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Mi experiencia desde el 2020 a términos de julio de 2022

Katerin Giovana Mendoza García

Soy Katerin Giovana Mendoza García, soy mexicana, actualmente tengo 19 años y estudio el tercer
semestre de la carrera de Trabajo Social facultad de esta. Mi propósito en este relato es narrar mi
experiencia personal y de mis allegados más cercanos conforme a lo que mis ojos vieron. No
pretendo decir la verdad absoluta simplemente narrar le forma en como yo vi este momento tan
difícil y duro para la humanidad.

Un lunes 23 de marzo de 2020, hubo cancelación de clases dado que en el calendario de la


preparatoria estaba programado por el natalicio de Benito Juárez, nos dijeron que solo serian unos
cuantos días de cancelación y que después se reanudarían las clases como casualmente las
teníamos.

Un día estaba viendo las noticias en la televisión y estaban hablando de un nuevo virus que estaba
atacando a China, el COVID-19 o coronavirus; pasaban las imágenes en el noticiero, donde a todas
las personas les estaban revisando la temperatura y todos traían cubrebocas, puesto que el
coronavirus se transmite a través de las gotas de saliva que expulsamos al momento de hablar,
toser y estornudar. Al ver esas imágenes me sorprendí, pero pues como yo vivo en Veracruz
(Coatzacoalcos), veía al coronavirus como algo muy lejano.

Pasaron los meses, mis días seguían libres porque aún no se resolvía nada en la escuela que
cursaba en esos momentos, me encontraba diario en casa con mi familia, viendo las noticias sobre
el coronavirus que seguían en el periódico, en la televisión y en las redes sociales, los medios de
comunicación estaban repletos de información sobre el coronavirus, había de todo, en el periódico
noticias sobre lo mortal del virus, en la televisión videos sobre la situación en otros países y
gráficas de la cantidad de muertes a diario, en las redes sociales a veces encontraba noticias de
utilidad y algunas veces sólo chistes, burlas o memes sobre el virus, lo que era cierto y cada vez
más evidente es que el virus se extendía con rapidez en más países y cada vez había más y más
contagiados. Llegó el mes de marzo y con él, el coronavirus, pero marzo también fue destacable
por ser el mes de la mujer, así que varios acontecimientos se juntaron en tan sólo 30 días, el
primero es que ya se habían esparcido los rumores de que ya había varios contagiados de COVID
en la Ciudad de México y el segundo acontecimiento es que ya se estaban alistando miles de
mujeres para salir a marchar el 8 de marzo.

Para mediados de abril, ya muchos nos encontrábamos encerrados, el gobierno ocultaba las
verdaderas cifras de los contagiados y muertos por COVID, también pusieron una fecha hipotética,
supuestamente para levantar la cuarentena, pero la verdad yo nunca creí que el virus tuviera una
fecha de vencimiento, las cifras seguían subiendo y el riesgo de contagio se ponía cada vez peor.

En mayo mi rutina cambió completamente, estuve 6 meses sin clases, en ese largo lapso, sentí que
tenía todo el tiempo para mí y hasta sentí que mi salud mental estaba completamente estable,
pero después comenzaron las clases en línea, empezaron de nuevo las tareas y el estrés por la
escuela. Lleve muchos meses en clases virtuales, y debo decir que mantenerme siempre ocupada
haciendo tarea y teniendo clases, no pude quitarme el aburrimiento y las muchas ganas que tenia
de ver a mis seres queridos, y es esta incertidumbre de no saber cuándo volveríamos a vernos y
salir como antes, lo que a veces me hacía sentir desmotivada y triste; era el pensar que las
personas cercanas a mí estaban en un riesgo constante cada que salían a la calle hacía que a veces
me sintiera inútil dado que no podía saber si en algún momento llegaban a contagiarse solo por ir
a hacer compras comunes, a veces no quería ni levantarme tan temprano, incluso a veces me
sentía incapaz de poder ser más participativa en las clases en línea, me sentía rara e inestable y
esto repercute en todo lo que hacía en mi día a día.

Posteriormente supe de la notica del famoso concierto del Vive Latino, que a pesar de ya haber
comenzado la cuarentena se llevó a cabo, justamente de ese concierto y de la frontera con EUA,
conocería los primeros casos de transmisión local, es decir ya no eran casos aislados comenzaba el
contagio a nivel nacional. Después se comenzó una etapa curiosa ya que los días pasan y eso no
parecía tener fin, es mas es la etapa de las festividades no festejadas, como ejemplo, sería la
semana santa, el día del niño o el día de las madres, ninguna de ellas festejada como
acostumbrábamos.

Otra situación que note fue un jueves que salía de la cerrada donde se encuentra mi casa y
sorpresa para m no había tianguis (mercado sobre ruedas), yo soy muy aficionado a comprar
baratijas en los tianguis y saber que no se encontraba una de mis formas de pasar el tiempo, me
saco de mi zona de confort. Conforme se acercaba la semana santa mi familia comenzaba a
“descansar”, ya que la pandemia comenzaba a aumentar en casos y acrecer exponencialmente,
por esas fechas me enteraba de cierre de parques, mercados, empresas, negocios, etc. Una
situación que me pareció curiosa durante esas fechas fue la desobediencia civil de los ciudadanos.

En fin, comenzaba la parte más desagradable de la pandemia, por un lado, el momento de clímax
de la enfermedad, por el otro las luchas políticas y de poder que sucedían en el mundo, en mi país
y en mi preparatoria, que servirían como coyuntura para que yo regresara a clases, ya que a
mediados de abril el paro había terminado, comenzaba el proceso de regreso a las aulas (nunca
volvimos a las clases presenciales) y así termine mi semestre en la preparatoria.

Otra situación que se notaba en las calles aparte de la ausencia de personas en las calles y
reuniones con fines lúdicos es que la sociedad se polarizaba, por un lado, los que creen en la
existencia del virus y los que no lo hacen, situación que yo vi reflejada en los medios de
comunicación, en la calle y en las redes sociales. He de decir que mi familia siempre se mantuvo al
margen de la circunstancia, siguiendo las recomendaciones del gobierno y enterándonos de
información confiable, al grado que bromeábamos con que veíamos nuestro programa favorito,
las conferencias de prensa que da el subsecretario de salud Hugo López Gatell.

Ya nada más a forma de conclusión, he de decir que a pesar de ya haber terminado la cuarentena
e intentan volver a lo que se le denomino como “nueva normalidad”, la situación de la pandemia
no ha terminado, aun no se ha descubierto un medio de defensa contra el virus me encuentro en
medio de un mundo polarizado, de una sociedad entre ignorante, crédula y supersticiosa. He de
aclarar que ninguno de mis familiares cercanos ha tenido una experiencia tan cercana con la
enfermedad.

De este momento hay mucho de qué hablar y comentar, sim embargo esta es mi experiencia más
cercana a la pandemia, una situación de paz y tranquilidad (de cierto modo), alejado de los
problemas del resto del mundo y enfocada en mis estudios, por lo menos hasta ahora en la
actualidad (noviembre 2022).

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