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la vieja “nueva arqueología”: (segunda parte)

Author(s): manuel gándara


Source: Boletín de Antropología Americana , julio 1981, No. 3 (julio 1981), pp. 7-70
Published by: Pan American Institute of Geography and History

Stable URL: https://www.jstor.org/stable/40976953

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manuel gándara

la vieja "nueva arqueología"


(segunda parte)
INTRODUCCIÓN
En la primera parte de este ensayo, publicada en el procesual. Sin embargo, al enfrentar el análisis crí-
número anterior de este mismo Boletín de Antro- tico me encontré con que las herramientas analíti-
pología Americana, intentamos cubrir dos de los cas o bien no existen en la arqueología, o bien
objetivos propuestos para este trabajo: primero, presentan serios problemas de aplicación. Por ello
ofrecer una caracterización de la nueva arqueolo- me ha parecido indispensable introducir el concepto
gía que nos permitiera plantear la discusión sobre de "posición teórica", como guía para el análisis
los postulados centrales de esta posición teórica; de la nueva arqueología y tal vez de otras posicio-
segundo, esbozar su desarrollo hasta el momento nes teóricas en la arqueología.
en que se produjo un aparenge cisma entre los El trabajo de evaluación crítica pronto mostró
"nuevos arqueólogos", al surgir los bandos que una nueva área de problemas de la que se desprende
Flannery (1973a) ha llamado "de-la-ley-y-el-orden" el último objetivo de este ensayo; la nueva arqueo-
y "serután" (o sistémico). logía siempre ha tenido pretensiones de cientifi-
En esta segunda parte del ensayo examinaremos cidad, que supuestamente se justifican con la in-
troducción de una metodología científica. Como
estas dos vertientes, llevando así nuestro análisis del
desarrollo de la arqueología procesual hasta sus es sabido, esta metodología es tomada del empi-
manifestaciones actuales. Además de cubrir este rismo lógico, y en especial, de la obra de Karl
Hempel. Fue inevitable, en consecuencia, aden-
objetivo, la segunda parte de este ensayo se plan-
tea dos objetivos adicionales: primero, intentar eltrarse hasta donde es posible no siendo especialis-
esbozo de una evaluación crítica de la nueva ar- tas, en los problemas de la filosofía neopositivista
de la ciencia. Pero este interés en los problemas
queología, de su impacto y alances en la teoría
metodológicos tuvo un resultado lateral que no
arqueológica contemporánea. Y, por último, pos-
tular la problemática que se desprende del análisis estaba previsto: han surgido, en el transcurso del
crítico y que toca a dos problemas fundamentales análisis, dos problemas cruciales; problemas que
relacionados con la filosofía de la ciencia: el de la trascienden el caso concreto de la nueva arqueolo-
evaluación y elección racional entre teorías alter- gía, y que me temo son problemas ante los que
nativas, y el problema de la demarcación, también cualquier alternativa habrá de pronunciarse: prime-
llamado "problema de la cientificidad". ro, el problema de la existencia de mecanismos
Estos objetivos obedecen a que no es suficiente racionales para elegir entre diferentes teorías,
caracterizar a la nueva arqueología y esbozar su y aún más importante, entre diferentes posicio-
desarrollo, sino que es de vital importancia que se nes teóricas; -éste es el problema de la existencia
inicie su crítica seria, que se señalen sus problemas de criterios generales de evaluación; criterios más
reales y que, si al final quedara algo rescatable, se allá del recurso a la autoridad, la disciplina parti-
reconozca ésto como la herencia de la arqueología daria, los gustos personales, o los argumentos so-

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8 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 IULIO1981

de las limitaciones a priori del material ar-


ciologizantes del tipo "mis colegas y yo creemos
que nuestra posición es la mejor, y ya que todos
queológicos; y el papel de la analogía como
estamos de acuerdo en ello, nuestra posición nofuentes de hipótesis.
puede sino ser la mejor".1 4) La necesidad de controlar la representatividad
En resumen, en esta segunda parte del ensayoy significado de observaciones hechas en el
registro arqueológico. (Gándara 1980b: 17).
trataremos de cubrir los siguientes objetivos: a) ter-
minar nuestro recuento del desarrollo de la nueva
Se recordará también que insistimos en que de
arqueología durante los años setenta, analizando
estos postulados el primero, sobre el método y la
las dos vertientes principales en que esta posición
explicación, era el crucial, y contituía la aportación
se ha dividido; b) ofrecer un esbozo de evaluación
más original y valiosa de Binford y otros nuevos-
crítica de la posición en su conjunto; c) considerar
arqueólogos. Pero, tal como apuntáramos antes,
cómo el problema de la elección entre teorías al-
este primer postulado fue luego sometido a críticas
ternativas y el problema de la cientificidad afectan
severas, en parte por el abuso y la sobre-simplifica-
la discusión teórica y la evaluación de la nueva ar-
ción que algunos arqueólogos hicieron de él, y en
queología (y cualquier otra posición); esto es, tratar
parte por problemas de interpretación, tanto por
de establecer las ligas entre algunos de los proble-
parte del bando nomológico como del bando sis-
mas centrales de la filosofía de la ciencia y la teoría
témico.
arqueológica.
En la primera parte caracterizamos a la nueva
arqueología a partir de cuatro "postulados" cen-
trales:

1) La adopción del modelo hempeliano de la ex-


plicación y el método hipotético-deductivo.
2) Considerar a la arqueología como antropo-
logía, a partir de un objeto de estudio común
(la cultura concebida como sistema) y un
objetivo común (la descripción y explicación
de la variabilidad cultural).
3) La naturaleza organizada del registro arqueo-
lógico (la estructura arqueológica); el rechazo

1. Tal vez pueda ilustrar esta problemática mediante


una anécdota personal.
Para mi fortuna o mi desgracia, he estado expuesto
recientemente a dos tradiciones de pensamiento
radicalmente distintas: por un lado, como arqueólo-
go mexicano, a la arqueología tal como esta se
predica (si bien no se practica) en Latinoamérica,
a partir de una tradición afiliada al materialismo
histórico; por otro lado, como estudiante de docto-
rado en una universidad extranjera, a la tradición
académica estadounidense. Para rk i sorpresa, encuen-
tro que, a pesar de sus diferencias, ambas tradiciones
tienen un punto en común: en cuanto se trata de
discutir criterios de elección racional y de justifi-
carlos, colegas de ambos bandos pierden en ocasiones
la paciencia y acaban por recurrir a la autoridad, o al
supuesto carácter autoevidente de los postulados de
los que parte cada tradición. En ambos casos es
frecuente oír declaraciones en las que cada una se
autodenomina "la única posibilidad científica", y
descarta a la otra como "ideología disfrazada de
ciencia", ya sea mediante la acusación de "manipu-
lación imperialista y reaccionaria", o la de "dog-
matismo político que atenta contra la objetividad
e imparcialidad de la ciencia". Grupo de mote lotes

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 9

Es una primera sección de este trabajo analiza- pótesis son algo que se añade con adhesivo al final
mos en detalle las críticas a la posición nomológica de la investigación. Por otro lado, Flannery consi-
(o "de-la-ley-y-el-orden", como le llama Flannery) deraba que ejemplos de la peor arqueología habían
(1973a). Estas críticas han provenido de tres fuen- sido publicados bajo el rubro "arqueología proce-
tes: de los arqueólogos tradicionales, que insistían sual", dando entonces combustible a los críticos.
(generalmente sin mayor argumentación) que la Pero el más interesante desarrollo era el "cisma"
arqueología no podía ser una ciencia (véase por producido entre las filas de la nueva arqueología,
ejemplo Hawkes, 1968); de algunos filósofos de la entre los bandos que Flannery bautiza como
ciencia (como Morgan y Salmon); y de arqueólo- "arqueología-de-la-ley-y-el-orden" y "arqueología
gos que, si bien estaban de acuerdo con el resto de serután".
los pronunciamientos de la nueva arqueología, El primer bando veneraba con fuerza a Hempel
criticaban el uso del modelo hempeliano, y propo- y al modelo hipotético-deductivo, y veía como su
nían una alternativa sistémica. Es una segunda meta a la "producción de leyes". Estas serían obte-
sección de este trabajo analizaremos en qué con- nidas (según Flannery interpreta este enfoque),
siste esta alternativa sistémica, y trataremos de ha- mediante el rechazo o aceptación de hipótesis
cerle una crítica general; en la tercera sección "sobre la base de correlaciones estadísticas";
esbozaremos un análisis crítico global para la nueva dichas correlaciones se interpretan (Flannery pare-
arqueología, y en la última sección trataremos los ce pensar que incorrectamente) como indicativas
problemas de la cientificidad y la elección entre de conexiones causales. Estos arqueólogos "buscan
posiciones y teorías alternativas, comentando so- leyes análogas a las de la termodinámica", e insisten
bre la relación entre la fUosof ía de la ciencia y la en que la arqueología debe ser relevante a "los
arqueología. problemas del mundo actual". En opinión de Flan-
nery, estos arqueólogos confunden "ley" con
"correlación", y lo único que han logrado hasta
I. La crítica al bando nomológico ahora son "leyes" tan triviales e irrelevantes como
la que dice que "a medida que aumenta la pobla-
1 . Flannery ción de un sitio, el número de pozos de almacena-
miento tenderá aumentar" (Flannery 1 973a:49-50).
1973 fue un mal año para los defensores de la bús- Estas leyes merecen el calificativo que Flannery les
queda de leyes en arqueología. En este año apare- dá: "Leyes Mickey Mouse"; sus autores creen poder
cieron dos artículos criticando este enfoque: uno producir una ley por cada temporada de campo de
venía desde dentro de la nueva arqueología, el tres meses, pero lo único que han sido capaces
otro de un filósofo de la ciencia. Ambos artículos de lograr son "leyes Mickey Mouse".
parecen haber tenido un impacto crucial en los El segundo enfoque, "Serutan", toma su nom-
futuros desarrollos de la arqueología procesual. bre de un laxante cuya publicidad clama que dicho
producto "trabaja con su sistema". Los arqueólogos
"Archaeology with capital 'S' " (Flannery 1 973a)
(Arqueología como 'S' mayúscula -de 'Science'- serután muestran un "interés desproporcionado"
ciencia) fue presentado originalmente en 1971en la "regulación natural" de los sistemas. Rechazan
como ponencia para un simposio sobre "el futuro a Hempel de la misma forma en que Bartalanffy, el
de la arqueología". Con un excelente sentido delautor de la "Teoría general de sistemas", décadas
humor y un sarcasmo mordaz, Flannery describe antes había rechazado enfoques similares sobre la
nueva arqueología; en su opinión, para 1971 la base de que tales enfoques no pueden dar cuenta
arqueología procesual se había popularizado tanto cabal de los fenómenos biológicos. Si bien los ar-
que se había casi convertido en una moda; los po- queólogos serután tienen interés en la explicación
cos oponentes que aún quedaban eran los "jóvenes y las regularidades, dudan que los procedimientos
vejestorios", que a pesar de su edad aún creían queestadísticos podrán revelarlos, y de hecho temen
la solución sería un análisis inductivo de datos "rea- que tales procedimientos solo inventen casos de
les"; y por otro lado, por los "desertores", los que, "correlación espuria". Esto se debe a la naturaleza
una vez que habían ganado prominencia -o asegu- de los fenómenos sistémicos, y a la forma en que
rado una plaza- habían "bajado el volumen" a sus actúa la causalidad sistémica; Flannery nos recuer-
opiniones. Otros arqueólogos aún seguían sin en- da como Jay Forrester, teórico de sistemas que ha
tender el papel que las hipótesis juegan en realidad hecho estudios urbanos en Boston para el MIT, ha
en el método científico, e insistían en que las hi- señalado recientemente que:

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10 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

tres de estoscomple-
. . .cuando uno trata con sistemas principios, a los que regresaremos más
tarde.
jos (como los que ocuparon muchas pobla-
ciones prehistóricas), casi todos los fenóme-
nos que muestran una correlación
2. Morgan alta en
tiempo y espacio probablemente resultarán
ser síntomas coincidentes más que causas
Si el artículo de Flannery y
es "el principio del final",
efectos; esto es así porque las causas últimas
entonces el de Morgan es el "final del final" para
de los fenómenos observados yacen tan atrás
los arqueólogos
en el tiempo o en alguna parte "de la ley y el orden": he aquí a
tan remota
del sistema, que no pueden serundescubiertos
filósofo profesional que después de analizar el
libro de
mediante la prueba estadística Watson, Lede
'exacta Blanc y Redman (1971) (en
lo sucesivo,
Fisher'. Más bien, estas csuasas debenWLR) sobre
serExplicación y Arqueolo-
gía, declarade
encontradas mediante la simulación queproce-
hay muy poco que rescatar en
sos a largo plazo, tal como Forrester
dicho enfoque. lo ha
hecho en sus estudios urbanos (Flannery
La estrategia de Morgan es una estrategia de
1973a:52). pinzas: por un lado, critica primero a Hempel y al
modelo de la "explicación mediante leyes cober-
Así, los arqueólogos serután piensan que la si- toras" (LC), y, según él, lo desacredita; por otro
mulación es la forma de mostrar relaciones causales lado, dice que aún si el modelo LC sirviera, WLR
en las que causa y efecto no están próximas ni en no lo han entendido bien, y lo aplican definitiva-
tiempo ni en espacio; también ven con escepticis- mente mal; en consecuencia, el enfoque queda de-
mo la posibilidad de descubrir un conjunto de leyes rrotado. Morgan intenta mostrar que toda la pre-
que sea "específico para la conducta humana" tensión de "cientificidad" de WLR descansa sobre
(presumiblemente porque las leyes sistémicas son el supuesto de que el análisis que hacen Hempel y
universales para todos los sistemas, y no existen otros "positivistas lógicos es una representación
fenómenos "emergentes" entre un nivel y otro). fiel de la práctica científica. Si resulta ser que la
También desconfían y evitan los enunciados del actividad de los científicos no tiene nada que ver
tipo "si A entonces B"t ya que desconfían de la con la forma en que los positivistas lógicos la re-
"causalidad linear", y prefieren la causalidad mul- construyen, entonces las pretensiones de la nueva
tivariada, "mutua y recíproca". Dichos arqueólo- arqueología deben derrumbarse. Por otro lado, y
gos, según Flannery, no se preocupan por la rele- sorprendentemente, Morgan llega a la conclusión
vancia de la arqueología, aunque esperan que en el de que, para convertirse en una ciencia real, la
futuro pueda ser relevante (Flannery 1973a:53). nueva arqueología no necesita de disquisiciones
A pesar de que Flannery escribe en son de bro- filosóficas, y que, de hecho, aún sin la nueva ar-
ma, lo que dice es definitivamente serio. Por ejem- queología nuestra disciplina ya es una ciencia. Pero
plo, aunque él cree que sería conveniente una veamos esta argumentación en detalle.
integración de los enfoques nomológico y sistémi- Morgan nos recuerda que el modelo de explica-
co, no cree que dicha integración sea factible; y, ción mediante leyes cobertoras (LC) de Hempel
aunque tiene críticas para ambos bandos, es eviden- tiene cuatro variantes distintas: la explicación
te que si se le presionara, él acabaría por aceptar nomológico-deductiva (ND) de eventos particula-
que prefiere un enfoque sistémico-serutan a un res; la explicación nomológico-deductiva (ND) de
enfoque nomológico. Al menos esta es la forma generalidades y leyes; la explicación deductivo-
en que el artículo ha sido tomado por sus colegas, estadística (DE) y la explicación ¡nductivo-estadís-
hay quien se refiere a este artículo como.el "prin- tíca (IS).
cipio del final" del enfoque nomológico, o como Es evidente que la explicación ND de eventos
un "duro golpe contra la nueva arqueología": la particulares no es sino una de cuatro variantes
arrogancia y pretensiones de los arqueólogos hem- posibles, y que por lo tanto equiparar explicación
pelianos había sido finalmente expuesta y demo- mediante leyes cobertoras al modelo ND es inade-
lida. El artículo de Flannery también sirve como cuado. Este señalamiento resulta útil ya que, a pesar
encapsulamiento de algunos de los principios cen- de la frecuente referencia en los escritos de los
trales de la arqueología sistémica: las nociones de nuevos arqueólogos al artículo de 1965 de Hempel
"causalidad sistémica", la importancia de la simu- en que estas variantes se especifican, ni Binford ni
lación como mecanismo de evaluación, y la ¡dea de WLR parecen darse cuenta de que existe más de
leyes sistémicas universales, para mencionar solo una forma de explicación LC. Lo que sucede es

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 11

que, con frecuencia, la explicación nomológico


deductiva de eventos específicos es tomada como
paradigma; pero esto se debe probablemente a
razones didácticas, y en ningún caso habría que
tomar esta variante como equivalente al modelo
general.
Morgan continúa su crítica señalando que la
relación entre explicación y predicción no es si-
métrica como pretenden Hempel y otros autores;
que tampoco tenemos una análisis claro de la
noción de "ley", y por último, que el formato
hempeliano no es capaz de discernir explicaciones
legítimas de explicaciones ilegítimas, que pueden
construirse como contra-ejemplos al modelo. De
hecho, Morgan llega a proponer que

. . .podemos tomar cualquier ley, y dado un


determinado explanandum verdadero, pode-
mos construir un enunciado verdadero tal
que, a partir de dicho enunciado y de la ley,
puede deducirse el explanandum deseado"
(Morgan 1973: 265).

Eso es, podríamos explicar cualquier cosa con


cualquier ley, con la ayuda de un enunciado auxi-
liar; o dicho en otros términos, el modelo de Hem-
pel no nos permite distinguir entre explicaciones
genuínas y seudo explicaciones. Por ello, MorganGuyana y Amazonas
concluye que el modelo LC no es una condición
suficiente para lograr explicaciones adecuadas, por Según Morgan, el problema del modelo LC es
otro lado, Morgan piensa que tampoco es una con-que es de tipo "ingredientes", más que del tipo
"dimensiones": intenta darnos una receta de como
dición necesaria, ya que existen formas de explica-
ción que no parecen cubrir el formato CL: hacer por un pastel y que ingredientes lleva, en vez de
ejemplo, las explicaciones llamadas "ideológicas",
describir como es el pastel (! ?) (este comentario es
"funcionales", y "genéticas", que no recurren a
completamente incomprehensible para mí). En vez
leyes coberteras, y que tampoco las requieren, de un enfoque caduco como el de Hempel, Morgan
según Morgan. Claro que Hempel (1965) y otros recomienda el de Bromberger (1965) y Achinstein
(1971), pero no nos dice en que consisten tales al-
han tratado de mostrar que tales tipos de explica-
ción no pueden prescindir de las leyes, y que ternativas
de (Morgan 1973:267).
hecho son réductibles al formato LC; pero Morgan Una vez hecha esta "refutación" del modelo LC,
cree que estos autores desfiguran los ejemplos Morgan dirige ahora su atención a Watson, LeBlanc
"hasta hacerlos irreconocibles", por lo que y noRedman (WLR), y los ataca por diversos flancos:
piensa que se haya cerrado el debate. Otro proble-
1) su presentación del modelo LC es inadecuada
ma es que el modelo usa la noción de "ley"; (cosa
y de que, como vimos, es cierta); 2) ellos introdu-
acuerdo el análisis más comunmente aceptado decen tal una noción de ley ("en condiciones C, si A
noción, quedarían descalificadas como leyesentonceslas B") que no corresponde a la noción hem-
peliana original. WLR también indican que las
leyes de Galileo y Kepler, ya que éstas hacen men-
ción a planetas específicos, en vez de ser esencial-
"leyes" deben de estar "bien confirmadas", a pesar
mente universales como pide el modelo. Para Mor-de que, desde su formulación original, Hempel y
gan esto solo indica que la caracterización actual
Oppenheim rechazaron el requisito de "alto grado
de "ley" no nos permite aún distinguir leyes de deconfirmación" como un criterio necesario para
no-leyes; y ello, por supuesto, va en detrimentoque algo sea una ley (Morgan 1973:268). Por otro
lado, WLR confunde "generalización empírica"
del modelo LC, ya que las leyes le son indispensa-
bles (Morgan 1973:267). con "ley", y los ejemplos de "leyes" que WLR

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12 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

utilizan son incorrectos. 3) WLR no mencionan


Mientras que el desarrollo de nuevos enfoques
alternativas al modelo LC; esto para
debe serMorgan
apoyado, es
inexcusable, ya que "el modelo LC ha La sido
adopcióndesa-
de doctrinas filosóficas vagas,
creditado en forma generalizada como un análisis
altamente controvertidas, debe desaprobarse,
adecuado de la explicación científica"particularmente
(ibid: 268); cuando tal adopción solo
así es que WLR han mostrado una "severa conduce a una falta de cooperación y un
falta
antagonismo innecesario.
de objetividad", y dejado que "el espectro del Los científicos de-
berían ser
dogmatismo prevaleciera" [ibid: 269); 3) el análisis pragmatistas; cualquier cosa que
conduzca al conocimiento, debe ser apoyada,
dad en la filosofía de la ciencia"; no parecen con-
y aquello que interfiera. . . debe ser abando-
trastar los principios tipo-ley mismos, nado. Elsino
modelolasde las leyes coberteras es,
condiciones antecedentes -Morgan se en refiere
el mejor deaquí
los casos, controvertida y de
a los ejemplos de Hill y Longacre que limitada
WLRaplicabilidad.
reto- No es necesario adop-
man y analizan. Pero aún, WLR cometen un
tarlo error
para estar motivado a buscar leyes y
de principiantes, al confundir la lógica generalizaciones.
de la con- ¿A que viene, entonces,
trastación y proponer en cambio lo quetanto ruido? (Morgan 1973:285).
se conoce
como la "falacia de afirmación del consecuente",
al ir de "Si A entonces Bt y B, a A (ibid: 270);
Morgan añade que, en el análisis de Evidentemente,
los ejemplos Morgan reacciona aquí a la divi-
sión causada por
que ofrecen WLR, olvidan la posibilidad delasque
etiquetas de "nuevos arqueó-
"datos escondidos" pudieran alterar logos"
lasy "arqueólogos
conclusio- tradicionales; y a las actitudes
nes (por lo visto Morgan desconoce ingenuas en que los arqueólogos se etiquetaban de
la argumenta-
ción de Binford al respecto: ver Binford, "inductivos", "científicos",
1968a). "deductivos", etcétera.
4) WLR supuestamente apelan a la En cualquier
autoridad caso, el impacto
y del artículo de Mor-
utilizan slogans para apoyar sus argumentaciones; gan parece haber sido grande; los arqueólogos que
peor para ellos, según Morgan, porque se oponíanela lamodelo
nueva arqueología lo usaron como
hempeliano no solo es objeto de serias armacontrover-
y excusa para seguir operando en la forma
sias en la filosofía de la ciencia, tradicional sino que ("al es
fin yael somos científicos"). Los
equivalente a adoptar una teoría Lamarkiana arqueólogos "serutan"
de la (o sistémicos) lo usaron en
evolución en donde se heredan los caracteres ad- contra de los arqueólogos "de la-ley-y-el-orden".
quiridos; para Morgan este símil pone en realce loPara otros, como Klejn, este artículo constituye
anticuado e inadecuado del modelo hempeliano. un golpe demoledor contra la nueva arqueología.
Inúltimente los llamados a la filosofía de la ciencia Aun cuando a los filósofos de la ciencia les gusta
redituarán en una arqueología más científica, en pensar que su trabajo no tiene mayor impacto fuera
especial si se apoyan en una doctrina "extrema- de su campo disciplinario, el artículo de Morgan
damente dudosa" como la hempeliana (Morgan es un ejemplo excelente de lo que la filosofía de la
1973:272-273). ciencia puede hacer. Morgan se queja de que, en
la civilización occidental, la ciencia es un valor y
que, por lo tanto, apelar mediante slogans a ella
De hecho, Morgan sugiere que la arqueología es es hacer propaganda e ideología. Pero el olvida que
ya una ciencia, al menos de acuerdo al criterio de entre los científicos mismos, la filosofía de la cien-
cientificidad que él emplea: la arqueología a) re- cia es un valor; y que los pronunciamientos doctos
porta sus datos; b) reconstruye la historia cultural de uno de sus especialistas tendrán inevitablemente
(!); c) usa técnicas cuantitativas y de fechamiento; un impacto similar, y servirán para hacer propagan-
d) uso de tipología (!) (Morgan 1973-273). La ex- da e ideología. El resultado neto es que muchos
plicación no debe confundirse con la meta de la arqueólogos parecen haber decidido después de
ciencia, de acuerdo a este autor: tal vez la explica- este artículo dedicarse a investigar las posibili-
ción pueda ser un "resultado lateral", pero la meta dades "sistémicas" (aunque de cualquier manera
es la obtención de conocimiento, el dilucidar "cuá- dudo que hayan leído a Hempel alguna vez). Otros
les son los hechos". Y tampoco puede considerarse arqueólogos (sobre todo aquellos del bando nomo-
a la predicción como una meta: "los ingenieros lógico) simplemente no pusieron atención al artícu-
controlan", "los científicos descubren"; las ex- lo, ya que venía de un "mero filósofo de la cien-
plicaciones no son sino "mecanismos heurísticos" cia"; cosa que supuestamente descalifica en forma
(Morgan 1973:294). automática a Morgan.

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA'1 13

3. Watson, Le Blanc y Redman, al ataque otra vez WLR concluyen señalando que Morgan, al salir-
se de su propio campo y entrar a uno en el que no
Esta segunda actitud mencionada arriba es la que tiene suficiente familiaridad, ha sobrepasado sus
es buena medida está detrás del único intento quepropios límites; su artículo entonces "bordea en
yo conozco de responder al artículo de Morgan: el lo irresponsable, y constituye en una medida con-
que hacen Watson, Le Blanc y Redman (1974). siderable un mal favor tanto a la disciplina de él
Después de atacar a Morgan de no estar familiari- como a la nuestra" (ibid A 31 ).
zado con el campo sobre el que escribe, WLR lo
acusan de 4. Morgan, de nuevo

intentar enredarlos en debate formalista Para complicar las cosas aún más, Morgan decidió
entre filósofos de la ciencia, debate quecontestar
no a WLR; en el mismo número de World
es pertinente a nuestras preocupacionesArchaeology
en se lanza una vez más contra el "trío
nuestro libro Explanation in Archaeology,dinámico". Para empezar, señala que él por supues-
ni a las discusiones actuales sobre teoría
to tiene conocimientos de arqueología, habiendo
arqueológica en general (WLR 1974:125;
dedicado considerable atención a la literatura
subrayados míos).
arqueológica "durante varios años". También piensa
que los puntos de concordancia que WLR creen
WLR reconocen que Morgan ha señalado algunos
haber encontrado con él no existen: él duda que
errores en su libro, y agradecen esas críticas "cons-
el modelo de leyes cobertoras tenga siquiera valor
tructivas*1, pero piensan que Morgan "sera tomado
práctico, y que si WLR no entendieron esto debe
por algunos arqueólogos como un argumento a
atribuirse a "una falta de comprensión para la
favor de la ¡dea de que la arqueología no es y no
crítica que yo he hecho, o a la deshonestidad in-
puede ser una ciencia", por lo que las buenas in-
telectual de WLR" (Morgan 1974:133). De hecho,
tenciones de Morgan tendrán resultados desfavora-
él piensa ahora que se equivocó cuando supuso
bles; y WLR tienen razón, ya que es esta la forma
que WLR "sabían de lo que estaban hablando y
en que el artículo se tomó entre algunos colegas
que realmente implicaban lo que decían" (ibid.).
mexicanos, por ejemplo.
La muestra está en pensar que la crítica de Morgan
Tratando de defender a Hempel, WLR señalan
tuviera algo que ver con la formalización, Godei y
que el modelo de las leyes cobertoras es hoy día
el teorema de incompletud, o cosas parecidas; y
apoyado por filósofos diversos, como Popper,
que no solo Scriven, sino Feyerabend y Kuhn han
Bergman, Nagel, Rescher, Goodman, Rudner y
atacado a Hempel, lo que hace "extremadamente
Scheffler; esta vez también incluyen una lista de
bizarro ver a WLR referirse positivamente a Kuhn
filósofos que han objetado el modelo (principal-
y a Hempel en el mismo golpe de voz" (claro que
mente Scriven), pero también indican que Hempel
aquí Morgan ignora que esta tónica la inició Bin-
ha contestado tales objeciones (seguramente hacen
ford en 1972; ver Binford 1972a). O que mencio-
mención aquí al ensayo de 1965), cosa que Mor- nen el artículo de Brodbeck y no el de Feyerabend
gan parece olvidar.
cuando ambos aparecen en el mismo volumen;
WLR piensan que su simplificación del modelo
claro que aquí Morgan olvida que esta tónica la
puede justificarse como mecanismo heurístico, y
introdujo Spaulding (1968) y la siguieron Martin
no como la intención de entrar en "discusiones
(1971) y el propio Binford (1968b).
formales", que, "como ha mostrado Godei", noPor último, Morgan insiste que la arqueología
pueden proporcionar un modelo completo (!?); no requiere del modelo de las leyes cobertoras
que líos no son formalistas, y que las "dificultades
altamente técnicas" que Morgan mencionan "no
afectan" el uso que ellos hacen de Hempel; ni les cano: "si la cerámica producida en un sitio particular
interesan tales dificultades, ya que según nos dicen, es recuperada por los arqueólogos, entonces hubo
mujeres alfareras en la antigua aldea representada
"no son filósofos, son arqueólogos" (WLR 1974:
hoy día por dicho sitio" (WLR 1974:129). Esta
128).2 "ley" para el Suroeste no solo no valdría como ley
en términos formales (en tanto particular para el
2. Seguramente esto j usati fica su incapacidad para con- Suroeste), sino que es dudoso que sea cierta; y no
testar a Morgan, o el hecho de que propongan como es lo mismo "hipótesis" que "ley" o que "enunciado
ejemplo de "ley" una que aplicaría para los casos falso". Y lo mismo pod r fa decirse de los otros ejem-
tratados por Hill y Longacre en el Suroeste Ameri- plos que ofrecen.

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14 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

para poder ser una ciencia, que valece existe solo un paso,
la arqueología yay no se requirió de mu-
es una ciencia, y que incluso en choel
para darlo. "tradi-
bando
cionalista" se practica ciencia; como Un efecto claro dede
prueba esta polémica fue la reducción
más
ello menciona que los tradicionalistas usan técni- o menos drástica del número de artículos so-
cas tomadas de la geología, la botánica o la bre la explicación y el método en arqueología
zoología (!) (Morgan 1974:136). Lejos de ayudar escritos por arqueólogos. La gente se volvió más
al progreso de la arqueología, el modelo CL la cautelosa o simplemente perdió interés y esperan-
za en temas relacionados con la filosofía de la
detendrá, por lo que habría que hacer es recha-
zar el modelo ya que ello aumentará nuestro cono- ciencia. Este tipo de actitud la ejemplifica perfec-
cimiento: "No es aconsejable adoptar como recetatamente el colega que me comentaba hace apenas
una doctrina filosófica tan ardientemente debatida;dos años "¿todavía crees en la explicación? ¿Aún
tales recetas con más facilidad tenderán a constipar,después de Morgan? Tal vez una de las pocas ex-
atontar o aún a matar al paciente que a hacerlecepciones a esta actitud es Steve Le Blanc, quien
algún bien" {ibid: 137). intentó en 1973 refutar las argumentaciones de
Flannery, clarificar las nociones de "confirmación'1
5. Morgan: 2t WLR: 7 (?) y "apoyo inductivo", e incluso trató de criticar el
"modelo sistémico de la explicación" que estaba
He querido tratar este episodio entre Morgan yadquiriendo popularidad. Pero al parecer la idea
WLR con algún detalle, porque ha sido de grande tratar de profundizar el problema metodoló-
importancia entre los arqueólogos, y para ilustrar gico había caído ya del favor de los arqueólogos,
la naturaleza emocional del debate. Por otro lado incluyendo algunos cuyo repentino cambio de
actitud resulta sorprendente. . .
es bastante único, en el sentido de que un filósofo
de la ciencia profesional se toma de hecho el tiem-
6. El regreso de Binford
po y el trabajo de señalar a un grupo de arqueólo-
gos que no han entendido bien la problemática de
No estoy seguro de cuál puede ser (si es que hay
la que hablan.3
alguna) la conexión entre este debate y el cambio
Por otro lado, la polémica misma resulta curiosa:
de actitud en Binford; puede ser más bien que Bin-
alguien toma a un grupo de arqueólogos que ford parase dedicó durante varios años en forma inten-
ese momento no tenían aún mayor notoriedad, los
siva al trabajo de campo para poder contar con "los
erige en representativos de la nueva arqueología
datos" que exigían sus críticos; el caso es que, tal
y, sobre esta base, generaliza sobre la posición en
como mencionáramos en la primera parte de este
su conjunto. Esta estrategia tiene el defecto central
ensayo (Gándara 1980b:28-40), Binford proponía
que señalábamos al iniciar la primera parte de este
ya en 1974 que los filósofos de la ciencia no hacen
ensayo: no toca a los autores centrales, como Bin-
sino "codificar" la conducta de los científicos, y
ford, que "salen ¡lesos" del percance, a pesar de
que sus reconstrucciones pueden o no, en un mo-
que ellos -y en especial Binford- comete exacta-
mento dado, reflejar el funcionamiento real de
mente los mismos errores. Resulta fácil para Bin-
la ciencia; no daba por descontada a la filosofía de la
ford luego utilizar los argumentos de Morgan para
ciencia, pero este tono no es el de optimismo que
descalificar como dignos miembros del grupo a
mostrara en sus trabajos de finales de los años
WLR, planteando así una distancia que lo deja a
sesentas. Mencionamos ya (ibid.) que para 1977
él a salvo, tal como veremos después. Y desde otroesta actitud se consolidó como una nueva posición
ángulo, la respuesta de WLR es altamente indicati-
ante los problemas metodológicos, pero en la que
va: ellos insisten en que no les interesan "los deta-
esta vez Binford ya no requiere de citar filósofos
lles" del modelo de Hempel, que no consideran de la ciencia, tal vez porque los argumentos que
"pertinente" enterarse del debate. De esta actitud
usa los considera bien conocidos o porque se con-
a la de indiferencia y desconfianza que ahora pre-sidera a sí mismo una autoridad suficiente en la
materia. Y considera que sus propios pronuncia-
3. Es interesante notar que, aunque el esposo de Patti mientos no solo constituyen análisis adecuados,
Jo Watson también es filósofo profesional, los sino que incluso tienen un peso normativo o pres-
errores que Morgan señala hayan escapado a los criptivo.
lectores árbitros que reseñaron el libro (incluyendo
probablemente al propio Mr. Watson) antes de su Esta actitud es claramente ejemplificada cuando,
publicación. en un intento de separarse de aquellos que han

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 15

En el lejano oeste canadiense

sido considerados como correligionarios suyos salida (ibid.); curiosamente Binford cree que es
pero que han "distorsionado la naturaleza del ésto lo que constituye el "principio de incertidum-
método científico", nos recuerda que el método bre" (!).
tiene que ver con "la evaluación de las ideas y no Las proposiciones "tentativas" son de dos tipos:
con sus fuentes", "con la evaluación de la teoría"; "hipótesis" deducidas de las ¡deas que queremos
y principia cuando el científico asigna relevancia evaluar, y "definiciones" que determinan los
a sus observaciones en términos de las variables materiales relevantes a ser obtenidos; esta distin-
que le interesan. Como ejemplo Binford usa ción
la que hace Binford es una que, según él, los
noción de "presión demográfica", y se pregunta
arqueólogos no han entendido, desperdiciando así
qué observaciones empíricas son relevantes a tiempo
esta y esfuerzo al tratar de "garantizar" las
"definiciones operacionales", cuando éstas no son
variable y podrían informarnos "en forma confia-
ble y no-ambigua" sobre ella: ¿deberemos contar
sino convenciones; la contrastación de definiciones
sitios, entierros, número de vasijas rotas? Esto es
se un ejercicio vano de metodología, o "en el peor
logra, según Binford, mediante una "definición de los casos, una actividad trivial", como sucede
operacional", la cual involucra "una convencióncon el trabajo de Hill (Binford 1977:4). Y no
para asignar significado a una clase específicatodas
de las proposiciones son hipótesis: encontrar
un cisne negro no refuta "todos los cisnes son
materiales empíricos"; y ya que las definiciones
son convenciones y no hipótesis, ellas puedenblancos",
ser sino solo señala la necesidad de modificar
evaluadas solo en términos de su "utilidad"; ladedefinición original (ésta es una original teoría
de la conformación, ya que contradice la posición
hecho, la ciencia tiene como objeto la "evaluación
que Binford supuestamente tomó de Hempel; por
de las herramientas culturales" (Binford 1977:2-3).
desgracia, Binford no dice de donde la sacó). La
Claro que al asignar significados el científico parte
diferencia entre hipótesis y proposición se les es-
del supuesto de que los significados que asigna son
capa a los arqueólogos y en especial a Le Blanc,
relevantes, y esta es una paradoja de la que no hay

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16 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

según Binford, quien pierde tiempo M. Salmon está relacionada


tratando de a Wesley C. Salmon,
evaluar definiciones, "y ¿a quién famosolefilósofo
importade la ciencia
si quien ha propuesto
las definiciones son o no precisas cuando son su propia versión del modelo de explicación me-
irrevelantes?" se pregunta Binford; la relevancia diante leyes coberturas. El papel de Merilee Sal-
solo la establece la teoría, y no estriba en la con- mon será, por lo tanto, el de informar a los arqueó-
trastación de definiciones; de ahí que los arqueó- logos que la explicación es una meta digna de ser
logos solo hayan logrado "leyes Mickey Mouse" buscada, pero que ellos se han equivocado de mo-
(Binford 1975:5).4 delo; y luego, con diligencia y empeño, sugerir que
Tal como señaláramos antes (Gándara 1980b: Wesley Salmon tiene el modelo adecuado, modelo
39), Binford cree que las cuestiones de teoría, y que Salmon ha llamado de "Relevancia Estadísti-
en particular la construcción de lo que el llama ca", o SR (Salmon, W. 1971).
"teorías de rango medio", son prioritarias y deben Merilee Salmon entra a la polémica con estruen-
de suceder al tiempo que se desarrollan teorías do al comentar el artículo de Le Blanc al que Bin-
más amplias; de otra manera "las discusiones sobre ford luego criticaría en forma tan airada. Y, ioh
metodología parecen estar extrañamente fuera de sorpresa! Salmon concluye que Le Blanc tiene la
sitio" (Binford 1977:7). Curiosamente, entre los razón en muchas de sus sugerencias, aunque se
arqueólogos que se salvan está Schiffer (1972), equivoca en otras. Por ejemplo:
quien sin duda es uno de los blancos de la sátira
que hace Flannery a los "arqueólogos-de-la-ley-y- Por principio de cuentas, debe notarse que
el-orden". el método hipotético-deductivo (H-D) es
fundamentalmente ¡napropiado para la con-
Por desgracia, Binford no entra jamás en una
discusión de cómo es que hay que proceder en la
construcción de la teoría; y es difícil que lo haga,
cuando piensa que las definiciones son meras con-
venciones; las convenciones solo se evalúan "de
acuerdo a su utilidad"; y por supuesto, la utilidad
es relativa a la teoría. Dicho en otra forma: si la
definición es mera convención, y los conceptos
meras herramientas, entonces la nueva arqueología
no tiene derecho a proclamar superioridad alguna
sobre la arqueología tradicional: las definiciones y
conceptos de la arqueología tradicional son sin
duda útiles a la arqueología tradicional. ¡Pero es
este tipo de relativismo teórico el que antes Bin-
ford se encargó de atacar! Como este artículo
(Binford 1977) es extremadamente rico para una
evaluación crítica, regresaremos a él más tarde en
este ensayo.

7. Salmon: de nuevo los filósofos de la ciencia

Mientras toda esta discusión tenía lugar, un nuevo


personaje entra en escena: Marilee Salmon, quien
se dedica profesionalmente a la filosofía de la cien-
cia pero tiene una formación fuerte en arqueología.

4. Esto es, Binford está de acuerdo con Flannery en


cuanto a las deficiencias del enfoque nomológico
tal y como éste es practicado por gentes (que el no
nombra) que han sido erróneamente asociados a la
posición que él mantiene; claro que Binford olvida
que él mismo en algún momento consideró los
trabajos de tales autores como muestras de las
ventajas de la Nueva Arqueología. Indios comanches

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 17

trastación de enunciados estadísticos, ya que más allá que el de mostrar que el grupo de "la-ley-
ningún enunciado que trate sobre la compo- y-el-orden" se había equivocado una vez más; de
sición de una muestra puede ser deducido de hecho, al año siguiente ella regresaría para aclarar
un enunciado estadístico (Salmon, M. 1975: que no tenía nada en contra del lado nomológico
459; subrayado mío). ni a favor del sistémico, sino que solo trataba de
Y, por supuesto, peor para los arqueólogos, ya aclarar ciertos errores de comprensión sobre el papel
que "muchas de las hipótesis que los arqueólogos real del método hipotético deductivo y el modelo
tienen interés en contrastar son de tipo estadístico" DN de la explicación. Una confusión frecuente,
{ibid.). Afortunadamente, los enunciados de este según nos dice, es la actitud anti-inductiva de algu-
tipo pueden ser evaluados mediante procedimien- nos nuevos-arqueólogos, olvidando que la confir-
tos de muestreo estadístico, y de hecho "la teoría mación de hipótesis depende en gran medida de la
de la confirmación de hipótesis estadísticas está inducción; por lo tanto, el etiquetar a los arqueólo-
bien desarrollada ya", aún si todavía hay contro- gos como "inductivos" o "deductivos" es confuso
versias al respecto [ibid.). e innecesario (Salmon 1976:377). Y por otro lado,
Salmon comenta sobre los criterios de confir- la lógica de la contrastación es más compleja de lo
mación que propone Le Blanc, quien a su vez que los WLR nos harían creer, por el problema de la
tomó (reinterpretándolos) de Hempel (1965b). hipótesis auxiliares; tal como se mencionara antes,
Tales criterios tienen serios problemas, ya que la se soluciona mediante una aplicación de la
esto
contrastación siempre involucra hipótesis auxilia-teoría bayesiana de la probabilidad, que también
res, nos dice Salmon, pero estas dificultades pueden
evitaría que los arqueólogos se comprometan con
de nuevo ser superadas mediante técnicas estadís-una posición determinista.5
ticas. Pero resulta ser que dichas técnicas dependenPero aún este nuevo artículo no ayudó mucho
de una interpretación de la teoría de la probabili-
a la causa de los arqueólogos nomológicos; y como
dad llamada "interpretación subjetiva", y asociada
también el tono del primer artículo (Salmon, M.
normalmente a Bayes (Skirms 1975:40-212). Com- 1978) podría interpretarse como favorable para el
binando la probabilidad subjetiva con el método
lado sistémico, Salmon tuvo que volver a la polé-
hipotético deductivo podremos establecer la posi-
mica aclarando su posición respecto a la explica-
bilidad o probabilidad de las hipótesis, según Sal-
ción "sistémica", en otro artículo (Salmon, M.
mon (ibid:462) (como veremos más tarde, esta po-
1978) al que nos referiremos adelante.
sición se llama "probabilista", y según otros filó-
sofos de la ciencia es inaceptable; cf. Lakatos 8. Desorden entre las filas de "la-ley-y-e I-orden"
1970).
Finalmente Salmon cierra sus comentarios di- Hagamos una pausa para intentar hacer un resu-
ciendo que los intentos de explicación sistematica
men de la situación hasta este momento. Al prin-
han intentado tratar los problemas de relevancia,
cipio de la década de los setenta empezó a existir
que normalmente escapan al modelo hempeliano; una insatisfacción cada vez más profunda con el
incidentalmente, el modelo que W.C. Salmon pro- uso mecánico y trivial de lo que los arqueólogos
pone trata en forma adecuada este problema. Estoprocesuales llamaron "el método científico".
es importante ya que Algunos arqueólogos además dudaban que tanto
La tarea de la nueva arqueología es impor-el método hipotético deductivo como la explica-
ción mediante leyes cobertoras (LC) pudieran
tante y emocionante, pero la impresión equi-
vocada de compromiso con una concepción capturar en forma adecuada las complejidades de
estrecha que equipara "método científico" los sistemas y la causalidad sistémica presente en
con la aceptación de la conformación H-D la
y cultura. También desconfiaban de las "leyes
la explicación N-D (hempelianas) va en detri-
generales" y preferían un modelo de explicación
mento de la causa (Salmon, M. 1975:464).
Evidentemente el tono del artículo es mucho
5. Es interesante notar que Salmon no menciona a
más amigable que el de Morgan; Salmon señala que Duhem, que fue quien primero formuló el problema
una forma de evitar críticas como la de Morgan es de la contrastación al que ella hace referencia, y que
ampliando el modelo e incluyendo otros (como el tampoco nos informa que la interpretación Bayesiana
de la probabilidad es altamente discutida entre los
de W.C. Salmon, por supuesto). Tal vez porque
filósofos de la ciencia (cf. Lakatos, 1970:105-102,
este modelo (llamado "RE") es más difícil de enten- sobre Duhem; Skirms 1975:caps. V, VI y Vil; Levy
der, el artículo de Salmon no tuvo mayor impacto, 1967 sobre Bayes).

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18 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

sistémico sin leyes, y que en consecuencia, no re- en sentido de lo que


nos dar algunas características
quería del método hipotético esdeductivo.
y no simplementePorde lootro
que no es; sin embargo,
lado, filósofos de la ciencia profesional
aquí la situación es habían
más difícil, ya que, salvo por
mostrado como losarqueólogos-de-la-ley-y-el-orden
los más vocinagleros de los arqueólogos sistémicos,
estaban destinados al fracaso, una ya
de las que 1), habían
características centrales de la tendencia
tomado un modelo "inadecuado" o "desprestigia-
sería precisamente la ausencia de postulados explí-
do" de la explicación y el método; y 2),
citos de orden lo habían
metodológico; éstos tienen que ser
aplicado mal. Es decir, había "pescados"
que modificar el La tendencia sisté-
en la bibliografía.
postulado número uno de la nueva
mica no arqueología.
tiene el equivalente a un Binford que
Esto condujo a que hubiera bajas
expongaenenlas filas
forma del
abierta y abundante las bases
campo nomológico y que incluso arqueólogos antes
del enfoque, tal vez porque los arqueólogos sisté-
considerados de "la-ley-y-el-orden" como
micos no se Hill,
reconocen en como tales sino
a sí mismos
1970-1972 dieran ahora su apoyo total
sólo como a la a,
diferentes teorfa
y en oposición de, los
de sistemas (Hill 1977, 1972).arqueólogos
Binford mismo
nomológicos se
y los arqueólogos tradi-
encontraba en 1977 tratando de distanciarse de cionales.
los nombres de arqueólogos que solo 8 años antesNo obstante, podemos atravernos a señalar
eran los ejemplos de lo mejor de su enfoque. Por de los puntos que aparecen constante-
algunos
otro lado, y sobre todo entre los arqueólogos no-en los trabajos de estos autores; aunque,
mente
mológicos, surgió la duda y la desconfianza de
deque
nuevo, ellos no se autoidentifiquen como sis-
los filósofos de la ciencia supieran en efecto de
témicos, ni Flannery especifique a quiénes hace
qué estaban hablando. Por lo tanto, insistieron
referencia cuando habla de la arqueología serután.
usando "leyes", "confirmación" y "explicaciónEstos puntos parecen ser:
N-D" en formas que por supuesto no se parecen a
las originales. Por su parte, otros arqueólogos
1. se
El rechazo al modelo de explicación median-
dedicaron a "rechazar" hipótesis simplistastepara
leyes cobertoras, y su sustitución mediante un
mostrar cómo la causalidad sistémica requería de de "explicación sistémica" de alguna ma-
modelo
modelos multivariables; esta estrategia se ligaba
nera aconectado a la Teoría General de Sistemas.
la posición sistémica, y empezó a generar una vez2. El rechazo al modelo que llaman "de causa-
más el viejo escepticismo sobre la existencia delinear", o "neopositivista", y su substitución
lidad
leyes que pudieran explicar la conducta cultural.
por un modelo de causalidad compleja, sistémica,
En suma, a partir cuando menos de 1973, "dela ar-
causalidad mutua y recíproca"; éste incorpora
queología procesual sufrió un cambio definitivo,
frecuentemente los conceptos deretroalimentación
si bien no estridente, en su orientación, tendiendo
derivados de la cibernética.
sobre todo a la teoría de sistemas, a pesar de la abandono (si es que no rechazo) al modelo
3. El
aparición de trabajos como los de F. Plog. (1974)
nomológico-deductivo del método, y su substitu-
y Schiffer (1972, 1976).6 Un grupo adicional y los procedimientos de "simulación"
ción por
reducido trabajó incorporando a la teoría de siste-
mediante el uso de complejos programas de com-
mas y el enfoque hempeliano en un feliz yputación.
tran-
quilo eclecticismo bañado de inocencia e inconsis-
4. La incorporación de la Teoría general de
tencia. Pero antes de determinar si ambos enfoques
sistemas (o de alguna teoría sistémica en particu-
son compatibles o no, es necesario pasar ahora a
lar, como la teoría de ecosistemas), como marco
examinar la tendencia sistémica.
teórico general. En cierta forma se complementa
la caracterización de la cultura como sistema cuan-
II. LA TENDENCIA SISTÉMICA do se afirma que consiste en un "ecosistema cul-
tural", en el que se intercambia energía, materia, y
1. Caracterización
de especial importancia para esta corriente, infor-
mación.
¿Cómo podemos caracterizar a la tendencia sisté- 5. El rechazo a "hipótesis simplistas", que se
mica además de señalar que rechaza el postulado 1convierte al parecer en una estrategia general, al
de la nueva arqueología? Debe ser posible al me-
dedicarse una cantidad considerable de esfuerzo a
"refutar" las hipótesis "de primer motor", o aque-
6. Y por supuesto, los esfuerzos del incansable LeBlanc
(ver LeBlanc y Reid (1978). A este artículo haremosllas que no consideran mecanismos "complejos de
referencia adelante. causalidad". Luego intentare mostrar como esta

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 19

estrategia corresponde a lo que Lakatos (1970) es más importante; autores como Ashby (1965) y
ha llamado "falsificacionismo dogmático", y queHagget (1965) parecen haber tenido originalmente
implica una determinada epistemología, un criterio mayor influencia que Bertalanffy en su obra. Sin
de cientificidad, y una noción muy particular deembargo, curiosamente el resto de los arqueólogos
lo que significa la racionalidad científica. reconocen explícita o implícitamente a Bertalanffy
Dado que el grupo sistémico no es un grupo como la fuente original de su posición, y le dan a
homogéneo, autores específicos pueden no enfa- la teoría general de sistemas un lugar privilegiado,
tizar en la misma medida todos estos puntos. Pero tal vez siguiendo la mención que hace de este autor
en general la caracterización parece ser válida, y el propio Flannery (en 1973a:51 y 1967:107), a
capturar cuando menos algunos de los puntos pesar de que la obra de Flannery tiene poco que
centrales de la obra de autores que quedarían como ver con Bertalanffy. De cualquier manera, la obra
"sistémicos" bajo este criterio (autores como Flan- de los arqueólogos sistémicos hace frecuente refe-
nery, Hill, Saxe, Wright, Blanton, Earle, Ford, rencia a la teoría general de sistemas (en adelante
Johnson, Tuggle, Townsend, Riley, y otros en TGS), cuya creación Bertalanffy se atribuye en
mayor o menor medida). Otros autores pertene- numerosas publicaciones, (véase Bertalanffy, 1971
cerían a un grupo ecléctico que usa tanto un enfo- para una bibliografía de este autor).
que derivado de la teoría de sistemas como del
modelo nomológico (como Clarke en sus últimos2.1 . La teoría general de sistemas (TGS)
trabajos).
Ludwig von Bertalanffy empezó como biólogo, e
2. Desarrollo de la tendencia sistémica. hizo importantes contribuciones a esta disciplina
durante las décadas de los veinte y los treinta. De
La arqueología sistémica parece haber tenido cuna acuerdo al propio Bertalanffy (1978:31-2, orig.
doble: una, entre los miembros de la nueva ar- 1972), él creó el enfoque "organísmico" como
queología, con Flannery, y otra en Inglaterra, con una reacción en contra de los excesos tanto de los
David Clarke (quien originalmente rechazaba a la"mecanicistas?* como de los "neovita listas"; los pri-
nueva arqueología, a pesar de que frecuentemente meros sostenían un modelo mecánico para los
se le confunde con los nuevos-arqueólogos). Ambos seres vivos, derivado de la tradición cartesiana
autores vieron en un enfoque sistémico una pode- ("analítica", como le llama Bertalanffy); ya en
rosa herramienta que les permitiría organizar yeste siglo, este enfoque fue retomado por algunos
explicar las relaciones complejas entre las variables neopositivistas, quienes esperaban algún día lograr
de un sistema cultural. Su introducción de un en- una ciencia unificada, a partir de programas de
foque sistémico era compatible con la concepción reducción de unas teorías a otras (en los que, por
sistémica de la cultura, y en el caso de Flannery, supuesto, la base de la reducción eran las teorías
con la noción de la cultura como mecanismo adap- fisico-químicas). Uno de los problemas con un
tativo. Llevaría a la arqueología un paso más cerca enfoque reduccionista de este tipo es que -apun-
de la ecología cultural y la teoría de los ecosiste- ta Bertalanffy- la mera descripción en términos
mas culturales que habían ganado considerable físico químicos no permite discernir entre un ser
popularidad a mediados de la década de los sesen- inerte y uno vivo. Además de que, como en el caso
tas, con autores como Rappapport (1979), Maru- de otros programas reduccionistas, es dudoso que
yama (1963) y Vayda (1964). los términos teóricos y principios generales de una
Originalmente, la inspiración de la tendencia disciplina puedan en realidad ser eliminados en
sistémica parece haber sido también dual: en el favor de términos y principios generados original-
caso de Flannery, su entrenamiento como zoólogo mente para niveles distintos de organización de la
(ya que fue esta su licenciatura original), lo puso materia y la energía (esto es, entre los que existen
en contacto con teóricos de ecosistemas en zoolo- discontinuidades y "fenómenos emergentes" im-
gía, y le dio acceso a la teoría de sistemas en gene- portantes).
ral. Hay que recordar que Flannery se inició en la Por otro lado, los neovitalistas (como Driesch
arqueología trabajando como especialista en paleo- y Bergson) sostuvieron a principios de siglo una
zoología, por lo que sus intereses siempre han argumentación en el sentido de que los organismos
tenido estrecha relación a la ecología y la teoría muestran un tipo especial de conducta, la "con-
de los ecosistemas culturales. En el caso de Clarke ducta-orientada-a fines" o "teleológica"; sin em-
la influencia de la cibernética y la nueva geografía bargo, ligaban esta conducta con entidades que

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20 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

voladamente contenían elementos religiosos o En el Ínterin, se descubrió que proce


metafísicos, con "un principio o 'f actor' organiza- lares a los estudiados por la teoría de los
dor y sobrenatural" que no era sino la noción de biológicos podían ser descritos también (
"entelequia" revisada y puesta al día (Bertalanffy habían sido descritos ya), mediante el mi
1978:32). En suma, cuando Bertalanffy inicia sus de ecuaciones diferenciales; Bertalanff
trabajos existían dos posiciones extremas: una, Köhler, Lotka y Volterra como entre l
reduccionista y mecanicista; la otra, teologizante que utilizaron un enfoque similar en su
y anti-científica, ligada a versiones "humanistas" campos (psicología, ecología y biología
de la biología. Ninguna de estas alternativas per- más tarde, Ashby llegaría a descubrimien
mitía crear una biología científica, explicativa lares en la cibernética, y Boulding haría
y predicava, una "biología teórica", como le llama en la economía. Es a partir de estas an
Bertalanffy (1971 orig. 1968: cap. 1). Para ello era isomorfismos que Bertalanffy da lo que
necesario desarrollar la noción de "organismo", y ría el "triple salto mortal", y concluy
convertirla en el eje central de una nueva teoría. haber una teoría general de sistemas; m
propone una ciencia general de sistema
Ya que el carácter fundamenta! de un objeto
mente, una cosmovision (o filosofía de
viviente es su organización, el acostumbrado
examen de las partes y procesos aislados no
completa con todo y ontologia, episte
ética, estética, etcétera.
puede darnos una explicación completa de
los fenómenos vitales. Este examen no nos El primer paso en esta cadena, la teoría
informa acerca de la coordinación de partes de sistemas la postula Bertalanffy desde
de los treintas, y la publica en forma
y procesos. Así, la tarea primordial de la bio-
logía debería ser descubrir las leyes de los después de la segunda guerra.
sistemas biológicos. Creemos que los inten-
tos de hallar un fundamento para la biología Existen modelos, principios y le
teórica apuntan a un cambio básico en la pueden asignarse a los sistemas gener
concepción del mundo. A esta nueva concep- o a sus subclases, independientement
ción, considera como un método de investi- caracter particular, así como de la na
gación, la llamaremos "biología organ ísmica" de sus elementos componentes y de l
y en tanto se propone ser explicativa "teoría ciones o "fuerzas" que los ligan. Pos
de sistemas del organismo" (Bertalanffy una nueva disciplina llamada teoría
1978:33, orig. 1928). de sistemas. La teoría general de siste
una teoría lógico-matemática que se p
A diferencia del enfoque neovitalista, la biología formular y derivar aquellos principio
organ ísmica se planteaba como parte de la ciencia rales aplicables a todos los "sistema
y rechazaba por lo tanto entidades sobrenaturales; talanffy 1978:35, orig. 1947, 1955).
a diferencia de el enfoque mecanicista, en vez de . . ."las leyes de sistemas" se manif
"máquinas animales" al estilo cartesiano se propo- como analogías u "homologías lógi
ne que los organismos pueden ser considerados leyes formalmente idénticas, que per
"sistemas abiertos" que mantienen relaciones de sin embargo a fenómenos complet
distintos, e incluso aparecen en dis
equilibrio con su ambiente, y que se caracterizan
diferentes (ibid:36).
por la presencia de funciones de crecimiento, re-
producción, metabolismo, etcétera. La investiga- El "descubrimiento" de isomorfismos
ción de estas funciones reveló interesantes procesos gías despertó un interés tal en científico
(algunos de ellos luego aplicados a la cibernética), rentes disciplinas que se creó la Socied
de autoregulación, de conducta-orientada-a-fines Investigación de Sistemas Generales, en c
(teleología), etcétera. Resultó también que estas grama, formulado en 1954, se incluye lo
funciones y procesos son descriptibles mediante
series de ecuaciones diferenciales "dinámicas", Las funciones de mayor importanc
1) investigar el isomorfismo de co
permitiendo entonces la elaboración de generali-
leyes y modelos en varios campos y
zaciones con capacidades predictivas, y aumentan- ver transferencias útiles de un camp
do el poder teórico de la biología. En suma, la bio- 2) favorecer el desarrollo de modelos
logía organicista, y su fundamento, la teoría de sis- cos adecuados en aquellos campos donde
temas abiertos (o biológicos) produjo importantes falten; 3) reducir en lo posible la duplicación
avances. del esfuerzo teórico en campos distintos; 4)

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 21

promover la unidad de la ciencia mejorando de sistemas; y, al parecer, fue a través de ésta que
la comunicación entre los especialistas la TGS impacto a la arqueología. Flannery fue el
(ibid:37). primero en aplicar ideas de la teoría ecológica de
sistemas a la arqueología; estas ideas fueron parte
Este párrafo resulta importantímo; ya habremos de su formación como zoólogo, por lo que resul-
de regresar a él más tarde. El caso es que de esta taba natural su importación hacia la arqueología;
formulación original Bertalanffy derivaría no solo en especial si recordamos que a mediados de los
una teoría, sino toda una ciencia y una filosofía; sesenta hubo un reflorecimiento de la ecología
en su opinión, el término "teoría general de siste- cultural. De hecho, el enfoque que Flannery desa-
mas", en su sentido "técnico" o estrecho, hace rrollaría tiene mucho más que ver con Maruyama,
referencia a "una teoría matemática" (/M/:38); Vayda y Rappaport, y con autores de ecología
sin embargo, el desarrollo general de la teoría de animales, que con Bertalanffy. Por otro lado,
permite dilucidar tendencias y partes: por ejemplo, el tipo de ecología cultural que estos autores prac-
la ciencia de los sistemas ("comprende la explora- tican difiere considerablemente del normalmente
ción y teoría de los 'sistemas' en las distintas cien- relacionado a autores como Steward y Sanders.
cias-física, biología, psicología, ciencias sociales", Flannery mostró la fertilidad de un enfoque de
así como a la teoría general de sistemas); la teoría esta naturaleza en su análisis, ahora clásico, de las
de los sistemas matemáticos ("un campo lógico adaptaciones de cazadores-recolectores tempranos
matemático"); la tecnología de sistemas (que se en Mesoamérica (Flannery 1968); combinando su
encarga de las aplicaciones prácticas, sobre todo en conocimiento de ecología con su amplio dominio
el campo de la computación); y finalmente, la filo- de la etnografía, Flannery presenta una imagen
sofía de sistemas, que comprende una "ontologia" realista de los cazadores tempranos, y de los ciclos
(que trata sobre la propiedad de los diferentes adaptativos en los que participaban. Este enfoque
tipos de sistemas), una "epistemología" (en que se tiene muchas características positivas, como el
propone una teoría "perspectivista" y "activa" del señalar la inutilidad teórica de la búsqueda de "la
conocimiento), y un sistema de valores (que trata primera semilla cultivada", o el "primer animal
sobre las valoraciones, símbolos, etcétera). La inte- domesticado" u otros "primeros eventos", ya que
gración de todas estas esferas se propone como las transformaciones adap tati vas ocurren como
necesaria e inevitable, a diferencia de la actitud procesos graduales (al menos las que él estudia).
neopositivista, que trató de mantenerlas separadas, Flannery esboza en este artículo las características
o de hacer ilegítimas a algunas (como la ética). centrales de su modelo de los cambios culturales:
(Bertalanffy 1978: 38-50; 1971:caps. 1, 3, 8). las transformaciones (tales como el origen de la
Es interesante notar cómo Bertalanffy clama agricultura), ocurren como resultado de la incapa-
para la teoría general de sistemas campos y teorías cidad de ciertos mecanismos de regulación para
claramente independientes de ella, como la teoría mantener los valores de variables cruciales dentro
de los juegos, la teoría de conjuntos, grafos y redes, de ciertos "límites" {goal ranges) (Flannery 1968).
la cibernética y la teoría de los autómatas, la teoría Más tarde Flannery utilizaría este mismo enfo-
de la información, etcétera (Bertalanffy, 1971: que al tratar el origen de la civilización y el Estado
cap. 1). Esto, supuestamente, muestra la naturaleza (1972), y el de la agricultura (1973). Al mismo
fértil e integradora del enfoque sistémico (Berta- tiempo delineó un modelo general capaz de expli-
lanffy 1978:40). Curiosamente, en la introducción car por qué fracasan las teorías simplistas de "mo-
a la segunda edición de General Systems Theory tor primario"; señaló la necesidad de tratar con los
(1971), Bertalanffy cita como ejemplo del impac- procesos causales en una form? no-linear, sino
to de la teoría general de sistemas incluso en cam- como "causalidad recíproca", que trabaja a largo
pos remotos como la arqueología, la obra de Flan- plazo; y por otro lado, en la que tal vez sea su con-
nery (1968). tribución más importante, señalar que si bien los
procesos evolutivos pueden ser generales (e incluso
2.2. La TGSy la arqueolología comunes a todas las especies), las condiciones de
tensión socio-ambiental que "disparan" los proce-
A pesar de que muchos arqueólogos citan como sos pueden ser distintas; y seleccionar, en cada
fuentes de su enfoque a Bertalanffy y a Asbhy, los caso, mecanismos que son también de orden gene-
orígenes de la arqueología sistémica en Estados ral. Es por ello, según Flannery, que las teorías
Unidos pueden rastrearse hacia la teoría ecológica sobre los orígenes del Estado parecen funcionar

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22 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

mejor en unas áreas que en otras, En ya que hacen


cualquier caso, para principios d
el númerolode
referencia a las condiciones específicas; seguidores
que es de la corrien
necesario es entender los procesoshabía aumentado considerablement
y mecanismos
ya conyun
generales, y las tensiones que disparan cuerpo sustantivo de apli
seleccio-
nan cuáles mecanismos entrarán enfoque
en operación
seguía pareciendo promiso
(Flannery1972). atestiguan los trabajos de Wright
Sin embargo, Flannery prefiere orig.
no1970,
hablar1977b);
de Saxe (1977, o
"leyes", tal vez decepcionado por Wrightand
la manera Johnson
en (1975); Hill (1977
que el término ha sido abusado 1972), Peebles
entre los and Kys (1978); Joh
arqueó-
logos nomológicos; por desgracia, Earle (1973,
esta 1977, 1978); Ford (1977
aversión,
cionar de
cuando se combina con las expresiones sólo a algunos.
pesimis-
mo sobre la posibilidad de encontrar explicaciones
generales, da la impresión de una2.3.
reticencia no solo "sistémica"
La explicación
de orden terminológico. En este sentido es intere-
sante señalar su artículo de (1973b), en donde
La arqueología él
sistémica no planteó en
pio divergencias
mismo se encarga de criticar la hipótesis que antesde orden metodoló
sugiriera para el origen de la agricultura, comen-
ya venir una crítica a lo que los arque
tando de paso su escepticismo micosde quellaman
pueda "causalidad
en- linear", pe
contrarse una explicación común quepara todos
ver más lospartes del program
con
casos (Flannery 1974b). O su "rechazo"
general dea la todas
corriente sistémica que
las teorías de "motor primario" (Flannery
dología. No fue1972).
sino hasta 1972 en qu
Y aunque puede ser sólo una coincidencia, es él
una ruptura abierta con el modelo he
quien inicia la discusión dentro de la nueva
la explicación y ar-
el método, y se sugiri
tiva "sistémica".
queología, criticando a los "buscadores de leyes", Townsend, Tuggle y
e insistiendo en que su modelo presentaron
de causalidad unno modelo de explicac
funciona. En cualquier caso, se inspirado
le reconoce en como
Meehan (1968); el mod
el más agudo crítico de la posición nomológica,
atractivo a los arqueólogos que dudaba
tencia de
y el más capaz propositor de la corriente leyes generales, o de la ca
sistémica.
arqueología
El otro arqueólogo de importancia para encontrar tales le
en la intro-
supuestamente
ducción de nociones sistémicas a la arqueología noesrequiere de leyes. T
taja adicional
David Clarke; Clarke dedica todo un capítulo de de que no requiere que l
empleados
su Analytical Archaeology a discutir la TGSsean ciertos, sino simplem
desde
consistentes
la perspectiva de la cibernética, y coherentes
y en especial de (lo cual evi
entrar en las
Ashby (Clarke 1968). Curiosamente, Clarke man- dificultades metafísicas
de "verdad");
tenía para este momento una posición por último, este modelo
ecléctica,
incorporando al mismo tiempo mente incorporar
una noción sisté- los principios de
producir "explicaciones
mica de la cultura con una concepción normativa sistémicas"
arqueológicos.
de la misma. En posteriores trabajos Todas estas característi
esta contra-
tadas porysus
dicción parece haber sido superada, la propositores
TGS (Tuggle, T
Riley,
reevaluada (véase, por ejemplo, 1972).
Clarke 1972). El
impacto de la obra de Clarke ha El modelomucho
sido de Meehan enmás
el que se basan consiste
brevemente en construir
reducido que el de Flannery, limitándose a algunos un "sistema" o "estructura
lógico-formal",
círculos en Europa. Esto es el resultado no lasólo
cual "no
detiene ninguna relación
lo extenso y complejo de su obra, a nada
sino en el
delmundo empírico", pero que genera
desafor-
tunado e inorportuno fallecimiento"expectativas
de este dentro de sus propios límites", las
autor,
que viniera a cortar una de las cuales son transferidas,
carreras más pro- bajo "condiciones apropia-
misorias de la arqueología contemporánea. Sin1968:48). Este sistema
das" al mundo real (Meehan
embargo, algunos de sus intereses formal
han es entonces "cargado" con "todas las varia-
sido perpe-
bles relevantes"
tuados por colegas y alumnos suyos, como así como
Ren-sus interrelaciones, las
frew y Hodder. Pero en ambos es cuales,
más por fácil
relaciones
verde "implicación",
la nos permi-
influencia de la nueva geografía tiránque de
inferir la ciber-
y explicar los fenómenos. Si se encuen-
nética en el sentido en que pensaba implementarla
tran disparidades entre las expectativas y los datos,
Clarke. el modelo se "compatibiliza"mediante la adición

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 23

de nuevas condiciones y supuestos auxiliares. Y tes; b) que la TGS tiene problemas propios, y que
esto permite la explicación de fenómenos de todos al ser introducida en la arqueología, lo único que
los órdenes, sin necesidad de recurrir a "leyes gene- logrará será complicar los problemas que la disci-
rales de ningún tipo", sino mediante la mera invo- plina ya tiene.
cación de "reglas" o "principios" que conectan a Un ejemplo temprano de la primera línea de
las variables en formas pre-especificadas (Tuggle, crítica es el artículo de Doran (1970:291) Doran
Townsend and Riley 1972:8). Este concepto de critica el análisis que hace Flannery (1968) de los
"explicación" sistémica es, de acuerdo a estos auto- sistemas cazadores-recolectores tempranos en Meso-
res, especialmente adecuado para tratar con los américa, señalando que el uso de la terminología
problemas de "morfogénesis" o las formas en que sistémica no es sino un embellecimiento cosmético;
los sistemas abiertos "elaboran estructuras", como que los méritos (que Doran reconoce) del artículo
supuestamente ha mostrado otro especialista en la no han de ser atribuidos a la TGS, que no fue sino
aplicación de la TGS, Bucley {ibid: cf. Bucley, un "vehículo neutral para el pensamiento claro de
1967). Flannery" (Doran 1970: ). Doran nos recuerda
Todavía más sorprendentemente, se nos infor- que existe una diferencia entre las TGS y las teorías
ma que este modelo está capacitado para tratar específicas, matemáticas, que apoyan campos como
con la "unicidad" y particularidad de los fenóme- la cibernética o la teoría de la información; que
nos de tipo orgánico y social, especificidad que la TGS no es a fin de cuentas sino una manera de
supuestamente niega el modelo de explicación organizar los datos; una nueva manera de aproxi-
mediante leyes cobertoras (CL). Y retoma el marse a los viejos problemas. Sin embargo, la ter-
enfoque de la "coherencia", que busca y considera minología es una arma de dos filos cuya ambigüe-
a la explicación pero solo como una manera y no dad hay que tener presente.
la única manera de aproximarse a los fenómenos; Otro ejemplo de esta forma de argumentación
pone el énfasis explicativo en "el sistema mismo, es el artículo de Le Blanc (1973) al que hemos he-
más que en los datos"; y permite dejar de lado los cho referencia antes. Le Blanc intentó mostrar
problemas de causalidad y otras nociones metafí- como el modelo de Meehan que Tuggle, Townsend
sicas ya que "mantiene a la explicación dentro y Riley intentaban introducir como alternativa,
del sistema" (Tuggle, Townsend and Riley 1 972:8). lejos de no requerir leyes, lo único que hacía era
Es también compatible, aunque los autores no lo darles otro nombre; y que, de hecho, el modelo
especifiquen explícitamente, con la epistemología mismo tenía problemas diversos. Es en este punto
"perspectiva" de Bertalanffy, en que "no existe en que, a diferencia de Binford, Salmon reconoce
realidad otra que la producida por la percepción", que Le Blanc tiene razón (Salmon, M. 1975).
por lo que todas las "perspectivas" son igualmente La segunda línea de crítica ha estado represen-
valiosas, todos los puntos de vista igualmente res- tada ni más ni menos que por M. Salmon misma.
petables. En suma, el relativismo rampante; pero Después de que sus artículos anteriores habían
me guardo mis comentarios sobre esta joya biblio- sido tomados frecuentemente como apoyo en
gráfica para más adelante. contra de la posición nomológica, Salmon hace
un nuevo intento de poner las cosas en claro en
3. Evaluación crítica de la arqueología sistémica 1978. En esta ocasión ella intenta "poner en duda
la relevancia de la teoría de sistemas para la arqueo-
3.1. Críticas al enfoque sistémico. logía"; no solo en cuanto a lo oscuro o ambiguo
de la terminología, sino en cuanto a su capacidad
Es necesario notar, de entrada, que la arqueología explicativa en sí. Y el ataque se centra en el punto
sistémica no fue saludada universalmente como la medular y obvio: "La teoría general de sistemas
alternativa que corregiría los excesos del enfoque (TGS) no es una teoría genuina", sino "un progra-
nomológico. Hubo, desde un principio, autores ma para desarrollar una teoría", programa que
que tuvieron una actitud crítica, incluso cuando "nunca ha logrado realmente despegar". La TGS
el enfoque sistémico no había ganado aún la popu- debe distinguirse de la teoría matemática de siste-
laridad que tiene hoy. mas, que es una teoría real, pero una "teoría de
La crítica de la arqueología sistémica normal- las matemáticas puras" (Salmon 1977:176).
mente toma una de dos formas: a) mostrar que los La TGS no puede ser una teoría en ausencia de
arqueólogos están malinterpretando la TGS, o que principios generales que, a diferencia de los que ha
no la están usando en formas realmente importan- ofrecido hasta ahora, no sean vacuos o tautológi-

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24 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

mática es limitada (en especial si, c


Salmon, los procesos sociales estarí
leyes probab Místicas).
M. Salmon pasa enseguida a critica
de Meehan. Para ella, este modelo ad
mismos defectos que el de Hempel
vez Salmon se ahorra el comercial pa
de W. C. Salmon 1971). El modelo de
es sino una estructura formal incapaz d
en ningún sentido relevante una exp
esta sistémica o de otro tipo. Y Sal
razón a Le Blanc en el sentido de qu
criticar al modelo hempeliano LC d
siendo que éste no especifica límite
leyes que pueden ser incorporadas, o a
dad y número de las variables involucr
lado, si examinamos las explicaciones "
descubriremos que no son otra cosa
ciones "funcionales o teleológicas"; y,
pel ha mostrado, este tipo de explic
diferente en principio al resto de las
LC (aunque Morgan quiera hacer cre
rio a los arqueólogos).

Salmon concluye recordándonos que


que esperar un largo tiempo si en real
que es posible "transferir" leyes de
otro; que los "isomorfismos" sobre los
sa la TGS no cumplen con la definició
fismo"; pero aún si la cumplieran, la m
de similitud o analogía no es suficie
ferir a algo el estatus de "regla", "p
"ley", tal como un teórico matemático
Viajes de M. Pinard
se ha encargado de señalar (Salmon
Anatol Rapoport, aunque en el artícul
cos; y los principios de la TGS node este
son autor
solo fue
vagos y por desgracia confu
de Roy
ambiguos, sino que, según Salmon, Rappaport)
muchas veces (Salmon 1978
también
están vacíos. Por supuesto, carecen Rapoport
también de la 1978, orig. 1972).
posibilidad de que haya evidencia en su contra
3.2.está
(esto es, son irrefutables). Salmon ¿Es la TGS
de una teoría real?
acuerdo
con Doran en dar a Flannery el crédito que este
Me parece
autor merece, crédito que Flannery ami que esta
transfiere segunda línea de crítica
a la
es la más poderosa;
teoría (ecológica, diría yo) de sistemas. Lasi TGS
mostramos que la TGS no es
una teoría,
al pretender ser "la ciencia de todos los entonces es irrelevante que los arqueó-
sistemas",
no puede tener poder explicativo logos laalguno.
usen bien o Y
malla
(que es la línea de crítica
teoría matemática de sistemas, sique siguees
bien Doran).
unaDeteoría
hecho, esesta segunda línea,
de cuestionar
real, al ser formal no puede resolver la naturaleza y status teórico de la
los problemas
de la arqueología, a menos de que
TGS, la
sequeuse
he seguido
como en mis cursos de teoría
arqueológica
vehículo para puntualizar y transmitir contemporánea desde 1977. Me
principios
parece
a los que se ha llegado por otros incluso que Salmon se ha quedado corta
mecanismos;
cuando hace su
por otro lado, es una teoría determinista análisis
(no crítico. Sin pretender ser
acep-
ta ni tiene lugar para procesos un probabilísticos o gustaría profundizar
especialista en el tema, me
la línea que abre mate-
estocásticos), y por lo tanto su aplicabilidad Salmon añadiendo algunos ele-

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 25

mentos adicionales. Para ello será necesario antes sobre confusiones entre uno y otro significado. Por
tratar de aclarar la noción de "teoría". ejemplo, en la pregunta que inicia esta sección, nos
interesa determinar si la TGS es una teoría ¿en el
3.2.1. Cuatro acepciones del término ' 'teoría ' ' sentido (c) o en el sentido (d)l ¿A qué se refiere
M. Salmon cuando dice que la TGS no es una teo-
Como preparativo para la discusión crítica global, ría real? ¿Al sentido (c) o al (d)l
y en vista de que es pertinente hacer ya el análisis De estas cuatro acepciones tal vez la más difícil
del término "teoría", quisiéramos ofrecer algunas de analizar es la tercera, (c) "teoría en sentido
precisiones al respecto. El término "teoría" se usa partitivo. Qué es una teoría, cuál es su estructura,
con una gran liberalidad, pero conviene tener claro etcétera, ha sido un tema altamente debatido en
que generalmente se mezclan en este uso informal las últimas dos décadas entre los filósofos e histo-
cuatro acepciones distintas: dos que son de hechoriadores de la ciencia; por consiguiente, no pretendo
vulgarizaciones del término, usos coloquiales en que la caracterización que ofreceré ahora sea com-
sentido amplio, y dos que tienen un sentido técni- pleta o no haya sido criticada en algún momento;
co, controlado si bien variable en sus diferentespero me parece, hasta donde mis lecturas me per-
interpretaciones. Los usos en cuestión son: miten darme cuenta, que incorpora los elementos
de las definiciones que incluso autores de diferen-
a) "teoría" en el sentido de "corazonada", tes corrientes han propuesto. La caracterización
"especulación", "interpretación", etcétera, como la he tomado de Rudner (1966:18).
por ejemplo, en la locución y tener calidad inter-
nacional", o "Holmes tiene una teoría sobre quien Según Rudner, para que algo califique como
es el asesino". Es evidente que en la mayoría de teoría, debe cumplir como mínimo tres requisitos:
los casos de este tipo uno podría sustituir "teoría"
por alguno de los otros términos mencionados 1 ) Debe contener un conjunto de enunciados
arriba, y otros similares, sin mella (y si con ganan- sistemáticamente relacionados; en el caso de teo-
cia en la precisión) del significado que se intenta rías altamente desarrolladas, como las que com-
en tales locuciones.
prenden la mecánica newtoniana, la relación siste-
b) "Teoría" como equivalente a "ideal", "situa- mática toma la forma de una articulación deduc-
ción en principio", etcétera, como en las locuciones tiva casi completa, en la que algunos enunciados
"en teoría, en el capitalismo latinoamericano exis- actúan como postulados o axiomas, y de ello se
te la democracia, pero en la práctica. . ."; o "endesprenden teoremas; sin embargo, la axiomatiza-
teoría, todo es sencillo, pero en la práctica. . ." ción deductiva no es un requisito indispensable.
Aquí puede sustituirse "el teoría" por "en prin- 2) Debe contener cuando menos un principio
cipio" o "idealmente", de nuevo sin mella al sig-general tipo-ley. Los principios generales tipo-ley
nificado.
son enunciados esencialmente generalizados, uni-
c) "Teoría" en el sentido partitivo, como refe- versales, no instanciados en principio, que estable-
rencia a teorías específicas: "la teoría marxista cen la relación entre dos o mas variables, conjunto
del valor", "la teoría freudiana de la histeria". o sistema de variables.
Sobre este sentido abundaremos abajo. La única diferencia entre un principio general
d) "Teoría" en el sentido de "posición teórica", tipo-ley y una ley está en que el primero puede
"paradigma", "programa de investigación científi- resultar ser falso, mientras que para el segundo se
ca", etcétera; se hace referencia aquí al conjunto pide que sea o verdadero o altamente confirmado,
de teorías sustantivas o específicas, mas los proce- o altamente corroborado, según los autores.
dimientos técnicos, los normamientos metodoló- 3) Debe ser emp incarnente contrastable en prin-
gicos, los supuestos epistemológicos y ontológicos, cipio; éste es tal vez el más controvertido de los
etcétera; por ejemplo, "la teoría marxista", "la requisitos, ya que en un principio más que con-
teoría freudiana", en la que se incluyen las teorías trastabilidad se pedía "significado o cogencia
sustantivas o particulares mencionadas arriba. empírica", pero esta parte del programa neopositi-
Este esquema de análisis no pretende ser pri- vista fracasó desde hace ya muchos años. En su
vativo de otros, original, o exhaustivo; puede tal lugar se pidió contrastabilidad total (que la teoría
vez resultar obvio, pero es claro que estas cuatrosea susceptible de ser probada), o falsabilidad total
acepciones (sobre todo las dos últimas) se mezclan (que la teoría sea susceptible de ser refutada), pero
con frecuencia, y que algunas discusiones bordanla mayoría de los autores han reducido la exigencia

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26 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

a que en principio la teor Ca pueda serdad,


evaluada
mecanización,
con crecimiento, finalidad y equi-
ayuda de datos (que a su vez tal vezfinalidad"
incorporeny otras (Bertalanffy 1978:41), existe
una diferencia
teorías de orden menor); que la teoría, por lo tanto, importante entre "formula" y "ley".
Una ley
pueda ser susceptible de recibir confirmación, (o principio general tipo-ley), puede
según
unos autores, o corroboración, segúnestar representado
otros; estos mediante el "formulismo" o
"fórmula" que
últimos piden que existan situaciones previstas de matemáticamente capture la rela-
antemano en las que, de presentarse, ción entre las varialbes de interés. Todos hemos
estaríamos
dispuestos a abandonar la teoría en cuestión.7
visto fórmulas como f=ma, FgraVt = Gm'mH
r2, y otras similares; pero tales fórmulas carecen
3.2 2. La "teoría" genera/ de sistemas
de sentido si no sabemos a qué variables dentro de
Para poder determinar si la TGS es una la teoría corresponden
teoría en los símbolos involucrados.
el sentido partitivo, y cumple con los Esto treses, la ley en cuestión no solo consiste en una
requisi-
tos que hemos tomado de Rudner, es expresión
necesarioformal (de hecho, existen principios
examinar de nuevo la posición de Bertalanffy generales tipo-ley para los que aún no hay expre-
(1971, orig. 1968). En cuanto al primersiones formales),
atributo, el sino que es básicamente el esta-
de contener enunciados sistemáticamente relaciona- blecimiento, dentro de la teoría, de la forma en
dos, surge el problema de que no es automática- que se relacionan las variables. O dicho de otra
mente claro que un principio formal cuente como forma, una fórmula no será capaz de tener valores
un enunciado de una teoría empirica -al menos de verdad (en el sentido empírico) si no sabemos
no es uno de los sentidos del término "enunciado"-. a qué hacen referencia los símbolos involucrados.
Esta dificultad se multiplica y amplifica en cuanto No es posible determinar mediante la mera inspec-
consideramos el segundo requisito: la presencia de ción de la fórmula, si F = Ql Q2/r2 es falsa, ha
cuando menos un principio general de tipo-ley. sido confirmada, tiene corroboración (o caracterís-
Bertalanffy insiste en que la TGS tiene no solo ticas similares), sin antes aclarar que la fórmula en
principios generales tipo-ley, sino 'leyes" hechas cuestión es la Ley de Coulomb, y que F, Qíf etcé-
y derechas. Sin embargo, resulta que las leyes en tera, corresponden a variables y entidades teóricas
cuestión son "meramente formales". Un ejemplo comprendidas por la teoría.
típico de ley de TGS sería el siguiente: dQn/dt= Eso nos lleva al tercer requisito de una teoría:
f/ (Q' ; <?2> • • • > Qn)'> pero esta no es sino la fór- la necesidad de que esta sea contrastable en prin-
mula general de una ecuación dinámica o de movi- cipio. Esta es una manera de especificar que las
miento; y aunque el conjunto de estas ecuaciones teorías de la ciencia empírica son diferentes a las
"nos permite expresar formalmente propiedades de las disciplinas formales como la lógica, la mate-
del sistema, tales como totalidad y suma, estabili- mática o la geometría no-interpretada; y diferentes
también a "teorías" metafísicas en donde no existe
7. Rudner incorpora en su caracterización otros atribu- manera de conectar los términos teóricos con tér-
tos estructurales, como el hecho de que una teoría
minos de un lenguaje antecedentemente entendi-
contiene vocabularios de diferentes tipos, con
relaciones específicas entre ellos; pero esta parte de do, y para el que existen protocolos de observación
su caracterización constituye lo que se conoce como que permitirían en principio someter a prueba la
"la versión recibida" o "standard" de las teorías (ver teoría.8
Suppe, ed.), que ha sido ampliamente criticada
desde la década de los sesenta. El problema central
es proponer que las teorías pueden dividirse en una 8. Esta característica es una que frecuentemente se
parte "teórica" propiamente dicha, y una parte que olvida, cuando, por ejemplo, algunos científicos
hace referencia a "observables"; los "observables" tratan de descontar a la ciencia social como ciencia
transmiten su carácter empírico a la parte teórica legítima, aduciendo que nunca llegará al grado de
mediante "regias de correspondencia", que actúan precisión de las ciencias exactas; y resulta ser que
como convenciones. En principio, los neopositivistas las "ciencias exactas" son la matemática y la geo-
esperaban poder eiiminar el contenido teórico, para metría, que por supuesto no son ciencias empíricas,
acabar con la posibilidad de que entraran en una para las que el predicado "verdad" resulta inapro-
teoría elementos "metafísicos"; pero esta parte del piado; solo podemos determinar su "validez",
programa neopositivista, su centro epistemológico, "coherencia", "consistencia", "elegancia", etc.,
ha sido tan severamente cuestionado que hoy día -esto es, características formales también. Una cosa
autores como el propio Hempel la han criticado es la geometría (en sentido estricto), y la geometría
(véase Hempel, 1945). En consecuencia, retendremos espacial, en la que "angulo" se traduce a ciertas
de la caracterización de Rudner únicamente los tres relaciones entre, por ejemplo, rayos laser. (Hempel
atributos mencionados arriba.

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 27

Sin entrar aquí en el problema de hasta dóndeción en la disciplina a la que se transfiere; y sólo
es posible hablar de "verdades en función de los después de haber obtenido suficiente apoyo em-
significados de los términos de un enunciado", lapírico podría ser considerados una "ley" de dicha
diferencia a la que hacemos referencia pasa por disciplina. Este es el único procedimiento por el
la discusión de la forma en que el enunciado "losque un principio general se convierte en "ley".
solteros son personas no-casadas" puede ser auto-Curiosamente, Bertalanffy cree haber descubierto
máticamente "verdadero", mientras que el enun-un nuevo procedimiento: es posible llegar a "leys"
ciado "todos los pesos atómicos son números en una manera "puramente formal". (Bertalanffy
enteros" no tiene nada de "autoevidente", o "ver- 1971: 62-63). 8a. De nuevo, se confunde aquí for-
dadero en función de los términos involucrados". mula con ley.
2 + 2 tendrá que ser igual a 4 y automáticamente
válido (a menos de que estemos empleando los tér- 3.2.3. El "programa" general de la TGS
minos en sentidos diferentes al de la aritmética
normal); no sucede lo mismo con "a toda acción Salmon ha apuntado que más que una teoría, la
corresponde una reacción igual y en sentido con- es un "programa para construir una teoría",
TGS
trario". programa que hasta ahora no ha resultado (Sal-
Todo esto no tiene otro objeto más que señalar mon, M. 1978). Uno podría cuestionar si el "pro-
grama" en cuestión es un programa consistente y
que las disciplinas formales no proceden mediante
"contrastación" empírica. Es mucho más adecuadorazonable. He intentado mostrar antes como la
idea de transferir "leyes" o "principios" de una
hablar de "demostración", "prueba" "derivación",
disciplina a otra no puede proceder en los términos
etcétera, que de "contrastación", "experimento",
o nociones similares. Al carecer de contenidos em- deseados por Bertalanffy y otros teóricos de siste-
píricos, las disciplinas formales no dependen de la mas. Pero existen dificultades adicionales.
contrastación para evaluar sus proposiciones. Pero Berlinski (1978) ha dedicado todo un libro a
esto significa también que las proposiciones forma- desenmascarar el programa de la TGS. Berlinski
les no pueden ser ¡guales a las que forman el cuerpo es un matemático un especialista en cibernética y
de las teorías de la ciencia empírica. Si esto es además filosofo de la ciencia. Analizando a los
cierto, y si en efecto, como Bertalanffy repite más importantes autores de la TGS Berlinski llega
frecuentemente, la TGS es una disciplina "formal",a conclusiones similares a las expresadas aquí: si
entonces carece tanto de leyes empíricas como de la TGS pretende que sus "leyes" son válidas para
la capacidad de ser contrastale en principio; encualquier campo irrespectivamente de la naturale-
consecuencia, la TGS no es una teoría empírica za de éste, entonces las "leyes" de la TGS son o
en el sentido partitivo. tautológicas o son las leyes de la lógica; en cual-
Como se verá, esta es la conclusión a la que q-;er caso, esto descarta a la TGS como teoría
también llega Salmon (1978). Si esta conclusión esempírica (ibid: 4). Y no pueden resolverse los pro-
cierta, entonces se siguen varias consecuencias. Por blemas de las disciplinas empíricas mediante la
ejemplo, la idea de que puedan "transferirse" leyes "importación" de "fórmulas" de disciplinas for-
de una disciplina a otra resulta absurda: no basta
con importar fórmulas, o señalar que las ecuaciones 8a. ". . . ciertas leyes de la naturaleza pueden lograrse
que representan el crecimiento en biología, econo- no solo sobre la base de la experiencia, sino también
mía y otras disciplinas son formalmente análogas; en una forma puramente formal. Las equaciones que
hemos discutido (N.T.: sistemas de ecuaciones
en consecuencia, es inútil (aunque tal vez bien diferenciales simultáneas) significan ni más ni menos
intencionada), la idea de que se intentará evitar que el sistema más bien general de ecuaciones (ha
la redundancia entre distintos campos del saber al sido desarrollado) como una serie de Taylor y se le
transferir de disciplinas avanzadas principios tipo han aplicado condiciones adecuadas. En este sentido,
ley otras disciplinas menos desarrolladas. Pero in- tales leyes son 'a priori', independientemente de su
interpretación física, química, biológica, sociológica,
cluso si la TGS tuviera leyes auténticas, esto es, etc. En otras palabras, esto muestra la existencia de
principios generales tipo ley altamente confirma- un sistema general de teoría que trata de las caracte-
dos/corroborados, la transferencia a la que apunta rísticas formales de un sistema, en que los hechos
el programa de la Sociedad de TGS sigue siendo concretos aparecen como sus aplicaciones prácticas
mediante la definición de variables y parámetros.
ilegítima: no basta apuntar analogía o isomorfis-
O, en términos de nuevo diferentes, estos ejemplos
mos formales: cada uno de dichos principios muestran una unidad formal en la naturaleza" (Ber-
generales tendría que ser sometido a contrasta- talanffy 1971:62-63).

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28 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

males. La TGS es una ficción, una uno de"metateoría"


los supuestos fundamentales para su trabajo
que pretende inducir, a partir de de
leyes encontradas
simulación, (esto es, un parámetro que la com-
en campos empíricos reales, metaprincipios que
putadora no está autorizada a cambiar durante el
luego toma como suyos y pretende análisis),generalizar
la presencia de dos clases sociales, con
con valor automático de verdad sobre otras disci- acceso diferencial tanto a medios de producción
plinas. Esto sin detrimento de que existan teorías como al producto social. Y este trabajo es supues-
reales que la TGS clama para sí, pero que de hechotamente un ejemplo de la "imparcialidad" de los
han sido desarrolladas en la forma normal, con elestudios de simulación ( ! ); no resulta sorprenden-
trabajo de los científicos de cada disciplina; tal es
te que Forrester no encontrara soluciones al pro-
el caso de la cibernética, la teoría de la informa-
blema de los barrios bajos, cuando un supuesto
ción, la teoría organ ísmica en biología, etcétera. básico del que parte es el de que la existencia de
Berlinski llega incluso a analizar las matemáti- clases sociales es inevitable y natural. Sin embargo,
cas involucradas en la TGS y su "importación"dado que las leyes de la TGS son universales, es de
hacia otras disciplinas, y encuentra serios errores;pensarse que ésta es una de las leyes que la TGS
algunos son de orden técnico (por lo que no po- pudiera estar interesada en transferir a la arqueo-
dría yo aquí comentarlos o evaluarlos); pero otros logía. . .
son de orden conceptual. De entre los de este se- Los problemas de la TGS principian desde la
gundo grupo Berlinski dedica todo un capítulo caracterización misma del objeto de estudio; según
precisamente a desenmascarar la aplicación de la
Bertalanfy, un sistema es "una totalidad. . . un
TGS a las ciencias sociales, y ¡sorpresa! elige comoconjunto de elementos relacionados entre sí y
ejemplo de pésima aplicación a J. Forrester, el
con el medio ambiente" (1978:40); o bien, según,
autor a quien Flannery precisamente ponía comola definición más popular, es un todo organizado
ejemplo de todas las bondades del enfoque sistémico
en el que la modificación de cualquiera de sus
en su artículo de 1973 (Berlinski 1978:cap. 2). partes produce modificaciones importantes en el
Forrester tenía como problema en sus estudiosresto de las partes, ya que no son solo las partes
de simulación la forma de hacer que los barrios sino sus interrelaciones las que determinan el sis-
bajos de Boston desaparecieran o al menos cambia-tema. Es difícil imaginar algo que no cupiera den-
ran de lugar, de acuerdo a los planes de los urbanis-
tro de cualquiera de estas definiciones.10
tas. Forrester utilizó varias soluciones potenciales Las dificultades de la teoría de sistemas no se
y las evaluó mediante la simulación en la computa- reducen a las de la caracterización ontológica de
dora, para llegar a la eventual conclusión de que un sistema, sino que abarcan otras esferas: la TGS
los barrios bajos no podrían ser eliminados mediante es, de acuerdo a Bertalanffy, "una metodología";
programas de ayuda social y construcción de vi- pero resulta ser que, si inspeccionamos bien los
viendas mejoradas (ya qic estas se revertían rápi-
textos, encontramos que esta metodología no es
damente a barrios bajos en poco tiempo, de acuerdo diferente en ningún sentido relevante a la metodo-
a las predicciones de la computadora); tampoco logía normal de la ciencia. Por otro lado, la "epis-
podrían ser eliminados mediante incentivos de temología perspectivista" de la que tanto se enor-
otros tipos; de hecho, las soluciones posibles resul-
gullece Bertalanffy resulta no ser otra cosa que una
taban inadmisibles en términos sociales, ya que forma velada de idealismo subjetivo: es la percep-
bordeaban en la propuesta de prácticamente impe-ción la que crea la realidad y no a la inversa (Ber-
dir la residencia de gentes de recursos escasos al
talanffy 1971 :32).1Oa Esta misma epistemología
interior de la ciudad.9
es el fundamento para que, en el terreno metodo-
Curiosamente, al leer la crítica que hace Berlins-
ki a Forrester, encuentro que Forrester toma como 10. Esto es humorísticamente evidente en la discusión
que sostienen Saxe y Sanders (en Hill ed., 1978), en
9. Este es uno de los ejemplos favoritos de Flannery que Saxe sostiene que todos los cambios siempre
para ilustrar cómo las cadenas causales sistémicas tienen que provenir, por definición, "desde fuera del
son complejas, y que incluso las posibilidades de sistema"; a lo que Sanders pregunta cómo es que se
manipulación son reducidas, al existir una separación señalan los límites entre un "sistema" y otro. Saxe
espacio-temporal entre causa y efecto; por otro lado, responde que es una cuestión de escala y conviven-
muestra la manera en que la ciencia social vé limitadas cia ( i) (1977:289-90).
sus posibilidades de relevancia, ya que las solucione? 10a. ". . . Las categorías de la experiencia o las formas de
potenciales son o inaceptables o poco realistas la intuición, para usar el término de Kant, no son
(Flannery, plática ante el Seminario de "Archaelo- universales a priori, sino que dependen de la organi-
gical Systematics1', Univ. of Michigan, 1980). zación psicofisica y las condiciones fisiológicas de

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 29

Tauggle, Townsend y Riley, un modelo de explica-


ción "sistémica" a la Meehan tiene la ''ventaja" de
no requerir de "verdad" sino solo de "coherencia";
ninguna explicación puede ser considerada como
mejor a otra; ni puede considerarse que la explica-
ción sea una meta superior a otras que puede tener
la ciencia. Es curioso que a pesar del artículo de
Le Blanc (1973), el de Salmon (1978), el libro de
Berlinski (1978), y los pronunciamientos en contra
de una posición derivada de la TGS que ya antici-
paba Binford (1972:338-40), todavía en 1980, dos
autores intentaron "replicar" a Salmon para de-
fender un modelo sistémico de explicación (Lowe
y Barth 1980).

3.3. ¿Es el enfoque sistémico la solución


para la arqueología?

La anterior discusión sobre el desarrollo y natura-


leza de la TGS y la explicación sistémica ha tenido
como único objetivo el proporcionarnos un marco
de referencia para poder evaluar la alternativa
sistémica. Como se recordará, hemos caracterizado
a esta tendencia de acuerdo a cinco postulados o
proposiciones: 1) el rechazo del modelo hempelia-
no de la explicación, y su sustitución con un mo-
delo sistémico; 2) el rechazo a la causalidad "lineal"
y su sustitución por la "causalidad mutua y recí-
proca"; 3) la simulación como mecanismo de
evaluación; 4) la TGS o alguna variante ecológica,
como fundamento teórico; 5) el rechazo a hipótesis
América del Sur simplistas; la refutación de dichas hipótesis como
programa estratégico. A continuación retomaremos
cada una de estas proposiciones y la evaluaremos
lógico, la TGS pueda pasar como una forma de
por separado, antes de hacer una evaluación final
relativismo: tal como ingenuamente aplaudían
de conjunto.

íos animales que las tienen como experiencias, 3.3.1 .1 . Las explicaciones "sistémicas"
incluyendo al hombre. Este relativismo desde un
punto de vista biológico es un interesante paralelo
al relativismo de las categorías culturales visto desde Gran parte del énfasis de la tendencia sistémica ha
la perspectiva de la cultura y el lenguaje" (Bertalanffy sido sobre lo inadecuado que resulta para sus prac-
1971:232); ". . . las categorías de la congnición ticantes el modelo LC de la explicación. La expli-
dependen, primero, en factores biológicos, y en cación sistémica vendría a "solucionar" este pro-
segundo lugar, en factores culturales" (ibid). ". . . lo
blema, ya que, como Tuggle, Townsend y Riley
que es visto depende de nuestra 'apercepción',
proponen, este tipo de explicación supuestamente
de nuestra línea de atención e interés, la cual, a su
vez, está determinada por el entrenamiento, esto es, no requiere de leyes. Por otro lado, los seguidores
por los símbolos lingüísticos con los que representa- de la TGS piensan que no tienen que recurrir a
mos y resumimos la realidad" (Ibid -"La Relatividad ofrecer explicaciones, dado que la TGS las propon-
de las Categorías" (orig. 1955, en Bertalanffy 1971: drá a partir de su cuerpo general de teoría. Sin
236). Es interesante que en el mismo artículo
Bertalanffy parece tomar una posición realista o embargo, estas dos proposiciones no soportan un
materialista de algún tipo; no es claro entonces si análisis detallado. En cuanto a la primera, hemos
su epistemología es consistente, (ver págs. 241-3).mencionado antes que simplemente sustituir "re-

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30 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

gla" por "ley" no hace menos nomológica a la


3.3.1.2. El nuevo funcionalismo
explicación. Lo mismo puede decirse de "princi-
pio". Esto nos lleva a la segunda Sinproposición:
embargo, todas las críticas que pudieran ser
resulta ser falso que la TGS no hechas
implique contra leyes, o
la arqueología sistémica partiendo
de la incapacidad
no requiera de leyes; por el contrario, de la TGS o de las explicaciones
el nodulo
central de la TGS son los supuestos ¡somorfismos
sistémicas, pueden ser, y de hecho han sido, mini-
entre las leyes de disciplinas distintas, que aldan
mizadas aludiendo hecho de que algunos arqueó-
pie a las leyes comunes a todos loslogos sistémicosNunca
sistemas. supuestamente jamás pensaron
ha rechazado Bertalanffy un modelo que la TGS pudiera ser el fundamento teórico de
nomológico
de la explicación. Por otro lado,sula posición.
TGS no Esto resol-
es, ante la contundencia de un
ataque como
verá mediante transferencia de "leyes el de Berlisnki en contra de autores
sistémicas",
los problemas nomológicos de la como arqueología:
Bertalanffy, Miller, Buckley, Forrester, y
otros, una
las leyes de la arqueología no pueden salida posiblede
provenir es disociar la propia posi-
ción de la obra formales
un cuerpo de fórmulas y otros principios de dichos autores.
carentes de contenidos específicos; las leyes
En cuando menos unquecaso, el de Flannery, esta
vayan a constituir las teorías arqueológicas
pudiera ser unatendrán
maniobra legítima. En realidad, el
que ser propuestas y contrastadas por
número la arqueo-
de veces que Flannery hace referencia a
logía misma. Bertalanffy es altamente reducido, y en todos los
Claramente, en su reacción contra la trivialidad casos se trata de menciones más bien tangenciales.
de las leyes propuestas por el grupo de "la-ley-y-el- Flannery claramente no depende en el mismo gra-
orden", los arqueólogos sistémicos han ido dema- do de la TGS como otros autores, como Hill o
siado lejos; rechazar la búsqueda de leyes, o postu- Saxe. De hecho, Flannery ha expresado su sorpresa
lar que pueda haber explicaciones sin leyes no es de que a él se le asocie como hacen Doran (1970)
sino dar marcha atrás en el desarrollo de la arqueo- y Salmon (1978), a Bertalanffy y la TGS (Flanne-
logía, regresar a una etapa pre-binfordiana, y abrir ry, comunicación personal). Sucede ser que la
la puerta a una nueva forma de particularismo his- inspiración real para el enfoque de Flannery viene
tórico: el particularismo sistémico. no de la teoría general de sistemas (TGS), sino de
Por desgracia, esta confusión sobre el papel real la teoría ecológica de sistemas. A diferencia de la
de las leyes en la explicación es tan profunda, que TGS, la teoría ecológica de sistemas es, al parecer,
los arqueólogos sistémicos no se dan cuenta que no una teoría real, en el senido partitivo de teoría
es posible hablar de "causalidad" (ya sea "normal" que hemos definido antes. En consecuencia, es
o "recíproca"), sin involucrar de inmediato enun- factible pretender que una teoría real sirva como
ciados generalizados deforma universal, que conec- apoyo a la posición sistémica.
ten al evento o grupo de eventos caracterizados Sin embargo, es factible pero también es pro-
como causas con aquellos caracterizados como blemático: pretender que es a partir de leyes
eventos. Pretender otra cosa es exactamente con- ecológicas que han de resolverse los problemas
fundir "correlación" con ley, y ésta era precisa- explicativos de la arqueología no es sino adoptar
mente una de las quejas de Flannery en contra del una nueva forma de reduccionismo. Claro que los
grupo nomofógico.11 arqueólogos sistémicos pueden contestar que no
existe nada malo en el reduccionismo, o que todo
11. La deficiencia del análisis "sistémico" de la noción
de explicación queda evidenciado en la forma en que es cuestión de enfoques; pero es claro que el re-
los arqueólogos sistémicos representan las hipótesis duccionismo no es nada más una cuestión de gus-
sobre procesos evolutivos. Por ejemplo, Wright tos: resulta necesario antes demostrar que en efecto
(1977, orig. 1970) utiliza diagramas de flujo simpli- será posible eliminar los términos teóricos que
ficados en los que se "representa" a las hipótesis
más importantes sobre los orígenes del estado. Clara-
aparecen en teorías culturales, a favor de los tér-
mente, este tipo de representación resulta tal vez minos y principios teóricos de la ecología sistémica.
útil como mecanismo didáctico, pero de ninguna
manera aclara la dirección de los procesos, o puede del proceso conduce a cualquier otro punto del
servir como substituto de un análisis en el que para proceso, y en los que no hay secuencias reales de
cada hipótesis se nos representan las leyes o princi- causalidad (ver por ejemplo, la representación que
pios tipo -ley involucrados, así como las condiciones hace de la hipótesis del intercambio- Redman 1978:
antecedentes. El caso más extremo de este tipo de fig. 7-5, pág. 226). Esto muestra como aún dentro
representación es, curiosamente, Redman (de WLR), del bando nomológico no ha quedado claro en qué
quien utiliza diagramas en los que cualquier punto consiste una explicación.

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 31

Dicho en otros términos, habrá que demostrar que leyes cobertoras, al que supuestamente han reac-
la base de la reducción, la teoría ecológica, es ca- cionado los arqueólogos sistémicos.
paz de dar cuenta, por si misma, de los procesos Las explicaciones funcionales tienen problemas
socio-culturales. Y no solo a algún nivel, como por que son por demás conocidos, como el de la posi-
ejemplo, el de cazadores-recolectores, sino a todos bilidad de "alternativas funcionales", y otros que
los niveles. Claramente, ninguno de los arqueólogos han sido señalados en su momento por los críticos
sistémicos ha demostrado ésto; todos operan sobre del funcionalismo tanto en antropología como en
la base de que los procesos que rigen la evolución sociología. Leach (1973) ha puesto el dedo en la
natural son aplicables también a la evolución de las llaga cuando reconoce a la vertiente sistémica de
formas culturales, pero esto es solo un supuesto; la nueva arqueología como una nueva forma de fun-
habrá que demostrar el poder explicativo de las cionalismo. Por desgracia, ningún arqueólogo sis-
teorías sistémicas de la ecología, y no solo enunciar témico ha tratado, hasta donde yo sé, esta proble-
que pudieran ser útiles. mática. Y esto es grave, ya que si el funcionalismo
ha sido históricamente derrotado, su reintroducción
Claramente, hacer tal demostración requeriría
bajo un disfraz ecologizante no tiene de entrada
que, antes que nada, la arqueología sistémica aban-
muchas más posibilidades que otros enfoques
donara su prejuicio anti-nomológico, ya que no
alternativos. Es altamente sintomático que sea un
podrá hablar de potenciales explicativos en ausen-
etnólogo sistémico y no un arqueólogo, la única
cia de algún modelo de la explicación; y como no
persona que ha intentado enfrentar estas críticas:
ha propuesto un modelo alternativo, tal tarea no
me refiero por supuesto a R. Rappapport, quien
puede realizarse sin pasar por los problemas de la
en su libro (1979) intenta responder a algunas de
existencia o no de leyes generales como requisito
las críticas mencionadas.
a cualquier explicación.
En suma, aún si los arqueólogos sistémicos
Por otro lado, las explicaciones ecológicas nor- renuncian a la TGS y adoptan en cambio a la teo-
malmente toman la forma de "explicaciones fun- ría ecológica de sistemas, no pueden evitar recono-
cionales"; esto es, postulan el papel que juega un cer que a) las explicaciones de dicha teoría no son
determinado elemento o proceso en permitir el sino formas abreviadas de explicación nomológica;
funcionamiento del sistema dentro de determinados b) que su posición no es sino una forma de reduc-
rangos de operación. Este tipo de explicaciones ha cionismo ecológico; y c), que aún si este reduccio-
sido discutido con detalle por Rudner (1966), y nismo estuviera justificado, las explicaciones
por Hempel (1959). Sin entrar en los detalles aquí, ecológicas retienen todos los problemas asociados
resulta ser que las explicaciones funcionales no al funcionalismo, problemas que orillaron, históri-
son sino un subtipo de las explicaciones llamadas camente, a que dicho enfoque perdiera seguidores.
"te teológicas"; en este caso, se propone que una Si el compromiso con una forma de reduccionismo
determinada parte del sistema tiene "el propósito" ecologizante-funcionalista es un compromiso serio,
de "permitir" alguna función. Sin embargo, no es los arqueólogos sistémicos tendrán que enfrentar
necesario antropomorfizar tales explicaciones para los problemas mencionados. En cualquier caso, el
que éstas resulten comprensibles; todo lo que es rechazo a un enfoque nomológico resulta injustifi-
necesario es mostrar que existen determinados cado, por lo que uno de los pilares de la posición
"estados del sistema" (como por ejemplo, la ho- sistémica se viene abajo. (Como se recordará, el
meostasis), que aparecen con frecuencias mayores rechazo a la explicación nomológica era el primer
dentro de la posible distribución de estados del elemento en la caracterización de la arqueología
sistema: esto es, que el sistema "tiende" hacia tales sistémica. Véase sección 11.1.)
estados. Para demostrar tal tendencia es necesario,
no obstante, contar con una idea clara de la posible 3.3.2. La "causalidad mutua y recíproca"
distribución de estados, y de las leyes (en este caso
estadísticas) que rijan sobre dicha distribución. En Parte del rechazo de los arqueólogos sistémicos al
consecuencia, resulta ser que las explicaciones modelo nomológico de la explicación parte de su
funcionales, como subconjunto de las explicacio- desconfianza de lo que ellos llaman "causalidad
nes teleologicas, no son sino subconjuntos a su vez linear"; este tipo de causalidad (representada por
de las explicaciones deductivo-estadísticas o bien Flannery como "si A entonces B") supuestamente
inductivo estadísticas, según el caso. Ambos tipos no captura en forma adecuada las complejas cade-
de explicaciones son variantes del modelo de las nas causales que se dan en los sistemas culturales.

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32 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

noción normal de simple,


La cultura no es un sistema termodinâmico causalidad; esto es, en un tiempo
7"i, A espor
o un conjunto de procesos mecánicos; causa,ello,
en un tiempo
los T2 es efecto, y el ci-
arqueólogos sistémicos prefieren clo "recíproco"
una nociónpuede en de
realidad descomponerse
causalidad que pueda incorporar procesos de "re- en dos pasos: en TÌ9 A causa/?, en T2f B causa A.
troalimentación", en los que los efectos actúan Esto significa que la relación "recíproca" no es
también como causas. Además, se piensa que en sino causalidad normal, en la que, en momentos
este modelo las causas están alejadas tanto en distintos del tiempo, A y B (o el número de varia-
tiempo como en espacio de los efectos, mientras bles que se quiera) se alternan como causa y efecto.
que en el modelo que llaman "neopositivista" se La segunda posibilidad es que A cause a B y B
pide tanto contigüidad temporal como espacial cause a A en el mismo momento del tiempo) sin
entre causa y efecto. Por todas estas razones, los embargo, no queda claro entonces en qué sentido
arqueólogos sistémicos prefieren un modelo podemos decir que tales variabilidades se "causan
de "causalidad mutua y recíproca", y rechazan la mutuamente" ya que lo que en realidad sucede es
"causalidad lineal". Queda por demostrar, sin em- que coexisten en el tiempo) lo adecuado sería ha-
bargo, que la "causalidad mutua y recíproca" sea blar aquí de correlación más que de causalidad, ya
de hecho una forma distinta de causalidad. que normalmente entendemos que las "causas an-
La ¡dea central detrás de la causalidad "mutua teceden a los "efectos", a menos que queramos ju-
gar bromas con el lenguaje. Existe la posibilidad de
y recíproca'* es que los eventos que actúan como
causas pueden también actuar como efectos; quees la co-ocurrencia de A y B en un tiempo, diga-
mos r2, sea el efecto de la presencia, en un tiempo
esta idea la que supuestamente escapa a la noción
tradicional de causalidad. Pero si analizamos de Ti , de otra variable. Pero en este caso la causalidad
cerca las cosas veremos que existen dos alternati-
va de esta tercera variable a las otras dos, y no de
vas: Primero, podemos analizar la causalidad estas
recí- últimas entre sí. Sorprendentemente, si lo
proca como significando que, en un tiempoque Txlos arqueólogos sistémicos entienden por "cau-
A causa a Bt y al momento siguiente, en un tiem- salidad mutua y recíproca" es precisamente la
po T2, B cause a A. (A y B no necesitan reducirsecoexistencia de dos varialbes, lo que realmente su-
a eventos o procesos uni-variables: pueden repre-cede es que son ellos los que confunden "ley" con
sentar complejos o sistemas de un número de "correlación";
va- una ley especifica las relaciones cau-
riables tan grande como sea necesario). En sales esta entre dos grupos de variables (nos dice el
primera interpretación, lo que sucede es que, en de la flecha causal); una correlación mera-
sentido
tiempos diferentes, A y B se alternan comomente ele- especifica que las varialbes aparecen y se
mentos causales; un ejemplo típico es el aumento mueven juntas (no nos da la dirección de la flecha
demográfico y su relación a la intensificación causal).113
agrícola: supuestamente, la presión demográfica Si este análisis es correcto, entonces el segundo
llega a que en un determinado momento se pilar hagade la arqueología sistémica, la "causalidad
mutua y recíproca", se viene abajo. La noción
indispensable intensificar la producción agrícola,
normal de causalidad no está libre de problemas
a pesar de ser esta estrategia una estrategia menos
eficiente; al momento siguiente, puede resultar (como puede consultarse en la recopilación de Sosa
que la intensificación agrícola requiere de que Causation and Conditionals. (Sosa ed. 1975); pero
la cantidad adicional de trabajo sea descargada ciertamente los problemas no son tan triviales co-
mo los que los arqueólogos sistémicos quisieran
sobre familias más amplias, lo que fomenta el cre-
cimiento de la población e intensifica a su vez el
encontrar.

proceso general.
3.3.3. La simulación como procedimiento
En este ejemplo A (presión demográfica) y B de evolución
(intensificación agrícola), se alternaron en forma
inmediata actuando cada una en su momento co-
Tanto Wright (1977, orig. 1970) como Flannery
mo causa y como efecto; en otros casos el ciclo
(1973a, 1972) mencionan a la simulación como el
puede ser más amplio: A causa a B que causa a mecanismo más adecuado para la evaluación de
C, y que a su vez, C causa a A. Pero nótese que, ya
hipótesis sobre los complejos sistemas culturales.
sea que A y B se alternen en forma simple, o que
Las computadoras actuales tienen la capacidad de
la relación causal sea difereida mediante la opera-
ción de otras variables, cada una de las etapas del 11a. Agradezco al Dr. Railton el aclarar este análisis para
ciclo es susceptible de ser analizada mediante la mí.

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 33

manejar en forma simultánea conjuntos amplios vados" que ha producido la computadora, o en el


de variables, así como de hacer proyecciones caso de algunos experimentos arqueológicos, con
variadas; que equivaldrían a las "implicaciones de la situación real tal como esta es conocida a partir
prueba" del modelo nomológico-deductivo del de los materiales arqueológicos de la región. De
método. Sin pretender que pueda yo hacer aquí esta forma, si la teoría utilizada es correcta, el
un resumen adecuado del procedimiento, a gran- desarrollo hipotético entre dos puntos conocidos
des rasgos la simulación consiste en proporcionar es "simulado", y los desenlaces posibles compara-
a la computadora las variables centrales y las re- dos contra la situación real.13
laciones que existen entre ellas, así como estima- Aunque esta descripción (y ejemplo) resultan
ciones de sus valores iniciales, y sus tasas de cambio pedestres ante la complejidad del proceso, posi-
e interacciones, generalmente a varios niveles o blemente cumplan con el objetivo de dar al lector
alternativas; las relaciones pueden ser probabilísti- una impresión general del procedimiento de simu-
cas, y la computadora tiene que analizar los resul- lación. En cualquier caso, se trata de una herra-
tados potenciales en cada caso. En arqueología mienta tan fructífera que se ha llegado a proponer
generalmente se dan como datos iniciales los co- que sea la computadora la que "genere" hipótesis
rrespondientes al principio del proceso; en seguida para el arqueólogo (Doran, 1973). Aunque esta
se "deja correr" el tiempo en la computadora, que nos parece una proposición exagerada, ya que las
va dando resultados para cada intervalo prefijado computadoras no actúan de motu propio, el hecho
es de que la simulación se convierte cada vez más
de tiempo. Durante este lapso pueden introdu-
en un instrumento indispensable de análisis, tal
cirse nuevas variables o bien modificarse sus
relaciones.12 como muestra la frecuencia de su aplicación en
El número de variables, relaciones, proyeccio-
disciplinas como la economía y la sociología.
¿Significa esto que la simulación vendrá a
nes, etcétera, que pueden ser empleados dependerá
solo de la capacidad de la computadora. La ideatomar
es el lugar del método hipotético deductivo, o
comparar los resultados esperados de acuerdo que
a la pueda cuestionarse la necesidad de seguirlo en
teoría a partir de la que hemos proporcionadoarqueología?
los Creo que no. En primer lugar, habría
que demostrar que la lógica seguida en la simula-
datos a la computadora, con los resultados "obser-
ción es una lógica distinta a la de postular una
12. Por ejemplo, podemos empezar con un grupo de
hipótesis, derivar de ella con ayuda de hipótesis
cazadores-recolectores, cuya población y otras carac-
auxiliares un número de implicaciones de prueba,
terísticas demográficas son estimadas (tasa de natali-
y luego
dad, tasa de fertilidad, tasa de migración, estructura
realizar observaciones o experimentos
para
de sexo y edades de la población, expectativas de ver si se cumplen tales implicaciones. Hasta
donde me doy cuenta, esta lógica está implícita
vida, etc.). Se estiman luego las variables ambientales,
y se puede calcular la capacidad de sustentación en la simulación, o al menos no es incompatible
original de la región, considerando además las carac-
con ella. En segundo lugar, y en ausencia de un
terísticas demográficas de los propios recursos. Se
pueden tal vez estimar tasas de crecimiento/detri-pronunciamiento explícito por parte de los arqueó-
mento para los aspectos humano y no-humano del logos, es factible que la simulación, de no seguir
ecosistema. Todas estas características supuestamenteuna lógica similar, no sea sino una forma de pro-
corresponderán a un momento determinado en el
tiempo, para el que se tiene suficiente informaciónducción de tautologías.14
arqueológica a partir de excavación y trabajos de Existen dos alternativas: o la lógica usada en la
superficie. De esta "base inicial" se instruye a lasimulación no es sino la misma que es común al
computadora a simular el paso del tiempo, añadiendo
gente o recursos, (o reduciéndolos, como puede ser
el caso), de acuerdo a los diferentes niveles de 13. En el caso hipotético de nuestros cazadores-recolec-
estimación, y dando lugar además para fenómenos tores, tal vez nuestra hipótesis predice que en un
aleatorios. Por ejemplo, puede proyectarse, a partir lapso de entre 4000 y 5000 años a partir del momento
de información climatológica actual, la secuencia de inicial, los grupos se verán forzados a transformar su
variación del régimen pluvial (la forma en que se estrategia ad a piativa, y a dar más importancia a la
suceden años promedio, años secos y años húmedos); recolección y finalmente a adoptar la agricultura.
14.
esta proyección no necesita ser lineal, y puede además Un climatòlogo amigo mío contaba la anécdota/
incorporar variación aleatoria. Tomando estos datos, fábula de un grupo de el i m ató logos contratados por
la computadora producirá resultados que permiten alguna agencia americana para desarrollar un meca-
"monitorear" la población simulada: por ejemplo, a nismo que permitiera la predicción temprana de
tormentas en la costa oriental de Estados Unidos.
cuántas gentes ha ascendido la población, en que
proporción pueden haber disminuido los recursos, Después de años de trabajo y millones de dólares en
etc. equipo y programas de computación, por fin se pudo

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34 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

Inundaciones en Estados Unidos

el tiempo" en la computadora, ésta nos lleva de la


método científico, o bien la simulación no es sino
una manera sofisticada de volver a enunciar con- situación conocida inicial a la situación conocida
final. Lo que está en juego aquí es la certeza de
clusiones que se tenían de antemano. En el caso de
nuestro ejemplo de los cazadores-recolectores, los principios que ligan a las variables de interés.
sabemos cuál era su estrategia en 6000 a.C, sabe- La simulación simplemente supone que tales prin-
mos cuál era su estrategia en 2500 a.C: esto no cipios son ciertos, a menos que el objetivo de la
aclara cuál es el conocimiento adicional que la simulación sea precisamente el contrastar tales
simulación nos proporcionaría, aún si "corriendo principios, en cuyo caso la lógica no es sino la que
conocemos bajo el modelo H-D.
había predicho la computadora. El programa había Si la anterior argumentación es cierta, a pesar
sido un éxito, o así pensaron los especialistas, hasta de que mi entrenamiento es deficiente en materia
que sucedió que a la semana la computadora predijode simulación, habría que concluir que la simula-
la misma tormenta, y a la semana siguiente otra vez
ción no es sino un sofisticado procedimiento que
la misma tormenta, y a la semana siguiente. . . etc.
La moraleja es clara: una computadora no es sino permite contrastar hipótesis complejas, pero que
procede de acuerdo a la lógica común del método
un instrumento muy sofisticado de cálculo y análisis,
que procede según el programador le instruye, y decientífico. De ser esto así, entonces la pretensión
acuerdo a los datos que se le proporcionan. Una de la arqueología sistémica de tener un método
calculadora a la que se le instruye "24-2" (tal y
radicalmente distinto resulta injustificada. Se viene
como estos símbolos se usan en aritmética) no
podrá sino concluir que "4". Pero dudo que esto entonces abajo el tercer postulado de la arqueolo-
constituya la "prueba" de alguna hipótesis, gía sistémica.
simular las condiciones en que se originan las tor-
mentas en esa parte del país. El programa se puso 3.3.4. La TGS como solución de la arqueología
en marcha a la primera oportunidad, y predijo el
acercamiento de una tormenta en un lapso de una
semana; a la semana, y para la felicidad de todos losEste cuarto postulado ha sido ya discutido en deta-
involucrados, la tormenta se presentó tal y comolle en secciones anteriores. Baste aquí resumir

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 35

nuestra argumentación y añadir algunas conside- 3.3.5. El rechazo de hipótesis simplistas


raciones adicionales. Como se recordará, luego de
un análisis de la naturaleza y desarrollo de la TGS, Como consecuencia directa del programa sistémico
concluimos que: 1 ), la TGS no es una teoría empí- de rechazar tanto el modelo nomologia) como la
rica, en el sentido en el que el término "teoría" es "causalidad lineal", los arqueólogos sistémicos han
normalmente entendido en sentido partitivo en la dedicado una gran cantidad de esfuerzo a demos-
filosofía de la ciencia; 2) Como programa general trar como las hipótesis simplistas que (ellos equipa-
para desarrollar una teoría, la TGS fracasa tam- ran al enfoque nomológico) deben ser refutadas y
bién: no puede construirse una teoría empírica abandonadas. En especial sobresalen los esfuerzos
"transferible" a otras disciplinas, a partir de fór- de Flannery (1972, 1973b), Wright (1977a, orig.
mulas y principios de orden formal; las teorías 1970; 1977b); Wright y Johnson (1975); Earle
formales no solucionan los problemas explicativos (1973, 1977, 1978), en los que se refuta un con-
de las disciplinas empíricas; 3) si en vez de procla- siderable número de hipótesis "simplistas" o de
mar a la TGS como fundamento se toma alguna de "primer motor". Hemos comentado ya antes que
las teorías que supuestamente abarca la TGS, como en el caso de Flannery, esta refutación va acom-
la cibernética o la teoría ecológica de sistemas, pañada de un intento de explicar por qué es que
entonces se está abogando por una forma de reduc- tales explicaciones fracasan, y que ésta es una de
cionismo que habrá que justificar mostrando que las contribuciones más interesantes de este autor.
dichas teorías son capaces de explicar la variabilidad No obstante, resulta ser que el tipo de estrate-
cultural, eliminando los términos y principios de gia que siguen los arqueólogos sistémicos es una
teorías socio-culturales a favor de los de tales teo-
estrategia conocida en filosofía de la ciencia;
rías sistémicas; o dicho de otra forma, se requeriríaLakatos (1970) la ha llamado falsificacionismo
demostrar que no existen propiedades "emergen- dogmático. El falsificacionismo dogmático se ca-
tes" entre un nivel y otro. 4) Aún si fuera posible racteriza por proponer que, para ser científica, una
justificar tal programa reduccionista, la aplicación hipótesis debe poder ser un principio refutada (de
de dichas teorías a la arqueología no puede hacerse aquí lo de "falsificacionismo", ya que "falsifica-
como una "transferencia de teorías", sino que ción" o "falsación" son los términos que se utilizan
automáticamente, hasta las más confirmadas ocomo sinónimos de "refutación" en filosofía de
corroboradas de sus hipótesis tienen que ser nueva-la ciencia); pero no solo debe ser "refutable",
mente contrastadas en el nuevo campo de aplicaciónsino que una hipótesis debe ser refutada y abando-
(en este caso la arqueología). nada tan pronto como aparezca el primer caso en
contra; a la primera anomalía que se presente,
habrá que considerar como "refutada" a la hipó-
La TGS y las teorías sistémicas de la ecología o tesis (de ahí lo de "dogmático").
de la información pueden ser tal vez maneras útiles No entraré en los detalles aquí, ya que esto lo
de organizar datos, o fuentes de posibles hipótesishe hecho en otro lado (Gándara 1981a, 1981b,
generales; esto es, la TGS u otras teorías pueden 1981c), pero resulta ser que la estrategia falsifica-
sin duda funcionar como mecanismos heurísticos cionista domática es una mala estrategia para la
para la arqueología, y no hay objeción a que, co- arqueología. Lakatos (1970) ha demostrado como
mo tales, se empleen en arqueología (aunque unoel falsificacionismo dogmático parte de una epis-
podría objetar la equiparación de la conducta cul- temología en la que se propone que la observación
tural a la conducta animal, o el modelo del "hom- es de alguna manera "básica", incontrovertible, y
bre-como-computadora" que proponen los ciber-problemática; que podemos siempre con la ayuda
neticistas como Johnson). En cualquier caso, es de "datos" refutar teorías, como si en la obtención
falso que la TGS vendrá a solucionar los problemas de dichos datos nuestros procedimientos de obser-
teóricos de la arqueología, o que ésta u otras teo- vación estuvieran a su vez libres de teoría. Esta
rías puedan hacer el trabajo que nos correspondeepistemología es la clásica epistemología del empi-
a los arqueólogos, trabajo que pasa precisamente ricismo, lo cual resulta paradójico considerando
por la construcción de teorías nomológicas y expli-que la arqueología sistémica supuestamente reac-
cativas del tipo que los arqueólogos sistémicos ciona al neopositivismo, y éste no es sino la versión
parecen objetar. De ser correcta esta argumenta-moderna del empiricismo. Por otro lado, al asumir
ción, entonces se derrumba el cuarto postulado de que la observación está libre de teoría, corremos el
la arqueología sistémica. riesgo de refutar teorías válidas con datos que

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36 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

pueden ser cuestionables, al nunca La arqueologíaexplici-


haberse sistémica opera de acuerdo a
una racionalidad falsificacionista dogmática, tal
tado ni contrastado las "teorías de la observación"
con las que idchos datos fueron obtenidos (vercomo se aprecia cuando consideramos que los ar-
Gándara 1981c). queólogos sistémicos no han logrado proponer, en
Los problemas no son solo de orden epistemo- ningún caso, hipótesis alternativas para aquellas
lógico; el falsificacionismo dogmático propone la que supuestamente han "refutado". En el caso de
máxima metodológica de abandonar las teorías alEarle, lo que él ofrece es un* redescripción en tér-
primer caso que surja en su contra. Lakatos mues- minos sistémicos del cacicazgo en Hawaii y sus
tra cómo, de haberse seguido esta máxima, la cien-problemas de sucesión (Earle 1978); pero una
cia no existiría como la conocemos hoy d ia. Teoríasdescripción de un caso particular, por más que
como la heliocéntrica de Galileo hubieran debido implique esfuerzos de interpretación funcionalista,
de ser abandonadas desde su nacimiento, ya que no cuenta como una teoría alternativa. Lo mismo
los "datos" la refutaban; (en el caso de Galileo,puede decirse del "modelo" que presenta Flannery
tanto entonces como hoy, "cualquiera" puede ver como alternativa a las "teorías de primer motor"
que es el Sol el que "dá vueltas" alrededor de la que considera rechazadas (Flannery 1973); el
Tierra; las "interpretaciones natural^," -como les "modelo" no es sino una descripción generalizada
llama Feyerabend (1975- sobre el movimientode los pasos que supuestamente tendría el proceso,
tuvieron que ser derrotadas antes de que Galileo pero no especifica lo que todo intento de explica-
ción supuestamente debería especificar: a) porque
lograra mostrar la viabilidad de su teoría heliocén-
trica; y como este ejemplo hay muchos otros). sucede
La el proceso cuando y donde sucede; b)
historia de la ciencia muestra que los científicos cuáles son las variables cruciales, y que relaciones
tienen una gran tenacidad, y no abandonarán unatienen. El modelo que Flannery ofrece podría
teoría hasta que no surja una teoría rival (o eltal vez servir como programa para desarrollar una
programa para desarrollar tal teoría rival) que su-teoría alternativa, y creo que es este el propósito
pere a la teoría anterior. De haber seguido una con el que él lo presenta. Sin embargo, no podemos
lógica falsificacionista dogmática, prácticamente entonces dar por refutadas las otras teorías, espe-
todas las teorías centrales de la ciencia moderna cialmente si no ha habido un trabajo adicional
hubieron de haber sido abandonadas de inmedia- para construir la teoría alternativa. Resulta curioso
to, y sus propositores castigados por "obstinados" cómo la mayoría de los arqueólogos sistémicos
y poco objetivos, por haber seguido trabajando emplean
en grandes cantidades de esfuerzo y tiempo
ellas. Es este el tipo de mentalidad que se respira en tratar de refutar las teorías de otros, y rara vez
en la reseña que hace Blanton (1980) del libro someten
de a contrastación sus propias hipótesis.
Sanders, Santley y Parsons (1979), ya que para Por supuesto, los arqueólogos sistémicos pue-
Blanton es claramente irracional que estos autores den escapar a la crítica de la ausencia de explica-
sigan insistiedndo en una teoría supuestamente ciones alternativas simplemente aduciendo que ellos
"refutada". no creen en la explicación nomológica, y que por
Asf, el falsificacionismo dogmático tiene un lo tanto sus alternativas no tienen por qué seguir
criterio de racionalidad científica que consiste en un formato que ellos han criticado explícitamente.
abandonar las teorías al primer caso en contra, in-
cluso si no se tiene una alternativa mejor; el pro- en el Valle de Oaxaca; Lees analiza el sistema de
greso en la ciencia consiste en la continua refutación riego local y no encuentra "despotismo oriental",
como si Oaxaca en 1970 fuera un caso relevante a
de teorías; no existe el requisito de que la refu- una hipótesis destinada a explicar el desarrollo de
tación debe acompañarse con la propuesta de una estados hidráulicos, tal como han señalado atinada-
teoría mejor. Este criterio de racionalidad, según mente Sanders, Parsons y Santley (1979:367-8). O
demuestra Lakatos, no corresponde a la práctica la "refutación" que hace Earle (1973, 1978) de la
real de los científicos tal y como ésta está docu- misma hipótesis, utilizando datos de Hawaii, datos
que provienen de un momento posiblemente 250
mentada en la historia de la ciencia.15
años posterior al origen del estado en las islas Ha-
waiianas (ver Homon 1974); en esta refutación,
15. En el caso de la arqueología las "refutaciones" en además, Earle encuentra que no existe ni irrigación
cuestión van de lo ridículo a lo sublimemente compleja ni estado hidráulico en Hawaii -exacta-
mente lo que predeciría la hipótesis- no obstante,
ridículo, pasando por algunos esfuerzos meritorios.
Por ejemplo, resulta absurdo contar como ejemplo él decide que sus datos "refutan" a Wittfogel (!)
(Earle 1973, 1978). (Ver Gándara 1981 a para un
de "refutación de la teoría de Wittfogel el trabajo
de Lees (1973), realizado en comunidades actualesanálisis detallado de este caso).

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 37

O bien que ellos no someten a contrastación susarmas poderosas de análisis; ha insistido en que se
alternativas simplemente porque creen que la simu- trabaje con hipótesis multivariables, y que preferi-
lación es un mejor procedimiento de evaluación.blemente se consideren varias hipótesis en forma
Es por esto que la discusión con la arqueología simultánea, etcétera. Sin embargo, estas contri-
sistémica no puede proceder caso por caso, sinobuciones, así como las de orden sustantivo de los
atacar frontalmente el problema de la explicación proyectos realizados por los autores sistémicos, no
y el método, tal como hemos hecho en las seccio- requieren de la adopción de una postura metodo-
nes anteriores. lógica dependiente de la TGS, del reduccionismo
Si la arqueología sistémica es en efecto un ejem- ecológico, o del separatismo de una forma "sisté-
plo de falsificacionismo dogmático, y el fasificacio- mica" de explicación. Contrariamente a lo que
nismo dogmático es una mala estrategia metodoló- algún autor consideraba, me parece que, de enten-
gica, entonces es falso que el programa sistémico derse estos problemas, existe posibilidad para que
represente un avance para la arqueológica contem- los puntos fuertes de la arqueología sistémica sean
poránea. Si Lakatos (1970) tiene razón, el falsi- integrados con los correspondientes en el lado
ficacionismo dogmático tenderá a entorpecer más nomológico. Claro que antes habrá que determi-
que a estimular el desarrollo en la disciplina. Si nar si todo lo que brilla es oro en el lado nomo-
esta argumentación es correcta, entonces se viene lógico. . .
abajo el quinto elemento fundamental de la ten-
dencia sistémica.
III. ¿ES LA NUEVA ARQUEOLOGIA UNA
3.3.6. Evaluación global de la arqueología sistémica POSICIÓN TEORICA CONGRUENTE?

Podemos concluir esta sección del ensayo señalan- 1 . Campo y herramientas de análisis
do que la tendencia sistémica dudosamente será la
Podemos tal vez intentar ya un esbozo de evalua-
alternativa a seguir en la arqueología contemporá-
nea. Sus pretensiones en cuanto al modelo de la ción general de la Nueva Arqueología, considerán-
dola como una "teoría" en el cuarto de los senti-
explicación, la noción de causalidad, su mecanismo
dos de este término que antes revisamos.
de evaluación, su estrategia global, y su apoyo teó-
rico en la TGS o en alguna otra teoría sistémica, El análisis se centrará de nuevo sobre las figu-
parecen resultar ser pretensiones no justificadas. A ras clave de esta posición, y en especial sobre Bin-
pesar de criticar al bando nomologia) de "neopo- ford.16 El entrenamiento de Binford hace que una
crítica a sus pronunciamientos sea más interesante
sitivista", la arqueología sistémica resulta descansar
y más justa que la que pudiera hacerse a otros ar-
en una epistemología aún más empiricista que la
queólogos para los cuales la filosofía de la ciencia
de los arqueólogos "de-la-ley-y-el-orden"; a pesar
de que acusa a éstos últimos de trivializar y simpli- es irrelevante a la arqueología, o para aquellos que
lo que saben de esta disciplina lo aprendieron a
ficar las explicaciones, no es capaz de proponer una
través de Binford. Sin embargo, comentaremos li-
alternativa; a pesar de fustigar las "leyes Mickey
bremente sobre otros autores cuya obra toca en
Mouse", no hace sino producir "refutaciones Mi-
forma importante los problemas metodológicos
ckey Mouse", a una velocidad de una refutación
que serán el quid de nuestro análisis. Debe recor-
por cada temporada de tres meses. A reserva de
darse que nos interesan todos estos autores no como
que los arqueólogos sistémicos no presenten una
representantes de una posición teórica.
noción alternativa de explicación, causalidad, mé-
El problema es entonces ¿cómo analizar una
todo y estrategia, hay que concluir que la arqueo-
posición teórica? Esta es una problemática que
logía sistémica no constituye la mejor de las opi-
niones disponibles.
La arqueología sistémica ha hecho contribucio- 16. Tal como apuntáramos en la primera parte de este
ensayo, Binford no solo es el autor central de la
nes importantes: por ejemplo, hacer que los mode- Nueva Arqueología, sino que su interés en proble-
los de ecología cultural que utilizan los arqueólogos mas teóricos y metodológicos lo llevó a profundizar
sean más realistas, e incorporen el problema de la sus conocimientos de filosofía de la ciencia. En sus
propias palabras, él realizó "una extensiva lectura
transmisión de información como uno de los ciclos
de la filosofía de la ciencia", llegando a la conclu-
vitales de un ecosistema cultural. Ha llamado la
sión de que "desde un punto de vista científico-prác-
atención de la arqueología a procedimientos como
tico", los argumentos presentados por Hempel "eran
la simulación, que, bien entendidos, pueden ser
los más útiles" Binford, ed. 1972:8).

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38 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

nosotros hemos encontrado en la práctica


Todo esto es didácti-
cierto siempre y cuando el ejemplar
ca; los cursos de "Teoría Arqueológica
de Kuhn que Contem-
leímos fuera de la primera edición
poránea" normalmente se reducen
(1962),ano
un recuento
tengamos además entrenamiento en
descriptivo de autores y obras, tal
filosofía
vez de haciendo
la ciencia, y un
no sepamos que este es un
autor altamente
recuento de los temas que los autores controvertido y cuyos pronuncia-
en cuestión
consideran más importantes. Y en mientos contradicen la
la literatura posición hempeliana. Sin
ar-
queológica esto es aún peor: en embargo, este historia
libros de detalle pasó desapercibido para
muchos arqueólogos
de la arqueología (como el de Daniel, (incluido el que esto escribe
1975) explí-
citamente se nos informa que no-Gándara 1977), hasta
son lugares ade-hace poco tiempo. Trans-
cuados para discutir cuestiones teóricas, currieron nueve años antes
o bien el de que los arqueólogos
tratamiento se limita a una lista de proyectos y reconocieran por escrito que la posición kuhniana
hallazgos (cf. Bernal, 1978). En otros casos se hace y la de la nueva arqueología son incompatibles. A
un intento de ver no solo lo que los autores dicen todos nos pasódesaparcibidoqueel modelo kuhnia-
sobre si mismos -(lo que equivaldría a un análisis no puede ser interpretado como uno de los golpes
'émico' (!)- sino loque, desde algún punto de vista de gracia al empirismo lógico; o bien que implica la
analítico, resultan ser los postulados más importan- aceptación de la llama da "tesis de la incon-
tes de sus posiciones. Este es el enfoque que en mensurabilidad interparadigmática", que estipula
cierta medida hemos seguido en este ensayo. Pero que no existen parámetros comunes sobre los cuales
resulta todavía insuficiente. evaluar paradigmas distintos; ver a los paradigmas
Se ha utilizado un enfoque como el de Kuhn como "instrumentos" conduce además no solo al
(1962, 1970a, 1977, 1970b), para analizar a la relativismo sino a una forma de convencionalismo
nueva arqueología. Como en muchas otras discipli- o instrumentalismo, que paradójicamente contra-
nas, estoy seguro, uno de los pasatiempos intelec- dicen la pretensión del propio Kuhn de que su
paradigma de análisis de la historia de la ciencia es
tuales más populares de la década pasada fueaplicar
el modelo de Kuhn y preguntarse si es que tenemosde alguna forma el mejor. El problema entonces no
o no un paradigma, o si la posición que apoyamos se reduce a la ambigüedad del término "paradigma"
resulta "ciencia normal" o ejemplos de "revolu- o al uso inconsistente que le dá Kuhn (véase Mas-
ción científica"; todas estas preguntas se han hecho terman 1970;Shapere 1966, 1974,1971). Los pro-
también en relación a la nueva antropología.17 El blemas son los de la adopción de una estrategia
interés de los arqueólogos en Kuhn puede deberse Weltanschauungen , conduciendo al relativismo y
a que el modelo de Kuhn 1) es simple y está bien al solipsismo epistemológico. Pero el que este
escrito, sin muchos argumentos técnicos difíciles tipo de estrategias son incompatibles con la de
de seguir; 2) nos permite entender porqué nuestros Hempel pasó desapercibido a los arqueólogos; el
oponentes simplemente parecen no comprender lo caso extremo es Binford, quien cita en un mismo
que decimos, tiene otro "paradigma"; 3) el procla- artículo a Popper y a Kuhn, cuyas posiciones son
mar a determinada posición como "una revolución irreconciliables (Binford 1972a: 245, 292). La in-
compatibilidad entre Kuhn y Hempel está clara-
científica" es un formidable slogan publicitario; 4)
Kuhn es un escritor excelente, y logra motivar una mente expresada en la crítica que hiciera Hempel
fuerte reacción emocional que de alguna manera a Kuhn durante una reunión que tuvo lugar en
satisface nuestras intuiciones. Monterrey, México (Hempel 1978). Esto no signi-
fica que el modelo de Kuhn sea completamente
17. Entre los que consideran que la Nueva Arqueología inútil o que no haya nada que aprender de él; su
constituye una revolución científica están Martin
(1971) -quien se "convirtió" a la Nueva Arqueología
idea de que no debemos restringir el análisis a
después de 20 años de investigaciones tradicionales;teorías en sentido partitivo sino a la "matriz dis-
Adams (1968), Hill (1972), Fitting (1973) y Sterudciplinaria" entera, -incluyendo los protocolos de
(1973) también han visto un caracter revolucionarioobservación considerados como correctos, las
en la arqueología procesual. Entre los que dicen que
técnicas experimentales, los supuestos metodológi-
estuvo cerca de ser, pero no es, una revolución para-
digmática, están Leone (1972), Sterud (1973), Gán- cos y metafísicos- es una proposición digna de
dara (1977) y Meltzer (1979), para mencionar sólorecuperar, como han hecho otros autores y hare-
algunos. Los argumentos presentados varían de autor mos aquí.
a autor (ver Meltzer (1979) para una reseña de los
Otra alternativa de análisis es Lakatos (1970);
más importantes), y a veces más que argumentos se
hacen solo referencias implícitas (como en BinfordLakatos fue discípulo y seguidor de Popper hasta
(1972a) o en Clarke (1972a) ). que, entusiasmado por algunos de los argumentos

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 39

de Kuhn, trató de tender un puente entre lo que él


consideraba lo mejor de ambos autores. Lakatos
sugiere que la unidad de análisis debe ser el "progra-
ma de investigación científica" que incluye no solo
las teorías sustantivas sino también los supuestos
epistemológicos, metodológicos e incluso metafísi-
cos que siguen los miembros de una determinada
comunidad científica. Por desgracia, su concepto
de "programa11 se ve complicado por la distinción
que hace entre una parte "nuclear" y otra "perifé-
rica" en cada programa, y por la dinámica que cada
uno sigue supuestamente; las reglas que Lakatos
propone han sido criticadas por Feyerabend, otro
ex-popperiano famoso por proponer una anti-me-
todo logia que él llama "anarquismo metodológico'1
(Feyerabend 1975), cuya única regla es "todo
se vale".
Tanto Lakatos como Kuhn representan una
tendencia "holística" dentro de la filosofía de la
ciencia, al insistir en que es insuficiente limitarse
al análisis de teorías e hipótesis aisladas, y que es
importante entender a la práctica científica como
un todo. De hecho, me parece que los marxistas
van más allá, al insistir de que la actividad cientí-
fica debe ser incluida en el contexto histórico y
social en que se desarrolla, idea que me parece la
extensión lógica hacia la que el análisis eventual-
mente tendrá que llegar. Varios autores han seña-
lado que no podemos separar este contexto sin al
mismo tiempo perder una perspectiva importante
sobre el porqué cierto tipo de preguntas y no otras
son consideradas como pertinentes de investiga-
ción. Esta idea parece haber penetrado ya incluso
Salvajes de Brasil
en la filosofía estadounidense (véase Laudan 1977,
especialmente los caps. 2, 3, 5, y 6). En nuestro
caso, tal como apuntáramos en la primera parte de
buyen ciertas características, por un lado, y por
este ensayo, nuestro análisis por lo pronto se limi-
otro, en cuanto a la forma en que se interpreta el
tará a la posición teórica en sí. Esto no significa estatus de las entidades de las que habla la teoría;
que su contextuación social no sea importante, 2) cuestiones epistemológicas: la forma en que se
sino que una contextuación adecuada, para ser en enfrenta el problema "realidad-conciencia", las
realidad seria, requiere de un mejor conocimientoparticulares teorías del conocimiento que se si-
de la sociedad americana durante las décadas de los guen; 3) cuestiones metodológicas: a) la forma en
sesenta y setenta que el que yo dispongo ahora. que se demarca entre el conocimiento científico y
En consecuencia, nuestro análisis considerará a otras formas de conocimiento; b) la manera en que
la arqueología como posición teórica, esto es la se entienden las metas de la ciencia en general, y
forma en que responde a ciertas preguntas básicas; de la disciplina específica en particular; c) los mé-
estas preguntas abren, por así decirlo, opciones de todos que resultan aceptables para lograr las metas
entre las cuales los científicos de una comunidad planteadas, incluyendo nociones tales como las de
científica toman algunas y conforman con ellas confirmación corroboración, o falsificación; d) la
su posición teórica. Estas opciones tienen que forma
ver en que se enfrenta el problema de la verdad
con cuestiones de varias órdenes: 1) cuestiones o veracidad; 4) cuestiones de orden técnico: los
ontológicas especialmente en cuanto a la forma procedimientos
en prácticos de manipulación, obser-
que se construye un objeto de estudio y se le atri-
vación y análisis de los fenómenos, y las "teorías

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40 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

realidad
observacionales" implicadas en ellos; es que lógicamente de una
y finalmente,
inconsistente
5), las teorías sustantivas o particulares se sigue cualquier con
que la co-
munidad científica sostiene, yinconsistencias
las situaciones-son inaceptables como
problema que intentan resolver.18 teoría, yacomplejo
A este que cancelan cualquier capac
tiva propongo
de supuestos, reglas y proposiciones que la teoría
lla- pueda tener, además
marle "posición teórica'1.19 teoría infalsificabie.20
Por lo tanto, parte de la desiderata
2. El problema de la congruencia posición teórica es que a), no sea incon
que no sea incongruente. La determ
Uno podría preguntarse si existe incongruencia
alguna conexión puede ser más difíci
decidir que
de necesidad entre las diferentes opciones epistemológicamente o
que cons-
tituyen una determinada posición materialista, y al mismo tiempo cond
teórica. Aunque
sis en
cada científico puede en principio el que
elegir las explicaciones que se
(dentro
de los límites que marca la comunidad científica
las que los propios informantes dan
posición en
a la que pertenece, así como la sociedad "émica").
la que Aunque aquí no h
se ubica), la forma en que se constituirá su el
tradicción en posi-
sentido formal, resulta
ción, parece razonable pensar quetomar
algunas
unaopciones
posición materialista para
se prestan a una mejor integraciónexplicacionessi
que otras, es serían de esperarse
que
que la posición teórica ha de ser congruente.
una posición idealista subjetiva.
Resulta ser que algunas de las opciones
Existe en torno
una complicación potencial pa
a la epistemología, ontologia, metodología, técni-
sis: suponemos que los pronunciam
ca y teorías sustantivas pueden no ser congruentes
autores analizados son realmente re
entre sí. En el peor de los casosdedichas opciones
su práctica; esto es, que si Binfo
pueden ser no solo incongruentesque
sino
la inconsisten-
arqueología debe adoptar el mét
tes: esto es, pueden contener proposiciones
tico deductivo, que
él en la práctica lo ha
se contradigan entre sí. Y aunque hay quien
resultara ha
que existe una brecha ent
llegado a proponer que tal inconsistencia no es escriben y lo que
nuevos arqueólogos
dañina, sino que puede generar nuevas
tro ideas,
análisis la
resultaría irrelevante; sin

18. El rubro "5", sobre las teorías sustantivas de la semana como el que esto escribe. Pero esta ausencia
Nueva Arqueología no lo trataremos aquí, tal como no es un obstáculo para nuestro presente análisis.
advertimos desde la primera parte de este ensayo; un 20. Podemos ejemplificar esto con ideas familiares a los
análisis adecuado de solo algunas de las teorías lectores de Binford: Supongamos que la opción es
propuestas por los nuevos arqueólogos trascendería una de método: supongamos que hemos establecido
en mucho las limitaciones de espacio de este trabaio). que el objetivo de nuestra disciplina es la explicación
19. Al ofrecer esta definición no pretendo originalidad, de la variabilidad cultural. Evidentemente, dado
completud ni exh austi vi dad; también hay que señalar nuestro concepto de explicación, esto implica que
que cada uno de los rubros es en sí una simplificación, asumimos que es factible postular principios genera-
y que los problemas tratados bajo "odontología", por les tipo-ley bajo los cuales subsumir la variabilidad
ejemplo, no agotan la problemática normalmente que nos interesa explicar. Sin embargo, si en torno a
considerada como ontológica. También hay que la ontologia de la cultura nosotros hemos tomado la
hacer notar que cada rubro no es necesariamente posición de que la cultura es tan sistémica o compleja
independiente o autónomo del otro: los problemas que es a priori inexplicable, entonces algo anda mal
con la noción de "verdad", por ejemplo, toca simul- en nuestra posición teórica; las proposiciones "la
táneamente cuestiones ontológicas, epistemológicas cultura es explicable" y "la cultura es inexplicable"
y metodológicas; la idea de mantener rubros separa- son contradictorias entre sí. Lo menos que puede
dos es únicamente un recurso de exposición; esto suceder en este caso es que se produzca una tensión
deberá tenerse presente salvo riesgo de caer en posi- al momento de investigar; en el peor de los casos
ciones como la positivista en que cada rubro es una nuestros resultados contradirán (ya sea en uno o en
esfera autónoma (y que algunas de las mencionadas otro sentido) a partes de nuestra posición. Un segun-
aquí, son ilegítimos, como la ontologia). Pero aún do ejemplo: supongamos que hemos decidido que
con todas estas consideraciones, creemos que la nuestro objetivo es la explicación; pero tomamos
noción de "posición teórica" cumple con el deside- como opción metodológica la "posición inductiva
ratum de un análisis holístico, y puede resultar de estrecha", de acuerdo a la cual no es factible propo-
utilidad. Tampoco intentaré improvisar aquí un ner leyes porque jamás tendremos datos suficientes.
modelo que explique el cambio de una posición Esto implica que nuestra posición teórica tiene
teórica a otra; esa tarea no puede resolverla un ar- buenas posibilidades de fracasar o diluirse en con-
queólogo naive filósofo-de-la-ciencia-los-fines-de- tradicciones.

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 41

ese caso estaríamos autorizados a pensar que sustatus de las entidades teóricas véase Popper 1965a:
pronunciamientos eran simplemente de orden 103; Nagel 1961 :107-152; Popper 1965b:223-18).
retórico, y que los autores en cuestión no son
totalmente serios. Es altamente dudoso que algún arqueólogo se
Por otro lado, algunas de las opciones en cues-haya preguntado explícitamente si su posición es
tión no son tratadas nunca de manera explícita una posición in strumenta lista; este tipo de pregun-
por los arqueólogos. De hecho, no faltará quienta trasciende el entrenamiento que generalmente
proteste porque se le critique de tomar una deter- se nos dá en las escuelas. Sin embargo, no por ello
minada opción que él ni siquiera tenía idea de que tomamos menos una posición u otra. La discusión
existiera. Por ejemplo, existe la discusión en lasobre el instrumentalismo, por ejemplo, no carece
filosofía de la ciencia sobre el estatus ontològicode ejemplificación en la arqueología. Durante dé-
de los procesos y entidades a los que hacen refe-cadas se ha discutido si los "tipos" que los arqueó-
rencia los términos teóricos de una determinada logos usan para clasificar artefactos tienen una
teoría. Se han considerado cuando menos tres po- existencia real, o si son meros instrumentos. La
sibilidades opciones; en una de ellas, algunos filó-cuestión no es ociosa, ya que las técnicas a emplear
son completamente distintas en uno y otro caso.
sofos han propuesto que nuestras teorías no son
sino instrumentos para predecir; que, además, losUn arqueólogo que piense que los tipos son meros
términos teóricos rara vez son totalmente defini- instrumentos no va a gastar el tiempo y el esfuerzo
dos por referencia a observables, por lo que no es necesario para demostrar que sus tipos correspon-
legítimo proponer que nuestras teorías sean verda- den a los parámetros que le interese medir. Y exis-
deras o falsas (no podemos predicar valores de ten otros ejemplos en la teoría antropológica: la
verdad sobre enunciados que comprendemos soloexistencia o inexistencia de una entidad superorgá-
parcialmente). Estos autores proponen que esnica (la cultura); la "observabilidad" o no de la
absurdo por lo tanto hablar de la verdad o falsedad ideología, o de las relaciones de producción, etcé-
de las teorías, e incluso han llegado a proponer que tera. Por lo tanto, independientemente de que los
es inaceptable, ya que hablar de "veracidad" im-arqueólogos sepamos que las posiciones tomadas
plica comparar las teorías con la "realidad tal como corresponden o no a posiciones conocidas e iden-
esta es", pero este último enunciado es metafísico. tificadas en la filosofía de la cienciar el hecho es
Esta posición ha sido llamada instrumentalismo o de que invariablemente las posiciones teóricas
convencionalismo. Es perfectamente compatible adoptan una u otra posición. En consecuencia,
con una filosofía positivista, ya que permite evitartambién convendría que la arqueología sepa qué
el problema de la verdad o falsedad de nuestras opciones son consistentes con otras y que opcio-
teorías. Mientras nuestra teoría atómica nos permi- nes no lo son. Claro que esto no garantiza que
ta predicciones correctas, nos dicen estos autores, por ello las posiciones vayan a ser consistentes; en
es inútil preguntarnos si los electrones realmente la física, en donde el problema de la consistencia
exiten.21 ha sido discutido por científicos y filósofos de la
El instrumentalismo es un recurso completa- ciencia, se ha llegado a proponer un "principio de
mente compatible con el programa general del neo- complementariedad" como recurso para esconder
positivismo de hechar fuera a la metafísica; los las inconsistencias de determinadas teorías (véase
pronunciamientos sobre lo que realmente existe o Popper 1965a: 114). Recursos de este tipo son
no existe, o sobre el grado en que nuestras propo- indicativos de que la posición teórica tiene pro-
siciones corresponden al mundo, implican compro- blemas. Por supuesto, en algunos casos la incohe-
misos ontológicos que de acuerdo a los neopositi- rencia, inconsistencia o incongruencia puede ser
vistas no pueden ser verificados; y como no pueden solamente entre lo que se predica y lo que se
ser verificados (o al menos contrastados empírica- practica, tal como mencionábamos arriba. Sin
mente), carecen de significado empírico y son por embargo, mostrar que esto es así puede llevarnos
lo tanto metafísicos. (Para una discusión sobre el a reexaminar con cuidado la teoría para encontrar
instrumentalismo y otras opciones en cuanto al es- los supuestos que realmente subyacen a su práctica.

21. Tal vez el ejemplo nos parezca banal, pero hace pregunta yace fuera del campo pertinente al análisis;
todavía 75 años había discusiones sobre la existencia un pragmatista nos diría que es una pregunta tonta: si
de los electrones; hoy día se debate si existen o no la teoría permite predicciones exitosas, algún elemen-
los "quarks"; un neopositivista clásico diría que esta to de veracidad debe tener.

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42 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

3. La nueva arqueología como tido WLR en su libro de 1971 ; es, por desgracia, el
posición teórica mismo error que cometen Le Blanc y Read (1977:
182) (para una discusión más amplia sobre modus
3.1. Opciones metodológicas tollens, véase Hempel 1966:10). Muchos autores
creen, equivocadamente, que es mediante la lógica
3.1.1. £/ método
de la afirmación del consecuente que el proceso de
contrastación tiene lugar.
Parece conveniente empezar por aquí, ya que es en Con todo y los errores, parece adecuado afirmar
este terreno en el que la nueva arqueología ha in- que al menos en el plano retórico, la nueva arqueolo-
sistido con más fuerza. Siguiendo a Binford, los gía puede caracterizarse como hipotético-deductiva
arqueólogos hoy día consideran que en cuestiones en cuanto a la opción metodológica. Por desgracia,
de método hay básicamente dos opciones: la posi- el término "hipótesis" ha sido considerablemente
ción "inductiva estrecha" del método (criticada maltratado y abusado por los nuevos arqueólogos;
por Hempel 1966:11-18), y la posición hipotético ellos lo usan tanto para describir principios gene-
deductiva, basada en el modelo HD propuesto por rales tipo-ley como para describir proposiciones
el propio Hempel [ibid: 19-32).22 particulares, singulares y existenciales del tipo
De estas opciones (y una cuarta, el anarquismo "Broken K tenía residencia matrilocal", que clara-
metodológico), es claro que la nueva arqueología mente no son hipótesis en el mismo sentido. Me
es una posición hipotético-deductiva. Esto es así parece conveniente que a este segundo tipo de
a pesar de que Binford confunda "explicación" proposiciones les llamemos "proposiciones identi-
con "confirmación", y niegue que la inducción ficatorias", para recordarnos que su corroboración
tenga algún papel en el método, tal como han seña- no puede conducir eventualmente a una ley, ni
lado Le Blanc y Read 1977:182). Por desgracia, incrementa nuestro conocimiento nomológico en
los nuevos arqueólogos no parecen haber entendido la forma en que la corroboración de una hipótesis
aún la lógica de la contrastación; Hempel tomó de auténtica lo haría. También nos evitaríamos caer
Popper la ¡dea de que la contrastación parte bási- en el error de creer que mediante la corroboración
camente de la aplicación de lo que en lógica se un número infinito de proposiciones identificato-
llama "modus tollens"; de una hipótesis se derivan rias llegaremos eventualmente a producir una ley.
implicaciones de prueba; si éstas resultan ser falsas Esta es una confusión en la que parecen estar la
entonces la hipótesis (o alguno de los supuestos mayoría de los nuevos-arqueólogos.
auxiliares) es falsa.
Esto es así porque la lógica del condicional es- 3.1 .2. El criterio de demarcación
tipula que "Si P entonces Q"; aplicando modus
tollens, si resulta que "no-Q", entonces podemos Una de las más escandalosas pretensiones de la
concluir que "no-/5"', y ésta es una inferencia legí- nueva arqueología ha sido la de clamar para sí
tima. Sin embargo, si encontramos que Q, no po- el título indiscutible de ser la única "arqueología
demos concluir que P, ya que ello equivale a explícitamente científica" (WLR 1972:x). Bin-
cometer la falacia de afirmación del consecuente; ford tiene ¡numerables pasajes en los que insiste
es este el error que Morgan señalaba habían come- en que la arqueología tiene que convertirse en una
ciencia, en los que define "ciencia", o nos dice
22. A estas dos opciones se añade en Latinoamérica una en qué consiste hacer ciencia (para las citas rele-
tercera, el método dialéctico, que supuestamente vantes, ver la primera parte de este ensayo Gándara
difiere de las opciones anteriores en que conjunta 1980:29-34). ¿De dónde adquiere su caracter cien-
tanto a inducción como a deducción. Pero esto
tífico la nueva arqueología? La mayoría de los
implica que no se ha entendido que el método HD
nuevos-arqueólogos contestarían que de el método
implica también a la deducción y la inducción, pero
HD que
el problema es indicar por donde empieza un trabajo han tomado de Hempel. Ante la cuestión
de la cientificidad, los arqueólogos procesuales
específico de investigación: si por la recopilación
interminable de datos que por si misma arrojará leyes,
postulan que una disciplina es científica sí sigue el
o si es necesario entrar con un problema teórico y
una hipótesis como intento de solución de dicho método científico, y el método científico es lo que
problema; la investigación consiste entonces en tratarlos neopositivistas lógicos (léase Hempel) dicen
que es.
de ver si la hipótesis es falsa, y aquí se utilizan proce-
dimientos basados en la inducción -salvo en el caso Curiosamente, y a pesar de su supuesta familia-
de una estrategia falsifícacionista estrecha). ridad con la filosofía de la ciencia, Binford se dis-

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 43

para con frecuencia del criterio que aceptarían los son ajenos a las consideraciones epistemológicas y
neopositivistas; de hecho, su concepción es alta- ontológicas. Resultaría absurdo, por ejemplo, te-
mente inconsistente no solo en relación a Hempel ner una epistemología materialista y sostener al
sino también a lo largo de su obra. Para mostrar mismo tiempo un criterio verificacionista, que de-
esto utilizaré la terminología desarrollada por pende de una forma naive o idealistade empiricismo.
Lakatos (1970) sobre las estrategias metodológicas Resulta sorprendente la forma en que en la
y el criterio de demarcación. Lakatos llama "justi- nueva arqueología todas estas estrategias han sido
ficacionismo" o "verificacionismo" a la posición mezcladas elécticamente. En especial en Binford,
que afirma que el conocimiento científico consiste uno puede encontrar referencias a Hempel, (quien
en proposiciones comprobadas) "probabilismo" a ha tratado de desarrollar una teoría de la confir-
la que sostiene que si bien es imposible "compro- mación (Hempel, 1965c, orig. 1945, 1964), y
bar" nuestras teorías, podemos no obstante deter- quien tomaría una posición probabilista, como a
minar qué tan probables son, a la luz de la evidencia Kuhn, cuya posición no es clara, y a Popper, quien
disponible; "falsificacionismo", que Lakatos divide introdujo el falsificacionismo metodológico. Para
en "dogmático" y "metodológico", que compar- Binford, la nueva arqueología es científica preci-
ten la idea de que para que una teoría sea científica samente porque aspira a producir conocimientos
debe de ser factible en principio refutarla; esto "verificados" o "comprobados" (véase Binford
es, debemos de poder especificar en qué circuns- 1968a: 118; 96, 86; Binford, ed. 1972:18; 1968a:
tancias estaríamos dispuestos a considerarla como 98-9). El papel del método es permitir la verifica-
falsa; el falsificacionismo dogmático propone, ción (Binford 1972:18; véase cita en Gándara
además, que una vez refutada una teoría resulta 1 980:30). Claramente, una posición verificacionista
irracional seguir trabajando sobre ella, tal como choca con la posición de Hempel. Curiosamente,
señalábamos antes. El falsificacionismo metodoló- Binford cita repetidamente el libro de 1965 de
gico considera que la "refutación" puede hacerse este autor, en el que Hempel hace un recuento de
solo si antes se toman ciertas decisiones metodoló- las peripecias que llevaron a los neopositivistas ló-
gicas; el falsificacionismo metodológico "sofisti- gicos a abandonar la posición verificacionista es-
cado" propone que no hay refutación hasta que no trecha con la que habían empezado (Hempel 1 965d,
haya una teoría mejor que la refutada y que además orig. 1950, 1951, 1964). Es decir, mientras que
todas las refutaciones pueden ser apeladas. El fal- Hempel y otros empiristas lógicos han abandonado
sificacionismo niega que sea posible determinar el el requisito de verificación estricta de los neoposi-
grado de conformación o probabilidad de una tivistas, Binford lo retoma y lo atribuye, por des-
teoría, y por lo tanto rechaza la noción de confir- gracia, a Hempel (Véase cita mencionada arriba, y
mación; propone en cambio la noción de "corro- cita a Binford 1968a:99, en Gándara 1980:32).
boración", esto es, el número de veces que una Er. un mismo artículo Binford habla de la ciencia
teoría ha logrado resistir intentos honestos de como "verificación", y de que la ¡dea es lograr
refutación. A diferencia de la conformación, la "proposiciones de alta probabilidad", más que
corroboración no es una medida de verosimilitud, las generalizaciones empíricas que "con un solo
ya que teorías altamente corroboradas (como la de caso empírico en contra" pueden ser destruidas:
Newton) pueden resultar falsas. (Para una discusión interesante mezcla de verificacionismo, probabi-
completa recomendamos definitivamente la lectura lismo y falsificacionismo dogmático (Binford
de Lakatos 1970; para una aplicación de estas 1968a:93, 99; véase cita en Gándara 1980:32).
¡deas a la arqueología, ver Gándara 1981a, b y c). Ciertamente esta situación es difícil de entender,
byc). tratándose de un autor que ha leído "extensiva-
Cada una de estas concepciones implica posicio- mente sobre filosofía de la ciencia" (Binford ed.
nes en torno a la epistemología y al criterio de 1972:18).
racionalidad científica empleado. Por ejemplo, Por su parte, la mayoría de los arqueólogos del
tanto el probabilismo como el falsificacionismo bando nomologia) parecen creer que tres meses
dogmático implica una epistemología empiricista de campo bastan para "confirmar" una hipótesis,
más o menos estrecha; el justificacionismo puede aunque si surge un caso en contra, o si una implica-
tomar una posición empiricista naive o una posi- ción de prueba no se cumple, hay que rechazar la
ción racionalista, según el caso; en consecuencia, hipótesis (WLR 1971 cap. 2). El caso más impre-
la adoptación de un determinado criterio de de- sionante es Schiffer -quien ha hecho contribucio-
marcaciones y una determinada metodología no nes importantes, pero cree que es posible llegar a

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44 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

formular "leyes" desde el escritorio. Schiffer con-


"comprobación", "verificación", "confirmación"
funde "ley" con fórmula, cuando nos ydá una lista
"corroboración"; en consecuencia, su metodolo-
de "leyes" a las que el ha llegado matemáticamente
gía es una mezcla más o menos informe de varias
(Schiffer 1976:21, y especialmente pags.opciones
59 y sigs.).
metodológicas. El bando sistémico resul-
Es este tipo de actitud la que critica Flannery.
ta (para su Por
desgracia) más consistente, como falsi-
desgracia, el bando sistémico no está enficacionismo
mejor cir- dogmático más o menos rampante.
cunstancia: la tendencia, como hemos visto, es a
"refutar" hipótesis mediante casos aislados en Arqueología como posición teórica
3. La Nueva
contra (el estilo que algún arqueólogo ha llamado
"de golpear a un falso oponente de paja"). Granmetodológicas
3.1 . Opciones
parte de la producción de los arqueólogos sistémi-
cos no es sino un ejemplo de mal falsificacionismo
Dada la prominencia de los pronunciamientos me-
dogmático, lo que resulta paradójico todológicos
ya que los en la nueva arqueología, podemos
arqueólogos sistémicos "rechazan" el empezar
empirismo. nuestro análisis por este rubro; y dado
Sin embargo, sus "refutaciones"23 requieren de
que la metodología invariablemente parte de su-
una epistemología en la que los datos son libres
puestos de orden epistemológico y ontológico,
de teoría, no-problemáticos, e incuestionables: nisaldrán a relucir en el análisis. Los
estos supuestos
más ni menos que la epistemología empirista.
científicos normalmente tienen (¿o deberían te-
Tanto los arqueólogos nomológicosner?)
como los en torno a una serie de problemas.
claridad
sistémicos tienden a ver a los datos como no-pro-
Primero, en torno a la forma en que el conocimien-
blemáticos. En este sentido la contribución de to cientffico se diferencia de otras formas de cono-
Schiffer (1972, 1976) es especialmente importan-cimiento; esto es, sobre los atributos que confieren
te. Schiffer ha tratado de iluminar el proceso deal conocimiento científico sus características espe-
construcción y justificación de inferencias en cíficas, y le han otorgado un status especial al
arqueología (Schiffer 1976: 13, 19-21) a algunosmenos en la civilización occidental. Este problema
arqueólogos sistémicos esto les parece "obvio" ees conocido como el problema de la demarcación
"innecesario". Por desgracia, Schiffer no se dá entre lo científico y lo no-científico. Intimamente
cuenta que su trabajo es una aproximación a desa- relacionado a este problema (y tal vez inseparable
rrollar las "teorías de la observación" en arqueolo- de él), está la cuestión de las metas a las que su-
gía, sino que piensa haber inventado una nuevapuestamente aspira la ciencia en general, y en par-
forma de arqueología, la "arqueología conductual"ticular, la forma en que las disciplinas específicas
(véase Schiffer 1976). El trabajo de Schiffer es el(como la arqueología) articulan sus objetivos en
único que siguió la línea originalmente propuestaconcordancia con las metas globales de la ciencia.
por Binford en cuanto ai cuestionamiento del sig- Esta cuestión está a su vez estrechamente ligada a
nificado del material arqueológico, por lo que, una la de la forma en que tales metas han de ser alcan-
vez descontada su pretensión de crear "nuevas- zadas; esto es, al problema del método. Histórica-
nuevas-arqueologías", su trabajo merece mayormente se han dado posiciones diversas en torno a
atención de la que ha recibido hasta ahora. estos problemas, como resultado de distintas mane-
En suma, en cuanto al criterio de demarcación ra de entender la demarcación entre lo científico
(que como vimos tiene fuertes ligas con la metodo-y lo no-científico (véase Lakatos 1970). Una parte
logía y la epistemología empleadas), la nuevade esta problemática es la forma en que se entien-
arqueología es una posición incongruente, tanto den nociones como la de "refutación", o la de
en su conjunto como al interior de la obra de sus"confirmación" o "corroboración" y los procedi-
autores más representativos. Los nuevos-arqueó-mientos a seguir en cada caso.
logos parecen no haber prestado atención a las di- Este conjunto de problemas podría considerarse
ferencias (importantes) entre los conceptos de bajo el rubro "evaluación de nuestras proposiciones
sobre el mundo". Su foco de atención es la forma
en que podemos utilizar la experiencia como co-
23. Entre las teorías "refutadas" están la de Wittfogel, la rrectivo y guía de las proposiciones resultantes de
de Carneiro, la de Sanders, la de Service, la de Marx,
y otras sobre el origen del estado y la sociedad do la elaboración teórica. Como podrá imaginarse, la
clases, así como teorías sobre el origen de la agricul- lógica general de la experimentación, la observa-
tura, la naturaleza de las bandas de cazadores reco- ción controlada, etcétera, caben todas dentro de
lectores, etc.). esta problemática: ¿cómo podemos determinar

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA11 45

que lo que decimos sobre la realidad es cierto/pro- Sin embargo, las críticas no están completamen-
bable/factible? Resulta evidente que esta proble- te fuera de lugar: es evidente que algunos nuevos
mática nos lleva a discusiones de orden epistemo- arqueólogos, y en especial Binford, no han enten-
lógico (¿cómo sabemos que sabemos?, ¿cómo dido la diferencia que existe entre "confirmación"
sabemos que estamos en lo cierto?, ¿existen ma- (o "corroboración", si se sigue una estrategia dis-
neras de comparar nuestro conocimiento con la tinta), y "explicación". En consecuencia, algunos
realidad tal como esta es?, etcétera). Dependiendo arqueólogos procesuales parecen en efecto no darse
de la forma en que se enfrentan estos problemas, cuenta de que la inducción juega un papel impor-
y se toma posición en torno a la relación entre tante, si bien no en la formulación de leyes, si en
conciencia y realidad, se siguen (o debieran seguir- la contrastación de hipótesis que pueden eventual-
se) consecuencias de orden metodológico. Estas mente conducirnos a ellas. Esto ha sido señalado,
se expresan frecuentemente en forma de "criterios entre otros, por Read y Le Blanc (1978:182). Por
de veracidad", "nociones de 'verdad' ". Al conjunto desgracia, como en el caso de los mismos Read y
de estos problemas (demarcaciones, metas, méto- Le Blanc, se entiende incorrectamente en qué con-
dos de evaluación, criterios de verdad o veracidad) siste una inferencia inductiva.25
hemos propuesto llamarle "cuestiones metodológi-
cas". En torno a cada una de estas cuestiones han inductivos necesarios para la contrastación. Se asume
entonces que en su versión "idealista", el método
existido alternativas y posiciones diversas, que se
hipotético deductivo implica que la inducción no es
presentan como opciones ante las que los arqueó- necesaria. Este supuesto es, por supuesto, falso). La
logos (como cualesquiera otros científicos), han de opsición entre deducción e inducción ha llevado a
pronunciarse. Tratemos ahora de determinar en que que se critique injufstificadamente el modelo HD y
a la Nueva Arqueología supuestamente por conside-
sentido se ha pronunciado la nueva arqueología.
rar que la inducción no es importante. Pero es
evidente que ese no es problema real, ni lo que el
3 A A. Metas modelo HD propone: el quid de la polémica no es el
grado de importancia relativa o de la indispensabilidad
Históricamente (o al menos en la reconstrucción de la inducción, sino de cuál es la secuencia más
fructífera de la investigación, y la forma en que se
racional que hemos hecho antes del desarrollo del conciben las leyes que han de resultar eventualmente
pensamiento de Binford), la nueva arqueología se de la misma. En el caso de una estrategia inductiva
pronunció ante todo en relación a las metas de la estrecha se supone que lo único que se necesita en
ciencia y de la arqueología. Desde su artículo de observar un número suficientemente grande de
casos: las leyes vendrán por si solas cuando haya
1962 Binford insistió que la meta de la ciencia en
suficientes datos. Estas leyes tendrán la forma de
general, y de la antropología y la arqueología en resúmenes estadísticos del tipo "el caso 1 analizado
tanto disciplinas científicas, era la explicación. muestra que Pj es Qi; el caso 2 muestra que P es
Como hemos visto antes también, en antropología Q; el caso 3 muestra que P es Q; ... El caso n muestra
y arqueología la explicación se enfoca al problema que P es Q: en consecuencia, todos los casos 1 a n
muestran que P es Q". Sin embargo, un estudio de
de las similitudes y diferencias observables en las
la práctica real científica parece mostrar que tal
formas culturales a lo largo del tiempo y el espacio. procedimiento rara vez conduce a los resultados
Para la nueva arqueología, además, la explicación esperados. La ciencia no parte de investigar indiscri-
se asume como dependiendo de leyes y principios minadamente y colectar "todos" los datos (su
generales, de acuerdo al modelo nomologia) pro- número es infinito), sino de intentos de contratar
lo que pensamos sobre la realidad contra la realidad.
puesto por Hempel (1966:19-32) y adoptado por En este proceso lo que se requiere en una investiga-
Binford. En consecuencia, la meta de la arqueolo- ción específica es contar con un problema teórico,
gía en tanto ciencia es la explicación nomológica intentar resolverlo mediante una o varias hipótesis,
de la variabilidad cultural, tal y como esta se expresa deducir de estas hipótesis implicaciones de prueba
con ayuda de hipótesis auxiliares, y de esta forma
en el registro arqueológico (Binford 1968a, b). En orientar nuestro trabajo de colección de datos. Tales
consecuencia, cuando menos dos opciones son hipótesis serán refutadas o "falsadas" en determina-
conocidas por la arqueología: la deductiva y la das circunstancias, o bien recibirán "apoyo empírico"
inductiva.24 en otras, de acuerdo al criterio de evaluación emplea-
do (esto es, si se sigue la noción neopositivista de
24. A estas dos opciones en Latinoamérica se añade en confirmación, o se habla más bien de corroboración
ocasiones una tercera, el método dialéctico, pero -el número de veces que una hipótesis ha sobrevivi-
resulta ser que, una vez analizado en detalle, dicho do intentos severos de refutación).
método no es sino una integración tanto del método 25. A pesar de que Morgan señalara lo mismo para WLK
Hipotético Deductivo como de los procedimientos 1971, Read y Le Blanc dan como ejemplo de "¡nfe-

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46 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

Sin embargo, parece adecuado afirmar que, al


menos en un plano retórico, la nueva arqueología
se inclina hacia una opción hipotético-deductiva
como norma metodológica, tal como hiciéramos
notar en la primera parte de este ensayo. Las im-
plicaciones del modelo HD para la arqueología
procesual han sido importantísimas, abarcando
desde procedimientos analíticos para la contrasta-
ción, hasta proposiciones sobre cómo las inferen-
cias que hacemos sobre el material arqueológico
no son sino hipótesis sobre su posible significado
(Schiffer, 1976).
Por desgracia, el término "hipótesis*' ha sido
considerablemente maltratado por los nuevos ar-
queólogos, que lo usan tanto para describir princi-
pios generales tipo-ley como para describir propo-
siciones singulares existenciales (del tipo "Broken
K tuvo un patrón de residencia matrilocal"). He
sugerido que a este segundo tipo de proposiciones
les llamemos "proposiciones ¡dentificatorias", para
recordar que su corroboración no nos conducirá
eventualmente a una ley, ni incrementará nuestro
conocimiento en la forma en que la contrastación
de una hipótesis auténtica lo haría. Nos evitaríamos
también la confusión de pensar que podemos obte-
ner leyes sumando la contrastación de un número
indefinido de proposiciones singulares existencia-
les. Las proposiciones identificatorias pertenecen
a un status distinto, ligado a nuestras teorías de la
observación, y deberían ser consideradas como
proposiciones auxiliares de bajo nivel. Esta distin-
ción no parece haber sido siempre entendida por
los nuevos arqueólogos. Una Viajes del doctor Crebaux
hipótesis real liga
dos o más conjuntos de variables y establece con
mayor o menor precisión qué tipo sufrió undecolapso debido aexis-
relación una invasión", o "Te-
te entre ellas, frecuentementenochtitlán incluyendo tenía un modo de producción despótico-
el "me-
tributario".
canismo causal" que las liga.26 Pero las variables
tienen que ser planteadas en forma escencial mente
3.1.2. Criterio de demarcación
generalizada para cumplir con los requisitos de una
proposición nomológica. En consecuencia, los
arqueólogos procesuales no obtendrán leyes si las ¿Cómo es que la arqueología es una ciencia?, ¿en
"hipótesis" que contrastan son del tipo "Broken qué consiste que algo sea una ciencia? Los nuevos
K tenía un patrón de residencia matrilocal". Por arqueólogos no han sido totalmente claros en cuan-
el mismo tenor, tampoco califican como hipótesis to a su pronunciamiento sobre el criterio de de-
proposiciones del tipo "El área maya del clásico marcación. Parece evidente, al menos en la obra de
Binford, que la ciencia se caracteriza por una meta
rencia inductiva" lo que se conoce como falacia de
central (la explicación), y por un método (hipótéti-
"afirmación del consecuente" ("Si P entonces Q; co-deductivo); son precisamente estos dos elemen-
encontramos que Q; concluímos que P"). Desafor- tos en los que se apoya la pretensión de la nueva
tunadamente es éste el procedimiento que según arqueología de ser un enfoque "explícitamente
WLR y otros constituye la base del procedimiento
científico" (WLR 1971 :x). Sin embargo, los ar-
de contrastación).
26. Para la noción de mecanismos causal véase Rail ton, queólogos no entran en detalle sobre el proceso en
1978). que el método opera, más allá de decirnos que es

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 47

necesario contrastar hipótesis a partir de las "im-confirmación no puede considerarse como una in-
plicaciones de prueba" que se deducen de ellas dicación de la veracidad de una hipótesis. De hecho,
(ibid). cualquier procedimiento inductivo que quiera apli-
Curiosamente, y a pesar de su supuesta familia- carse para este fin es rechazado por los falsificacio-
ridad con la literatura de la filosofía de la ciencia, nistas, quienes prefieren hablar de "corroboración":
Binford se separa con frecuencia del criterio de ya que el objetivo del método es intentar refutar
demarcación que aceptarían los filósofos neoposi- teorías, la corroboración consiste en el número de
tivistas. De hecho, su concepción sobre la natura- veces que una determinada teoría ha sido sometida
leza del método es altamente incongruente con la a intentos severos y "honestos" de refutación, y
posición de la autoridad en la que él se apoya sin embargo ha sobrevivido. La corroboración no
(Hempel), sino que es también inconsistente a lo es una medida de veracidad, pero permite elegir,
largo de su propia obra. Para mostrar esto podemos epistémicamente, entre diferentes teorías. (Para
utilizar la terminología desarrollada por Lakatos una discusión amplia de las diferencias entre estas
(1970) en torno a las estrategias metodológicas y estrategias recomendamos la lectura del texto ori-
sus respectivos criterios de demarcación. Lakatos ginal de Lakatos (1970); para una ampliación a la
llama "justificacionismo" o "verificacionismo" a arqueología, ver Gándara 1981a, b y c).
la posición que afirma que el conocimiento cientí- Cada una de estas concepciones implica posicio-
fico consiste en proposiciones comprobadas; nes en torno a la epistemología y al criterio de ra-
"probabilismo" a la que sostiene que si bien es cionalidad científica empleado. Por ejemplo, tanto
imposible "comprobar" nuestras teorías, podemos el probabilismo como el falsificacionismo dogmá-
no obstante determinar que tan probables son a tico implican una epistemología empiricista más o
la luz de la evidencia disponible; "falsificacionis-menos estrecha: esto es, se asume que la observa-
mo" -que Lakatos divide en "dogmático" y "me-ción es de alguna manera epistémicamente confia-
todológico"- que parte de la idea de que para queble y no-controvertible (en el caso de algunos pro-
una teoría cuente como científica debemos poderbabilistas y algunos justificacionistas), o bien se
especificar en qué circunstancias estaríamos dis-parte de una posición racionalista (como en algunos
puestos a considerarla como falsa; esto es, para ser justificacionistas), en que la verdad es sólo posible
científica, una teoría debe ser refutable. El falsifi-mediante la revelación. Los probabilistas parten
cacionismo dogmático propone, además, que unadel supuesto de que las observaciones que se usan
vez refutada una teoría, resulta irracional seguirpara establecer la confirmación de una hipótesis
trabajando sobre ella, tal como señalábamos en son siempre no-problemáticas; el falsificacionismo
una sección anterior. El falsificacionismo metodo- dogmático retoma esta epistomología naive y la
lógico considera que la "refutación" puede hacerse lleva a su expresión más extrema: si se encuentra
solo si antes se toman ciertas decisiones metodoló- un sólo caso en contra, esto es más que suficiente
gicas; los falsificacionistas metodológicos "sofisti- para refutar una teoría, ya que, de alguna manera,
cados" proponen que no hay refutación hasta que"los datos nunca mienten".
no surga una teoría mejor que la refutada, y que, En cualquier caso, es importante notar que la
además, dado que la observación siempre está adopción de una extrategia metodológica implica
imbuida de teorías menores (observacionales), consecuencias epistemológicas. Y lo mismo puede
cualquier refutación puede ser sometida a poste-decirse en cuanto a la racionalidad científica: los
rior examen mediante procesos de apelación. falsificacionistas dogmáticos sostendrían que el
Cada una de estas tres grandes corrientes (jus- progreso de la ciencia depende de la frialdad e im-
tificacionismo, probabilismo y falsificacionismo)placabilidad con que las hipótesis refutadas deben
tiene nociones que le son específicas; por ejemplo, ser rechazadas para siempre; continuar trabajando
los justificacionistas, inspirados en el razonamientosobre ellas resulta anticientífico y racional. El falsi-
matemático, hablaban de "prueba"; los probabilis- ficacionismo metodológico propone en cambio
tas utilizan en cambio la noción de "confirmación" que es irracional abandonar una hipótesis ante un
(mientras mayor sea, y más independientes sean loscaso en contra, ya que en la observación involucra-
casos entre sí, mayor es el grado de confirmación da en ese caso puede haber problemas que no se
de una hipótesis), los falsificacionistas, inspirados deben a la teoría misma sino a la forma en que la
en Popper, coinciden con él en insistir que teoríasobservación ha sido realizada; por lo tanto, se
altamente confirmadas (como la de la mecánica acepta la refutación sólo una vez que ha surgido
newtoniana) han resultado ser falsas, por lo que launa hipótesis alternativa que explica el aparente

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48 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

éxito de la anterior, y justifica además ficacionista


el procesochoca con la de Hempel: noes posible
mismo de evaluación empleado; y aún en este acaso
aspirar la verificación estricta ya que las teorías
la decisión puede ser corregida a la luz de nuevos
cubren campos potencialmente infinitos, y la
desarrollos teóricos o nuevos descubrimientos em-
"comprobación" o "verificación" resulta por lo
píricos. De acuerdo a este criterio, el falsificacio-
tanto imposible. Curiosamente, Binford cita repe-
nismo dogmático, lejos de ser una metodología
tidamente el libro de 1965 de Hempel, en que este
racional, conduciría al estancamiento deautor
la ciencia,
para las peripecias de los positivistas lógicos,
y haría del desarrollo de la misma un desde
enigma, ya
una posición verificacionista más o menos
que repetidamente los científicos aparecerían
estrecha,como
hasta el abandono de esta posición, con
seres obstinados defendiendo hipótesis refutadas
la que el mismo Hempel había contribuido (Hem-
desde un principio (por ejemplo, Galileo).
pel 1965d, orig. 1950, 1951, 1964). Esto es, mien-
Todo esto no es sino el marco en que podemos
tras que Hempel y otros empiristas lógicos han
intentar dar respuesta a la pregunta:abandonado
¿cuál es el el requisito inicial de verificación
criterio que sigue la nueva arqueología? Si hubié-
estricta del neopositivismo, Binford lo retoma, y lo
ramos de guiarnos por sus raíces filosóficas,
atribuye, porladesgracia, a Hempel (véase cita en
nueva arqueología sería una posición probabilista:
Binford 1968a:99, y 1972:1 8; Gándara 1980:32).
el neopositivismo lógico tuvo como uno deLasus incongruencia
pi- en torno a la metodología
puede ejemplificarse
lares centrales el concepto de confirmación. Si bien con el artículo de Binford
Hempel mantuvo una posición un tanto dispar
(1968a); Binford se refiere a la ciencia como "veri-
(con tonos realistas, sobre todo en sus últimas
ficación", y más adelante, dice que su objetivo es
publicaciones), el neopositivismo en su conjunto
lograr proposiciones "de alta probabilidad", más
que generalizaciones
partió del intento de proporcionar un criterio de empíricas que pueden ser
destruidas
demarcación que superara las deficiencias del con
cri-"un solo caso empírico en contra":
esto esyuna
terio verificacionista; distinguidos filósofos interesante mezcla, en un mismo artícu-
cien-
tíficos (como Carnap) dedicaron años de suposiciones
lo, de vida a verificacionistas, probabilistas y
intentar desarrollar un cálculo de probabilidad falsificacionistas
que dogmáticas (Binford 1968a:93,
resolviera el problema de la confirmación. EnGándara
99; ver con- 1970:32 para una traducción de la
secuencia, de ser la nueva arqueología una
cita). posi- esta confusión es difícil de justi-
Ciertamente
ción congruente con sus propias raíces, ficar,sería de de un autor que ha "leído exten-
tratándose
esperar que mantuviera una posición probabilista. sivamente sobre filosofía de la ciencia" (Binford
Estimar qué posición realmente ha1972:18). tenido es
difícil, ya que este tema no ha sido tratado Por nunca
su parte, la mayoría de los arqueólogos del
en forma explícita; solo tenemos comentarios bando nomológico parecen creer que tres meses
aislados y dispersos en la literatura como únicas de campo bastan para "confirmar" una hipótesis;
guías al respecto. Asumiendo que esta evidencia sin embargo, con una sola de las implicaciones de
fuera confiable, tendríamos que concluir que la prueba que no se cumpla (es decir, para la que
nueva arqueología resulta altamente incongruente. haya evidencia en contra), la hipótesis debe ser
Todas las posiciones mencionadas arriba aparecen rechazada (WLR: 47-8). O peor aún, se llega a pen-
en alguno u otro momento en la obra de los nue- sar que es factible lograr leyes desde el escritorio.
vos arqueólogos. Binford, quien afirma conoce la A partir de una confusión entre "fórmula" y "ley",
obra de Hempel, olvida que la posición de este Schiffer -quien por otro lado ha hecho importan-
autor (en diversos artículos sobre la confirmación, tísimas contribuciones- nos dá una lista de "leyes"
véase 1965c orig. 1945, 1964) es incompatible con a las que ha llegado "matemáticamente" (Schiffer
la de Popper o la de Kuhn, a quienes también cita 1976:21 , y especialmente pags. 59 y sigs.). Es pre-
en apoyo a su propia posición (Binford 1972:18). cisamente este tipo de actitud el que critica Flan-
Para Binford, la nueva arqueología es científica nery. Por desgracia, el bando sistémico no sale
precisamente porque aspira a producir conocimien- mejor librado: la tendencia, como hemos visto es
tos "verificados" o "comprobados" (véase Binford a "refutar" hipótesis mediante argumentos y datos
1968a: 1 18, 96, 86; Binford, ed. 1972:18; para una de dudosa calidad, utilizando casos aislados en
traducción de la cita clave véase la primera parte contra, en lo que algún arqueólogo ha llamado el
de este ensayo, Gándara 1980:30). El papel del "estilo de golpear a falsos oponentes de paja".
método es, para Binford, permitir la "verificación" Gran parte de la producción de los arqueólogos
(Binford 1972:18). Claramente esta posición veri- sistémicos no es otra cosa sino falsificacionismo

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 49

dogmático. Curiosamente, son los arqueólogos sis- Antes de cerrar esta sección, conviene mencio-
témicos los más insistentes en su oposición a lo nar lo que parece ser el desplante de una nueva
que consideran una posición "empiricista"; y tal posición en torno al problema de la demarcación:
como hemos señalado antes, el falsificacionismo el anarquismo metodológico. Esta posición, asocia-
dogmático parte precisamente de una epistemolo- da normalmente a Feyerabend (1970, 1975), parte
gía empiricista estrecha; los datos son vistos como de negar precisamente que exista alguna diferen-
no-problemáticos, y se subestima siempre el papel cia interesante entre la ciencia y otros tipos de
de las "teorías observacionales" con las cuales se conocimiento. Su única regla normativa es "todo
han obtenido tales datos. vale", y esto implica que teorías dispares incluso
Tanto los arqueólogos nomológicos como losactividades tales como la astrologia o la magia,
sistémicos tienden a compartir esta epistemología tienen todas la misma "solidez" en principio; la
empiricista; en este sentido es que la contribuciónciencia no es sino la supertición favorita de la civi-
de Schiffer resulta particularmente importante lización occidental.27
(Schiffer 1972, 1976). Schiffer ha tratado de acla- De nuevo, pudiera pensarse que ya que la nueva
rar el proceso de construcción y justificación de arqueología no se ha pronunciado con claridad en
inferencias en arqueología (Schiffer 1976:13, torno al problema del criterio de demarcación, o
19-22). Paradójicamente, su trabajo ha sido recibi- de las nociones de racionalidad científica y estrate-
do con desprecio en algunos medios, entre arqueó- gia metodológica, es injusto pretender que dicha
logos que consideran que las ideas de Schiffer sobre posición sea incongruente. Aún en el caso de que
la formación y significado del registro arqueológico los nuevos-arqueólogos recurrieran a una estratage-
son completamente obvias. Por desgracia, Schiffer ma de esta naturaleza, no podrían salir bien libra-
mismo parece no tener claro qué es lo que está dos sin antes aclarar varias cosas; 1) dado el actual
logrando, esto es, que su trabajo aclarará las teorías rechazo al modelo hempeliano de la explicación,
a partir de las cuales se obtienen los datos en ar- que es lo que la nueva arqueología entiende por
queología o, dicho en la terminología empleada "explicación", "ley" e "hipótesis"; 2) en conse-
antes, la naturaleza de las "teorías observaciona- cuencia, cómo es que interpreta el método "hipo-
les" que subyacen a los procedimientos de recu- té tico-deductivo "; 3) cuál es su posición en torno
peración y análisis de datos. Schiffer parece pensar al problema de la evaluación: debemos de buscar
que ha inventado una "nueva nueva arqueología", verificar, confirmar, refutar o corroborar nuestras
la "arqueología conductual", y es esta pretensión hipótesis?; 4) por último, cuáles son los supuestos
la que mayores problemas le ha acarreado. Sin em-
bargo, Schiffer es uno de los pocos arqueólogos 27. Este tipo de posiciones no es del todo novedoso
que siguió la línea originalmente propuesta por para los lectores de textos marxista-estructuralistas;
en fechas recientes la balanza parece orientarse en
Binford en torno al cuestionamiento del significa-
el sentido de que toda la ciencia no es sino ideología,
do del material arqueológico, por lo que nos parece o en el sentido de que no existe manera de determi-
que su trabajo amerita mayor atención de la que nar qué es lo científico y qué lo ideológico, salvo
ha recibido hasta ahora. mediante consulta a la praxis de grupos sociales
En suma, en cuanto al criterio de demarcación específicos. Curiosamente este nuevo tipo de oscu-
rantismo difrazado de nuevo humanismo parece
(que como vimos se liga a la epistemología), la estar tomando fuerza dentro de la arqueología, en
nueva arqueología resulta ser una posición incon- especial dentro de la arqueología sistematica; el
gruente, tanto al interior de la obra de sus autores argumento básico es uno de separatismo metodoló-
más representativos, como en su conjunto. Los gico: el método de la ciencia es incapaz de dar cuenta
de las complejidades sistémicas de la conducta
nuevos-arqueólogos parecen no haber prestado su-
cultural; para ello necesitamos algún otro mecanis-
ficiente atención al problema de las diferencias mo, tal como el "método sistémico". O bien simple-
(importantes) entre verificación, confirmación, re- mente se renuncia a la necesidad o la pertinencia de
futación y corroboración, y las ligas que estos la explicación nomológica, sobre el pretexto de que
términos tienen con las nociones de verosimilitud, es iluso esperar que encontremos leyes que rijan
sobre fenómenos tan complejos como la cultura. Es
probabilidad y verdad. En consecuencia, su meto- precisamente esta forma de separatismo y relativis-
dología es una mezcla más o menos informe de mo metodológico el aspecto que más preocupante
varias opciones metodológicas; y el bando que resulta en torno a la arqueología sistémica. Tal como
resulta más consistente, el sistémico, ha adoptado he apuntado en otro lado, (Gándara 1981a), no sería
difícil pasar de una posición de este tipo a una nueva
una de las peores opciones posibles: el falsificacio- forma de particularismo histórico: el particularismo
nismo dogmático más o menos rampante. ecologi co-sistèmico.

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50 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

sobre la racionalidad que están involucrados


uno, en la sea internamente
que la teoría en cuestión
metodología de los nuevos arqueólogos?
coherente, que no¿cómo
contenga se
inconsistencia, y dos,
relacionan a la epistemología?que En suma:
sea útil. Esta es,aparte
a muy grandes rasgos, la posi-
de que los nuevos arqueólogos están convencidos
ción instrumentalista y sudecriterio de verdad como
que su posición es científica, ¿cuáles coherenciason los crite-
y utilidad.
rios en que se apoya esta suposición? Sin embargo, existen otras formas de interpre-
El criterio de la verdad como coherencia es tal tar el estatus de las teorías, que llevan consigo cri-
vez el criterio clásico de los neopositivistas. Tiene
terios de verdad asociados. Por ejemplo, en la "in-
una estrecha relación con la forma en que el neo- terpretación realista", es posible proponer que las
positivismo enfrenta el problema del significado,entidades
y de las que hablan nuestras teorías existen
el estatus de las entidades teóricas: esto es, se rela-
en la medida en que nuestras teorías sean verdade-
ciona con su posición instrumentalists, tal como
ras; esto es, los científicos proponen teorías en
mencionábamos brevemente en una sección ante- las que se mencionan entidades posiblemente no-
rior. Para los neopositivistas, las teorías son "cálcu-
observables, pero a las que se les atribuye un estatus
los", sistemas formales parcialmente interpretados real, y un conjunto de propiedades que lescorres-
en base a observaciones. Los términos teóricos, pondrán si la teoría es verdadera. Es por ello que los
tales como "gravedad", "electrón", "clase social", científicos pueden hablar con soltura sobre la ver-
"ego", etcétera, adquieren significado empírico dada o la falsedad de las teorías, y no les espanta
partir de observaciones; se "conectan" o "absor- que al hacerlo así, adquieran un compromiso meta-
ben" de esta base empírica su significado, y por físico, y postulen una ontologia (nos digan como
ellos son diferentes a los términos de las pseudo teo-
es que en realidad es el mundo). Si a los filósofos
rías de la metafísica, que resultaban aberrantes al
neopositivistas de la ciencia esto les parece innece-
neopositivismo. Sin embargo, la definición comple-
sario o repugnante, peor para ellos, dicen los filó-
ta, explícita y exhaustiva de dichos términos teó-
sofos realistas, como Popper (1965b), ya que los
ricos es imposible, de ahí que se considere a científicos
las claramente postulan supuestos de orden
teorías como solo "parcialmente interpretadas". metafísico como integrantes de sus teorías, y hablan
Esto tiene una consecuencia importante: no pode- de las entidades teóricas como si fueran en buena
mos predicar valores de verdad sobre proposiciones
medida reales.
cuyo significado no entendemos por entero; porPara una posición realista no hay problema,
esta razón, algunos positivistas piensan que es ina-
entonces, en postular que la verdad es la corres-
decuado hablar de que las teorías sean, en sentidopondencia entre nuestros enunciados y los hechos
estricto, verdaderas o falsas. - o para usar la frase clásica, el enunciado "la
Por otro lado, aún asumiendo que las teorías
nieve es blanca", será cierto si y solo sí, en efecto,
se considerasen como suficientemente interpreta-
la nieve es blanca. ¿Pero como podemos saber si
das, la mayoría de los neopositivistas piensan esto
que es así? Este es un problema distinto, de mé-
preguntarse si una teoría es verdadera en el sentido
todo, y probablemente los procedimientos sean
de que refleje la realidad exterior, el mundo tal similares
y a los que los instrumentalistas usan para
como este es, es una pregunta sin sentido, "meta- evaluar teorías.
física", ya que no hay manera de verificar ninguna¿Significa esto que no tiene mucho sentido
de las respuestas que pudieran darse. Por ultimo,
adoptar una posición realista, que no hay ninguna
muchos neopositivistas prefieren pensar que ventaja
las adicional en reintroducir nociones meta-
teorías son meros instrumentos útiles en la predic-
físicas en nuestra práctica? La respuesta es que sin
ción, cálculo y manipulación de los fenómenos.
unYcriterio de tipo realista no podemos decir, en
generalmente no se considera razonable preguntar-
ningún sentido coherente, que ciertas teorías son
se si un instrumento es verdadero o no, sino si verdaderas
es mientras que otras son falsas. Tampoco
útil o no. Las teorías hablan de entidades como podríamos explicar cómo es que la ciencia parece
cultura, ego, evolución, que "pueden o no existir":
converger: esto es, cómo es que la sucesión de po-
no podemos determinar esto, de acuerdo a sus siciones teóricas digamos, en física, no da vuelcos
criterios. Sin embargo, estos conceptos teóricos
de 1 80 grados cada vez, sino que parece haber algún
nos resultan útiles como parte del poder predictivo
sentido relevante en el que podemos decir que nos
de las teorías; son instrumentos cuya utilidad,hemos
sim- aproximado a la verdad. Por último, una
posición
plicidad, parsimonia, etcétera, podemos evaluar. Por instrumentalista conduce al relativismo,
y con ello a la imposibilidad de evaluación objeti-
lo tanto, podemos hablar de dos tipos de criterios:

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 51

va, tal como veremos al analizar una tercera opción, rápidamente circular, relativista o ad hoc. Es im-
la pragmática. portante señalar que en los clásicos mismos, es evi-
La posición pragmatista no niega la relevancia dente que la verdad se entiende como verdad en el
de pregungarnos si las entidades de las que hablan sentido de correspondencia con la realidad. De
nuestras teorías existen o no. Sin embargo, se insis- otra manera, la idea marxista de la verdad como
te en que, mientras nuestras teorías satisfagan relativa, y el conocimiento como progresivo hacia
nuestra necesidad de conocer, nuestra curiosidad la verdad, carecerían de sentido. (Engels y Marx
intelectual, y además nos permitan una adecuada 194-2, Correspondencia).
manipulación de la realidad, entonces seguramente El haber introducido el marxismo en esta dis-
contendrán algún elemento al que podemos llamar cusión nos permitirá ¡lustrar mejor la problemática
verdad. Como se puede ver, esta posición coincide del criterio instrumentalista y de su pariente el
con el instrumentalismo en el sentido de que el pragmatismo; a diferencia del marxismo o de otras
éxito pragmático es una buena manera de evalua- posiciones realistas, el instrumentalismo y el prag-
ción; pero mientras que los positivistas prefieren matismo, al tomar el éxito pragmático como crite-
no equipar éxito prgmático con veracidad, ya que rio, caen de inmediato en el relativismo; en ese
consideran este segundo atributo como "externo" sentido, no es posible decir que una teoría sea me-
y "no-analizable", los pragmatistas prefieren pen- jor que otra: por ejemplo, un pragmatismo puede
decir que economía clásica (Ricardo, Smith, etcé-
sar que si una teoría funciona debe ser porque algún
elemento de veracidad está contenido en ella. Sin tera), es útil para algunas cosas, y que la marxista
embargo, ambos coinciden en que la evaluación es útil para otras, pero que ninguna es falsa, ya
debe ser la utilidad práctica. que ambas son útiles. Si señalamos que el tipo de
El pragmatismo es, en consecuencia, suceptibleproblemas que la economía clásica resuelve son
del mismo tipo de problemas que aquejan al ins- irrelevantes, asumimos que tenemos un criterio para
trumentalismo, ya que es una posición relativista.separar las áreas de utilidad crucial, y ésto, de
Por ejemplo, no podemos decir que una teoríaacuerdo a los pragmatistas, no podemos hacerlo.28
sea en rigor falsa, solo podemos decir que es inútil. Todo este preámbulo no tiene otro objeto que
Pero, por desgracia, lo que es útil a una particular
permitirnos ahora preguntarnos ¿cuál es el criterio
teoría o comunidad científica, puede ser inútilde a veracidad que toma la nueva arqueología? De
otra. Y en el caso de que tengamos dos teoríasnuevo, los arqueólogos procesuales no han sido
distintas, cada una de ellas funcionando en unos siempre explícitos, por lo que hay que rastrearen
casos y en otros, pero que son inconsistentes entre los textos. Entre los pocos arqueólogos claros al
sí, no podemos decir que ninguna de las dos (o respecto están Watson, Le Blanc y Redman (WLR
ambas) sean falsas, ya que son útiles; y tampoco 1971). Para ellos, la ciencia no busca la verdad
existe ninguna base racional para preferir una teo- absoluta, sino que se acepta como verdadera la me-
ría sobre otra, ya que no hay base racional para jor de las hipótesis disponibles (ibid: 4). Y añaden
determinar cuales son los campos de funcionamien-que los criterios de conformación o contrastación
to más importantes, o verdaderamente cruciales. deben ser "logrados mediante acuerdos dentro
Algunos filósofos han llegado incluso a proponer de cada disciplina científica" (ibid). Esto es, no
que una misma teoría puede ser internamente in-podemos establecer qué es la conformación, sino
consistente siempre y cuando sea útil (véase Popperpor medio de convenciones. WLR citan a Kuhn
l965b:100-101, 107-114).
28. Es precisamente por esta razón que a mí en lo perso-
Algunos autores incluirían una cuarta opción: nal me espanta oír hablar a estudiantes del marxismo,
el criterio marxista; por desgracia, las versiones y decir que el criterio de verdad es la práctica; de
más vulgares de este criterio, que son típicamente limitarse a esto, no podemos decir que la economía
las que pululan en los manuales, se reducen a una burquesa sea falsa, o que Marx se encargó de refutarla;
forma modificada de pragmatismo: la verdad es claramente, la economía burguesa sirve (funciona en
la práctica social de la burguesía), y en consecuencia,
el éxito en la práctica, pero no cualquier tipo de bajo este criterio reducido, no podemos decir que el
práctica sino en la práctica de una clase social es- marxismo la haya superado. Es evidente que esta
pecífica, la trabajadora. La justificación de este conclusión es inaceptable para cualquier marxista
que se precie, por lo que se refuerza la idea de que el
criterio ha ocupado a muchos marxistas, incluyendo
núcleo central del criterio de veracidad debe ser una
a autores como Lukács. Pero nótese que, a menos noción de correspondencia, en la que es factible
que a este criterio se le añada una noción de ver- hablar de la verdad o de la falsedad de las teorías, y
dad como correspondencia, el argumento se vuelve no sólo de su utilidad.

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52 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

sobre la forma en que este con seen so intersubjetivo


se logra, a partir del resultado de la discusión; en
consecuencia, ellos esperan que en el futuro los
arqueólogos habrán decidido ya en qué consiste la
confirmación en arqueología (¡bid: 47-8). Eviden-
temente coinciden con Kuhn en un criterio socio-
logizante, y siguen a este autor en cuanto a su po-
sición con respecto a la verdad.
Por desgracia, parece escapárseles a WLR que
Kuhn también sostiene que los cambios entre para-
digmas son cambios no solo en la forma de hacer
ciencia sino en la forma de ver el mundo, por lo
que diferentes teorías en diferentes paradigmas no
necesariamente podrán ser comparadas entre sí, ya
que son "inconmensurables". En consecuencia,
WLR quedan expuestos a cualquier crítica que
pueda hacerse contra la posición relativista de Kuhn,
quien resulta tener, en el fondo, una posición ins-
trumentalista. Tal vez era ésto lo que Morgan tenía
en mente cuando señalaba que los nuevos arqueó-
logos no pueden mezclar a Hempel y a Kuhn sin
incurrir al mismo tiempo en graves inconsistencias
(Morgan 1973:134-5). Otros arqueólogos simple-
mente han fustigado a WLR repitiendo este dictum
morganiano. Pero, sorpresivamente, WLR no son
los únicos en querer mezclar a Hempel (quien ha
sostenido una posición neopositivista, y más tarde
una forma suave de realismo), y a Kuhn (que es
abiertamente i nstru mental ista). Resulta ser que
uno de los críticos de WLR, nada más ni nada
menos que el propio Binford, parece estar incluso
más confundido que ellos al respecto.
En general, parece ser que la mayoría de los
Viajes de M. Pinard
arqueólogos dentro de la nueva arqueología adop-
tan una u otra posición instrumentalista. El peor nes
de sobre cómo usar ciertos términos en ciertos
los casos es Binford. En lo que se supone es una
contextos, o como sustituirlos por sus sinónimos
preservando su valor de verdad). Las definiciones
crítica a los errores de sus colegas (Binford 1977),
Binford ataca a Hill, Longacre, WLR, por no darseanal íticas pueden concebirse como meras operacio-
cuenta de que el método científico es pertinentenesa de etiquetado: todos estamos de acuerdo en
la contrastación de hipótesis, "y no de definicio-utilizar un término en una forma pre-establecida.
nes". Además de ser esta crítica una crítica injusta,
Evidentemente, uno no requiere del método cien-
resulta altamente informativa. En particular, Rin-tífico para ponerse de acuerdo sobre como utilizar
ford critica a Le Blanc por no darse cuenta de queuna etiqueta: resulta absurdo preguntarse cuál de
una definición y una hipótesis no son lo mismo las tres etiquetas siguientes: "cat", "chat" o "gato",
(Binford 1977:2-5). "Una definición", dice Bin- es la etiqueta verdadera.
ford, "no es una hipótesis; las definiciones no son Sin embargo, Binford parece no darse cuenta
sino "convenciones para asignar significado a una de que el problema no es solo de etiquetado o no-
clase específica de experiencia observacional". menclatura:
De uno simplemente no puede decidir
hecho, Binford llega a proponer explícitamente arbitrariamente que todos los animales que tienen
que nuestras teorías no son sino "instrumentos corazón también tienen riñones, por ejemplo: esta
culturales" (ibid: 3). Nótese que Binford no se es una cuestión empírica. Tomando un ejemplo
refiere únicamente a las definiciones que podría- más cercano a la arqueología, uno no puede deci-
mos llamar "analíticas" (es decir, a las estipulacio-
dir arbitrariamente que no había sociedades de

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 53

clases en Teotihuacán, o que el Estado no es un demos intentar es demostrar que el mundo


aparato de dominación de clase, sino que es, por sería diferente de la imagen que obtendría-
convención, una estructura con cuatro niveles de mos si las convenciones previamente asumidas
jerarqufa, y que tal estructura está ausente, por fueran aplicadas a determinadas experien-
cias. Debemos intentar inventar nuevas con-
ejemplo, en Hawaii.
venciones que sean más adecuadas a nuestra
En mi primera lectura del artículo de Binford
experiencia y buscar eliminar las ambigüeda-
en cuestión (Binford 1977), pensé que seguramente
des que puedan plagar nuestro uso de estas
se trataba de un error de redacción o de estilo, y
convenciones (ibid., subrayados míos).
que, seguramente, Binford no podía estar apoyan-
do una posición convencionalista (otro de losEsto es, nuestros términos teóricos no son sino
nombres del instrumentalismo). No obstante,convenciones,
en cuya evaluación no puede hacerse
su estupenda monografía sobre la etnoarqueologíausando el método científico, especialmente si esta-
de los nunamiut Binford regresa al tema, y cita "in
mos en un período de crisis paradigmática. Pero
extenso" a Kuhn (Binford 1978:4-5). De alguna Binford dice que debemos de inventar nuevas con-
manera, Binford se las arregla para incluir, una vez
venciones que sean "más adecuadas"; ésta es la
más, a dos superenemigos, Kuhn y Popper, enfrase
el clave: "más adecuadas": pero cómo hemos
mismo párrafo. Y, curiosamente, el texto que Bin-
de evaluar la adecuación de nuestros conceptos, si
ford cita de Popper es precisamente una crítica el
a método no nos sirve en este caso, ya que los
la posición convencionalista. No obstante, Binford
conceptos no son sino convenciones.
propone argumentos como los que siguen:
El problema aquí consiste en desarrollar nue-
las definiciones son las herramientas básicas vos conceptos y sus "definiciones operacio-
para asignar significado a lo que observamos. nales", nuevos lazos entre la experiencia y
Nos proporcionan los lazos entre los concep- nuestras herramientas para describirla con
tos, nuestras herramientas para pensar sobre utilidad. Podemos tratar de justificar nues-
el mundo, y las propiedades observables del tros conceptos y sus definiciones a nuestros
mundo. . . Los conceptos son convenciones colegas. Tales justificaciones normalmente
que le dan el carácter paradigmático a cual- consisten en argumentos en torno a la base
quier campo de investigación. (Binford de realidad del concepto, y a su vez, a la uti-
1978:4), subrayados míos). lidad del concepto para poder pensar sobre la
experiencia" (ibid., subrayados míos).
Esto es, a diferencia de las hipótesis, que son
evaluadas mediante el método, nuestros conceptos Binford parece concebir que es esa precisamen-
y definiciones solo pueden ser evaluados en térmi- te la relevancia de sus trabajos actuales en Alaska:
nos de su utilidad, lo cual sucede, según la inter- la única manera de criticar la concepción normati-
pretación que hace Binford de Kuhn, solo en los va y mentalista de la cultura es mostrando que no
momentos de "crisis": es tan útil como su propia concepción funcionalis-
ta. Binford piensa que esto ayudará a solventar la
crisis paradigmática de la arqueología.
Durante los momentos en que el paradigma
Desafortunadamente, la posición que este párra-
ha sido cuestionado, cuando las convenciones
definicionales para dar significado a la expe- revela (lo mismo que el libro en su conjunto, y
fo
riencia son atacadas, existe una gran confu-los anteriores artículos recientes de Binford), no
sión. Algunos tratan de evaluar los "nuevos"es otra sino una de instrumentalismo. Y el instru-
conceptos y definiciones a través de los mentalismo y el relativismo que Binford ha tomado
métodos de la ciencia normal; el uso del de Kuhn no le ayudan: aunque Binford parece
razonamiento deductivo, la prueba de hipó- creer que en estas ocasiones uno acuce a la expe-
tesis, y similares. Estos métodos no funcio- riencia, que nos es "directamente accesible"
nan. Fueron diseñados para evaluar la forma
(ibid'.S), su misma epistemología lo contradice: to-
en que el mundo funciona. Bajo circunstan- da experiencia es filtrada por nuestro paradigma, y
cias de crisis necesitamos evaluar nuestras
nuestro paradigma en sí no puede ser evaluado en
reglas para conocer, no simplemente propo-
siciones para entender lo que conocemos. términos que no sean los pragmáticos. Por lo
otros
Hasta donde yo sé, no existen procedimientos tanto, no importa cuantas temporadas pueda pa-
precisos cuando un paradigma ha sido cues- Binford en el Ártico, si ninguna experiencia
sarse
tionado. En tales momentos lo único que es po-relevante para justificar un juego de convenció-

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54 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

nes o herramientas como superior a otro,


noción especial-
de "verdad relativa", que no es otra cosa
mente si los datos los tiñe nuestro paradigma,
que un criterio de la verdadycomo coherencia, muy
nuestros conceptos no los tocasimilar
la experiencia. Y Por lo tanto existe
al del instrumentalismo.
el único recurso que se deja Binford es el entre
una incongruencia de la la metodología de los
utilidad: pero lo que es útil al paradigma funcio-
arqueólogos sistémicos y sus criterios de verdad.
nal ¡sta de la nueva arqueología La no es necesaria-
excepción podrían ser Flannery y Wright, como
mente útil al paradigma tradicional,
mencionaba
así antes.
es quePero Flannery,
su por ejemplo, en
trabajo se vuelve irrelevante. el mismo artículo dice que "la verdad no es sino
Esta contradicción es particularmente dañina
la mejor de nuestras teorías disponibles" (Flanne-
a la posición de Binford, y con ry 1ello, a yla
967:1 07), nueva
algunos párrafos atrás nos recuerda
arqueología, como espero poder mostrar que la inspiración de la arqueología procesual se
adelante.
Sin embargo, permítaseme aclarar que,
encuentra en la para bien
obra de Bertalanffy (/b/d'A 06).
de Binford, lo que sucede es que él cree que está
haciendo una cosa cuando en realidad está hacien- 3.1 .4. Epistemología y ontologia
do otra: si no existe manera de evaluar empírica-
mente nuestros conceptos, resulta incomprensibleA lo largo de esta sección hemos analizado algunas
que Binford haya dedicado varios años a mostrar, posiciones que se relacionan con consideraciones
con sus trabajos de campo, las deficiencias del en- epistemológicas y ontológicas. Por ejemplo, una
foque tradicionalista. Esto no significa que yo me posición "perspectivista", o una posición "¡nstru-
ponga del lado de Bordes en la polémica, sino quementalista", no son sino el reflejo de posiciones
la posición funcional de Binford no es sólo una concretas en torno al problema del conocimiento.
convención, sino una hipótesis, y que es precisa-En efecto, cualquier forma de relativismo episte-
mente en este estatus en que Binford y su trabajomológico es compatible con una epistemología
de campo en Alaska son relevantes a la discusión:idealista subjetiva. Para los idealistas subjetivos, la
el no fue simplemente a producir "definicionesrealidad existe independientemente de nuestros
operacionales". Eso lo pudo haber hecho desde sentidos, pero no podemos llegar a conocerla jamás;
su escritorio, si en realidad las definiciones fueranya sea por deficiencias en nuestro aparato percep-
meras convenciones. tual, ya sea porque observamos la realidad a
Sin embargo, es mucha la evidencia en el senti- través de "paradigmas" inescapables, la realidad
do de que Binford ha virado hacia una posiciónpermanece siempre lejano e incognocible. En su
¡nstrumentalista, y que su criterio de verdad pareceforma más extrema, esta epistemología lleva al
reducirse al éxito pragmático. Esto resulta doble- solipsismo: no sólo no puede conocer la realidad
mente sorprendente, dados sus anterioes intentos externa, sino que no sé si de hecho existe o es solo
por mostrar que la arqueología tradicional no solo el producto de mi percepción, incluyendo la ilu-
era poco útil, sino falsa. Y resulta sorprendente sión de que existen otros sujetos que conocen.
también que él crea que la solución es la construc- ¿Pero, acaso no dijimos antes que Watson, Le
ción de la teoría mediante "definiciones operacio- Blanc y Redman proponían la cognoscibilidad de
nales" siendo que Hempel, en quien Binford su-la realidad? En efecto, al parecer, WLR proponen
puestamente se ha inspirado, explícitamente recha- una epistemología que pasaría como materialista,
zó el criterio operacionalista como una adecuadatal como lo he señalado antes (Gándara, 1977). No
comprensión de la naturaleza de la teoría, y delobstante, WLR también adoptan una posición
proceso de contrucción de teoría (Hempel 1952). neopositivista, y ésta parte de una forma especial
¿Cuál es la situación con otros arqueólogos pro- de concebir el problema de la referencia, o de la
cesuales? El bando sistémico, como vimos antes, relación entre nuestros conceptos y la realidad. Es
tomo una posición falsificacionista dogmática en especialmente a través de su noción de referencia
cuanto a su metodología. Por desgracia, el falsifi- que los neopositivistas caen inevitablemente en el
cacionismo de cualquier tipo, requiere de una con- ¡nstrumentalismo y en la posición de la veracidad
cepción de la verdad como correspondencia, o de como coherencia. Y de acuerdo a un filósofo que
otra manera resulta completamente incongruen- ha estudiado a fondo este problema, la teoría neo-
te. Sin embargo, con las posibles excepciones depositivista de la referencia no es sino una forma
Flannery y de Wright, el resto de los arqueólo- velada de idealismo (Putnam 1975, orig. 1973:
gos sistémicos, al seguir a Bertalanffy, adoptaría 196-198 y 207-209). Esto significa que, o bien la
su epistemología "perspectivista", y con ello, sunueva arqueología es ecléctica, tomando partes

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 55

de aquí y de allá sin ver si entre ellas existen con- cultura como un mecanismos adaptativo. Esta
tradicciones, o bien que de hecho es una posiciónconcepción tiene importantes consecuencias: al-
idealista subjetiva, como su criterio de veracidadgunas claramente útiles, como lasque ligan el orden
parecería indicar. Por desgracia, las sutilezas de estadel registro arqueológico a la necesidad de que los
problemática escapan a mis capacidades, y los lími-artefactos y su uso sirvan propósitos adaptativos
tes de este trabajo. Debe apuntarse, no obstante,(es decir, sean no-aleatorios). Otras de las conse-
que la ¡dea de que la nueva arqueología no es unacuencias son de dudosa calidad: por ejemplo, si
posición materialista no es nueva: Felipe Bate hala cultura no es sino un peculiar mecanismo adap-
sostenido ya desde hace tiempo esta tesis (Bate,tativo, entonces la antropología pudiera bien con-
1977, 1980, 1981, entre otros). siderarse como una subdisciplina de la ecología; y
Tal vez a algún lector le parezca que en realidad de hecho, esta es la posición de muchos arqueólogos
esto no tiene ninguna trascendencia, ya que laprocesuales. Se asume entonces que podremos en-
práctica de los arqueólogos será la misma indepen- contrar una teoría unificada de la evolución, que
dientemente de su retórica. Pero esto es en si mis-explique tanto los cambios en plantas y animales,
mo un terrible comentario sobre la consistencia como en la cultura. Esta a su vez implica que se
de nuestra disciplina. Por otro lado, no comparto asume que no existen diferencias cualitativas entre
la opinión de que estas posiciones no son de rele- estas formas de organización de la materia y la
vancia en el trabajo cotidiano; si proponemos que energía. En su planteamiento más burdo, este su-
es imposible alcanzar la verdad, por ejemplo, en- puesto no es sino una forma velada de reduccio-
tonces resulta justificable el ni siquiera intentarlo, nismo. El reduccionismo parte de asumir que
norma que me parece una mala recomendación en podemos eliminar los términos y leyes de una
cuanto a estrategia. Por otro lado, no hay que disciplina. Históricamente, la física y la química
olvidar que estas opciones no son productos autó- eran las bases frecuentes de los intentos reduc-
nomos de la libre voluntad de sus autores: tienen cionistas. Hemos visto antes como la misma
conexiones con la ideología global de la que dichos
autores parten.
En cuanto a la ontologia, es obvio que la nueva
arqueología hace algunos supuestos: por ejemplo,
que la realidad existe independientemente de
nuestra conciencia, que es susceptible de ser ex-
plicada, que es susceptible de ser ordenada, que es
susceptible de ser -con límites- conocida. Estos
supuestos son pefectamente congruentes con su
práctica. Nótese que, como en el caso de otros
supuestos metafísicos, no existe una manera direc-
ta de demostrarlos empíricamente, salvo que los
consideremos como hipótesis y no como supuestos
metafísicos, pero aún en ese caso algunos permane-
cerían inaccesibles. En esta situación, los criterios
meta-científicos (políticos, morales, estéticos,
etcétera), toman precedencia: uno debe preguntar-
se si es preferible asumir que la realidad es conoci-
ble, o que es inaccesible; si es preferible pensar que
puede ser explicada, o que es inexplicable. Por
supuesto, asumir que la realidad es inexplicable
implica que el trabajo científico es redundante,
por lo que esta opción claramente contradice la
práctica científica común.
En un sentido más específico, los supuestos
ontológicos de la nueva arqueología tienen que ver
con la manera en que se concibe el objeto de
estudio, la forma en que se construye el objeto
teórico. Es claro que la nueva arqueología ve a la El gran consejo

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56 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

biología y la ecología fueron alguna vezontológicas


gías de fondo, vistas -si ello es posible- que
como réductibles a la física y la química.
permitan Curio-
la transferencia de principios teóricos. Mi
samente, el éxito de la biologíainvitación
y la ecología
a los ecólogoshan
culturales sigue siendo: si
orientado a muchos antropólogos la ecología cultural a
a tomar es estas
capaz de explicar la variabili-
disciplinas, y a la teoría general
dad de la en
cultural evolución,
todo momento y espacio, la mejor
como nueva base de reducción para
manera dela demostrar
antropolo- esto es produciendo una ex-
plicación ecológica
gía. Esta nueva forma de reduccionismo resulta parare-
las diferencias entre los
pugnante para los marxistas, quegrandes bloques sociales
insisten en que del mundo contemporá-
existen fenómenos "emergentes", neo. Yotratar de dar una explicación ecologista al
"cualitativa-
socialismo oecológico
mente distintos", entre los dominios al capitalismo imperialista
y resulta una
cultural; lo cual no implica quetarea,
dichosen mi dominios
opinión, imposible. Ni siquiera aspec-
dejen de estar relacionados. Latos parciales (como lade
explicación actual
la recesión económica
historia. Un comentario frecuente al reduccionis- en Estados Unidos) parecen ser explicables en tér-
minos ecológicos. Pero sigo esperando con interés
mo ecologista es que es determinista ambiental.
Yo añadiría que también es la puerta lateral para
que alguien me demuestre lo contrario.
que reingresen en la antropología el racismo, el
determinismo genético y otras posiciones de este
3.1 .5. Algunos comentarios sobre
tipo. los aspectos sustantivos
Para aquellos que insisten en la necesidad y
pertinencia de una teoría unificada de la evolución, De nuestra discusión sobre el reduccionismo apa-
es necesario recordar que una de las teorías que rente en la nueva arqueología se desprende un
pretenden tal unificación es precisamente la socio- conjunto de problemas relacionados. Todos parten
biología (Wilson 1975; Alexander, 1979; Dawkins del supuesto de que la cultura es un fenómeno
1976). Y aunque los mismos biólogos dudan de la adaptât ivo. El resultado global de este supuesto es
aplicabilidad extrema de esta teoría para la cultura, que las explicaciones de la nueva arqueología para
un número cada vez mayor de ellos la acepta para problemas específicos y sustantivos todas toman
la biología. Esto implica que, o bien aún para los un mismo formato. Este formado ha sido expues-
reduccionistas existen fenómenos emergentes que to con notalbe claridad y brillantez por Flannery
requieren teorías específicas, o que los antropólo-(1972), aunque formulaciones similares pueden
gos reduccionistas tienen que aceptar a la socio- encontrarse en Hill (1977, orig. 1970). En resu-
biología -con todas sus consecuencias- como el men, y a reserva de tratar en algún otro trabajo
candidato que los especialistas reconocen como este problema con más detalle, adelantaré que el
el más probable para una teoría unificada de laformato general no es sino el de una explicación
evolución. Y por supuesto, ningún antropólogo en teleologia o funcional. Básicamente, lo que se
su sano juicio acepta que la sociobiologia y su de-propone es que cualquier cambio cultural ha sido
terminismo genético puedan ser aplicables a lael resultado de un proceso de adaptación. Los pro-
antropología (véase Sahlins 1976; Harris 1980:119-cesos adaptativos son "disparados" cuando ciertas
141 para críticas a la sociobiologia desde puntos variables son incapaces de conservarse dentro de
de vista distintos; para una polémica más general, ciertos "valores límites". Esto puede ser resultado
véase Kaplan, 1978). tanto de tensiones externas como internas, y puede
La posición supuestamente intermedia es la dedeberse a problemas de funcionamiento de las uni-
los ecólogos culturales; o proponentes del estudiodades responsables de controlar que ciertas varia-
de los ecosistemas culturales. Esta posición es lables importantes se mantengan dentro de límites
predominante dentro de la nueva arqueología. seguros. Por ejemplo, una variable de este tipo
Por desgracia, no es claro si la ecología cultural se puede ser la población. Se supone que existe un
reconoce como una disciplina antropológica, o sipunto de equilibrio óptimo entre población y re-
depende en su elaboración teórica de la ecología,cursos. Existen supuestamente controles para los
en cuyo caso, no sería sino una forma más de parámetros demográficos (natalidad, mortalidad,
reduccionismo. Mí respuesta a todas estas posicio- migración, etcétera). De fallar estos controles, el
nes es que el trabajo teórico de la arqueología noresultado puede ser una sobre-población, y en con-
pueden hacerlo por nosotros los ecólogos. Y tomar secuencia un desequilibrio con los recursos. En
como punto de partida la ecología no resulta justi- estas circunstancias se produce una tensión, que de
ficado si antes no demostramos que existen analo- continuar más alia de cierto límite (generalmente

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 57

no especificado), conducirá hacia el cambio o hacia tender que esta brevísima síntesis haga justicia a
una situación menos compleja. sus matices y sutilezas.
El problema consiste entonces en identificar los Por otro lado, la combinación de un enfoque
parámetros, medir las variables, establecer los lími- ecologizante, reduccionista, y una mala interpreta-
tes, y ver los resultados (que son siempre adaptati- ción del concepto de "ley", se traduce en un se-
vos). Un resultado de la aplicación de modelos de gundo grupo de problemas con las teorías sustanti-
este tipo es que cualquier cambio cultural resultavas que ha producido la nueva arqueología. Por
ser adaptativo. Pero la evidencia es mucha en rela- un lado se afirma la continuidad entre los diferen-
ción a "colapsos culturales" como para que este tes dominios de la ecología. Por otro se insiste en
optimismo siga sin cualificación: por lo tanto, los que una explicación requiere de leyes universales,
ecólogos culturales, y en especial Rapaport, Maru- y "universal" se interpreta -erróneamente- como
yama y Vayda, han propuesto que un posible "transhistórico". Esto es, se insiste en que para
resultado de procesos de este tipo es la "maladap- que algo valga como ley, debe no estar limitado en
tación". Existen condiciones en que, lejos de llevar tiempo histórico. Es en este sentido que los traba-
cambios son adaptativos y cuáles no lo son, salvo jos de Binford con esquimales actuales pueden
en retrospectiva. Por otro lado, no hay manera de tener relevancia a la arqueología: se asume que las
leyes que pudieran ser eventualmente descubiertas
resolver el problema de las "alternativas funciona-
son aplicables al pasado, ya que rigen sobre pasado
les": la misma tensión puede resolverse de diversas
maneras, por lo que una explicación no resultará y presente. De hecho, se propone estaahistoricidad
completa hasta que además de señalar el proceso como un requisito fundamental. Desafortunada-
adaptativo, expliquemos porqué ese proceso y no mente (Binford, 1978a),29 esto también implica
otros es el que tuvo lugar. Solo Rapaport ha en- que la posición original de Binford sobre la analogía
frentado con seriedad este problema, y no alcanza etnográfica ha cambiado en cierta manera. Binford
a proponer una solución satisfactoria (Rapaport todavía cree que las analogías no son sino fuente
1979c, orig. 1977). de hipótesis, en embargo habla de patrones adapta-
tivos universales en base a sus datos de Alaska
Sin embargo, aún si este problema fuera resuel- (Binford, 1980). No es claro entonces cuál es el
to, quedaría otro: en tanto explicación funcional, sentido de la investigación arqueológica, si las leyes
la explicación mediante mecanismos ecológicos pueden ser descubiertas a partir de investigaciones
sufriría los mismos defectos que otras formas de etnográficas. Es cierto que podría argumentarse
explicación ideològica, al asumir que existen esta- que es necesario establecer qué tan universales son
dos hacia los que un determinado sistema tiende. dichas leyes, aplicándolas a casos prehistóricos.
Para demostrar esto habría que lograr evidencia Pero esta no era la intención original, y ciertamen-
sobre la proporción relativa de tales estados, y te, como ha señalado Trigger (1980, 1981 ), distrae
la atención de los arqueólogos sobre los problemas
especificar qué leyes son las que regulan tales pre-
de la explicación en arqueología. Trigger ha argu-
ferencias. Esto significa que las explicaciones fun-
cionales no serían sino una forma abreviada de mentado con fuerza que la insistencia en la "trans-
historicidad"
explicación ya sea inductivo estad ística, o deductivo no es sino parte de un prejuicio gene-
estadística. Y resulta ser que no disponemos aún ralizado contra la historia. Este prejuicio es resul-
tado no solo de condiciones sociales específicas,
de los principios tipo-ley que dicho tipo de expli-
caciones requiere. De hecho, algunos críticos sinono de la confusión, entre muchos académicos
americanos,
solo de la ecología cultural sino del funcionalismo entre "historia" como narrativa de
en la antropología y en la biología, han señalado hechos particulares e "historia" en el sentido
de "ciencia de la historia".
que con frecuencia las explicaciones de este tipo
no son refutables: no existe un posible estado de Es importante notar que, en cualquier caso, el
cosas tal como para hacernos pensar que nuestramodelo nomológico de la explicación no demanda
teoría pudiera ser falsa. Y este es uno de los "transhistoricidad",
re- sino universalidad; y esta uni-
versalidad viene comprendida bajo los rubros que
quisitos que muchos filósofos de la ciencia impo-
los términos teóricos conllevan; dicho de otra
nen en una teoría para que esta pueda ser conside-
rada científica: si la teoría es verdadera en todos forma, para que una generalización valga como ley
los casos posibles, entonces es una tautología y no social, no se requiere que sea válida en las socieda-
una proposición empírica o sobre el mundo. De 29. Si son realmente nomológicas, dichas proposiciones
nuevo, este problema es complejo como para pre- deberán cubrir sistemas organizacionales.

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58 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

Indios tobas

des de toda la historia, sino en las sociedades deles no entender el concepto de "ley". Por desgracia,
tipo que el concepto describa. Por ejemplo, las esto es lo que los nuevos arqueólogos han hecho.
leyes del capitalismo no necesitan ser las leyes Nótese además que la pretensión de ahistorici-
transhistóricas de la sociedad: la misma antropolo-dad se revela sólo como prejuicio o preferencia
gía se ha encargado de establecer esto. Pero esto metodológica: no va acompañada de una argumen-
no significa que por ello dejen de ser leyes: operan
tación teórica que justifique el porqué las leyes
para un tipo de sociedad comprendido bajo la sociales han de ser ahistóricas. Es bien conocido
teoría del capitalismo. Y de ser realmente leyes, que el marxismo, que propone exactamente lo
operarían en sociedades capitalistas nuevas, si se contrario, ha intentado dar una justificación teórica
descubriera alguna adicional, lo cual es remoto. de por qué las leyes sociales se limitan a modos de
Aún si en la realidad el número de casos en que laproducción específicos. Es este tipo de argumenta-
ley rige se limitara a uno, esto no hace que la leyción el que no existe en la nueva arqueología. Y
sea menos universal. En principio, todo lo que estase carencia la comparte con el resto de la antro-
requiere es que, de ser válida la ley, sea aplicablepología. No hay mejor manera de demostrar esto
a nuevos, futuros casos del mismo tipo. En nues- que con los intentos de la posición historicista
tro ejemplo del capitalismo esto no es muy fácil extrema, el particularismo histórico, en donde en
de imaginar, pero piénsese por un momento en el intento de probar la inexistencia de leyes sociales
las leyes del feudalismo, originalmente desarrolla- se utilizaban con gran liberalidad ejemplos que
das para explicar la particular situación europea. venían de sociedades con modos de producción
Demandar que tales leyes sean universales no completamente distintos. El resultado fue el escep-
significa demandar que valgan entre las sociedades ticismo. Una posición marxista empezaría por se-
primitivas australianas, sino que sean aplicablesñalara que dicho resultado era previsible, ya que al
nuevos casos de feudalismo. Y tales casos eventual- mezclar a sociedades con modos de producción
mente han sido descubiertos o interpretados como tan distintos se mezclaban también los principios
tales, como sucede con la etapa "feudal" en la que regulan tales sociedades, lográndose entonces
historia de China y tal vez la India. Pedir otra cosa una impresión de caos aparente. Pero la antropolo-

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 59

gía particularista compartía con la nueva arqueo-para demostrar que la contribución principal de
logía la pretensión deque para ser ley, un principiola nueva arqueología no se da en el terreno de la
debe ser ahistórico, y como no encontró ninguno, técnica, sino de la metodología y la discusión teó-
renunció a la posibilidad de encontrar leyes socia- rica; independientemente de que, afin de cuentas,
les. Espero que los nuevos arqueólogos no lleguenel resultado neto parezca ser una posición teórica
al mismo extremo sin antes darse cuenta en donde altamente incongruente. Proceder de otra forma
yace el problema. sería, o injusto, o deshonesto: la nueva arqueolo-
gía no es la salvación del mundo, pero tampoco es
3.1 .6 La nueva arqueología como posición una moda fracasada cuyas proposiciones nos pode-
teórica: evaluación global. mos darei lujo de ignorar. El interés en este ensayo
ha sido intentar poner en claro en qué consiste
Podemos resumir nuestros hallazgos en esta sec-la nueva arqueología, y cuáles son los problemas
ción, diciendo que la nueva arqueología resultaque ha puesto en realce para su discusión en nues-
ser una posición teórica altamente incongruente. Ytra disciplina. Esta es una manera de ampliar
es incongruente a todos los niveles: mezcla meto- nuestros intereses más allá de la arqueología de
dologías con objetivos distintos, confunde confir- regiones específicas (la arqueología del área maya,
mación con corroboración, adopta posicionesla arqueología del Perú), cronológicas (la arqueo-
relativistas autorrefutantes, y las mezcla con una logía del postclásico, la arqueología del precerá-
epistemología ecléctica en donde el sustrato finalmico), o temáticas (la arqueología de los cazadores
es el idealismo subjetivo. Al parecer, existe tam- recolectores, la arqueología del origen del estado),
bién una confusión sobre lo que las explicaciones y poder poner el reflector, aunque sea por un mo-
nomológicas realmente son, y sobre la naturaleza mento, sobre la arqueología misma.
de las leyes que forman parte de ellas.
Esta incongruencia puede ser, de nuevo, sólo IV ALGUNAS PERSPECTIVAS
aparente: puede ser un problema de la retórica y
no con la práctica real de la nueva arqueología;Hemos dado un vistazo crítico general a la forma
sin embargo, existe suficiente evidencia internaen que la nueva arqueología se ubica en torno a
como para sugerir que esta incongruencia se trans-las diferentes opciones que constituyen una posi-
mite también a la práctica, y que nociones tanción teórica. Podemos tal vez ahora hacer algunas
centrales como la de "veracidad", o el criterio mis-observaciones generales, y tratar de proyectarlas
mo de cientificidad, permanecen oscuros para los para proponer cuáles puede ser las líneas sobre
nuevos arqueólogos. Esto se traduce en la incon-las que la nueva arqueología se desarrolle durante
gruencia misma de su práctica: por ejemplo, en la esta década. No nos interesa aquí pretender clari-
creencia de que lograrán leyes aplicables a un solo videncia, sino proyectar lo que hasta el momento
caso, o que refutarán hipótesis con un solo caso,parecen ser las tendencias importantes en la ar-
para mencionar solamente una de las incongruen- queología procesual, que pueden tal vez moldear
cias más obvias. su futuro.
Esto no signifca que la nueva arqueología,
históricamente, pierda su interés, o que se haga un 1 . ¿El regreso al intuicionismo?
lado su contribución. Este mismo ensayo hubiera
sido impensable hace 15 años, en una época en La explicación de la variabilidad cultural es supues-
donde la arqueología (al menos en México) preten- tamente el objetivo central de la nueva arqueología
día saber con claridad cuál era su meta (la historia Y se entiende "explicación" de acuerdo a la forma
cultural) y su método (la inducción). Además de en que los arqueólogos procesuales interpretan a
muchas contribuciones particulares, la nueva ar- Hempel (1965). Como hemos mencionado antes,
queología trajo consigo un renovado interés en las el entusiasmo en un modelo nomológico ha decaí-
cuestiones de método y teoría, cuyo efecto ha do en los últimos años, e incluso existen en la lite-
sido definitivamente saludable para la disciplina.ratura crítica que pretenden convencernos de que
Este interés tuvo también muchas consecuencias los problemas de la arqueología procesual provienen
prácticas, como la introducción de todo un arsenal
del uso del modelo hempeliano. El desencanto ha
de herramientas analíticas, y los procedimientosresultado de varios factores, desde la trivialización
e instrumentos (como la computadora) para su del concepto al usarse para referirse a la contrasta-
aplicación. Pero creo haber al menos argumentadoción de lo que hemos llamado aquí "proposiciones

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60 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

identificatorias", hasta la participación cisne x esde filósofos


blanco, es factible construir una expli-
que, con motivaciones distintas, han tratado de cación que cumpla los requisitos del modelo, sim-
convencernos de que el modelo mismo no sirve y plemente apelando a la "ley" de que "todos los
debe ser desechado, o sustituido por el modelo que cisnes son blancos". Dicha explicación resulta
el filósofo en cuestión, resulta apoyar (véase, por "intuitivamente insatisfactoria", por lo que los
ejemplo, Salmon y Salmon 1979), pasando por el autores proponen que el modelo no bloquea este
rechazo de la arqueología sistémica al supuesto tipo de pseudo-explicaciones. Que una explicación
"simplismo" de las explicaciones nomológicas. mejor puede lograrse haciendo referencia a la teoría
Sin embargo, en fechas recientes se ha desarro- genética, diciendo que los cisnes descendientes de
llado también una tendencia crítica que proviene, padres homocigotos blancos son blancos; pero
sorpresivamente, de parte de uno de los arqueólo- aún esta explicación resulta "insuficiente" según
gos normalmente asociados al bando de la "ley-y- ellos, ya que siempre es factible construir otra que
el-orden": Steven Le Blanc; Le Blanc, junto con haga referencia no solo al color de los cisnes sino
Read, proponen que hemos gastado demasiado a la relación entre el color y la adaptación, ligando
tiempo y esfuerzo en la discusión de las caracterís- diferencias en color con diferencias en capacidad
ticas "formales" de lo que constituye una explica- adaptativa bajo ciertas circunstancias. En este caso,
ción válida bajo el modelo hempeliano (Read y Le una referencia a la teoría de la evolución nos per-
Blanc 1978:308). Además, en su opinión, el mode- mitiría una explicación intuitivamente más satis-
lo adolece de serias deficiencias, ya que permite la factoria.
construcción de explicaciones que, aunque formal- Sin embargo, es claro que algo curioso ha suce-
mente válidas, resultan intuitivamente ¡nsatisfacto- dido a lo largo del ejemplo, algo que amerita un
rias (ibid '309, 312). Los autores nos invitan a análisis más cercano. Resulta ser que las explicacio-
reconsiderar el papel crucial de la construcción de nes responden a preguntas de tipo "por qué", en
la teoría, e incluso intentan un ejemplo de forma- donde lo que intentamos explicar (el "explanan-
lización de una teoría para la definición de tamaño dum") es el motivo de nuestra pregunta. En el
de población y habitación (/M/-.312-317). ejemplo de Read y Le Blanc (y en otros similares
Read y Le Blanc muestran una sofisticación ofrecidos por críticos de Hempel), pasamos de una
mucho mayor a la de Binford en torno a los pro- pregunta tipo "por-qué" a otras, y esto afecta al
blemas del modelo hempeliano; y con justicia han ejemplo. En el caso de el cisne blanco, no queda
mostrado que Binford en ocasiones colapsa la no- claro cuál es la pregunta a la que estamos intentan-
ción de explicación mediante leyes cobertoras con do responder: en un principio parecería que es
el modelo del método hipotético deductivo (Read "¿por qué el cisne x es blanco?". Es decir, el
y Le Blanc 1979:181). Binford ha intentado res- explanandum en este caso es la proposición sobre
ponder a esta crítica, pero no sale muy bien librado el color del cisne x. Y resulta que esta pregunta
(Binford 1979:631). puede responderse legítimamente haciendo alusión
Read y Le Blanc parecen estar más o menos al a un principio general (que en el caso del ejemplo
tanto de la literatura sobre la polémica en torno al sabemos que es falso) sobre el color de los cisnes.
modelo hempeliano. Sin embargo, parecen com- Si esto es ilegítimo, entonces preguntas del tipo
partir con una parte de esta polémica, un análisis "¿por qué tiene la llama un color rojo?" no po-
injusto e inadecuado del modelo hempeliano. Para drían contestarse haciendo alusión a principios del
ello utilizan un recuerdo muy conocido, al que po- tipo "porque si sometemos al fuego sustancias que
demos llamarle el de "el cambio de explanandum". contienen cobre la llama siempre toma un color
El objetivo de ejemplos como el que veremos a rojo". El ejemplo del cisne aparenta ser no satisfac-
continuación es supuestamente mostrar que, bajo tario, pero solo porque a medio ejemplo la pregunta
el modelo hempeliano, cualquier cosa puede valer original ha cambiado: ya no nos preguntamos por
como una explicación, por lo que el modelo no qué x es blanco, sino "por qué son blancos los
puede diferenciar entre explicaciones genuinas y cisnes", pregunta que claramente no puede contes-
explicaciones claramente no genuinas. La creación tarse diciendo "porque todos los cisnes son blan-
de ejemplos de este tipo parece ser uno de los pasa- cos". Es precisamente éste el explanandum, por
tiempos favoritos de los filósofos de la ciencia hoy lo que utilizarlo como explanans resulta absurdo.
día. Para responder a esta pregunta es necesaria una
Read y Le Blanc utilizan el famoso ejemplo del teoría mayor, tal como la evolutiva. Pero el pro-
cisne. Se supone que si preguntamos porque un blema no es el modelo hempeliano, sino que hemos

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 61

ido sustituyendo, en el trayecto del ejemplo, lo máticos, históricos, etcétera. Esto es, más que ser
que queremos explicar, al tiempo que mantenemos un modelo falso, posiblemente sea un modelo
el principio explicativo original que, por supuesto, incompleto, y las modificaciones que haya que
resulta insuficiente. hacer no residan en nuevas estipulaciones forma-
Me parece que la motivación de Read y Le Blanc les, sino en consideraciones de otro tipo, como la
es, sin embargo, positiva: proponen que el objetivo respuesta a situaciones en donde surge la pregunta
de la arqueología en este momento debería ser la "por qué", y hacia adonde es que dicha pregunta
construcción de teorías que nos lleven más allá de apunta, o bien en torno a estipulaciones que blo-
las regularidades y generalizaciones empíricas di- queen premisas adicionales inútiles, o en la exigen-
rectamente "evidentes", a regularidades a nivel cia de que una explicación debe siempre contener
más profundo, que nos permitan ir, como dicen una delimitación del "mecanismo causal" en ope-
ellos, "más allá de las apariencias". Pero de esta ración (Van Fraasen 1972; Bromberger 1966;
buena intención no se sigue que, para lograr el Brown 1977; Railton 1978). Sin embargo, no creo
objetivo, haya que descartar el modelo nomológico que la motivación central detrás del modelo nomo-
de la explicación, o que hemos desperdiciado mu- lógico haya quedado invalidada: de hecho, en los
cho tiempo discutiendo sus características forma- últimos años parecen haberse logrado importantes
les. Yo propondría que es precisamente al revés: avances en su depuración. Por desgracia para los
que los problemas de la nueva arqueología en neopositivistas, estos logros han mostrado la nece-
torno a la explicación y el método surgen precisa- sidad de reintroducir en la filosofía de la ciencia
mente de que nunca se entendió con claridad en nociones como "causalidad", "necesidad", asícomo
que consiste el modelo hempeliano, ni qué implica- variados supuestos de naturaleza ontológica y me-
ciones tiene consigo adoptar una posición metodo- todológica. Gran parte de estas modificaciones
lógica determinada. Por último es todavía más han resultado del fracaso del neopositivismo para
peligroso proponer que nuestra evaluación de las dar cuenta de los hallazgos que la reciente historio-
explicaciones disponibles tenga que hacerse sobre grafía de la ciencia ha logrado. Las modificaciones
bases "intuitivas", o que "nuestras intuiciones" introducidas, por ejemplo, el realismo, la acepta-
tienen que ser satisfechas. Nuestras intuiciones ción de procesos genuinamente estocásticos, etcé-
pueden ser subjetivas, y pueden de hecho estar tera, eran indispensables antes de que el modelo
contaminadas de elementos de diferente naturaleza. hempeliano pudiera ser reconsiderado. Pero no
De hecho, por ejemplo, a muchos de mis colegas tengo ni la capacidad ni el espacio para analizar
americanos prácticamente ninguna explicación esta problemática con más profundidad; el lector
marxista les parece intuitivamente satisfactoria, de interesado puede acudir a los artículos citados
la misma manera que a mis colegas marxistas nin- arriba.
guna explicación procesual satisface sus intuiciones. Por último, es de justicia hacer notar que los
Era precisamente uno de los intereses originales de errores de interpretación que cometen autores
la nueva arqueología al tratar de proporcionar como Read y Le Blanc no les son exclusivos a
procedimientos mínimamente intersubjetivos y no estos autores: el propio Binford parece confundir
sociologizantes para la evaluación. En el momento constantemente las diferentes variedades de ex-
en que la arqueología procesual renuncia a esta plicación nomológica, así como la naturaleza de
intención, como los escritos de Binford y otros los principios generales tipo ley (ver Hill, ed. 1977,
autores parecen demostrar, es dudoso que la nueva capítulo 10, especialmente pp. 276, 277).
arqueología pueda hacer en el futuro contribucio- Los arqueólogos sistémicos no salen mejor li-
nes importantes en cuanto a la metodología. brados: al rechazar el modelo nomológico, dichos
Esto no significa, sin embargo, que yo crea que arqueólogos se han quedado sin un análisis de la
el modelo hempeliano es perfecto, o que no exis- noción de explicación, y no han hecho nada por
ten problemas y alternativas. Contamos ya con una obtener otro, sino que simplemente han declarado
amplia literatura que muestra que esto no es nece- que todo el asunto es irrelevante e inútil. Con una
sariamente así. Es claro, por ejemplo, que uno de excepción: Lowe y Barth (1980) han tratado de
los problemas centrales tiene que ver no tanto con revivir recientemente el modelo sistémico de la
el modelo en sí, sino con el programa general de explicación, en un artículo que intenta refutar las
la filosofía analítica de pretender que podemos dar críticas de Salmon hacia la tendencia sistémica.
recuentos meramente formales o sintáticos de ope- Afortunadamente, Salmon, con paciencia infinita,
raciones que tienen normalmente contextos prag- les ha mostrado que existe una diferencia crucial

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62 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

y desecho de artefactos, así como de los procesos


que afectan la formación y transformación de
depósitos arqueológicos. Entre los ejemplos más
sobresalientes de esta tendencia están, por supues-
to, los trabajos de Binford (1978), Gould (1980),
para mencionar solo algunos (véase Gould 1978;
Kramer 1978 para referencias adicionales). Cerca-
namente relacionados están los trabajos de arqueo-
logía experimental. En este caso, es el arqueólogo
mismo, más que la observación de grupos étnicos
actuales, el que actúa como agente, y controla los
parámetros que le interesa medir, como tasas de
velocidad de descomposición, huellas de uso carac-
terísticas, gasto de energía, etcétera. Esta tenden-
cia le debe mucho a los trabajos pioneros de los
arqueólogos ingleses (véase Ingersoll et al ed. 1977;
para una bibliografía completa).
Una característica interesante de estos enfoques
es la pretensión de estar creando una nueva forma
de arqueología, o incluso una nueva disciplina,
como la etnoarqueología. Este tipo de pretensio-
nes los comparte Schiffer, quien cree haber creado
una nueva corriente, la "arqueología conductual",
con metas y procedimientos propios (Schiffer
1976). La arqueología conductual es el estudio de
las relaciones entre hombre y cultura material, a
lo largo del tiempo y el espacio, esto es, puede ser
practicada no solo con materiales del pasado, sino
La educación de un patagón
con materiales contemporáneos. Esta nueva disci-
entre proponer un modelo sistemico de explica- plina parece prometer, según Schiffer, quien ha
ción (cosa que Lowe y Barth no hacen), y propo- construido ya, desde su escritorio, varias "leyes"
ner explicaciones en donde intervengan términos formales, no muy distintas en cuanto su estatus
sistémicos, que es lo que Lowe y Barth realmente a las leyes sistémicas. Esto es, confundiendo "ley"
hacen (Salmon 1980). Finalmente, sería interesan- con "fórmula" o "ecuación" de una ley. No obs-
te conocer cuál es el modelo de explicación quetante, la obra de Schiffer apunta a lo que es real-
sostienen algunos de los más acervos críticos delmente el problema central: cómo ligar los restos
modelo hempeliano: los arqueólogos marxistas. arqueológicos, tal y como el arqueólogo los en-
Por desgracia, no hay muchas discusiones explíci- cuentra, a las situaciones en donde originalmente
tas al respecto. funcionaron y fueron desechados; el viejo proble-
ma del significado del material arqueológico.
2. Los enfoques experimentales Más que constituir nuevas disciplinas, o nuevos
enfoques, lo que todos estos autores realmente
Un área en la que la nueva arqueología parece ha- están haciendo es tratar de entender el proceso
ber volcado su atención es la de lo que podemospor el que la arqueología constituye ciertos mate-
llamar "enfoques experimentales". La etnoarqueo- riales en sus "datos". A diferencia de los arqueólo-
logía, la arqueología experimental; tanto en campo gos tradicionales, o de los arqueólogos sistémicos
como en laboratorio, y la simulación serían soloactuales, estos autores parten del supuesto de que
tres de los muchos intentos de los arqueólogosaún en el proceso de observación intervienen infe-
procesuales de enfrentar el problema del significadorencias que hay que justificar. En la terminología
del material arqueológico. La etnoarqueologíaempleada en este ensayo, diríamos que están
parte del supuesto de que los grupos que puedentratando de proponer "teorías observacionales"
ser observados actualmente constituyen muestras que permitan evaluar la certeza, calidad, confiabi-
adecuadas sobre los procesos de manufactura, usolidad y significado de los datos arqueológicos. Este

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 63

tipo de teorías, sin embargo, a muchos de los ar- echara en cara el no haber hecho su tarea antes de
queólogos procesuales les parecen obvias, o pro- pronunciarse sobre áreas metodológicas.
vincia de otras disciplinas, tales como la geología o La actitud actual se divide entre aquellos que
la química. Para estos autores, la obra de Schiffer, piensan que la discusión filosófica es irrelevante,
por ejemplo, no es sino un ejercicicio en la obvie- especialmente si viene de filósofos, y aquellos que
dad. Para ellos no existe problema en la observa- piensan que puede ser útil, pero por el momento
ción en arqueología. Esto no es sino, de nuevo, una deberíamos concentrarnos en hacer arqueología
epistemología empiricista ingenua, responsable de y ya luego podemos preguntarnos todo lo que sea
muchas de las equivocaciones de la arqueología necesario. Es curioso observar la reacción que se ha
sistémica. Por otro lado, resulta altamente ilustra- tenido, por ejemplo, a los artículos de M. Salmon:
tivo que los arqueólogos procesuales, los cuales se "¿qué sabe Salmon sobre arqueología, si es solo
quejaban en su momento de que para la arqueolo- una filósofa de la ciencia?" Sin embargo, al mismo
gía tradicional sus intereses eran "obvios", "irre- tiempo se sostiene la ¡dea de que si algún arqueólo-
levantes" y "resueltos" para la disciplina, estos go decide aventurarse a intentar el análisis filosófico
mismos arqueólogos procesuales utilizan el mismo de la arqueología, o bien no está capacitado, -"no
argumento ahora contra la segunda generación es un filósofo de la ciencia"- o bien no debería
de nuevos arqueólogos. La línea típica es: "por perder el tiempo en esas cosas, y debería dedicarse
supuesto, pero eso ya lo sabíamos, y lo hemos apli- a hacer arqueología. En resumen: si el análisis viene
cado desde siempre"; ni más ni menos que la de arqueólogos interesados en el análisis teórico,
reacción que antes tuvo la arqueología tradicional entonces tampoco vale; conclusión; el análisis teó-
hacia la nueva arqueología. Tal como Schiffer mis- rico simplemente no vale.
mo ha señalado, una tendencia importante en la Otros colegas parecen pensar que en el futuro
arqueología procesual es la que parece haberse ya tal vez pueda tener relevancia, pero que por el
consolidado como "ciencia normal", y los supues- momento, más que meternos en "polémicas téc-
tos que antes merecían escrutinio se han hundido nicas" o "aspectos formales", como les llaman
en las profundidades inalcanzables del paradigma, Read y Le Blanc (1977), deberíamos estar "cons-
donde reposan el sueño de los justos (Schiffer truyendo teoría". Pero no se aclara nunca como
1976). es que hay que proceder para construir teorías.
En consecuencia, una segunda preocupación Existen básicamente dos posibilidades: uno, que
para los arqueólogos procesuales (además del re- la arqueología desarrolle sus propias teorías en
greso a la intuición y el relativismo), debería ser forma "natural" o automática, a partir de un
el aparente abandono de la posición crítica que procedimiento de prueba y error, que puede resul-
caracterizó el trabajo original de la nueva ar- tar exitoso desde un principio o puede llevarnos a
queología. callejones sin calida. La otra posibilidad, a la que
yo preferiría adherirme, es que podemos tal vez
aprender algo de la historia de la ciencia y del
3. La actitud anti-filosof ía de la ciencia análisis filosófico de esa historia, y nutrirnos de la
experiencia de otros científicos, historiadores, so-
Tal vez la más desconcertante herencia de la nueva ciólogos y filósofos de la ciencia, utilizando cuantos
arqueología se la aparentemente cada vez más recursos de valor dichos especialistas hayan descu-
popular actitud en contra de la filosofía de la cien- bierto.
cia, o del análisis filosófico de la arqueología. Esta Debe aclararse que esta segunda posibilidad no
actitud se remonta a mediados de los setenta, en es en absoluto algo fácil. Basta asomarse aún ligera-
que algunos filósofos de la ciencia (como Morgan), mente al campo del estudio de la ciencia para en-
hicieron ver a los arqueólogos que no estaban en- tender que ni los propios filósofos de la ciencia
tendiendo con claridad algunos de los postulados parecen haber logrado un acuerdo en cuestiones
por los que luchaban con tanta vehemencia. La tan cruciales como el criterio de demarcación, la
reacción fue de desconfianza hacia la filosofía de naturaleza de una explicación, o el procedimiento
la ciencia, especialmente ya que en sus críticas los del método científico. Pero, ¿significa esto que no
filósofos dejaban ver lo poco que entendían la hay nada que aprender? En absoluto. La experien-
arqueología, y por otro lado una de inseguridad: cia colectiva, y el debate mismo, son fuentes fruc-
nadie se iba a exponer innecesariamente a que tíferas de las que la arqueología puede nutrirse.
algún día algún filósofo le llamara la atención y le Sin embargo, existen complicaciones adiciona-

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64 BOLETÍN ANTROPOLOGIA AMERICANA • 3 JULIO 1981

les. Supongamos que hemos decidido adoptar teóricos específicos. La arqueología enfrenta tam-
alguna posición particular en torno a la naturaleza bién retos que, si bien no le son exclusivos, si
del conocimiento científico, y de cómo se constru- resultan particularmente apremiantes para la disci-
yen, crecen y se transforman las teorías. Antes de plina, tales como el desarrollar una "teoría obser-
aplicar estos principios, es justificado preguntarnos vacional" o "teoría de la observación", que permita
¿y qué tan cercanamente reflejan el desarrollo real explicar y evaluar la forma en que se construyen
de la ciencia?, ¿cuál es su apoyo? Y en este mo-los datos en arqueología. En ausencia de una teo-
mento es que entramos en lo que resulta ser una dería observacional (o varias, según sea el caso), la
epistemología dominante seguirá siendo empirista
las áreas más debatidas en la filosofía de la ciencia
contemporánea: ¿constituyen nuestras ideas sobre ingenua. Finalmente, existe un tercer reto, común
las teorías científicas a su vez un tipo especial dea todas las disciplinas que claman para sí el título
teorías, suceptibles de ser evaluadas empíricamen- de científicas: producir un criterio de demarcación
te? Esto es, ¿podemos tener una ciencia de la cien- adecuado, permitir entender y explicar el cómo y
cia? El autor X propone que la teoría se cons- el por qué del éxito de la ciencia, y justificar en
truye de determinada forma, y que el método qué sentido es que el conocimiento científico es
opera en tal otra determinada forma. Para evaluar una forma especial de conocimiento.
esta proposición, necesitamos utilizar alguna forma A primera vista, este tercer problema podría
de método; si empleamos la que propone el autorparecer fuera del alcance de los arqueólogos:
X entonces existe el riesgo claro de circularidad; ¿acaso no es la arqueología ya una ciencia?, ¿es
si empleamos otro procedimiento, ese procedi- necesario a cada paso demostrar lo obvio? ¿no es
miento tal vez no sea aceptable para el autor X, precisamente este tipo de especualación filosófica
ya que se sale de lo que en su definición es el inútil el que hay que evitar? Es claro, por ejemplo,
método científico. que la nueva arqueología clamó para sí el título
Estos problemas se agudizan cuando los filóso- de científica, y era este atributo el que supuesta-
fos de la ciencia desprecian, como hacían los neo- mente le separaba de otros enfoques. Pero, ¿en
positivistas, lo que pueda aprenderse de la historia qué exactamente consiste su cientificidad? Nótese
y la sociología de la ciencia. Sus "reconstrucciones que no es suficiente responder "los nuevos arqueó-
racionales" muchas veces no tenían apoyo históri- logos piensan que su enfoque es científico", ya
co, por lo que su interpretación de la ciencia no que ello equivale al argumento sociologizante de
reflejaba la actividad científica real. La tendencia que, si todos estamos de acuerdo en algo, entonces
actual es, al menos en algunos círculos, a considerar ese algo debe ser cierto. Por lo tanto, preguntarse
que la filosofía de la ciencia no puede operar en en qué consiste la cientificidad no es un ejercicio
forma autónoma, sino que debe ser parte de una inútil, y de hecho es una reflexión inevitable como
disciplina mayor, en la que la historia, la sociología resultado del análisis de cualquier posición teórica.
e incluso la sicología de la ciencia juegan un papel Dicho de otra forma, tal vez después de analizar
importante. Es de esta manera que posiblemente se a la nueva arqueología nos parezca que no es espe-
solucione el problema de la aparente circularidad cialmente científica, pero eso implica que tenemos
de cualquier intento de reconstrucción del método ya un criterio de cientificidad. Nótese que la mis-
que intente evaluarse a si mismo. Pero nótese que ma idea es aplicable a otros enfoques como el
simplemente declarar este problema como difícil marxista: ¿es acaso la arqueología marxista cien-
no soluciona las cosas, ni nos autoriza a ignorar sus tífica solo por el hecho de que muchos estamos
consecuencias para la arqueología. de acuerdo en que efectivamente es científica?
De nuevo, no es satisfactorio contestar arguyendo
que el marxismo en sí es la única teoría científica
4. Epílogo: el futuro de la disciplina de la historia, ya que esto una vez más no hace
sino elevar a una determinada teoría al estatus de
La arqueología contemporánea enfrenta varios científica sin ofrecer al mismo tiempo un análisis
retos: algunos de ellos los comparte con el resto del criterio de demarcación, y de la forma en que
de las ciencias sociales, como la necesidad de el marxismo lo cumple.
construir y formalizar nuestras teorías, aumentar Es importante señalar que este problema no es
la precisión de nuestros conceptos, y permitir cada importante por el prestigio que el calificativo "cien-
vez más la comparación de alternativas mediante tífico" tiene en la civilización occidental; clara-
investigaciones orientadas a resolver problemas mente no se trata aquí de lograr aureolas y laureles

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 65

ganando para sí dicho calificativo. El sentido en y que no hay necesidad de mayor análisis. Esta no
que el adjetivo "científico" resulta importante es es sino una forma de anular, dogmáticamente, la
el sentido en el que una determinada actividad discusión.
humana, la ciencia, parece tener un alto poder para Un segundo grupo de opciones consiste en tratar
acercarnos a la realidad y lograr un mejor control de resolver el problema simplemente disolviéndolo:
de ella. esto es, a la pregunta de ¿en qué consiste lo cien-
Examinemos por un momento las consecuencias tífico?, la respuesta es: "no existe nada especial en
de nuestras posibles respuestas. La-primera opción lo científico que requiera de definición". O peor
consiste en considerar que el criterio de demarca- aún, "lo científico no existe; todo lo que hay es
ción es un criterio subjetivo o intersubjetivo (social): simplemente ideologías diferentes". La ciencia no
aquellos que se consideran a si mismos científicos es sino la particular forma de ideología de un mo-
por ese mismo hecho lo son. Variantes de esta po- mento histórico concreto. Este tipo de enfoque ha
sición son el separatismo metodológico que con- ganado popularidad entre nuestros intelectuales
sidera que es posible definir el método de la ciencia latinoamericanos. En ocasiones se presenta como
natural, pero que insiste en que la ciencia social parte de un programa destinado a "acabar con las
opera con un método distinto. Los casos extremos metodologías", sobre la base de que no son sino
del separatismo son por supuesto el relativismo, productoras de ideología. Esta primera tesis pudie-
que daría un método distinto no solo a grupos de ra ser replanteada como "todas las proposiciones
ciencias, sino a teorías particulares, y que sostie- científicas son ideológicas". A esta tesis se añade
ne que todos los métodos son igualmente válidos una segunda: "no existen mecanismos que nos
(= científicos). El problema es que no queda claro permitan evaluar nuestras proposiciones sobre el
en qué sentido podemos hablar entonces de "lo mundo". Puestas juntas, estas dos tesis producen
científico" como compartiendo algo en común. un resultado divertido: sí no hay manera de evaluar
Una variante más de esta posición subjeti vista esnuestras proposiciones, y "toda la ciencia es ideo-
la que simplemente afirma en forma dogmática logía" es una proposición, entonces no hay manera
que es obvio que ciertas teorías son científicas de evaluarla. En consecuencia, esta proposición
(curiosamente, las que dichos autores prefieren), se convierte o en axiomática o en un acto de fé,

Indios tobas

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ambas alternativas implicando por


este supuesto dosis
tipo de problemas nos ubique en un territorio
considerables de dogmatismo. Pero ajeno al no
de lasolo
arqueología:
queda la reflexión crítica,
esta tesis imposibilitada: la tesis misma ysobre
autoconsciente analítica la
sobre nuestra práctica
imposibilidad de evaluar proposiciones es una ha sido tomada como territorio por un grupo de
proposición, que al no poder ser evaluada, quedaestudiosos, los filósofos profesionales, como uno
más de los resultados de la división del trabajo.
convertida, si decidimos aceptarla, en un acto de
Pero existe suficiente apoyo histórico como para
fe. Yo encuentro totalmente sorprendente que este
tipo de anarquismo metodológico se ofrezca como mostrar que esta división no es, en ninguna forma,
una alternativa a la nueva arqueología. En especial ni natural ni inherente; si bien la problemática
me preocupa que los marxistas no vean las conse-
pudiera considerarse filosófica, esto no implica
cuencias gravísimas que trae consigo el afirmar que que solo aquellos con licencia en la materia tengan
"todo es ideología"; de ser cierta esta tesis, el mar-derecho a la reflexión. Los científicos no tienen
xismo mismo no sería sino otra ideología, y en- porque dejar esta parte de su práctica a otros espe-
tonces el problema sería conciliar este hecho con cialistas, de la misma manera en que la reflexión
la convicción de que el marxismo es la teoría cien-filosófica no resultará adecuada sin considerarla
tífica de la historia y la sociedad. Y no es suficiente
como una forma particular de actividad científica,
decir que es la ideología de la clase progresista, yaal menos en lo que respecta a la filosofía de la
que entonces hay que justificar cómo es que este ciencia. El día que se logre una disciplina unificada
hecho le confiere cientificidad, y al mismo tiempo que abarque la historia, la sociología y la filosofía
le hace seguir siendo ideológica. de la ciencia, estaremos en mejor condición de en-
tender y motivar una mejor práctica científica.
Pero ¿cuál es la pertinencia de esta discusión a Es este el papel que, en mi opinión, puede jugar
la arqueología? Me parece que una conexión inme- el análisis filosófico de la arqueología. Hoy día
diata existe hacia el problema de la pertinencia de muchos arqueólogos insisten en que el siguiente
conservar el registro arqueológico. El avance de la paso es la construcción de la teoría en arqueología.
tecnificación, la urbanización del campo, las obras Pero tal como mencione antes, nunca nos dicen
como es que hay que proceder. ¿Se asume acaso
de infraestructura, etcétera, amenazan dfa a día
sitios y regiones enteras, en las que materiales ar-que el proceso andará por si mismo? ¿Que es inhe-
queológicos ¡rremplazables se pierden para siempre. rente, que es preferible no intervenir? ¿Encontrará
Si la arqueología no es más que un pasatiempo,la arqueología, y el resto de la ciencia social, una
forma de salir de su marasmo metodológico gracias
esto no debe preocuparnos; pero si nuestra actividad
a la acción de un invisible resorte dialéctico?
va más allá de la de colectar objetos para museos,
entonces el material arqueológico debe ser visto Por lo pronto, es evidente que la forma en que
bajo otra luz: dicho material no es sino la mate- se interpreta la actividad científica tiene una im-
ria prima de la arqueología, nuestra posibilidad portante papel en la forma en que se desarrolla la
de obtener una via de acceso al pasado, y tratar de práctica de una comunidad científica. Gran parte
explicar los procesos históricos en una forma cien- del interés en la nueva arqueología residía precisa-
tífica. De otra manera, la arqueología no tiene en mente en que los nuevos arqueólogos se habían
realidad derecho a intervenir y desplazar al anti- fijado una meta clara, la meta que ellos considera-
cuario, el charlatán, al coleccionista de arte, o al ban compatible con las metas de la ciencia en su
excavador aficionado: todos ellos tienen o tendríanconjunto. Por desgracia, su interpretación de dichas
en principio el mismo derecho. Me parece impor- metas, y de los métodos para lograrlas, resulta
tante recordar la frase de Me Guimsey, quien afir-inconsistente, incongruente, y por lo tanto, posi-
maba que el material arqueológico, en cuanto blemente destinada al fracaso. Esto significa que,
material científico, es patrimonio no de arqueólo- al menos en este ejemplo particular, la reflexión
gos, institutos o países: es un patrimonio de la sobre la arqueología no es algo ajeno a la práctica;
humanidad. En suma, me parece que una forma de el desarrollo de posiciones teóricas tiene una diná-
asegurar que el material arqueológico será preser- mica interna en la que esta reflexión juega un papel
vado es mostrando a la sociedad que nos patrocina fundamental. Y ante ella, como ante otras proble-
cuál es la pertienencia de la arqueología en la cons- máticas que afectan nuestra capacidad para ofrecer
trucción de la ciencia de la historia. una contribución socialmente útil como arqueólo-
Finalmente, quisiera señalar que no creo que gos, habrá que pronunciarse.

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LA VIEJA "NUEVA ARQUEOLOGIA" 67

AGRADECIMIENTOS

Agradezco una vez más a la Fundación Fullbright


dad que nos brindaron para discutir con brillantez
su apoyo al haberme otorgado una beca para estu-
especialistas en teoría arqueológica. Ya mis amigos
dios de doctorado, a través del Institute ofF.
Inter-
López, R. Nieto, I. Rodríguez, J. Mora, A. He
national Education; al Instituto Nacional rrera,
de An-F. Bate, C. Silva, G. Sopio, M. R. Aviles, J
tropología, y en particular a la especialidad de
Briffard, L. González, y F. Miranda, para señala
arqueología de la Escuela Nacional de Antropolo-
sólo a algunos, de los muchos que en una u otra
gía e Historia, por las facilidades que brindaron
forma estimularon y luego pusieron a prueba mu-
para mi estancia en la Universidad de Michigan.
chas de las ideas expresadas en este ensayo. A lo
También quiero agradecer a los participantes
profesores
en los Sklar, Railton y McCarthy, por su con
tinua
Seminarios sobre Teoría Arqueológica (1 980, asesoría en cuestiones relacionadas a la filo-
1 981),
a mis alumnos en "Teoría Arqueológica Contem-sofía de la ciencia. Y finalmente, a A. Salazar po
poránea" (1980), y "Transición a Sociedades Esta-
las diversas e indispensables formas en que siempre
tales" (1981 ), su entusiasmo, resistencia, ymecertero
brinda su apoyo. Como de costumbre, todas
espíritu crítico. Por otro lado, agradezco allas
profe-
personas señaladas aquí no necesariamente so
sor Bate y los organizadores del Primer Encuentro
co-responsables de los errores que el autor insiste
de Antropología Americana, la excelente oportuni-
en cometer.

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