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Guiones para títeres: El sombrero mágico

Recomendado a partir de los cincos años.

El sombrero mágico
Autor de esta adaptación: José Luis García

(Entran Padre, Madre y Chico. El Chico lleva consigo un macuto o una mochila).
PADRE.-
Ya sabes, hijo, la vida se ha puesto muy difícil. Ya eres mayor y no tenemos dinero para seguir cuidando de ti.
MADRE.-
Pero es todavía un niño.
CHICO.-
No te preocupes madre, saldré adelante.
PADRE.-
Es casi un hombre.
(El Chico besa a su Madre y luego a su Padre, hace un gesto con la mano y sale de escena).
MADRE.-
Todavía es un jovenzuelo alocado.
PADRE.-
Pero tiene buen corazón.
(Padre y Madre se cogen de la mano y salen de escena).
(Árboles y arbustos entran en escena y conforman un paisaje).
(El Chico entra por un extremo del escenario, camina y camina, y sale por el otro extremo).
(Árboles y arbustos cambian de lugar y conforman otro paisaje).
(Un Anciano entra por uno de los extremos del escenario, camina tambaleándose y termina por caer al suelo;
lleva consigo una mochila).
(El Chico entra por el otro extremo justo en el momento en el que el Anciano cae al suelo).
(El Chico se acerca rápido hasta el Anciano y le ayuda a sentarse).
ANCIANO.-
Gracias muchacho. Estoy débil porque hace días que no tomo comida alguna, y apenas me alimento de las
hierbas que encuentro en el camino.
(El Chico se sienta junto al Anciano y saca de su mochila algunos alimentos).
CHICO.-
Mucho no tengo, pero compartiremos la comida.
ANCIANO.-
Eres muy bondadoso. Sin comida la vida es como una pesadilla.
CHICO.-
Jamás he pasado hambre. Aunque muy humildes, mis padres siempre me han dado aquello que han podido.
(Los dos personajes comen en silencio).
CHICO.-
Debo irme. Pero le dejaré la mitad de la comida que aún me queda.
(Mientras el Chico divide la comida que le queda, el Anciano busca en su mochila y extrae de ella un
sombrero).
ANCIANO.-
Yo también te daré algo.
(El Chico ve el sombrero).
CHICO.-
Tal vez usted lo necesite más adelante.
ANCIANO.-
No todas las cosas son lo que parecen. Este sombrero tiene el poder de concederte tres deseos. Sólo alguien
con un corazón bondadoso puede hacer uso de él. Úsalo pensando bien en lo que pides.
(El Anciano le coloca en la cabeza el sombrero al Chico).
(Repartida la comida y con su regalo sobre su cabeza, ambos personajes se despiden con un apretón de
manos, y cada uno sale por un extremo de la escena).
(De nuevo, los árboles y arbustos conforman un paisaje distinto).
(Dos bandoleros entran en escena).
BANDOLERO 1.-
Ese tiene cara de pardillo.
BANDOLERO 2.-
Es un memo pardillo.
(Ambos se esconden entre los arbustos).
(El Chico entra en escena y cuando está cerca del escondite de los bandoleros, estos salen de su escondrijo y
de dos estacazos lo dejan tumbado en el suelo).
BANDOLERO 1.-
Además de pardillo, es sordo como una tapia.
BANDOLERO 2.-
Es un memo con orejas de tapia.
(Y con la rapidez creada por la experiencia, despojan al muchacho de su mochila y lo atan a uno de los
árboles cercanos. Durante el proceso, una naranja cae de la mochila y queda tirada en el suelo, no muy lejos
de donde queda el Chico).
BANDOLERO 1.-
Esta tapia no podrá moverse de aquí.
BANDOLERO 2.-
Es un memo atado a un árbol.
BANDOLERO 1.-
-¿Nos llevamos también el sombrero?
BANDOLERO 2.-
-¿Y para qué queremos el feo sombrero de un memo?
(Y con grandes risotadas ambos se alejan del lugar. Al poco tiempo de que los bandoleros salgan del lugar, se
despierta el Chico, que inútilmente intenta soltar sus ataduras).
(Sigue con su intento de liberarse hasta que descubre la naranja tirada en el suelo).
CHICO.-
Ojalá esa naranja pudiera moverse y me desatara.
(Justo después de decir esas palabras, la naranja comienza a moverse, surge una explosión de ella y vemos
que la naranja se ha convertido en una Chica, más o menos de la edad que el Chico atado al árbol).
CHICO.-
-¡El sombrero!
CHICA.-
Muy bonito, si; pero creo que es mejor que te desate.
(La muchacha desata al prisionero. Y desde el momento en que se ve libre, el Chico corre y salta por el lugar,
desahogando su alegría).
CHICO.-
-¡El sombrero… El sombrero funciona…!
CHICA.-
No estoy muy segura de eso. Parece que te ha dado una insolación. Estás un poco loco. -¿No te habrán
atado por loco?
CHICO.-
-¿No lo entiendes?, este sombrero es mágico.
CHICA.-
Como sigas comportándote como un loco, vuelvo a atarte al árbol.
CHICO.-
-¿No lo recuerdas?, eras una naranja.
CHICA.-
Claro, y tu, una pera.
(El Chico sigue saltando de alegría. La Chica lo observa y se ríe).
CHICA.-
Pareces un loco inofensivo. Vámonos de aquí. Si los que te ataron al árbol vuelven, te atarán de nuevo. Y a
las naranjas no nos gusta ver a la gente atada. Venga, camina.
CHICO.-
No te arrepentirás de venir conmigo.
CHICA.-
Te equivocas. Tu eres el que el viene conmigo. Venga, pera, camina.
(Ambos se miran y ríen).
CHICO.-
Las peras somos menos ácidas que las naranjas.
CHICA.-
Ya, pero las naranjas rodamos mejor. Camina, que me ha parecido escuchar ruidos de gente que se acerca.
(Ambos salen de escena).
(Los árboles y arbustos que ha conformado hasta ahora el paisaje, desaparecen, y en su lugar entran algunos
matorrales con flores y unos árboles frutales. El Chico y la Chica entran en escena. Y se detienen a
contemplar el lugar).
CHICA.-
Este lugar es realmente bonito.
CHICO.-
Me encantaría tener una casa aquí.
(Apenas ha terminado de pronunciar la frase, y tras una explosión, aparece una casa en el lugar, rodeada de
las flores y los árboles frutales; tiene un porche con dos columnas de madera).
(Con el susto de la explosión y con la aparición de la casa, la Chica queda sentada en el suelo, contemplando
lo sucedido).
CHICO.-
-¿No te sorprende que haya aparecido la casa?
CHICA.-
Lo que más me sorprende es que puedas tener razón, y que yo sea una naranja.
(Quedan un rato mirando el lugar y al poco el Chico y la Chica bostezan).
CHICA.-
Hace una noche maravillosa. Me encantaría quedarme a dormir en el porche, rodeada del olor de los árboles
frutales.
CHICO.-
(Que se tumba en el suelo).
Un idea excelente.
(La Chica se tumba también en el suelo, no muy lejos de su compañero).
CHICA.-
Buenas noches, pera.
CHICO.-
Buenas noches, naranja.
(Enseguida quedan ambos dormidos. En ese momento, desde un extremo asoman las cabezas de los dos
bandoleros).
BANDOLERO 1.-
El memo y la mema se han dormido.
(Ambos salen de su escondrijo y se acercan hasta los durmientes).
BANDOLERO 2.-
Bruto, -¿habías visto antes esta casa?
BANDOLERO 1.-
Está a pocos metros de nuestra guarida y nunca antes la había visto.
BANDOLERO 2.-
Es un regalo que nos hacen don memo y doña mema.
(Los bandoleros, sin despertarlos, atan al Chico y a la Chica, cada uno en una columna del porche).
BANDOLERO 1.-
Tienen el sueño profundo, no se han despertado los muy salvajes.
BANDOLERO 2.-
Y don memo sigue con este sombrero tan feo.
(Bandolero 2 le quita el sombrero al Chico y lo arroja no muy lejos de allí).
BANDOLERO 1.-
-¿Dormimos fuera o dentro?
BANDOLERO 2.-
Dormir fuera cuando tienes una casa es de memos.
BANDOLERO 1.-
Ahora somos unos señores.
BANDOLERO 2.-
Vamos a dormir y mañana ya veremos qué hacer con estos dos.
(Ambos entran en la casa).
(La escena queda como detenida un instante. Hasta que una fea Bruja entra y se queda observando a la casa
y a los dos prisioneros).
BRUJA.-
-¿Quién es el tonto que ha construido esta casa en mis tierras?
(Y dando unas voces casi monstruosas).
-¡Despertad todos los que duermen!
(Los dos muchachos se despiertan y se sorprenden tanto por estar atados, como por ver a la Bruja cerca de
ellos).
(Los dos bandoleros aparecen desde dentro de la casa).
BANDOLERO 1.-
-¡Qué tía tan fea!
BANDOLERO 2.-
-¡Es una bruja!
BANDOLERO 1.-
Me da igual. Es una bruja muy fea.
BRUJA.-
-¿Fea?
(Los señala con el dedo mientras habla).
Tu ratón serás, y tu en conejo te convertirás.
(Y con despliegue de explosiones, los dos bandoleros quedan convertidos, uno en ratón y el otro en conejo).
Así aprenderéis a tratarme con respeto y a no construir una casa en mis tierras.
RATÓN.-
Ro to ronstruí ta rasa.
BRUJA.-
-¿Qué dices?, no entiendo el lenguaje de los ratones.
CONEJO.-
Cosotros no jemos construido nesta jasa.
BRUJA.-
Tampoco entiendo el lenguaje de los conejos. Marchaos de aquí, antes de que os convierta en boñiga de
cabra.
RATÓN.-
Resto tes rinjusto.
CONEJO.-
Cesto nes jinjusto.
BRUJA.-
Contaré hasta tres y si no desaparecéis, boñiga de cabra seréis. Uno, dos…
(El ratón y el conejo salen a toda prisa).
BRUJA.-
(Observando al Chico y a la Chica, aún atados).
-¿Y vosotros? Seguro que os tenían aquí para ser comidos en el desayuno. No es mala idea. Aunque la chica
tiene aspecto de estar muy ácida. El chico seguro que tendrá una carne más dulce. -¡Atado y en silencio, me
seguirás a mi guarida!
(Con una explosión, el chico queda desatado de la columna, pero queda atado a si mismo y a saltos se acerca
hasta la Bruja).
CHICA.-
No te lo lleves así.
BRUJA.-
-¿Qué quieres decir?
CHICA.-
No te lo lleves sin su sombrero. Es ese que está ahí. Sin él se resfría enseguida y resfriado no estará tan
delicioso como supongo que te mereces.
BRUJA.-
Serás ácida, pero no eres tonta.
(La Bruja se acerca hasta el sombrero tirado en el suelo y luego de recogerlo se lo coloca en la cabeza al
Chico).
CHICO.-
(Una vez la Bruja le ha colocado el sombrero).
Quiero que esta bruja desaparezca para siempre.
(Y la Bruja, con gran sorpresa propia, desaparece en medio de una nube).
(El Chico se acerca hasta la Chica y la desata).
CHICO.-
El sombrero ya no puede darme más deseos.
(Se quita el sombrero y lo arroja al suelo).
ANCIANO.-
(En off).
-¿Dónde os habéis metido?
CHICO.-
Escondámonos, tal vez sean nuevos ladrones.
CHICA.-
O un brujo que puede devorarnos.
(Se esconden ambos).
(Entra el Anciano. Los dos muchachos salen desde sus escondites).
ANCIANO.-
Espero que hayas aprendido, chico. Sin la inteligencia de esta muchacha, ahora serías el desayuno de la
bruja.
CHICO.-
Es cierto.
ANCIANO.-
Recuerda que conseguir tus deseos sin conocimiento sólo te llevará al caos y a la desesperación. -¡Ah!, y otra
cosa; debéis abandonar esta casa; está construida en una tierra maldita.
(El Anciano desaparece en medio de una explosión).
CHICA.-
-¿Es que aquí nadie se marcha de manera normal?
CHICO.-
-¿Querrás venir conmigo, aunque ya no tenga deseos que se hagan realidad?
CHICA.-
Claro, pera.
(Comienzan a salir. La Chica se detiene, vuelve hacia atrás y coge el sombrero del suelo).
CHICA.-
No olvides tu sombrero.
CHICO.-
Ya no tiene el poder de convertir mis deseos en realidad.
CHICA.-
No, pero te servirá para protegerte del sol.
CHICO.-
-¡Seré tonto!
CHICA.-
Un poco si, pero estoy creyendo que es algo normal en las peras.
CHICO.-
Menos mal que tengo una naranja a mi lado.
(Salen ambos con el sombrero).
FIN
Guiones para títeres: Los músicos de Bremen
Ésta es una adaptación teatral del famoso cuento “Los músicos de Bremen”.

Aparecen 8 personajes: los cuatro animales y cuatro ladrones. Si bien, los ladrones podrían ser dos o tres si
fuera necesario, distribuyéndose los diálogos entre ellos.

Guiones para representar


Recomendado a partir de los 6 años.

Los músicos de Bremen


Autor: José Luis García
(Estamos en el campo. Entra el Presentador).

PRESENTADOR.-
Buenas tardes. Y esto lo digo siempre, aunque sea de mañana, porque siempre llego tarde; menos cuando
tengo que presentar una historia.
La de hoy, que la de mañana ya hablaremos llegado el día, es la de los músicos de Bremen.
Todo comienza cuando mi amigo el Burro se entera de que su amo va a sustituirlo por otro más joven.
Enterado del asunto, mi amigo huye de la granja en la que había vivido toda su vida, dispuesto a convertirse
en un músico famoso en Bremen.
(Se escuchan los lamentos de Perro).
Y aquí es cuando el oficio de Presentador me dice que sobro, así que me marcho antes de que me echen.

(Sale el Presentador y entra Burro).


(Siguen los lamentos de Perro. Burro busca por el lugar hasta que descubre al otro, detrás de unos árboles).

BURRO.-
Oye, amigo Perro; sal de tu escondite y dime de qué te lamentas.

(Perro sale de su escondrijo. Tiene un aspecto lamentable, flaco y hambriento).

PERRO.-
Soy muy desgraciado, incluso para ser perro. Mi amo, al que he servido como perro de caza toda mi vida,
cogió su escopeta para acabar conmigo porque me he hecho viejo. Me he escapado y me lamento de mi perra
suerte.
BURRO.-
Tu historia es idéntica a la mía. Y no me lamento. Ahora lucho por conseguir mi sueño.

PERRO.-
Yo no tengo que luchar, yo duermo y sueño en cualquier lugar.

BURRO.-
No seas burro. Mi sueño es llegar a ser un famoso músico en Bremen. Vente conmigo.

PERRO.-
La música es mi pasión.

BURRO.-
Vamos y veremos.

PERRO.-
Ya veremos a lo que llegamos.

(Salen ambos).
(Entra Gato. Al principio lento, pero luego coge impulso y se lanza contra un árbol; contra el que se pega un
castañazo importante. Se retira del árbol y vuelve a repetir la acción, con golpe incluido al final del trayecto).
(Se aleja de nuevo del árbol y se dispone a repetir su acción. Cuando parece que ya va a echar a correr,
entran Perro y Burro y lo sujetan).

PERRO.-
No seas burro.
(Al Burro).
No quería ofender. Ya sabes, es sólo una expresión.

BURRO.-
Estoy acostumbrado a que la gente se comporte conmigo como perros sarnosos.
(Pausa. Se miran Burro y Gato).
-¡Perdón!
(Mientras los dos amigos están con esto, el Gato se les escapa y vuelve a lanzarse contra el árbol,
golpeándose aún más fuerte que en las otras ocasiones).
(Perro y Burro se acercan hasta el otro, maltrecho en el suelo).
PERRO.-
-¿Qué haces?, te vas a hacer daño. Y que conste que ésta es la primera vez que me preocupo por el destino
de un gato.

GATO.-
Soy muy desgraciado. Mi ama piensa que ya no cazo suficientes ratones y a escobazos me ha echado de
casa. -¿Qué voy a hacer ahora?, no tengo otro hogar; así que quiero que mi vida termine hoy mismo.

BURRO.-
Vente con nosotros a Bremen, formaremos una banda de música y seremos famosos.

GATO.-
(Que pasa en un instante del abatimiento a la alegría).
De acuerdo, iré con vosotros. Siempre han dicho que tengo una voz primorosa.

(El Gallo entra corriendo en escena. Viene tan alocado, que no repara en ninguno de los personajes que allí
están y tropieza contra el Gato, que empujado por la fuerza del tropezón vuelve a chocar contra el árbol).

GALLO.-
(A pleno grito, al verse en medio de los otros).
No, por favor. Por favor, no. Dejadme, dejadme. Soy muy duro.

BURRO.-
-¿Por qué gritas de esta manera?

PERRO.-
Los tipos duros no se ponen a gritar como gallinas.

GALLO.-
No soy una gallina, soy un gallo. El de mejor canto de toda la comarca, si se me permite decirlo.
GATO.-
-¿Qué te pasa, entonces?

GALLO.-
Mi ama espera invitados y ha decidido que yo sea el plato especial para agasajarlos.

PERRO.-
Mal asunto.

BURRO.-
Si en el caldero entras, en cocido te conviertes.

GATO.-
Y los invitados te hincarán el diente.

BURRO.-
Vente con nosotros. Si tan buena voz tienes, cantarás en nuestro conjunto musical, allá en Bremen.

GALLO.-
No parece mala idea.

TODOS.-
-¡Bremen nos espera!

(Salen todos).
(La luna aparece en el cielo. Es una noche de luna llena).
(Entran cuatro ladrones. Arrastran una casa, de la que podemos ver el interior de una habitación; en una de
las paredes hay una ventana. La habitación es un comedor, con una mesa con todos sus útiles: platos,
cubiertos, etc.).
(En este punto los recién llegados dejan de empujar la estancia y se apoyan agotados, unos en el suelo y
otros contra las paredes).
(La escena queda dividida en dos mitades. A la izquierda vemos el campo. A la derecha, el interior de la
casa).

LADRÓN 1.-
Esto es inaudito, inverosímil e impropio.

LADRÓN 2.-
Lo mismo digo. Cuando nos dijiste de ir a robar una casa, no pensé que nos la llevaríamos entera.

LADRÓN 3.-
-¿No os dais cuenta? Somos geniales. Nos llevamos la casa y ahora todo lo que hay en ella es nuestro.

LADRÓN 4.-
Y sin tener que preocuparnos por la policía.

LADRÓN 1.-
Pero es agotador.

3.-
Vayamos a por la comida. Está en la cocina, sólo hay que calentarla un poco.

2.-
-¡Eso!, que comer y robar, todo es empezar.

(Salen los cuatro ladrones de escena, se dirigen hacia la cocina).


(Entran los cuatro animales, que vienen caminando por la zona de campo. Se detienen y observan la casa).

PERRO.-
Os dije que olía a comida.

BURRO.-
Miremos por una de las ventanas. Los dueños de la casa pueden estar armados con estacas.

(Se asoman por una de las ventanas, mirando así desde el exterior al interior).

GATO.-
Van a comer. La mesa está dispuesta.
GALLO.-
Tengo hambre.

BURRO.-
Venid conmigo. Tengo una buena idea.

PERRO.-
-¿Un burro con buenas ideas?, curioso.

(Salen todos).
(Entran los cuatro ladrones, que portan algunos manjares, que colocan en la mesa).

1.-
Todo tiene un aspecto delicioso.

2.-
Nos vamos a poner las botas.

3.-
Yo prefiero comer descalzo.

(En la habitación entra un enorme ser, tapado con una sábana, a modo de gigantesco fantasma).

FANTASMA.-
Habéis despertado al fantasma de la casa.

(Los cuatro ladrones tiemblan de pies a cabeza).

1.-
Nosotros sólo queríamos comer.

FANTASMA.-
Y ahora yo os comeré a vosotros.

2.-
Si ya nos íbamos.

3.-
Se diría que ni estamos.

(Los ladrones salen huyendo. El Fantasma se quita la sábana y vemos a los cuatro animales, subidos unos en
otros. Ríen, mientras cada uno por separado, se acerca a la mesa y al poco rato están devorando la comida,
como animales).

PERRO.-
(Al terminar de comer).
Dormiría un rato.

GATO.-
Lamento estar de acuerdo con un perro, pero yo también.

(Y así, entre bostezos, cada cual se acurruca en un lugar de la habitación. El Perro bajo una de las ventanas.
El gato sobre la mesa. El Burro tirado en el suelo y el Gallo sobre algún otro mueble).
(Los cuatro ladrones aparecen por la zona de campo del decorado).

1.-
El fantasma debe haberse marchado.

2.-
-¿Y si está escondido para devorarnos?

3.-
Sigo diciendo que los fantasmas no existen. Lo que vimos fue una luz extraña y nada más.

4.-
Bien dicho. Entra tú en la casa y si no hay nadie, entraremos nosotros tres.
3.-
Pero, bueno…

4.-
-¿No serás un gallina?

1 y 2.-
Gallina. Gallina.

3.-
-¡Basta!, no tengo miedo; entraré.

(El Ladrón 3, mientras los otros se esconden tras los árboles, se acerca a una de las ventanas. Primero mira y
luego entra en la casa a través de la ventana. Al entrar, cae sobre el Perro, que lanza un grito de dolor y luego
muerde al ladrón en una pierna. Éste mientras trata de huir, se aferra a la mesa y tira de la cola al Gato, que
viéndose así tratado, araña la cara del hombre; el cual tropieza con el Burro, tumbado en el suelo, que
sintiéndose pisoteado, lanza una coz al ladrón).

GALLO.-
(Mientras sucede todo lo anterior).
-¡Kikiriki!, -¡dejadme dormir!

(El Ladrón sale de un salto por la ventana y se acerca hasta el lugar en el que se esconden sus compañeros).

3.-
-¡Huyamos! Un fantasma me ha clavado un cuchillo en la pierna. Una bruja me ha arañado en la cara,
mientras un monstruo me ha golpeado con un garrote, y otro gritaba: -¡Aquí, aquí! -¡Dejadlo para mí!

4.-
-¡Huyamos!, -¡huyamos mientras podamos!

(Salen los cuatro ladrones).


(Mientras, en la casa).
PERRO.-
-¿Qué ha pasado?

GATO.-
He soñado que alguien tiraba de mi rabo.

BURRO.-
Y yo que coceaba a un humano.

GALLO.-
Durmamos, por favor.

PERRO.-
Sí, durmamos.

(Los cuatro animales se vuelven a acurrucar en sus lugares y vuelven a dormir).


(Entra el Presentador).

PRESENTADOR.-
A la mañana siguiente, los cuatro animales se sintieron tan a gusto en la casa que decidieron quedarse a vivir
allí. Poco después montaron en ella una Posada, que tuvo fama de buen comer durante muchos años.
(Comienza a salir).
Y por comentarios de aquí y allá, la llamaban “La posada de los fantasmas”.

(Sale el Presentador. Se oscurece la escena).

FIN

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