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ARQUEOLOGÍA

La arqueología es la disciplina dedicada al estudio de antiguas culturas humanas,


incluyendo su arte y monumentos. Etimológicamente, el término proviene de las
palabras griegas archaios ('viejo' o 'antiguo') y logos('ciencia').

La mayoría de los primeros arqueólogos, que aplicaron el origen de su disciplina a los


estudios de los anticuarios, definieron la arqueología como el "estudio sistemático de los
restos materiales de la vida humana ya desaparecida". Otros arqueólogos enfatizaron
aspectos psicológico-conductistas y definieron la arqueología como "la reconstrucción de
la vida de los pueblos antiguos". En algunos países la arqueología ha estado considerada
siempre como una disciplina perteneciente a la antropología. Mientras que la antropología
se centraba en el estudio de las culturas humanas, la arqueología se dedicaba al estudio
de las manifestaciones materiales de éstas. De este modo, las antiguas generaciones de
arqueólogos estudiaban un antiguo instrumento de cerámica como un elemento
cronológico que ayudaría a ponerle una fecha a la cultura que era objeto de estudio o,
simplemente, como un objeto con un cierto valor estético. Los antropólogos verían el
mismo objeto como un instrumento que les serviría para comprender el pensamiento, los
valores y la cultura de quien lo fabricó.

La prehistoria a lo largo de casi 150 años de existencia se ha definido muchas veces y de


muchas maneras, lo que ha contribuido en gran medida a acrecentar la vaguedad que
rodea a su significado.

Los primeros intentos de definición se remontan a 1833, cuando Tournal propusiera dividir
la edad del hombre en “ periodo histórico” y “ periodo prehistórico” ; propuesta que se
ha mantenido vigente grosso modo hasta nuestros días, haciendo referencia al estudio del
momento de la vida humana anterior al descubrimiento de la escritura.

Esta definición, válida para un público general, sin embargo no satisface a los
profesionales, ya que es un término que designa a la vez un periodo de la historia humana
(la que precede a la historia basada en textos) y una ciencia ( cuyo método es el método
arqueológico y que tiene por objeto de estudio el conocimiento de las épocas
prehistóricas). La especificidad del método arqueológico como herramienta de trabajo
pronto generó un postulado teórico, según el cual la arqueología es una ciencia social
completamente independiente, con una teoría, un método y un campo de estudio
únicamente peculiares a ella. Su objeto de estudio principal es el análisis de la cultura
material, es decir, de los restos físicos conservados de la actividad humana en el pasado.
Así podemos encontrar una especialización, dada la complejidad del comportamiento
humano, entre arqueología prehistórica, arqueología clásica, arqueología medieval, o más
recientemente, la arqueología del paisaje, la arqueología de la arquitectura, la arqueología
industrial o la arqueología experimental. Cada una de ellas posee sus propias
herramientas específicas de análisis e hipótesis de trabajo, en definitiva, el arqueólogo, es
un historiador que plantea la reconstrucción o explicación de los hechos históricos a partir
del estudio de los restos materiales del pasado.

Sin embargo desde un punto de vista epistemológico esta pluralidad de tendencias se


pueden resumir en tres grandes tendencias:

1. Arqueología tradicional o histórico cultural.


2. La Nueva Arqueología: funcionalista o procesualista.
3. Arqueología postprocesual o crítica.

Según el esquema propuesto el nacimiento de la Arqueología como ciencia se inscribe


dentro del positivismo clásico, en el que se toman formulaciones teórico-nomotécnicas de
otras ciencias como la geología, la biología e incluso la antropología. La arqueología se
considera una prolongación de las ciencias naturales. Se trata de establecer hechos y
explicarlos mediante leyes que se alcanzan por inferencias inductivas, realizando
generalizaciones a partir de hechos singulares (Rodanés, 1988: 49).

El desarrollo de las técnicas de datación absoluta provocó una situación de crisis teórica
debido a la saturación de información no procesable por los modelos teórico-
metodológicos vigentes y que dieron al traste con las teorías tradicionalmente aceptadas.
Como respuesta a esta situación surge una corriente explicativa denominada Nueva
Arqueología o arqueología procesual. Esta nueva tendencia no presenta un corpus
doctrinal homogéneo, pudiéndose identificar diferentes escuelas. No obstante podemos
resumir cuatro puntos comunes a todas ellas.

1. La arqueología se concibe como una ciencia social, donde las explicaciones se


construyen mediante la aplicación del método hipotético-deductivo.
2. La antropología es la ciencia teórica de la Cultura y la arqueología se inscribe
dentro de ella. Se incorpora el materialismo cultural como teoría explicativa del
cambio cultural según el modelo propuesto por L.White. Hay así una concepción
sistémica de la cultura que permite la aplicación de principios de la Teoría de
Sistemas, cuyo objetivo final será la descripción y explicación de la variabilidad
cultural (Gándara, V. 1982).
3. El registro arqueológico tiene un carácter organizado y forma parte de un
subsistema susceptible de ser interpretado.
4. Se plantea la necesidad de controlar la representatividad y la certeza de la
información, lo que conduce a su vez a la necesidad de implementar técnicas de
muestreo y análisis estadísticos. Se trata en definitiva de que las descripciones
subjetivas sean sustituidas por patrones objetivos más precisos y capaces de
proporcionarnos bases comparativas de validad general.

Sin embargo esta corriente cientifista de la Nueva Arqueología fue duramente criticada
desde sus orígenes. Esto no significa que el método hipotético-deductivo no tenga
validez, sino que se debe hacer el esfuerzo de acomodarlo a las necesidades y
exigencias de la interpretación arqueológica y explicar algunos aspectos de su aplicación.
La denominada por I. Hodder Arqueología Contextual o Arqueología Postprocesual tiene
como objeto de conocimiento el contexto. Centra su atención en el objeto arqueológico y
sus relaciones. Un objeto fuera de contexto no es legible por lo que la información que
genera está mermada. Sin embargo este posicionamiento no es una ruptura total con los
modelos teóricos precedentes, pudiéndose entender como una evolución lógica de los
postulados de la Nueva Arqueología, buscando los vínculos existentes entre postulado
teórico y objeto arqueológico.

Estos mismos objetivos constituyen a grandes rasgos la finalidad de la arqueología


experimental (Coles, J. 1979) y la arqueología conductual o del comportamiento (Schiffer,
M., 1976) que tratan de comprender las relaciones existentes entre el hombre y la cultura
material que genera a lo largo del tiempo y del espacio. En este mismo sentido habría que
destacar las aportaciones de la etnoarqueología, que según Leroi-Gourhan, trataría de
aislar y constituir conjuntos sincrónicos, caracterizaciones de entidades culturales que
cubren de la manera más completa, los distintos campos de la actividad humana,
comprendiendo no solo aquello que se materializa directamente en los objetos
exhumados, sino también en las relaciones que mantienen entre si todos los objetos.

Así estos postulados postmodernos se resumen en:


1. La arqueología debe reanudar sus vínculos con la Historia, superando la visión
antropológica de la Nueva Arqueología.
2. Se destaca la importancia del individuo como elemento de progreso y agente de
cambio social.
3. La arqueología no se centrará solamente en la explicación del progreso mediante
procesos históricos, sino que intentan determinar la “ estructura” subyacente,
“ visible” a través de sus consecuencias o efectos (Hodder, I., 1988: 183).
4. Hay que plantearse la existencia de vínculos sistemáticos entre lo material y lo
ideal.
5. Se incorporará el análisis del concepto social y conceptual al propio arqueólogo lo
que ha propiciado el nacimiento de perspectivas alternativas como la arqueología
del género, la arqueología indígena, etc...

Esta evolución histórica de los modelos teóricos y del campo de definición está ligada al
surgimiento de nuevas demandas sociales, que ha originado un notable cambio en la
concepción del Patrimonio Arqueológico, que pasa de ser un hecho u objeto del pasado a
convertirse en un producto cultural de consumo, socialmente legitimado. Este proceso a
ocasionado un aumento de la importancia que la administración del P.A., que se ha
regulamentado y complejizado surgiendo a su amparo una nueva actividad económica
independiente, la arqueología profesional o de gestión.

En la actualidad la arqueología tiene la obligación social de responder a las necesidad de


gestión y administración de este patrimonio, para satisfacer las demandas sociales y
solucionar los conflictos que surgen en el presente, fruto del desarrollismo urbano
experimentado en todo el territorio.

Los métodos de la arqueología

Cualquier proyecto de investigación arqueológica debe responder a unos planteamientos


que pueden resumirse en el siguiente esquema.

1. Formulación de una estrategia de investigación.


2. Recogida y registro de la evidencia.
3. El tratamiento y análisis de las evidencias a través de la contrastación de la
hipótesis original.
4. Por último y no menos importante, la publicación final de los resultados.

Dos son las técnicas básicas de trabajo en arqueología, por un lado aquellas que nos
permiten conocer donde se encuentran los yacimientos arqueológicos y las relaciones
existente entre ellos y las que nos permiten conocer como son y de cuando, estas mismas
ocupaciones.

Entre las primeras destacan la prospección arqueológica del territorio, pudiéndose


efectuar mediante el reconocimiento visual de la superficie del terreno o mediante
técnicas de teledetección y fotografía aérea. Estas técnicas nos permiten reconstruir las
características de los paisajes arqueológicos y las relaciones existentes entre todos los
elementos que lo componen. Además es la técnica básica de trabajo para la gestión
urbanística del territorio. Por otro lado tradicionalmente se ha mantenido que la base de la
investigación arqueológica son las excavaciones arqueológicas.

La excavación arqueológica de un yacimiento supone el concurso de diferentes


profesionales debido a la gran cantidad de información que se puede extraer del mismo.
Así un equipo multidisciplinar debería estar formado por arqueólogos, biólogos, geólogos,
topógrafos,... . La imagen romántica del arqueólogo solitario que entra en un tumba, pasó
a la Historia, éstos buscaban la “ pieza” , es decir, un collar de oro, una momia, un tesoro.
En la actualidad, nuestros equipo investigan que tipo de tierra cubre el yacimiento, que
vegetación existía en el entorno, que animales se cazaban o producían, que grupos
sociales vivían en él, etc... , este planteamiento es menos llamativo para el público
general, sin embargo permite conocer con gran exactitud los datos que nos permiten
efectuar una reconstrucción “ integradora” de la vida de un grupo humano del pasado.

Además de la prospección y de la excavación, lo arqueólogos recurren a otras vías


indirectas para reconstruir los hábitos cotidianos del pasado. A través de la
etnoarqueología podemos deducir comportamientos, observando a los pueblos primitivos
actuales, que aún viven en condiciones prehistóricas en distintas zonas del planeta, ya
sea en el Amazonas, África o Nueva Guinea. Pudiéndose comprender el uso de que
hacían de otros elementos que no se han conservado en nuestros yacimientos, como la
madera, las fibras, los frutos o las cáscaras. Podemos ver conocer como tallan la piedra,
como cazan o se organizan socialmente, como son los grupos familiares y tribales. Estas
aproximaciones nos aportaren ideas para interpretar la Prehistoria. Muy ligada a este tipo
de estudios antropológicos aparece otra vía de conocimiento imprescindible, la
experimentación. Desde nuestro punto de vista no existe además forma más didáctica de
mostrar ala sociedad como se vivía en el pasado, que hacer que cualquiera pueda tallar
una punta de sílex, modelar una vasija neolítica o hacer fuego con unas varillas de
madera. Ello implica que los prehistoriadores hemos tenido que reproducir previamente
los procesos técnicos desarrollados por nuestros antepasados, meternos en la mentalidad
del artesano para tratar de comprender el porque de una forma o de una decoración. Esta
experimentación se hace extensiva en la actualidad a otros aspectos de la vida humana
como la agricultura, la arquitectura o la metalurgia.

Disciplinas dentro de la Arqueología.

La investigación arqueológica ha estado relacionada fundamentalmente a la edad de


piedra y a la antigüedad, sin embargo, durante las últimas décadas la metodología
arqueológica se ha aplicado a etapas más recientes como la Edad Media o el periodo
industrial. En la actualidad, los arqueólogos dedican ocasionalmente su atención a
materiales actuales investigando residuos urbanos, con lo que está naciendo la
denominada arqueología industrial, arqueología subacuática.

Dentro de la Arqueología también hay varias ramas según la civilización estudiada. Por
ejemplo:

 Asiriología - estudio de la civilización Asiria.


 Egiptología - estudio del Egipto Antiguo.
 Hititología - estudio del Imperio Hitita.

Yacimientos arqueológicos famosos

Desde el Siglo XVIII hasta ahora, diversos arqueólogos han viajado por todo el mundo
para desenterrar ruinas tragadas por la jungla, por erupciones volcánicas o por el simple
paso del tiempo. Muchos de estos lugares arqueológicos se han hecho después famosos
y han sido incorporados por la UNESCO en la lista del Patrimonio de la humanidad para
su preservación:
 Angkor Vat.
 Babilonia.
 Chichén Itzá, Mayapán, Tikal, Copán y Uxmal (ciudades mayas).
 Cnossos (Creta).
 Hattusas (actual Boghaz Koy).
 Machu Picchu.
 Mar'ib.
 Mohenjo Daro y Harappa.
 Palmira y Petra.
 Pompeya y Herculano.
 Tartessos.
 Troya, Micenas y Tirinto (de la época de los aqueos).
 Valle de los Reyes (Egipto).

La arqueología clásica

Según el diccionario, se entiende como “clásico” la autor u obra que se tiene como
modelo digno de imitar por ser de calidad superior en cualquier literatura o arte. Sin
embargo, en una segunda acepción, también lo define como a aquellos temas
pertenecientes a la literatura o arte de la antigüedad griega y romana. Por lo tanto, cuando
habla de “lo clásico” nos estamos refiriendo a la Antigua Grecia y Roma ya que lo creado
en dicha época es considerado digno de ser imitado en tiempos posteriores.

Pese a ello, el historiador alemán SCHUCHHARDT decía que, para que un objeto pudiese
ser catalogado como clásico, debía reunir cuatro condiciones:

1.- MADUREZ en las distintas facetas que implica un pasado histórico. Es decir, debía ser
el final de un largo proceso de evolución y perfeccionamiento que implica un proceso de
maduración y no un elemento aislado. Pongamos por ejemplo el Partenón; este no
apareció de una forma espontánea y única, sino que es la culminación de un estilo que ha
ido depurándose y perfeccionándose a lo largo del tiempo a través de otras
construcciones anteriores.
2.-PERFECCIÓN en las distintas facetas (elementos constructivos, materiales, etc.) que
permiten la realización de esa obra y que representa a ese pasado histórico. Es decir, es
el hecho de haber llegado a la culminación de un estilo, a su cenit.

3.-CONCIENCIACIÓN: Es tener la conciencia o el conocimiento de que se ha alcanzado


tanto la madurez como la perfección. Para ello los coetáneos a la obra han ser
conscientes de que han llegado a ese punto de madurez y perfección

4.-EJEMPLARIDAD: es una obra digna de imitación, que se toma como ejemplo. Esta
debe de ser entendida como referida a la antigüedad greco-romana.

Como Antigüedad Clásica, en sentido estricto, se entiende el periodo comprendido entre


el siglo V y el IV A.C. (siglo de Pericles) y más concretamente en Atenas (lógicamente al
referirnos a la Antigüedad Clásica Griega), la Romana será en siglos posteriores.

Según R. Bianchi-Bandinelli (uno de los mejores historiadores del s. XX) la arqueología


clásica se ocupa de la reconstrucción de la civilización de la Grecia Antigua y de la
Antigua Roma a través de los testimonios materiales que de aquella civilizaciones se han
conservado y que generalmente se recuperan mediante excavaciones en el subsuelo de
las localidades donde aquella civilización tuvo su sede. Las excavaciones conducen al
descubrimiento pero es solo con las sucesivas clasificaciones e interpretación de estos
testimonios las que llevan a su fin el objetivo del arqueólogo.

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