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FIESTA PATRONAL

JESÚS NAZARENO
9, 10 y 11 de Septiembre
Queridos catequistas de San Vicente Ferrer: ¡Bienvenidos a Jesús Nazareno! Gracias por compartir con
nosotros esta fiesta patronal tan importante y significativa en nuestra comunidad. ¡Qué lindo que
podamos trabajar en equipo! Esperamos que se sientan cómodos y puedan participar activamente de
las actividades. Es por esto que pensamos hacer esta guía para que todos podamos conocer un poco
más y sepamos qué es lo que haremos en el día de hoy. Cualquier consulta o pregunta que tengan, por
favor, no duden en escribirnos.

A continuación, les dejamos una reflexión que a nosotros nos gusta mucho y la repasamos en cada
Fiesta Patronal.

Jesucristo es el Señor

“Jesucristo de condición divina, se humilló hasta la muerte de Cruz. Por eso Dios lo exaltó, para que al
nombre de Jesús toda rodilla se doble y toda lengua proclame: JESUCRISTO ES EL SEÑOR”
(Filipenses 2, 6-11)

Desde la Cruz, Jesús logra su exaltación y la convocatoria universal “Cuando sea levantado de la tierra,
atraeré a todos hacia mí” (Juan 12, 32). La Cruz, instrumento de humillación, suplicio y muerte, se
convierte en manantial de Vida y Salvación por la Sangre Redentora del Señor, que la regó y la
fecundó.

Desde la Muerte de Jesús, hasta el año 313 fue elemento delatador, que identificaba a los seguidores
de Jesús, que como Él, eran perseguidos y condenados.

En el año 313, el emperador Constantino se convirtió al cristianismo y dio la libertad a la Iglesia que,
por fin, salió de las Catacumbas. Parece ser que fue iniciativa y tarea de la madre de Constantino,
Santa Elena, la búsqueda de la Cruz de Jesús. En Jerusalén se celebró solemnemente su hallazgo en el
año 335, casi tres siglos después, se instituyó la Iglesia de Occidente, en el año 628. Esta fiesta, que
celebramos cada 14 de septiembre: La Exaltación de la Santa Cruz, es una fiesta muy importante.

Para nosotros los católicos, la Cruz es nuestro distintivo, la que nos marca como discípulos del Señor,
la llevamos con devoción sobre el pecho, proclamando una clara pertenencia. Preside nuestras casas,
nuestros lugares de trabajo. La Cruz alza sus brazos sobre altas cimas como signo de bendición sobre
el Mundo.

Pero lamentablemente y con frecuencia no va más allá de ser un mero adorno y, a veces, una tapadera
de “sepulcros blanqueados”, cuando quienes la llevan no se abrazan a ella. Un autor anónimo y
antiguo lo denunciaba con versos muy duros “En el tiempo de las bárbaras naciones, de las cruces
colgaban los ladrones, y ahora que estamos en el tiempo de las luces, del cuello de los ladrones se
cuelgan las cruces”
En la quietud de la noche, en diálogo con Nicodemo, Jesús se refirió a la serpiente de bronce, que
Moisés levantó en el desierto como figura de el que habría de ser levantado en alto (Juan 3, 14). En el
hecho bíblico, los mordidos por la serpiente, castigados por su pecado, sanaban al mirar la serpiente
de bronce. Nuestro mirar a la Cruz, nos sana, pero el mirar evangélico es más que dirigir la vista, es
orientar la vida, seguir al Jesús de la Cruz con la Cruz.

Como junto a la Cruz estaba María (Jn 19,15)


CRONOGRAMA

Compartimos con ustedes el cronograma que tenemos pensado para nuestro encuentro:

10:00hs Entrada por el templo (SVF y Jesús Nazareno)

10:15hs Oración inicial en el templo

10:30hs Juegos para romper el hielo

10:40hs Dinámica 1 – Perdidos en el tiempo! Y explicación

11:00 – Dinámica 2 - Completamos unas actividades en fotocopias

11:15 – Dinámica 3 - Este es Jesús Nazareno (actividad artística)

11:45 – Merienda y oración final.

12:00 – Salida por el templo (SVF) por los salones (Jesús Nazareno)
Queremos contarte sobre las actividades que realizaremos el sábado. La intención de esto es que
participes de manera activa, ya que ustedes forman parte de este camino que los chicos están
transitando.

Juegos para romper el hielo: ¡Estos son sorpresa! Vení preparado para moverte y cantar con nosotros

Dinámica 1 – Perdidos en el tiempo: Les entregaremos a los chicos, por grupos unas fichas con
momentos históricos distintos. Ellos tendrán que ponerlos en el orden cronológico que corresponda
(No vale ayudar jajaja) Una vez que terminen, revisaremos que el orden esté correcto. Luego de la
actividad realizaremos una breve explicación (te recomendamos que leas el marco teórico que
dejamos al final)

Dinámica 2 – Trabajamos sobre unas fotocopias Les entregaremos a los chicos unas copias (podés
verlas al final del encuentro) para que puedan llevarse la información que comentamos y puedan
trabajarla un poco.

Dinámica 3 – Este es Jesús Nazareno (actividad artística) Se les entregará a los chicos un dibujo de
Jesús Nazareno, tendrán que pintarlo y decorarlo como quieran, luego los pegaremos en unos afiches
que pegaremos afuera del templo el día de la Fiesta Patronal.

¡Te agradecemos muchísimo que nos hayas acompañado! Recordá que somos una sola
comunidad y sos bienvenido a participar cuando quieras. Les dejamos el cronograma de la fiesta
para que se sumen en los eventos que nos quedan
Marco teórico para los catequistas
LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ

La Iglesia, celebra en el día de la fiesta de la exaltación de la Santa


Cruz, la veneración a las reliquias de la Cruz de Cristo en
Jerusalén, tras ser recuperada de manos de los persas por el
emperador Heráclito.
Nosotros recordamos con mucho cariño y veneración la Santa Cruz
porque en ella murió nuestro Redentor Jesucristo, y con las cinco
heridas que allí padeció pagó Cristo nuestras inmensas deudas con
Dios y nos consiguió la salvación.

DESCUBRIMIENTO Y RECUPERACION DE LA SANTA CRUZ

Hacia el año 320 la Emperatriz Elena de Constantinopla encontró la Vera Cruz, la cruz en que
murió Nuestro Señor Jesucristo. La Emperatriz y su hijo Constantino hicieron construir en el sitio
del descubrimiento la Basílica del Santo Sepulcro, en el que guardaron la reliquia.

Le pusieron por nombre la basílica de la “Resurrección”. La consagraron el 14 de septiembre.


Como consecuencia, este día se eligió para celebrar la fiesta que se llama la “Exaltación de la
preciosa y vivificadora Cruz”.

El rey Cosroes II de Persia, en el año 614 invadió y conquistó Jerusalén y se llevó la Cruz
poniéndola bajo los pies de su trono como signo de su desprecio por el cristianismo. Pero en el
628 el emperador Heraclio logró derrotarlo, recuperó la Cruz y la llevó de nuevo a Jerusalén el 14
de septiembre de ese mismo año. Desde entonces, ese día quedó señalado en los calendarios
litúrgicos como el de la Exaltación de la Vera Cruz.

Al llegar de nuevo la Santa Cruz a Jerusalén, el emperador dispuso acompañarla en solemne


procesión, pero vestido con todos los lujosos ornamentos reales, y de pronto se dio cuenta de que
no era capaz de avanzar. Entonces el Arzobispo de Jerusalén, Zacarías, le dijo: “Es que todo ese
lujo de vestidos que lleva, están en desacuerdo con el aspecto humilde y doloroso de Cristo,
cuando iba cargando la cruz por estas calles”. Entonces el emperador se despojó de su manto de
lujo y de su corona de oro, y descalzo, empezó a recorrer así las calles y pudo seguir en la
piadosa procesión.

Los fragmentos de la santa Cruz se encontraban en el cofre de plata dentro del cual se los habían
llevado los persas, y cuando el patriarca y los clérigos abrieron el cofre, todos los fieles veneraron
las reliquias con mucho fervor, incluso, su produjeron muchos milagros.

La Santa Cruz (para evitar nuevos robos) fue partida en varios pedazos. Uno fue llevado a Roma,
otro a Constantinopla, un tercero se dejó en un hermoso cofre de plata en Jerusalén. Otro se
partió en pequeñísimas astillas para repartirlas en diversas iglesias del mundo entero, que se
llamaron “Veracruz” (verdadera cruz).
LAS FIESTAS DE LA SANTA CRUZ
La fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz es de origen palestino y tiene resabios de ese origen
local. El 14 de septiembre, se exponía y veneraba la Santa Cruz para que los fieles pudieran
satisfacer su devoción. Un obispo subía a una tribuna ricamente adornada, y después de haber
venerado el santo madero, lo levantaba (exaltaba) y lo mostraba al pueblo arrodillado. A esta
ceremonia se la denominó “Exaltación de la Santa Cruz”. Esta fiesta era ya celebrada en
Constantinopla en tiempos de san Juan Crisóstomo († 407), siendo el primer testimonio de una
reliquia de la cruz venerada en Jerusalén el que se conserva de San Cirilo de Jerusalén en su
primera catequesis mistagógica pronunciada hacia el año 348.

EL SIGNO DE LA CRUZ

La cruz es la manifestación suprema del amor de Dios que en ella murió para salvarnos. La cruz
es el poder de Dios para vencer el pecado, forma de vida esencial para el verdadero cristiano.

Por amor, aplicamos el poder de la cruz, crucificando todo pecado y tendencia contraria al amor
de Dios.

La Cruz es el símbolo primordial de los cristianos y es uno de los pocos símbolos generalmente
aceptados por todas las confesiones cristianas.

Durante los tres primeros siglos del cristianismo quizás no se utilizó mucho el signo visible de la
cruz entre los cristianos. Hay que entender que la Iglesia era perseguida y la cruz era para la
cultura pagana signo de castigo, de derrota y de mal. Por eso los cristianos utilizaban otras
figuras como la del Buen Pastor, el pez, el ancla, la paloma, tal como vemos en las catacumbas
de Roma. Pero sería falso decir que los cristianos de los primeros siglos rechazaban la cruz. Al
contrario, la llevaban siempre en su corazón. Ya desde las Sagradas Escrituras era signo
primordial del cristiano.

A partir del siglo IV la cruz ha sido el símbolo por excelencia para representar a Cristo y su
misterio de Salvación. Desde el sueño del emperador Constantino en el año 312 (“con esta señal
vencerás”), el cual precedió a su victoria en el puente Milvio, y el descubrimiento de la verdadera
Cruz de Cristo, en Jerusalén, por la madre del mismo emperador, Santa Elena, el signo de la cruz
se propagó. La Fiesta de la exaltación de la Santa Cruz, que celebramos el 14 de Septiembre, se
conoce ya en Oriente en el siglo V y en Roma al menos desde el siglo VII.

Las primeras representaciones pictóricas o esculturales de la Cruz ofrecen a un Cristo Glorioso,


con túnica larga, con corona real: está en la Cruz, pero como vencedor, el Resucitado. Era
necesario que fuese así para enseñar que la cruz es la victoria.

En la Edad Media se hizo necesario enseñar mas sobre la humanidad de Cristo y el valor de Su
sufrimiento y del nuestro unido a Él. Se le representará en su estado de sufrimiento y dolor como
lo conocemos hoy día.

La Cruz resume toda la teología sobre Dios, sobre el misterio de la salvación en Cristo, sobre la
vida cristiana. La Cruz nos representa a un Dios trascendente, pero cercano; un Dios que ha
querido vencer el mal con su propio dolor; un Cristo que es Juez y Señor, pero a la vez Siervo,
que ha querido llegar a la total entrega de sí mismo, como imagen del amor y de la
condescendencia de Dios; un Cristo que en su Pascua ha dado al mundo la reconciliación y la
Nueva Alianza entre la humanidad y Dios.

La Cruz ilumina toda nuestra vida. Nos da esperanza. Nos enseña el camino. Nos asegura la
victoria de Cristo, a través de la renuncia a sí mismo, y nos compromete a seguir el mismo estilo
de vida para llegar a participar en el cielo de la vida del Resucitado.

La Cruz, que para los Judíos era escándalo y para los griegos necedad (Cf. 1Cor 1,18-23), que
escandalizó también a los discípulos de Jesús, se ha convertido en nuestro mejor símbolo de
victoria y esperanza, en nuestro más seguro signo de salvación y de gloria.

¿SABÍAS EL HERMOSO SIGNIFICADO EL DE LA SEÑAL DE L A CRUZ?

Es precioso por su historia, por su significado y por su poder.


Es la señal de mi fe; muestra quién soy y lo que creo. Es el resumen del Credo. Es la señal de mi
agradecimiento.
Tengo que hacer con amor y emoción este gesto que me recuerda que Jesús ha muerto por mí. Es la
señal de mi intención de obrar, no para la Tierra, sino para el Cielo. Al hacerla, y pronunciando estas
misteriosas palabras
"EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO" me comprometo a obrar:
• en el nombre del Padre que me ha creado,
• en el nombre del Hijo que me ha redimido,
• en el nombre del Espíritu Santo que me santifica.
En una palabra: a actuar como hija o hijo de Dios.
Este signo es la señal de la consagración de toda mi persona.
Al tocar mi frente: «ofrezco a Dios todos mis pensamientos.
Al tocar mi pecho: consagro a Dios todos los sentimientos de mi corazón.
Al tocar mi hombro izquierdo: le entrego todas mis penas y preocupaciones.
Al tocar mi hombro derecho: le consagro mis acciones.
La señal de la Cruz es en sí misma fuente de grandes gracias. Debo considerarla como la mejor
preparación a la oración, pero ya es en sí misma una oración, y de las más impresionantes. Es una
bendición.
Si me emociona ser bendecido por el Papa, por un Obispo, ¡Cuánto más ser bendecida por el mismo
Dios!.
Señor, concédeme la gracia de hacer de mi señal de la cruz un "Heme aquí" motivador para la oración,
para la acción, para mi día entero; así como una poderosa llamada de las bendiciones del cielo sobre mí.
FOTOCOPIAS QUE SE ENTREGARÁN A LOS NIÑOS

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