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La definición del término estrés ha sido muy controvertida desde el momento en que
se importó para la psicología por parte del fisiólogo canadiense Selye (1956). El
estrés ha sido entendido:
Como interacción entre las características del estímulo y los recursos del
individuo.
“El resultado de la relación entre el individuo y el entorno, evaluado por aquel como
amenazante, y que desborda sus recursos y pone en peligro su bienestar"
Ana Freud:
Distingue el estrés propiamente dicho (los mecanismos y defensas del yo1) y el
disestrés (malestar general o inconformidad).
Strain:
Fatiga de materiales. Define al strés como el proceso físico y fisiológico que sirve
para estar preparado. Y desde el punto de vista médico como el proceso físico,
químico y emocional que nos produce malestar o alteraciones.
Un hallazgo que avanza en esta línea se da hacia la llegada del siglo XIX, cuando
el médico americano George Beard (1839-1883) describe un cuadro frecuente en sus
pacientes como resultado de una “sobrecarga” de las demandas propias del nuevo
siglo, y lo llama “neurastenia”. Si bien es cierto que la neurastenia no hace alusión a
un cuadro idéntico al del “estrés moderno”, Beard tiene el gran aporte de sugerir que
las condiciones sociales y las exigencias de la creciente vida urbana moderna
pueden suscitar un desequilibrio en la persona que podría culminar en una
enfermedad mental.
Estas nuevas ideas, además, dieron pie a que se plantearan nuevas y más
humanas hipótesis de tratamiento que las aplicadas a las llamadas “enfermedades
nerviosas”.
Beard consideraba una amplia gama de síntomas físicos y mentales tales como
una alta ansiedad, fatiga extrema, desesperación, fobias e insomnio; e incluso
problemas de atención, migraña, indigestión e impotencia sexual. Robert Kugelmann
menciona que empezando en 1880, durante 40 años, el cuadro de neurastenia se
consideró una enfermedad resultante de una sobrecarga del sistema nervioso que
producía una serie de desórdenes por lo que se le llamó también “debilidad de los
nervios”. Otros nombres usados como sinónimos de esta enfermedad fueron
1
“postración nerviosa”, “agotamiento nervioso”, “fatiga patológica” o “irritabilidad
mórbida”.
Sin embargo, la terapia que más éxito tuvo fue la famosa rest cure (cura de
descanso) creada por el médico americano Silas Weir Mitchell (1829–1914). Éste es
considerado un precursor de la aplicación de la psicología a la medicina,
especialmente a las enfermedades nerviosas. En su conocida obra “Fat and Blood”
(1877) recomienda una terapia que consiste en sacar al paciente de su ambiente
acostumbrado y aislarlo pidiéndole que descanse en cama, que siga una dieta
balanceada, que haga ejercicio, que escriba una autobiografía y que reciba una
terapia de masajes. Este tipo de terapia tuvo mucho éxito y posteriormente se le
agregaron medidas como visitas a lugares naturales, estadías cortas en sanatorios
mentales y finalmente alguna forma de psicoterapia.
Una crítica planteada a esta postura es la de Weinman (1987) quien afirma que si
se entiende el estrés de esa manera, las soluciones terapéuticas tendrían que
orientarse al control de todas las situaciones que se presenten a la persona durante
su vida cotidiana. Esto es, a todas luces, imposible y va contra la esencia misma del
dinamismo de la vida. Tal perspectiva pareciera concebir al ser humano como
incapaz de enfrentar desafíos que exijan un sano quiebre de paradigmas de esfuerzo
o de vivir experiencias de crecimiento a través del sacrificio y la donación.
Tomando los avances de Cannon, Hans Selye en 1930 Hans Selye, observó que
todos los enfermos a quienes estudiaba, presentaban síntomas comunes y
generales: cansancio, pérdida del apetito, baja de peso, astenia, etc. Selye denominó
a esto el "Síndrome de estar Enfermo". Descubrió que en sus pacientes (1936) se
presentaban ciertas constantes biológicas independientemente del tipo de
enfermedad que sufrieran. A partir de dicha observación fue desarrollando una
definición de estrés basada no ya en el estímulo (como la de Cannon) sino en la
respuesta que dan las personas durante situaciones estresantes. Por el desarrollo
sistemático que realizó desde entonces, Selye es considerado por muchos como el
“padre del concepto moderno de estrés” pues marcó un hito insoslayable en el
desarrollo de dicha noción.
A) CAMBIOS DE LA VIDA:
El instrumento clásico para medir la cantidad de estrés que una persona está
experimentando como resultado de los “cambios de la vida” es la Escala de
Evaluación de Reajuste Social (EERS), diseñada por T. H. Holmes y R. H. Rahe
(1967). La escala consta de varias docenas de eventos a los que se asigna un valor
en puntos con base en la cantidad de ajuste que requiere. Para determina la cantidad
de estrés que experimentó una persona en un tiempo determinado, simplemente se
suman las puntuaciones de estrés de todos los cambios que tuvo que afrontar.
Lazarus cree que los grandes eventos importan tanto porque disparan numerosas
nimiedades que a la larga nos abruman con el estrés. “No son los eventos grandes y
drásticos los que hacen la diferencia” advierte Lazarus, “sino lo que sucede día a día,
ya sea que se deba o no a eventos importantes”. Los eventos importantes y menores
son estresantes en gran cantidad porque conducen a sentimientos de presión,
frustración y conflicto.
La presión ocurre cuando nos sentimos obligados a apresurar,
PRESIÓN intensificar o cambiar la dirección de nuesra conducta o cuando
nos sentimos forzados a satisfacer un estándar más alto de
desempeño (Morris, 1990).
Los principales estresores de los individuos, son los estresores sociales. Entre ellos
tenemos:
A) ESTRESORES LABORALES
Factores físicos
a) ILUMINACIÓN:
b) RUÍDO:
Cuando los niveles son muy graves y continuos producen irritabilidad, fatiga y
dificultad para la concentración. Cuando los niveles son altos el ruido aísla a los
trabajadores ya que no permite una buena comunicación entre ellos. El ruido
intermitente y sobre todo el no esperado, altera mucho la concentración que
necesitamos para realizar nuestro trabajo.
c) TEMPERATURA:
FACTORES QUÍMICOS
a) Carga mental:
Autonomía
Iniciativa propia
Responsabilidad
a) Jornada laboral:
c) Salario:
Debe de ser el suficiente para que un trabajador pueda vivir con comodidad y no
estar pensando constantemente como conseguir unos mayores ingresos.
d) Horas extras:
e) Inseguridad en el empleo:
Desgraciadamente es una lacra laboral que se vive en la actualidad por los distintos
tipos de contrataciones que se realizan. Incluso con la seguridad en el puesto la
posibilidad del movimiento geográfico o la promoción interna también es un factor
estresante muy importante.
f) Pluriempleo:
g) Promoción profesional:
Si las relaciones con los compañeros son malas éstas van a ser un estresor muy
importante. Como consecuencia de esta mala relación su grupo de trabajo, sección,
etc., no realizará su trabajo a pleno rendimiento.
Debe existir cordialidad entre trabajador y empresa, de forma que éste pueda
exponer sus problemas del trabajo e incluso los extra laborales. Para ello los
superiores deben intentar elevar la autoestima del trabajador e intentar evitar que se
hunda en la problemática que plantea.
B) ESTRESORES FAMILIARES
a) Relaciones conyugales:
Muchas veces por el tiempo que se invierte en el trabajo se descuidan las relaciones
con los hijos. Al terminar la jornada laboral y llegar cansados no se dedica el tiempo
suficiente en hablar, jugar y escuchar los problemas que pueden afectar a nuestros
hijos; esto trae como consecuencia que la relación se «enfríe» disminuyendo el
diálogo de los hijos con los padres.
Todos los padres quieren que sus hijos tengan el mejor futuro laboral. Esto conlleva
a ocasionar una ansiedad y una competitividad excesiva. La tensión a la que se
somete a los hijos se traduce en ocasiones en enfrentamientos y discusiones con los
padres.
Si el trabajador tiene que convivir con una persona mayor su núcleo familiar pierde
intimidad, lo que le impide realizar muchas de las cosas que querría hacer para
poderse relajar después de su trabajo.
El ritmo de vida que marca el cuidado de una persona enferma resulta en ocasiones
agotador. En estos casos se añade un nuevo trabajo, la asistencia y cuidado del
enfermo, dejando en un segundo plano a «su familia», lo que le produce gran tensión
y muchas veces termina enfermando el cuidador.
En muchas familias existen personas que han perdido su empleo. El convivir con
estas puede llegar a ser insoportable ya que la problemática que conlleva el paro
«flota» en el ambiente familiar, produciendo un malestar generalizado en todos sus
miembros. Este ambiente no deja relajarse al trabajador, ya que este problema
persiste durante su jornada laboral e incluso en los momentos que tendrían que ser
de ocio.
C) ESTRESORES PERSONALES
Fase de alarma:
Fase de adaptación:
Fase de agotamiento:
estado de ansiedad
sensación de ahogo e hipoxia aparente
rigidez muscular
pupilas dilatadas (midriasis)
incapacidad de conciliar el sueño (insomnio)
falta de concentración de la atención
irritabilidad
pérdida de las capacidades para la sociabilidad
Otros síntomas:
Irritabilidad
Sensación de riesgo o problemas inminentes
Depresión
Pereza mental Pensamientos volátiles
Sensación de impotencia
Sensación de desesperanza
Sensación de carencia directiva
Sensación de inseguridad
Tristeza
Apatía
Actitud defensiva
Tendencia a asustarse fácilmente por cualquier ruido no habitual
Fluctuación de animo
Confusión o turbación
Perdida de la alegría de vivir.
a) Cantidad de estrés:
Cada uno con sus propias características, síntomas, duración y distinto tratamiento.
Veamos cada uno de ellos.
Por ejemplo, un descenso rápido por una pista de esquí de alta dificultad por la
mañana temprano puede ser muy estimulante; por la tarde puede añadir tensión
a la acumulada durante el día; esquiar por encima de las posibilidades puede
conducir a accidentes, caídas y sus lesiones. De la misma forma un elevado nivel
de estrés agudo puede producir molestias psicológicas, cefaleas de tensión, dolor
de estómago y otros muchos síntomas.
Puesto que es breve, el estrés agudo no tiene tiempo suficiente para producir las
grandes lesiones asociadas con el estrés crónico. Los síntomas más comunes
son:
Existen individuos que padecen de estrés agudo con frecuencia, cuyas vidas
están tan desordenadas que siempre parecen estar inmersas en la crisis y en el
caos. Van siempre corriendo, pero siempre llegan tarde. Si algo puede ir mal, va
mal. No parecen ser capaces de organizar sus vidas y hacer frente a las
demandas y a las presiones que ellos mismo se infringen y que reclaman toda su
atención. Parecen estar permanentemente en la cresta del estrés agudo.
“El estrés crónico mata por medio del suicidio, la violencia, el infarto del miocardio, el
ictus cerebral vascular y quizá incluso el cáncer”.
El estrés pone en actividad todos los componentes del cerebro en forma de cascada.
Llegado este caso se podrían inhibir las respuestas inmunitarias alterando el papel
de los leucocitos, pudiendo haber disminución de los mismos. Estas reacciones
hormonales ocasionan una serie de alteraciones en los distintos órganos debido al
aumento de alguna catecolamina.
Según el tipo de trabajo se generan los distintos tipos de estrés apareciendo la
consecuencia hormonal correspondiente.
Estados de shock
La persistencia del individuo ante los agentes estresantes durante meses o aun
años, produce enfermedades de carácter más permanente, con mayor importancia
y también de mayor gravedad.
Dispepsia o indigestión
Dolor en la parte alta del abdomen ("en la zona del estómago"), comprende todo
trastorno de la secreción o sensibilidad gástricas que perturben la digestión;
designa cualquier alteración funcional asociada al aparato digestivo
Insomnio
Colitis nerviosa
Trastorno sexual
Agresividad
Migraña
Hipertensión Arterial
o Edad y Sexo
o Herencia
Frustración
Infarto al Miocardio
Disfunción Familiar
Trombosis Cerebral
Adicciones
Trastornos alimenticios
Fatiga
Destrucción de los músculos
Diabetes
Hipertensión
Ulceras
Pérdida de deseo sexual
Enanismo
Interrupción de la menstruación
Aumento en la susceptibilidad a enfermedades
Daños a las células nerviosas.
El estrés es normal, ¿por qué se siente uno tan mal? Porque con todas las cosas que
le pasan a uno no es difícil sentirse estresado. Las cosas que uno no puede controlar
son a menudo las más frustrantes. Uno puede sentirse mal simplemente por ponerse
presión sobre uno mismo: sacar buenas notas, tener aspiraciones en un trabajo. Una
reacción común del estrés es criticarse a uno mismo. Uno puede estar tan abatido
que las cosas ya no parecen ser divertidas y que la vida parece horriblemente
preciosa. Cuando esto ocurre es fácil pensar que uno no puede hacer nada para
cambiar las cosas pero, ¡ sí que se puede!
Habitúate a:
Dormir las siete u ocho horas recomendadas para un buen funcionamiento de tu
organismo a lo largo del día. Levántate con el tiempo suficiente para acudir al trabajo
puntualmente. Si notas que las horas de sueño son escasas, duerme una siesta no
superior a 15 minutos.
Basa tus comidas en la Dieta Mediterránea. No deben faltar el aceite de oliva,
cereales, pescado, ave, verduras, legumbres y frutas. Evita las comidas copiosas con
exceso de azúcar refinada, grasas, frituras o huevos.
Reduce si eres consumidor exagerado tus cantidades de sal, café, té, mate, tabaco y
alcohol.
Analízate:
Focaliza tus objetivos a corto y medio plazo tanto en tu casa como en la faceta
profesional.
No permitas que ninguna circunstancia ni persona rebaje tu dignidad. Una
autoestima alta minimiza y relativiza el impacto de cualquier estrés.
Respeta tus motivaciones y haz las cosas que realmente te gustan. Trata de realizar
las tareas que te resulten más interesantes y placenteras. Si una actividad te resulta
desagradable, trata de no realizarla, o de encontrarle alguna utilidad o justificación
ante ti mismo.
En el trabajo:
Adapta tu entorno de trabajo para un mayor aprovechamiento de tus tareas:
Fotografías, música favorita, amuleto de la suerte, trofeos.
Trata de ver las tareas y los contratiempos como desafíos que te permitirán crecer, y
no como situaciones amenazadoras.
Aprende y habitúate a medir tus capacidades, y no te violentes intentando hacer algo
más allá de tus posibilidades. Evita "exprimirte" hasta el agotamiento. A veces se
pierde, intenta extraer lo positivo de los sucesos negativos.
Cuando una tarea no avanza, realice otra tarea o haz una pausa, y si puedes sal del
lugar donde te encontrabas.
A veces lo trágico no son tanto las situaciones como el modo de interpretarlas. Es
posible que cambiando la forma de ver los conflictos, se reduzca tu malestar y
puedas elaborar otras soluciones.
Tiempo libre y ocio:
Dedica una parte del día a alguna actividad de ocio sin remordimientos: Leer, ir al
cine, deporte, escuchar música...
Si tienes familia y amistades dedícales un tiempo, desconectando de las
obligaciones. Durante la semana dedica un día entero a descansar y realizar
actividades que te gustan y no tengan ninguna relación con tus obligaciones
habituales.
Acostúmbrate en tus vacaciones a revisar y profundizar en tu escala de valores si no
lo has hecho con anterioridad.
Deporte:
Practicar deporte beneficia tu salud cardiovascular y te ayuda a quemar calorías.
Sirve como relajante y elimina tensiones. Si te gusta caminar, aprovecha para
hacerlo en los desplazamientos al trabajo, a la compra. Acostúmbrate a dejar el
coche aparcado siempre que no sea indispensable.
Si prefieres más intensidad y/o regularidad en tus ejercicios puedes acudir a un
gimnasio en donde también podrás encontrar saunas y salas de masaje. Si te gustan
y practicas los juegos de equipo, juega si lo disfrutas con pretensiones competitivas,
pero evita que deriven en enfrentamientos personales con los oponentes.
Tu relación con los demás:
Acostúmbrate a admitir y a demandar la crítica, así como a expresar honestamente
tus puntos de vista. Pide ayuda a las personas de tu entorno. Pedir ayuda es una
muestra de reconocimiento a la otra persona. El desahogo con terceros mitiga
frustraciones.
Es sano ser algo egoísta. A veces hay que decir, no. Resulta imposible complacer a
todo el mundo. Al mismo tiempo, no permitas que los demás te presionen, te
manipulen, ni te impongan unos criterios en contra de los tuyos.
Intenta hacer el amor periódicamente, sin apresuramientos y sin rutina.
El odio y el rencor no te ayudan a avanzar. El perdón, la comprensión, la tolerancia
resulta la mejor opción para resolver algunos conflictos.
Cómo puedes conseguirlo:
Acostúmbrate a utilizar una agenda actualizada, donde apuntes todas las
actividades, indicando el tiempo que te ocuparán. No apuntes más cosas de las que
podrás hacer. Planifícate el día nada más comenzarlo
¿QUÉ ES LA MEDITACIÓN?