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LIC.

JAVIER AMARU QUISPE

ENSAYO REFLEXIVO A CERCA DE LA REALIDAD DE LAS MAESTRAS Y


MAESTROS EN EDUCACIÓN MUSICAL

La música que es parte de nuestro diario vivir, que también es parte


integradora de una persona, es para nosotros los maestros y maestras de
Educación musical de ser privilegiados por enseñar esta área a nuestros
educandos ya que formamos en las mismas aptitudes musicales vocales,
instrumentales y corporales.

Durante los años trabajados y en distintas Unidades Educativas mi labor


profesional me ha permitido identificar pro y contras que acontecen en nuestra
labor diaria, mencionando algunas dificultades son estas:

Al encarar la carrera de docencia y optar por el área de Educación Musical ha


sido siempre un reto ya que para mí es de gran importancia ya que se debe de
enseñar primero como suele ser en el nivel primario Himnos , marchas y
canciones enseñando así el civismo fortaleciendo sus sentimientos a bien de
incentivar su temprana atracción a la música y obviamente el de apoyar a las
otras áreas de aprendizaje.

Por otra parte la de organizar coros con las y los estudiantes, la banda de
guerra de la Unidad Educativa que es sin duda la carta de presentación de la
misma, grupos folklóricos donde se incentive el aprendizaje de los instrumentos
musicales, la de practicar e interiorizar las danzas más que todo de índole
originario, en fin un gran trabajo que se debe hacer en la gestión educativa,
pero que a veces no se puede concretar por el poco tiempo que se tiene por
curso dos periodos por semana, y que a veces hay feriados, fechas cívicas,
uno que otro inconveniente donde se suspende las clases en el día y que
presenta un perjuicio para nosotros.

El maestro de educación musical debe estar bien preparado en relación a su rol


para asumir la tarea de educar a las nuevas generaciones, y ello implica no
sólo la responsabilidad de transmitir conocimientos básicos en lectoescritura
musical para él o la estudiante, sino también el compromiso de afianzar en los
niños valores y actitudes necesarios para que puedan vivir y desarrollar sus
potencialidades plenamente, mejorar su calidad de vida, tomar decisiones
fundamentales y continuar aprendiendo.

El contexto del o la estudiante adquiere cada vez más importancia, y su


capacidad de adecuarse a él metodológicamente, la visión de la enseñanza no
tanto técnica, como la transmisión de un conocimiento acabado y formal, sino
más bien como un conocimiento en construcción y no inmutable, que analiza la
educación como un compromiso político lleno de valores éticos y morales y el
desarrollo de la persona y la colaboración entre ellas como un factor importante
en el conocimiento profesional. Esto nos lleva a valorar la gran importancia que
tiene para la docencia el aprendizaje de la relación, la convivencia, la cultura
del contexto y el desarrollo de la capacidad de interacción de cada persona con
el resto del grupo, con sus iguales y con la comunidad que enmarca la
educación.
Este análisis sobre nuestra realidad nos ayuda a acercarnos a un proceso en el
que el conocimiento profesional es fundamental.
Y en él destacará como característica primordial la capacidad reflexiva en
grupo, pero no únicamente como aspecto de operativización técnica sino como
proceso colectivo para regular las acciones y decisiones sobre la enseñanza ya
que el mundo que nos envuelve se ha hecho cada vez más complejo y las
dudas, la falta de certeza y la divergencia son aspectos consustanciales con los
que debe convivir el profesional de la docencia; y de hecho cualquier
profesional de no importa qué sector.
También resultó necesario para nosotros los maestros de educación musical
una formación flexible, el desarrollo de una actitud crítica y reflexiva que
englobe formas de cooperación entre las y los estudiantes una constante
receptividad hacia todo lo que sucede, ya que la formación inicial de los
mismos ha de preparar para una profesión que demanda continuar estudiando
durante toda la vida profesional, incluso en ámbitos que, en esta etapa de su
formación, ni siquiera sospechan. No se trata pues de enseñarles a aprender
un “oficio” en el que predominan estereotipos técnicos sino que se trata de
aprehender los fundamentos de una profesión, lo que quiere decir saber por
qué se llevan a cabo unas determinadas acciones, o porque se adoptan unas
actitudes en concreto, y cuándo y por qué será necesario hacerlo de un modo
distinto.
La formación del docente de cualquier etapa educativa no puede permitir que
las tradiciones y costumbres, que se han ido perpetuando a lo largo del tiempo,
impidan desarrollar y poner en práctica una conciencia crítica ni que
obstaculicen la generación de nuevas alternativas que hagan posible una
mejora de la profesión.
Por ende este ha sido un ciclo que se repite año tras año puesto que cada
maestro y maestra debe aparte enseñar los signos musicales para que en el
futuro el o la estudiante sepa leer una que otra partitura regularmente, se ha
visto también que a las o los maestros por los años 2000 no habido un plan de
estudios en educación musical para fortalecernos y apoyarnos, cada cual
buscó su forma de elaborarlo según la experiencia de cada uno, y que en
algunas ocasiones nosotros mismos no compartimos los mismos arguyendo
que nos costó mucho el elaborarlo, y es así que la realidad también está el de
buscar bibliografía tanto teórica e histórica, de folklor, etc. Según nos parezca a
nosotros, cada maestro y/o maestra de educación musical buscó la forma de
especializarse a una vocación unos el de realizar Bandas de guerra la de
participar en variados concursos, otros por su parte el realizar grupos corales
yendo a participar a canales de televisión que igualmente lo es de grupos
folklóricos, también otros la de participar en festivales de danzas tanto
populares como autóctonas, y que también algunos que otros solo aplicarían la
enseñanza de teoría de la música, cantar himnos y canciones.

Es ya sabido que las normales que eran así conocidas en esos años han
obviado el área de educación musical, ya que según la reforma educativa
añadió el área de “expresión y creatividad”, por tanto en ese lapso muchos
docentes de otras especialidades han optado por inclinarse a esa área ya que
era la más solicitada no importaba si supieras solo tocar una guitarra, o
cualquier instrumento ya que las compulsas eran flexibles, y así a pesar de
esas dificultades los y las maestros llamados de “educación musical” se
avocaron a la misma, unos de tal manera que llegaron a ser mejores que otros
de especialidad en Educación Musical, otros lo dejaron continuando su propia
carrera ya que el área de educación musical merecía más práctica, y mucha
habilidad en la enseñanza, es decir si uno entrase tenía que dar un 100 por
ciento de su capacidad y esforzarse al máximo porque en todo lado siempre es
el maestro o maestra de Educación musical.

Es en el aula el escenario profesional donde se aplican las reglas de la


práctica, donde el conocimiento profesional imaginario, intuitivo o formal se
hace real y explícito. Ésta realidad es fundamental en la generación de
conocimiento pedagógico y, como se da en un escenario complejo, las
situaciones problemáticas que aparecen en él no son únicamente
instrumentales ya que obligan al maestro de educación musical de la
enseñanza a elaborar y construir el sentido de cada situación muchas veces
única e irrepetible. Con el contacto con la práctica educativa ese conocimiento
profesional se ve enriquecido con otros ámbitos: moral y ético toma de
decisiones determinadas.
La profesión del maestro de educación musical actualmente se ha avanzado
más en el terreno de las ideas y las palabras que en el de las prácticas
organizativas alternativas. Es necesario desarrollar nuevas prácticas
alternativas basadas en la práctica como mecanismos de participación
democrática de la profesión que permitan vislumbrar nuevas formas de
entender la profesión de educador musical, descifrar el currículum oculto de las
estructuras educativas y descubrir otras maneras de ver la profesión docente,
el conocimiento profesional necesario, las unidades educativas y su
organización educativa. Para ello hemos de comprender qué ocurre ante las
especificidades relativas a las áreas del currículo, a las estructuras
espaciotemporales que impiden nuevas culturas organizativas, a la
participación activa de la comunidad, a la dinámica y comunicación de los
grupos, a la escolarización pública, a la veloz implantación de las nuevas
tecnologías de la información, a la integración escolar las y los estudiantes con
necesidades educativas especiales, o al fenómeno intercultural.

Para actualizarse en esos años era escasa algún taller para poder
fortalecernos y si lo realizaban no existían los medios que hay en la actualidad
(internet, Facebook, WhatsApp, etc.) para poder comunicarnos, estábamos
simplemente abandonados dejados a la suerte, entonces uno tenía que ir a
bibliotecas municipales, ferias de libros y o lugares fortuitos donde
milagrosamente uno encontraba libros relacionados a música, solo algunos
escasos textos como la de Antonio Paredes Candia, Roger Becerra, Ernesto
Cavour, cancioneros populares del maestro Eliodoro Nina y o fotocopias que
quien sabe haya sido el autor, otros de autores internacionales que costaban
un dineral solo aquel que tenía posibilidades las adquiría.

Y que hablar de los instrumentos musicales, que principalmente uno tendría


que saber tocar el acordeón, y eso que primero tenías que ir a comprar algunos
a medio uso y otros recién llegados al mercado, por supuesto los lugares más
conocidos están por la feria 16 de Julio de la ciudad de El Alto, posteriormente
la de aprender instrumentos de cuerda y eso demandaba dinero, comprar un
instrumento como la guitarra, charango hasta una mandolina costaba, entonces
uno que otro docente iba a hacerse elaborar los mismos a escasos buenos
constructores de instrumentos de cuerda, aparte de que tenías que aprender a
tocar comprando métodos de simple y variado aprendizaje, o ir a unos institutos
que en si son solo clases de aprovechamiento individual aportan claro si
trabajas en la ciudad, y no a las y los maestros que trabajan en provincia ahí
se aprende empíricamente, o teniendo algunas bases, lo bueno es que si se
trabaja en provincia tienes tiempo por la tarde o en la mañana según sea el
turno donde estemos trabajando pero se aprovecha de una mejor manera.

Al organizar la banda de guerra por lo menos tener bases en trompeta, tambor,


lira y otro, e incluso ayuda el haber estado en alguna banda de guerra cuando
se estuvo en épocas de colegio, pero poco a poco se logra afinar las mismas,
nadie nace perfecto pero se aprende cada día.

En si ese es trabajo que se hace cuando eres maestro de educación musical, y


que hablar de las demostraciones en las que por lo menos se debía saber
bailar una que otra danza, comprar videos, sacar canciones con instrumentos
musicales, arreglos corales, y eso por lo menos practicar un bimestre antes, y
la de realizar las vestimentas con materiales reciclables o fletarlos, un trabajo
arduo en una gestión.

Se sabe que en la actualidad ya hay cursos talleres tales como la del C.I.E.M.
(CENTRO DE INVESTIGACION DE EDUCADORES MUSICALES), que
fortalece a los educadores musicales con expositores de renombre y claro que
se aprovecha mucho el estar y ser partícipes en ellos. Otras exposiciones tales
como las que organiza el MUSEF (MUSEO NACIONAL DE ETNOGRAFÍA Y
FOLKLORE) donde también se ofrece la enseñanza de hacer máscaras de
diferentes danzas, y festivales.

Licenciaturas que ofrece la Universidad Privada Loyola, otras de la U.M.S.A. y


puertas abiertas de las ESCUELAS SUPERIORES que ofrecen la de estudiar
el área de Educación Musical.

Tratar de explicar, y valorar la función del maestro de educación musical y su


rol dentro del sistema educativo que también cumple la construcción de una
sociedad, por se sabe no es una actividad sencilla, como se dijo anteriormente
es difícil de borrar un concepto cargado de estereotipos y adjetivos comunes y
negativos que presentan algunos y algunas de nuestros estudiantes, pero si un
docente actúa mal perjudica la imagen de todos. Por ello debemos saber y ver
a un maestro ya sea de otra especialidad u la misma que estamos ejerciendo
como una persona con carencias y necesidades, que posee también
habilidades y actitudes como cualquier otro ser humano, las cuales lo
distinguen y hacen diferente de otros docentes.

Con también se sabe que es cierto que el maestro es un sujeto de suma


importancia en el proceso educativo tanto como en otras áreas, no es el único,
y tampoco el más importante, por tanto en consecuencia, no es el principal
culpable de la mala educación. Pero sin duda los llamados maestros de música
son actores claves para la calidad educativa, ellos deben ante todo procurar el
aprendizaje y el bienestar del o la estudiante, estar en constante comunicación
con los padres de familia, para apoyarlos.

Dentro de esa realidad educativa en nuestro país y según desde los años que
estoy trabajando y las experiencias contadas por colegas a fines y no al área
de Educación Musical pude evidenciar la falta de apoyo por parte de
autoridades locales en el marco de dotación de materiales tanto como
instrumentos musicales y/o textos a la Unidad Educativa que hace mucha falta
para desarrollar nuestra aptitud musical. Directores que desconocen lo
importante que es el área de educación musical o que te tocan directores con
la misma especialidad y que solo optan por ser enemigos del mismo maestro
de música, y pienso que no debería ser así, pero bueno son cosas que pasan
en ese ámbito de relaciones entre maestros y directores.

Ahora en el ámbito educativo desde hace dos años establecí mis contenidos
acordes a cada año de escolaridad, específicamente según mi experiencia me
avoqué más al nivel de primaria comunitaria vocacional que actualmente se lo
conoce.

Por tanto hoy en día los maestros de educación musical nos preocupamos por
crear para el o la estudiante un ambiente afectuoso, saludable y de bienestar,
en el que se encuentren los estímulos necesarios para su aprendizaje ya sea
cantando, bailando o tocando un instrumento musical para que se sienta
cómodo y seguro y alegre. Este rol debe de ser de un motivador y ha sido
siempre así el desarrollo de sus habilidades tanto como individualmente como
colectivo, siempre estamos atentos para cualquier estudiante que presente
dificultad apoyados también en adaptaciones curriculares.

Por tanto habremos de mantener nuestro rol de observador conociendo la


manera de relacionarse con las y los estudiantes, sus reacciones, preferencias,
modos de juego, materiales que más utiliza, en definitiva de conocer al
estudiante en particular , al grupo y medio que se interrelaciona. Consistiendo
que él o la estudiante aprenda y logre su desarrollo integral.

El maestro de educación musical posee también un conjunto de aptitudes y


actitudes que son de gran importancia para la sociedad en el cual este
pertenece, ya que su labor ayuda a moldear a los futuros ya sean músicos o
no pero con una base artística y que se vean inmersos en los procesos de
enseñanza y aprendizaje, de aquí en adelante formar una generación de
ciudadanos que tengan la capacidad de solucionar las problemáticas futuras ya
sean de carácter político o no.

Nosotros como profesionales de educación musical siempre enfrentaremos


retos, los sugieren terminar con la rutina, crear nuevas formas de mantener la
disciplina en el aula y siempre buscando soluciones ante la falta de materiales
para el desarrollo de nuestro actividades en clase.
Aun cuando consideramos que nuestros estudiantes los exigimos más tanto a
nivel de teoría musical, también a nivel oral o vocal, de escenificación de
danzas, etc.

La educación sólo puede realizarse plenamente cuando la familia apoya a el o


la estudiante en el proceso de aprendizaje y es así que la enseñanza se hace
plena. Por tanto nuestra realidad siempre va de la mano con nuestro contexto y
por eso hay que seguir adelante pensando en mejorar la calidad de enseñanza
todos los días.

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