemos visto que sucedía en la educación
intelectual: Al sustituir la razón por la autoridad, el niño deja de razonar y se convierte en
juguete de la opinión de los demás.
96
los maestros y que la pretensión de que aprendan a decir la verdad no es otra cosa que
enseñarles a mentir".
ACTIVIDADES DE
LECTURA
3. ¿Qué es el niño para Rousseau? Deduce de la lectura cuales son sus concepciones de lo
que sea el niño y el adulto. A partir de ello formada una idea de lo que sea el hombre.
97
4. Busca que se entiende actualmente por aprendizaje significativo y explica en que sentido
esto mismo ya era intuido por Rousseau.
98
5.- Rousseau habla que la educación empieza al nacer. Describe con sencillez sus ideas.
6. ¿De que manera afectan las costumbres y actitudes sociales a la educación infantil?
Detalla algunas formas en que la sociedad distorsiona la educación infantil, según
Rousseau.
7. Compara la idea de intelecto que tiene Santo Tomás con la de Rousseau. Describe en qué
son diferentes.
8. Da tres deficiones de educación que tendría Rousseau. Alguna de ellas puede tomarse
literalmente, pero otra (s) deberá (n) deducirse
99
HIERRO, Graciela
"La Filosofía de la educación en Kant"
Teoría NO. 1 años 1.
UNAM 1980.
Toda FE supone una idea de la filosofía, como punto de partida obligado, que sirva de
referencia para encuadrar las ideas educativas. La filosofía kantiana sostiene y fundamenta
todo el andamio pedagógico al que hacemos referencia. La FE de Kant supone
primordialmente su concepto como la razón última del quehacer educativo. En ese sentido, se
podría decir que la meta de la educación para Kant consiste en: La formación de hombres y
mujeres capaces de guiar su vida por el imperativo categórico.
La acción educativa se lleva a cabo sobre los hombres desde su primera infancia. Para
que se realice en forma efectiva, hay la necesidad de conocer a estos hombres, tanto en su
dimensión ontológica, como es su actuar cotidiano. La ontología kantiana dará razón de la
dimensión peculiar del ser humano; la observación cuidadosa de la conducta diaria permitirá al
filósofo conocerla en sus manifestaciones, concretas y específicas.
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Por último, la didáctica, el "cómo hacer a los hombres, educados", tiene en Kant
también su soporte filosófico. Toda la pedagogía propiamente dicha, se desprende de su
teoría del conocimiento. La educación intelectual, es decir, la adquisición de conocimiento,
deberá seguir la jerarquía del conocer que marca la "epistemología kantiana en la Crítica de la
razón pura en lo que toca a la experiencia, el entendimiento y a la razón. La educación y la
religiosidad; la educación y el orden social, se presentan también en base a sus ideas
religiosas y políticas, a la luz de su concepción de Dios y del papel del Estado. En
suma, la FE de Kant se localiza en la mayoría, de los escritos del filósofo. Sus Reflexiones
sobre la educación sólo representan las 'pistas" de su filosofía de la educación completa. Se
muestra así, con toda evidencia en este pensador, el vinculo indisoluble que existe en la
filosofía y la educación.
El propósito del presente ensayo se limita a destacar las "pistas' sobre la FE kantiana,
a las que antes hacíamos alusión, Para cumplir este objetivo, analizaremos brevemente el
texto pedagógico mencionado, y señalaremos, en forma necesariamente esquemática, las
relaciones que se ponen de manifiesto entre este texto y las tesis principales de la filosofía
kantiana. Servirá pues como prolegómeno para una FE de Kant.
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Kant: "Debemos constatar que el niño actúe rectamente... pero no únicamente que actúe
recto, sino que lo haga porque es recto." Es decir, que cumpla el imperativo categórico. El
carácter es, hasta cierto punto, producto del mérito personal, como el talento lo es de la
herencia (la educación, que proviene de los demás, forma el carácter).
Por otra parte, el problema educativo para Kant es el más grave de los problemas
humanos. Porque la educación depende de la penetración ("insight") del conocimiento del
educador; y esta penetración depende, a su vez, de la educación del educador. De ahí que:
"El proceso educativo sea sumamente lento y se vaya perfeccionando a través de las
generaciones".
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2. LA IDEA DEL HOMBRE
Para entender la idea de naturaleza humana que sostiene Kant, se hace necesario
precisar dos expresiones terminológicas. El filósofo distingue en principio la noción de
"germen" (Keim) y la noción de "disposición". En su articulo acerca de: Las diferentes razas
humanas (1775-1777) escribe: 'Los principios de un desarrollo determinado que reposan en la
naturaleza de un cuerpo orgánico (animal o vegetal) se llaman gérmenes, si ese desarrollo
afecta a ciertas partes; pero si afecta sobre el tamaño o las relaciones de las partes entre sí,
yo les llamo disposiciones naturales." A continuación veremos cuáles son estas disposiciones
naturales en cuanto se refiere a los hombres. El hombre posee naturalmente una triple
disposición afirma Kant, y así, en su Antropología dice: Entre los seres vivos que habitan la
tierra, puede fácilmente reconocerse al hombre, por su disposición técnica (la actitud mecánica
consciente); por su disposición pragmática (de utilizar a los demás hombres para sus propios
fines); y por su disposición moral (actuar en relación a sí y a los demás de acuerdo con el
principio de la libertad, es decir, conforme a leyes).
Pero, dado que "El hombre es el único ser que necesita educación", los rasgos
naturales del hombre sólo son 'disposiciones' y requieren del proceso educativo. Los animales
son por instinto todo lo que pueden ser, no hay necesidad de educación en ellos. El hombre
no tiene instinto que lo guíe, de allí que tenga que formarse él mismo un plan de vida y llevar a
cabo los arreglos sociales necesarios para su convivencia. A cada una de estas disposiciones
corresponden reglas determinadas que el hombre descubre, y al seguirlas, convierte sus
disposiciones en rasgos de carácter. Estos son los imperativos: "Técnicos', "pragmáticos" y
"morales". Es así que, a través de la educación física se desarrollarán las disposiciones
técnicas, mediante la instrucción y la convivencia social se desarrollará la disposición
pragmática. La educación del carácter culminará con la formación moral.
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También por naturaleza el hombre ama la libertad, y este amor es tan fuerte, nos dice
Kant, que si se acostumbra a ella desde su infancia nunca más renunciará a su posesión Es la
libertad la que inclina al hombre a su naturaleza animal. Sin embargo, esta libertad que ama el
hombre no es el amor noble a la libertad del que habla Rousseau sino la 'barbarie", es decir,
la naturaleza animal que no alcanza la dimensión humana.
Lo anterior hace que las posibilidades de desarrollo del hombre sean infinitas. Es difícil
estimarles puesto que, en primer lugar, surgen por la acción educativa que nos es impartida
por otros hombres que a su vez no han desarrollado todas sus potencialidades. Por otra para,
las capacidades humanas, unas son impartidas al hombre por la educación y otras:
Desarrolladas en el hombre por la educación. De allí que concluya Kant que sólo por la
experiencia podríamos ir conociendo las capacidades humanas. Y así afirma analógicamente
que: "Si algún ser de naturaleza superior a la humana nos educara, entonces podríamos saber
lo que el hombre puede alcanzar”
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3. LA EDUCACIÓN INFANTIIL
Consiste en el cuidado cariñoso de los padres a sus hijos; de impedirles que usen
sus poderes físicos en forma que resulte peligrosa para ellos. El objetivo de la educación
infantil es hacer de los niños seres sanos y fuertes.
Una vez que el niño ha adquirido el habito de hacer lo que le mandan estará listo
para la segunda parte del aprendizaje. Esto es, para la instrucción que le posibilite a pensar
por sí mismo. En un principio, se le dará cierta libertad, aunque siempre habrá reglas
impuestas que deberá seguir.* Lo anterior para desarrollar el carácter: Que consiste en el
sentido de libertad y restricción que le permitirá la "inevitable presión social", entendida ésta
como la necesidad de mantenerse. La regla que aprenderá será la de respeto a la libertad
de los otros. En tanto que no interfiera con la libertad de los demás, gozará de "libertad
perfecta".
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El paso subsecuente reside en el aprendizaje a contribuir a la realización de los
fines de los demás y que en esta contribución radica la medida de la posibilidad del
cumplimiento de sus propios fines. Estas dos reglas: El respeto a la libertad del otro y la
obligación de contribuir a los fines ajenos, constituyen la disciplina dentro del carácter.
Las reglas anteriores son muy difíciles de ser seguidas por aquellos que han
padecido un amor materno excesivo o a las clases adineradas donde generalmente nadie se
opone a sus deseos.
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Por último, la instrucción física consiste en el mejor desarrollo de las potencialidades
físicas. Se hace énfasis en todo aquello que posibilite la adquisición de fuerza y destreza
corporales, a fin de alcanzar agilidad, rapidez y confianza en sí mismo. 'Lo que se desea es
que el niño se baste a sí mismo."
Kant se refiere al cultivo de las facultades mentales, pero lo hace sólo en forma
incidental. Resulta necesario relacionarlo con otros éxitos en lo que se refiere al
entendimiento, al juicio y a la razón.** Así afirma únicamente que el entendimiento es el
conocimiento de lo general. El juicio, la aplicación de lo general a lo particular, mientras que la
razón es el poder para comprender la relación entre lo general y lo particular.
Las dos consideraciones pedagógicas más importantes que plantea son: Que las
facultades mentales inferiores deben cultivarse en vista de las superiores; y que ninguna
facultad mental debe ser cultivada sin relación con las otras. Por ejemplo, la buena memoria
sin el juicio no sirve de nada; la imaginación debe desarrollarse para mejorar el entendimiento.
El método socrático resulta el más apropiado para la "cultura de la razón". Las ideas,
piensa Kant, deben surgir de la propia razón. Especialmente las que se refieren a cuestiones
del deber (recuérdese el papel de la autonomía dentro del pensamiento ético de Kant).
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6. LA EDUCACIÓN PRACTICA
En suma, la educación práctica es la educación del aire libre que puede mantenerse a
sí mismo, y tomar el lugar que lo corresponde dentro de la sociedad conservando a la vez, el
sentido apropiado de su individualidad.
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Con respecto a la educación religiosa se recomienda, siguiendo a Rousseau, que se
enseñe al educando, el orden natural y el orden social, y de allí la idea de un ser supremo
legislador universal. Pero de hecho, sucede que la educación religiosa se da en la infancia y
conviene seguir algunos principios básicos. Evitar en lo posible la memorización de los
religiosos y comportamientos meramente imitativos de prácticas religiosas. En última
instancia, los religiosos son las leyes del deber que deben ser cumplidos por ser tales y no por
miedo al castigo divino. Y así dice Kant que: "La religión es la ley dentro de nosotros y
adquiere mayor énfasis puesto que proviene de un Legislador y un Juez que está sobre
nosotros, Es la moralidad aplicada al acontecimiento de Dios."
Es decir, los padres se preocupan de la familia, los gobernantes del Estado y ninguno
de ellos del bien universal. Sin embargo, la educación pública es la mejor educación para
formar a los ciudadanos. Kant distingue al hombre del ciudadano, lo que no hace por ejemplo
Aristóteles o Marx. El ciudadano educado en los cortos del Estado será mejor ciudadano; el
hombre se educa para el estado perfecto y ésta es la verdadera educación a juicio de Kant.
La bueno educación depende de los educadores conscientes que tienen a la vista el bien
universal y la perfección a la que está destinado el hombre. Es decir, el buen educador es el
que conoce la filosofía moral kantiana, es entonces puede derivar de este conocimiento las
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direcciones y los principios educativos. Y esta será la condición de posibilidad de que la
educación alcance el rigor científico del que ha carecido hasta la época de Kant.
La duración de la educación debe ser hasta que se esté listo para ser padre. Es decir,
cuando ya se posea el conocimiento y es tenga el carácter idóneo para educar a sus propios
hijos. Porque en gran medida, la educación se realiza a través del ejemplo de los padres.
7. LA CIENCIA DE LA EDUCACIÓN
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Siguiendo a Frankena pensamos que para Kant, la FE cae bajo el rubro de la filosofía
práctica, en cierto sentido constituye la "ética aplicada'. Puesto que da las cosas de lo que se
debe hacer y su fundamento (una FE normativa).
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ACTIVIDADES DE
LECTURA
1. ¿Cuál es el concepto de educación y didáctica para Kant?
3. ¿De qué manera Kant identifica a la educación con la ética? ¿Cómo vincula esto con la
cultura y el Estado?
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5. Cómo se forma la ciencia de la educación. ¿De que manera aprenden las personas?
La educación
intelectual
La educación práctica
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CUARTA UNIDAD
CONTENIDO TEMÁTICO:
4.1 Marx
4.2 Nietszche.
4.3 Freud.
4.4 Ortega y Gasset.
4.5 Los existencialistas: Sartre, Heidegger, Jaspers y Marcel.
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Buber, Martín
¿Qué es el Hombre?
Editorial, Fondo de Cultura Económica.
México, D.F., Pág. 18-20, 50-54.
(Texto adicionado y corregido libremente)
Lo que Marx ofrece a los hombres de su tiempo no es una imagen del mundo sino
una imagen de la sociedad, mejor dicho: La imagen del camino a través del cual podrá llegar
la sociedad humana a su perfeccionamiento.
[Para lograr este propósito Marx utilizó el método dialéctico, el cual Hegel había
tomado de Platón. Hegel usaba el método sólo para aclarar ideas. Marx trató de usarlo
aplicándolo en la realidad, concretamente, en la explicación de como las relaciones de
producción Determinan la forma como se organiza una sociedad. ]
[El marxismo mas que un sistema filosófico, es una interpretación metódica y critica
de las condiciones económico - políticas de la sociedad. Su fin no es propiamente
contemplativo, sino eminentemente práctico: lograr la transformación social de las estructuras
capitalista para integrar al hombre de la nueva sociedad comunista "Los filósofos se han
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limitado a interpretar al mundo en sus diversos maneras, pero de lo que se trata es de
transformarlo "escribe Marx en su Tesis sobre Feuerbach. Para que la teoría adquiera un
valor real debe fundarse y someterse a la práctica. "Y el medio fundamental para transformar
revolucionariamente la sociedad es, según el marxismo la implantación de la dictadura del
proletariado ".' "La historia de la humanidad no está gobernada por ideas abstracta como
piensa Hegel, sino que es el hombre mismo el responsable de su propia historia, aunque no
totalmente, pues tiene que recibir del pasado el legado cultural que otros le transmitan y sobre
el estado en que se encuentren las condiciones económicas heredadas, seguir construyendo
su futuro.
Lo que provoca los cambios de la sociedad son las luchar de clases. Estas acontecen
por las grandes contradicciones sociales. Los “poseedores quieren mantener su situación
privilegio y seguir reteniendo los bienes de producción a costa de explotar a los desposeídos,
quienes no cuentan más que con su fuerza de trabajo.
El hombre del que había Marx es un ser social, pero él describe con mayor amplitud a
la clave social del proletariado, la cual según Marx está llamada a ser la que redimirá a la
humanidad.
El mundo del hombre es la sociedad. Mediante esta reducción se logra, en efecto, una
seguridad que las masas proletarias por lo menos durante una época, han aceptado e
incorporado realmente a sus vidas. Es verdad que a la reducción se añade todavía algo más,
especialmente importante. Hegel ve la culminación de los tiempos en sus propios días, en los
que el espíritu absoluto arriba a su meta. Claro que Marx no puede ver la alborada de esta
plenitud en al época del apogeo del capitalismo, que tiene que ser suplantada por el
socialismo consumador. Pero ve en su época algo existente y cuya existencia parece
anunciar y garantizar la plenitud de los tiempos: El proletariado. Su existencia encarna la
superación del capitalismo, la "negación de la negación". "Cuando el proletariado, dice Marx,
proclama la disolución del orden actual del mundo, no hace sino proclamar el secreto de su
propia existencia, que no es otro que la disolución de hecho de este orden del mundo".
Esta tesis "al le permite a Marx ofrecer me seguridad al proletariado. No necesita creer
en otra cosa que en su propia pervivencia hasta la hora en que de su existencia se origine su
acción. El porvenir aparece vinculado al presente vivido de inmediato y garantizado por él. El
pensamiento no posee el poder de estructurar la vida real del hombre, pero la vida misma sí
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posee este poder, y el espíritu lo posee cuando reconoce el poder de la vida y vincula su
propio poder, que por su índole y acción es diferente, al poder de la vida.
En esta su visión del poder de la vida social Marx tiene y no tiene razón. Tiene razón
porque, en efecto, es la vida social, como toda vida, la que engendra las fuerzas que podrán
renovarla. Pero no tiene razón, porque la vida humana, a la que pertenece lo social, se
diferencia de todos los demás géneros de vida porque en ella quien decide es una fuerza
diferente de todas las demás fuerzas: Se diferencia, en efecto, de ellas porque no representa
una cantidad sino que da a conocer la medida de su potencia en la acción misma. Y depende
de la dirección y potencia de esta fuerza la medida en que podrán actuar las fuerzas
destructoras.
[,El tema central de Marx es la transformación del trabajo sin sentido, enajenado, en un
trabajo productivo libre”. En efecto Marx sostiene que el trabajador se ha enajenado de su
trabajo. La historia de la humanidad es en gran medida la historia de la explotación del
hombre por el hombre". "El socialismo de Marx se origina como una radical protesta - lo
mismo que el' cierto sentido lo han sido las diferentes corrientes del existencialismo - contra la
enajenación del hombre en la era industrial.-
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posible, para que el trabajo cumpla su verdadera función, es indispensable que se trate de un
trabajo libre y no enajenado "
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ACTIVIDADES DE
LECTURA
1. Describe en que consiste el método dialéctico que usó Marx. Distingue el método tal
como lo usaron Hegel y posteriormente Marx.
2. Distingue el concepto de "hombre" que tiene Marx. Aclara por qué se dice que su
concepto de hombre está basado en una perspectiva social.
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4.Aclara la razón por la cual Marx consideraba que el proletariado era la clase destinada a
conducir los destinos de la sociedad postcapitalista.
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Marías, Julián.
El tema del hombre.
Edit. Austral.
México. Páginas 259 - 261.
Nietszche
EL VALOR DE LA VIDA
"El valor de la vida". La vida es un caso particular; se debe justificar toda existencia, y
no solamente la vida; el principio justificador es un principio por el cual se desarrolla la vida.
Valor es la mayor cantidad de poder que el hombre puede arrojarse: ¡El hombre, no la
humanidad! La humanidad es un medio, más bien que un fin. Se trata del tipo: La humanidad
es simplemente el material con el que se intenta llegar al tipo, es la enorme superabundancia
de loa fracasados: Un campo de ruinas.
(La Voluntad de poder, 706, 713)
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EL SUPERHOMBRE
Los más cavilosos preguntan hoy: "¿Cómo se conserva el hombre?' Pero Zaratustra
pregunta lo que es él el primero y el único en preguntar: "¿Cómo será "superado” el hombre?'
lOh hermanos míos! lo que yo puedo amar en el hombre es que es una transición,
una decadencia. Y en vosotros también hay muchas cosas que me hacen amar y esperar.
Habéis despreciado, ¡oh hombres superiores!, y esto es lo que me hace esperar, pues
los grandes despreciadores son también grandes veneradores.
Os habéis desesperado, y esto constituye una honra para vosotros, porque no habéis
aprendido a rendiros, ni habéis aprendido las pequeñas prudencias
¡Superad, hombres superiores, las pequeñas virtudes, las pequeñas prudencias, las
consideraciones para los granos de arena el hormiguero de las hormigas, el miserable
contento de sí mismo, la 'felicidad del mayor número"!
Nuestra naturaleza es crear un ente superior a nosotros mismos. ¡Crear por encima de
nosotros! Ese es el instinto de la acción y de la obra. Del mismo modo que toda voluntad
supone un fin, del mismo modo el hombre supone un ser que está presente, pero que
representa el fin de toda su existencia. ¡Esa es la libertad de toda voluntad! En el fin reside el
amor, la veneración, la visión de lo perfecto, del deseo.
Y desesperad antes de rendiros. Y en verdad os amo, porque no sabéis vivir hoy, ioh
hombres superiores! i Así es como ... vivís mejor!
(Así hablaba Zaratustra, Parte IV, 3)
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Nuestra naturaleza es crear un ente superior a nosotros mismos. ¡Crear por encima de
nosotros! Éste es el instinto de la acción y de la obra. Del mismo modo que toda voluntad
supone un fin, del mismo modo el hombre supone un ser que está presente, pero que
representa el fin de toda su existencia. ¡Ésa es la libertad de toda Voluntad En el fin reside el
amor, la veneración, la visión de lo perfecto, del deseo.
“'El hombre es algo que debe ser superado": ello depende del tiempo que se invierte
en la marcha: los griegos eran admirables, no tenían prisa. Mis precursores: Heráclito,
Empédocles, Spinoza, Goethe.
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ACTIVIDADES DE
LECTURA
1. Nietszche creía que el hombre estaba lleno de limitaciones por lo que vendría una nueva
"raza" de hombres, pero esta raza sería más de tipo moral que física, estos hombres
reciben el nombre de superhombres. Investiga en un libro de Historia de la Filosofía cual
sería el perfil del superhombre.
2. Explica ¿porqué este filósofo hacía del desprecio una cualidad?
3. ¿Cuáles son según Nietzshe las limitaciones que tiene el hombre actual?
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Freud, Sigmund.
Introducción al narcisismo
Alianza Editorial
España 1973. Pág. 25-27.
Sigmund Freud
El narcisismo primario del niño por nosotros supuesto, que contiene una de las
premisas de nuestras teorías de la libido, es más dificil de aprehender por medio de la
observación directa que de comprobar por donde desde otros puntos. Consideramos al
actitud de los padres cariñosos con respecto a sus hijos, hemos de ver en ella una
reminiscencia y una reproducción del propio narcisismo, abandonado mucho tiempo ha. La
hiperestimación, que ya hemos estudiado como estigma narcisista en la elección de objeto,
domina, como es sabido, esta relación efectiva. Se atribuyen al niño todas las perfecciones,
cosa para la cual no hallará quizá motivo alguno una observación más serena, y niegan o se
olvidan todos sus defectos, como lo demuestra la apasionada repulsa de la sexualidad infantil.
Pero existe también la a suspender para el niño todas las conquistas culturales, cuyo
reconocimiento hemos tenido que imponer a nuestro narcisismo, y a renovar para él privilegios
renunciados hace mucho tiempo. La vida ha de ser más fácil para el niño que para sus
padres.
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tan infantil en el fondo, no es más que una resurrección del narcisismo de los padres, que
revela evidentemente su antigua naturaleza en esta su transformación en amor objetivado.
Las perturbaciones a las que está expuesto el narcisismo primitivo del niño, las
reacciones con las cuales se defiende de ellas el infantil sujeto y los caminos por los que de
este modo es impulsado constituyen un tema importantísimo, aún no examinado, y que
habremos de reservar para un estudio detenido y completo. Por ahora podemos desglosar de
este conjunto uno de sus elementos más importantes, el "complejo de la castración" (miedo a
la pérdida del peno en el niño y envidia del pene en la niña), y examinarlo en la relación con la
temprana intimidación sexual. La investigación psicoanalítica, que nos permite, en general,
perseguir los destinos de los instintos libidinosos cuando éstos, aislado de los instintos del yo,
se encuentran en oposición a ellos, nos facilita en este sector ciertas deducciones sobre una
época y una situación psíquica en las cuales ambas clases de instintos actúan en un mismo
sentido e inseparablemente mezclados, como intereses narcisistas. De esta totalidad ha
extraído Alfred Adler su "protesta masculina", en la cual ve casi la única energía impulsara de
la génesis del carácter y de las neurosis, pero que no la funda en una tendencia narcisista, y,
por tanto, aún libidinoso, sino en una valoración social.
126
Freud, Sigmund.
Alianza Editorial
Madrid. Pág. 52 y 53.
La verdad oculta tras de todo esto, que negaríamos de buen grado, es la de que el
hombre o es sólo una criatura tierna y necesitada de amor, que sólo osaría defenderse si se la
atacara, sino, por el contrario, un ser entre cuyas disposiciones instintivas también debe de
incluirse me buena porción de agresividad. Por consiguiente, el Prójimo no lo representa
únicamente un posible colaborador y objeto sexual, sino también un motivo de tentación para
satisfacer en él su agresividad, para explotar su capacidad de trabajo sin retribuirla, para
aprovecharlo sexualmente sin su consentimiento, para apoderarse de sus bienes, para
humillarlo, para ocasionarlo sufrimiento, para humillarlo y matarlo. Homo bomini lupus: ¿Quién
se atrevería a refutar este refrán después de todas las experiencias de la vida y de la historia?
Por regla, esta cruel agresión espera para desencadenarse a que se la provoque, o bien se
pone al servicio de otros propósitos, cuyo fin también podría alcanzarse con medios menos
violentos. En condiciones que le sean favorables, cuando desaparecen las fuerzas psíquicas
antagónicas que por lo general la inhiben, también puede manifestarse espontáneamente,
desenmascarado al hombre como una bestia salvaje que no conoce el menor respeto por los
seres de su propia especie. Quien recuerde los horrores de las grandes migraciones, de las
irrupciones de los humanos, de los mongoles bajo Gengis Khan y TamerIán de la conquista
de Jerusalén por los píos cruzados y aun las crueldades de la última guerra mundial, tendrá
que inclinarse humildemente ante la realidad de esta concepción.
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ACTIVIDADES DE
LECTURA
1. ¿Qué importancia tienen los impulsos para Freud? ¿De qué manera los impulsos se
relacionan con la razón?
3. Freud toma las ideas negativistas de Thomas Hobbes y afirma con el que "el hombre es
el lobo del hombre". Explica ¿ por qué razón el hombre es agresivo con sus semejantes?.
4. Todas las personas tenemos una dosis de agresividad ¿Cómo podemos canalizar la
agresión de los alumnos de tal forma que esto no se convierta en un problema escolar y
social?-
128
Ortega y Gasset, José
Unas lecciones de metafísica
Editorial El arquero.
México, D.F. págs. 23, 37-39, 103,104.
El hombre y su circunstancia
Nos basta con lo dicho para entrever que el hombre se puede encontrar en una de
dos situaciones: Una auténtica que implica la desorientación y por lo mismo nos obliga a
intentar orientamos; otra ficticia, falsa en que nos damos por orientados. ¿Cómo es esta
última posible? Porque fíjense ustedes en la cosa tremenda que ello significa. Como el
hombre conduce sus actos, esto es, va viviendo en vista de su orientación, del repertorio de
sus convicciones, en el caso de la orientación ficticia todos sus actos, por tanto, su vida toda
será ficticia. Y, en efecto, si analizan ustedes su situación notarán que esa orientación en
que se encuentran instalados tiene en la última autenticidad se presienten un carácter
provisional. se dan ustedes cuenta de que la han adoptado precisamente para no hacer
cuestión de las cosas, diríase que precisamente porque por debajo de ella, en su última
autenticidad se Presientan ustedes radicalmente desorientados, perdidos. Este
presentimiento, esta posibilidad les produce a ustedes horror Y Procuran embotarse para ella
apartando de ella la atención y embarcándose ciegamente en la convicciones mostrencas, de
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los otros, instalándose en el lugar común, en lo que se oye decir. Lo cual equivale, si fuese
cierto este análisis que ahora solo insinúo, lo cual equivale a que huyen ustedes de su
auténtico sí mismo y lo sustituyen por una personalidad convencional.
Pero es el caso que yo he de tomar a ustedes donde están y están en esa que, por lo
pronto, presumen orientación. Esa orientación es la que los hace ahora sentirse cada uno de
ustedes perfectamente <encontrado>. En efecto. cada uno de ustedes se encuentra ahora
aquí escuchando una lección de Metafísica. Ahora bien este hecho actual e indubitable
pertenece una cosa o realidad que se llama la vida de ustedes. ¿Qué es eso - su vida,
nuestra vida, la de cada cual? Por lo visto cosa sin importancia puesto que la ciencia no se
ha ocupado nunca de ella. Y, sin embargo, esa realidad tan desatendida científicamente,
tiene con toda evidencia la pavorosa, tremenda condición de que ella encierra para cada uno
todo, todas las demás realidades, incluso la realidad ciencia y la realidad religión, ya que
ciencia y religión no son más que dos cosas entre las innumerables que un hombre hace en
su vida.
¿No merece la pena de que antes de que la Metafísica comience a decimos lo que es
el universo paremos mientes en este hecho previo, humildísimo, pero irrecusable de que la
Metafísica misma no es sino algo que el hombre – usted, yo - hacemos en nuestra vida, y
que ésta, en consecuencia, es algo anterior, antepuesto a cuanto la Metafísica o cualquiera
otra ciencia o la Religión misma nos vaya a descubrir?
Yo no sé si eso que llamo mi vida es importante, pero sí parece que, importante o no,
está ahí antes que todo lo demás, incluso antes que Dios porque todo lo demás, incluso Dios
tiene que darse y ser para mí dentro de mi vida.
El ser del hombre es lo que este suele llamar su vida. Somos nuestra vida. Ahora
bien, la vida de cada cual consiste, por lo pronto, en que se encuentra teniendo que existir en
una circunstancia, contorno, mundo o como quieran ustedes llamarlo. Esa circunstancia o
mundo en que, queramos o no, tenemos que vivir no podemos elegirlo nosotros sino que, sin
nuestra anuencia previa y sin saber cómo nos encontramos disparados sobre él, arrojados a
él, náufragos en él y para sostenemos en él y vivir no tenemos más remedio que hacer
siempre algo, que salir nadando. Yo no me doy la vida a mí mismo, sino que me es dada, me
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encuentro con ella al encontrarme conmigo mismo. Pero lo que me es dado al serme dada la
vida, es la inexorable necesidad de tener que hacer algo so pena de dejar de vivir. Y ni
siquiera esto: porque dejar de vivir es también un hacer - es matarme - no importa con qué
arma, la Browing o la inanición. La vida que me ha sido dada no me es dada hecha sino que
tengo que hacérmela yo. No me es dada hecha, como al astro o a la piedra la es dada su
existencia ya fijada y sin problemas. Lo que me es dado, pues, con la vida no es sino
quehacer. La vida da mucho quehacer.
Y lo más grave de esos quehaceres en que la vida consiste no estriba en que haya
que hacerlos, sino en que antes de hacer; por tanto, lo que voy a ser. Al Negar a este punto
les hacía notar a ustedes la superlativo paradoja que esto encierra. Porque según ello, resulta
que el ser del hombre a diferencia de todas las demás cosas del universo, consiste no en lo
que ya es sino en lo que va a ser, por tanto, en lo que aún no es. El hombre comienza por ser
su futuro, su porvenir. La vida es una operación que se hace hacia adelante.
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ACTIVIDADES DE
LECTURA
1. Ortega y Gasset distingue entre ser y hacer. No es lo mismo "ser persona" que "trabajar
como" o dedicarse a". Así por ejemplo cada persona es lo que es y tiene que ver con
aquello a lo que se dedica. Amplía la idea y pon 2 ejemplos de lo anterior.
2. Lo primero de lo que me doy cuenta es que soy una persona, dice Ortega. Ser eso
precisamente, está antes que ser estudie o creer en Dios, porque para que ello pueda
darse, primero tengo que ser. ¿Estás de acuerdo con esa idea? Justifica por qué.
132
4. ¿En qué consiste ser hombre para Ortega y Gasset? Si no posees toda la información
para dar una respuesta adecuada consulta un libro de Historia de la Filosofía.
6. Dice Ortega ¿qué cada quien debe hacer su vida? ¿De que manera puede el educador
contribuir a que las personas se realicen por sí misma?
133
Raluy Ballus, Antonio.
Etica. Publicaciones Cultura.
México. 1986. pp. 190 - 207.
ÉTICA EXISTENCIALISTA.
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Unamuno, el alemán Karl Jaspers, el francés Gabriel Marcel, los rusos Nicolás Berdiaeff y
León Chestov.
En la segunda, por ser este número el intermedio de las tres, y por ser también
intermedia la posición agnóstica de quienes no afirman ni niegan la existencia de Dios, sino
que simplemente se abstienen, el alemán Martín Heidegger.
Por último, la corriente atea se desenvuelve sobre todo en Francia, con Jean-Paul
Sartre (el más destacado), Albert Camus y Maurice Merleau - Ponty.
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existenciales, cuando que por definición se rechaza la objetividad de una expresión lógica,
propia de los sistemas esencialistas. El existencialismo va al extremo opuesto de los
sentimientos personales, los quiere elevar al plano filosófico, y exigir su carta de ciudadanía;
pero se topa con la dificultad que entraña la propia expresión filosófica, que por naturaleza es
racional y sistemática.
Esto implica el hecho de que todos los existencialistas hayan acudido al arte (novelas,
poesías, teatro, etc.). En apoyo de sus doctrinas - dado de que no hay expresión más
profunda de nuestros sentimientos que el lenguaje artístico - o que sus mismas producciones
literarias hayan señalado el curso de sus obras más sistemáticas.
Una cierta objetividad metodológica es inevitable a toda expresión filosófica; sin ella el
existencialismo hubiera dejado de pertenecer a la filosofía, para mejor reducirse en algún
genero de expresión artística. Pero de esta brega surgió originalmente, y es este mismo
conflicto el que lo sitúa como una corriente tan peculiar como legítima del mundo filosófico.
Sören Kierkegaard
Vivió entre 1813 y 1855; fue el primero en enfrentarse al sistema absolutista de Hegel
para reclamar la prioridad de la existencia subjetiva.
Lo posible debe ser entendido como una categoría óntica del plano existencial, no
como lo carente de contradicciones en el plano lógico. La posibilidad como ser propio de la
existencia significa un poder ser. La existencia humana expresa el modo de ser de un ser
136
abierto siempre a sus propias posibilidades; ella no está nunca concluida, al modo como lo
está cualquier otra existencia, trátese de un animal o de una planta, que son lo que son y ya
no tienen que preocuparse por ser algo distinto a su naturaleza; el hombre por el contrario es
lo que él decide a cada instante ser, en medio de la incertidumbre y riesgo de sus decisiones.
137
absurdo"- me impide profesarla más que en la pasión y en el sentimiento de toda mi existencia
está interesada en ella, incluso hasta en la eternidad".
La angustia debe distinguirse del temor, estado psicológico, que nos produce alguna
cosa o persona determinada; sufrir un accidente, un terremoto, o enfrentarse a cualquier
peligro que amenace a nuestras vidas. El modo de la angustia es de orden religioso y no lo
ocasiona nada en concreto. Es la posibilidad de dispersarse en la nada de la finitud al
renunciar a la trascendencia de lo absoluto; o afirmarse a sí mismo en la infinitud de Dios,
a la irracionalidad de la fe.
138
La ambivalencia surge debido a que el hombre es un ser finito con ansias de infinitud
(u ordenado a la infinitud), pero que desde la caída lo fue otorgada la libertad de elegir entre
uno u otro camino.
139
Las obras que aluden a estos temas, escritas con su irónica agilidad acostumbrada, además
de su enorme profundidad son: La Repetición, Estadios en el Camino de la Vida, La
Enfermedad Mortal.
140
En la fase estética el hombre vive el nivel de la sensualidad, en me vida sin
compromisos ni ataduras de ninguna especie, de libertinaje irresponsable que no tiene más
límite que el determinado por las circunstancias o la resistencia del propio organismo. No hay
respeto por la integridad moral de la persona ni por los valores que constituyen a la sociedad
Caen en la desesperación y acaban por repudiar ese estado de vaciedad interior para
buscar una vida con plenitud de sentido. Es así como la desesperación interviene positiva y
eficazmente para elevar el alma a los principios de la moral.
En este nivel el hombre alcanza un mayor grado de individualidad por el uso positivo
de su libertad responsable, que lo lleva a vivir en comunicación con sus semejantes.
Trasciendo el egoísmo individual de sus impulsos para subordinarse al respeto racional del
deber, La ética de Sócrates o Kant serían los ejemplos a seguir.
141
La fase religiosa se abre cuando la desesperación alcanza su clímax máximo y se
reconoce al fin la necesidad de la fe. "El modelo de Sócrates, el modelo del hombre ético en
general, es insuficiente por que no es el verdadero modelo: no es el modelo paradójico de la
revelación en Cristo".
Lo que realmente provoca el tránsito de un nivel a otro es nuestra propia libertad, que
de "un salto" nos eleve al superior, arriesgándolo todo, o nos hunda en el interior, por
mantenerse envarada e impotente en su estéril desesperación.
142
La conciencia en Descartes es el pensamiento capaz de autocontemplarse a sí mismo,
para luego, deducir de él su existencia individual (existo yo y mis pensamientos), pero sin
poder explicar la realidad del mundo a no ser a través de la existencia de Dios.
Puedo estar consciente de que estoy consciente de algo, pero no puedo estar
simplemente consciente de la consciencia en sí, que equivaldría al absurdo de estar
consciente de nada.
La consciencia está siempre presenta con relación a algo que no es ella, de lo cuál se
diferencia o aparta continuamente. El modo de su ser es el de un ser siempre abierto a las
posibilidades que se le presentan, sin llegar a identificarse jamás con ninguna, ni con ninguno
de los objetos que la trascienden.
Al sujeto consciente lo denomina Sartre "él para sí" (le pour-soi); al objeto de la
conciencia "él en sí" “l’en-soi).
143
La conciencia pre-reflexiva nos demuestra además la tesis común del
existencialismo, de que la existencia de la conciencia es previa a su esencia; de que la
existencia es quién implica a la esencia y no al revés.
La conciencia, o para sí, como decíamos no puede más que ser conciencia de algo
de lo que está distanciada, que no es ella misma, pero que constituye su condición de
posibilidad para manifestarse en la existencia. ¿Qué es lo que la separa de ese algo, es
decir, del en sí del mundo? Responde Sartre: nada. La nada es como una fisura del ser,
una descompresión del ser para dar lugar a la conciencia. De esta manera, el hombre es
descrito por Sartre como el ser gracias al cuál la nada entra en el mundo.
144
Él para - sí no puede ser otra cosa que relación al en-sí, pero como lo que lo separa
del en-sí es nada, es la propia nada el de toda negación y de toda relación con el ser, es la
relación misma.
Para Sartre, "no es la negación, en cuanto estructura del juicio, lo que se halla en el
origen de la nada, sino al contrario, la nada como estructura de lo real es el origen y
fundamento de la negación".
Esto nos obliga a concebir la nada ¿cómo un ser? De ningún modo, tal posibilidad
sería absurda. Entonces, ¿dónde se origina la nada? En el hombre, que es el ser que "hace
florecer la nada en el mundo" y que al aniquilarse constantemente del en-sí hacia el para-sí,
hace surgir el mundo del cual se separa. El mundo como realidad fenoménica entra en el ser
a través de la conciencia del para-sí, que se separa del en-si, "segregando nada.
145
La libertad no es una facultad o cualidad que pueda agregarse como accidente a la
esencia del hombre; si no que la casa misma del hombre es su libertad ¿Cómo se nos muestra
nuestro ser libre a la conciencia?, ¿Cómo nos percatamos de nuestra libertad? A través del
fenómeno de la angustia; es decir, de saber que él yo que soy depende del yo que no soy
todavía, así como él yo que aún no soy dependo del que yo soy. Soy mi propio devenir
"según el modo del "no-ser".
Del mismo modo soy libre frente al futuro, que todavía no es, pero que puedo proyectar
asumiendo mis posibilidades, o rehuirlo ron otras alternativas en caso de que las anteriores no
se avinieran a mis deseos. Sólo la muerte puede poner fin a esta libertad, reduciéndome al
estado de un en-sí, objeto para los demás o identificado con mi pasado.
Por otro lado, en el fondo del para-sí presente el deseo de lograr la plenitud de ser,
uniéndose al en-sí. Pero esto es imposible mientras exista la conciencia. La plena
identificación del para-sí en en-sí es inalcanzable; por esto mismo el destino de la conciencia
será siempre el mantener una relación contingente e inestable como el ser, y la vida del
hombre "la pasión inútil".
146
La existencia de Dios es inconcebible a la razón, pues sería tanto como admitir esta
idea contradictoria de un ser infinito que fuera al mismo tiempo en-sí y para sí. La idea de
Dios no es más que la proyección de las limitaciones humanas.
Estamos solos y aislados en nuestra angustia existencias, pues nadie puede decidir
por nadie los compromisos reales o imaginarios de su libertad, o indicarle una norma o
principio universal que pudiera resolverlos.
147
Pero aún en la mala fe, la libertad no deja de provocar angustia al advertir en nuestro
fuero interno que nuestra responsabilidad es ineludible incluso en estas bajas decisiones.
Somos completamente responsables, tanto de nuestra buena fe como de la mala fe; del bueno
como del mal uso que hagamos de nuestra libertad... "con mi libertad es como únicamente
puedo renunciar a la libertad. Es lo que hacer precisamente los 'indecentes'. Son 'serios' por
definición, porque no admiten más que la 'objetividad', su ideal es revestirse de la consistencia
de las cosas, estar estabilizados y solidificados. De hecho no llegan más que a ser pastosos y
viscosos, porque la conciencia sólo se solidifica en la muerte, y, justamente por eso, cesa de
existir".
Las relaciones con los demás no sólo no resuelven nuestro abismal aislamiento, sino
que lo complican todavía más. El otro, al ser admitido como un ser humano, conlleva la misma
estructura existencias que me caracteriza. Entonces, él se vuelve otro centro de referencia
opuesto al mío, hacia el cuál me lleva convirtiéndome en objeto de sus intereses, y robando mi
libertad. La simple mirada del otro me convierte en una cosa del mundo que rodea su
existencia, al minar la organización de mi propio mundo por sentirme atraído hacia él suyo que
desconozco, Aunque yo puedo ejercer simultáneamente el mismo efecto sobre él. "El y yo
somos dos libertades que sé y tratan de paralizarse mutuamente con la mirada. Nuestras
reciprocidades se realizan bajo forma de rivalidad y hostilidad
Ni siquiera en el amor es posible vencer estas dificultades pues el ideal sería que
ambos lograran identificarme plena y recíprocamente en su libertad, pero lo que se manifiesta
es una dramática contradicción que se esfuerza por no caer en el juego de la cosificación
recíproca, pero cuyo resultado está de antemano condenado al fracaso.
148
opuesto al nihilismo o pesimismo en que desembocaron otros compatriotas suyos, como fue
el caso significativo de J.P. Sartre, o de Albert Camus.
"El Misterio del Ser", una de sus obras principales, nos ofrece de un modo más
ordenado la recopilación de los temas esenciales de su pensamiento, que, como él mismo lo
confiesa, logró llevar a cabo no sin muchas dificultades. Enemigo de la excesiva
sistematización, Marcel, adopta con especial énfasis la actitud de disgusto ante la idea de
quedar clasificado bajo la denominación común de "existencialista".
De este modo, Marcel emprende la dificil tarea de ubicar sus pensamientos más allá de
la íntima subjetividad de sus vivencias personales, que busca proyectar en nosotros tratando
por todos los medios de hacérnosla accesibles, estableciendo un lenguaje que de la manera
más directa permita una auténtica comunicación intersubjetiva; y siempre más acá de la
universalidad racional, objetiva y sistemática de la filosofía cientificista y de la ciencia que nos
149
aplastan bajo el peso abrumador de sus cálculos, de su lógica y de indiferencia a lo
individualmente sentido, vivido experimentado por cada uno de nosotros.
Hemos de limitarnos a la exposición de algunas ideas básicas de "El Misterio del Ser"
y de "Posición y de Aproximaciones Concretos al Misterio del Ser".
Y no dejará de parecernos grotesco que esto ocurra, ahora, que como nunca,
contamos con los elementos más propiciatorios para la formación de una verdadera unidad del
hombre sobre el planeta. Las distancias físicas se acortan, pero al mismo tiempo más nos
alejamos en lo espiritual.
150
esta nueva posibilidad es el precio de un sorprendente progreso. ¿No ha logrado el mundo el
tremendo de destruirse a sí mismo en la medida en que ha llegado a un tipo de unidad y
totalidad antes desconocido?"
La ironía del argumento es evidente, ¿de qué tipo de unidad se trata? ¿Somos
capaces de comprender la importancia de su significado y de restablecer su sentido y
realidad? No cabe duda que la filosofía de Marcel es en este mundo una de las más valiosas
contribuciones que el pensamiento actual pudo habernos brindando para iluminar este
esfuerzo.
Ante todo hemos de partir de la idea de una unidad interior. Esto significa que las
pretensiones políticas, sociales, económicas, psicológicas, que la sitúan más bien desde la
perspectiva opuesta, es decir, objetiva, emanan el grave error de querer estratificar o enmarcar
una realidad mucho más profunda que se resiste a ser considerada por el pensamiento
científico.
Dentro del ámbito político por ejemplo, cualquier sistema totalitario de Estado no es
más que la expresión puesta en práctica, monstruosa y degradada, de este desdoblamiento de
esta ruptura que irónicamente quiere integrarse bajo la idea de unidad.
Por otra parte, la idea de una comunidad fraternal entre los hombres, de una verdadera
unidad intersubjetiva no puede concebirse y mucho menos establecerse sin la convicción de
una realidad superior que la trascienda, pero que, ridículamente, como verdaderas caricaturas,
los dirigentes de esos sistemas se han adjudicado, llegándose a creer la encarnación misma
de la divinidad.
151
La técnica se filtra y envuelve con sus ciegas exigencias al mundo moderno. Nuestra
superación depende de un rechazo inicial de las categorías enajenantes de la tecnología
moderna, y alcanzar la trascendencia. Tenemos que trascender este estado de cosas, pero,
¿qué significa trascender?
Marcel nos indica que este concepto ha sido generalmente mal interpretado.
Trascender no significa precisamente "sobrepasar", como piensan los metafísicos
tradicionales. No se trata de obtener de una vez y para siempre un conocimiento "puro" que
nos divorcie de la realidad y de la vida.
Podemos observar en todas las obras de Marcel una constante ejemplificación de sus
ideas - incluye las más abstractas - respecto de hechos y experiencias vividas o imaginadas,
de la vida cotidiana en sus momentos más simples o cruciales. ¿Qué revela esto?
152
Estamos colocados en el terreno más opuesto al de la técnica. La técnica puede ser
enseñada; la capacidad de crear sólo para surgir en la medida que seamos capaces de
renunciar a ella, o, como diría Heidegger, de "dejar a la técnica en su lugar”.
Cuando entramos en el nivel de la interioridad, el concepto de creación presupone al
de una libertad fundada en la contemplación.
En el orden de lo humano, las causas y los efectos suelen confundirse. Ahora nos
costaría mucho trabajo saber, si el deseo de "ser" degradado en el deseo de 'ser", de
apropiación, es causa o efecto del desarrollo tecnológico. Si este estado de alineación del yo,
que hace cada vez más dificil la separación de lo exterior y de lo interior a nuestra conciencia,
es producto de la estructuración que ha adoptado la vida moderna, o más bien fue lo que la
originó.
El Misterio Ontológico. Nos aclara una distinción que pueda resolver en gran parte esa
dificultad. Es la distinción entro misterio y problema.
153
Lo curioso es que todo problema en tomo al Ser, me involucro al mismo tiempo que lo
cuestiono. Y ésta es la base de la distinción.
Un problema es algo que se me presenta siempre fuera de mí, objetivamente, y por
esto precisamente puedo abordarlo con una técnica adecuada. Pero en la metafísica, sus
problemas me incluyeron en el mismo planteamiento, por la simple razón de formar parte de
ser que cuestiono. En Ser y Tener (Etre et Avior), nos dice: "Mientras que un problema
auténtico puede resolverse con una técnica apropiada en función de la cuál se define, un
misterio trasciende por definición toda técnica concebible. Sin duda siempre es posible -
lógica o psicológicamente – degradar un misterio para hacer de él un problema; pero éste es
un procedimiento fundamentalmente vicioso, cuya fuente quizá debería buscarse en una
especie de corrupción de la inteligencia. Lo que los filósofos llaman "el problema del mal", nos
proporciona un ejemplo particularmente instructivo de esa degradación". La libertad, la
muerte, el destino, la vocación, la fe, etc., son otros ejemplos. De esta manera, la reflexión
metafísica se constituye desde un nivel que trasciende al de las reflexiones que directamente
proporcionan las ciencias, y que Marcel denomina: el nivel de una "segunda reflexión" que
versa sobre lo "metaproblemático".
Pero, ¿quién soy yo? Esta realidad no puede resolverse definitivamente, en el sentido
que entre yo y el universo no medie más que un proceso explicativo de orden lógico, o
técnico. El punto de vista existencial de Marcel lo lleva a considerar un dato de vital
importancia: "mi cuerpo". Yo no puedo decir simplemente que soy mi cuerpo, si lo considero
como algo puramente material, instrumental. "El sentir como modo de la participación" niega
154
las concepciones puramente psicologistas, o los procedimientos lógico-matemáticos que se
fundan en el idealismo cartesiano.
"M cuerpo es mío en tanto no lo contemplo, en tanto no coloco entre él y yo un
intervalo, en tanto no es objeto para mí, sino que yo soy mi cuerpo."
155
esperanza, la libertad la invocación, humildad, tolerancia, etc., están siempre presentes en su
horizonte existencial, y siempre serán condición necesaria para tener acceso a la
trascendencia absoluta, e decir, a Dios, entendido como la meta de nuestro perfeccionamiento
espiritual, como el Tú unificador en el ámbito de la intersubjetividad plenamente sentida y
comparada.
Cómo ser en situación, el hombre, lejos de excluir la presencia de los demás hombres
los presupone esencialmente al tratar de afirmar su propio yo. Sin ellos no son, yo tampoco
soy. Los otros me son consustanciales a mi existencia, y no el "infierno" según la célebre frase
de Sartre: "el infierno son los otros". El hombre puede aspirar como enseñaba Sócrates - al
conocimiento de los demás, en la medida en que se interese por conocer a sí mismo. Del
mismo modo no seremos capaces de amar a los demás, si nuestra conciencia se cierra y al
amor por nosotros mismos.
Marcel considera que una auténtica filosofía habrá de tener como una de sus tareas
fundamentales, el restablecer por todos los medios disponibles esta voluntad de comunicación.
156
157
ANTROPOLOGIA FILOSOFICA
GLOSARIO
A
Acotar: Reservar, prohibir, limitar.
Albedrío: Facultar de obrar por reflexión y elección.
Antiteísmo: Doctrina que está en contra de la existencia de Dios.
Antropoo: Del griego (ánthropos: hombre)
Ateísmo: Negación de la existencia de Dios.
Axiología: En sentido general es equivalente a Teoría general de los valores.
Intenta establecer la esencia y naturaleza del valor y de los juicios del
valor.
C
Cognitivo: Ambito de la personalidad que hace referencia a la dimensión
intelectual.
Configuración: Dar forma o figura a una cosa.
Corpóreo: Que tiene cuerpo.
D
Didáctica Subsistema de la Didáctica que tiene como objeto el estudio y
aplicación de las decisiones normas hipotéticamente obligatorias que
General:
llevan al aprendizaje gracias a la ayuda de los métodos de enseñanza.
E
Emulación: Sentimiento que nos impulsa a realizar con algunos (as) cosas.
Epistemología: Doctrina de los fundamentos y métodos del conocimiento científico.
Etnografía: Ciencia que estudia, describe y clasifica las razas o pueblos.
Etimología: Término que indica el origen o procedencia de un vocablo o palabra,
tanto en su forma como a su razón de ser, a su significado inicial y en
muchos casos actual. Explica el génesis del término y sus variaciones
semánticas.
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L
Latitud: Ancho de una cosa. Extensión de una Comarca.
Logos: En la filosofía de Platón Dios como principio de ideas.
O
Ontología: Ciencia del ser en general.
P
Polaridad: Existencia necesaria de los opuestos, es decir un valor positivo
corresponde uno negativo.
Pretores: Altos magistrados del Imperio Romano.
Prolegómeno: Introducción de una obra escrita.
Psicofísica: Tiene por objeto la mediación de la intensidad de los estímulos físicos,
así como la magnitud de las respuestas provocadas en el sujeto por
dichos estímulos. Teoría basada en la ley de Weber.
T
Templanza: Virtud cardinal que consiste en moderar los apetitos.
159