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Es una primera sección de este trabajo analiza- pótesis son algo que se añade con adhesivo al final
mos en detalle las críticas a la posición nomológica de la investigación. Por otro lado, Flannery consi-
(o "de-la-ley-y-el-orden", como le llama Flannery) deraba que ejemplos de la peor arqueología habían
(1973a). Estas críticas han provenido de tres fuen- sido publicados bajo el rubro "arqueología proce-
tes: de los arqueólogos tradicionales, que insistían sual", dando entonces combustible a los críticos.
(generalmente sin mayor argumentación) que la Pero el más interesante desarrollo era el "cisma"
arqueología no podía ser una ciencia (véase por producido entre las filas de la nueva arqueología,
ejemplo Hawkes, 1968); de algunos filósofos de la entre los bandos que Flannery bautiza como
ciencia (como Morgan y Salmon); y de arqueólo- "arqueología-de-la-ley-y-el-orden" y "arqueología
gos que, si bien estaban de acuerdo con el resto de serután".
los pronunciamientos de la nueva arqueología, El primer bando veneraba con fuerza a Hempel
criticaban el uso del modelo hempeliano, y propo- y al modelo hipotético-deductivo, y veía como su
nían una alternativa sistémica. Es una segunda meta a la "producción de leyes". Estas serían obte-
sección de este trabajo analizaremos en qué con- nidas (según Flannery interpreta este enfoque),
siste esta alternativa sistémica, y trataremos de ha- mediante el rechazo o aceptación de hipótesis
cerle una crítica general; en la tercera sección "sobre la base de correlaciones estadísticas";
esbozaremos un análisis crítico global para la nueva dichas correlaciones se interpretan (Flannery pare-
arqueología, y en la última sección trataremos los ce pensar que incorrectamente) como indicativas
problemas de la cientificidad y la elección entre de conexiones causales. Estos arqueólogos "buscan
posiciones y teorías alternativas, comentando so- leyes análogas a las de la termodinámica", e insisten
bre la relación entre la fUosof ía de la ciencia y la en que la arqueología debe ser relevante a "los
arqueología. problemas del mundo actual". En opinión de Flan-
nery, estos arqueólogos confunden "ley" con
"correlación", y lo único que han logrado hasta
I. La crítica al bando nomológico ahora son "leyes" tan triviales e irrelevantes como
la que dice que "a medida que aumenta la pobla-
1 . Flannery ción de un sitio, el número de pozos de almacena-
miento tenderá aumentar" (Flannery 1 973a:49-50).
1973 fue un mal año para los defensores de la bús- Estas leyes merecen el calificativo que Flannery les
queda de leyes en arqueología. En este año apare- dá: "Leyes Mickey Mouse"; sus autores creen poder
cieron dos artículos criticando este enfoque: uno producir una ley por cada temporada de campo de
venía desde dentro de la nueva arqueología, el tres meses, pero lo único que han sido capaces
otro de un filósofo de la ciencia. Ambos artículos de lograr son "leyes Mickey Mouse".
parecen haber tenido un impacto crucial en los El segundo enfoque, "Serutan", toma su nom-
futuros desarrollos de la arqueología procesual. bre de un laxante cuya publicidad clama que dicho
producto "trabaja con su sistema". Los arqueólogos
"Archaeology with capital 'S' " (Flannery 1 973a)
(Arqueología como 'S' mayúscula -de 'Science'- serután muestran un "interés desproporcionado"
ciencia) fue presentado originalmente en 1971en la "regulación natural" de los sistemas. Rechazan
como ponencia para un simposio sobre "el futuro a Hempel de la misma forma en que Bartalanffy, el
de la arqueología". Con un excelente sentido delautor de la "Teoría general de sistemas", décadas
humor y un sarcasmo mordaz, Flannery describe antes había rechazado enfoques similares sobre la
nueva arqueología; en su opinión, para 1971 la base de que tales enfoques no pueden dar cuenta
arqueología procesual se había popularizado tanto cabal de los fenómenos biológicos. Si bien los ar-
que se había casi convertido en una moda; los po- queólogos serután tienen interés en la explicación
cos oponentes que aún quedaban eran los "jóvenes y las regularidades, dudan que los procedimientos
vejestorios", que a pesar de su edad aún creían queestadísticos podrán revelarlos, y de hecho temen
la solución sería un análisis inductivo de datos "rea- que tales procedimientos solo inventen casos de
les"; y por otro lado, por los "desertores", los que, "correlación espuria". Esto se debe a la naturaleza
una vez que habían ganado prominencia -o asegu- de los fenómenos sistémicos, y a la forma en que
rado una plaza- habían "bajado el volumen" a sus actúa la causalidad sistémica; Flannery nos recuer-
opiniones. Otros arqueólogos aún seguían sin en- da como Jay Forrester, teórico de sistemas que ha
tender el papel que las hipótesis juegan en realidad hecho estudios urbanos en Boston para el MIT, ha
en el método científico, e insistían en que las hi- señalado recientemente que:
tres de estoscomple-
. . .cuando uno trata con sistemas principios, a los que regresaremos más
tarde.
jos (como los que ocuparon muchas pobla-
ciones prehistóricas), casi todos los fenóme-
nos que muestran una correlación
2. Morgan alta en
tiempo y espacio probablemente resultarán
ser síntomas coincidentes más que causas
Si el artículo de Flannery y
es "el principio del final",
efectos; esto es así porque las causas últimas
entonces el de Morgan es el "final del final" para
de los fenómenos observados yacen tan atrás
los arqueólogos
en el tiempo o en alguna parte "de la ley y el orden": he aquí a
tan remota
del sistema, que no pueden serundescubiertos
filósofo profesional que después de analizar el
libro de
mediante la prueba estadística Watson, Lede
'exacta Blanc y Redman (1971) (en
lo sucesivo,
Fisher'. Más bien, estas csuasas debenWLR) sobre
serExplicación y Arqueolo-
gía, declarade
encontradas mediante la simulación queproce-
hay muy poco que rescatar en
sos a largo plazo, tal como Forrester
dicho enfoque. lo ha
hecho en sus estudios urbanos (Flannery
La estrategia de Morgan es una estrategia de
1973a:52). pinzas: por un lado, critica primero a Hempel y al
modelo de la "explicación mediante leyes cober-
Así, los arqueólogos serután piensan que la si- toras" (LC), y, según él, lo desacredita; por otro
mulación es la forma de mostrar relaciones causales lado, dice que aún si el modelo LC sirviera, WLR
en las que causa y efecto no están próximas ni en no lo han entendido bien, y lo aplican definitiva-
tiempo ni en espacio; también ven con escepticis- mente mal; en consecuencia, el enfoque queda de-
mo la posibilidad de descubrir un conjunto de leyes rrotado. Morgan intenta mostrar que toda la pre-
que sea "específico para la conducta humana" tensión de "cientificidad" de WLR descansa sobre
(presumiblemente porque las leyes sistémicas son el supuesto de que el análisis que hacen Hempel y
universales para todos los sistemas, y no existen otros "positivistas lógicos es una representación
fenómenos "emergentes" entre un nivel y otro). fiel de la práctica científica. Si resulta ser que la
También desconfían y evitan los enunciados del actividad de los científicos no tiene nada que ver
tipo "si A entonces B"t ya que desconfían de la con la forma en que los positivistas lógicos la re-
"causalidad linear", y prefieren la causalidad mul- construyen, entonces las pretensiones de la nueva
tivariada, "mutua y recíproca". Dichos arqueólo- arqueología deben derrumbarse. Por otro lado, y
gos, según Flannery, no se preocupan por la rele- sorprendentemente, Morgan llega a la conclusión
vancia de la arqueología, aunque esperan que en el de que, para convertirse en una ciencia real, la
futuro pueda ser relevante (Flannery 1973a:53). nueva arqueología no necesita de disquisiciones
A pesar de que Flannery escribe en son de bro- filosóficas, y que, de hecho, aún sin la nueva ar-
ma, lo que dice es definitivamente serio. Por ejem- queología nuestra disciplina ya es una ciencia. Pero
plo, aunque él cree que sería conveniente una veamos esta argumentación en detalle.
integración de los enfoques nomológico y sistémi- Morgan nos recuerda que el modelo de explica-
co, no cree que dicha integración sea factible; y, ción mediante leyes cobertoras (LC) de Hempel
aunque tiene críticas para ambos bandos, es eviden- tiene cuatro variantes distintas: la explicación
te que si se le presionara, él acabaría por aceptar nomológico-deductiva (ND) de eventos particula-
que prefiere un enfoque sistémico-serutan a un res; la explicación nomológico-deductiva (ND) de
enfoque nomológico. Al menos esta es la forma generalidades y leyes; la explicación deductivo-
en que el artículo ha sido tomado por sus colegas, estadística (DE) y la explicación ¡nductivo-estadís-
hay quien se refiere a este artículo como.el "prin- tíca (IS).
cipio del final" del enfoque nomológico, o como Es evidente que la explicación ND de eventos
un "duro golpe contra la nueva arqueología": la particulares no es sino una de cuatro variantes
arrogancia y pretensiones de los arqueólogos hem- posibles, y que por lo tanto equiparar explicación
pelianos había sido finalmente expuesta y demo- mediante leyes cobertoras al modelo ND es inade-
lida. El artículo de Flannery también sirve como cuado. Este señalamiento resulta útil ya que, a pesar
encapsulamiento de algunos de los principios cen- de la frecuente referencia en los escritos de los
trales de la arqueología sistémica: las nociones de nuevos arqueólogos al artículo de 1965 de Hempel
"causalidad sistémica", la importancia de la simu- en que estas variantes se especifican, ni Binford ni
lación como mecanismo de evaluación, y la ¡dea de WLR parecen darse cuenta de que existe más de
leyes sistémicas universales, para mencionar solo una forma de explicación LC. Lo que sucede es
3. Watson, Le Blanc y Redman, al ataque otra vez WLR concluyen señalando que Morgan, al salir-
se de su propio campo y entrar a uno en el que no
Esta segunda actitud mencionada arriba es la que tiene suficiente familiaridad, ha sobrepasado sus
es buena medida está detrás del único intento quepropios límites; su artículo entonces "bordea en
yo conozco de responder al artículo de Morgan: el lo irresponsable, y constituye en una medida con-
que hacen Watson, Le Blanc y Redman (1974). siderable un mal favor tanto a la disciplina de él
Después de atacar a Morgan de no estar familiari- como a la nuestra" (ibid A 31 ).
zado con el campo sobre el que escribe, WLR lo
acusan de 4. Morgan, de nuevo
intentar enredarlos en debate formalista Para complicar las cosas aún más, Morgan decidió
entre filósofos de la ciencia, debate quecontestar
no a WLR; en el mismo número de World
es pertinente a nuestras preocupacionesArchaeology
en se lanza una vez más contra el "trío
nuestro libro Explanation in Archaeology,dinámico". Para empezar, señala que él por supues-
ni a las discusiones actuales sobre teoría
to tiene conocimientos de arqueología, habiendo
arqueológica en general (WLR 1974:125;
dedicado considerable atención a la literatura
subrayados míos).
arqueológica "durante varios años". También piensa
que los puntos de concordancia que WLR creen
WLR reconocen que Morgan ha señalado algunos
haber encontrado con él no existen: él duda que
errores en su libro, y agradecen esas críticas "cons-
el modelo de leyes cobertoras tenga siquiera valor
tructivas*1, pero piensan que Morgan "sera tomado
práctico, y que si WLR no entendieron esto debe
por algunos arqueólogos como un argumento a
atribuirse a "una falta de comprensión para la
favor de la ¡dea de que la arqueología no es y no
crítica que yo he hecho, o a la deshonestidad in-
puede ser una ciencia", por lo que las buenas in-
telectual de WLR" (Morgan 1974:133). De hecho,
tenciones de Morgan tendrán resultados desfavora-
él piensa ahora que se equivocó cuando supuso
bles; y WLR tienen razón, ya que es esta la forma
que WLR "sabían de lo que estaban hablando y
en que el artículo se tomó entre algunos colegas
que realmente implicaban lo que decían" (ibid.).
mexicanos, por ejemplo.
La muestra está en pensar que la crítica de Morgan
Tratando de defender a Hempel, WLR señalan
tuviera algo que ver con la formalización, Godei y
que el modelo de las leyes cobertoras es hoy día
el teorema de incompletud, o cosas parecidas; y
apoyado por filósofos diversos, como Popper,
que no solo Scriven, sino Feyerabend y Kuhn han
Bergman, Nagel, Rescher, Goodman, Rudner y
atacado a Hempel, lo que hace "extremadamente
Scheffler; esta vez también incluyen una lista de
bizarro ver a WLR referirse positivamente a Kuhn
filósofos que han objetado el modelo (principal-
y a Hempel en el mismo golpe de voz" (claro que
mente Scriven), pero también indican que Hempel
aquí Morgan ignora que esta tónica la inició Bin-
ha contestado tales objeciones (seguramente hacen
ford en 1972; ver Binford 1972a). O que mencio-
mención aquí al ensayo de 1965), cosa que Mor- nen el artículo de Brodbeck y no el de Feyerabend
gan parece olvidar.
cuando ambos aparecen en el mismo volumen;
WLR piensan que su simplificación del modelo
claro que aquí Morgan olvida que esta tónica la
puede justificarse como mecanismo heurístico, y
introdujo Spaulding (1968) y la siguieron Martin
no como la intención de entrar en "discusiones
(1971) y el propio Binford (1968b).
formales", que, "como ha mostrado Godei", noPor último, Morgan insiste que la arqueología
pueden proporcionar un modelo completo (!?); no requiere del modelo de las leyes cobertoras
que líos no son formalistas, y que las "dificultades
altamente técnicas" que Morgan mencionan "no
afectan" el uso que ellos hacen de Hempel; ni les cano: "si la cerámica producida en un sitio particular
interesan tales dificultades, ya que según nos dicen, es recuperada por los arqueólogos, entonces hubo
mujeres alfareras en la antigua aldea representada
"no son filósofos, son arqueólogos" (WLR 1974:
hoy día por dicho sitio" (WLR 1974:129). Esta
128).2 "ley" para el Suroeste no solo no valdría como ley
en términos formales (en tanto particular para el
2. Seguramente esto j usati fica su incapacidad para con- Suroeste), sino que es dudoso que sea cierta; y no
testar a Morgan, o el hecho de que propongan como es lo mismo "hipótesis" que "ley" o que "enunciado
ejemplo de "ley" una que aplicaría para los casos falso". Y lo mismo pod r fa decirse de los otros ejem-
tratados por Hill y Longacre en el Suroeste Ameri- plos que ofrecen.
para poder ser una ciencia, que valece existe solo un paso,
la arqueología yay no se requirió de mu-
es una ciencia, y que incluso en choel
para darlo. "tradi-
bando
cionalista" se practica ciencia; como Un efecto claro dede
prueba esta polémica fue la reducción
más
ello menciona que los tradicionalistas usan técni- o menos drástica del número de artículos so-
cas tomadas de la geología, la botánica o la bre la explicación y el método en arqueología
zoología (!) (Morgan 1974:136). Lejos de ayudar escritos por arqueólogos. La gente se volvió más
al progreso de la arqueología, el modelo CL la cautelosa o simplemente perdió interés y esperan-
za en temas relacionados con la filosofía de la
detendrá, por lo que habría que hacer es recha-
zar el modelo ya que ello aumentará nuestro cono- ciencia. Este tipo de actitud la ejemplifica perfec-
cimiento: "No es aconsejable adoptar como recetatamente el colega que me comentaba hace apenas
una doctrina filosófica tan ardientemente debatida;dos años "¿todavía crees en la explicación? ¿Aún
tales recetas con más facilidad tenderán a constipar,después de Morgan? Tal vez una de las pocas ex-
atontar o aún a matar al paciente que a hacerlecepciones a esta actitud es Steve Le Blanc, quien
algún bien" {ibid: 137). intentó en 1973 refutar las argumentaciones de
Flannery, clarificar las nociones de "confirmación'1
5. Morgan: 2t WLR: 7 (?) y "apoyo inductivo", e incluso trató de criticar el
"modelo sistémico de la explicación" que estaba
He querido tratar este episodio entre Morgan yadquiriendo popularidad. Pero al parecer la idea
WLR con algún detalle, porque ha sido de grande tratar de profundizar el problema metodoló-
importancia entre los arqueólogos, y para ilustrar gico había caído ya del favor de los arqueólogos,
la naturaleza emocional del debate. Por otro lado incluyendo algunos cuyo repentino cambio de
actitud resulta sorprendente. . .
es bastante único, en el sentido de que un filósofo
de la ciencia profesional se toma de hecho el tiem-
6. El regreso de Binford
po y el trabajo de señalar a un grupo de arqueólo-
gos que no han entendido bien la problemática de
No estoy seguro de cuál puede ser (si es que hay
la que hablan.3
alguna) la conexión entre este debate y el cambio
Por otro lado, la polémica misma resulta curiosa:
de actitud en Binford; puede ser más bien que Bin-
alguien toma a un grupo de arqueólogos que ford parase dedicó durante varios años en forma inten-
ese momento no tenían aún mayor notoriedad, los
siva al trabajo de campo para poder contar con "los
erige en representativos de la nueva arqueología
datos" que exigían sus críticos; el caso es que, tal
y, sobre esta base, generaliza sobre la posición en
como mencionáramos en la primera parte de este
su conjunto. Esta estrategia tiene el defecto central
ensayo (Gándara 1980b:28-40), Binford proponía
que señalábamos al iniciar la primera parte de este
ya en 1974 que los filósofos de la ciencia no hacen
ensayo: no toca a los autores centrales, como Bin-
sino "codificar" la conducta de los científicos, y
ford, que "salen ¡lesos" del percance, a pesar de
que sus reconstrucciones pueden o no, en un mo-
que ellos -y en especial Binford- comete exacta-
mento dado, reflejar el funcionamiento real de
mente los mismos errores. Resulta fácil para Bin-
la ciencia; no daba por descontada a la filosofía de la
ford luego utilizar los argumentos de Morgan para
ciencia, pero este tono no es el de optimismo que
descalificar como dignos miembros del grupo a
mostrara en sus trabajos de finales de los años
WLR, planteando así una distancia que lo deja a
sesentas. Mencionamos ya (ibid.) que para 1977
él a salvo, tal como veremos después. Y desde otroesta actitud se consolidó como una nueva posición
ángulo, la respuesta de WLR es altamente indicati-
ante los problemas metodológicos, pero en la que
va: ellos insisten en que no les interesan "los deta-
esta vez Binford ya no requiere de citar filósofos
lles" del modelo de Hempel, que no consideran de la ciencia, tal vez porque los argumentos que
"pertinente" enterarse del debate. De esta actitud
usa los considera bien conocidos o porque se con-
a la de indiferencia y desconfianza que ahora pre-sidera a sí mismo una autoridad suficiente en la
materia. Y considera que sus propios pronuncia-
3. Es interesante notar que, aunque el esposo de Patti mientos no solo constituyen análisis adecuados,
Jo Watson también es filósofo profesional, los sino que incluso tienen un peso normativo o pres-
errores que Morgan señala hayan escapado a los criptivo.
lectores árbitros que reseñaron el libro (incluyendo
probablemente al propio Mr. Watson) antes de su Esta actitud es claramente ejemplificada cuando,
publicación. en un intento de separarse de aquellos que han
sido considerados como correligionarios suyos salida (ibid.); curiosamente Binford cree que es
pero que han "distorsionado la naturaleza del ésto lo que constituye el "principio de incertidum-
método científico", nos recuerda que el método bre" (!).
tiene que ver con "la evaluación de las ideas y no Las proposiciones "tentativas" son de dos tipos:
con sus fuentes", "con la evaluación de la teoría"; "hipótesis" deducidas de las ¡deas que queremos
y principia cuando el científico asigna relevancia evaluar, y "definiciones" que determinan los
a sus observaciones en términos de las variables materiales relevantes a ser obtenidos; esta distin-
que le interesan. Como ejemplo Binford usa ción
la que hace Binford es una que, según él, los
noción de "presión demográfica", y se pregunta
arqueólogos no han entendido, desperdiciando así
qué observaciones empíricas son relevantes a tiempo
esta y esfuerzo al tratar de "garantizar" las
"definiciones operacionales", cuando éstas no son
variable y podrían informarnos "en forma confia-
ble y no-ambigua" sobre ella: ¿deberemos contar
sino convenciones; la contrastación de definiciones
sitios, entierros, número de vasijas rotas? Esto es
se un ejercicio vano de metodología, o "en el peor
logra, según Binford, mediante una "definición de los casos, una actividad trivial", como sucede
operacional", la cual involucra "una convencióncon el trabajo de Hill (Binford 1977:4). Y no
para asignar significado a una clase específicatodas
de las proposiciones son hipótesis: encontrar
un cisne negro no refuta "todos los cisnes son
materiales empíricos"; y ya que las definiciones
son convenciones y no hipótesis, ellas puedenblancos",
ser sino solo señala la necesidad de modificar
evaluadas solo en términos de su "utilidad"; ladedefinición original (ésta es una original teoría
de la conformación, ya que contradice la posición
hecho, la ciencia tiene como objeto la "evaluación
que Binford supuestamente tomó de Hempel; por
de las herramientas culturales" (Binford 1977:2-3).
desgracia, Binford no dice de donde la sacó). La
Claro que al asignar significados el científico parte
diferencia entre hipótesis y proposición se les es-
del supuesto de que los significados que asigna son
capa a los arqueólogos y en especial a Le Blanc,
relevantes, y esta es una paradoja de la que no hay
trastación de enunciados estadísticos, ya que más allá que el de mostrar que el grupo de "la-ley-
ningún enunciado que trate sobre la compo- y-el-orden" se había equivocado una vez más; de
sición de una muestra puede ser deducido de hecho, al año siguiente ella regresaría para aclarar
un enunciado estadístico (Salmon, M. 1975: que no tenía nada en contra del lado nomológico
459; subrayado mío). ni a favor del sistémico, sino que solo trataba de
Y, por supuesto, peor para los arqueólogos, ya aclarar ciertos errores de comprensión sobre el papel
que "muchas de las hipótesis que los arqueólogos real del método hipotético deductivo y el modelo
tienen interés en contrastar son de tipo estadístico" DN de la explicación. Una confusión frecuente,
{ibid.). Afortunadamente, los enunciados de este según nos dice, es la actitud anti-inductiva de algu-
tipo pueden ser evaluados mediante procedimien- nos nuevos-arqueólogos, olvidando que la confir-
tos de muestreo estadístico, y de hecho "la teoría mación de hipótesis depende en gran medida de la
de la confirmación de hipótesis estadísticas está inducción; por lo tanto, el etiquetar a los arqueólo-
bien desarrollada ya", aún si todavía hay contro- gos como "inductivos" o "deductivos" es confuso
versias al respecto [ibid.). e innecesario (Salmon 1976:377). Y por otro lado,
Salmon comenta sobre los criterios de confir- la lógica de la contrastación es más compleja de lo
mación que propone Le Blanc, quien a su vez que los WLR nos harían creer, por el problema de la
tomó (reinterpretándolos) de Hempel (1965b). hipótesis auxiliares; tal como se mencionara antes,
Tales criterios tienen serios problemas, ya que la se soluciona mediante una aplicación de la
esto
contrastación siempre involucra hipótesis auxilia-teoría bayesiana de la probabilidad, que también
res, nos dice Salmon, pero estas dificultades pueden
evitaría que los arqueólogos se comprometan con
de nuevo ser superadas mediante técnicas estadís-una posición determinista.5
ticas. Pero resulta ser que dichas técnicas dependenPero aún este nuevo artículo no ayudó mucho
de una interpretación de la teoría de la probabili-
a la causa de los arqueólogos nomológicos; y como
dad llamada "interpretación subjetiva", y asociada
también el tono del primer artículo (Salmon, M.
normalmente a Bayes (Skirms 1975:40-212). Com- 1978) podría interpretarse como favorable para el
binando la probabilidad subjetiva con el método
lado sistémico, Salmon tuvo que volver a la polé-
hipotético deductivo podremos establecer la posi-
mica aclarando su posición respecto a la explica-
bilidad o probabilidad de las hipótesis, según Sal-
ción "sistémica", en otro artículo (Salmon, M.
mon (ibid:462) (como veremos más tarde, esta po-
1978) al que nos referiremos adelante.
sición se llama "probabilista", y según otros filó-
sofos de la ciencia es inaceptable; cf. Lakatos 8. Desorden entre las filas de "la-ley-y-e I-orden"
1970).
Finalmente Salmon cierra sus comentarios di- Hagamos una pausa para intentar hacer un resu-
ciendo que los intentos de explicación sistematica
men de la situación hasta este momento. Al prin-
han intentado tratar los problemas de relevancia,
cipio de la década de los setenta empezó a existir
que normalmente escapan al modelo hempeliano; una insatisfacción cada vez más profunda con el
incidentalmente, el modelo que W.C. Salmon pro- uso mecánico y trivial de lo que los arqueólogos
pone trata en forma adecuada este problema. Estoprocesuales llamaron "el método científico".
es importante ya que Algunos arqueólogos además dudaban que tanto
La tarea de la nueva arqueología es impor-el método hipotético deductivo como la explica-
ción mediante leyes cobertoras (LC) pudieran
tante y emocionante, pero la impresión equi-
vocada de compromiso con una concepción capturar en forma adecuada las complejidades de
estrecha que equipara "método científico" los sistemas y la causalidad sistémica presente en
con la aceptación de la conformación H-D la
y cultura. También desconfiaban de las "leyes
la explicación N-D (hempelianas) va en detri-
generales" y preferían un modelo de explicación
mento de la causa (Salmon, M. 1975:464).
Evidentemente el tono del artículo es mucho
5. Es interesante notar que Salmon no menciona a
más amigable que el de Morgan; Salmon señala que Duhem, que fue quien primero formuló el problema
una forma de evitar críticas como la de Morgan es de la contrastación al que ella hace referencia, y que
ampliando el modelo e incluyendo otros (como el tampoco nos informa que la interpretación Bayesiana
de la probabilidad es altamente discutida entre los
de W.C. Salmon, por supuesto). Tal vez porque
filósofos de la ciencia (cf. Lakatos, 1970:105-102,
este modelo (llamado "RE") es más difícil de enten- sobre Duhem; Skirms 1975:caps. V, VI y Vil; Levy
der, el artículo de Salmon no tuvo mayor impacto, 1967 sobre Bayes).
estrategia corresponde a lo que Lakatos (1970) es más importante; autores como Ashby (1965) y
ha llamado "falsificacionismo dogmático", y queHagget (1965) parecen haber tenido originalmente
implica una determinada epistemología, un criterio mayor influencia que Bertalanffy en su obra. Sin
de cientificidad, y una noción muy particular deembargo, curiosamente el resto de los arqueólogos
lo que significa la racionalidad científica. reconocen explícita o implícitamente a Bertalanffy
Dado que el grupo sistémico no es un grupo como la fuente original de su posición, y le dan a
homogéneo, autores específicos pueden no enfa- la teoría general de sistemas un lugar privilegiado,
tizar en la misma medida todos estos puntos. Pero tal vez siguiendo la mención que hace de este autor
en general la caracterización parece ser válida, y el propio Flannery (en 1973a:51 y 1967:107), a
capturar cuando menos algunos de los puntos pesar de que la obra de Flannery tiene poco que
centrales de la obra de autores que quedarían como ver con Bertalanffy. De cualquier manera, la obra
"sistémicos" bajo este criterio (autores como Flan- de los arqueólogos sistémicos hace frecuente refe-
nery, Hill, Saxe, Wright, Blanton, Earle, Ford, rencia a la teoría general de sistemas (en adelante
Johnson, Tuggle, Townsend, Riley, y otros en TGS), cuya creación Bertalanffy se atribuye en
mayor o menor medida). Otros autores pertene- numerosas publicaciones, (véase Bertalanffy, 1971
cerían a un grupo ecléctico que usa tanto un enfo- para una bibliografía de este autor).
que derivado de la teoría de sistemas como del
modelo nomológico (como Clarke en sus últimos2.1 . La teoría general de sistemas (TGS)
trabajos).
Ludwig von Bertalanffy empezó como biólogo, e
2. Desarrollo de la tendencia sistémica. hizo importantes contribuciones a esta disciplina
durante las décadas de los veinte y los treinta. De
La arqueología sistémica parece haber tenido cuna acuerdo al propio Bertalanffy (1978:31-2, orig.
doble: una, entre los miembros de la nueva ar- 1972), él creó el enfoque "organísmico" como
queología, con Flannery, y otra en Inglaterra, con una reacción en contra de los excesos tanto de los
David Clarke (quien originalmente rechazaba a la"mecanicistas?* como de los "neovita listas"; los pri-
nueva arqueología, a pesar de que frecuentemente meros sostenían un modelo mecánico para los
se le confunde con los nuevos-arqueólogos). Ambos seres vivos, derivado de la tradición cartesiana
autores vieron en un enfoque sistémico una pode- ("analítica", como le llama Bertalanffy); ya en
rosa herramienta que les permitiría organizar yeste siglo, este enfoque fue retomado por algunos
explicar las relaciones complejas entre las variables neopositivistas, quienes esperaban algún día lograr
de un sistema cultural. Su introducción de un en- una ciencia unificada, a partir de programas de
foque sistémico era compatible con la concepción reducción de unas teorías a otras (en los que, por
sistémica de la cultura, y en el caso de Flannery, supuesto, la base de la reducción eran las teorías
con la noción de la cultura como mecanismo adap- fisico-químicas). Uno de los problemas con un
tativo. Llevaría a la arqueología un paso más cerca enfoque reduccionista de este tipo es que -apun-
de la ecología cultural y la teoría de los ecosiste- ta Bertalanffy- la mera descripción en términos
mas culturales que habían ganado considerable físico químicos no permite discernir entre un ser
popularidad a mediados de la década de los sesen- inerte y uno vivo. Además de que, como en el caso
tas, con autores como Rappapport (1979), Maru- de otros programas reduccionistas, es dudoso que
yama (1963) y Vayda (1964). los términos teóricos y principios generales de una
Originalmente, la inspiración de la tendencia disciplina puedan en realidad ser eliminados en
sistémica parece haber sido también dual: en el favor de términos y principios generados original-
caso de Flannery, su entrenamiento como zoólogo mente para niveles distintos de organización de la
(ya que fue esta su licenciatura original), lo puso materia y la energía (esto es, entre los que existen
en contacto con teóricos de ecosistemas en zoolo- discontinuidades y "fenómenos emergentes" im-
gía, y le dio acceso a la teoría de sistemas en gene- portantes).
ral. Hay que recordar que Flannery se inició en la Por otro lado, los neovitalistas (como Driesch
arqueología trabajando como especialista en paleo- y Bergson) sostuvieron a principios de siglo una
zoología, por lo que sus intereses siempre han argumentación en el sentido de que los organismos
tenido estrecha relación a la ecología y la teoría muestran un tipo especial de conducta, la "con-
de los ecosistemas culturales. En el caso de Clarke ducta-orientada-a fines" o "teleológica"; sin em-
la influencia de la cibernética y la nueva geografía bargo, ligaban esta conducta con entidades que
promover la unidad de la ciencia mejorando de sistemas; y, al parecer, fue a través de ésta que
la comunicación entre los especialistas la TGS impacto a la arqueología. Flannery fue el
(ibid:37). primero en aplicar ideas de la teoría ecológica de
sistemas a la arqueología; estas ideas fueron parte
Este párrafo resulta importantímo; ya habremos de su formación como zoólogo, por lo que resul-
de regresar a él más tarde. El caso es que de esta taba natural su importación hacia la arqueología;
formulación original Bertalanffy derivaría no solo en especial si recordamos que a mediados de los
una teoría, sino toda una ciencia y una filosofía; sesenta hubo un reflorecimiento de la ecología
en su opinión, el término "teoría general de siste- cultural. De hecho, el enfoque que Flannery desa-
mas", en su sentido "técnico" o estrecho, hace rrollaría tiene mucho más que ver con Maruyama,
referencia a "una teoría matemática" (/M/:38); Vayda y Rappaport, y con autores de ecología
sin embargo, el desarrollo general de la teoría de animales, que con Bertalanffy. Por otro lado,
permite dilucidar tendencias y partes: por ejemplo, el tipo de ecología cultural que estos autores prac-
la ciencia de los sistemas ("comprende la explora- tican difiere considerablemente del normalmente
ción y teoría de los 'sistemas' en las distintas cien- relacionado a autores como Steward y Sanders.
cias-física, biología, psicología, ciencias sociales", Flannery mostró la fertilidad de un enfoque de
así como a la teoría general de sistemas); la teoría esta naturaleza en su análisis, ahora clásico, de las
de los sistemas matemáticos ("un campo lógico adaptaciones de cazadores-recolectores tempranos
matemático"); la tecnología de sistemas (que se en Mesoamérica (Flannery 1968); combinando su
encarga de las aplicaciones prácticas, sobre todo en conocimiento de ecología con su amplio dominio
el campo de la computación); y finalmente, la filo- de la etnografía, Flannery presenta una imagen
sofía de sistemas, que comprende una "ontologia" realista de los cazadores tempranos, y de los ciclos
(que trata sobre la propiedad de los diferentes adaptativos en los que participaban. Este enfoque
tipos de sistemas), una "epistemología" (en que se tiene muchas características positivas, como el
propone una teoría "perspectivista" y "activa" del señalar la inutilidad teórica de la búsqueda de "la
conocimiento), y un sistema de valores (que trata primera semilla cultivada", o el "primer animal
sobre las valoraciones, símbolos, etcétera). La inte- domesticado" u otros "primeros eventos", ya que
gración de todas estas esferas se propone como las transformaciones adap tati vas ocurren como
necesaria e inevitable, a diferencia de la actitud procesos graduales (al menos las que él estudia).
neopositivista, que trató de mantenerlas separadas, Flannery esboza en este artículo las características
o de hacer ilegítimas a algunas (como la ética). centrales de su modelo de los cambios culturales:
(Bertalanffy 1978: 38-50; 1971:caps. 1, 3, 8). las transformaciones (tales como el origen de la
Es interesante notar cómo Bertalanffy clama agricultura), ocurren como resultado de la incapa-
para la teoría general de sistemas campos y teorías cidad de ciertos mecanismos de regulación para
claramente independientes de ella, como la teoría mantener los valores de variables cruciales dentro
de los juegos, la teoría de conjuntos, grafos y redes, de ciertos "límites" {goal ranges) (Flannery 1968).
la cibernética y la teoría de los autómatas, la teoría Más tarde Flannery utilizaría este mismo enfo-
de la información, etcétera (Bertalanffy, 1971: que al tratar el origen de la civilización y el Estado
cap. 1). Esto, supuestamente, muestra la naturaleza (1972), y el de la agricultura (1973). Al mismo
fértil e integradora del enfoque sistémico (Berta- tiempo delineó un modelo general capaz de expli-
lanffy 1978:40). Curiosamente, en la introducción car por qué fracasan las teorías simplistas de "mo-
a la segunda edición de General Systems Theory tor primario"; señaló la necesidad de tratar con los
(1971), Bertalanffy cita como ejemplo del impac- procesos causales en una form? no-linear, sino
to de la teoría general de sistemas incluso en cam- como "causalidad recíproca", que trabaja a largo
pos remotos como la arqueología, la obra de Flan- plazo; y por otro lado, en la que tal vez sea su con-
nery (1968). tribución más importante, señalar que si bien los
procesos evolutivos pueden ser generales (e incluso
2.2. La TGSy la arqueolología comunes a todas las especies), las condiciones de
tensión socio-ambiental que "disparan" los proce-
A pesar de que muchos arqueólogos citan como sos pueden ser distintas; y seleccionar, en cada
fuentes de su enfoque a Bertalanffy y a Asbhy, los caso, mecanismos que son también de orden gene-
orígenes de la arqueología sistémica en Estados ral. Es por ello, según Flannery, que las teorías
Unidos pueden rastrearse hacia la teoría ecológica sobre los orígenes del Estado parecen funcionar
de nuevas condiciones y supuestos auxiliares. Y tes; b) que la TGS tiene problemas propios, y que
esto permite la explicación de fenómenos de todos al ser introducida en la arqueología, lo único que
los órdenes, sin necesidad de recurrir a "leyes gene- logrará será complicar los problemas que la disci-
rales de ningún tipo", sino mediante la mera invo- plina ya tiene.
cación de "reglas" o "principios" que conectan a Un ejemplo temprano de la primera línea de
las variables en formas pre-especificadas (Tuggle, crítica es el artículo de Doran (1970:291) Doran
Townsend and Riley 1972:8). Este concepto de critica el análisis que hace Flannery (1968) de los
"explicación" sistémica es, de acuerdo a estos auto- sistemas cazadores-recolectores tempranos en Meso-
res, especialmente adecuado para tratar con los américa, señalando que el uso de la terminología
problemas de "morfogénesis" o las formas en que sistémica no es sino un embellecimiento cosmético;
los sistemas abiertos "elaboran estructuras", como que los méritos (que Doran reconoce) del artículo
supuestamente ha mostrado otro especialista en la no han de ser atribuidos a la TGS, que no fue sino
aplicación de la TGS, Bucley {ibid: cf. Bucley, un "vehículo neutral para el pensamiento claro de
1967). Flannery" (Doran 1970: ). Doran nos recuerda
Todavía más sorprendentemente, se nos infor- que existe una diferencia entre las TGS y las teorías
ma que este modelo está capacitado para tratar específicas, matemáticas, que apoyan campos como
con la "unicidad" y particularidad de los fenóme- la cibernética o la teoría de la información; que
nos de tipo orgánico y social, especificidad que la TGS no es a fin de cuentas sino una manera de
supuestamente niega el modelo de explicación organizar los datos; una nueva manera de aproxi-
mediante leyes cobertoras (CL). Y retoma el marse a los viejos problemas. Sin embargo, la ter-
enfoque de la "coherencia", que busca y considera minología es una arma de dos filos cuya ambigüe-
a la explicación pero solo como una manera y no dad hay que tener presente.
la única manera de aproximarse a los fenómenos; Otro ejemplo de esta forma de argumentación
pone el énfasis explicativo en "el sistema mismo, es el artículo de Le Blanc (1973) al que hemos he-
más que en los datos"; y permite dejar de lado los cho referencia antes. Le Blanc intentó mostrar
problemas de causalidad y otras nociones metafí- como el modelo de Meehan que Tuggle, Townsend
sicas ya que "mantiene a la explicación dentro y Riley intentaban introducir como alternativa,
del sistema" (Tuggle, Townsend and Riley 1 972:8). lejos de no requerir leyes, lo único que hacía era
Es también compatible, aunque los autores no lo darles otro nombre; y que, de hecho, el modelo
especifiquen explícitamente, con la epistemología mismo tenía problemas diversos. Es en este punto
"perspectiva" de Bertalanffy, en que "no existe en que, a diferencia de Binford, Salmon reconoce
realidad otra que la producida por la percepción", que Le Blanc tiene razón (Salmon, M. 1975).
por lo que todas las "perspectivas" son igualmente La segunda línea de crítica ha estado represen-
valiosas, todos los puntos de vista igualmente res- tada ni más ni menos que por M. Salmon misma.
petables. En suma, el relativismo rampante; pero Después de que sus artículos anteriores habían
me guardo mis comentarios sobre esta joya biblio- sido tomados frecuentemente como apoyo en
gráfica para más adelante. contra de la posición nomológica, Salmon hace
un nuevo intento de poner las cosas en claro en
3. Evaluación crítica de la arqueología sistémica 1978. En esta ocasión ella intenta "poner en duda
la relevancia de la teoría de sistemas para la arqueo-
3.1. Críticas al enfoque sistémico. logía"; no solo en cuanto a lo oscuro o ambiguo
de la terminología, sino en cuanto a su capacidad
Es necesario notar, de entrada, que la arqueología explicativa en sí. Y el ataque se centra en el punto
sistémica no fue saludada universalmente como la medular y obvio: "La teoría general de sistemas
alternativa que corregiría los excesos del enfoque (TGS) no es una teoría genuina", sino "un progra-
nomológico. Hubo, desde un principio, autores ma para desarrollar una teoría", programa que
que tuvieron una actitud crítica, incluso cuando "nunca ha logrado realmente despegar". La TGS
el enfoque sistémico no había ganado aún la popu- debe distinguirse de la teoría matemática de siste-
laridad que tiene hoy. mas, que es una teoría real, pero una "teoría de
La crítica de la arqueología sistémica normal- las matemáticas puras" (Salmon 1977:176).
mente toma una de dos formas: a) mostrar que los La TGS no puede ser una teoría en ausencia de
arqueólogos están malinterpretando la TGS, o que principios generales que, a diferencia de los que ha
no la están usando en formas realmente importan- ofrecido hasta ahora, no sean vacuos o tautológi-
mentos adicionales. Para ello será necesario antes sobre confusiones entre uno y otro significado. Por
tratar de aclarar la noción de "teoría". ejemplo, en la pregunta que inicia esta sección, nos
interesa determinar si la TGS es una teoría ¿en el
3.2.1. Cuatro acepciones del término ' 'teoría ' ' sentido (c) o en el sentido (d)l ¿A qué se refiere
M. Salmon cuando dice que la TGS no es una teo-
Como preparativo para la discusión crítica global, ría real? ¿Al sentido (c) o al (d)l
y en vista de que es pertinente hacer ya el análisis De estas cuatro acepciones tal vez la más difícil
del término "teoría", quisiéramos ofrecer algunas de analizar es la tercera, (c) "teoría en sentido
precisiones al respecto. El término "teoría" se usa partitivo. Qué es una teoría, cuál es su estructura,
con una gran liberalidad, pero conviene tener claro etcétera, ha sido un tema altamente debatido en
que generalmente se mezclan en este uso informal las últimas dos décadas entre los filósofos e histo-
cuatro acepciones distintas: dos que son de hechoriadores de la ciencia; por consiguiente, no pretendo
vulgarizaciones del término, usos coloquiales en que la caracterización que ofreceré ahora sea com-
sentido amplio, y dos que tienen un sentido técni- pleta o no haya sido criticada en algún momento;
co, controlado si bien variable en sus diferentespero me parece, hasta donde mis lecturas me per-
interpretaciones. Los usos en cuestión son: miten darme cuenta, que incorpora los elementos
de las definiciones que incluso autores de diferen-
a) "teoría" en el sentido de "corazonada", tes corrientes han propuesto. La caracterización
"especulación", "interpretación", etcétera, como la he tomado de Rudner (1966:18).
por ejemplo, en la locución y tener calidad inter-
nacional", o "Holmes tiene una teoría sobre quien Según Rudner, para que algo califique como
es el asesino". Es evidente que en la mayoría de teoría, debe cumplir como mínimo tres requisitos:
los casos de este tipo uno podría sustituir "teoría"
por alguno de los otros términos mencionados 1 ) Debe contener un conjunto de enunciados
arriba, y otros similares, sin mella (y si con ganan- sistemáticamente relacionados; en el caso de teo-
cia en la precisión) del significado que se intenta rías altamente desarrolladas, como las que com-
en tales locuciones.
prenden la mecánica newtoniana, la relación siste-
b) "Teoría" como equivalente a "ideal", "situa- mática toma la forma de una articulación deduc-
ción en principio", etcétera, como en las locuciones tiva casi completa, en la que algunos enunciados
"en teoría, en el capitalismo latinoamericano exis- actúan como postulados o axiomas, y de ello se
te la democracia, pero en la práctica. . ."; o "endesprenden teoremas; sin embargo, la axiomatiza-
teoría, todo es sencillo, pero en la práctica. . ." ción deductiva no es un requisito indispensable.
Aquí puede sustituirse "el teoría" por "en prin- 2) Debe contener cuando menos un principio
cipio" o "idealmente", de nuevo sin mella al sig-general tipo-ley. Los principios generales tipo-ley
nificado.
son enunciados esencialmente generalizados, uni-
c) "Teoría" en el sentido partitivo, como refe- versales, no instanciados en principio, que estable-
rencia a teorías específicas: "la teoría marxista cen la relación entre dos o mas variables, conjunto
del valor", "la teoría freudiana de la histeria". o sistema de variables.
Sobre este sentido abundaremos abajo. La única diferencia entre un principio general
d) "Teoría" en el sentido de "posición teórica", tipo-ley y una ley está en que el primero puede
"paradigma", "programa de investigación científi- resultar ser falso, mientras que para el segundo se
ca", etcétera; se hace referencia aquí al conjunto pide que sea o verdadero o altamente confirmado,
de teorías sustantivas o específicas, mas los proce- o altamente corroborado, según los autores.
dimientos técnicos, los normamientos metodoló- 3) Debe ser emp incarnente contrastable en prin-
gicos, los supuestos epistemológicos y ontológicos, cipio; éste es tal vez el más controvertido de los
etcétera; por ejemplo, "la teoría marxista", "la requisitos, ya que en un principio más que con-
teoría freudiana", en la que se incluyen las teorías trastabilidad se pedía "significado o cogencia
sustantivas o particulares mencionadas arriba. empírica", pero esta parte del programa neopositi-
Este esquema de análisis no pretende ser pri- vista fracasó desde hace ya muchos años. En su
vativo de otros, original, o exhaustivo; puede tal lugar se pidió contrastabilidad total (que la teoría
vez resultar obvio, pero es claro que estas cuatrosea susceptible de ser probada), o falsabilidad total
acepciones (sobre todo las dos últimas) se mezclan (que la teoría sea susceptible de ser refutada), pero
con frecuencia, y que algunas discusiones bordanla mayoría de los autores han reducido la exigencia
Sin entrar aquí en el problema de hasta dóndeción en la disciplina a la que se transfiere; y sólo
es posible hablar de "verdades en función de los después de haber obtenido suficiente apoyo em-
significados de los términos de un enunciado", lapírico podría ser considerados una "ley" de dicha
diferencia a la que hacemos referencia pasa por disciplina. Este es el único procedimiento por el
la discusión de la forma en que el enunciado "losque un principio general se convierte en "ley".
solteros son personas no-casadas" puede ser auto-Curiosamente, Bertalanffy cree haber descubierto
máticamente "verdadero", mientras que el enun-un nuevo procedimiento: es posible llegar a "leys"
ciado "todos los pesos atómicos son números en una manera "puramente formal". (Bertalanffy
enteros" no tiene nada de "autoevidente", o "ver- 1971: 62-63). 8a. De nuevo, se confunde aquí for-
dadero en función de los términos involucrados". mula con ley.
2 + 2 tendrá que ser igual a 4 y automáticamente
válido (a menos de que estemos empleando los tér- 3.2.3. El "programa" general de la TGS
minos en sentidos diferentes al de la aritmética
normal); no sucede lo mismo con "a toda acción Salmon ha apuntado que más que una teoría, la
corresponde una reacción igual y en sentido con- es un "programa para construir una teoría",
TGS
trario". programa que hasta ahora no ha resultado (Sal-
Todo esto no tiene otro objeto más que señalar mon, M. 1978). Uno podría cuestionar si el "pro-
grama" en cuestión es un programa consistente y
que las disciplinas formales no proceden mediante
"contrastación" empírica. Es mucho más adecuadorazonable. He intentado mostrar antes como la
idea de transferir "leyes" o "principios" de una
hablar de "demostración", "prueba" "derivación",
disciplina a otra no puede proceder en los términos
etcétera, que de "contrastación", "experimento",
o nociones similares. Al carecer de contenidos em- deseados por Bertalanffy y otros teóricos de siste-
píricos, las disciplinas formales no dependen de la mas. Pero existen dificultades adicionales.
contrastación para evaluar sus proposiciones. Pero Berlinski (1978) ha dedicado todo un libro a
esto significa también que las proposiciones forma- desenmascarar el programa de la TGS. Berlinski
les no pueden ser ¡guales a las que forman el cuerpo es un matemático un especialista en cibernética y
de las teorías de la ciencia empírica. Si esto es además filosofo de la ciencia. Analizando a los
cierto, y si en efecto, como Bertalanffy repite más importantes autores de la TGS Berlinski llega
frecuentemente, la TGS es una disciplina "formal",a conclusiones similares a las expresadas aquí: si
entonces carece tanto de leyes empíricas como de la TGS pretende que sus "leyes" son válidas para
la capacidad de ser contrastale en principio; encualquier campo irrespectivamente de la naturale-
consecuencia, la TGS no es una teoría empírica za de éste, entonces las "leyes" de la TGS son o
en el sentido partitivo. tautológicas o son las leyes de la lógica; en cual-
Como se verá, esta es la conclusión a la que q-;er caso, esto descarta a la TGS como teoría
también llega Salmon (1978). Si esta conclusión esempírica (ibid: 4). Y no pueden resolverse los pro-
cierta, entonces se siguen varias consecuencias. Por blemas de las disciplinas empíricas mediante la
ejemplo, la idea de que puedan "transferirse" leyes "importación" de "fórmulas" de disciplinas for-
de una disciplina a otra resulta absurda: no basta
con importar fórmulas, o señalar que las ecuaciones 8a. ". . . ciertas leyes de la naturaleza pueden lograrse
que representan el crecimiento en biología, econo- no solo sobre la base de la experiencia, sino también
mía y otras disciplinas son formalmente análogas; en una forma puramente formal. Las equaciones que
hemos discutido (N.T.: sistemas de ecuaciones
en consecuencia, es inútil (aunque tal vez bien diferenciales simultáneas) significan ni más ni menos
intencionada), la idea de que se intentará evitar que el sistema más bien general de ecuaciones (ha
la redundancia entre distintos campos del saber al sido desarrollado) como una serie de Taylor y se le
transferir de disciplinas avanzadas principios tipo han aplicado condiciones adecuadas. En este sentido,
ley otras disciplinas menos desarrolladas. Pero in- tales leyes son 'a priori', independientemente de su
interpretación física, química, biológica, sociológica,
cluso si la TGS tuviera leyes auténticas, esto es, etc. En otras palabras, esto muestra la existencia de
principios generales tipo ley altamente confirma- un sistema general de teoría que trata de las caracte-
dos/corroborados, la transferencia a la que apunta rísticas formales de un sistema, en que los hechos
el programa de la Sociedad de TGS sigue siendo concretos aparecen como sus aplicaciones prácticas
mediante la definición de variables y parámetros.
ilegítima: no basta apuntar analogía o isomorfis-
O, en términos de nuevo diferentes, estos ejemplos
mos formales: cada uno de dichos principios muestran una unidad formal en la naturaleza" (Ber-
generales tendría que ser sometido a contrasta- talanffy 1971:62-63).
íos animales que las tienen como experiencias, 3.3.1 .1 . Las explicaciones "sistémicas"
incluyendo al hombre. Este relativismo desde un
punto de vista biológico es un interesante paralelo
al relativismo de las categorías culturales visto desde Gran parte del énfasis de la tendencia sistémica ha
la perspectiva de la cultura y el lenguaje" (Bertalanffy sido sobre lo inadecuado que resulta para sus prac-
1971:232); ". . . las categorías de la congnición ticantes el modelo LC de la explicación. La expli-
dependen, primero, en factores biológicos, y en cación sistémica vendría a "solucionar" este pro-
segundo lugar, en factores culturales" (ibid). ". . . lo
blema, ya que, como Tuggle, Townsend y Riley
que es visto depende de nuestra 'apercepción',
proponen, este tipo de explicación supuestamente
de nuestra línea de atención e interés, la cual, a su
vez, está determinada por el entrenamiento, esto es, no requiere de leyes. Por otro lado, los seguidores
por los símbolos lingüísticos con los que representa- de la TGS piensan que no tienen que recurrir a
mos y resumimos la realidad" (Ibid -"La Relatividad ofrecer explicaciones, dado que la TGS las propon-
de las Categorías" (orig. 1955, en Bertalanffy 1971: drá a partir de su cuerpo general de teoría. Sin
236). Es interesante que en el mismo artículo
Bertalanffy parece tomar una posición realista o embargo, estas dos proposiciones no soportan un
materialista de algún tipo; no es claro entonces si análisis detallado. En cuanto a la primera, hemos
su epistemología es consistente, (ver págs. 241-3).mencionado antes que simplemente sustituir "re-
Dicho en otros términos, habrá que demostrar que leyes cobertoras, al que supuestamente han reac-
la base de la reducción, la teoría ecológica, es ca- cionado los arqueólogos sistémicos.
paz de dar cuenta, por si misma, de los procesos Las explicaciones funcionales tienen problemas
socio-culturales. Y no solo a algún nivel, como por que son por demás conocidos, como el de la posi-
ejemplo, el de cazadores-recolectores, sino a todos bilidad de "alternativas funcionales", y otros que
los niveles. Claramente, ninguno de los arqueólogos han sido señalados en su momento por los críticos
sistémicos ha demostrado ésto; todos operan sobre del funcionalismo tanto en antropología como en
la base de que los procesos que rigen la evolución sociología. Leach (1973) ha puesto el dedo en la
natural son aplicables también a la evolución de las llaga cuando reconoce a la vertiente sistémica de
formas culturales, pero esto es solo un supuesto; la nueva arqueología como una nueva forma de fun-
habrá que demostrar el poder explicativo de las cionalismo. Por desgracia, ningún arqueólogo sis-
teorías sistémicas de la ecología, y no solo enunciar témico ha tratado, hasta donde yo sé, esta proble-
que pudieran ser útiles. mática. Y esto es grave, ya que si el funcionalismo
ha sido históricamente derrotado, su reintroducción
Claramente, hacer tal demostración requeriría
bajo un disfraz ecologizante no tiene de entrada
que, antes que nada, la arqueología sistémica aban-
muchas más posibilidades que otros enfoques
donara su prejuicio anti-nomológico, ya que no
alternativos. Es altamente sintomático que sea un
podrá hablar de potenciales explicativos en ausen-
etnólogo sistémico y no un arqueólogo, la única
cia de algún modelo de la explicación; y como no
persona que ha intentado enfrentar estas críticas:
ha propuesto un modelo alternativo, tal tarea no
me refiero por supuesto a R. Rappapport, quien
puede realizarse sin pasar por los problemas de la
en su libro (1979) intenta responder a algunas de
existencia o no de leyes generales como requisito
las críticas mencionadas.
a cualquier explicación.
En suma, aún si los arqueólogos sistémicos
Por otro lado, las explicaciones ecológicas nor- renuncian a la TGS y adoptan en cambio a la teo-
malmente toman la forma de "explicaciones fun- ría ecológica de sistemas, no pueden evitar recono-
cionales"; esto es, postulan el papel que juega un cer que a) las explicaciones de dicha teoría no son
determinado elemento o proceso en permitir el sino formas abreviadas de explicación nomológica;
funcionamiento del sistema dentro de determinados b) que su posición no es sino una forma de reduc-
rangos de operación. Este tipo de explicaciones ha cionismo ecológico; y c), que aún si este reduccio-
sido discutido con detalle por Rudner (1966), y nismo estuviera justificado, las explicaciones
por Hempel (1959). Sin entrar en los detalles aquí, ecológicas retienen todos los problemas asociados
resulta ser que las explicaciones funcionales no al funcionalismo, problemas que orillaron, históri-
son sino un subtipo de las explicaciones llamadas camente, a que dicho enfoque perdiera seguidores.
"te teológicas"; en este caso, se propone que una Si el compromiso con una forma de reduccionismo
determinada parte del sistema tiene "el propósito" ecologizante-funcionalista es un compromiso serio,
de "permitir" alguna función. Sin embargo, no es los arqueólogos sistémicos tendrán que enfrentar
necesario antropomorfizar tales explicaciones para los problemas mencionados. En cualquier caso, el
que éstas resulten comprensibles; todo lo que es rechazo a un enfoque nomológico resulta injustifi-
necesario es mostrar que existen determinados cado, por lo que uno de los pilares de la posición
"estados del sistema" (como por ejemplo, la ho- sistémica se viene abajo. (Como se recordará, el
meostasis), que aparecen con frecuencias mayores rechazo a la explicación nomológica era el primer
dentro de la posible distribución de estados del elemento en la caracterización de la arqueología
sistema: esto es, que el sistema "tiende" hacia tales sistémica. Véase sección 11.1.)
estados. Para demostrar tal tendencia es necesario,
no obstante, contar con una idea clara de la posible 3.3.2. La "causalidad mutua y recíproca"
distribución de estados, y de las leyes (en este caso
estadísticas) que rijan sobre dicha distribución. En Parte del rechazo de los arqueólogos sistémicos al
consecuencia, resulta ser que las explicaciones modelo nomológico de la explicación parte de su
funcionales, como subconjunto de las explicacio- desconfianza de lo que ellos llaman "causalidad
nes teleologicas, no son sino subconjuntos a su vez linear"; este tipo de causalidad (representada por
de las explicaciones deductivo-estadísticas o bien Flannery como "si A entonces B") supuestamente
inductivo estadísticas, según el caso. Ambos tipos no captura en forma adecuada las complejas cade-
de explicaciones son variantes del modelo de las nas causales que se dan en los sistemas culturales.
proceso general.
3.3.3. La simulación como procedimiento
En este ejemplo A (presión demográfica) y B de evolución
(intensificación agrícola), se alternaron en forma
inmediata actuando cada una en su momento co-
Tanto Wright (1977, orig. 1970) como Flannery
mo causa y como efecto; en otros casos el ciclo
(1973a, 1972) mencionan a la simulación como el
puede ser más amplio: A causa a B que causa a mecanismo más adecuado para la evaluación de
C, y que a su vez, C causa a A. Pero nótese que, ya
hipótesis sobre los complejos sistemas culturales.
sea que A y B se alternen en forma simple, o que
Las computadoras actuales tienen la capacidad de
la relación causal sea difereida mediante la opera-
ción de otras variables, cada una de las etapas del 11a. Agradezco al Dr. Railton el aclarar este análisis para
ciclo es susceptible de ser analizada mediante la mí.
O bien que ellos no someten a contrastación susarmas poderosas de análisis; ha insistido en que se
alternativas simplemente porque creen que la simu- trabaje con hipótesis multivariables, y que preferi-
lación es un mejor procedimiento de evaluación.blemente se consideren varias hipótesis en forma
Es por esto que la discusión con la arqueología simultánea, etcétera. Sin embargo, estas contri-
sistémica no puede proceder caso por caso, sinobuciones, así como las de orden sustantivo de los
atacar frontalmente el problema de la explicación proyectos realizados por los autores sistémicos, no
y el método, tal como hemos hecho en las seccio- requieren de la adopción de una postura metodo-
nes anteriores. lógica dependiente de la TGS, del reduccionismo
Si la arqueología sistémica es en efecto un ejem- ecológico, o del separatismo de una forma "sisté-
plo de falsificacionismo dogmático, y el fasificacio- mica" de explicación. Contrariamente a lo que
nismo dogmático es una mala estrategia metodoló- algún autor consideraba, me parece que, de enten-
gica, entonces es falso que el programa sistémico derse estos problemas, existe posibilidad para que
represente un avance para la arqueológica contem- los puntos fuertes de la arqueología sistémica sean
poránea. Si Lakatos (1970) tiene razón, el falsi- integrados con los correspondientes en el lado
ficacionismo dogmático tenderá a entorpecer más nomológico. Claro que antes habrá que determi-
que a estimular el desarrollo en la disciplina. Si nar si todo lo que brilla es oro en el lado nomo-
esta argumentación es correcta, entonces se viene lógico. . .
abajo el quinto elemento fundamental de la ten-
dencia sistémica.
III. ¿ES LA NUEVA ARQUEOLOGIA UNA
3.3.6. Evaluación global de la arqueología sistémica POSICIÓN TEORICA CONGRUENTE?
Podemos concluir esta sección del ensayo señalan- 1 . Campo y herramientas de análisis
do que la tendencia sistémica dudosamente será la
Podemos tal vez intentar ya un esbozo de evalua-
alternativa a seguir en la arqueología contemporá-
nea. Sus pretensiones en cuanto al modelo de la ción general de la Nueva Arqueología, considerán-
dola como una "teoría" en el cuarto de los senti-
explicación, la noción de causalidad, su mecanismo
dos de este término que antes revisamos.
de evaluación, su estrategia global, y su apoyo teó-
rico en la TGS o en alguna otra teoría sistémica, El análisis se centrará de nuevo sobre las figu-
parecen resultar ser pretensiones no justificadas. A ras clave de esta posición, y en especial sobre Bin-
pesar de criticar al bando nomologia) de "neopo- ford.16 El entrenamiento de Binford hace que una
crítica a sus pronunciamientos sea más interesante
sitivista", la arqueología sistémica resulta descansar
y más justa que la que pudiera hacerse a otros ar-
en una epistemología aún más empiricista que la
queólogos para los cuales la filosofía de la ciencia
de los arqueólogos "de-la-ley-y-el-orden"; a pesar
de que acusa a éstos últimos de trivializar y simpli- es irrelevante a la arqueología, o para aquellos que
lo que saben de esta disciplina lo aprendieron a
ficar las explicaciones, no es capaz de proponer una
través de Binford. Sin embargo, comentaremos li-
alternativa; a pesar de fustigar las "leyes Mickey
bremente sobre otros autores cuya obra toca en
Mouse", no hace sino producir "refutaciones Mi-
forma importante los problemas metodológicos
ckey Mouse", a una velocidad de una refutación
que serán el quid de nuestro análisis. Debe recor-
por cada temporada de tres meses. A reserva de
darse que nos interesan todos estos autores no como
que los arqueólogos sistémicos no presenten una
representantes de una posición teórica.
noción alternativa de explicación, causalidad, mé-
El problema es entonces ¿cómo analizar una
todo y estrategia, hay que concluir que la arqueo-
posición teórica? Esta es una problemática que
logía sistémica no constituye la mejor de las opi-
niones disponibles.
La arqueología sistémica ha hecho contribucio- 16. Tal como apuntáramos en la primera parte de este
ensayo, Binford no solo es el autor central de la
nes importantes: por ejemplo, hacer que los mode- Nueva Arqueología, sino que su interés en proble-
los de ecología cultural que utilizan los arqueólogos mas teóricos y metodológicos lo llevó a profundizar
sean más realistas, e incorporen el problema de la sus conocimientos de filosofía de la ciencia. En sus
propias palabras, él realizó "una extensiva lectura
transmisión de información como uno de los ciclos
de la filosofía de la ciencia", llegando a la conclu-
vitales de un ecosistema cultural. Ha llamado la
sión de que "desde un punto de vista científico-prác-
atención de la arqueología a procedimientos como
tico", los argumentos presentados por Hempel "eran
la simulación, que, bien entendidos, pueden ser
los más útiles" Binford, ed. 1972:8).
realidad
observacionales" implicadas en ellos; es que lógicamente de una
y finalmente,
inconsistente
5), las teorías sustantivas o particulares se sigue cualquier con
que la co-
munidad científica sostiene, yinconsistencias
las situaciones-son inaceptables como
problema que intentan resolver.18 teoría, yacomplejo
A este que cancelan cualquier capac
tiva propongo
de supuestos, reglas y proposiciones que la teoría
lla- pueda tener, además
marle "posición teórica'1.19 teoría infalsificabie.20
Por lo tanto, parte de la desiderata
2. El problema de la congruencia posición teórica es que a), no sea incon
que no sea incongruente. La determ
Uno podría preguntarse si existe incongruencia
alguna conexión puede ser más difíci
decidir que
de necesidad entre las diferentes opciones epistemológicamente o
que cons-
tituyen una determinada posición materialista, y al mismo tiempo cond
teórica. Aunque
sis en
cada científico puede en principio el que
elegir las explicaciones que se
(dentro
de los límites que marca la comunidad científica
las que los propios informantes dan
posición en
a la que pertenece, así como la sociedad "émica").
la que Aunque aquí no h
se ubica), la forma en que se constituirá su el
tradicción en posi-
sentido formal, resulta
ción, parece razonable pensar quetomar
algunas
unaopciones
posición materialista para
se prestan a una mejor integraciónexplicacionessi
que otras, es serían de esperarse
que
que la posición teórica ha de ser congruente.
una posición idealista subjetiva.
Resulta ser que algunas de las opciones
Existe en torno
una complicación potencial pa
a la epistemología, ontologia, metodología, técni-
sis: suponemos que los pronunciam
ca y teorías sustantivas pueden no ser congruentes
autores analizados son realmente re
entre sí. En el peor de los casosdedichas opciones
su práctica; esto es, que si Binfo
pueden ser no solo incongruentesque
sino
la inconsisten-
arqueología debe adoptar el mét
tes: esto es, pueden contener proposiciones
tico deductivo, que
él en la práctica lo ha
se contradigan entre sí. Y aunque hay quien
resultara ha
que existe una brecha ent
llegado a proponer que tal inconsistencia no es escriben y lo que
nuevos arqueólogos
dañina, sino que puede generar nuevas
tro ideas,
análisis la
resultaría irrelevante; sin
18. El rubro "5", sobre las teorías sustantivas de la semana como el que esto escribe. Pero esta ausencia
Nueva Arqueología no lo trataremos aquí, tal como no es un obstáculo para nuestro presente análisis.
advertimos desde la primera parte de este ensayo; un 20. Podemos ejemplificar esto con ideas familiares a los
análisis adecuado de solo algunas de las teorías lectores de Binford: Supongamos que la opción es
propuestas por los nuevos arqueólogos trascendería una de método: supongamos que hemos establecido
en mucho las limitaciones de espacio de este trabaio). que el objetivo de nuestra disciplina es la explicación
19. Al ofrecer esta definición no pretendo originalidad, de la variabilidad cultural. Evidentemente, dado
completud ni exh austi vi dad; también hay que señalar nuestro concepto de explicación, esto implica que
que cada uno de los rubros es en sí una simplificación, asumimos que es factible postular principios genera-
y que los problemas tratados bajo "odontología", por les tipo-ley bajo los cuales subsumir la variabilidad
ejemplo, no agotan la problemática normalmente que nos interesa explicar. Sin embargo, si en torno a
considerada como ontológica. También hay que la ontologia de la cultura nosotros hemos tomado la
hacer notar que cada rubro no es necesariamente posición de que la cultura es tan sistémica o compleja
independiente o autónomo del otro: los problemas que es a priori inexplicable, entonces algo anda mal
con la noción de "verdad", por ejemplo, toca simul- en nuestra posición teórica; las proposiciones "la
táneamente cuestiones ontológicas, epistemológicas cultura es explicable" y "la cultura es inexplicable"
y metodológicas; la idea de mantener rubros separa- son contradictorias entre sí. Lo menos que puede
dos es únicamente un recurso de exposición; esto suceder en este caso es que se produzca una tensión
deberá tenerse presente salvo riesgo de caer en posi- al momento de investigar; en el peor de los casos
ciones como la positivista en que cada rubro es una nuestros resultados contradirán (ya sea en uno o en
esfera autónoma (y que algunas de las mencionadas otro sentido) a partes de nuestra posición. Un segun-
aquí, son ilegítimos, como la ontologia). Pero aún do ejemplo: supongamos que hemos decidido que
con todas estas consideraciones, creemos que la nuestro objetivo es la explicación; pero tomamos
noción de "posición teórica" cumple con el deside- como opción metodológica la "posición inductiva
ratum de un análisis holístico, y puede resultar de estrecha", de acuerdo a la cual no es factible propo-
utilidad. Tampoco intentaré improvisar aquí un ner leyes porque jamás tendremos datos suficientes.
modelo que explique el cambio de una posición Esto implica que nuestra posición teórica tiene
teórica a otra; esa tarea no puede resolverla un ar- buenas posibilidades de fracasar o diluirse en con-
queólogo naive filósofo-de-la-ciencia-los-fines-de- tradicciones.
ese caso estaríamos autorizados a pensar que sustatus de las entidades teóricas véase Popper 1965a:
pronunciamientos eran simplemente de orden 103; Nagel 1961 :107-152; Popper 1965b:223-18).
retórico, y que los autores en cuestión no son
totalmente serios. Es altamente dudoso que algún arqueólogo se
Por otro lado, algunas de las opciones en cues-haya preguntado explícitamente si su posición es
tión no son tratadas nunca de manera explícita una posición in strumenta lista; este tipo de pregun-
por los arqueólogos. De hecho, no faltará quienta trasciende el entrenamiento que generalmente
proteste porque se le critique de tomar una deter- se nos dá en las escuelas. Sin embargo, no por ello
minada opción que él ni siquiera tenía idea de que tomamos menos una posición u otra. La discusión
existiera. Por ejemplo, existe la discusión en lasobre el instrumentalismo, por ejemplo, no carece
filosofía de la ciencia sobre el estatus ontològicode ejemplificación en la arqueología. Durante dé-
de los procesos y entidades a los que hacen refe-cadas se ha discutido si los "tipos" que los arqueó-
rencia los términos teóricos de una determinada logos usan para clasificar artefactos tienen una
teoría. Se han considerado cuando menos tres po- existencia real, o si son meros instrumentos. La
sibilidades opciones; en una de ellas, algunos filó-cuestión no es ociosa, ya que las técnicas a emplear
son completamente distintas en uno y otro caso.
sofos han propuesto que nuestras teorías no son
sino instrumentos para predecir; que, además, losUn arqueólogo que piense que los tipos son meros
términos teóricos rara vez son totalmente defini- instrumentos no va a gastar el tiempo y el esfuerzo
dos por referencia a observables, por lo que no es necesario para demostrar que sus tipos correspon-
legítimo proponer que nuestras teorías sean verda- den a los parámetros que le interese medir. Y exis-
deras o falsas (no podemos predicar valores de ten otros ejemplos en la teoría antropológica: la
verdad sobre enunciados que comprendemos soloexistencia o inexistencia de una entidad superorgá-
parcialmente). Estos autores proponen que esnica (la cultura); la "observabilidad" o no de la
absurdo por lo tanto hablar de la verdad o falsedad ideología, o de las relaciones de producción, etcé-
de las teorías, e incluso han llegado a proponer que tera. Por lo tanto, independientemente de que los
es inaceptable, ya que hablar de "veracidad" im-arqueólogos sepamos que las posiciones tomadas
plica comparar las teorías con la "realidad tal como corresponden o no a posiciones conocidas e iden-
esta es", pero este último enunciado es metafísico. tificadas en la filosofía de la cienciar el hecho es
Esta posición ha sido llamada instrumentalismo o de que invariablemente las posiciones teóricas
convencionalismo. Es perfectamente compatible adoptan una u otra posición. En consecuencia,
con una filosofía positivista, ya que permite evitartambién convendría que la arqueología sepa qué
el problema de la verdad o falsedad de nuestras opciones son consistentes con otras y que opcio-
teorías. Mientras nuestra teoría atómica nos permi- nes no lo son. Claro que esto no garantiza que
ta predicciones correctas, nos dicen estos autores, por ello las posiciones vayan a ser consistentes; en
es inútil preguntarnos si los electrones realmente la física, en donde el problema de la consistencia
exiten.21 ha sido discutido por científicos y filósofos de la
El instrumentalismo es un recurso completa- ciencia, se ha llegado a proponer un "principio de
mente compatible con el programa general del neo- complementariedad" como recurso para esconder
positivismo de hechar fuera a la metafísica; los las inconsistencias de determinadas teorías (véase
pronunciamientos sobre lo que realmente existe o Popper 1965a: 114). Recursos de este tipo son
no existe, o sobre el grado en que nuestras propo- indicativos de que la posición teórica tiene pro-
siciones corresponden al mundo, implican compro- blemas. Por supuesto, en algunos casos la incohe-
misos ontológicos que de acuerdo a los neopositi- rencia, inconsistencia o incongruencia puede ser
vistas no pueden ser verificados; y como no pueden solamente entre lo que se predica y lo que se
ser verificados (o al menos contrastados empírica- practica, tal como mencionábamos arriba. Sin
mente), carecen de significado empírico y son por embargo, mostrar que esto es así puede llevarnos
lo tanto metafísicos. (Para una discusión sobre el a reexaminar con cuidado la teoría para encontrar
instrumentalismo y otras opciones en cuanto al es- los supuestos que realmente subyacen a su práctica.
21. Tal vez el ejemplo nos parezca banal, pero hace pregunta yace fuera del campo pertinente al análisis;
todavía 75 años había discusiones sobre la existencia un pragmatista nos diría que es una pregunta tonta: si
de los electrones; hoy día se debate si existen o no la teoría permite predicciones exitosas, algún elemen-
los "quarks"; un neopositivista clásico diría que esta to de veracidad debe tener.
3. La nueva arqueología como tido WLR en su libro de 1971 ; es, por desgracia, el
posición teórica mismo error que cometen Le Blanc y Read (1977:
182) (para una discusión más amplia sobre modus
3.1. Opciones metodológicas tollens, véase Hempel 1966:10). Muchos autores
creen, equivocadamente, que es mediante la lógica
3.1.1. £/ método
de la afirmación del consecuente que el proceso de
contrastación tiene lugar.
Parece conveniente empezar por aquí, ya que es en Con todo y los errores, parece adecuado afirmar
este terreno en el que la nueva arqueología ha in- que al menos en el plano retórico, la nueva arqueolo-
sistido con más fuerza. Siguiendo a Binford, los gía puede caracterizarse como hipotético-deductiva
arqueólogos hoy día consideran que en cuestiones en cuanto a la opción metodológica. Por desgracia,
de método hay básicamente dos opciones: la posi- el término "hipótesis" ha sido considerablemente
ción "inductiva estrecha" del método (criticada maltratado y abusado por los nuevos arqueólogos;
por Hempel 1966:11-18), y la posición hipotético ellos lo usan tanto para describir principios gene-
deductiva, basada en el modelo HD propuesto por rales tipo-ley como para describir proposiciones
el propio Hempel [ibid: 19-32).22 particulares, singulares y existenciales del tipo
De estas opciones (y una cuarta, el anarquismo "Broken K tenía residencia matrilocal", que clara-
metodológico), es claro que la nueva arqueología mente no son hipótesis en el mismo sentido. Me
es una posición hipotético-deductiva. Esto es así parece conveniente que a este segundo tipo de
a pesar de que Binford confunda "explicación" proposiciones les llamemos "proposiciones identi-
con "confirmación", y niegue que la inducción ficatorias", para recordarnos que su corroboración
tenga algún papel en el método, tal como han seña- no puede conducir eventualmente a una ley, ni
lado Le Blanc y Read 1977:182). Por desgracia, incrementa nuestro conocimiento nomológico en
los nuevos arqueólogos no parecen haber entendido la forma en que la corroboración de una hipótesis
aún la lógica de la contrastación; Hempel tomó de auténtica lo haría. También nos evitaríamos caer
Popper la ¡dea de que la contrastación parte bási- en el error de creer que mediante la corroboración
camente de la aplicación de lo que en lógica se un número infinito de proposiciones identificato-
llama "modus tollens"; de una hipótesis se derivan rias llegaremos eventualmente a producir una ley.
implicaciones de prueba; si éstas resultan ser falsas Esta es una confusión en la que parecen estar la
entonces la hipótesis (o alguno de los supuestos mayoría de los nuevos-arqueólogos.
auxiliares) es falsa.
Esto es así porque la lógica del condicional es- 3.1 .2. El criterio de demarcación
tipula que "Si P entonces Q"; aplicando modus
tollens, si resulta que "no-Q", entonces podemos Una de las más escandalosas pretensiones de la
concluir que "no-/5"', y ésta es una inferencia legí- nueva arqueología ha sido la de clamar para sí
tima. Sin embargo, si encontramos que Q, no po- el título indiscutible de ser la única "arqueología
demos concluir que P, ya que ello equivale a explícitamente científica" (WLR 1972:x). Bin-
cometer la falacia de afirmación del consecuente; ford tiene ¡numerables pasajes en los que insiste
es este el error que Morgan señalaba habían come- en que la arqueología tiene que convertirse en una
ciencia, en los que define "ciencia", o nos dice
22. A estas dos opciones se añade en Latinoamérica una en qué consiste hacer ciencia (para las citas rele-
tercera, el método dialéctico, que supuestamente vantes, ver la primera parte de este ensayo Gándara
difiere de las opciones anteriores en que conjunta 1980:29-34). ¿De dónde adquiere su caracter cien-
tanto a inducción como a deducción. Pero esto
tífico la nueva arqueología? La mayoría de los
implica que no se ha entendido que el método HD
nuevos-arqueólogos contestarían que de el método
implica también a la deducción y la inducción, pero
HD que
el problema es indicar por donde empieza un trabajo han tomado de Hempel. Ante la cuestión
de la cientificidad, los arqueólogos procesuales
específico de investigación: si por la recopilación
interminable de datos que por si misma arrojará leyes,
postulan que una disciplina es científica sí sigue el
o si es necesario entrar con un problema teórico y
una hipótesis como intento de solución de dicho método científico, y el método científico es lo que
problema; la investigación consiste entonces en tratarlos neopositivistas lógicos (léase Hempel) dicen
que es.
de ver si la hipótesis es falsa, y aquí se utilizan proce-
dimientos basados en la inducción -salvo en el caso Curiosamente, y a pesar de su supuesta familia-
de una estrategia falsifícacionista estrecha). ridad con la filosofía de la ciencia, Binford se dis-
para con frecuencia del criterio que aceptarían los son ajenos a las consideraciones epistemológicas y
neopositivistas; de hecho, su concepción es alta- ontológicas. Resultaría absurdo, por ejemplo, te-
mente inconsistente no solo en relación a Hempel ner una epistemología materialista y sostener al
sino también a lo largo de su obra. Para mostrar mismo tiempo un criterio verificacionista, que de-
esto utilizaré la terminología desarrollada por pende de una forma naive o idealistade empiricismo.
Lakatos (1970) sobre las estrategias metodológicas Resulta sorprendente la forma en que en la
y el criterio de demarcación. Lakatos llama "justi- nueva arqueología todas estas estrategias han sido
ficacionismo" o "verificacionismo" a la posición mezcladas elécticamente. En especial en Binford,
que afirma que el conocimiento científico consiste uno puede encontrar referencias a Hempel, (quien
en proposiciones comprobadas) "probabilismo" a ha tratado de desarrollar una teoría de la confir-
la que sostiene que si bien es imposible "compro- mación (Hempel, 1965c, orig. 1945, 1964), y
bar" nuestras teorías, podemos no obstante deter- quien tomaría una posición probabilista, como a
minar qué tan probables son, a la luz de la evidencia Kuhn, cuya posición no es clara, y a Popper, quien
disponible; "falsificacionismo", que Lakatos divide introdujo el falsificacionismo metodológico. Para
en "dogmático" y "metodológico", que compar- Binford, la nueva arqueología es científica preci-
ten la idea de que para que una teoría sea científica samente porque aspira a producir conocimientos
debe de ser factible en principio refutarla; esto "verificados" o "comprobados" (véase Binford
es, debemos de poder especificar en qué circuns- 1968a: 118; 96, 86; Binford, ed. 1972:18; 1968a:
tancias estaríamos dispuestos a considerarla como 98-9). El papel del método es permitir la verifica-
falsa; el falsificacionismo dogmático propone, ción (Binford 1972:18; véase cita en Gándara
además, que una vez refutada una teoría resulta 1 980:30). Claramente, una posición verificacionista
irracional seguir trabajando sobre ella, tal como choca con la posición de Hempel. Curiosamente,
señalábamos antes. El falsificacionismo metodoló- Binford cita repetidamente el libro de 1965 de
gico considera que la "refutación" puede hacerse este autor, en el que Hempel hace un recuento de
solo si antes se toman ciertas decisiones metodoló- las peripecias que llevaron a los neopositivistas ló-
gicas; el falsificacionismo metodológico "sofisti- gicos a abandonar la posición verificacionista es-
cado" propone que no hay refutación hasta que no trecha con la que habían empezado (Hempel 1 965d,
haya una teoría mejor que la refutada y que además orig. 1950, 1951, 1964). Es decir, mientras que
todas las refutaciones pueden ser apeladas. El fal- Hempel y otros empiristas lógicos han abandonado
sificacionismo niega que sea posible determinar el el requisito de verificación estricta de los neoposi-
grado de conformación o probabilidad de una tivistas, Binford lo retoma y lo atribuye, por des-
teoría, y por lo tanto rechaza la noción de confir- gracia, a Hempel (Véase cita mencionada arriba, y
mación; propone en cambio la noción de "corro- cita a Binford 1968a:99, en Gándara 1980:32).
boración", esto es, el número de veces que una Er. un mismo artículo Binford habla de la ciencia
teoría ha logrado resistir intentos honestos de como "verificación", y de que la ¡dea es lograr
refutación. A diferencia de la conformación, la "proposiciones de alta probabilidad", más que
corroboración no es una medida de verosimilitud, las generalizaciones empíricas que "con un solo
ya que teorías altamente corroboradas (como la de caso empírico en contra" pueden ser destruidas:
Newton) pueden resultar falsas. (Para una discusión interesante mezcla de verificacionismo, probabi-
completa recomendamos definitivamente la lectura lismo y falsificacionismo dogmático (Binford
de Lakatos 1970; para una aplicación de estas 1968a:93, 99; véase cita en Gándara 1980:32).
¡deas a la arqueología, ver Gándara 1981a, b y c). Ciertamente esta situación es difícil de entender,
byc). tratándose de un autor que ha leído "extensiva-
Cada una de estas concepciones implica posicio- mente sobre filosofía de la ciencia" (Binford ed.
nes en torno a la epistemología y al criterio de 1972:18).
racionalidad científica empleado. Por ejemplo, Por su parte, la mayoría de los arqueólogos del
tanto el probabilismo como el falsificacionismo bando nomologia) parecen creer que tres meses
dogmático implica una epistemología empiricista de campo bastan para "confirmar" una hipótesis,
más o menos estrecha; el justificacionismo puede aunque si surge un caso en contra, o si una implica-
tomar una posición empiricista naive o una posi- ción de prueba no se cumple, hay que rechazar la
ción racionalista, según el caso; en consecuencia, hipótesis (WLR 1971 cap. 2). El caso más impre-
la adoptación de un determinado criterio de de- sionante es Schiffer -quien ha hecho contribucio-
marcaciones y una determinada metodología no nes importantes, pero cree que es posible llegar a
que lo que decimos sobre la realidad es cierto/pro- Sin embargo, las críticas no están completamen-
bable/factible? Resulta evidente que esta proble- te fuera de lugar: es evidente que algunos nuevos
mática nos lleva a discusiones de orden epistemo- arqueólogos, y en especial Binford, no han enten-
lógico (¿cómo sabemos que sabemos?, ¿cómo dido la diferencia que existe entre "confirmación"
sabemos que estamos en lo cierto?, ¿existen ma- (o "corroboración", si se sigue una estrategia dis-
neras de comparar nuestro conocimiento con la tinta), y "explicación". En consecuencia, algunos
realidad tal como esta es?, etcétera). Dependiendo arqueólogos procesuales parecen en efecto no darse
de la forma en que se enfrentan estos problemas, cuenta de que la inducción juega un papel impor-
y se toma posición en torno a la relación entre tante, si bien no en la formulación de leyes, si en
conciencia y realidad, se siguen (o debieran seguir- la contrastación de hipótesis que pueden eventual-
se) consecuencias de orden metodológico. Estas mente conducirnos a ellas. Esto ha sido señalado,
se expresan frecuentemente en forma de "criterios entre otros, por Read y Le Blanc (1978:182). Por
de veracidad", "nociones de 'verdad' ". Al conjunto desgracia, como en el caso de los mismos Read y
de estos problemas (demarcaciones, metas, méto- Le Blanc, se entiende incorrectamente en qué con-
dos de evaluación, criterios de verdad o veracidad) siste una inferencia inductiva.25
hemos propuesto llamarle "cuestiones metodológi-
cas". En torno a cada una de estas cuestiones han inductivos necesarios para la contrastación. Se asume
entonces que en su versión "idealista", el método
existido alternativas y posiciones diversas, que se
hipotético deductivo implica que la inducción no es
presentan como opciones ante las que los arqueó- necesaria. Este supuesto es, por supuesto, falso). La
logos (como cualesquiera otros científicos), han de opsición entre deducción e inducción ha llevado a
pronunciarse. Tratemos ahora de determinar en que que se critique injufstificadamente el modelo HD y
a la Nueva Arqueología supuestamente por conside-
sentido se ha pronunciado la nueva arqueología.
rar que la inducción no es importante. Pero es
evidente que ese no es problema real, ni lo que el
3 A A. Metas modelo HD propone: el quid de la polémica no es el
grado de importancia relativa o de la indispensabilidad
Históricamente (o al menos en la reconstrucción de la inducción, sino de cuál es la secuencia más
fructífera de la investigación, y la forma en que se
racional que hemos hecho antes del desarrollo del conciben las leyes que han de resultar eventualmente
pensamiento de Binford), la nueva arqueología se de la misma. En el caso de una estrategia inductiva
pronunció ante todo en relación a las metas de la estrecha se supone que lo único que se necesita en
ciencia y de la arqueología. Desde su artículo de observar un número suficientemente grande de
casos: las leyes vendrán por si solas cuando haya
1962 Binford insistió que la meta de la ciencia en
suficientes datos. Estas leyes tendrán la forma de
general, y de la antropología y la arqueología en resúmenes estadísticos del tipo "el caso 1 analizado
tanto disciplinas científicas, era la explicación. muestra que Pj es Qi; el caso 2 muestra que P es
Como hemos visto antes también, en antropología Q; el caso 3 muestra que P es Q; ... El caso n muestra
y arqueología la explicación se enfoca al problema que P es Q: en consecuencia, todos los casos 1 a n
muestran que P es Q". Sin embargo, un estudio de
de las similitudes y diferencias observables en las
la práctica real científica parece mostrar que tal
formas culturales a lo largo del tiempo y el espacio. procedimiento rara vez conduce a los resultados
Para la nueva arqueología, además, la explicación esperados. La ciencia no parte de investigar indiscri-
se asume como dependiendo de leyes y principios minadamente y colectar "todos" los datos (su
generales, de acuerdo al modelo nomologia) pro- número es infinito), sino de intentos de contratar
lo que pensamos sobre la realidad contra la realidad.
puesto por Hempel (1966:19-32) y adoptado por En este proceso lo que se requiere en una investiga-
Binford. En consecuencia, la meta de la arqueolo- ción específica es contar con un problema teórico,
gía en tanto ciencia es la explicación nomológica intentar resolverlo mediante una o varias hipótesis,
de la variabilidad cultural, tal y como esta se expresa deducir de estas hipótesis implicaciones de prueba
con ayuda de hipótesis auxiliares, y de esta forma
en el registro arqueológico (Binford 1968a, b). En orientar nuestro trabajo de colección de datos. Tales
consecuencia, cuando menos dos opciones son hipótesis serán refutadas o "falsadas" en determina-
conocidas por la arqueología: la deductiva y la das circunstancias, o bien recibirán "apoyo empírico"
inductiva.24 en otras, de acuerdo al criterio de evaluación emplea-
do (esto es, si se sigue la noción neopositivista de
24. A estas dos opciones en Latinoamérica se añade en confirmación, o se habla más bien de corroboración
ocasiones una tercera, el método dialéctico, pero -el número de veces que una hipótesis ha sobrevivi-
resulta ser que, una vez analizado en detalle, dicho do intentos severos de refutación).
método no es sino una integración tanto del método 25. A pesar de que Morgan señalara lo mismo para WLK
Hipotético Deductivo como de los procedimientos 1971, Read y Le Blanc dan como ejemplo de "¡nfe-
necesario contrastar hipótesis a partir de las "im-confirmación no puede considerarse como una in-
plicaciones de prueba" que se deducen de ellas dicación de la veracidad de una hipótesis. De hecho,
(ibid). cualquier procedimiento inductivo que quiera apli-
Curiosamente, y a pesar de su supuesta familia- carse para este fin es rechazado por los falsificacio-
ridad con la literatura de la filosofía de la ciencia, nistas, quienes prefieren hablar de "corroboración":
Binford se separa con frecuencia del criterio de ya que el objetivo del método es intentar refutar
demarcación que aceptarían los filósofos neoposi- teorías, la corroboración consiste en el número de
tivistas. De hecho, su concepción sobre la natura- veces que una determinada teoría ha sido sometida
leza del método es altamente incongruente con la a intentos severos y "honestos" de refutación, y
posición de la autoridad en la que él se apoya sin embargo ha sobrevivido. La corroboración no
(Hempel), sino que es también inconsistente a lo es una medida de veracidad, pero permite elegir,
largo de su propia obra. Para mostrar esto podemos epistémicamente, entre diferentes teorías. (Para
utilizar la terminología desarrollada por Lakatos una discusión amplia de las diferencias entre estas
(1970) en torno a las estrategias metodológicas y estrategias recomendamos la lectura del texto ori-
sus respectivos criterios de demarcación. Lakatos ginal de Lakatos (1970); para una ampliación a la
llama "justificacionismo" o "verificacionismo" a arqueología, ver Gándara 1981a, b y c).
la posición que afirma que el conocimiento cientí- Cada una de estas concepciones implica posicio-
fico consiste en proposiciones comprobadas; nes en torno a la epistemología y al criterio de ra-
"probabilismo" a la que sostiene que si bien es cionalidad científica empleado. Por ejemplo, tanto
imposible "comprobar" nuestras teorías, podemos el probabilismo como el falsificacionismo dogmá-
no obstante determinar que tan probables son a tico implican una epistemología empiricista más o
la luz de la evidencia disponible; "falsificacionis-menos estrecha: esto es, se asume que la observa-
mo" -que Lakatos divide en "dogmático" y "me-ción es de alguna manera epistémicamente confia-
todológico"- que parte de la idea de que para queble y no-controvertible (en el caso de algunos pro-
una teoría cuente como científica debemos poderbabilistas y algunos justificacionistas), o bien se
especificar en qué circunstancias estaríamos dis-parte de una posición racionalista (como en algunos
puestos a considerarla como falsa; esto es, para ser justificacionistas), en que la verdad es sólo posible
científica, una teoría debe ser refutable. El falsifi-mediante la revelación. Los probabilistas parten
cacionismo dogmático propone, además, que unadel supuesto de que las observaciones que se usan
vez refutada una teoría, resulta irracional seguirpara establecer la confirmación de una hipótesis
trabajando sobre ella, tal como señalábamos en son siempre no-problemáticas; el falsificacionismo
una sección anterior. El falsificacionismo metodo- dogmático retoma esta epistomología naive y la
lógico considera que la "refutación" puede hacerse lleva a su expresión más extrema: si se encuentra
solo si antes se toman ciertas decisiones metodoló- un sólo caso en contra, esto es más que suficiente
gicas; los falsificacionistas metodológicos "sofisti- para refutar una teoría, ya que, de alguna manera,
cados" proponen que no hay refutación hasta que"los datos nunca mienten".
no surga una teoría mejor que la refutada, y que, En cualquier caso, es importante notar que la
además, dado que la observación siempre está adopción de una extrategia metodológica implica
imbuida de teorías menores (observacionales), consecuencias epistemológicas. Y lo mismo puede
cualquier refutación puede ser sometida a poste-decirse en cuanto a la racionalidad científica: los
rior examen mediante procesos de apelación. falsificacionistas dogmáticos sostendrían que el
Cada una de estas tres grandes corrientes (jus- progreso de la ciencia depende de la frialdad e im-
tificacionismo, probabilismo y falsificacionismo)placabilidad con que las hipótesis refutadas deben
tiene nociones que le son específicas; por ejemplo, ser rechazadas para siempre; continuar trabajando
los justificacionistas, inspirados en el razonamientosobre ellas resulta anticientífico y racional. El falsi-
matemático, hablaban de "prueba"; los probabilis- ficacionismo metodológico propone en cambio
tas utilizan en cambio la noción de "confirmación" que es irracional abandonar una hipótesis ante un
(mientras mayor sea, y más independientes sean loscaso en contra, ya que en la observación involucra-
casos entre sí, mayor es el grado de confirmación da en ese caso puede haber problemas que no se
de una hipótesis), los falsificacionistas, inspirados deben a la teoría misma sino a la forma en que la
en Popper, coinciden con él en insistir que teoríasobservación ha sido realizada; por lo tanto, se
altamente confirmadas (como la de la mecánica acepta la refutación sólo una vez que ha surgido
newtoniana) han resultado ser falsas, por lo que launa hipótesis alternativa que explica el aparente
dogmático. Curiosamente, son los arqueólogos sis- Antes de cerrar esta sección, conviene mencio-
témicos los más insistentes en su oposición a lo nar lo que parece ser el desplante de una nueva
que consideran una posición "empiricista"; y tal posición en torno al problema de la demarcación:
como hemos señalado antes, el falsificacionismo el anarquismo metodológico. Esta posición, asocia-
dogmático parte precisamente de una epistemolo- da normalmente a Feyerabend (1970, 1975), parte
gía empiricista estrecha; los datos son vistos como de negar precisamente que exista alguna diferen-
no-problemáticos, y se subestima siempre el papel cia interesante entre la ciencia y otros tipos de
de las "teorías observacionales" con las cuales se conocimiento. Su única regla normativa es "todo
han obtenido tales datos. vale", y esto implica que teorías dispares incluso
Tanto los arqueólogos nomológicos como losactividades tales como la astrologia o la magia,
sistémicos tienden a compartir esta epistemología tienen todas la misma "solidez" en principio; la
empiricista; en este sentido es que la contribuciónciencia no es sino la supertición favorita de la civi-
de Schiffer resulta particularmente importante lización occidental.27
(Schiffer 1972, 1976). Schiffer ha tratado de acla- De nuevo, pudiera pensarse que ya que la nueva
rar el proceso de construcción y justificación de arqueología no se ha pronunciado con claridad en
inferencias en arqueología (Schiffer 1976:13, torno al problema del criterio de demarcación, o
19-22). Paradójicamente, su trabajo ha sido recibi- de las nociones de racionalidad científica y estrate-
do con desprecio en algunos medios, entre arqueó- gia metodológica, es injusto pretender que dicha
logos que consideran que las ideas de Schiffer sobre posición sea incongruente. Aún en el caso de que
la formación y significado del registro arqueológico los nuevos-arqueólogos recurrieran a una estratage-
son completamente obvias. Por desgracia, Schiffer ma de esta naturaleza, no podrían salir bien libra-
mismo parece no tener claro qué es lo que está dos sin antes aclarar varias cosas; 1) dado el actual
logrando, esto es, que su trabajo aclarará las teorías rechazo al modelo hempeliano de la explicación,
a partir de las cuales se obtienen los datos en ar- que es lo que la nueva arqueología entiende por
queología o, dicho en la terminología empleada "explicación", "ley" e "hipótesis"; 2) en conse-
antes, la naturaleza de las "teorías observaciona- cuencia, cómo es que interpreta el método "hipo-
les" que subyacen a los procedimientos de recu- té tico-deductivo "; 3) cuál es su posición en torno
peración y análisis de datos. Schiffer parece pensar al problema de la evaluación: debemos de buscar
que ha inventado una "nueva nueva arqueología", verificar, confirmar, refutar o corroborar nuestras
la "arqueología conductual", y es esta pretensión hipótesis?; 4) por último, cuáles son los supuestos
la que mayores problemas le ha acarreado. Sin em-
bargo, Schiffer es uno de los pocos arqueólogos 27. Este tipo de posiciones no es del todo novedoso
que siguió la línea originalmente propuesta por para los lectores de textos marxista-estructuralistas;
en fechas recientes la balanza parece orientarse en
Binford en torno al cuestionamiento del significa-
el sentido de que toda la ciencia no es sino ideología,
do del material arqueológico, por lo que nos parece o en el sentido de que no existe manera de determi-
que su trabajo amerita mayor atención de la que nar qué es lo científico y qué lo ideológico, salvo
ha recibido hasta ahora. mediante consulta a la praxis de grupos sociales
En suma, en cuanto al criterio de demarcación específicos. Curiosamente este nuevo tipo de oscu-
rantismo difrazado de nuevo humanismo parece
(que como vimos se liga a la epistemología), la estar tomando fuerza dentro de la arqueología, en
nueva arqueología resulta ser una posición incon- especial dentro de la arqueología sistematica; el
gruente, tanto al interior de la obra de sus autores argumento básico es uno de separatismo metodoló-
más representativos, como en su conjunto. Los gico: el método de la ciencia es incapaz de dar cuenta
de las complejidades sistémicas de la conducta
nuevos-arqueólogos parecen no haber prestado su-
cultural; para ello necesitamos algún otro mecanis-
ficiente atención al problema de las diferencias mo, tal como el "método sistémico". O bien simple-
(importantes) entre verificación, confirmación, re- mente se renuncia a la necesidad o la pertinencia de
futación y corroboración, y las ligas que estos la explicación nomológica, sobre el pretexto de que
términos tienen con las nociones de verosimilitud, es iluso esperar que encontremos leyes que rijan
sobre fenómenos tan complejos como la cultura. Es
probabilidad y verdad. En consecuencia, su meto- precisamente esta forma de separatismo y relativis-
dología es una mezcla más o menos informe de mo metodológico el aspecto que más preocupante
varias opciones metodológicas; y el bando que resulta en torno a la arqueología sistémica. Tal como
resulta más consistente, el sistémico, ha adoptado he apuntado en otro lado, (Gándara 1981a), no sería
difícil pasar de una posición de este tipo a una nueva
una de las peores opciones posibles: el falsificacio- forma de particularismo histórico: el particularismo
nismo dogmático más o menos rampante. ecologi co-sistèmico.
va, tal como veremos al analizar una tercera opción, rápidamente circular, relativista o ad hoc. Es im-
la pragmática. portante señalar que en los clásicos mismos, es evi-
La posición pragmatista no niega la relevancia dente que la verdad se entiende como verdad en el
de pregungarnos si las entidades de las que hablan sentido de correspondencia con la realidad. De
nuestras teorías existen o no. Sin embargo, se insis- otra manera, la idea marxista de la verdad como
te en que, mientras nuestras teorías satisfagan relativa, y el conocimiento como progresivo hacia
nuestra necesidad de conocer, nuestra curiosidad la verdad, carecerían de sentido. (Engels y Marx
intelectual, y además nos permitan una adecuada 194-2, Correspondencia).
manipulación de la realidad, entonces seguramente El haber introducido el marxismo en esta dis-
contendrán algún elemento al que podemos llamar cusión nos permitirá ¡lustrar mejor la problemática
verdad. Como se puede ver, esta posición coincide del criterio instrumentalista y de su pariente el
con el instrumentalismo en el sentido de que el pragmatismo; a diferencia del marxismo o de otras
éxito pragmático es una buena manera de evalua- posiciones realistas, el instrumentalismo y el prag-
ción; pero mientras que los positivistas prefieren matismo, al tomar el éxito pragmático como crite-
no equipar éxito prgmático con veracidad, ya que rio, caen de inmediato en el relativismo; en ese
consideran este segundo atributo como "externo" sentido, no es posible decir que una teoría sea me-
y "no-analizable", los pragmatistas prefieren pen- jor que otra: por ejemplo, un pragmatismo puede
decir que economía clásica (Ricardo, Smith, etcé-
sar que si una teoría funciona debe ser porque algún
elemento de veracidad está contenido en ella. Sin tera), es útil para algunas cosas, y que la marxista
embargo, ambos coinciden en que la evaluación es útil para otras, pero que ninguna es falsa, ya
debe ser la utilidad práctica. que ambas son útiles. Si señalamos que el tipo de
El pragmatismo es, en consecuencia, suceptibleproblemas que la economía clásica resuelve son
del mismo tipo de problemas que aquejan al ins- irrelevantes, asumimos que tenemos un criterio para
trumentalismo, ya que es una posición relativista.separar las áreas de utilidad crucial, y ésto, de
Por ejemplo, no podemos decir que una teoríaacuerdo a los pragmatistas, no podemos hacerlo.28
sea en rigor falsa, solo podemos decir que es inútil. Todo este preámbulo no tiene otro objeto que
Pero, por desgracia, lo que es útil a una particular
permitirnos ahora preguntarnos ¿cuál es el criterio
teoría o comunidad científica, puede ser inútilde a veracidad que toma la nueva arqueología? De
otra. Y en el caso de que tengamos dos teoríasnuevo, los arqueólogos procesuales no han sido
distintas, cada una de ellas funcionando en unos siempre explícitos, por lo que hay que rastrearen
casos y en otros, pero que son inconsistentes entre los textos. Entre los pocos arqueólogos claros al
sí, no podemos decir que ninguna de las dos (o respecto están Watson, Le Blanc y Redman (WLR
ambas) sean falsas, ya que son útiles; y tampoco 1971). Para ellos, la ciencia no busca la verdad
existe ninguna base racional para preferir una teo- absoluta, sino que se acepta como verdadera la me-
ría sobre otra, ya que no hay base racional para jor de las hipótesis disponibles (ibid: 4). Y añaden
determinar cuales son los campos de funcionamien-que los criterios de conformación o contrastación
to más importantes, o verdaderamente cruciales. deben ser "logrados mediante acuerdos dentro
Algunos filósofos han llegado incluso a proponer de cada disciplina científica" (ibid). Esto es, no
que una misma teoría puede ser internamente in-podemos establecer qué es la conformación, sino
consistente siempre y cuando sea útil (véase Popperpor medio de convenciones. WLR citan a Kuhn
l965b:100-101, 107-114).
28. Es precisamente por esta razón que a mí en lo perso-
Algunos autores incluirían una cuarta opción: nal me espanta oír hablar a estudiantes del marxismo,
el criterio marxista; por desgracia, las versiones y decir que el criterio de verdad es la práctica; de
más vulgares de este criterio, que son típicamente limitarse a esto, no podemos decir que la economía
las que pululan en los manuales, se reducen a una burquesa sea falsa, o que Marx se encargó de refutarla;
forma modificada de pragmatismo: la verdad es claramente, la economía burguesa sirve (funciona en
la práctica social de la burguesía), y en consecuencia,
el éxito en la práctica, pero no cualquier tipo de bajo este criterio reducido, no podemos decir que el
práctica sino en la práctica de una clase social es- marxismo la haya superado. Es evidente que esta
pecífica, la trabajadora. La justificación de este conclusión es inaceptable para cualquier marxista
que se precie, por lo que se refuerza la idea de que el
criterio ha ocupado a muchos marxistas, incluyendo
núcleo central del criterio de veracidad debe ser una
a autores como Lukács. Pero nótese que, a menos noción de correspondencia, en la que es factible
que a este criterio se le añada una noción de ver- hablar de la verdad o de la falsedad de las teorías, y
dad como correspondencia, el argumento se vuelve no sólo de su utilidad.
de aquí y de allá sin ver si entre ellas existen con- cultura como un mecanismos adaptativo. Esta
tradicciones, o bien que de hecho es una posiciónconcepción tiene importantes consecuencias: al-
idealista subjetiva, como su criterio de veracidadgunas claramente útiles, como lasque ligan el orden
parecería indicar. Por desgracia, las sutilezas de estadel registro arqueológico a la necesidad de que los
problemática escapan a mis capacidades, y los lími-artefactos y su uso sirvan propósitos adaptativos
tes de este trabajo. Debe apuntarse, no obstante,(es decir, sean no-aleatorios). Otras de las conse-
que la ¡dea de que la nueva arqueología no es unacuencias son de dudosa calidad: por ejemplo, si
posición materialista no es nueva: Felipe Bate hala cultura no es sino un peculiar mecanismo adap-
sostenido ya desde hace tiempo esta tesis (Bate,tativo, entonces la antropología pudiera bien con-
1977, 1980, 1981, entre otros). siderarse como una subdisciplina de la ecología; y
Tal vez a algún lector le parezca que en realidad de hecho, esta es la posición de muchos arqueólogos
esto no tiene ninguna trascendencia, ya que laprocesuales. Se asume entonces que podremos en-
práctica de los arqueólogos será la misma indepen- contrar una teoría unificada de la evolución, que
dientemente de su retórica. Pero esto es en si mis-explique tanto los cambios en plantas y animales,
mo un terrible comentario sobre la consistencia como en la cultura. Esta a su vez implica que se
de nuestra disciplina. Por otro lado, no comparto asume que no existen diferencias cualitativas entre
la opinión de que estas posiciones no son de rele- estas formas de organización de la materia y la
vancia en el trabajo cotidiano; si proponemos que energía. En su planteamiento más burdo, este su-
es imposible alcanzar la verdad, por ejemplo, en- puesto no es sino una forma velada de reduccio-
tonces resulta justificable el ni siquiera intentarlo, nismo. El reduccionismo parte de asumir que
norma que me parece una mala recomendación en podemos eliminar los términos y leyes de una
cuanto a estrategia. Por otro lado, no hay que disciplina. Históricamente, la física y la química
olvidar que estas opciones no son productos autó- eran las bases frecuentes de los intentos reduc-
nomos de la libre voluntad de sus autores: tienen cionistas. Hemos visto antes como la misma
conexiones con la ideología global de la que dichos
autores parten.
En cuanto a la ontologia, es obvio que la nueva
arqueología hace algunos supuestos: por ejemplo,
que la realidad existe independientemente de
nuestra conciencia, que es susceptible de ser ex-
plicada, que es susceptible de ser ordenada, que es
susceptible de ser -con límites- conocida. Estos
supuestos son pefectamente congruentes con su
práctica. Nótese que, como en el caso de otros
supuestos metafísicos, no existe una manera direc-
ta de demostrarlos empíricamente, salvo que los
consideremos como hipótesis y no como supuestos
metafísicos, pero aún en ese caso algunos permane-
cerían inaccesibles. En esta situación, los criterios
meta-científicos (políticos, morales, estéticos,
etcétera), toman precedencia: uno debe preguntar-
se si es preferible asumir que la realidad es conoci-
ble, o que es inaccesible; si es preferible pensar que
puede ser explicada, o que es inexplicable. Por
supuesto, asumir que la realidad es inexplicable
implica que el trabajo científico es redundante,
por lo que esta opción claramente contradice la
práctica científica común.
En un sentido más específico, los supuestos
ontológicos de la nueva arqueología tienen que ver
con la manera en que se concibe el objeto de
estudio, la forma en que se construye el objeto
teórico. Es claro que la nueva arqueología ve a la El gran consejo
no especificado), conducirá hacia el cambio o hacia tender que esta brevísima síntesis haga justicia a
una situación menos compleja. sus matices y sutilezas.
El problema consiste entonces en identificar los Por otro lado, la combinación de un enfoque
parámetros, medir las variables, establecer los lími- ecologizante, reduccionista, y una mala interpreta-
tes, y ver los resultados (que son siempre adaptati- ción del concepto de "ley", se traduce en un se-
vos). Un resultado de la aplicación de modelos de gundo grupo de problemas con las teorías sustanti-
este tipo es que cualquier cambio cultural resultavas que ha producido la nueva arqueología. Por
ser adaptativo. Pero la evidencia es mucha en rela- un lado se afirma la continuidad entre los diferen-
ción a "colapsos culturales" como para que este tes dominios de la ecología. Por otro se insiste en
optimismo siga sin cualificación: por lo tanto, los que una explicación requiere de leyes universales,
ecólogos culturales, y en especial Rapaport, Maru- y "universal" se interpreta -erróneamente- como
yama y Vayda, han propuesto que un posible "transhistórico". Esto es, se insiste en que para
resultado de procesos de este tipo es la "maladap- que algo valga como ley, debe no estar limitado en
tación". Existen condiciones en que, lejos de llevar tiempo histórico. Es en este sentido que los traba-
cambios son adaptativos y cuáles no lo son, salvo jos de Binford con esquimales actuales pueden
en retrospectiva. Por otro lado, no hay manera de tener relevancia a la arqueología: se asume que las
leyes que pudieran ser eventualmente descubiertas
resolver el problema de las "alternativas funciona-
son aplicables al pasado, ya que rigen sobre pasado
les": la misma tensión puede resolverse de diversas
maneras, por lo que una explicación no resultará y presente. De hecho, se propone estaahistoricidad
completa hasta que además de señalar el proceso como un requisito fundamental. Desafortunada-
adaptativo, expliquemos porqué ese proceso y no mente (Binford, 1978a),29 esto también implica
otros es el que tuvo lugar. Solo Rapaport ha en- que la posición original de Binford sobre la analogía
frentado con seriedad este problema, y no alcanza etnográfica ha cambiado en cierta manera. Binford
a proponer una solución satisfactoria (Rapaport todavía cree que las analogías no son sino fuente
1979c, orig. 1977). de hipótesis, en embargo habla de patrones adapta-
tivos universales en base a sus datos de Alaska
Sin embargo, aún si este problema fuera resuel- (Binford, 1980). No es claro entonces cuál es el
to, quedaría otro: en tanto explicación funcional, sentido de la investigación arqueológica, si las leyes
la explicación mediante mecanismos ecológicos pueden ser descubiertas a partir de investigaciones
sufriría los mismos defectos que otras formas de etnográficas. Es cierto que podría argumentarse
explicación ideològica, al asumir que existen esta- que es necesario establecer qué tan universales son
dos hacia los que un determinado sistema tiende. dichas leyes, aplicándolas a casos prehistóricos.
Para demostrar esto habría que lograr evidencia Pero esta no era la intención original, y ciertamen-
sobre la proporción relativa de tales estados, y te, como ha señalado Trigger (1980, 1981 ), distrae
la atención de los arqueólogos sobre los problemas
especificar qué leyes son las que regulan tales pre-
de la explicación en arqueología. Trigger ha argu-
ferencias. Esto significa que las explicaciones fun-
cionales no serían sino una forma abreviada de mentado con fuerza que la insistencia en la "trans-
historicidad"
explicación ya sea inductivo estad ística, o deductivo no es sino parte de un prejuicio gene-
estadística. Y resulta ser que no disponemos aún ralizado contra la historia. Este prejuicio es resul-
tado no solo de condiciones sociales específicas,
de los principios tipo-ley que dicho tipo de expli-
caciones requiere. De hecho, algunos críticos sinono de la confusión, entre muchos académicos
americanos,
solo de la ecología cultural sino del funcionalismo entre "historia" como narrativa de
en la antropología y en la biología, han señalado hechos particulares e "historia" en el sentido
de "ciencia de la historia".
que con frecuencia las explicaciones de este tipo
no son refutables: no existe un posible estado de Es importante notar que, en cualquier caso, el
cosas tal como para hacernos pensar que nuestramodelo nomológico de la explicación no demanda
teoría pudiera ser falsa. Y este es uno de los "transhistoricidad",
re- sino universalidad; y esta uni-
versalidad viene comprendida bajo los rubros que
quisitos que muchos filósofos de la ciencia impo-
los términos teóricos conllevan; dicho de otra
nen en una teoría para que esta pueda ser conside-
rada científica: si la teoría es verdadera en todos forma, para que una generalización valga como ley
los casos posibles, entonces es una tautología y no social, no se requiere que sea válida en las socieda-
una proposición empírica o sobre el mundo. De 29. Si son realmente nomológicas, dichas proposiciones
nuevo, este problema es complejo como para pre- deberán cubrir sistemas organizacionales.
Indios tobas
des de toda la historia, sino en las sociedades deles no entender el concepto de "ley". Por desgracia,
tipo que el concepto describa. Por ejemplo, las esto es lo que los nuevos arqueólogos han hecho.
leyes del capitalismo no necesitan ser las leyes Nótese además que la pretensión de ahistorici-
transhistóricas de la sociedad: la misma antropolo-dad se revela sólo como prejuicio o preferencia
gía se ha encargado de establecer esto. Pero esto metodológica: no va acompañada de una argumen-
no significa que por ello dejen de ser leyes: operan
tación teórica que justifique el porqué las leyes
para un tipo de sociedad comprendido bajo la sociales han de ser ahistóricas. Es bien conocido
teoría del capitalismo. Y de ser realmente leyes, que el marxismo, que propone exactamente lo
operarían en sociedades capitalistas nuevas, si se contrario, ha intentado dar una justificación teórica
descubriera alguna adicional, lo cual es remoto. de por qué las leyes sociales se limitan a modos de
Aún si en la realidad el número de casos en que laproducción específicos. Es este tipo de argumenta-
ley rige se limitara a uno, esto no hace que la leyción el que no existe en la nueva arqueología. Y
sea menos universal. En principio, todo lo que estase carencia la comparte con el resto de la antro-
requiere es que, de ser válida la ley, sea aplicablepología. No hay mejor manera de demostrar esto
a nuevos, futuros casos del mismo tipo. En nues- que con los intentos de la posición historicista
tro ejemplo del capitalismo esto no es muy fácil extrema, el particularismo histórico, en donde en
de imaginar, pero piénsese por un momento en el intento de probar la inexistencia de leyes sociales
las leyes del feudalismo, originalmente desarrolla- se utilizaban con gran liberalidad ejemplos que
das para explicar la particular situación europea. venían de sociedades con modos de producción
Demandar que tales leyes sean universales no completamente distintos. El resultado fue el escep-
significa demandar que valgan entre las sociedades ticismo. Una posición marxista empezaría por se-
primitivas australianas, sino que sean aplicablesñalara que dicho resultado era previsible, ya que al
nuevos casos de feudalismo. Y tales casos eventual- mezclar a sociedades con modos de producción
mente han sido descubiertos o interpretados como tan distintos se mezclaban también los principios
tales, como sucede con la etapa "feudal" en la que regulan tales sociedades, lográndose entonces
historia de China y tal vez la India. Pedir otra cosa una impresión de caos aparente. Pero la antropolo-
gía particularista compartía con la nueva arqueo-para demostrar que la contribución principal de
logía la pretensión deque para ser ley, un principiola nueva arqueología no se da en el terreno de la
debe ser ahistórico, y como no encontró ninguno, técnica, sino de la metodología y la discusión teó-
renunció a la posibilidad de encontrar leyes socia- rica; independientemente de que, afin de cuentas,
les. Espero que los nuevos arqueólogos no lleguenel resultado neto parezca ser una posición teórica
al mismo extremo sin antes darse cuenta en donde altamente incongruente. Proceder de otra forma
yace el problema. sería, o injusto, o deshonesto: la nueva arqueolo-
gía no es la salvación del mundo, pero tampoco es
3.1 .6 La nueva arqueología como posición una moda fracasada cuyas proposiciones nos pode-
teórica: evaluación global. mos darei lujo de ignorar. El interés en este ensayo
ha sido intentar poner en claro en qué consiste
Podemos resumir nuestros hallazgos en esta sec-la nueva arqueología, y cuáles son los problemas
ción, diciendo que la nueva arqueología resultaque ha puesto en realce para su discusión en nues-
ser una posición teórica altamente incongruente. Ytra disciplina. Esta es una manera de ampliar
es incongruente a todos los niveles: mezcla meto- nuestros intereses más allá de la arqueología de
dologías con objetivos distintos, confunde confir- regiones específicas (la arqueología del área maya,
mación con corroboración, adopta posicionesla arqueología del Perú), cronológicas (la arqueo-
relativistas autorrefutantes, y las mezcla con una logía del postclásico, la arqueología del precerá-
epistemología ecléctica en donde el sustrato finalmico), o temáticas (la arqueología de los cazadores
es el idealismo subjetivo. Al parecer, existe tam- recolectores, la arqueología del origen del estado),
bién una confusión sobre lo que las explicaciones y poder poner el reflector, aunque sea por un mo-
nomológicas realmente son, y sobre la naturaleza mento, sobre la arqueología misma.
de las leyes que forman parte de ellas.
Esta incongruencia puede ser, de nuevo, sólo IV ALGUNAS PERSPECTIVAS
aparente: puede ser un problema de la retórica y
no con la práctica real de la nueva arqueología;Hemos dado un vistazo crítico general a la forma
sin embargo, existe suficiente evidencia internaen que la nueva arqueología se ubica en torno a
como para sugerir que esta incongruencia se trans-las diferentes opciones que constituyen una posi-
mite también a la práctica, y que nociones tanción teórica. Podemos tal vez ahora hacer algunas
centrales como la de "veracidad", o el criterio mis-observaciones generales, y tratar de proyectarlas
mo de cientificidad, permanecen oscuros para los para proponer cuáles puede ser las líneas sobre
nuevos arqueólogos. Esto se traduce en la incon-las que la nueva arqueología se desarrolle durante
gruencia misma de su práctica: por ejemplo, en la esta década. No nos interesa aquí pretender clari-
creencia de que lograrán leyes aplicables a un solo videncia, sino proyectar lo que hasta el momento
caso, o que refutarán hipótesis con un solo caso,parecen ser las tendencias importantes en la ar-
para mencionar solamente una de las incongruen- queología procesual, que pueden tal vez moldear
cias más obvias. su futuro.
Esto no signifca que la nueva arqueología,
históricamente, pierda su interés, o que se haga un 1 . ¿El regreso al intuicionismo?
lado su contribución. Este mismo ensayo hubiera
sido impensable hace 15 años, en una época en La explicación de la variabilidad cultural es supues-
donde la arqueología (al menos en México) preten- tamente el objetivo central de la nueva arqueología
día saber con claridad cuál era su meta (la historia Y se entiende "explicación" de acuerdo a la forma
cultural) y su método (la inducción). Además de en que los arqueólogos procesuales interpretan a
muchas contribuciones particulares, la nueva ar- Hempel (1965). Como hemos mencionado antes,
queología trajo consigo un renovado interés en las el entusiasmo en un modelo nomológico ha decaí-
cuestiones de método y teoría, cuyo efecto ha do en los últimos años, e incluso existen en la lite-
sido definitivamente saludable para la disciplina.ratura crítica que pretenden convencernos de que
Este interés tuvo también muchas consecuencias los problemas de la arqueología procesual provienen
prácticas, como la introducción de todo un arsenal
del uso del modelo hempeliano. El desencanto ha
de herramientas analíticas, y los procedimientosresultado de varios factores, desde la trivialización
e instrumentos (como la computadora) para su del concepto al usarse para referirse a la contrasta-
aplicación. Pero creo haber al menos argumentadoción de lo que hemos llamado aquí "proposiciones
ido sustituyendo, en el trayecto del ejemplo, lo máticos, históricos, etcétera. Esto es, más que ser
que queremos explicar, al tiempo que mantenemos un modelo falso, posiblemente sea un modelo
el principio explicativo original que, por supuesto, incompleto, y las modificaciones que haya que
resulta insuficiente. hacer no residan en nuevas estipulaciones forma-
Me parece que la motivación de Read y Le Blanc les, sino en consideraciones de otro tipo, como la
es, sin embargo, positiva: proponen que el objetivo respuesta a situaciones en donde surge la pregunta
de la arqueología en este momento debería ser la "por qué", y hacia adonde es que dicha pregunta
construcción de teorías que nos lleven más allá de apunta, o bien en torno a estipulaciones que blo-
las regularidades y generalizaciones empíricas di- queen premisas adicionales inútiles, o en la exigen-
rectamente "evidentes", a regularidades a nivel cia de que una explicación debe siempre contener
más profundo, que nos permitan ir, como dicen una delimitación del "mecanismo causal" en ope-
ellos, "más allá de las apariencias". Pero de esta ración (Van Fraasen 1972; Bromberger 1966;
buena intención no se sigue que, para lograr el Brown 1977; Railton 1978). Sin embargo, no creo
objetivo, haya que descartar el modelo nomológico que la motivación central detrás del modelo nomo-
de la explicación, o que hemos desperdiciado mu- lógico haya quedado invalidada: de hecho, en los
cho tiempo discutiendo sus características forma- últimos años parecen haberse logrado importantes
les. Yo propondría que es precisamente al revés: avances en su depuración. Por desgracia para los
que los problemas de la nueva arqueología en neopositivistas, estos logros han mostrado la nece-
torno a la explicación y el método surgen precisa- sidad de reintroducir en la filosofía de la ciencia
mente de que nunca se entendió con claridad en nociones como "causalidad", "necesidad", asícomo
que consiste el modelo hempeliano, ni qué implica- variados supuestos de naturaleza ontológica y me-
ciones tiene consigo adoptar una posición metodo- todológica. Gran parte de estas modificaciones
lógica determinada. Por último es todavía más han resultado del fracaso del neopositivismo para
peligroso proponer que nuestra evaluación de las dar cuenta de los hallazgos que la reciente historio-
explicaciones disponibles tenga que hacerse sobre grafía de la ciencia ha logrado. Las modificaciones
bases "intuitivas", o que "nuestras intuiciones" introducidas, por ejemplo, el realismo, la acepta-
tienen que ser satisfechas. Nuestras intuiciones ción de procesos genuinamente estocásticos, etcé-
pueden ser subjetivas, y pueden de hecho estar tera, eran indispensables antes de que el modelo
contaminadas de elementos de diferente naturaleza. hempeliano pudiera ser reconsiderado. Pero no
De hecho, por ejemplo, a muchos de mis colegas tengo ni la capacidad ni el espacio para analizar
americanos prácticamente ninguna explicación esta problemática con más profundidad; el lector
marxista les parece intuitivamente satisfactoria, de interesado puede acudir a los artículos citados
la misma manera que a mis colegas marxistas nin- arriba.
guna explicación procesual satisface sus intuiciones. Por último, es de justicia hacer notar que los
Era precisamente uno de los intereses originales de errores de interpretación que cometen autores
la nueva arqueología al tratar de proporcionar como Read y Le Blanc no les son exclusivos a
procedimientos mínimamente intersubjetivos y no estos autores: el propio Binford parece confundir
sociologizantes para la evaluación. En el momento constantemente las diferentes variedades de ex-
en que la arqueología procesual renuncia a esta plicación nomológica, así como la naturaleza de
intención, como los escritos de Binford y otros los principios generales tipo ley (ver Hill, ed. 1977,
autores parecen demostrar, es dudoso que la nueva capítulo 10, especialmente pp. 276, 277).
arqueología pueda hacer en el futuro contribucio- Los arqueólogos sistémicos no salen mejor li-
nes importantes en cuanto a la metodología. brados: al rechazar el modelo nomológico, dichos
Esto no significa, sin embargo, que yo crea que arqueólogos se han quedado sin un análisis de la
el modelo hempeliano es perfecto, o que no exis- noción de explicación, y no han hecho nada por
ten problemas y alternativas. Contamos ya con una obtener otro, sino que simplemente han declarado
amplia literatura que muestra que esto no es nece- que todo el asunto es irrelevante e inútil. Con una
sariamente así. Es claro, por ejemplo, que uno de excepción: Lowe y Barth (1980) han tratado de
los problemas centrales tiene que ver no tanto con revivir recientemente el modelo sistémico de la
el modelo en sí, sino con el programa general de explicación, en un artículo que intenta refutar las
la filosofía analítica de pretender que podemos dar críticas de Salmon hacia la tendencia sistémica.
recuentos meramente formales o sintáticos de ope- Afortunadamente, Salmon, con paciencia infinita,
raciones que tienen normalmente contextos prag- les ha mostrado que existe una diferencia crucial
tipo de teorías, sin embargo, a muchos de los ar- echara en cara el no haber hecho su tarea antes de
queólogos procesuales les parecen obvias, o pro- pronunciarse sobre áreas metodológicas.
vincia de otras disciplinas, tales como la geología o La actitud actual se divide entre aquellos que
la química. Para estos autores, la obra de Schiffer, piensan que la discusión filosófica es irrelevante,
por ejemplo, no es sino un ejercicicio en la obvie- especialmente si viene de filósofos, y aquellos que
dad. Para ellos no existe problema en la observa- piensan que puede ser útil, pero por el momento
ción en arqueología. Esto no es sino, de nuevo, una deberíamos concentrarnos en hacer arqueología
epistemología empiricista ingenua, responsable de y ya luego podemos preguntarnos todo lo que sea
muchas de las equivocaciones de la arqueología necesario. Es curioso observar la reacción que se ha
sistémica. Por otro lado, resulta altamente ilustra- tenido, por ejemplo, a los artículos de M. Salmon:
tivo que los arqueólogos procesuales, los cuales se "¿qué sabe Salmon sobre arqueología, si es solo
quejaban en su momento de que para la arqueolo- una filósofa de la ciencia?" Sin embargo, al mismo
gía tradicional sus intereses eran "obvios", "irre- tiempo se sostiene la ¡dea de que si algún arqueólo-
levantes" y "resueltos" para la disciplina, estos go decide aventurarse a intentar el análisis filosófico
mismos arqueólogos procesuales utilizan el mismo de la arqueología, o bien no está capacitado, -"no
argumento ahora contra la segunda generación es un filósofo de la ciencia"- o bien no debería
de nuevos arqueólogos. La línea típica es: "por perder el tiempo en esas cosas, y debería dedicarse
supuesto, pero eso ya lo sabíamos, y lo hemos apli- a hacer arqueología. En resumen: si el análisis viene
cado desde siempre"; ni más ni menos que la de arqueólogos interesados en el análisis teórico,
reacción que antes tuvo la arqueología tradicional entonces tampoco vale; conclusión; el análisis teó-
hacia la nueva arqueología. Tal como Schiffer mis- rico simplemente no vale.
mo ha señalado, una tendencia importante en la Otros colegas parecen pensar que en el futuro
arqueología procesual es la que parece haberse ya tal vez pueda tener relevancia, pero que por el
consolidado como "ciencia normal", y los supues- momento, más que meternos en "polémicas téc-
tos que antes merecían escrutinio se han hundido nicas" o "aspectos formales", como les llaman
en las profundidades inalcanzables del paradigma, Read y Le Blanc (1977), deberíamos estar "cons-
donde reposan el sueño de los justos (Schiffer truyendo teoría". Pero no se aclara nunca como
1976). es que hay que proceder para construir teorías.
En consecuencia, una segunda preocupación Existen básicamente dos posibilidades: uno, que
para los arqueólogos procesuales (además del re- la arqueología desarrolle sus propias teorías en
greso a la intuición y el relativismo), debería ser forma "natural" o automática, a partir de un
el aparente abandono de la posición crítica que procedimiento de prueba y error, que puede resul-
caracterizó el trabajo original de la nueva ar- tar exitoso desde un principio o puede llevarnos a
queología. callejones sin calida. La otra posibilidad, a la que
yo preferiría adherirme, es que podemos tal vez
aprender algo de la historia de la ciencia y del
3. La actitud anti-filosof ía de la ciencia análisis filosófico de esa historia, y nutrirnos de la
experiencia de otros científicos, historiadores, so-
Tal vez la más desconcertante herencia de la nueva ciólogos y filósofos de la ciencia, utilizando cuantos
arqueología se la aparentemente cada vez más recursos de valor dichos especialistas hayan descu-
popular actitud en contra de la filosofía de la cien- bierto.
cia, o del análisis filosófico de la arqueología. Esta Debe aclararse que esta segunda posibilidad no
actitud se remonta a mediados de los setenta, en es en absoluto algo fácil. Basta asomarse aún ligera-
que algunos filósofos de la ciencia (como Morgan), mente al campo del estudio de la ciencia para en-
hicieron ver a los arqueólogos que no estaban en- tender que ni los propios filósofos de la ciencia
tendiendo con claridad algunos de los postulados parecen haber logrado un acuerdo en cuestiones
por los que luchaban con tanta vehemencia. La tan cruciales como el criterio de demarcación, la
reacción fue de desconfianza hacia la filosofía de naturaleza de una explicación, o el procedimiento
la ciencia, especialmente ya que en sus críticas los del método científico. Pero, ¿significa esto que no
filósofos dejaban ver lo poco que entendían la hay nada que aprender? En absoluto. La experien-
arqueología, y por otro lado una de inseguridad: cia colectiva, y el debate mismo, son fuentes fruc-
nadie se iba a exponer innecesariamente a que tíferas de las que la arqueología puede nutrirse.
algún día algún filósofo le llamara la atención y le Sin embargo, existen complicaciones adiciona-
les. Supongamos que hemos decidido adoptar teóricos específicos. La arqueología enfrenta tam-
alguna posición particular en torno a la naturaleza bién retos que, si bien no le son exclusivos, si
del conocimiento científico, y de cómo se constru- resultan particularmente apremiantes para la disci-
yen, crecen y se transforman las teorías. Antes de plina, tales como el desarrollar una "teoría obser-
aplicar estos principios, es justificado preguntarnos vacional" o "teoría de la observación", que permita
¿y qué tan cercanamente reflejan el desarrollo real explicar y evaluar la forma en que se construyen
de la ciencia?, ¿cuál es su apoyo? Y en este mo-los datos en arqueología. En ausencia de una teo-
mento es que entramos en lo que resulta ser una dería observacional (o varias, según sea el caso), la
epistemología dominante seguirá siendo empirista
las áreas más debatidas en la filosofía de la ciencia
contemporánea: ¿constituyen nuestras ideas sobre ingenua. Finalmente, existe un tercer reto, común
las teorías científicas a su vez un tipo especial dea todas las disciplinas que claman para sí el título
teorías, suceptibles de ser evaluadas empíricamen- de científicas: producir un criterio de demarcación
te? Esto es, ¿podemos tener una ciencia de la cien- adecuado, permitir entender y explicar el cómo y
cia? El autor X propone que la teoría se cons- el por qué del éxito de la ciencia, y justificar en
truye de determinada forma, y que el método qué sentido es que el conocimiento científico es
opera en tal otra determinada forma. Para evaluar una forma especial de conocimiento.
esta proposición, necesitamos utilizar alguna forma A primera vista, este tercer problema podría
de método; si empleamos la que propone el autorparecer fuera del alcance de los arqueólogos:
X entonces existe el riesgo claro de circularidad; ¿acaso no es la arqueología ya una ciencia?, ¿es
si empleamos otro procedimiento, ese procedi- necesario a cada paso demostrar lo obvio? ¿no es
miento tal vez no sea aceptable para el autor X, precisamente este tipo de especualación filosófica
ya que se sale de lo que en su definición es el inútil el que hay que evitar? Es claro, por ejemplo,
método científico. que la nueva arqueología clamó para sí el título
Estos problemas se agudizan cuando los filóso- de científica, y era este atributo el que supuesta-
fos de la ciencia desprecian, como hacían los neo- mente le separaba de otros enfoques. Pero, ¿en
positivistas, lo que pueda aprenderse de la historia qué exactamente consiste su cientificidad? Nótese
y la sociología de la ciencia. Sus "reconstrucciones que no es suficiente responder "los nuevos arqueó-
racionales" muchas veces no tenían apoyo históri- logos piensan que su enfoque es científico", ya
co, por lo que su interpretación de la ciencia no que ello equivale al argumento sociologizante de
reflejaba la actividad científica real. La tendencia que, si todos estamos de acuerdo en algo, entonces
actual es, al menos en algunos círculos, a considerar ese algo debe ser cierto. Por lo tanto, preguntarse
que la filosofía de la ciencia no puede operar en en qué consiste la cientificidad no es un ejercicio
forma autónoma, sino que debe ser parte de una inútil, y de hecho es una reflexión inevitable como
disciplina mayor, en la que la historia, la sociología resultado del análisis de cualquier posición teórica.
e incluso la sicología de la ciencia juegan un papel Dicho de otra forma, tal vez después de analizar
importante. Es de esta manera que posiblemente se a la nueva arqueología nos parezca que no es espe-
solucione el problema de la aparente circularidad cialmente científica, pero eso implica que tenemos
de cualquier intento de reconstrucción del método ya un criterio de cientificidad. Nótese que la mis-
que intente evaluarse a si mismo. Pero nótese que ma idea es aplicable a otros enfoques como el
simplemente declarar este problema como difícil marxista: ¿es acaso la arqueología marxista cien-
no soluciona las cosas, ni nos autoriza a ignorar sus tífica solo por el hecho de que muchos estamos
consecuencias para la arqueología. de acuerdo en que efectivamente es científica?
De nuevo, no es satisfactorio contestar arguyendo
que el marxismo en sí es la única teoría científica
4. Epílogo: el futuro de la disciplina de la historia, ya que esto una vez más no hace
sino elevar a una determinada teoría al estatus de
La arqueología contemporánea enfrenta varios científica sin ofrecer al mismo tiempo un análisis
retos: algunos de ellos los comparte con el resto del criterio de demarcación, y de la forma en que
de las ciencias sociales, como la necesidad de el marxismo lo cumple.
construir y formalizar nuestras teorías, aumentar Es importante señalar que este problema no es
la precisión de nuestros conceptos, y permitir cada importante por el prestigio que el calificativo "cien-
vez más la comparación de alternativas mediante tífico" tiene en la civilización occidental; clara-
investigaciones orientadas a resolver problemas mente no se trata aquí de lograr aureolas y laureles
ganando para sí dicho calificativo. El sentido en y que no hay necesidad de mayor análisis. Esta no
que el adjetivo "científico" resulta importante es es sino una forma de anular, dogmáticamente, la
el sentido en el que una determinada actividad discusión.
humana, la ciencia, parece tener un alto poder para Un segundo grupo de opciones consiste en tratar
acercarnos a la realidad y lograr un mejor control de resolver el problema simplemente disolviéndolo:
de ella. esto es, a la pregunta de ¿en qué consiste lo cien-
Examinemos por un momento las consecuencias tífico?, la respuesta es: "no existe nada especial en
de nuestras posibles respuestas. La-primera opción lo científico que requiera de definición". O peor
consiste en considerar que el criterio de demarca- aún, "lo científico no existe; todo lo que hay es
ción es un criterio subjetivo o intersubjetivo (social): simplemente ideologías diferentes". La ciencia no
aquellos que se consideran a si mismos científicos es sino la particular forma de ideología de un mo-
por ese mismo hecho lo son. Variantes de esta po- mento histórico concreto. Este tipo de enfoque ha
sición son el separatismo metodológico que con- ganado popularidad entre nuestros intelectuales
sidera que es posible definir el método de la ciencia latinoamericanos. En ocasiones se presenta como
natural, pero que insiste en que la ciencia social parte de un programa destinado a "acabar con las
opera con un método distinto. Los casos extremos metodologías", sobre la base de que no son sino
del separatismo son por supuesto el relativismo, productoras de ideología. Esta primera tesis pudie-
que daría un método distinto no solo a grupos de ra ser replanteada como "todas las proposiciones
ciencias, sino a teorías particulares, y que sostie- científicas son ideológicas". A esta tesis se añade
ne que todos los métodos son igualmente válidos una segunda: "no existen mecanismos que nos
(= científicos). El problema es que no queda claro permitan evaluar nuestras proposiciones sobre el
en qué sentido podemos hablar entonces de "lo mundo". Puestas juntas, estas dos tesis producen
científico" como compartiendo algo en común. un resultado divertido: sí no hay manera de evaluar
Una variante más de esta posición subjeti vista esnuestras proposiciones, y "toda la ciencia es ideo-
la que simplemente afirma en forma dogmática logía" es una proposición, entonces no hay manera
que es obvio que ciertas teorías son científicas de evaluarla. En consecuencia, esta proposición
(curiosamente, las que dichos autores prefieren), se convierte o en axiomática o en un acto de fé,
Indios tobas
AGRADECIMIENTOS
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