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Proverbios 17:17

e llego nuevamente a la recta final de este año, un año en el


que pasaron tantas cosas buenas y malas, cosas que quizás
debían pasar y otras que no, tantas cosas diferentes que se
volvieron normales. Quizás fue lo mejor que todo esto
pasara, pero indiferentemente de lo que ocurrido, está ocurriendo y
quizás ocurra… estoy feliz de que tendré una amiga, que me conoce mejor
que yo mismo, alguien que la considero hasta mi hermana mayor, ese
alguien, esa amiga, esa hermana eres tú. Gracias por estar siempre en
todo, por siempre apoyarme en cuantas cosas, a pesar de mis errores y
fallas siempre estuviste ahí para corregirme, en los momentos indicados
apareciste para darme ánimos de seguir dándome a entender que no
importa la adversidad que se presente ni cuan alta se vea la sima de la
montaña, porque estas fueron hechas para superarse y llegar a lo más alto
de la gloria demostrándome que nunca se fracasara si
vale la pena. Quizás todo lo que te esté diciendo suene a
la fumada de uno de tus filósofos pero
no lo es, simplemente escribo todo lo
que tu amistad a representado para mi
durante todo este año, me demostraste
una amistad y hermandad que no creí
que fuese posible, gracias por ser como
una gota de agua en medio de un
inmenso desierto, gracias por las risas,
gracias por las enseñanzas, gracias por
todo. Que esta amistad y hermandad
sea como el inmenso cielo con un
principio pero sin ningún final

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