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MANUAL

DE
JORNADAS
DE
VIDA CRISTIANA
TOMADO DEL
SECRETARIADO CENTRAL DE JORNADAS
DE VIDA CRISTIANA
SAN MARTÍN 3773 1847 RAFAEL CALZADA - FCGR
Buenos Aires- Argentina T.E. 294-0161/5269
2 A MODO DE PROLOGO
HISTORIA DEL MOVIMIENTO
DE LAS
JORNADAS DE VIDA CRISTIANA
El Movimiento de las Jornadas de Vida Cristiana fue iniciado en la República
Argentina en el año 1967 por los misioneros del Verbo Divino, P. Adolfo Ruhl y
P.
Adán Recofsky.
La primera jornada de Vida Cristiana en nuestro país se realizó en Rafael
Calzada, provincia de Buenos Aires, el 25 de octubre de 1967.
El Movimiento no es fruto del azar, ni menos aún, una revelación descendida
del cielo, sino el resultado de una larga maduración, experiencias y trabajos de
un
grupo de sacerdotes y laicos amantes de la juventud y, a la vez, revestidos de
una
poderosa capacidad cristiana y apostólica.
Más rápidamente de lo que se había soñado el Movimiento de las Jornadas
de Vida Cristiana se extendió por nuestro país, y en abril de 1976 se propagó a
Montevideo, República Oriental del Uruguay, donde, simultáneamente, tuvieron
lugar dos Jornadas, una para señoritas y otra para varones.
En la Argentina ya asciende a 9.000 el número de jóvenes que agradecen la
profundidad vivencial de su cristianismo a las Jornadas de Vida Cristiana. Y son
más de un centenar los sacerdotes que trabajan en este Movimiento valorando la
fuerza vital de la Iglesia gracias a la juventud que participó en las Jornadas y
sigue
ahora luchando por Cristo a lo largo del “Cuarto día”.
El Secretariado Central funciona en RAFAEL CALZADA, Buenos Aires.
Además, existen trece Secretariados Diocesanos (12 en la República Argentina,
y
uno en el Uruguay) reconocidos por sus respectivos obispos.
Para reafirmar la metodología y la doctrina del Movimiento de las Jornadas
de Vida Cristiana se celebraron varias JORNADAS DE JORNADAS (en
Mercedes,
Lobos, La Plata y Nogoyá, Entre Ríos). Además tuvieron efecto varias
reuniones
de todos los sacerdotes responsables del Movimiento y una Asamblea Nacional
(del 7 al 9 de julio, 1977, en La Plata).
3
PRIMERA PARTE
FUNDAMENTACIÓN
DEL MOVIMIENTO
JORNADAS DE LA VIDA CRISTIANA

4 INTRODUCCIÓN

El Movimiento de JORNADAS DE VIDA CRISTIANA, es un movimiento de

Iglesia y para jóvenes.

I.- Movimiento de IGLESIA

Es un movimiento de Iglesia y para la Iglesia. No es un movimiento

independiente. Su finalidad es insertar a los jóvenes directamente en sus

respectivas parroquias. Por lo tanto, por ser de Iglesia y netamente diocesano,

ningún secretariado puede funcionar sin el reconocimiento del Obispo. “Nada sin el

Obispo”.

Dios quiso que su pueblo se ordenara jerárquicamente:

“Cristo, el Señor, para asegurar al Pueblo de Dios, Pastores y medios de

crecimiento, ha instituido en la Iglesia diversos ministerios que tienden al bien de

todo el Cuerpo. Los ministros, que disponen de potestad, están al servicio de sus

hermanos… Así los Obispos, sucesores de los Apóstoles, con el sucesor de Pedro,

Vicario de Cristo y Jefe invisible de toda la Iglesia, tienen el cargo de dirigir la casa

de Dios” (L.G. 18.).

En el dinamismo de la acción pastoral de la Iglesia “los Obispos tienen el

sagrado derecho y el deber de regular todo cuanto pertenece a la organización del

apostolado” (L.G.27.). “Los Obispos, cada uno en su diócesis, son principio y

fundamento de unidad de sus iglesias particulares” (L.G.23.).


II.- Movimiento para jóvenes

Se ha visto y palpado la problemática de la juventud, tantas veces engañada,

desorientada, pero -¡gracias a Dios!- hambrienta y en constante búsqueda de la

verdad y de “algo” por qué vivir y jugarse. En las parroquias se advierte, a menudo,

el “vacío” de juventud y la capacidad de operar, como agentes de pastoral, se

remitió, generalmente, a los adultos. Pero lo cierto es que el potencial para actuar,

como agentes de pastoral, reside en los jóvenes. Estos son, prácticamente, los

únicos que pueden devolver, al cristianismo, su dimensión heroica, en una época

de actitudes absurdas, cómodas o cobardes. Los jóvenes de hoy, convencidos y

comprometidos con un cristianismo auténtico y vivencial, asegurarán la orientación

de las estructuras a Dios, en un mañana en que inexorablemente, lo tendrán en sus

manos. Por ello, el Movimiento de JORNADAS DE VIDA CRISTIANA se dirige a

los jóvenes:

1. Que pertenezcan a un grupo de influencia, preferentemente en sus respectivas

parroquias, en las que DEBEN insertarse.

2. Que sean auténticamente insatisfechos y estén en permanente búsqueda.

3. Que tengan capacidad de compromiso.

4. Que tengan capacidad de comunicación.

5. Que tengan capacidad de trabajar en Equipo.

III.- ¿Qué pretende el MOVIMIENTO DE VIDA CRISTIANA?

Pretende llevar al joven a la VIVENCIA DE LA VIDA como hombre/mujer,

cristiano(a), santo(a) y apóstol, mediante un encuentro consigo mismo, con Dios

vivo y personal, y con los demás; pretende una conversión integral (interna,

externa, individual y comunitaria).

Dicha conversión se conseguirá logrando que el “eje existencial” de las

personas oriente toda su vida familiar, profesional, social… en cristiano.

El SER cristiano habrá de constituir la opción fundamental y totalizante que

orientará integralmente su vivir y actuar.

JORNADAS no puede reducirse a un mero curso de catequesis y liturgia, y


menos aún de sociología… sino que debe llevar al joven a ser cristiano en su

estructura existencial.

Esta opción totalizante logrará que, en lo sucesivo, todo cambie y se

transforme en la vida de esos cristianos renovados, haciendo ya imposible la

dicotomía entre su vida normal y su fe.

IV.- ¿Cómo lo pretende?

Fundamentalmente mediante dos medios: la proclamación de la Palabra

encarnada y el testimonio (de ello se hablará más adelante).

V.- Con método y pedagogía propios

La metodología y pedagogía de JORNADAS ayuda a crear, en el joven, una

disposición de integración, porque, si el grupo se desintegra, la JORNADA no

alcanzará su objetivo. Por otra parte, ayuda al joven a abrirse al cambio y al

compromiso, removiendo escollos, barreras y obstáculos que impedirán la llegada

del Mensaje a su corazón y propiciando la opción fundamental y totalizante que

debe hacer de una manera libre y consciente.

El valor de la metodología y pedagogía de JORNADAS radica en la debida

subordinación de lo accidental a lo principal. Deben estar siempre dirigidas por un

gran respeto a la persona y basadas en una clara conciencia de que el cambio, la

conversión y el compromiso, a que tiende la JORNADA, es sólo y únicamente obra

de Dios. La metodología y pedagogía, si bien necesarias, no son lo esencial. Por

ende, jamás debe pasarse por alto la ORACIÓN. Ella es el medio principal en que

se confía para el buen éxito de la JORNADA. Esto no se basa sólo en la oración

personal o del equipo, sino en la de toda la comunidad, antes, durante y después

de la Jornada. El equipo, desde luego, se preparará, de modo muy especial en la

técnica, pero, sobre todo, lo hará en la oración y, antes de la JORNADA, con un día

o por lo menos, medio día, de Retiro espiritual.

Tenemos fe en la oración. Creemos en ella. Estamos plenamente


convencidos de que, de la misma depende, fundamentalmente, la eficacia de la

JORNADA. Los actos de oración comunitaria, y en particular, las celebraciones

eucarísticas de esos tres días, darán su justo sentido y valor a la oración personal y

a la comunitaria. Despertarán el sentido vivencial de la oración, quitándole su

ropaje rutinario y “ritualista”.

MOVIMIENTO DE JORNADAS DEBEN SER

INSTRUMENTO DE PASTORAL DE LA

IGLESIA CON “FUNCIONES ESPECIFICAS”

La Pastoral de la Iglesia. Esa acción total, del Pueblo de Dios que, en

cumplimiento de su misión, bajo la guía de sus Pastores, realiza el Misterio pascual

en el “hoy” y en el “aquí” del hombre, del mundo y de su historia, es desde luego

variadísimo, tanto en los objetivos concretos como en los procedimientos

metodológicos para conseguirlos.

Sabemos que esas acciones de la Iglesia son buenas, estupendas. Toda y

cada una merecen nuestro cariño y admiración, por lo que el MOVIMIENTO DE

VIDA CRISTINA no sólo no puede desentenderse de la Pastoral de la Iglesia, sino

DEBE ser un instrumento y agente a su respecto. Además, tal es el mandato de

Cristo: “Todo poder se me ha dado en el cielo y en la tierra; por eso vayan y hagan

que todos sean mis discípulos” (Mt. 28, 19).

De ahí que el MOVIMIENTO DE JORNADAS DE VIDA CRISTIANA DEBE

comprometerse con:

1) El ministerio profético: Pastoral de EVANGELIZACIÓN, anuncio y

proclamación de la Palabra de Dios.

2) Ministerio Litúrgico: Pastoral litúrgica, en la triple faceta: Sacramentos,

Eucaristía y alabanza divina.


3) Ministerio Hodegético: Pastoral caritativa. El “servicio cristiano” a las

comunidades, cumpliendo el gran mandamiento del Señor. Esta solicitud

pastoral de la Iglesia incluye tanto la “organización” en la vida del cuerpo de

Cristo, mediante la disciplina y gobierno, como, sobre todo, la promoción

“humano-cristiana” de todos los hombres.

Es, pues, claro que el MOVIMIENTO DE JORNADAS DE VIDA CRISTIANA no

puede considerarse – ni ser considerado- como una cosa aparte de la Pastoral de

la Iglesia. Es un ELEMENTO y un INSTRUMENTO de dicha pastoral, pues debe

insertarse en la Parroquia. EL MOVIMIENTO DE JORNADAS DE VIDA

CRISTIANA, en estrecha unión e íntima corresponsabilidad con todas las acciones

pastorales de la Iglesia, de acuerdo a su propia mentalidad y finalidad, ya hizo su

“opción peculiar” por la implantación del Reino de Dios y se comprometió a “actuar”

y colabora en la planificación y ejecución de los planes pastorales. Dentro de la

Acción Pastoral de conjunto, el MOVIMIENTO DE JORNADAS DE VIDA

CRISTIANA quiere ser un agente comprometido a actuar, pues ello forma parte de

su esencia, finalidad y método. EL MOVIMIENTO DE JORNADAS DE VIDA

CRISTIANA, pues, como movimiento de la Iglesia, aunque desde luego con un

método propio, intenta y tiende a la vivencia de lo fundamental cristiano, en orden a

crear núcleos de cristianos que vayan fermentando de Evangelio a los ambientes.

(1ª Asamblea Nacional).

EL MOVIMIENTO DE JORNADAS DE VIDA CRISTIANA, en el multiforme

campo pastoral de la Iglesia, se compromete:

1) Como meta última (y siempre será cierto que “el fin”, aunque sea lo último en

la ejecución, será siempre lo primero en la “intención”) a colaborar con la


Iglesia total, y la parroquia en particular, a “fermentar de Evangelio los

ambientes”.

Para el mejor logro de ese objetivo, busca localizar a los “jóvenes-ejes”,

“jóvenes vértebras”, quienes, “cristianizados” y “nucleados” contribuirán, con

el ejercicio cristiano de su influencia, a impregnar de Evangelio los

ambientes y las estructuras que los rigen. (Primera Asamblea Nacional

Mercedes, 1975.).

2) Como meta inmediata: Lograr la auténtica conversión, o renovación

cristiana de esos “jóvenes-vértebras” mediante la EVANGELIZACIÓN. En

estos campos de acción pastoral es donde el MOVIMIENTO DE JORNADAS

DE VIDA CRISTIANA tiene su “carisma”, donde reconoce hallar sus propias

funciones. En ello está comprometido. No se le podrá pedir más –tampoco

menos-, pero sí que lo haga bien.

Toda solución apostólica, para ser eficaz, debe tener como objetivo la

Evangelización (E. N.). No basta, por tanto, con dirigir la actuación hacia la reforma

personal de individuo, sino que la Evangelización implica una transformación

ambiental que alcance a todos y a todo por medio de “jóvenes-vértebras”.


EVANGELIZACIÓN

EL MOVIMIENTO DE JORNADAS DE VIDA CRISTIANA DEBE SER

siempre un AGENTE de pastoral en el sentido profético o de EVANGELIZACIÓN,

es decir “que transmita la Palabra de Dios, para despertar y alimentar la fe”.

EVANGELIZAR

1) Fue la primera y gran misión que Cristo vino a realizar entre los hombres.

a) “Debo anunciar también a otras ciudades la BUENA NUEVA DEL

REINO, pues para esto he sido ENVIADO” (Lc. 4,43).

b) “Vayamos a otra parte, a PREDICAR a los pueblos vecinos, pues

para esto salí” (Mc. 1,35).

c) Jesús recorría ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas,

PREDICANDO el EVANGELIO del REINO” (Mt. 9,35).

2) Fue el primer y fundamental mandato que Jesús dio a sus discípulos.

a) “Los envió a anunciar el REINO DE DIOS y a curar” (Lc. 9,2).

b) “Ellos partieron a recorrer los pueblos PREDICANDO la Buena

Nueva” (Lc. 9,6).

c) El día de la Ascensión: “Id por todo el mundo y PREDICAD….”

(Mt 28,29).

3) Los apóstoles y sus sucesores inmediatos.

a) Antes que bautizar y enseñar, PROCLAMABAN EL EVANGELIO,

según el mandato de Cristo “vayan a anunciar que llega el REINO

DE LOS CIELOS”.

b) Eran muy conscientes de esto: “Pues no es razonable que

nosotros descuidemos el ministerio de la PALABRA, por servir a

las mesas” (Hch. 6,2-4).

c) La primera tarea del presidente de la asamblea era siempre el

anuncio de la PALABRA…
d) Convencidos de que la PALABRA PROCLAMADA es siempre

una llamada de Dios:

 exige una respuesta,

 provoca un cambio,

 provoca una conversión,

 despierta y acrecienta la FE.

 A San Pablo: Los filósofos epicúreos y estoicos, lo llamaban el

SEMBRADOR DE LA PALABRA:

 No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el

EVANGELIO (1Co 1,17).

 A Timoteo le escribe: PREDICA la PALABRA, insiste a

tiempo y a destiempo” (2 Tm 4,1).

 Nos dice claramente que la FE nace de la predicación: ¿Y

cómo van a creer, si antes no oyeron hablar de El…? Y

¿cómo oirán si no hay quienes les prediquen?” (Rm 10, 14-

17).

4. Finalidad de la EVANGELIZACIÓN

a) Despertar una FE personal, VIVA, CONSCIENTE,

RESPONSABLE.

b) Crear una actitud permanente de alabanza a Dios y amor al

prójimo.

c) Obediencia consciente y responsable a Dios que nos exige llevar

su MENSAJE a todos los hombres.

d) Crear una IGLESIA VIVA Y VIVIFICANTE en el mundo y su

historia.

e) En la piedad: que las celebraciones litúrgicas sean siempre un

acontecimiento RENOVADOR del acto salvador de Jesús.

f) Producir siempre la disposición al diálogo, a la iniciativa personal,


a la renovación, a la promoción y convicción personal.

g) Encarnar la PALABRA de Dios para VIVIRLA y transmitirla.

5. Mensaje de EVANGELIZACIÓN

a) No se trata de una palabra que ilumine, explique y desarrolle una

doctrina.

b) Se trata:

 de una palabra dinámica,

 de una palabra que HABLA y actúa;

 de una palabra que interpela, inquieta, descubre,

 de una palabra que hace que ALGO OCURRA.

 Busca directamente la conversión y la fe de la conversión.

c) Es pues la misma PALABRA de Dios, la REVELACIÓN de Dios:

 Lo que Dios dice al hombre,

 lo que Dios quiere realizar en el hombre,

 lo que Dios pide y exige al HOMBRE.

d) Es Cristo mismo.

Por eso:

 La Palabra de Dios produce siempre lo que dice. Siempre

que Dios habla algo pasa, algo tiene que suceder, algo se

opera.

Las muchedumbres venían para oírlo y ser curados de sus

dolencias” (Lc 6,17).

“Porque Jesucristo estaba lleno de sabiduría y prodigios”

(Mt 13,34).

Los apóstoles predicaban la Palabra de Dios y quienes los

oían preguntaban: “¿Qué hemos de hacer?” (Hch 2,37).

 La Palabra de Dios es VIVA, EFICAZ y TAJANTE. San

Pablo lo dice (Hb 4,12).

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 Penetra hasta la división del alma, hasta las coyunturas,

hasta las médulas.

 Discierne los pensamientos y las intenciones del

corazón.

 La Palabra de Dios interpela, inquieta y arranca

necesariamente una respuesta. Siempre pone en trance de

cambio, de decisión, de conversión: “La Palabra de Dios

nunca regresa vacía. Injertada en nosotros es capaz de

salvar nuestras almas” (St 1,19).

 La Palabra de Dios no sólo habla de la salud, de la verdad,

de la vida, sino que es salud (Hch 13,16; Ef 1,13); Es

“Verdad” (Ef 1,13). Es “Vida” (Flp 2,15). Es “Reconciliación”

(2Cor 5,19).

 La Palabra de Dios crece y se multiplica.

“Por la Palabra de Dios somos engendrados como semilla

incorruptible” (1P 1,23).

“La Palabra de Dios se extendía y robustecía y el número

de discípulos crecía” (Hch 12,24).

CONCLUSIÓN:

Es cierto que Dios nos había hablado y nos habla de muchos modos: en la

creación, en la historia, por boca de los profetas, etc. A todas estas voces ya

“pasadas” de Dios hemos de estar siempre atentos en el interior de nuestras almas,

para que su ESPÍRITU nos las aclare.

Pero Cristo es el CENTRO y PLENITUD de todas las revelaciones de Dios.

El es la Palabra de Dios. “El que me ve a Mí, ve al Padre”.

El ha de ser siempre el GRAN CONTENIDO del mensaje. Cuanto implique

salirnos de Cristo, será restarle inevitablemente fuerza, poder, capacidad de

arrastre y convicción a la Evangelización.


EL MOVIMIENTO DE JORNADAS DE VIDA CRISTIANA nos pone ante un

imperativo de Cristo: “Id, y predicad a todas las gentes…” Ello nos debe electrizar

para lanzarnos al mundo, sin prisa, pero sin pausa, para que éste conozca a Cristo,

lo acepte, lo ame, lo viva y se salve.

MENSAJERO DE EVANGELIZACIÓN

JÓVENES VÉRTEBRAS

El mensajero es el pregonero, el profeta, el heraldo que por mandato recibido de

Dios anuncia el EVANGELIO.

Dos elementos deben integrar siempre su auténtica fisonomía:

1) SER HERALDO, es decir, grito que proclama.

Todos los profetas, al sentirse llamados por Dios, se apercibieron de que la

iniciativa no partía de ellos, sino de Dios. Todos sintieron y entendieron

haber sido llamados y enviados para ALGO muy especial:

- Algo que no es su vida

- Algo que no es de ellos

- Todos se dieron cuenta que no son ellos los que cuentan o importan, sino

lo que Dios quiere decir por su intermedio.

El mensajero es el portavoz de Dios de parte de los hombres. Como

enviado suyo, sabe que, ante todo, y antes que nada, es un mediador entre

la Palabra de Dios y los hombres. Lo que importa no es “mostrar” su vida,

sino la NOTICIA de Dios, la BUENA NUEVA de la SALVACIÓN.

Aquí radica, precisamente, la seguridad, el entusiasmo y el ardor del

mensajero, como heraldo de Dios. Ya no tendrá miedo y valientemente

desafiará los peligros que pueda suponer el anunciar o denunciar algo, en

nombre de Dios.
2) SER SIGNOS. La nota peculiar de la proclamación del Mensaje de

Evangelización es SER SIGNOS de lo que se proclama. Si queremos ser

MENSAJEROS de verdad, tenemos que ser verdaderos TESTIGOS.

El testimonio es necesario a quien proclama la PALABRA de Dios, como una

confidencia del misterio de Dios, como una invitación a creer y a fiarse de la

PALABRA que proclama el mensajero.

Del mensaje vive y actúa el heraldo “Hombre como quien tiene autoridad”.

a) La autoridad y la verdad del mensaje que proclama.

b) La autoridad que da el poder “mostrar” que su vida propia ha sido

absorbida, arrebatada, poseída y COMPROMETIDA con la

PALABRA que anuncia.

3) LA FORMA con que el MENSAJERO debe transmitir la PALABRA de Dios.

a) Palabra sencilla. Inteligible para todos, al alcance de todos, como

la predicación de Cristo, captable por la gente sencilla que lo

seguía por doquier. Sin floreos literarios, sin verborragia

vanidosa, sin buscar LUCIRSE ni procurar alabanzas.

b) Palabra contundente. Palabra segura, porque no es él (el

mensajero) quien habla, sino Dios que quiere hablar por medio de

él. Ante la palabra de Dios no caben condiciones ni distingos.

Solamente cabe el “sí” o el “no”.

c) Palabra alegre. Es la BUENA NOTICIA. Es noticia de VIDA, de

LUZ, de ESPERANZA, de SALVACIÓN. Es palabra de AMOR.

“Dios es AMOR”.

d) Palabra adaptada. Encarnada. Actualizada. Cristo es la

PALABRA, para todos los tiempos, para todos los hombres. Cristo

es ayer, hoy y siempre.

e) Palabra esperanzadora. Dios llama siempre a la salud, al perdón,


a la salvación.

RIESGOS DEL MENSAJERO

a) Falsa paz. Decir estoy bien. El mensajero debe tener siempre la alegre

“insatisfacción”. Tengo que SER mejor.

b) No jugar limpio con el Evangelio y con sus exigencias actuales, sea por

desconocerlo, por comodidad o por miedo al “qué dirán”.

c) Recurrir a motivaciones humanas. El mensajero jamás puede decir “A mí me

parece”, “yo creo”, etc… sino: Las cosas de Dios son así, y ante ellas no cabe

perspectivas, exámenes, pruebas, discusiones. La palabra de Dios se acepta

o no se acepta.

d) Inercia. Sentarse tranquilo y engañado ante metas “doradas” pero vacías.

e) No profundizar en la búsqueda de la Palabra de Dios, sino perder el tiempo en

la búsqueda en nuestras vidas y en las de otros de “vivencias” para contar.

f) Silencio. Sellar los labios por miedo de perder posiciones y privilegios

personales.

g) Hablar con facilidad de la “herejía” de la acción y nunca de la “herejía” del no

hacer.

La Palabra de Dios, sencillamente proclamada, provoca siempre una “situación

de decisión”, arranca un “sí” o un “no”. Ante su simple anuncio los oyent es quedan

suspensos y pasmados. Tras ese silencio no pude evitarse la respuesta en forma

de pregunta: “¿Qué hemos de hacer, pues?”… Por ello, el mensajero debe ser

siempre simple, serio, contundente. Tiene que proclamar su tiempo, y ¿por qué

no? contra su tiempo; la VOLUNTAD de Dios, los CAMINOS de Dios, los

CRITERIOS de Dios. Al mismo tiempo ha de ser entusiasta, ilusionado,

enamorado de la PALABRA, para ser VIVENCIAL.


¡No importa que pueda “medir, ni “pesar” el resultado. No importa “ver” y

“recoger” los frutos!... Sólo interesa sembrar la “SEMILLA BUENA”, que es la

Palabra de Dios.

Cuanto sea apartarse de ese espíritu profético del mensajero, cuanto implique

sembrar “fuera” con semilla o estilo personales, cuanto sea adornarse con

tecnicismos, culturalismos, recursos sensibleros… etc., significará limitar el poder y

la fuerza de la Palabra de Dios.

Dios, Cristo, la Iglesia y nuestros hermanos nos están pidiendo insistentemente

que renazcamos a un espíritu nuevo, para que, profundamente inmersos en El,

sepamos ser verdaderos HERALDOS y podamos proclamar consciente y

comprometidamente la Palabra de Dios para la salvación de todos.

encuentra su razón de ser y tiene por función el procurar y acrecentar la vida que

engendra ese Movimiento.

Y, por ello, la organización debe acelerar, no obstaculizar, el Movimiento. La

autoridad sobre el Movimiento no atenta contra la libertad del individuo, sino que

valoriza e impulsa los carismas. Las normas sirven sólo para dar mayor eficacia a

las iniciativas. Las estructuras no han de suplantar la vida. El criterio centra al

espíritu sin ahogarlo. Se logran objetivos comunes con vocaciones distintas.

Donde rigen estos criterios se juzgará la eficacia de un Secretariado por la fuerza

del Movimiento, por la vida de sus miembros, por el espíritu de sus dirigentes. Y se

juzgará la dinámica de un Secretariado por las iniciativas que tome, por las que

suscite y aliente, y por la eficiencia que, mediante las normas, logre impartir a las

iniciativas existentes.

No desaprovechará los dones que Dios ha dado a cada uno, sino que los detectará

y valorará tratando de aprovecharlos todos, por diversos que sean, para el servicio

de la comunidad a su cuidado.

V. - DESIGNACIÓN Y CONSTITUCIÓN

La comunidad de jornadistas sugerirá a aquellos jóvenes que por su capacidad y


competencia, por su espíritu cristiano y por su criterio, por su humildad y espíritu de

servicios, en una palabra, ¡por su santidad! Están orientando, impulsando y

sirviendo al Movimiento de Jornadas en todas sus actividades. El sacerdote

encargado del Movimiento presentará la lista con los nombres de los integrantes del

Secretariado del Obispo, quien deberá dar su aprobación.

El Secretariado debe estar organizado o estructurado (acá entra también a

funcionar el punto VII. FUNCIONAMIENTO) conforme con las necesidades,

posibilidades y circunstancias concretas de cada lugar y tiempo. El número de sus

componentes y sus cargos estará determinado por las funciones que el

cumplimiento de su misión le exijan.

Integrantes: sacerdotes y laicos, muchachos y chicas. Si bien el Director Espiritual

es un sacerdote, conviene que el Presidente o Coordinador sea un laico. Y más

que discutir quien de los dos tiene mayor autoridad, lo que conviene es delimitar

los campos de su responsabilidad y competencia, pareciendo evidente que los

asuntos de organización y metodología correspondan al Presidente, y los de

doctrina y conciencia al Director Espiritual.

Conviene que los miembros del Secretariado sean renovados por mitades para

contar siempre con gente de experiencia. Ellos serán los coordinadores y

supervisores de las diferentes comisiones de trabajo en que pueda dividirse la

Escuela de Dirigentes y de los equipos de apoyo al Secretariado que funcionen.

VI. -CARACTERÍSTICAS

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El Secretariado debe reunir las siguientes características:

1. ÚNICO: Debe existir uno solo en cada Diócesis. No más de un Secretariado

por Diócesis. Al estar formado por representantes de las distintas zonas de la

misma se logrará la mitad. En diócesis grandes puede haber subsecretariados,

pero no un segundo Secretariado. Al querer realizar Jornadas o Ultreyas

zonales, podrán hacerlo, pero con la debida autorización del Secretariado

Diocesano.
2. AUTÓNOMO: El Secretariado de Jornadas debe ser nombrado con absoluta

independencia de cualquier otro movimiento de apostolado. Gozará de total

autonomía, teniendo autoridad sólo sobre el Movimiento y no sobre los

jornadistas. No obstante esa autonomía colaborará con los demás movimientos

o asociaciones.

3. INFORMALIDAD: Es decir, no debe poseer una estructura rígida, sino gozar de

la elasticidad suficiente como para adaptarse a la comunidad que intenta servir.

VII. - FUNCIONAMIENTO

Ya se ha explicado más arriba.

VIII. –TAREAS ESPECIFICAS

Al Secretariado Diocesano corresponde promover y servir al Movimiento, a fin de

que éste cumpla siempre su finalidad y se eviten o corrijan posibles desviaciones.

Le compete velar también por el recto funcionamiento de la Escuela de Dirigentes,

procurando que cumpla con su cometido.

El Secretariado debe, además, fomentar la preocupación por un estudio adecuado

de los ambientes, para que las Jornadas de Vida Cristiana cumplan su finalidad

dentro de la Iglesia en el mundo actual.

Le corresponde programar sólo aquellas Jornadas cuyos participantes puedan ser

atendidos en la Posjornada y designar adecuadamente el Equipo de Auxiliares para

cada Jornada.

Le corresponde seleccionar los candidatos para las Jornadas, teniendo en cuenta

las cualidades de los mismos, la garantía que brinda el padrino, la heterogeneidad

del grupo de cada jornada, como así también la representatividad a nivel diocesano

(abarcar, todas las zonas de la diócesis).

El Secretariado debe preocuparse por el material de Jornadas, despedida,

clausura, palancas, cartas y demás equipos de apoyo al Secretariado. Además la

periodicidad, el horario, la organización y el funcionamiento de las Ultreyas y

Convivencias. También corresponde al Secretariado la elección de los animadores


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de cada Ultreya o Convivencia. Dar, asimismo las normas para los roles que se

cumplirán en ellas.

Importante: El Secretariado diocesano debe estar en continua comunicación con el

Secretariado Central.

En general, el Secretariado debe hacer que se realice cuanto sea necesario para

lograr que el Movimiento de Jornadas sea aquello y sólo aquello que supone ser,

como Método, como Movimiento y como instrumento y plan concreto de Pastoral

diocesana.

Pretender hacerlo todo acaba por convertirse en obstáculo para muchas de las

iniciativas que pueden y deben tomarse; y redunda en un centralismo que puede

ser perjudicial.

Función del Secretariado es procurar que las cosas se hagan, se hagan bien, y que

se hagan bien todas las cosas buenas que se pueden hacer. Pero no le compete

hacer todas las cosas.

Por eso el que los Secretariados se reserven ciertas decisiones (el número

reducido y madurez de sus miembros lo facilita) no debe significar que asuman

todas las funciones. El delegar en otros miembros, ya se trate de integrantes de la

Escuela de Dirigentes o de los diversos equipos de apoyo, capacita y promueve,

compromete y forma dirigentes que, podrán integrar luego el Secretariado, y

permite a los que ya lo son, atender correctamente las funciones que le son

propias.

Como organismo de servicio le corresponde: conservar y vigorizar la mentalidad, la

finalidad y método que define y caracteriza al Movimiento de Jornadas de Vida

Cristiana. Para ello pedirá a quienes integran los Secretariados:

a) Un suficiente conocimiento, entrañable estima y prudencial experiencia en el

Movimiento.

b) Fidelidad a la mentalidad que originó e informó y debe seguir informando al

Movimiento, a la finalidad que pretende y al método que propicia su logro.


c) Una responsabilidad para revisar y comprobar constantemente si el estilo, la

temática y el funcionamiento del Movimiento marchan de acuerdo con las

actitudes fundamentales de la Iglesia y del mundo de hoy y con las realidades

circunstanciales de cada lugar y tiempo.

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CONVIVENCIAS

En cuanto a su esencia y finalidad es la misma que las de las Ultreyas. Pero se

distingue en cuanto a su funcionamiento, pues se trata de compartir un día

poniendo todo en común, y participar con los hermanos un día íntegro, en el que

dejamos de lado todo lo nuestro: preocupaciones, estudios, trabajos, etc., o

reflexionamos nuestras cosas con un espíritu cristiano y nos dedicamos a las cosas

con la mayor plenitud posible.

Nuestra participación en la Santa Misa, el compartir nuestro alimento, en una

puesta en común que se asemeja a la época de los primeros cristianos. Repartir

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con ese prójimo a quien no conocemos, o acaso aprovechar la oportunidad de dar

una palabra de consuelo o un consejo a quien lo necesita….

 Las CONVIVENCIAS se efectúan periódicamente, conforme lo establezca el

Secretariado.

 Aparte de estas Convivencias periódicas existe la CONVIVENCIA que se lleva a

cabo al mes de realizarse una Jornada de Vida Cristiana; a ella asisten

únicamente: los integrantes de la Jornada, el Animador, los auxiliares y

sacerdotes que hayan tomado parte en dicha última Jornada.

 En el caso de las CONVIVENCIAS ABIERTAS se posibilita el testimonio ante

posibles futuros candidatos a Jornadas, con la visión de un día, para los nuevos,

vivido en y a lo cristiano.

Aquí tenemos un campo de consagración del mundo, la concreción con el

testimonio de la propia vida. El testimonio es un proceder motivado y traspasado

por las virtudes teologales, especialmente por la Caridad. No es algo cerrado en sí,
hecho un fin sin ulterior referencia. Se orienta a la manifestación de Cristo a los

demás, a que las cosas humanas se realicen según el espíritu de Cristo. Y el

cristiano colabora, en una Convivencia abierta, con su ejemplo de vida al efectuar

todas las acciones no con un proceder simplemente humano, sino imbuido del

espíritu de Nuestro Salvador.

….”Los laicos se hacen valiosos pregoneros de la Fe y de las cosas que

esperamos (Hebr. 11, 1), si asocian, sin desmayo, la profesión de Fe con la vida de

la Fe. Esta evangelización, es decir, el Mensaje de Cristo pregonado con el

testimonio de vida y de la palabra, adquiere una nota específica y una peculiar

eficacia por el hecho de que se realiza dentro de las comunes condiciones de la

vida en el mundo”.

“Por lo tanto los laicos, también cuando se ocupan de las cosas temporales,

pueden y deben realizar una acción preciosa en orden de la evangelización del

mundo” (L. G. 35).

DIA DE CONVIVENCIA POST-JORNADA

(Al cumplirse el mes de haber salido de la Jornada de Vida Cristiana, se reunirán

todos los participantes, incluidos el animador, los auxiliares y los sacerdotes).

1) El fin de esta Convivencia Posjornada:

- Formar las Células.

- Llevarlos a un compromiso práctico y concreto para el apostolado (colegio,

parroquia, etc.).

- Instarlos a una vida espiritual más fervorosa.

2) Meditación:

- Relacionar la Vida en Gracia con la Parábola del Sembrador: Mt. 13, 1-23.

154

3) Presentación y respuestas a las preguntas siguientes:

- Con relación a mi persona ¿qué fue lo más positivo durante este mes?

- ¿Qué apostolado comencé, al salir de JORNADAS?

- ¿Qué apostolado intensifiqué durante este mes?


- ¿Qué dificultades se me han presentado?

- ¿Qué problemas tuve que vencer o superar?

- ¿Qué problemas aún me resta resolver?

- ¿Asistí ya a una Reunión de Célula?

- ¿Qué espero hoy de esta Convivencia-Posjornada?

4) Visita al Santísimo

5) Almuerzo – Recreo

6) Charla – Reunión de grupos.

Temas:

 La manera de rezar a Cristo, Modelo de oración para nosotros.

 Cristo, desde el punto de vista no humano, sino como Hijo de Dios.

(Nota: Puede elegirse uno de estos dos temas, u otro que se crea

conveniente).

1) Mesa Redonda.

2) Santa Misa.

ESCUELA DE DIRIGENTES

El Concilio Vaticano II dio gran importancia a la formación en el APOSTOLADO. A

tal punto que le dedica un Decreto, el de la “Apostolicam Actuositatem”. En él se

nos dice claramente que “el apostolado puede conseguir plena eficacia con una

formación múltiple y completa. La exigen, no sólo el continuo progreso espiritual y

doctrinal del mismo seglar, sino también las variadas circunstancias de cosas, de

personas y de deberes a que tiene que acomodar su actividad”…

Siguiendo con las pautas del Concilio respecto a la formación, leemos, en

“Principios de la formación de los seglares para el Apostolado”: “Como los seglares

155

participan, a su modo, en la misión de la Iglesia, su formación apostólica recibe una

características especial de la misma índole secular y propia del laicado, y del

carácter de su vida espiritual. La formación para el Apostolado supone una cierta

íntegra formación humana acomodada al carácter y a las cualidades de cada uno.


Porque el seglar, conociendo bien el mundo contemporáneo, debe ser un miembro

adaptado a la propia sociedad y a su cultura. Aprenda, ante todo, el seglar, a

cumplir la misión de Cristo y de la Iglesia, viviendo de la fe en el misterio divino de

la creación y de la Revelación, movido por el Espíritu Santo que vivifica al Pueblo

de Dios e impulsa a todos los hombres a amar a Dios Padre y en El al mundo y a

los hombres. Esta formación debe considerarse como fundamento y condición de

todo apostolado fructuoso”.

De aquí se desprende que el OBJETIVO de la ESCUELA DE DIRIGENTES sea:

a) Centrar en Cristo.

b) Comprometer en comunidad.

La ESCUELA DE DIRIGENTES, dentro del Movimiento de las Jornadas de Vida

Cristiana, debe estar alerta para no caer en errores que desvirtuarían su fin. Uno

de estos errores sería orientar la Jornada como fase única del Movimiento. No

debe pretender formar profesores. Tampoco convertir la ESCUELA DE

DIRIGENTES en un organismo de control. La función primordial de la ESCUELA

DE DIRIGENTES es estar al servicio de todos, proporcionando a cada miembro del

Movimiento las armas necesarias para que puedan vivir intensamente su

cristianismo. Otro error sería orientar la ESCUELA hacia la erudición de sus

miembros. Es cierto que hay que conocer los Documentos Conciliares, las

Encíclicas, Cartas Pastorales, etc., mas ello no es lo único que debemos saber.

Las personas que acuden a la Escuela no lo hacen para seguir luego una carrera,

ni para obtener algún título donde se acredite su profesión de dirigentes y expertos

en religión.

“Para cultivar unas buenas relaciones humanas es necesario que se acrecienten

los valores verdaderamente humanos, sobre todo el arte de la convivencia fraterna,

de la cooperación y del diálogo”.

Pero ya que la formación para el apostolado no puede consistir en la mera

instrucción teórica, aprenda poco a poco y con prudencia, desde el principio de su

formación, a ver, juzgar y hacer todas las cosas a la luz de la fe; a formarse y
perfecccionarse así mismos con los otros mediante la acción y a entrar en el

servicios activo de la Iglesia. Esta formación, que hay que ir completando

constantemente, pide cada día un conocimiento más profundo y una acción más

adaptada a causa de la madurez creciente de la persona humana y de la evolución

de los problemas. En la satisfacción de todas las exigencias de la formación hay

que tener siempre presente la unidad e integridad de la persona humana, de modo

que quede a salvo y se acreciente su armonía y su equilibrio.

De esta forma, el seglar se inserta profunda y activamente en la realidad misma del

orden temporal y acepta participar eficazmente en sus tareas, y, al propio tiempo,

156

como miembro vivo y testigo de la Iglesia, la hace presente y actuante en el seno

de las cosas temporales”.

LA ESCUELA DE DIRIGENTES por sobre todas las cosas debe ser una

COMUNIDAD de FE, AMOR, CULTO y MISIONERA.

“Además de la formación espiritual, se requiere una sólida instrucción doctrinal, es

decir: teológica, ética, filosófica, según la diversidad de edad, cualidades y carácter.

No se olvide tampoco la importancia de la cultura general, juntamente con la

formación práctica y técnica”.

La ESCUELA DE DIRIGENTES debe responder a lo que nos pide el Concilio,

dando a sus integrantes una formación de carácter DOCTRINAL y una formación

TÉCNICA DEL MOVIMIENTO.

1) FORMACIÓN DE CARÁCTER DOCTRINAL:

Debe ser:

a) ECLESIAL: Visión panorámica de la Iglesia.

b) TEOLÓGICA: Conocimiento de Dios y de su Plan de Salvación.

c) PASTORAL: Conocer los planes pastorales de la Diócesis.

d) ANTROPOLÓGICA: Conocer el hoy y su problemática actual.

1) FORMACIÓN TÉCNICA DEL MOVIMIENTO

a) PREJORNADA:
Enseñar el trabajo del padrino (elección del candidato, confección de la

ficha, prejornada individual), enseñar el trabajo del auxiliar en la

prejornada propiamente dicha.

b) JORNADA:

Estudio de las charlas, preparación del Equipo, estudio de las normas

de los auxiliares, etc.

c) POSTJORNADA:

Esquemas de Ultreyas, Convivencias y Células.

CRITERIOS PARA EL PROGRAMA

DE LA ESCUELA DE DIRIGENTES

a) Técnica del Movimiento:

Llevar un desproporcionado dogmatismo a los simples problemas

metodológicos puede resultar excesivo. Por tal razón la parte formativa, en lo

que se refiere a la Técnica del Movimiento, debe ser ágil y dinámica.

157

La ESCUELA, ante todo, debe ser considerada fundamentalmente como una

fuente de conocimiento y formación, y además un ente operacional. La

necesidad de lo segundo se plantea al considerar que si estructuramos la

ESCUELA como simple fuente de conocimientos, la misma consistiría en un

aprendizaje a realizarse en algunos años, que un día se daría por terminado.

Por tal razón proponemos como modelo a seguir el siguiente:

1) Con respecto a la formación DOCTRINAL la Escuela continúa las líneas

pastorales. Esta parte de la formación doctrinal estaría abierta no sólo a

los integrantes del Movimiento, sino también a los fieles de la Diócesis.

2) La parte técnica sería suministrada, solamente a los integrantes del

Movimiento que el Secretariado designe, debiendo comprometerse

firmemente con todo lo que la ESCUELA puede exigir. Dado que el

aspecto técnico del Movimiento no requiere un estudio muy prolongado,

quienes ya lo hayan cursado pueden seguir participando de este aspecto


de la Escuela colaborando con los sacerdotes.

Proponemos como modelo de programa técnico de Jornadas el siguiente:

- Origen e historia de las Jornadas

- Objetivos generales de las Jornadas

- Naturaleza y esencia de las Jornadas

- Mentalidad del Movimiento de las Jornadas

- Objetivos del primer día

- Objetivos del segundo día

- Objetivos del tercer día

- Objetivos del cuarto día

- Esquemas de los roles

- Generalidades.

………… TRABAJO

La formación doctrinal y técnica debería complementarse con un trabajo apostólico

para el Movimiento, por lo cual se propone la existencia de Secciones de Trabajo,

cada una a cargo de un integrante del Secretariado. Dichas secciones serían:

a) Sección Células

b) Sección Parroquias

c) Sección Formación

a) Sección Células

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Estaría encargada, junto con la de Parroquias, del trabajo de posjornadas. Su

función sería el seguimiento de las Células; promover y entusiasmar para formación

de las nuevas Células no sólo a aquellos jornadistas recién salidos sino, también, a

los de más antigüedad y que aún no la tuvieran.

b) Sección Parroquias

Deberá saber en qué parroquias trabajan jornadistas para orientar a los que recién

salen de Jornadas. Otra función será repartir el BOLETÍN de Jornadas.

Lo más importante de estos dos secciones es que, a través de ellas, se puede


seguir a los jornadistas que no participan de las Ultreyas para intentar integrarlos

nuevamente al Movimiento.

c) Sección Formación

Estaría encargada de estimular el estudio a través de la Organización de una

biblioteca y venta de libros o apuntes de clase, amén de artículos y el Boletín de

Jornadas. Otra de sus funciones podría ser, previa consulta con los demás

integrantes del Movimiento, la redacción de un programa de formación a tratar

durante las Ultreyas, formación en colegios, etc.

MIEMBROS DE LA ESCUELA

Deben asistir a la ESCUELA DE DIRIGENTES en su aspecto técnico los

integrantes del Movimiento de Jornadas que tengan suficiente capacitación como

para poder dedicarse de lleno al compromiso que la Escuela significa. No deben

asistir los recién egresados de una Jornada, pues les falta experiencia e irían

solamente por el entusiasmo que los caracteriza en ese momento. Deberán ser

verdaderos líderes, con la suficiente madurez espiritual y sicológica, es decir con

una personalidad bien definida, pero, a la vez, serán humildes, tanto durante la

acción como durante la formación, perseverantes, voluntariosos, comprometidos

con la Iglesia y el Movimiento.

En su aspecto formativo es abierta la ESCUELA DE DIRIGENTES. De ella deben

salir preferentemente los auxiliares; de allí la necesidad de un verdadero

compromiso y personalidad.

SELECCIÓN

La selección de los integrantes será realizada por el Secretariado completo (laicos y

sacerdotes) y se basará en las cualidades de los aspirantes enunciadas

anteriormente.

Habrá dos tipos de aspirantes:

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a) Elegidos: invitados especialmente por el Secretariado.

b) Voluntarios: Su admisión deberá ser decidida por el Secretariado.


ESQUEMA DE CLASES

1) Desarrollo del tema doctrinal.

2) Desarrollo del tema sobre técnica de Jornadas (incluida la reunión de

Secciones).

3) Misa, Celebración de la Palabra o Comunión.

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