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Instituto Michoacano De Ciencias De La

Educación “Jose Maía Morelos”

Plantel Guacamayas

Alumna: María Del Carmen Villegas Suazo

Maestra: Yareli

Primer Semestre

Carrera: Psicología Educativa

EL MUNDO COMO Periodo: Agosto – Febrero

VOLUNTAD Y
Fecha; 30/09/2022

REPRESENTACIÓN
Arthur Schopenhauer
EL MUNDO COMO VOLUNTAD Y
REPRESENTACIÓN
¿Qué significa el mundo es mi representación?
La sentencia “El mundo es mi representación” significa que la representación es la
certeza inmediata del mundo, por ende, el mundo tiene una cara externa; es decir,
la existencia de la materia se relaciona con la percepción mental. En conclusión, el
sujeto y el objeto coexisten, se delimitan.

¿Cuál es el pensamiento de Schopenhauer sobre la voluntad?


La afirmación de que la voluntad, el motivo subyacente a la acción del hombre,
siempre quiere la vida es fundamental dentro de la teoría de Schopenhauer.
La voluntad es siempre voluntad de vivir equiparable a lo que en psicoanálisis se
define como la pulsión de creación y de auto conservación.

Schopenhauer en su obra capital “El mundo como voluntad y representación”


reacciona en contra de la supremacía de la razón y el intelecto de los hombres al
suponer una fuerza subyacente a la razón misma, escondida como fundamento
profundo de las acciones humanas. Él acepta que la realidad última e irracional es
una fuerza ciega e involuntaria llamada voluntad. La manifestación de esta fuerza
subyacente se da corporalmente mientras que el intelecto, la racionalidad, es un
instrumento que sirve para contener hasta cierto punto los deseos irracionales de
esta fuerza primordial. El propósito fundamental de este artículo es rastrear, dentro
de la filosofía de Schopenhauer, una teoría del funcionamiento de la mente humana,
las pulsiones, represión y locura basada en su aceptación de la voluntad irracional.
El mundo como voluntad y representación es el título de la obra capital del filósofo
alemán Arthur Schopenhauer. Publicada por primera vez en 1819, por la editorial
Brockhaus de Leipzig, es considerada la más elaborada manifestación
del pesimismo filosófico y ha influido en multitud de pensadores y escritores.
El tratado se divide en cuatro libros más un apéndice con críticas a la filosofía
kantiana, precedidos de un prólogo. El primer libro trata sobre teoría del
conocimiento. Schopenhauer presenta en él una teoría rudimentaria y torpe si se
compara con la kantiana. Kant calificaría de metafísica el contenido del segundo, el
tercero trata sobre el arte y el cuarto sobre la ética. Nosotros nos ocuparemos
únicamente de los dos primeros, y del prólogo, que tiene su morbo.
Primera consideración: La representación sometida al principio de razón, el
objeto de la experiencia y la ciencia
«El mundo es mi representación» es la frase con la que se abre la obra.
Schopenhauer parte de la premisa de la limitación del conocimiento humano, idea
tradicional en filosofía: «Nadie puede salirse de sí mismo para identificarse
directamente con las cosas distintas a él; todo aquello de que se tiene conocimiento
cierto e inmediato se encuentra dentro de su conciencia».

Existe, por un lado, el sujeto de la representación (representación, en


alemán: Vorstellung), que es el que conoce; por otra, el objeto, lo que se conoce,
condicionado o estructurado por las formas a priori kantianas del espacio,
el tiempo y la causalidad. El objeto, los seres naturales, orgánicos e inorgánicos, sin
embargo, y esto es lo importante, carecen de existencia real fuera de la
representación; no tienen más valor que el sueño de Calderón de la Barca, o el velo
de Maya de los hinduistas. Lo que posee existencia verdadera es la cosa en sí, que
para Schopenhauer viene expresada en el término voluntad.

Schopenhauer empieza su tratado resumiendo en una fras:

«El mundo es mi representación»: ésta es la verdad que vale para todo ser
viviente y cognoscente, aunque sólo el hombre puede llevarla a la conciencia
reflexiva abstracta: y cuando lo hace realmente, surge en él la reflexión
filosófica.

E inmediatamente introduce, aunque aquí lo haga de forma secundaria, el principal


error de toda su teoría del conocimiento:

Entonces le resulta claro y cierto que no conoce ningún sol ni ninguna tierra,
sino solamente un ojo que ve el sol, una mano que siente la tierra; que el
mundo que le rodea no existe más que como representación, es decir, sólo en
relación con otro ser, el representante, que es él mismo.

El error es que Schopenhauer da por hecho que el hombre conoce sus ojos y sus
manos, como si éstos no fueran parte de ese mundo exterior que sólo conoce como
representación. Aquí puede parecer sólo una forma torpe de expresar la idea —
esencialmente correcta— que desarrolla a continuación, pero veremos que más
adelante se apoya en ese ojo y esa mano cayendo en un fatal círculo vicioso ya
anticipado en la segunda frase de su tratado. Tras algunos tecnicismos un poco
sospechosos en sus formas, resume, precisa y recapitula:

Ninguna verdad es, pues, más cierta, más independiente de todas las demás
y menos necesitada de demostración que ésta: que todo lo que existe para el
conocimiento, o sea, todo este mundo, es solamente objeto en referencia a un
sujeto, intuición de alguien que intuye; en una palabra, representación.
Naturalmente, esto vale, igual que del presente, también de todo pasado y
futuro, de lo más lejano como de lo próximo: pues vale del tiempo y el espacio
mismos, únicamente en los cuales todo aquello se distingue. Todo lo que
pertenece y puede pertenecer al mundo adolece inevitablemente de ese estar
condicionado por el sujeto y existe sólo para el sujeto. El mundo es
representación.

La teoría estética de Schopenhauer se introduce en el libro 3 de El mundo como


voluntad y representación, vol. 1, y desarrollado en ensayos en el segundo volumen.
Proporciona una explicación de lo bello (alemán: Schönheit ) y lo sublime (Das
Erhabene), una jerarquía entre las artes (desde la arquitectura, la jardinería
paisajística, la escultura y la pintura, la poesía, etc. hasta la música, el pináculo de
la artes, ya que es una expresión directa de la voluntad), y la naturaleza
del genio artístico.

La filosofía estética de Schopenhauer influyó en artistas y pensadores, incluidos los


compositores Richard Wagner y Arnold Schönberg, el filósofo Friedrich Nietzsche y
escritores asociados con el movimiento simbolista (Charles Baudelaire, Paul
Verlaine, Stephane Mallarmé, Mihai Eminescu etc.).

BIBLIOGRAFÍA
 Gutiérrez Vara, A. (2017, 5 noviembre). Por qué representar: A propósito de

Schopenhauer y Rosset. pdfFactory. Recuperado 28 de septiembre de

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