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SEMINARIO ESPECIALIZADO DIRECCIÓN ESTRATEGICA PARA EL

DESARROLLO TERRITORIAL
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DIRECCIÓN ESTRATEGICA EN EL AMBITO PÚBLICO

FASE I INDAGACION

Jonatan Dávila Manrique


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Universidad Nacional Abierta y a Distancia

UNAD

Escuela de Ciencias Jurídicas y Políticas

Seminario de Grado

12 de Febrero de 2023
DIRECCION ESTRATÉGICA EN EL ÁMBITO PÚBLICO

Definiendo primero, la dirección estratégica es la técnica del Management que nace


a término de los años 70´s y comienzos de los 80´s, a partir del trabajo realizado por el
profesor ruso de matemáticas e ingeniería Igor Ansoff, quien es considerado como el padre
y precursor de los conceptos modernos de dirección estratégica y la matriz que hoy
conocemos con su nombre. Siguiendo el enfoque de sistemas de la empresa, en el que una
organización se configura como un conjunto de subsistemas interrelacionados, también
orientados a lograr un propósito específico, estas mismas metodologías de los subsistemas
de planificación y control, se posicionan como base del esquema del nuevo diseño de
dirección estratégica pero trascendiendo a escala gubernamental.

Este direccionamiento fue acoplado en el campo de la organización de la función pública y


se definió en términos de práctica, como la ruta encaminada a determinar la orientación de
la organización estatal para implementar los cambios necesarios que ayuden a lograr el
cumplimiento de las metas públicas a largo, corto y mediano plazo. Entonces es la
dirección estratégica en el ámbito público, la encargada de trazar el derrotero que lleve a la
organización estatal en cualquiera de sus entes territoriales, a alcanzar el logro de sus
objetivos y volver realidad los proyectos con los planes de acción necesarios para la
consecución del objetivo final primordial, que es la satisfacción de las querellas y las
necesidades de la sociedad.

Para hacer que la dirección estratégica sea significativa en el área o ámbito público,


obviamente existe la necesidad de desarrollar un proceso estructurado donde se apliquen las
mismas secuencias de operaciones que en los ámbitos privados, pero con la gran diferencia
de la gran cantidad de recursos públicos que se destinan para satisfacer los requerimientos
sociales a través de las entidades públicas. Vista de la manera más precisa, es entonces la
dirección estratégica en las organizaciones públicas también, un ejercicio administrativo y
de gobierno, basado en procesos que facilitan el diseño y análisis de políticas públicas
enmarcadas en la racionalidad, la realidad, y las posibilidades más viables que conlleven a
la toma de las decisiones más asertivas y conscientes para la solución de los conflictos y las
problemáticas sociales.

La incorporación de la dirección estratégica es una de las mayores innovaciones en la


Administración Pública, que garantiza los beneficios de una técnica de operación
proyectada hacia el futuro, altamente racional y muy estructurada tomada de empresas
privadas muy bien dirigidas y con los mejores resultados y en esta misma ruta, se sostiene
que la dirección estratégica es la innovación en el sector público, en términos de liderazgo,
tanto como de planificación, que cuenta con grandes posibilidades de duración,
permanencia y utilidad, porque se acopla y funda su fortaleza en la naturaleza política de la
toma de decisiones.
La transformación del Estado, evidentemente se hace cada vez más imprescindible en el
mundo moderno para que la interacción de confianza entre la ciudadanía y la
administración pública también se fortalezca y se constituya en una realidad tangible y
perceptible; por eso a esto de la transformación de la gobernanza a través de las
metodologías de la dirección estratégica, hay que darle una relevancia especial, debido a la
importancia que reviste y por lo que significa para la forma de gobernar y la administración
pública; teniendo presente que esta percepción impacta categóricamente en la inconforme y
poca confianza de la ciudadanía en los temas de política y lo por tanto, en los gobiernos.
Una de las principales visiones de un nuevo orden gubernamental basado en la dirección
estratégica es orientar hacia una nueva estructuración económico-social y romper esa
separación que sistemáticamente ha sufrido la ciudadanía con relación al Estado como
consecuencia de la pasividad con que este asume la prestación de la función pública, que
casi siempre retrasa y en otros casos, siendo aún más grave, imposibilita la ejecución de los
planes de desarrollo públicos con los que se busca alcanzar el bienestar que se proyecta en
las misiones y designios constitucionales de la nación.

En el marco de la complejidad de la administración pública, núcleo en el que se lleva a


cabo la estructuración y puesta en marcha de las políticas públicas propias de la dirección
estratégica, cobra especial importancia en los tiempos modernos, la obligación de las
instituciones públicas de actuar de la manera más transparente, ya que de esto depende la
gran posibilidad de la mejora integral de la calidad de vida de las personas. La efectividad
de la administración es una obligación propia de los poderes de los entes institucionales en
cuya virtud, el actuar de la función pública debe reafirmar, promover y garantizar los
derechos fundamentales de los ciudadanos, implementando la dignificación humana de
manera que los procedimientos gubernamentales concerten criterios de equidad, justicia,
imparcialidad y objetividad; y que se otorguen de forma idónea y en líneas de tiempo
razonable

El manejo administrativo de las organizaciones públicas en la actualidad es la


representación de las perspectivas que dan respuesta a la necesidad de mejores formas de
vida para los ciudadanos que se tiene a cargo. Basados en el principio según el cual las
entidades públicas se desenvuelven como empresas, el logro de los objetivos propuestos es
la delimitación de los instrumentos y las actividades y que en práctica darán los resultados
que, además, siempre tendrán que estar enmarcados en una renovación constante. De esta
manera, construir comunidades cada vez más cohesionadas es la secuencia de una serie de
procedimientos continuos fundamentados con base en los sistemas inherente a la
continuidad de los procesos para lograr mejores condiciones de vida en los diferentes
territorios de cualquier geografía. Sobre este particular, la dirección estratégica en la
administración pública está rodeada de un concepto directivo del Estado en que las distintas
herramientas del quehacer organizacional adapten una recomposición socioeconómica en
los sectores objetivos, pero responsabilizándose que dentro de esta visión directiva las
actividades siempre estén determinadas en una gestión pública de carácter corporativo,
donde incluso el que sea denominado alcalde, gobernador, presidente, concejal, entre otros,
asuma a la altura como líder y gerente de una entidad privada. A partir de esa posición, los
procedimientos y las funciones adelantadas por los administradores públicos se precisan
con base gerencial encaminada a la consecución de resultados adecuados con un
organigrama normativo conforme a cada sector de la administración. Como ya está
plasmado en la Constitución Política Colombiana de 1991, una noción gerencial del Estado:
Artículo 269. En las entidades públicas, las autoridades correspondientes están obligadas a
diseñar y aplicar, según la naturaleza de sus funciones, métodos y procedimientos de
control interno, de conformidad con lo que disponga la ley, la cual podrá establecer
excepciones y autorizar la contratación de dichos servicios con empresas privadas
colombianas.

HABILIDADES DIRECTIVAS PARA LA DIRECCIÓN ESTRATEGICA DESDE


UN AMBITO PÚBLICO

Cada sector laboral requiere de unas habilidades generales pero otras muy específicas
que nos darán la posibilidad de lograr la excelencia en nuestra área para llegar a ser el
mejor profesional. En el caso de los funcionarios de la Administración Pública los
requisitos son muy específicos, pues el ejercicio del poder gubernamental posee una
complejidad particular, al reunir la responsabilidad social con el servicio al ciudadano y
la integración política. Si hacemos la relación de lo público con el mundo privado, los
cargos tienen papeles parecidos; en lo público la relación de los gobernantes con sus
ciudadanos debe ser similar a la del gerente con sus empleados y en ambos casos las
habilidades para desarrollar la misión de forma eficaz y alcanzar los objetivos estratégicos
son las mismas. Las habilidades del direccionamiento estratégico tienen como referencia,
entre otras, cuatro básicas y fundamentales, principalmente en los que se resume el trabajo
de un gobernante en cualquiera que sea su posición dentro de la administración pública.

 VOCACION DE SERVICIO

En la función pública a través de la cual se pretende el mejoramiento de la calidad de


vida de la ciudadanía, el espíritu de servicio en función a la satisfacción de las
necesidades de los demás es indispensable. Asociado con una inquebrantable voluntad de
mejora y una paciencia suficientemente grande para esperar a que se materialicen los
resultados esperados del proceso en todas sus fases de corto, mediano o largo plazo, la
vocación de servicio es una capacidad personal que no puede faltar en el ser de un
funcionario o servidor público.

 CAPACIDAD DE ANALISIS Y TOMA DE DECISIONES


Poseer una gran capacidad de tomar las decisiones más acertadas después de un
análisis profundo de las problemáticas en todos sus contextos dependerá
completamente de que el funcionario o servidor esté actualizado y vaya acumulando,
para luego estudiarlas, experiencias propias y de los de su alrededor. Relacionarse con
gente del mismo ámbito y estudiar otros puntos de vista otorga la perspectiva tan
necesaria para analizar la situación a modificar y tomar la decisión correcta, que será
la que tenga en cuenta el bienestar general, un mejor futuro y el respeto de los
derechos sociales.

 RIGOR NORMATIVO:

Ajustarse a las leyes y normas en todo momento en los procesos de gestión de


políticas públicas precisa de un excelente conocimiento del marco legal en asuntos
gubernamentales. La fijación de y normas y reglas claras dentro de la ley ayudan
contundentemente a la toma del control y la dirección del proceso de gobernanza y
administración pública. Los normatividad precisada proyecta los enfoques puntuales del
entorno y contextualiza las situaciones para hacer las apreciaciones más precisas a la
hora de la toma de decisiones de peso. Para ello, es indispensable formarse de manera
continua, renovando los conocimientos con el fin de no perdernos entre los avances
legales y tecnológicos.

 FLEXIBILIDAD:
 
La administración pública está sujeta a cambios políticos que, en numerosas
ocasiones, requieren cierta adaptación y el talento suficiente para buscar caminos
alternativos si es que llegaran a ser necesarios. Por ello, el funcionario debe conocer
el panorama actual con todo detalle y estar constantemente informado de las últimas
noticias, así como de las previsiones futuras. La comunicación es el mejor camino
hacia la flexibilización de la organización ya que ésta dada en forma verás y asertiva es
el pilar de la correcta aplicación de la información dentro del ente, pues se hace
obligatorio conocer la estrategia y que todos los miembros tengan clara su misión, la
visión, los objetivos y las rutas propuestas para llegar a ellas en multiplicidad de formas.

BIBLIOGRAFIAS

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