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UNIVERSIDAD NACIONAL SAN CRISTÓBAL DE HUAMANGA

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

ESCUELA PROFESIONAL DE ARQUEOLOGÍA

TEMA

ESTILOS DE CERAMICA DE LOS DIAGUITA DE CHILE

ESTUDIANTE

ORDAYA CCAHUANA, IGNASIO

DOCENTE

EDISON MICHAEL MARTINEZ MENDOZA

ASIGNATURA

ARQUEOLOGÍA ANDINA

AYACUCHO – PERÚ

2023
ESTILOS DE CERAMICA DE LOS DIAGUITAS DE CHILE
ORDAYA CCAHUANA, IGNASIO.
Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga
escuela profesional de Arqueología (2023)

RESUMEN:
la cultura diaguita es una de las culturas con unas cerámicas muy hermosas que se encuentran en
el extremo sur. Cabe señalar que la cerámica antes de su mayor esplendor en la fase clase y la
incorporación de inca pasaron por unas fases muy anteriores a estas. Por ello en este presente
trabajo nos centraremos en establecer los estilos de la cerámica diaguita antes y después de la
incorporación inca. Y de cómo estos han asimilado y han incorporado en su cerámica.
ABSTRAC:
The Diaguita culture is one of the cultures with very beautiful ceramics found in the far south. It
should be noted that ceramics, before their greatest splendor in the class phase and the incorporatio n
of the Inca, went through phases much earlier than these. Therefore, in this present work we will
focus on establishing the styles of Diaguita ceramics before and after the Inca incorporation. And
how these have assimilated and incorporated into their ceramics.
palabras claves: diaguita, inca, cerámica, etapas, fases.

INTRODUCCIÓN.
En este presente trabajo me centrare en establecer los estilos de los patrones de decoración cerámica
y sus variaciones estilísticas centrándose específicamente en el período del desarrollo de los
diaguitas y del contacto entre Diaguitas e Incas.

Al hablar de la cerámica de los diaguitas de Chile es muy complejo, ya que este se desarrolla en
diferentes periodos y fases al igual que del área andina. Los datos obtenidos por los arqueólogos
que estudiaron han mostrado que el primer uso de la cerámica en el norte seme-árido fue varios
siglos posterior al primer uso en regiones vecinas. Entre los pocos datos obtenidos hay fechados de
aceramicos que posteriormente van a estar desarrollados, cabe señalar que estos fechados que se
hicieron fueron en los lugares de chile central y san juan en los años de 2000 a.c. De esto se sugiere
que la aparición tardía de las cerámicas en este espacio tuvo varios factores, las cuales podemos
decir que probablemente pudo haberse dado poco contacto entre las regiones estudiadas o
simplemente sabían de su existencia, pero no tuvieron el interés de insertarlo en su cultura.
Mientras tanto que en el área central andina la cerámica es temprana. La cerámica llega a Chile
gracias a las interacciones que estas tuvieron con las culturas del área central andina. Como son los
casos del contacto que tuvieron en el área de Circum titica con las culturas de esta área que son
Tiahuanaco. Así de este modo en este espacio van a ir en desarrollo mediante las culturas como
son el Molle, Animas y los Diaguitas hasta el momento del contacto con los Incas.

Los molles, ocuparon este territorio semiárido en los cursos del valle de Copiapó y Limarí
construyendo casas con más de 100 aterrazados comenzando en 1500 a.c. estas culturas muestran
evidencias de lazos con las culturas del noreste Argentino y se caracteriza por una economía agro
ganadera, un patrón de asentamiento semi-estable en los valles, quebradas e interflujo y en las
cotas. A la vez manejan las técnicas de la metalurgia de cobre, plata, y oro en forma simple. Cabe
señalar que estas culturas elaboraban una fina cerámica de atractiva simpleza decorada finame nte.
(fig.1,2)

Los animas, serán la base de la cultura Diaguita. Las alfarerías de este periodo presentan cambios
drásticos en la relación de las primeras ceramitas. Las formas cerradas del molle son representadas
por platos acampanados y con huecos hemisféricos, se les decora principalmente con diseños
geométricos pintados. Existen diversos platos, los más conocidos son de la alfarería de la necrópolis
que representan decoraciones en negro directamente sobre la pasta anaranjada previamente pulida,
o bien sobre el engoe rojo o crema que divide la pieza en cuatro campos, estas cerámicas se
encuentran principalmente en los valles de Huasco, y Copiapó.

En los valles de Elqui y Limarí, en cambio, predominan dos variedades de cerámica los platos
hemisféricos o escudillas con engobe rojo parcial y pintura negra de hierro oligisto o especularita
y las escudillas con engobe rojo y blanco sobre el cual se pintan motivos geométricos en blanco,
negro y rojo. Este último tipo de cerámica se encuentran en los cementerios arqueológicos,
asociados con un estilo de alfarería diaguita conocido como transición, con la cual comparten
atributos decorativos. (fig. 3,4)

LOS DIAGUITAS

Esta cultura alrededor de 1000 dc. de nuestra era, se consolidan los cambios culturales que se
venían produciendo en las animas y que se cristalizan en la cultura diaguita. Es conocida
mundialmente por la riqueza plástica de su alfarería calificadas por muchos autores como las más
bonitas y estilizadas.
El norte chico de Chile ha sido designado como el área de las provincias de los diaguitas por la
distribución de las evidencias en sus principales valles de Copiapó, Huasco, Elqui, Limarí, Choapa
en sus costas pre cordilleras y áreas de interfluvio donde las familias se instalan en pequeñas aldeas
conformadas por sencillas viviendas de barro, madera y paja y se dedicaban a la recolección de
frutos silvestres, cazaban mamíferos y aves. Mientras tanto su economía se basó en la agricultura
y el agua los llevaron por las acequias que permitían el cultivo del maíz, quínoa, papas, zapallo.
Los estilos cerámicos de decoración tricolor, basados en diseños geométricos con franjas
escaleradas, cruces, etc. Que en un momento fueron adjudicados o influencias por la cultura
chincha de Perú.

Esta cultura ha desarrollado la cerámica en tres etapas las cuales vamos a mencionar a continuac ió n.
(fig. 5)

Etapa Arcaica, las características ceramistas principales las presento en el cementerio ubicado en
la quebrada de las animas en el valle del Elqui, siendo sus rasgos más relevantes las formas
subglubolares y troncocónicas, decoradas en especial con motivos geométricos simples en el
interior de las piezas se plasman los tres colores básicos: el rojo, negro y blanco. El exterior de las
piezas es en general de color rojo o crema, con unas franjas en su borde en colores blanco y negro.
(fig. 6)

Etapa transición, la decoración y formas de la cerámica en esta etapa difieren ostensiblemente de


la anterior, lo que se explicaba en parte por las influencias chinchas de las costas peruanas, las
cuales postulaban latcham y comely, con una gran riqueza en los diseños geométricos de la
decoración, las paredes de los platos con una tendencia hacia la vertical, aunque todavía
redondeados y las formas de sepultación más complejas, con usos de lajas de piedra ubicadas en
forma oblicua sobre el cadáver, el que en general se representan enterrado en forma fletada de
cubito latera. Además de las cerámicas de la fase transición se encontraron en estos mortuorios el
uso de anzuelos de cobre, espátulas de hueso, torteras, pinzas depilatorias, aros y herramientas de
cobree, instrumentos huecos con puntas de flechas. (fig. 7)

Etapa clásica, la evolución de forma y decoración de la cerámica evidencia esta fase: los platos
decorados son de la mejor factura, con paredes rectas y bases redondeadas, algunos con
representaciones antropomorfas en un sepulcro rectangular con su correspondencia. Guardaban los
restos de uno o más individuos, con objetos de ajuar, especialmente cerámica, collares, metales.
Probablemente esta es la fase de la influencia de los incas en los contextos de los diaguitas hacia
el siglo xv con la introducción de las formas típicas de la cerámica cuzqueña, un proceso en la
metalurgia y unos intercambios de estilos por los artesanos diaguitas lo que indudableme nte
reflejan una transculturación. Es en esta última fase del clásico donde la cerámica diaguita tendrá
un mayor auge e influencia en las otras culturas de chile, en la cual se desarrollaría varias fases.

Las franjas pintadas con diseños geométricos en su interior son la expresión característica en la
alfarería diaguita, observándose en la mayoría se sus expresiones franjas constituyente un marco
en cuyo interior los ceramistas plasmaban figuras geométricas que se repiten y organiza n
armónicamente a través de movimiento basados en la simetría. A través del tiempo estos diseños
fueron complicándose y su trazo se volvió cada vez más complejo. La alfarería diaguita es sin duda
la mayor expresión artística que se conserva de esta cultura. Escudillas, jarros, y grandes
contenedores que fueron decorados con líneas negras, rojas y blanca sobre un fondo generalme nte
rojo, producidos mediante un baño o engobe de la pieza. Además de estos intrincados dibujos
geométricos pintados, los alfareros representaron seres humanos, aves, felinos y camélidos
mediante el modelado de la arcilla combinándolo con la pintura.

Estas vasijas fueron utilizadas cotidianamente para servir comidas y bebidas como lo atestiguaba n
las abundantes piezas quebradas en los basurales de los sitios habitacionales. Sin embargo, también
formaban parte del ajuar funerario. Por lo general, varias de las vasijas que lo acompañaban. Cuyas
tumbas solían estar junto a la aldea. Los muertos podían ser enterados directamente en fosas de
piedra que formaban una caja rectangular con su correspondiente tapa, además de la vajilla, otros
elementos cotidianos acompañaban a los diaguitas en la vida después de la muerte, como puntas,
cuchillos de piedra, morteros para procesar granos y pigmentos.

Seguramente fue la ritualidad que impulso los cambios que se introdujeron en el arte rupestre en el
encanto y otros sitios del valle como Choapa, Illapel y Chalinga, este último cercano a la actual
ciudad de salamanca. (Fig.8)

En esta última etapa se pudo ubicar varias tres fases. En donde tanto la pasta utilizada para su
confección como el proceso de cocción demuestra una notoria diferencia con la cerámica típica
diaguita.

La fase I, se caracteriza por poseer un estilo y técnica cerámica bien determinada, con elemento
que se pueden asimilar, en algunos casos, al periodo anterior y con formas de platos subglubolares,
profusamente decorados en su interior. en ella cuales denomina, como colores base, el rojo y sobre
el que pintan los motivos geométricos sobre blancas con diseño rojo y negro. En la secuencia
tipológica de la cerámica decorada fue acertada descrita, la moderna metodología que permitió
deducir de sus resultados que este estilo de transición era prácticamente contemporáneo a la de los
animas. En ambas se desarrollan la característica decoración diaguita: franjas dispuestas en las
paredes o en el interior de los platos, con la utilización de 7 a 8 elementos fundaméntateles, con la
utilización de una gran variedad de líneas quebrada, escaleradas, rombos y círculos. (fig.9)

Fase II, corresponden al momento más brillante en el desarrollo estilístico de la cerámica diaguita
para resaltar este hecho los diseños y formas de la fase anterior se desarrollan en una enorme
variedad de motivos, que en el fondo los platos, se estructuran en una forma compuesta con paredes
rectas y bases redondeadas. Con una mayor utilización de motivos antropomorfos en las bandas
decoradas externas jarros y urnas de singular belleza. Que aparentemente parecen ser utilizadas en
la fase anterior. Y los famosos jarros patos cuya denominación poco acertada señala formas de
jarros antropomorfos ligeramente elipsoidales, con un asa que une la cabeza representada con la
abertura del jarro. (fig.10

Fase III (fase de la interacción inca) esta última fase se dios aproximadamente hacia el año 1470
según lo que señalan las cronistas. Donde el imperio inca gobernado por Túpac Inca Yupanqui,
inicio la conquista del territorio chileno bajo el mando del general Shinroca con más de 10000
hombres quienes entraron por Copiapó y Aconcagua. Este periodo es señalado por muchos autores
como la ocupación del territorio chileno por los incas. Lo que evidentemente la transculturac ió n
transformo a las culturas de chile quienes van a comenzar a asimilar los estilos de la cerámica de
los incas. Muchos de ellos los combinaron ambos estilos. Como son los casos de los diaguitas.

Esta última cultura salió muy beneficiada de esta aculturación ya que transformo inrequesidame nte
con nuevas técnicas de regadío, metalurgia y las motivaciones artísticas. Lo que está demostrando
claramente en la utilización de formas y diseños provenientes del cuzo en la alfarería local. La
fusión que se produce en la alfarería de esta época es conocida como estilo Diaguita-Inka y se da
también en otras provincias del Imperio, formando parte de un fenómeno de “hibridación” cerámica
que los arqueólogos denominan también como Inka local o Inka.

La alfarería se enriquece no solo por el aporte incásico, sino que también por la aparición de nuevos
estilos, como es el caso de nuevas formas de los jarros patos, los platos campaniformes o troncos
cónicos, la transformación de las clásicas formas cuzqueñas y en forma una variada representación
de los diseños en las formas propias del diaguita. Los diseños de la alfarería y sus formas
representan claramente la mezcla de los estilos diaguita e inca. La metalurgia es evidentemente el
uso de herramientas andinas, como es el caso de los cinceles, tumis, cuchilos semilunares, topus,
confeccionados en cobre o bronce. El oro es poco abundante y solo aparece utilizando en piezas de
cerámica sagrada.

Destaca por un momento un rico contexto de instrumento musicales, confeccionados en piedra,


cerámica y madera como son las llamadas flautas pan, silbatos y ocarinas. La expansión inca
significo el encuentro de muy diferentes tradicionales alfareras y seguramente de diversas practicas
culinaria. Distinto es el caso de los pueblos de los pueblos que habitaban la sierra y altipla no
aledaños, donde sus ceramitas produjeron vasijas que imitaban las formas de los arríbalos y los
platos cuzqueños. Como en Saxamaer y etnia capaje donde se hallan decorados en el interior con
figuras de camélidos estilizadas. Se piensa que la diferencia entre ambas obedece a que esta parte
del territorio chileno fue administrado mayormente por los inkas antes de la conquista inca.

El arribo de las cerámicas incaicas produjo la aparición de cantaros, platos, y botellas que imitaba n
las formas cuzqueñas. Pero a la ves incorporan diversos motivos de origen diaguita. Por otra parte,
las formas tradicionales de vasijas de esta cultura. Tales como escudillas, jarros patos, y otras
experimentaron algunos cambios formales y combinaron motivos locales y cuzqueños. El tercer
tipo posee formas semiesféricas como verdaderos platos y los colores son el rojo, el negro y el
blanco, pintado sobre el interior de la pieza, siendo el exterior rojo, en algunos casos con una banda
negra, y blanco en el borde. (fig.11) Los patrones mediante las cuales se pueden reconocer diaguita-
inca son zigzag, ajedrezado, rombo en heleras, cadenas y laberinto, líneas, onduladas. (fig. 12)

Es en este momento que aparecen también un tipo de escudilla de forma acampanada cuyo origen
es un misterio, ya que no es propia de ninguna de las culturas. Puede haber sido una innovación de
los propios ceramistas diaguitas durante la fase incaica de esta cultura.

La distribución de la cerámica diaguita-inka hacia el norte y sur del corazón del territorio diaguita
ha sido conducido a diversos autores a postular una alianza entre los miembros de esta cultura y
los inkas. En los valles de Copiapó y Huasco las producciones locales de las vasijas inkas estuvo
dominada por motivos de estilo diaguita, los que por lo general se hallan pintados sobre formas
que copian vasijas imperiales, compartiendo el espacio decorativo con motivos cuzqueños.
Únicamente excepcionales se observa una función entre formas de estilo Copiapó con diseños de
origen incaico-diaguita.

Aunque la cerámica diaguita no escapa a la estética imperial inca, los fondos predominantes ahora
son blanco y sobre él se combinan hábilmente motivos clásicos diaguita con otros de origen
cuzqueños, como el ajedrezado, formas de clepsidras y de los helechos o los triángulos en
traslación, los alfareros locales incorporan en sus diseños el principio símbolos de la cuatripartic ió n
inka a través de la duplicación en forma simultanea de un elemento en el eje vertical y el otro
horizontal.

Un claro ejemplo de estos estilos, es en los valles del Aconcagua y el Maipo en tanto la producción
local alfarera inca siguió la pauta de copiar formas imperiales, incorporando con frecuencia
motivos diaguitas. De modo similar a Copiapó donde los motivos locales no fueron incluidos en
las imitaciones de las vasijas inca. Tan solo una pequeña proporción de escudillas de estilo
Aconcagua, caracterizado por su forma hemisférica y el color rojo de superficie, muestra en su
interior una decoración que integra patrones decorativos locales e inkas.

Tal como aparece podemos que los incas usaron a sus aliados diaguita como genuinos operadores
para establecer en el territorio que se extiende entre los valles Copiapó y Elqui – ríos Choapa y
Cachapoal, para engrosar ñas arcas imperiales se requería de fuerza de trabajo local, productos
agrícolas lanas, tejidos. Más tarde los incas establecerán una alianza con las poblaciones diaguitas
de más al sur con el fin de conquista este valle y del Huasco.
BIBLIOGRAFIA.

Budnik, C. (2009): Chile bajo el Imperio de los Inkas. Exposición noviembre 2009 - mayo 2010 Museo
Chileno de Arte Precolombino Fundación Familia Larraín Echenique Ilustre Municipalidad de Santiago.
Presentado por Minera Escondida.

Museo Chileno de Arte Precolombino (2016): el arte de ser diaguita. Exposición Temporal noviembre 2016
– mayo 2017. minera escondida operada por bhp billiton.

Apuero, G. (): la cultura diaguita. En serie el patrimonio cultural chileno coleccion culturas aborígenes.
Diseño y Diagramación: Francisco Olivares Thomsen COPYRlGHT: Ministerio de Educación. Departamento
de Extensión Cultural. Inscripción N° 48616. Octubre 1978. Impreso en Editora Gabriela Mistral.

Pavlovic, D. (2001): Manos y Arcilla, Agua y Fuego: Pastas Alfareras y Sistema de Producción Cerámico
Diaguita en los Valles de Illapel y Chalinga, Cuenca del Choapa. IV Congreso Chileno de Antropología.
Colegio de Antropólogos de Chile A. G, Santiago de Chile.

Vasquez, J. (2018): Cerámica Diaguita en el Valle del Limarí: Una aproximación desde la Colección Durruty.
Universidad de Chile Facultad de Ciencias Sociales, Departamento de Antropología.
Anexos:

Figura 1,2: molle

Figura 3 y 4: animas

Figura 5:
Figura 6:

Figura 7:

Figura 8:
Figura 9:

figura 10:
Figura 11:
figura 12: zigzag

Heleras:
Cadenas:

Onduladas:

Líneas:

Laberinto:

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